Todas No. 57

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Comicios Mujeres, más de la mitad de los votantes del 1 de julio pág. 12

MILENIO diario

Número 57

Cumbre G20

Demandan reconocimiento del aporte económico por trabajo femenino pág. 02

Lunes 25 de junio de 2012 CUARTOSCURO

Presidenciables Sólo Gabriel Quadri, del Panal, acepta firmar compromiso para combatir la trata

pág. 04

Biblioteca Femenina

Ellas tecleando su historia y Mujeres al rescate de la fuerza interior

pág. 09

Hay quienes van a Comala como en la novela de Rulfo

Pedro Páramo o la idealización de la figura del padre sobre el tema

escriben

Aimeé Vega Liselotte Correa Margarita Guillé Paula Villegas Héctor Frías Macarita Elizondo Ma del Carmen Alanis René López Ximena Andion Ricardo Bucio Isaac Puig Luis González Placencia Mario Patrón

Día Mundial

Contra el Trabajo Infantil, que daña a 88 millones de niñas y 127 millones de niños

pág. 15


2 o Lunes 25 de junio de 2012

milenio

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El G 20 debe reconocer el aporte económico de las mujeres

Piden a gobiernos el cambio

hacia una nueva arquitectura financiera cuartoscuro

A las mexicanas sólo se les ve como madres y esposas pese a que su trabajo, asalariado y no remunerado, contribuye al desarrollo y sostén del sistema económico Anayeli García Martínez

E

n vísperas de la séptima cumbre del G-20, celebrada en Los Cabos, Baja California Sur, feministas y expertas en economía exigieron que las mujeres ya deben dejar de ser consideradas como las únicas responsables del cuidado del hogar y de la familia –y por tanto relegadas de las actividades económicas–, las mujeres quieren estar presentes en la toma de decisiones y ser reconocidas como agentes de desarrollo. La socióloga y feminista Leonor Aida Concha explica que a las mujeres se les relega de los temas económicos porque se cree que en su mayoría son inactivas, y que las tareas que realizan en el hogar no tienen valor y por ende no se pagan. Sin embargo la también antropóloga sostiene que esta idea es falsa porque a través del trabajo no remunerado y del cuidado y crianza de los hijos las mujeres forman personas, y les generan capacidades y cualidades que después serán aprovechadas en el mercado laboral. Es decir, las mujeres que limpian la casa, alimentan, educan y cuidan a los hijos, los enfermos y los abuelos, aportan al desarrollo, crecimiento y sostén de la economía porque aunque ese trabajo no es asalariado tiene un valor importante en la sociedad. Pero no sólo eso, estas actividades se traducen en un valor monetario. El Inegi reporta que para 2010 las mujeres realizaban 79.4 de cada 100 horas de trabajo doméstico no remunerado, lo que equivale a 76 de cada 100 pesos generados. Esa labor representa 21.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) –casi la cuarta parte del total–, mientras que la aportación de los hombres es de únicamente 5.3 por ciento. Tan sólo “proporcionar cuidados y apoyo a los integrantes del hogar” –función que recae esencialmente en las mujeres–

Las políticas neoliberales avaladas en foros internacionales, como el reciente del G20, repercuten en los bolsillos de las jefas de familia

aporta 6.9 por ciento del PIB, precisa el Inegi. En 2010, el PIB de México ascendió a casi 8.9 billones de pesos. El trabajo doméstico no remunerado de las mujeres en ese año representó casi 2 billones de pesos. El PIB es el volumen total (en dinero) de los bienes y servicios que produce un país al año en los sectores agropecuario, industrial y de servicios.

Doble trabajo Además de sus tareas domésticas, millones de mujeres también trabajan en empleos formales en empresas, fábricas e instituciones de gobierno,

o informales, como negocios propios o pequeños comercios. El Inegi reporta que al primer trimestre de 2012 (enero-marzo) de los 47.1 millones de personas ocupadas que generaron algún bien o servicio, 17.8 millones eran mujeres, es decir más de un tercio de las personas ocupadas laboralmente. Rocío Mejía, integrante de la Red Género y Economía, sostiene que esto comprueba que la población femenina participa activamente en los ciclos económicos y que la crisis económico-financiera mundial les impacta de manera particular. Aclara que las políticas neoliberales avaladas en foros internacionales como el G-20 repercuten en los bolsillos de las madres y jefas de familia, ya que para evitar una nueva crisis económica los líderes mundiales recortan subsidios a servicios como educación y salud.

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Mejía señala que los gobiernos no son consientes de que los recortes en el gasto social afectan en particular a las jefas de familia y a las madres, quienes, según Inegi, representan a siete de cada 10 mujeres ocupadas laboralmente. Agrega que cuando se dejan de subsidiar ciertos servicios se cree que las madres o abuelas están obligadas a garantizar educación, dar alimento, conseguir vestido y cuidar la salud de los hijos, y que el Estado por su parte no tiene responsabilidad en ello. Marcela Orozco, economista y académica de la UNAM, califica como alarmante que

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Lunes 25 de junio de 2012 o 3

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cuartoscuro

Más de 200 economistas pidieron que los gobiernos del mundo propongan un cambio hacia una nueva arquitectura financiera

la y los candidatos presidenciales no tengan propuestas con perspectiva de género, para generar empleos bien remunerados y con prestaciones; ni para promover el crecimiento económico. La experta critica que se siga viendo a las mujeres como jefas de familia o madres solteras que necesitan políticas asistencialistas, y no como ciudadanas activas que pueden ser agentes económicos y de desarrollo. Por ello considera urgente que además de guarderías y becas escolares, el Estado debe incentivar la participación de la población femenina en la producción y venta de bienes y servicios. La también integrante de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio advierte del riesgo de que en la cumbre del G-20 se abran aún más los mercados a las empresas trasnacionales y los servicios públicos se sigan

privatizando, lo que aumentaría la carga de trabajo de las mujeres porque ellas asumirán los gastos de los servicios que no brinda el Estado.

Foro “G-20 desde una mirada feminista” Más de más de 200 economistas, líderes sociales, sindicalistas y defensoras de derechos humanos, pidieron que los gobiernos del mundo propongan un cambio hacia una nueva arquitectura financiera. En el marco de la semana de acción contra la séptima cumbre del G-20 que se realizó el 18 y 19 de junio, en Baja California

Sur, las organizaciones de mujeres reclamaron que las decisiones económicas sean tomadas por el 1 por ciento de la población. Ante la crisis económica en la que viven las mexicanas, exigieron políticas de desarrollo desde una perspectiva de género, con rostro humano y que incluya el respeto a los Derechos Humanos (DH) de los pueblos. Aseguraron que los gobiernos no pueden seguir tomando las decisiones a espaldas de los pueblos y deben considerar los derechos de las comunidades. Señalaron que una alternativa es que los jefes de Estado y los

líderes mundiales, e incluso la sociedad civil, elaboraran un proyecto que tenga como eje la justicia social, basada en los derechos económicos, sociales, ambientales y de equidad de género. Explicaron que lejos de privatizar los servicios básicos como el acceso a la energía, el agua, la vivienda o la salud, entre otros, se deben ver como derechos humanos, como lo explica la filosofía del “buen vivir” desarrollada en otros países latinoamericanos. También demandaron que se reconozca que en los países de América Latina hay pluralidad y por tanto se debe impulsar una democracia participativa que permita la construcción de un nuevo modelo económico y social, que surja desde los pueblos y desde los aportes de las mujeres. Para las organizaciones es imprescindible reconocer la aportación de las mujeres en el trabajo cotidiano que en su mayoría es no remunerado: a la economía del cuidado en los hogares, al trabajo doméstico y al trabajo comunitario, que contribuye a la generación de riqueza de los países en la economía global. Por ello exigieron que cada gobierno impulse la creación de empleos estables y salarios dignos para las mujeres, con acceso a la seguridad social y a los derechos laborales que marca la ley. Explicaron que en el caso de México se debe promover una ley laboral con transversalidad de género que elimine los obstáculos para la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo en condiciones de igualdad. Dicha ley debería integrar lineamientos para erradicar la eliminación de toda forma de discriminación y violencia sexual y laboral hacia las mujeres; y con ello fortalecer la participación equilibrada en la esfera de toma de decisiones. En el empleo las mujeres buscan que se establezca un compromiso bilateral entre naciones que les garantice acceder a la capacitación y a mejores puestos T Cimac

OPINIón Clara Jusidman* *Analista del Cambio Social y presidenta de INCIDE Social A.C.

¿Cómo decidir por quién votar?

E

l segundo debate entre los candidatos y la candidata a la Presidencia nos aportó pocos elementos nuevos como para tomar nuestra decisión sobre por quién votar el próximo 1 de julio. Parecería que en las propuestas y promesas que se hicieron se difumina el perfil ideológico de las posiciones de la y los contendientes y de sus partidos, pues escuchamos propuestas muy similares y nada novedosas. Sorprendió la poca profundidad de los tres candidatos punteros sobre la agenda en materia de política exterior, cuando el país enfrenta un desdibujamiento de su presencia internacional y una falta de claridad sobre su inserción en un mundo cada vez más globalizado. Dos asuntos preocupan de los candidatos y la candidata: En primer lugar su carencia de una visión de Estado clara y profunda tan necesaria en un momento de la historia como el que estamos viviendo, y junto con ello la ausencia de una mayor comprensión del cambio de época que está teniendo lugar y de la creciente complejidad en la que estamos viviendo. Las propuestas parecerían estar más atadas al pasado que mirar hacia el futuro. Algunos ejemplos. La guerra interna en la que se secuestra y mata a decenas de personas, se despoja de propiedades

y de inversiones productivas, y hay un aumento de poblaciones desplazadas y de otras que ya viven en condiciones de violencia crónica, parece no asumirse como una real emergencia nacional en el debate electoral. Tampoco se mencionan los efectos duraderos en la vida de miles de personas y en la producción agropecuaria del cambio climático que, en forma de sequías o lluvias excesivas, ha experimentado en los últimos años más de la mitad de los estados del país. Poco asumen los candidatos el desastre urbano nacional por la voracidad de las empresas inmobiliarias y la permisividad de los gobiernos de los tres niveles, que se muestra en la proliferación de desarrollos en todo el territorio con una gran cantidad de viviendas, de mínimo tamaño, mala calidad, alejadas de las ciudades, sin servicios de saneamiento y sociales, y con altos costos de transporte para sus habitantes. Sólo Josefina Vázquez Mota lo mencionó como un gran logro de los gobiernos panistas porque dieron acceso al crédito hipotecario, y crearon miles de propietarios de palomares mal construidos. Quadri ha destacado el tema en varias intervenciones. No se toma conciencia de que esos desarrollos son nuevos campos de cultivo para las violencias de todo tipo.

¿Cómo entonces ante la poca profundidad del debate podemos tomar la decisión de por quién votar? Se me ocurría que cada uno tendríamos que formular unas cinco o seis preguntas sobre temas que nos interesan y tenemos opinión, y buscar qué candidato o candidata coincide más con nuestros puntos de vista. Aventuraría algunas preguntas que personalmente me interesan. Una primer grupo refiere al papel que los contendientes le asignan al Estado. Así, ver si sostienen que entre menos Estado es mejor, y que éste debe concentrarse sólo en los temas de seguridad pública y nacional, o si reconocen la necesidad de reconstruir un Estado que tenga una participación activa en la regulación y ordenamiento de la vida social, económica y cultural el país y cumpla la obligación de proteger y garantizar los Derechos Humanos de las y los habitantes del país. Otra derivada de la anterior, sería cuál es el papel que le asignan al mercado, al Estado, a las familias y a las personas en el logro del bienestar social. En qué medida piensan que los principales responsables son las personas mismas y las familias, y cuánta responsabilidad le compete al Estado. Si el gobierno debe asumir la provisión directa de servicios sociales como salud, educación y protección social en general, o

sólo ser un financiador mediante transferencias directas de ingreso a las familias, y dejar que los proveedores de servicios sociales sean empresas privadas. Otra pregunta se referiría a la posición que tienen respecto del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, o si ese derecho debe someterse al supuesto bien superior de la familia y la vida. ¿Cómo miran a la juventud y qué proponen para ella y con ella? Qué piensan sobre la reelección de presidentes municipales y legisladores y de la figura de revocación de mandato, así como sobre la autonomía y cómo hacerla efectiva en las instituciones de transparencia y acceso a la información, auditoría, rendición de cuentas, protección de Derechos Humanos y procuración de justicia. ¿Cuál es su posición frente al poder de los consorcios de las telecomunicaciones? Y finalmente ¿cuál es su compromiso con la participación ciudadana en el desarrollo de planes, programas y políticas públicas y, en su caso, cómo la van a poner en práctica? Creo que si cada uno nos detenemos un momento y hacemos una lista de preguntas sobre lo que creemos que debe realizar o dejar de hacer el Estado mexicano, tendremos más claridad para ejercer un voto informado. T Cimac


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milenio

Todas

Llaman a presidenciables, suscribir pacto contra trata

Peña Nieto descarta asistir;

Vázquez Mota y AMLO,

sin definir La Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe urgió a la firma de un pacto para fortalecer una política de Estado que prevenga, combata y sancione este tipo de delitos

CUARTOSCURO

Redacción

A

unque no hay cifras oficiales se estima que medio millón de niñas y mujeres son tratadas y explotadas sexualmente principalmente en el DF, Guadalajara, la frontera norte y centros turísticos como Puerto Vallarta, Acapulco, la costa de Oaxaca, Cancún y la Riviera Maya.

Lo anterior según consta en el informe “sombra” que organizaciones defensoras de los Derechos Humanos presentarán el próximo 17 de julio ante el Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés).

Madres de desaparecidas viajarán a EU en 3ra Caravana del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad a EU Gladis Torres Ruiz

P

ara ser escuchadas y exigir justicia ante la impunidad en la que permanecen los asesinatos y desapariciones madres, padres y familiares de mujeres desaparecidas participarán en la 3ra Caravana por la Paz, que se realizará en territorio estadounidense. En conferencia de prensa, representantes de organizaciones y coaliciones mexicanas y norteamericanas, afirmaron que éste es un hecho histórico que une a dos países por el dolor y una misma lucha que es la paz. La Caravana partirá de San Diego, California, el 12 de agosto para llegar a Washington, D.C. el 10 de septiembre, y que una vez ahí se reunirán con representantes del país vecino para que escuchen los testimonios de las víctimas y exigir el cambio en las políticas

implementadas en la guerra contra las drogas. En entrevista con Cimacnoticias, María Luisa García Andrade, directora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa de Ciudad Juárez, Chihuahua, dijo que en la tercera Caravana encabezada por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), liderado por el poeta mexicano Javier Sicilia, viajarán mujeres representantes de Chihuahua, Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Veracruz, Oaxaca y el Distrito Federal, entre otros. La activista -desplazada de Ciudad Juárez, junto con su familia por su trabajo en la defensa de los Derechos Humanos de las mujeres- agregó que llevará la situación de Chihuahua, “ya que es precisamente en mi estado donde inició la presencia militar y la llamada guerra contra el crimen organizado, la cual se ha traducido en desapariciones y asesinatos de mujeres y niñas”.

La CATWLAC, considera que el tema debería estar incorporado en la agenda de quienes aspiran a algún cargo público, por lo que convocaron a suscribirlo a quienes contienden por la presidencia de la República, de la jefatura de gobierno del DF y presidentes de los partidos políticos. “En Chihuahua ahora hay trata de personas, algo que no teníamos y los asesinatos de mujeres se incrementaron de 2008 a la fecha” El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) señala que los homicidios de mujeres por motivos de género en Ciudad Juárez pasaron de 117 en 2009 a 306 en 2010. Malú García Andrade, agregó que expondrá el caso de su hermana de 17 años, Lilia Alejandra, desaparecida y asesinada en Ciudad Juárez en 2001 pero también representa la voz de otras mujeres. “Mi participación es la de llevar la voz de los familiares de desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez y el contexto en el que éstos ocurren”. La activista lamentó que por falta de recursos algunas madres de familia no puedan asistir

Hasta el momento el único candidato a la Presidencia de la República que ha confirmado su asistencia es Gabriel Quadri de la Torre del Partido Nueva Alianza (Panal), mientras que la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) Josefina Vázquez Mota y el candidato del Movimiento Progresista, integrado por Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, Andrés Manuel López Obrador están por confirmar su asistencia. Enrique Peña Nieto, candidato de la Coalición “Compromiso por México”, integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se negó a suscribirlo “por cuestiones de agenda”. Rosario Guerra Díaz, del Panal y Miguel Ángel Mancera, del Movimiento Progresista, quienes contienden por la jefatura de gobierno del DF, también signarán el Pacto. Hasta el momento los presidentes nacionales de los partidos políticos no han dado respuesta a la convocatoria para fortalecer una política de Estado para prevenir, combatir y sancionar la trata de personas, salvo Agustín Ramos Arizpe, Subsecretario de gestión social del CEN del PRI, quien firmará el documento en representación de. Pedro Joaquín Coldwell, Presidente de dicho organismo. En la firma del Pacto también estarán presentes madres y familiares de niñas y mujeres desaparecidas y asesinadas en el Estado de México, Veracruz, Coahuila y Distrito Federal. La CATWLAC, es pionera en México, Latinoamérica y el Caribe en la lucha contra la trata de mujeres y niñas, trabaja con redes nacionales en 25 países de la región y cuenta con estatus de observador en el Parlamento de Las Américas (ParlAméricas), el Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Acuerdo del Mercado Común del Sur (Mercosur), Parlamento Centroamericano (Parlacen). T Cimac

a la Caravana ya que este viaje es costeado por las propias familias, y la mayoría de ellas son de escasos recursos. No obstante, dijo que realizarán una escala en El Paso, Texas, donde espera poder tener un encuentro con otros familiares que se encuentren en esta situación y escuchar sus casos de manera directa. El año pasado, el Movimiento encabezado por Sicilia emprendió dos caravanas de este tipo a través de México para recuperar las historias de la destrucción causada por la fallida guerra contra las drogas y el crimen organizado. El objetivo en esta ocasión, es increpar a la sociedad civil estadounidense para frenar el flujo de armas hacia México y demandar estrategias de seguridad más efectivas y no violentas, toda vez que en México tanto Felipe Calderón como las y los candidatos a la presidencia de la república han hecho caso omiso de su llamado a la paz y el respeto de los DH. En cuatro estados (Jalisco, Estado de México, Nuevo León y Chihuahua) han desaparecido más de 10 mil niñas y mujeres entre 2009 y 2010 según organizaciones de la sociedad civil. T


Lunes 25 de junio de 2012 o 5

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Exigen cancelación de Prueba ENLACE porque discrimina a niñas indígenas

I

jesús quintanar

ntegrantes de Incidencia Civil en la Educación (ICE) y el Congreso Nacional Indígena exigieron la cancelación de la Evaluación Nacional de Logro Académico (prueba ENLACE), por considerar que discrimina a la infancia indígena. En un comunicado, Danú Hernández coordinadora de ICE –red ciudadana en la que se articulan docentes y especialistas en educación– explicó que esa evaluación violenta el derecho de la niñez indígena a recibir una educación pertinente, toda vez que refleja una “tendencia hegemónica, subordinante, discriminante y excluyente del modelo educativo actual hacia la lengua y cultura de los pueblos originarios”. Abundó que la prueba ENLACE no

aplica una política de educación bilingüe efectiva, ni se opone a la pérdida de las lenguas indígenas. Tampoco incorpora “los saberes y las metodologías propias de los pueblos originarios y su participa-

ción efectiva en esos procesos”, dijo Hernández. Por ello, la activista demandó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que suspenda la aplicación de la prueba en

las comunidades indígenas. Recordó que en febrero de 2011 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) dictaminó que la prueba ENLACE discrimina de forma indirecta a las y los niños indígenas, y publicó 14 resolutivos que la SEP debe acatar para reparar el daño. Hernández agregó que el Conapred determinó que la evaluación educativa incurre en una violación a los Derechos Humanos (DH), en específico al derecho a la no discriminación. Sin embargo, criticó la coordinadora de ICE, ni Conapred ni la SEP plantearon propuestas de solución que garanticen un verdadero derecho a la educación de las niñas y niños indígenas. ICE consideró “poco coherente” que los resolutivos

del consejo no contemplen la suspensión de la prueba ENLACE, ya que “sigue abonando al problema de fondo del tipo de educación que reciben las niñas y niños indígenas”. Danú Hernández precisó que el dictamen del Conapred se dio tras la denuncia interpuesta en julio de 2008 por docentes de la escuela primaria El Porvenir, en el estado de Chiapas, quienes demandaron a la SEP ante el Conapred por la aplicación de la evaluación ENLACE a las niñas y niños de los pueblos originarios. La denuncia se registró con el folio CONAPRED/DGAQR/419/08/ DR/II(CHIS/R289). Criticó que tras más de cuatro años de lucha, amplias movilizaciones de comunidades, maestras y maestros, académicos y organizaciones civiles, la SEP siga discriminando a las niñas y a los niños indígenas de todo el país “con la mayor impunidad”. T Cimac

monedero Carmen R. Ponce Meléndez* Economista especializada en temas de género

¿

Los roles por razón de género pueden cambiar

Es posible cambiar la condición actual de las mujeres mediante políticas públicas con perspectiva de género? La respuesta es afirmativa, ya que las condiciones de género están delimitadas por factores ideológicos, económicos, étnicos y culturales, en un tiempo y espacio determinados. Género es una categoría sociológica; los papeles por razón de género cambian; estos cambios pueden ser inducidos por la acción del Estado y de la sociedad en su conjunto, no tienen por qué ser inmutables. A su vez, estas políticas de género son la condición sine qua non para poder avanzar en la construcción de la democracia, resolver las enormes desigualdades, combatir la pobreza, y generar un desarrollo económico más igualitario. Por tanto es muy importante visibilizar su situación económica y conducir estos diagnósticos a propuestas concretas, para cambiar positivamente su realidad, trabajando en sus condiciones objetivas y subjetivas, en el hogar o en su vida laboral, ya sea en la esfera rural o urbana. Es indispensable eliminar las barreras que impiden a las mujeres tener el mismo acceso que los hombres a la educación, a las oportunidades económicas (propiedad de bienes y oportunidad de ingresos), y a los insumos. Crecer para igualar, pero también igualar para crecer. En este sentido se vive un momento crucial para el país. La renovación del Congreso, una nueva Jefatura de Gobierno en el Distrito Federal y el cambio de la Presidencia; todas ellas condiciones propicias para la definición de una estrategia de desarrollo inteligente, que cierre brechas de género. Para la definición de esta estrategia es indispensable considerar tres ámbitos claves:

1. Hogares por la asignación diferencial de cargas de trabajo y recursos Es urgente la definición de políticas públi-

cas para la armonización del trabajo y la familia, que permitan reducir o eliminar las brechas de género en las cargas de trabajo de los hogares, donde se ejerce una violencia silenciosa contra las mujeres. Durante 2010 –conforme a información proporcionada por el Inegi–, el trabajo doméstico no remunerado realizado por las mujeres aportó 21.9 pesos de cada 100 generados anualmente por toda la economía en su conjunto (PIB), versus una contribución del 5.3 por ciento masculina, ya que de cada 100 horas de este trabajo 79.4 horas es femenino. La situación se acompaña del diferencial de ingresos en los hogares. Se estima que la brecha salarial es de 27 a 30 por ciento.

2. Desarrollo rural y agrícola: propiedad de la tierra y acceso al crédito. Alimentación y soberanía alimentaria La población rural del país se estima en 3 de cada 100 habitantes y se ha feminizado. Ahí se concentra el 60 por ciento de la pobreza extrema. Según CEPAL, por cada 100 hombres en condición de pobreza hay 104.1 mujeres rurales en esa situación. La creciente importación de alimentos –arroz, frijol, maíz, trigo y sorgo– contribuye a su encarecimiento; es indispensable aumentar la producción nacional de alimentos. Según un estudio de la FAO, ésta podría incrementarse de 4 a 5 por ciento apoyando a las unidades agrícolas dirigidas por mujeres, dándoles el mismo acceso a los recursos productivos que tienen los hombres. ¿Dónde están las desigualdades? Menor acceso a los activos, insumos y menores oportunidades de empleo rural. Las mujeres cuentan con explotaciones más pequeñas; cría de ganado menor; tienen una mayor carga de trabajo global (como ir a buscar agua y leña); menor nivel educativo; menos acceso a la información

agrícola y de extensión, además utilizan menos crédito y otros servicios financieros. En caso de estar empleadas, sus trabajos son a tiempo parcial, estacionales y mal pagados; reciben salarios más bajos por el mismo trabajo: es el caso de las jornaleras y las trabajadoras de las agroindustrias.

3. Mercado laboral y acceso a activos fijos como vivienda y agua El rostro de la crisis mundial es el desempleo, en especial de mujeres y jóvenes, acompañado de su creciente precarización. Hoy en México, por cada 10 personas que conforman la fuerza laboral del país cuatro son mujeres. Se trata de 17.8 millones de trabajadoras. El desempleo es de las jóvenes: por cada 10 desempleadas, seis son mujeres en un rango de 14 a 29 años, y las que cuentan con educación media y superior tienen las tasas de desempleo más altas del país (datos al primer trimestre de 2012, Enoe-Inegi). A mayor ingreso laboral, menor participación femenina. Ellas están en la informalidad con los empleos más precarios en cuanto a ingreso y condiciones generales de trabajo. Conforme al método de medición que utiliza el Inegi (unidades productivas sin registros fiscales y contables), el número de mujeres en la informalidad laboral es superior a la masculina, 3 de cada 10 empleos. Sin embargo, si se atiende al criterio de la OIT, basado en la definición de informalidad en función a las relaciones laborales sin protección, el número asciende a 11.4 millones de mujeres sin protección social y sin acceso a las instituciones de salud, es decir, 64 de cada 100 trabajadoras, más de la mitad La informalidad se tiene que atacar en sus tres dimensiones: por su modo de producción, por sus relaciones laborales y en la carencia de registros fiscales o contables. La fuerza laboral femenina es considerada como un ejército industrial de reserva, ya que este fenómeno erosiona sindicatos,

reduce costos laborales, es improductiva y provoca exclusión social. El crecimiento exponencial de la informalidad, migración y precariedad laboral son producto de tres décadas sin crecimiento y recurrentes crisis económicas. El reto es generar empleos dignos y productivos, con recuperación del salario real; para ello es indispensable crecer económicamente, aunque no es suficiente. La creación de empleos dignos tiene que hacerse con una perspectiva de género y será factible con: políticas industriales, agrícolas y de infraestructura, educación y desarrollo tecnológico, retomando la propuesta del Grupo Nuevo Curso, coordinado por el maestro Rolando Cordera. La inversión pública debe aumentar su nivel al doble –10 por ciento del PIB–, entre otras cosas destinada a un ambicioso programa de infraestructura para el desarrollo y una paulatina y selectiva sustitución de importaciones. Es conveniente crear un seguro de desempleo de cobertura nacional, apoyos fiscales y financieros para las Pymes dirigidas por mujeres. El gasto en educación debe pasar del 3.8 al 8 por ciento, conforme al artículo 25 de la Ley General de Educación. Para erradicar la violencia laboral –discriminación, acoso sexual y mobbing– es necesario fortalecer el marco jurídico y la educación no sexista en todos los ámbitos de la vida nacional. Paralelamente, fortalecer y defender las organizaciones de las trabajadoras, ya sean sindicatos o cooperativas. Mujer: trabajo, educación y salud son temas insoslayables en la definición de una nueva plataforma de gobierno. Parafraseando a Shinoda Bolen, hay que hacer un llamado urgente a las mujeres del país para cambiarlo, para lograr la paz. T Cimac ramona_melendez@yahoo.com.mx Twitter: @ramonaponce


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milenio

Todas

OMAR MENESES

Política agraria hunde a campesinas e indígenas

Listos, 3 reportes para denunciar a

Felipe Calderón Las medidas contra la pobreza aplicadas desde 2006 por el Presidente tratan a las mujeres campesinas solo como receptoras de “ayudas asistencialistas” que no resuelven el problema de fondo

L

Gladis Torres Ruiz

o anterior se desprende de tres informes alternos que más de 200 organizaciones defensoras de los Derechos Humanos (DH) de las mujeres presentarán ante el Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), el próximo 17 de julio en Nueva York. En los reportes se denuncia que aunque el comité emitió recomendaciones al respecto en 2006, en el sexenio que está por concluir la pobreza se agudizó de manera particular entre las mujeres campesinas e indígenas. En el informe “El gobierno de México miente”, las organizaciones señalan que en el país 13 millones de mujeres viven en el campo y 5.5 millones son indígenas. Advierten que ante la falta de apoyo muchas de ellas se han visto obligadas a involucrarse en el narcotráfico, debido a que “el maíz ya no es negocio”. “A esto se añade que la mayoría de las campesinas e indígenas carecen de la propiedad de la tierra y las que la poseen, es tan poca,

que no logran vivir de la agricultura que es de temporal. Además la jefatura femenina se va incrementando por el éxodo masculino que migra a Estados Unidos”, agregan. En 2006 el Comité de la CEDAW en su recomendación 21 instó al gobierno de Calderón a aplicar una estrategia eficaz para incorporar la perspectiva de género en todos los planes nacionales, y a estrechar vínculos entre los que están orientados al desarrollo, la erradicación de la pobreza y el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y la No Discriminación contra la Mujer. Además le pidió que en su próximo reporte periódico incluyera información sobre los efectos en las mujeres, en particular las rurales y campesinas, de las políticas macroeconómicas, incluidos los acuerdos comerciales regionales. En sus informes 7 y 8, presentados en 2010 ante el Comité de la CEDAW, el Estado mexicano omitió tales datos, por lo que organizaciones civiles decidieron dar respuesta en estudios alternos.

Hambruna En el informe “Contribución escrita de mujeres rurales, campesinas e indígenas de

los estados de Guerrero y Morelos”, preparado con el apoyo de FIAN Internacional, siete organizaciones que agrupan a más de 150 comunidades indígenas denuncian que en pleno siglo XXI las mujeres no tienen asegurado su derecho a la alimentación. Advierten que en esos estados las mujeres se dedican principalmente a la producción a pequeña escala de granos tradicionales para su subsistencia y la de sus familias. Acusan que programas de apoyo agrícola como Procampo les exigen a las mujeres que para acceder a sus beneficios, posean un certificado agrario para demostrar que son propietarias de la tierra. Tal situación se complica, ya que sólo una quinta parte de quienes poseen dicho documento son mujeres, por lo cual no pueden acceder a apoyos para la producción de granos y otros alimentos para alimentarse. A lo anterior se suma la migración masculina que deja a las mujeres trabajando las tierras. Sin embargo, no existen mecanismos jurídicos efectivos para traspasar la propiedad de las parcelas a estas campesinas, que las trabajan para alimentarse a

sí mismas y a sus hijas e hijos. “Esta situación genera obstáculos para que ellas puedan acceder a programas, proyectos y otras facilidades requeridas para asegurar su derecho a la alimentación adecuada”, abunda el estudio. El tercer informe (“La situación de discriminación y no acceso a la justicia para las mujeres en Chiapas, México”) indica que pese a que la legislación mexicana reconoce a las mujeres el derecho de propiedad en igualdad a los hombres, la realidad en ese estado muestra que las mujeres han accedido a ella en un porcentaje muy bajo, muchas veces en forma temporal y en condiciones muy vulnerables. Sólo 13 por ciento de las mujeres son propietarias de la tierra y de éstas, la mayoría son mestizas urbanas. “La exclusión de las mujeres de la tierra refleja el carácter patriarcal del Estado mexicano que está organizado sobre parámetros que privilegian a los hombres sobre las mujeres, a los mestizos sobre los indígenas y a la propiedad privada sobre la colectiva”, añade.

Asistencialismo En los tres documentos, las agrupaciones ciudadanas exigen que las campesinas e indígenas sean reconocidas no como receptoras de ayudas gubernamentales, ya que actualmente el gobierno solamente presta “ayudas” económicas que no resuelven problemas estructurales en la producción y consumo, ni tampoco entregan los apoyos en los marcos de la justicia de género. Señalan que si bien el Estado mexicano ha implementado programas anti pobreza como Oportunidades, que mejoran la seguridad alimentaria de las mujeres a corto plazo, la dimensión de estos programas tiene un carácter “asistencialista”, y no se encuadra en una estrategia para garantizar la seguridad alimentaria de manera autosuficiente, autónoma y sostenible a largo plazo. Las organizaciones civiles informan que menos del 8 por ciento de los programas agrícolas se destina a personas viviendo en pobreza, de lo cual se puede deducir que una ínfima porción del presupuesto para programas del campo llega a las mujeres. México ratificó la CEDAW en marzo de 1981, y por tanto asumió el compromiso de erradicar la discriminación contra las mujeres, ponderando a esa Convención por encima de cualquier ley nacional con el fin de proteger los DH de las mexicanas. Entre las agrupaciones que elaboraron los tres informes alternos están el Colectivo de Mujeres Campesinas de la Costa Grande, Coordinadora de Madres Solteras, Colectivo de Mujeres Indígenas Pascala del Loro, Organización Campesina de la Sierra del Sur, Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, Defensoras Populares, Unión Nacional de Trabajadores, Red Nacional de Género y Economía, y la Coordinación Nacional de Milenio Feminista. T


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Intentan 4 países “debilitar” a CIDH y CoIDH Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Brasil pretenden debilitar a la Comisión y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para dificultar que víctimas de violaciones a sus garantías exijan justicia ante ambas instancias cuartoscuro

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Anayeli García Martínez

lejandra Nuño, directora del Programa para Centroamérica y México del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) dijo a Cimacnoticias que hay un “fuerte interés” de estos países y de otros miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), para que los casos

que estén en análisis ante la CIDH lleguen a soluciones amistosas sin necesidad de acudir hasta la CoIDH. Nuño puntualizó que principalmente Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Brasil (con gobiernos autodenominados de “izquierda”) quieren endurecer los trámites a través de los

cuales el Sistema Interamericano de Derechos Humanos otorga medidas de protección (que deben ser implementadas por cada Estado) para aquellas personas que se dicen en riesgo. La integrante de Cejil explicó que actualmente la OEA está en proceso de definir a quienes encabezarán la CIDH y la CoIDH. Hasta ahora se han designado tres nuevos jueces de la Corte Interamericana –entre ellos el mexicano Eduardo Ferrer MacGregor–, y

Inicia programa sobre salud reproductiva en Guanajuato Guadalupe Cruz Jaimes

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l Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el gobierno irlandés, comenzaron un programa para fortalecer el acceso a los derechos sexuales y reproductivos en el estado de Guanajuato. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, en esa entidad viven 5.4 millones de habitantes, de los cuales 54.4 por ciento son jóvenes de 25 años de edad o menos, y de éstos, la mitad son mu-

jeres (2 millones 846 mil 947). El proyecto, implementado por la asociación civil Centro de los Adolescentes de San Miguel de Allende (Casa), arrancó este mes y tiene entre sus metas aumentar 80 por ciento el conocimiento acerca de la salud reproductiva entre las y los estudiantes de secundarias de zonas rurales en ese estado, indicó a Cimacnoticias Diego Palacios, representante de UNFPA México. Con esta intervención, el Fondo de Población y la Embajada de Irlanda en el país pretenden mejorar el acceso a la información y uso de métodos anticonceptivos de 3 mil adolescentes rurales, a quienes incorporarán al programa de planificación familiar (PF) de Casa. El acuerdo entre UNFPA México y el gobierno irlandés también busca incidir en el

fortalecimiento de políticas públicas que aseguren el acceso universal a la PF. De igual modo, Casa tiene el objetivo de aumentar el uso de anticonceptivos en jóvenes de comunidades rurales, situación que ha derivado en altas tasas de embarazo en adolescentes. En Guanajuato, caracterizado por su conservadurismo y su oposición a estos temas, 97.5 por ciento de las mujeres en edad reproductiva conoce algún método anticonceptivo, pero sólo 44.1 por ciento los utiliza, según la Encuesta Nacional

de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2009.

Servicios “amigables” para adolescentes Para fortalecer la creación de servicios de Planificación Familiar que respondan a las necesidades de las y los adolescentes, en marzo de 2011 UNFPA y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud, iniciaron un proyecto para diseñar un modelo que permita implementar servicios “amigables, confidenciales y de calidad” para esta población. La iniciativa se lleva a cabo en San Luis Potosí, Oaxaca, Querétaro, Puebla y Guerrero, y consiste en revisar cómo se brindan los servicios (monitoreo y evaluación), capacita-

en próximos días se elegirá al nuevo secretario ejecutivo de la CIDH. Entre los aspirantes a ese cargo están el ex titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Álvarez Icaza; el actual relator de Libertad de Expresión de la ONU, Frank La Rue; y el representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Javier Hernández. Alejandra Nuño apuntó que Cejil, organización que litiga casos de violaciones a los DH en todo el continente ante el Sistema Interamericano, ve con especial preocupación las agresiones contra la población en diversos países de la región que tienen que ver con megaproyectos hidroeléctricos, eólicos y carreteros, entre otros. La defensora de DH hizo un llamado para que todas las organizaciones humanitarias de la región y los gobiernos de cada país abran espacios de análisis sobre el funcionamiento de la CIDH y la CoIDH, y hagan llegar sus observaciones la Asamblea General de la OEA. Nuño aseguró que la CIDH tiene una responsabilidad histórica en designar a la persona con las mayores capacidades y aptitudes, para hacer frente a los ataques y obstáculos contra el Sistema Interamericano. Recordó que el objetivo de la CIDH y la CoIDH es aplicar e interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros tratados internacionales signados por los países miembros de la OEA, con el fin de proteger y defender los DH de todas las personas. La activista alertó que con las pretensiones de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Brasil se pone en riesgo el acceso a la justicia, verdad y reparación del daño de las víctimas, así como la protección de las personas cuya vida o integridad personal esté en peligro. De 2009 a la fecha México ha recibido cinco condenas por su responsabilidad en graves violaciones a DH. T ción del personal de salud, y trabajo con la sociedad civil para promover el acceso a la información acerca de la salud sexual y reproductiva. A partir del modelo que resulte de este proyecto que culmina en diciembre próximo, se instaurarán lineamientos para que las y los proveedores de salud cuenten con una guía para fortalecer los servicios dirigidos a las y los adolescentes, detalló Diego Palacios. El representante de UNFPA México añadió con esta intervención esperan aumentar el uso de estos servicios, y, de este modo, impactar en la reducción de la NIA y de los embarazos no planeados en adolescentes.T Cimac


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Tras las huellas

del padre especial

Hay autores que siguen el camino horadado por Juan Rulfo, van a Comala en busca de su padre: lo desdibujan para recrearlo con sus mejores cualidades, lo idealizan o lo describen tal como era

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Mary Carmen Sánchez Ambriz

Qué tienen en común autores como Shakespeare, Chejov, Kafka, Rulfo, Levi, Kureishi, Pamuk, Amus, Borges, Auster, Shepard, Garibay, Roth, Irvin, Handke, Schulz y Carver? Únicamente su interés por la figura del padre. Tres novelistas mexicanas hacen una introspección de la figura paterna, escudriñan su figura, su recuerdo y cuentan cómo han incorporado su presencia a la literatura. Si algo tienen en común es que se volvieron escritoras gracias a la influencia de su padre. Desde distintas visiones, con sus respectivos apegos y desencantos, Margo Glantz, Carmen Boullosa y Ana Clavel muestran a ese personaje que se ha incorporado a sus libros, a veces con tintes reales y en otras ocasiones míticos. Hombre que solo ellas identifican y que prevalece vivo en su memoria, ser que construyen o derriban cada vez que es necesario, voz que les dio fortaleza y los elementos necesarios para enfrentar la vida.

El otro Trotski Jacobo Glantz fue un poeta judío originario de Ucrania. En la casa de la familia Glantz había 134 retratos del padre, además de los autorretratos que acostumbraba hacerse. Y es que el rostro de don Jacobo siempre fue muy atractivo para los pintores. “Yo anduve días enteros mirando cuando pintaba Diego Rivera el mural del Palacio de Gobierno. Orozco pintaba el de Bellas Artes y hablaba muy poco, no era muy comunicativo. Rivera sí lo era. Me usó como modelo para su Trotski. No era Trotski exactamente, pero yo estaba a su lado, parado, todo el tiempo, mirándolo y le inspiré a su Trotski joven”, le cuenta su padre a Margo Glantz en Las genealogías (1981). Célebre es la anécdota de la familia en donde se narra que al padre lo confundieron con Trotski y ya lo iban a linchar; al día siguiente las fotografías de los padres de Margo Glantz aparecieron en La prensa, “la figura de mi padre sobresalía y su barba castaña y puntiaguda lo hacía muy hebreo”. “En su establecimiento, el Café Carmel en lo que hoy es conocido como la Zona Rosa, Jacobo Glantz igual se enfrentó a golpes con las Camisas Pardas y los miembros antisemitas del Yunke, levantó su voz con su poesía a favor de la república española, de la democracia y de la cultura judía. Su libro de poesías en yiddish, ilustrado por Rivera es una joya, tanto por su mensaje como por sus ilustraciones; fue esta tradición de Glantz de reunir en su mesa a pintores, intelectuales, pensadores y a todo aquel que era alguien en México él que le dio a la Zona Rosa su toque bohemio y único que durante tantos años la identificó como un centro de actividad creativa y de vanguardia de la inteligencia mexicana”, se lee en la página de judíos destacados en México.

Margo Glantz reconoce que adquirió de su padre el gusto por la lectura y la escritura, y de su madre, su apego a la música. Algo interesante en Glantz es cómo ha podido unir ambas facetas, tal es el caso de su novela El rastro (2002), en donde magistralmente conviven tanto las Variaciones Goldberg con la buena prosa.

La herencia de una fractura Carmen Boullosa confiesa que se volvió escritora gracias a la presencia de su padre, quien le contagió el gusto por la lectura. Con los años, su padre fue forjando una valiosa biblioteca con notables títulos de novelas, cuentos y poesía. Aún la narradora conserva algunos de esos ejemplares y los atesora porque, según dice, son sus predilectos. La madre de Carmen murió, al asumir esa ausencia se refugió en la figura de su progenitor y, en cierto modo, heredó también una

fractura: “Yo soy un ser roto”, revela. Dice que la obsesión por el trabajo la obtuvo también de su padre. “Mi papá era adicto al trabajo, vivió para el trabajo. Yo soy Boullosa, como él. Busco obsesivamente dentro del trabajo cómo es mejor que sea cada detalle. El gusto por la vida me viene de los Velázquez, mi familia materna”. La relación de la escritora con su padre se ha reflejado en sus libros, quizá no en orden cronológico pero sí en esencia: con encuentros y desencuentros. De niña tuvo una muy buena relación con él, después en la adolescencia se distanciaron un poco y el caos sobrevino cuando su progenitor decidió volver a contraer matrimonio. “Se volvió otro hombre, hasta sus gustos cambiaron, sus aficiones. Mi relación con él fue pésima, nos veíamos en restaurantes y yo le reclamaba por mis hermanos, lloraba… le hice escenas muy ruidosas en lugares sobrios, elegantes… varias veces lo dejé comiendo solo. Aunque nunca se alejó de mí, no hizo nada por solucionar mis reclamos”. Carmen reconoce que Fernando Boullosa ha estado presente en su literatura, pese a que suele cambiar situaciones y nombres. En su primera novela, Mejor desaparece (1987), la figura del

padre es vista como alguien extraño, pues él es quien invita que a el caos entre a la casa. En su segunda novela, Antes (1989), el padre es el único que queda con vida, una especie de ancla que no puede contener la llegada de la tormenta: la muerte de la madre. Y en su poemario más reciente La patria insomne (2012), la escritora hace que la patria se identifique con la imagen del padre, un hombre en apuros. “Con mis hijos fue un abuelo cariñoso, cuando eran niños. Y conmigo, lo repito, amoroso, presente. Sin embargo, en su vejez, mi dolor ante él es aún mayor, al igual que para mis hermanos, porque queda más claro que no es nuestro. No sólo nos desheredó: nos quedamos sin él. Mi papá es para mí una llaga viva”.

Recobrar el paraíso José Gómez, padre de Ana Clavel, falleció cuando ella apenas tenía tres años. Explica que lo conoció poco, pero que los recuerdos que posee de él los atesora y con el tiempo los ha agigantado: “Creo que mi sed de vida, que a los once años buscó saciarse en los libros, es una larga búsqueda para colmar su ausencia. Cuando se me reveló la escritura siendo adolescente, sin saberlo me situé en el discurso del deseo: una narrativa para transitar hacia el paraíso de lo que no había tenido, lo que hacía falta, y cuya fantasía en movimiento me permitía posponer la pulsión de muerte. Tal vez por eso es que mis libros, uno tras otro y desde diversos ángulos, se inscriben en la poética del deseo imposible, el deseo que no ha de ser jamás saciado”. A partir de esta relación idealizada, Clavel considera que si se hizo escritora fue por su padre, porque “si hubiera vivido 15 o 20 años, no habría tenido que inventarlo en la ficción ni inventarme a mí misma en el deseo… como cuando escribí Las violetas son flores del deseo (2007), esa novela en la que se habla de una pasión incestuosa entre un padre y su hija adolescente, en cierta medida, la que me habría encantado tener con él”. Al hurgar en la obra de Clavel es posible hallar a la figura de Javier García en Los deseos y su sombra (2000), es el padre de la protagonista Soledad García, a quien se le cumplen sus deseos de manera fallida, como cuando desea desaparecer para no enfrentar la vida y entonces se vuelve invisible a los demás. “El padre de Soledad García corresponde a la visión idolatrada que yo me inventaba de niña respecto a mi propio padre”, comenta la narradora. “Así empezó Soledad a construir un mito propio: su padre capaz de detener al mundo para realizar sus deseos. Y cuando se tuvo que morir –porque podía para el mundo, pero no detener a la muerte– le dejó las historias y aquel don de los deseos que entonces ella no conocía del todo”, escribe Clavel. T


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BIBLIOTECA FEMENINA

Mary Carmen Sánchez Ambriz

Sin censura Ellas, tecleando su historia, Elvira García, Prólogo de Miguel Ángel Granados Chapa, Grijalbo, México, 2012

Elvira García es una periodista que se ha distinguido por analizar el papel de los medios de información. En este proyecto tuvo la idea de entrevistar a 14 mujeres periodistas que han destacado por su labor, voces femeninas que no han dejado de poner en claro determinada información hasta sus últimas consecuencias, aunque éstas no sean favorables para ellas; algunas han sido perseguidas e, incluso, amenazadas. Circunstancias del oficio, dirán algunos. Lo cierto es que no es fácil hacer un periodismo comprometido en una democracia incipiente, en un país que vive inmerso en una guerra imposible, en una nación donde impera la corrupción. Cualquiera que revise la historia del periodismo mexicano en el siglo XX, podrá percatarse que se trata de un recuento con fisuras y, muchas veces, amordazado. Hubo años en donde la censura estaba a la orden del día y con dinero se silenciaba a los periodistas incómodos. Desde el 2000 hemos sido testigos de una apertura en los medios de comunicación. No obstante, todavía hay secuelas de querer utilizar a la prensa a la vieja usanza. Hay ocasiones en

que la ley del más fuerte se impone, pero no es el caso para estas mujeres periodistas. En estas páginas conocemos cómo Ana Lilia Pérez logró hallar documentos que daban constancia de la corrupción que se hace en el sector energético; Lilia Saúl Rodríguez se convirtió en una de las periodistas incómodas al usar la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información. Beatriz Pereyra se propuso ser reportera de deportes en un mundo donde sólo se tomaba en serio a los varones; Marcela Turati sabe que ser mujer y periodista entraña doble peligro en zonas de narcoviolencia, en donde también el Ejército y la Marina han tomado las calles. Anabel Hernández cuenta lo ocurrido con el toallagate durante el sexenio de Vicente Fox; Dolia Estévez revela que fue víctima de un acoso legal y psicológico por parte de Hank Rohn; Adriana Malvido refiere su pasión por el periodismo cultural; Alicia Salgado elabora interesantes aportaciones sobre la crisis financiera; Blanche Petrich aborda lo que se esconde tras bambalinas en el periodismo mexicano; Sara Lovera acentúa los derechos y la igualdad de las mujeres; Ximena Ortúzar narra sus experiencias como corresponsal de América Latina; Anne Marie Mergier cuenta cómo el periodismo cambió su vida y lo complejo que ha sido vivir entre Francia y México; Dolores Cordero refiere su inicios en el comunismo y Estela Calloni puntualiza que “el reto del periodismo de hoy es ponerse junto a los pueblos”.

En busca de equilibrio Mujeres al rescate de la fuerza interior, Alicia López Blanco, Paidós, México, 2011

Una frase de Mary Shelley, incluida en esta edición, sintetiza la idea del libro: “No deseo que la mujer tenga más poder que los hombres, sino que tenga más poder sobre sí misma”. Alicia López Blanco es una psicoterapeuta que se ha dedicado a reflexionar sobre los distintos procesos de adaptación y desarrollo que tienen lugar en los seres humanos. Entre los libros que ha publicado se encuentran El cuerpo tiene la palabra, El lenguaje de los pies, Qué es la salud holística, Por qué nos enfermamos y La salud emocional. Tomando como base este último título, la autora decidió compartir su experiencia con mujeres que se han acercado a ella y han dado testimonio de sus inquietudes y logros. La doctora López Blanco tuvo la idea de armar grupos terapéuticos en torno a las problemáticas que ocupan y preocupan a las mujeres, con el propósito de compartir deseos, necesidades, dar lo que cada una disponga y recibir del mismo modo, aprender y generar con la potencia de la fuerza femenina. Las mujeres que integraron los diferentes grupos, según cuenta, lo hicieron por distintas motivaciones: compartir experiencias,

Más desafíos que logros, a dos años de Cairo+20

AL y el Caribe, ejemplo de rezago institucional: UNFPA

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Guadalupe Cruz Jaimes

dos años de que se realice la Conferencia Internacional Cairo+20, la agenda sigue vigente en América Latina (AL) y el Caribe debido a que los países de la región han incumplido los compromisos asumidos en salud materna de las mujeres y el respeto a sus derechos reproductivos. Lo anterior lo señaló Virginia Camacho, de la oficina regional para AL y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), durante el segundo día de trabajo del foro “La salud materna en América Latina y el Caribe: la agenda inconclusa”. En el encuentro, organizado por el Grupo de Trabajo Regional para la reducción de la muerte materna (GTR) y la organización Women Deliver, Camacho señaló que desde la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, que se realizó en El Cairo, Egipto, en 1994, la salud sexual y reproductiva no ha sido prioritaria para los países de la región, pues hasta ahora sólo han llevado a cabo acciones incipientes. Por ello, advirtió, persisten desafíos en la región planteados hace casi 20 años como mejorar la salud materna, ya que el riesgo de una muerte relacionada con el embarazo, parto o puerperio en AL es de una por cada 580 mujeres, y de una por cada 220 en el Caribe. La especialista expuso que la inversión para abatir esta problemática ha sido insuficiente

en varios países, por lo que la razón de muerte materna (RMM) sigue siendo alta. En promedio hay 80 decesos de este tipo por cada 100 mil nacidos vivos en la región. Esta situación se recrudece en las mujeres indígenas, afrodescendientes y pobres, quienes tienen los índices de MM más altos debido a las deficiencias en la capacidad de respuesta del sistema de salud, pero también es un reflejo de la inequidad social. En este tema la región está “estancada”, ejemplo de ello es que en algunos países los datos sobre salud sexual y reproductiva de las mujeres no se desagrega por población indígena y grupos de edad. La MM también está ligada a la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pues en AL y el Caribe dos de cada 100 mil fallecimientos relacionados con el embarazo, parto o puerperio se atribuyen a esta enfermedad, mientras que 3 por ciento de las defunciones están ligadas con el Sida. Virginia Camacho

refirió que es preocupante la alta tasa de fecundidad en las adolescentes como resultado de la falta de educación sexual integral, acceso a anticonceptivos, y leyes restrictivas que en algunos países prohíben a las y los menores de 18 años adquirir métodos de control natal. La joven mexicana Cecilia García denunció que la mayoría de los 215 millones de personas jóvenes que habitan en la región no recibió educación sexual integral y científica, laica, crítica y de calidad, a pesar de que es uno de los compromisos asumidos por México. En las aulas “me hablaron de la menstruación, de cómo usar toallas sanitarias, pero nunca de que tenía clítoris y de la posibilidad de auto erotizarme; no mencionaron mis derechos sexuales y reproductivos”, acusó. La joven refirió que rumbo a Cairo+20 es preciso que los países se comprometan a invertir más en estrategias integrales para garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva. T

ocuparse de asignaturas pendientes, identificar deseos, estimular y acompañar cambios, entenderse mejor, sentirse acompañadas en determinadas etapas, poder reírse de ellas mismas. Los temas emergentes giraron alrededor de su pareja, lo femenino, lo masculino, la madre, el padre, los hijos, las distintas etapas del ciclo vital, el amor, los celos, la fidelidad, el divorcio, la sexualidad, las familias ensambladas, los mandatos, la trasgresiones, los duelos, la necesidad de descanso, aire libre y contacto con la naturaleza. El lector encontrará los retratos de 10 mujeres que han vivido alguna de las circunstancias antes mencionadas. Por ejemplo, con Dalia se abordan temas como belleza y salud, cuerpo y autoestima, la conexión con el propio cuerpo; con Margarita se explora la esencia femenina, el modelo de mujer y la intuición; Lis propicia una reflexión sobre el enemigo en casa, el cambio posible y la manera que tenemos de sabotear nuestros propios proyectos; Rosa invita a que se hable de la amistad, competencia y envidia entre mujeres, y de las estrategias para construir y sostener amistades; mientras que Violeta aborda la función materna, la ética y confianza, la figura del apego, el saber perdonar, reparar y transformar, ente otras historias que se desprenden. Como bien apunta Anaïs Nin, “el equilibrio no se busca por asociación con otros; debe existir dentro de nosotras mismas”.

Fortalecerá colaboración con gobiernos en combate a VIH/sida Redacción

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NU Mujeres se unió al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y Sida (Onusida), como uno de sus copatrocinadores, con el propósito de fortalecer el trabajo del programa a favor de la igualdad de género en la respuesta a la enfermedad. Con la incorporación oficial de la entidad de Naciones Unidas que promueve el empoderamiento de las mujeres, aprobada el pasado 5 de junio, también pretenden mejorar la colaboración de los gobiernos, las organizaciones y movimiento de los derechos de las mujeres con el Programa Conjunto. En un comunicado, César Núñez, director regional de Onusida para América Latina y el Caribe, señala que la suma de ONU Mujeres como undécimo copatrocinador del programa, abona a la igualdad de género, esencial para dar una respuesta eficaz al virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Su participación también favorecerá el respeto a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, sobre todo de quienes tienen el virus. Actualmente, en América Latina y el Caribe 540 mil mujeres viven con VIH, enfermedad que se ha convertido en la principal causa de muerte en el mundo sobre todo en edad reproductiva, advirtió Núñez. Abundó que la disparidad de género y las violaciones a los derechos de las habitantes de la región, obstaculizan su acceso a servicios de salud especializados en la atención de personas con el virus. Moni Pizani, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, aseguró que resulta vital incorporar el enfoque de género en políticas, programas y actividades relacionadas con la prevención, sensibilización y atención del VIH/sida. Pizani añadió que la cooperación de ONU Mujeres fortalecerá el liderazgo y la participación de las mujeres que viven con el VIH en los espacios de toma de decisiones. La directora regional de este organismo de Naciones Unidas puntualizó que la integración de género y VIH es fundamental para la estrategia de ONUSIDA y ONU Mujeres. T


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La revictimización, una forma de institucionalizar la violencia especial

Mario Patrón Sánchez

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Testimonio n la historia de Laura queda la constancia de las afectaciones psicosociales ocasionadas por un círculo de violencia doméstica sistemática vivida desde su infancia y en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). En el momento en que ella confió el caso del secuestro de sus dos hijas menores de edad a la (PGJDF), en esa dependencia fue revictimizada al ser exhibida —de forma engañosa e impune— frente a los medios de comunicación como cómplice de quienes cometieron una serie de delitos en contra de ambas adolescentes y que derivaron en la muerte de una de ellas. Mientras este caso se investiga en instancias judiciales para determinar o no la culpabilidad de Laura, ella permanece en una cárcel del Distrito Federal estigmatizada por un juicio mediático que de antemano ya la sentenció. Este es uno de los 12 casos que integran la investigación que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) realizó para emitir la recomendación 3/2012 por la exhibición de personas, publicidad de su información confidencial y la contenida en los expedientes de averiguación previa por parte de la PGJDF. Un círculo de violencia Desde su infancia y hasta su vida adulta Laura ha sido víctima de violencia psicológica, física, sexual y económica. En un episodio que le resulta inolvidable —y aún doloroso—, ella recuerda la discriminación que enfrentó por estar embarazada cuando cursaba sus estudios en la Escuela Militar de Enfermeras, los cuales no logró concluir. A su mente vienen también los maltratos padecidos durante los 12 años que duró su primer matrimonio. A lo anterior se suma la violencia ejercida por su última pareja, Joaquín, quien aumentó de por sí su grave situación de vulnerabilidad, aislándola a ella y a sus hijos pequeños de sus familiares y amigos. En este contexto de abuso, maltrato, humillación y vejaciones, Joaquín abandonó la casa llevándose cautivas a las dos hijas menores de edad de Laura. A partir de ese momento él comenzaría la cadena de extorsiones, a través de la cual, cada cierto

Mario Patrón Sánchez, primer visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF)

tiempo, exigía a Laura un pago económico a cambio de darle información sobre la vida de sus hijas adolescentes. Transcurrido algún tiempo y sin la claridad sobre a qué instancia acudir para solicitar apoyo, Laura y su hermana recorrieron las oficinas del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas de la Procuraduría General de la República, donde ambas señalaron no haber encontrado sensibilidad para entender la gravedad del delito ni apoyo inmediato para investigarlo. Lo que sí encontraron, dijeron, fueron muchas advertencias sobre la posible culpabilidad de Laura en este caso, las cuales se basaban en diversos argumentos intimidatorios, entre éstos, el que ella dejara pasar tiempo para presentar la denuncia formal. Laura tuvo que recibir apoyo psicoterapéutico para comenzar a ser consciente de la gravedad del problema que ella había normalizado debido a la constante violencia

en la que vivía. Posteriormente, acudió a la PGJDF a realizar una denuncia formal en contra de Joaquín. La respuesta que recibió fue la misma: insensibilidad, criminalización y dilación en la investigación ministerial. Ella pensaba que en cuanto contara su historia a las autoridades, éstas comprenderían la situación y buscarían a sus hijas de inmediato. Sin embargo, esto ocurriría cuatro meses después, cuando mediante la intervención de la CDHDF la Procuraduría capitalina llevó a cabo un operativo en el que rescató solo a una de las hijas de Laura, debido a que la más pequeña presuntamente había sido asesinada por Joaquín.

La exhibición Sin informarle previamente a Laura sobre este suceso, se le citó un día después en la Fiscalía de la PGJDF que llevaba la investigación, donde le dijeron que debía reconocer a las personas que habían sido detenidas. Sin embargo, la realidad sería otra. Al llegar al lugar Laura fue detenida con engaños, y pasó

de estar en calidad de víctima a la de presunta culpable. Ignorando lo que ocurría, Laura siguió cada una de las instrucciones de las autoridades y fue trasladada a otro lugar, donde pensó que vería a sus hijas. Accedió a entrar en una sala donde ya estaba Joaquín con otros de sus familiares detenidos y ante ellos un grupo de periodistas y fotógrafos reunidos. Fue entonces que Laura se percató de que estaba en una conferencia de prensa organizada por la PGJDF, donde la presentaban, junto con las otras personas detenidas, como parte una supuesta banda que había privado de la libertad a sus hijas y asesinado a una de ellas. Fue la noticia de esa tragedia lo que en ese momento impactó terriblemente a Laura. Hoy, ella está internada en uno de los reclusorios femeniles del Distrito Federal, presenta una salud psicoemocional muy disminuida, en parte debido a que en cada comparecencia ante el juez ella debe estar junto a Joaquín, su agresor y el de sus hijas, quien sigue ejerciendo violencia psicológica en su contra. Cuando Laura acudió a una agencia del Ministerio Público para presentar una denuncia no comprendía lo que significa el acceso a la justicia y, aún ahora, ella no cree que eso exista. ** Los datos personales se relacionan con los nombres y demás datos de las personas involucradas, por lo que han sido cambiados y en algunos casos omitidos en razón de que son confidenciales y para uso exclusivo de las propias víctimas y de quien maneja la investigación relacionada con cada caso en la cdhdf. Lo anterior con fundamento en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículo 6º, párrafo segundo, fracción ii), en la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal (artículos 4º, fracciones i, vii, xv y xx; 11, párrafo segundo; 26; 36, párrafo primero y 38, fracciones i y iv), en la Ley de Protección de Datos Personales para el Distrito Federal (artículos 2º, párrafo cuarto y 5º, párrafo sexto) y en los Lineamientos para la Protección de Datos Personales en el Distrito Federal (artículo 5º). T El texto completo se encuentra en la Revista el DFensor No 5 del 2012 http://dfensor.cdhdf.org.mx/ DFensor_05_2012.pdf


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rené soto

Conciliar vida

familiar y laboral, pendiente de la agenda de derechos humanos Históricamente, la cultura ha determinado las actividades que deben realizar las mujeres y los hombres en la sociedad, lo que ha establecido una división del trabajo en función del sexo Dr. Luis González Placencia*

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n este establecimiento de roles, al hombre se le ha asignado socialmente el papel de “proveedor” de la familia y a la mujer el de “reproductora de la prole”, responsable del hogar, la familia y la crianza de los hijos e hijas. Se trata de una división del trabajo que aunque se transforma rápidamente según la cultura y el momento histórico que se analice, sigue siendo uno de los pilares que sostiene la desigualdad entre mujeres y hombres e impide el acceso de las mujeres a sus derechos humanos. Muchas personas podrían pensar que hoy en día el trabajo de las mujeres es reconocido, valorado y pagado igualmente que el de los varones, pero esta idea está muy alejada de la realidad. Según datos de la

Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, 2010), la cantidad de mujeres en el trabajo remunerado es inferior a la de los hombres; alrededor de 35 de cada 100 mujeres contribuyen a la producción de bienes y servicios de manera remunerada, mientras que prácticamente 70 de cada 100 hombres perciben un remuneración por su trabajo. Esto no significa que las mujeres en México trabajen menos que los varones, sino más bien, que la proporción de mujeres que no reciben un sueldo por el trabajo que realizan es mucho mayor que la de los hombres De las 79 millones de personas que trabajan de manera remunerada o no remunerada en México, 42.3 millones son mujeres (53.5%) y 36.7 millones son hombres (46.5%). La mayor presencia de las mujeres en el trabajo total es resultado de la hegemonía que tienen en el trabajo no remunerado y de su creciente inserción en el mercado laboral. La carga de trabajo medida a través de las horas promedio semanales trabajadas, profundiza en el análisis de género sobre el tema y permite hacer visibles las inequidades y contribuciones que hacen hombres y mujeres a la producción general de los bienes y servicios. De acuerdo con datos de la ENOE (2010), las mujeres destinan 46.7 horas en promedio a la semana al trabajo, mientras que los hombres dedican 41.8; esta diferencia de la carga global sin duda está determinada por la división sexual del trabajo, que suma las horas de trabajo remunerado con las horas de trabajo dedicadas a las actividades de mantenimiento del hogar. Las personas adultas mayores y los/as jóvenes reportan las menores cargas de trabajo total, no obstante, en todas las variantes sociodemográficas medidas por la ENOE (según edad, ámbito rural o urbano, escolaridad, etc.), las horas que las mujeres destinan al trabajo es superior a la de los hombres, sin embargo mientras que 70 por ciento de los hombres perciben una remuneración por su trabajo, únicamente 35% de las mujeres reciben remuneración por el trabajo que realizan (Mujeres y Hombres, 2011). Los datos revelan entre otras cosas, que la

inserción de las mujeres en el mercado laboral no se ha reflejado en una menor carga de trabajo familiar o una redistribución de los roles tradicionales de género, sino que más bien ha reforzado la “doble jornada femenina” que enfrenta a millones de mujeres en México a la necesidad de conciliar su trabajo dentro y fuera del hogar. La nueva dinámica de las mujeres ha impactado y generado conflictos en la organización de las familias y por lo tanto en la organización social en general. Las mujeres han tenido que desarrollar estrategias para encargarse del trabajo doméstico mientras están fuera del hogar (redes familiares que cuiden a sus hijos/ as, contratación de servicios de guardería, de trabajo doméstico, etc.), en tanto que los demás miembros de la familia se han enfrentado a la necesidad de compartir las tareas del hogar; así la sociedad ha visto surgir una problemática que requiere más que la voluntad de la familias, de la creación de políticas públicas que atiendan las nuevas necesidades de las mujeres. En este contexto el problema de la conciliación entre vida familiar y laboral se revela como una de las acciones afirmativas más urgentes en la agenda de género. Las llamadas “políticas conciliatorias o de coresponsabilidad” promueven cuestiones tales como la creación de guarderías para las/los hijos de las madres y padres trabajadoras/es, horarios más flexibles, permisos de paternidad para que los hombres tengan más tiempo para compartir con su familia y sobre todo, incrementar su participación en las tareas domésticas, con el fin de establecer un equilibrio para ambos sexos y de reducir la carga que actualmente representa la doble jornada para las mujeres. En algunos países las políticas conciliatorias han tenido éxito con acciones como: a) Organización del tiempo de trabajo que permita la convivencia de los tiempos personales, familiares y laborales sin reducir la productividad en laboral: modificación de los horarios de trabajo licencias laborales, promoción de la jornada parcial y flexibi-

lización temporal y parcial del trabajo. b) Las de “reorganización de las tareas” dentro del ámbito doméstico, que implica cambios culturales en la escuela, la familia y el mercado de trabajo y, c) Otorgar subsidios para adquirir en el mercado servicios privados para el cuidado de los hijos y prolongar del horario escolar, entre otras medidas. Desafortunadamente hasta ahora en México, a pesar de los compromisos firmados por el Estado mexicano en esta materia, los intentos en política pública enfocados en la conciliación de familiatrabajo, han sido esfuerzos desarticulados y poco efectivos. En este sentido, y a la luz de la reforma constitucional en derechos humanos publicada en 2011, con la que se reconoce a los derechos humanos como eje de la democracia y de la política pública en el país, resulta fundamental citar algunas de las obligaciones en materia de políticas conciliatorias que el Estado mexicano tendría que cumplir a la brevedad. En la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), firmada y ratificada por México desde principios de los años ochenta, los estados parte, se comprometieron a adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, condiciones de igualdad entre mujeres y hombres. En las Nuevas medidas e iniciativas para la aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, firmadas y ratificadas en los años noventa, se invita a los gobiernos a la adopción de diversas medidas relacionadas con los derechos económicos y sociales de la mujer, el acceso igual a los recursos económicos y el control sobre ellos y la igualdad en el empleo y cobrar conciencia de la necesidad de compaginar las obligaciones laborales y familiares y de los efectos positivos de la adopción de medidas tales como la licencia por maternidad y paternidad, y también de la licencia para atención de los hijos y los servicios y prestaciones para atender a los hijos y a la familia. En el Consenso de Quito (art. XII) se reitera la responsabilidad del Estado con el desarrollo de políticas públicas que permitan conciliar el trabajo doméstico no remunerado y la vida laboral, específicamente el habla de la corresponsabilidad para la vida familiar y laboral. Estos compromisos ratificados por el Estado mexicano, no pueden seguir siendo ignorados y deben servir como carta de navegación para generar políticas públicas que faciliten el acceso de las mujeres al pleno uso y ejercicio de sus derechos. T *Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal


12 o Lunes 25 de junio de 2012

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Elecciones del 1º de julio

Más de 50% de los votantes

serán mujeres y cerca de 1 millón lo harán por primera vez

Gustavo Graf

El próximo 1º de julio tendremos muchas razones para celebrar. Una de ellas, a mi juicio, es la importante presencia que tendrán las mujeres en las diversas tareas y responsabilidades que se desplegarán ese día en todo el país

P

María Macarita Elizondo Gasperín

ara muestra un botón. Miren ustedes, según los datos del censo de población 2010, de los 112.3 millones de personas que habitan el territorio nacional, 48.8% son hombres y 51.2% mujeres. Esta diferencia porcentual en la composición demográfica del país se refleja también en el padrón electoral y la Lista Nominal de Electores. El primero está integrado en un 51.64% por registros femeninos y 48.36% masculinos, mientras que la Lista Nominal de Electores presenta la siguiente correlación de género: 51.85% y 48.15% de mujeres y hombres, respectivamente. Al frente de la enorme responsabilidad que tendrán los Consejos estatales y distritales del IFE, contaremos con 49.2% de mujeres, casi la paridad de género en esos órganos colegiados. En el caso de las candidaturas que contenderán ese día por las distintas fuerzas políticas, 42% de diputaciones y senadurías de mayoría corresponden a mujeres, mientras que 49% de las candidaturas para diputados y senadores de representación proporcional serán masculinas. Estos últimos porcentajes son resultado, en gran parte, de la reforma político-electoral de 2007-2008, que estableció la obligación a los partidos políticos de dedicar 2 por ciento de su financiamiento público para actividades ordinarias permanentes a la capacitación, promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres. Este financiamiento alcanzó un monto de $67,222,417 en 2012, casi 5 millones de pesos mayor al correspondiente a 2011. La distribución para el presente año por partido político fue, en términos generales, la siguiente: PRI, 21.5 millones, PAN, 17, PRD, 9, PVEM, 6, PT, 5, Nueva Alianza, 4.5, y Movimiento Ciudadano, 4. La aplicación del financiamiento para fortalecer el liderazgo político de las mujeres, de acuerdo con el Reglamento de Fiscalización del IFE, actualizado en 2011, considera los siguientes rubros: 1) Capacitación y formación para el liderazgo político de la mujer; 2) Investigación, análisis, diagnóstico y estudios comparados; y 3) Divulgación y difusión. Los partidos políticos deben presentar un programa de gasto para la capacitación promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres, donde retomen los elementos siguientes: acciones afirmativas, adelanto de

Consejera electoral del IFE

las mujeres, empoderamiento de las mujeres, igualdad sustantiva, perspectiva de género, y liderazgo político de las mujeres. Evidentemente, los partidos deben rendir cuentas de manera oportuna sobre la ejecución del programa de gasto en esta materia. Aunque no se alcanzó la paridad, se debe reconocer que el número de candidatas tanto a diputadas federales como a senadoras es el más alto en la historia electoral del país, lo cual se puede atribuir al cumplimiento estricto de la cuota de género por parte de los partidos y coaliciones, que establece un mínimo de 40% de candidaturas del mismo género, bajo el último criterio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de que no podrían excluirse de tal cumplimiento las candidaturas que hubiesen resultado de un proceso democrático al interior de los partidos. Se puede proyectar asimismo una mayor participación de mujeres que de hombres en

la integración de las mesas directivas de casilla, que se instalarán el próximo 1º de julio, al menos igual a la que se registró en el proceso electoral de 2009, que fue de 57% de mujeres. Ello, gracias al entusiasmo con el que se sumaron las mujeres desde la etapa misma de la capacitación, toda vez que, sobre la base del 10% de personas insaculadas de la Lista Nominal de Electores, la mayor parte que aceptaron capacitarse, y lo hicieron, fueron mujeres: 57% en la primera etapa de capacitación. Se puede esperar que más del 50 por ciento de las personas que acudan a votar sean mujeres, tomando en cuenta que en las pasadas elecciones federales de 2009, el voto del 55.7% fue de mujeres y 44.3% hombres. Bajo esta tendencia, del universo de mujeres que ejercerán su derecho al sufragio, es probable que alrededor de un millón de ellas, de entre 18 y 19 años de edad, acudan a votar por primera vez.

Esta importante fuerza emergente de las mujeres, nos permite concluir que las elecciones federales de julio próximo permitirán un incremento de su presencia en el Congreso. En la presente legislatura tal porcentaje alcanza 30% y 20%, en la integración de la Cámara de Diputados y de Senadores, respectivamente. La participación de las mujeres en el proceso electoral en curso, ha sido y seguirá siendo de la mayor importancia. El próximo año celebraremos 60 años del reconocimiento del voto de la mujer en México, podemos empezar a celebrarlo desde este 1º. de julio. ¿No les parece? T


Lunes 25 de junio de 2012 o 13

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CLAUDIA GUADARRAMA

¡Mujeres, a votar!

Por refrendar

nuestra ciudadanía Estamos ya en la antesala de la jornada electoral del próximo 1 de julio, uno de los momentos que con mayor ímpetu definirán el próximo sexenio

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María del Carmen Alanis

espués de más de 43 millones de spots y en el marco de la “veda electoral”, los mexicanos tenemos unos días de reflexión para decidir si ir a votar y, en su caso, por quién hacerlo. La segunda cuestión, el sentido del voto, proviene del fuero interno de cada persona: votar por la opción que mejor se ajuste a nuestra preferencia política. La respuesta a la primera pregunta, sin embargo, es menos clara. Se requieren ciertos incentivos para suspender las actividades dominicales en aras de ejercer nuestros derechos ciudadanos. Estoy convencida de que bien vale la pena hacerlo. Ganamos más si votamos. Pienso, además, que para las mujeres mexicanas votar es una responsabilidad histórica. A continuación algunas razones. • Influir en la agenda de gobierno.- A los rezagos que enfrenta el país se añaden otros que impactan en forma directa a las mujeres, como las muertes maternas, el cáncer de mama o la violencia familiar. De ahí la importancia de que el mandato que reciban los representantes populares que sean electos incorpore en forma contundente, una deman-

da social por generar políticas públicas que atiendan en forma eficaz problemas asociados a la desigualdad de género. • Respaldar la actividad legislativa.- Como resultado del impulso que el Congreso, el Instituto Federal Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los partidos han dado al fortalecimiento de la participación política de las mujeres, este año se cuenta con la más alta proporción de mujeres candidatas a legisladoras federales registrada en la historia. El círculo virtuoso se completará en la medida en que los protagonistas de los procesos democráticos – los ciudadanos – participen en plenitud. Para que las y los representantes populares que resulten electos puedan conformar una masa crítica capaz de generar cambios cualitativos, es necesario que cuenten con la legitimidad que sólo el voto ciudadano otorga.

• Actuar estratégicamente.- Las mujeres somos la mayoría del Listado Nominal (52%), lo que nos coloca en posición de influir en forma decisiva en la elección de nuestros representantes. Ello supone, sin embargo, que utilicemos esa posición estratégica acudiendo a las urnas. Así lo hemos hecho en otras ocasiones. Según estimaciones del IFE, en la pasada elección federal, 58% de quienes votaron fueron mujeres. Están dadas las condiciones para que, en 2012, el voto de las mujeres sea decisivo. • Generar cultura cívica.- Por décadas, la cultura patriarcal difundió el mito de que las cuestiones públicas debían ser ajenas a las mujeres. Nada más equivocado. Las sociedades con mejor desempeño económico son precisamente aquellas en que hombres y mujeres participan – en igualdad de condiciones – en las cuestiones públicas. El voto es una manera – quizá la más sublime – de ejercer la ciudadanía para refrendar nuestro compromiso con los asuntos del país. • Generar un mejor futuro.- En la Consulta Infantil y Juvenil 2012 que organizó el IFE, 2.4 millones de niñas, niños y adolescentes expresaron su interés por participar. Los de mayor edad externaron una creciente sensación de que no son escuchados. Si los ciudadanos del presente hemos de dejar un mejor país a las niñas y los niños, debemos hacernos cargo de escucharlos y traducir sus inquietudes en demandas so-

ciales que generen políticas públicas eficaces. • Respaldar a nuestra comunidad.- Dos y medio millones de ciudadanos fueron capacitados para su posible integración a las mesas directivas de casillas. Ese esfuerzo social, sin precedente en la historia del país, sólo tiene sentido en la medida en que los votantes acudamos a las urnas. Tenemos una responsabilidad con nuestras comunidades. Ir a las urnas a emitir el voto nos permite demostrar que ese esfuerzo social no fue en vano. • Responsabilidad histórica. La lucha de las sufragistas que posibilitaron el voto de la mujer en México a mediados del siglo pasado y la que todavía emprenden millones de personas en el mundo por fortalecer las posibilidades de participación de las mujeres sólo puede ser correspondidos en la medida en que las mujeres ejerzamos nuestros derechos político – electorales. Mientras que las mujeres de Arabia Saudita se están preparando para votar por primera vez, las mexicanas tenemos la oportunidad de refrendar nuestra ciudadanía nuevamente este 1º de julio. Tenemos una oportunidad para revertir la caída en las tasas de participación y hacer de ésta una elección histórica. Los partidos y candidatos ya se han expresado. Toca ahora a las y los ciudadanos ir a las urnas y respaldar con nuestro sufragio las políticas que queremos se implementen. Si cada persona se decide a ejercer su ciudadanía, la del próximo primero de julio será la elección que marcará el inicio de una nueva era de participación en México. T


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Asume Estado mexicano responsabilidad y retos que plantea

Río+20 en materia de igualdad

CUARTOSCURO

Bajo las premisas de reducir la pobreza, lograr el avance social con equidad y proteger nuestro medio ambiente, líderes, jefes y jefas de Estado y Gobierno se reunieron en la Conferencia temática en Río de Janeiro

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Laura Liselotte Correa de la Torre

n las últimas décadas, uno de los principios fundamentales para el progreso y crecimiento de las naciones es el que considera un desarrollo sustentable, entendido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. El desarrollo sustentable es un asunto de corresponsabilidad global y de largo plazo, que contempla tres pilares fundamentales: el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente. Ante una premisa global que involucra a todos los Estados-Nación, tanto en sus retos y compromisos, como en sus impactos —positivos y negativos—, se celebró en Río de Janeiro, del 20 al 22 de junio del presente año, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, también denominada Río+20. Líderes, jefes y jefas de Estado y Gobierno, representantes de los sectores gubernamental, privado y social, dialogaron y emitieron sus propuestas sobre “el futuro que queremos”, bajo las premisas de reducir la pobreza, lograr el avance social con equidad y proteger nuestro medio ambiente en la consideración fundamental de un planeta cada vez más poblado, con menos recursos naturales y la continua disminución del poder adquisitivo de grupos y regiones con mayor vulnerabilidad. Río+20 se concentró en dos temas fundamentales: la consecución de una economía verde en un contexto de erradicación de la pobreza con desarrollo sustentable y la definición de un marco institucional para el propio desarrollo sustentable. Las prioridades se centraron en siete áreas de atención: trabajo decente, energía, ciudades sustentables, seguridad alimentaria y agricultura sustentable, agua, océanos y preparación en casos de desastre. Empero, ninguno de estos temas podría abordarse en su integralidad si no se considera como categoría analítica al género. Representando, para Río+20 tal y como lo expresó ONU Mujeres, una oportunidad histórica para reafirmar, renovar y fortalecer el compromiso de un desarrollo sustentable , el fortalecimiento de alianzas estratégicas centradas en el género y sus procesos de respuesta, la creación y, en su caso, consolidación de adecuados y accesibles mecanismos financieros, esquemas institucionales acordes con las necesidades estratégicas de las mujeres, así

Mujeres líderes encabezadas por Michelle Bachelet trabajan a favor de la igualdad

como la promoción de espacios para dar voz y propiciar la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles. La voz y opinión de las mujeres a favor de un desarrollo sustentable integral se hizo escuchar a través de las diferentes conferencias, foros, mesas y espacios de discusión, en los cuales se reconocieron avances, pero también se registraron los grandes retos que enfrentan aún las mujeres de todo el hemisferio, la mayoría de ellos comunes a todas y cada una de las naciones que se dieron cita en Río+20. Las mujeres líderes, encabezadas por Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, así como las redes, instituciones y organizaciones de mujeres que trabajan en favor de la igualdad, las organizaciones de mujeres indígenas y académicas, demandaron el diseño e instrumentación de políticas integrales y de compromisos por parte de las naciones a fin de eliminar las barreras que fomentan la discriminación, garantizando con ello el reconocimiento y participación activa de las mujeres como agentes de cambio en el desarrollo sustentable. Río + 20 dio cuenta de los principales desafíos en materia de igualdad, entre los que destacan: la promoción de un empoderamiento de facto de las mujeres, en la que su capacidad de desarrollo y su aportación al crecimiento económico sean visibilizados y valorados. Destacaron la importancia de propiciar mecanismos que favorezcan la

titularidad en la propiedad de la tierra por parte de las mujeres, el acceso a créditos y financiamiento, al desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías, a la asistencia técnica; a la construcción y fortalecimiento de capacidades; el reconocimiento de sus saberes en el uso, conservación y protección de los recursos naturales; la instrumentación de acciones inmediatas que garanticen la seguridad alimentaria y la conservación del agua; la reducción de la vulnerabilidad en los grupos de mujeres indígenas, niñas, niños, personas con discapacidad y personas adultas mayores, ante los impactos de desastres de origen natural, entre otros. El Estado mexicano ha asumido la responsabilidad y los retos que Río + 20 ha planteado en materia de igualdad y empoderamiento de las mujeres en el desarrollo sustentable, expresando un compromiso firme en la instrumentación de acciones, programas y políticas más incluyentes, a través de los mecanismos institucionales existentes, de la normatividad legal y operativa en la materia, así como en la coordinación y vinculación con los sectores privado y social, tanto en el contexto local como en el nacional. El fundamento principal del desarrollo sustentable involucra a hombres y mujeres. En este sentido, el compromiso implica la valoración, visibilización y reconocimiento de los aportes de las mujeres al desarrollo, así como la identificación y atención oportuna de sus necesidades básicas y estratégicas y la

obligación de considerar su voz, opinión y participación en los procesos de toma de decisiones, en un ejercicio de igualdad y empoderamiento. T • UNWOMEN “The centrality of gender equality and empowerment of women for sustainable development”, November 2011 • El pasado 6 de junio, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los decretos que expiden la Ley General de Cambio Climático y la Ley General de Protección Civil , la primera reglamenta las disposiciones en materia de protección al ambiente, desarrollo sustentable, preservación y restauración del equilibrio ecológico; en tanto que la segunda sustenta un enfoque de gestión integral del riesgo, considerando entre otras prioridades, la promoción de una cultura de responsabilidad social con énfasis en la prevención y autoprotección respecto de los agentes perturbadores y su vulnerabilidad


Lunes 25 de junio de 2012 o 15

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12 de junio, Día Mundial contra el Trabajo Infantil

En el mundo, 88 millones de niñas

y 127 millones de niños son víctimas de esta violación: OIT

I

María Elisa Franco Martín del Campo y Aída Cerda Cristerna

nstituido hace una década por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con el fin de hacer visible esta grave violación a los derechos humanos de la infancia e invitar a los distintos actores sociales a sumarse a la lucha por su erradicación. Vivir libres de trabajo infantil debe ser respetado como un derecho humano de las niñas y los niños, pues esta problemática representa una barrera que les impide ejercer derechos particularmente importantes como la educación y la salud y que también tiene impacto en otros: desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social y tiempo de ocio. El trabajo infantil es definido por la OIT como todo tipo de actividad laboral que obstaculiza el desarrollo integral de las personas menores de 18 años, que compromete el ejercicio de sus derechos y, por lo tanto, perjudica su bienestar. El trabajo infantil no hace referencia únicamente a actividades remuneradas o productivas, sino también a aquellas actividades que inhiben su desarrollo sin que haya un pago o la producción de un bien o servicio. Es conveniente señalar que no toda actividad emprendida por niñas y niños es considerada

como trabajo infantil. La ayuda que prestan en sus hogares o en los negocios familiares, así como labores que realizan fuera del horario escolar y durante las vacaciones, y que no interfieren con sus derechos humanos –por ejemplo, a la educación– pueden resultar provechosas para socializar y aprender a asumir responsabilidades de acuerdo con su edad, lo cual contribuye a su desarrollo. Para identificar qué actividades representan trabajo infantil debe examinarse el efecto que tienen sobre el desarrollo de las y los menores y el impacto en el ejercicio de sus derechos humanos. Los elementos que nos permiten distinguirlo son: i) si la actividad es física, mental, social o moralmente perjudicial para la niña o el niño; ii) si la actividad le priva de ir a la escuela o le obliga a abandonarla; iii) si le exige combinar la asistencia a la escuela con jornadas largas de trabajo pesado.

Esta cuestión tiene enormes dimensiones: las estimaciones más recientes de la OIT indican que en el mundo hay 88 millones de niñas y 127 millones de niños víctimas del trabajo infantil. 41 millones de ellas y 74 millones de ellos se encuentran expuestos a las peores formas, tales como esclavitud, trabajos realizados bajo tierra o agua, explotación sexual comercial infantil, reclutamiento forzoso para conflictos armados y utilización de menores en actividades ilícitas. En nuestro país, la edad mínima para ingresar al trabajo es de 14 años, con restricciones hasta los 17. De acuerdo con el Módulo de Trabajo Infantil 2009 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 10.7 por ciento de las y los menores de 5 a 17 años realizan una actividad económica, es decir 997 mil 912 niñas y dos millones 16 mil 888 niños.

Las causas del trabajo infantil son múltiples y estructurales, entre ellas destacan la pobreza y la exclusión, así como la deficiencia en los sectores educativos y de salud. En gran medida es consecuencia de la necesidad de las familias de obtener un aporte económico adicional, pero en realidad no ayuda a supera la pobreza. Por el contrario, es posible que las deje atrapadas en dicha situación. Las consecuencias son sumamente negativas tanto para las niñas y los niños como para sus familias y la sociedad en general. En primer lugar, es posible que genere efectos perjudiciales en la salud que pueden trascender a lo largo de su vida. Por otra parte, al obstaculizar la oportunidad de las y los menores de asistir a la escuela y de prepararse para obtener un empleo de calidad en la vida adulta, los priva también de mayores ingresos. Lo anterior tiene

un impacto negativo sobre el crecimiento de los países. Existen normas laborales internacionales específicas para proteger a niñas y niños del trabajo infantil. México ha ratificado varias de ellas, como el Convenio 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil. Sin embargo, este asunto es un importante desafío en materia de derechos humanos, que requiere múltiples enfoques y acciones. Al menos tres vías son esenciales para combatirlo: alta calidad en la educación, trabajo decente para las personas en edad de trabajar y combate a la pobreza. El Instituto Nacional de las Mujeres refrenda su compromiso por colaborar en la lucha por la erradicación del trabajo infantil y hace un llamado a impulsar políticas públicas y programas que aseguren el acceso a la educación de las niñas y los niños, así como el respeto a sus derechos humanos. Erradicar el trabajo infantil es un compromiso de todas y todos. Si bien el Estado es el principal responsable, la participación de sindicatos, empleadores/as, cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad civil, academia y ciudadanía resulta indispensable. Las niñas y los niños son el presente y el futuro de nuestra sociedad, es indispensable proteger a unas y otros del trabajo infantil. T


16 o Lunes 25 de junio de 2012

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Las nuevas paternidades

se oponen a la

“paternidad decadente”

especial

Ciertamente, no bastan los cambios formales para generar cambios en los comportamientos masculinos a favor de un mayor involucramiento en las actividades del hogar (Blanco García, 2007, pág. 64). Por ello, en forma complementaria a los ordenamientos jurídicos, es importante incidir en la educación en la infancia y la adultez (Quintanilla Navarro, 2005, pág. 106). Al respecto, en GENDES, A.C. estamos convencidos de que lograr la igualdad de hombres y mujeres requiere, como un elemento fundamental, trabajar en las relaciones de género; ello implica que así como se debe promover el empoderamiento de las mujeres, a los hombres debe reeducárseles para que se responsabilicen de los mandatos de la masculinidad hegemónica y se comprometan con otras formas de pensar y actuar igualitarias y respetuosas de los derechos de las mujeres. T *René López Pérez es licenciado en economía por la UNAM y maestro en Psicoterapia Gestalt. Actualmente se desempeña como coordinador de Gestión de Recursos en GENDES, A.C.

La paternidad activa refiere a la construcción permanente de ser padre

En la literatura relacionada con los estudios de género ha aparecido de manera cada vez más frecuentemente el término paternidad, muchas veces acompañado de algún adjetivo: nueva, responsable, activa, próxima, entre otros

E

René López Pérez*

l sentido es que las nuevas paternidades se oponen a la “paternidad decadente” y hace referencia a las prácticas basadas en nuevos ideales de paternidad que son correlativos a nuevas formas de ejercicio de la maternidad, al ideal social de la igualdad de derechos y deberes entre mujeres y varones, y al de la jerarquización de la autonomía individual (Bonino, 2003, pág. 176). La paternidad responsable incluye las responsabilidades económicas, las relativas al comportamiento sexual y reproductivo masculino, así como aquellas derivadas de un reparto más equitativo en la proveeduría del cuidado para la satisfacción de las necesidades básicas y afectivas de las y los niños. (Ugalde, 2002, pág. 7). La paternidad activa refiere a la construcción permanente del ser padre (Romero Bergdolt, 2001) y la paternidad próxima es la que se construye de manera reactiva al modelo conocido y vivido, procurando una mayor comunicación y cercanía con las y los hijos (Rebolledo González, 2008). Más allá de las diferentes denominaciones y alcances de los términos que se utilicen,

desde una perspectiva de género lo relevante al hablar de paternidades es qué roles y responsabilidades están asumiendo los hombres en los hogares. Es ampliamente conocido que las mujeres se están incorporando en forma creciente al mundo de lo público (empleos, espacios de poder, academia, etcétera), sin que se observe un movimiento en sentido contrario y complementario por parte de los hombres. Cuando se habla de paternidad –y en un sentido más amplio, de medidas de corresponsabilidad entre hombres y mujeres para la vida familiar y laboral– lo que está en el centro del debate es cómo lograr una mayor igualdad entre mujeres y hombres tanto en el espacio público como en el privado. Al contabilizar el número de horas que dedican hombres y mujeres a las actividades del hogar , observamos que de 2002 a 2009, los hombres incrementaron de 8.9 a 15.2 las horas dedicadas semanalmente a actividades del hogar; pero las mujeres también incrementaron su participación en ese tipo de actividades al pasar de 38.3 a 42.4 horas. Tan solo en 2009, las mujeres dedicaron 279 por ciento más tiempo al hogar que los hombres. Al atender solamente los datos relacionados con el cuidado

de niñas y niños, la diferencia se acorta: los hombres dedicaron 7.2 y 8.6 horas en 2002 y 2009, en tanto que las mujeres reportaron haber empleado 13.2 y 13.7 horas para esos mismos años. Aunque los datos parecen esperanzadores, habría que matizarlos a la luz de lo que se ha detectado en estudios de caso: aunque los hombres reportan una mayor participación en el cuidado de los niños, en los hechos parece más una visión idealizada que una realidad vivida en los hogares (Filgueiras Toneli, Maria Juracy et al, 2006). Pese a que en las calles, en los parques y en los transportes vemos a más hombres con sus hijas e hijos no necesariamente significa que existe un involucramiento en todas las facetas del cuidado y la educación de niñas y niños: aseo, preparación de alimentos, educación, contacto emocional y afectivo, etc. La pregunta, entonces, es cómo favorecer que los hombres ejerzan una paternidad diferente a la promovida por la masculinidad hegemónica o patriarcal. La paternidad es una construcción social y, por tanto, modificar la forma de ejercerla requiere acciones que promuevan modelos distintos; en este sentido, quienes integramos GENDES, A.C. (Género y Desarrollo) consideramos que es importante hacer modificaciones al marco jurídico para que se otorguen permisos o licencias por paternidad –ya sea por nacimiento o adopción–; permisos para cuidados parentales –de manera que tanto el hombre como la mujer puedan atender a quienes estén enfermos en la familia–; y se permita a los padres estar presentes durante el parto o acceder al servicio de guarderías. Estas propuestas parten de reconocer que toda norma tiene como propósito regular conductas sociales, en este caso, para fortalecer la postura de que las labores domésticas no son responsabilidad exclusiva de las mujeres, si no responsabilidad compartida de quienes habitan en el hogar.

Bibliografía Blanco García, A. I. (2007). ¿Con qué sueña una feminista? Sobre conciliación de vida laboral y familiar. Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades , XVII (1), 47 - 65. Bonino, L. (2003). Las nuevas paternidades. Cuadernos de trabajo social (16), 171 - 182. Bustelo, M. y. (2006). Los ‘marcos interpretativos’ de las políticas de igualdad en Europa: conciliación, violencia y desigualdad de género en la política. Revista Española de Ciencia Política , 14, 117 - 140. Filgueiras Toneli, Maria Juracy et al. (2006). Cambios y Permanencias: Investigando la Paternidad en Contextos de Baja Renta. Revista Interamericana de Psicología , 40 (3), 303 - 312. Quintanilla Navarro, B. (2005). La conciliación de la vida laboral y familiar en el marco jurídico actual. Cuadernos de Relaciones Laborales , 23 (1), 95 - 129. Rebolledo González, L. (2008). Del padre ausente al padre próximo. Emergencias de nuevas formas de paternidad en el Chile actual. En K. y. Araujo, Estudios sobre sexualidades en América Latina (págs. 123 140). Quito: Flacso. Romero Bergdolt, S. y. (2001). Cartilla de Paternidad Activa. (CIDE, Ed.) Recuperado el 8 de junio de 2012, de http:// www.engagingmen.net/es/: http://www.engagingmen. net/files/resources/2010/ faguayo/2001_cartilla_ paternidad_activa.pdf Ugalde, Y. (2002). Propuesta de indicadores de paternidad responsable. México: CEPAL.


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Los señores de las armas

Cada día hay más hombres que se alejan de estereotipos violentos CUARTOSCURO

Quienes estudian el tema de las masculinidades han encontrado que ser hombre sigue siendo una categoría que siempre está en riesgo Margarita Guillé Tamayo

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ostrar que se-es-hombre es entonces una condición importante que conlleva a conductas muy específicas de una región a otra del país y sobre la cual existen ciertos consensos simbólicos. Entre ellos destacan por ejemplo en cuanto a posesiones materiales: la adquisición de armas de fuego, el tipo de vehículo para transportarse y sus propiedades, cuentas bancarias o bienes raíces. En materia de conductas, los juegos de velocidad, deportes de alto riesgo, luchas y peleas callejeras; pertenecer a bandas exclusivas de hombres; abusar de alcohol y drogas; el uso de armas; tener varias mujeres como pareja o amantes, tener hijas o hijos con distintas mujeres e iniciar la vida sexualmente activa en condiciones de riesgo. Incluso abusar físicamente de otras personas, tener arranques de furia o cólera incontrolada desencadenando revanchas, riñas y amenazas suelen ser conductas consideradas propias de un hombre y por lo tanto aceptables. En ciertas localidades entre más peligroso o agresivo se es, “más hombre” se considera a la persona. Por ello en países como éste se ha incrementado el acceso a armas de fuego en un contexto fecundo para el desarrollo de la violencia social por el combate al crimen organizado atizado por la corrupción y con terribles consecuencias para el grupo de hombres jóvenes. Este concepto de una masculinidad exitosa vinculada a un arma de fuego, conduce a que sean hombres el 90% de homicidios con arma de fuego y claro, son ellos quienes las usan y poseen en su mayoría; pero el impacto de las armas también trae consecuencias negativas para los grupos sociales más

desprotegidos de la sociedad y particularmente para personas que no tienen manejo ni beneficio de dichas armas, por ejemplo: La infancia. Según estimaciones de Save the Children, el 30% de niñas y niños mexicanos han visto un arma y cada vez más se les recluta para el tráfico, uso o cuidado de las armas.1 Las mujeres. Se ha demostrado que el número de feminicidios es más alto en países con tolerancia al uso y abuso de armas.2 Los pobres. En contextos de alta desigualdad, las personas en desprotección social, pobreza, marginación y exclusión social -entre ellas mujeres, adolescentes y niñas/os- son presas fáciles de las redes criminales para el tráfico “hormiga” de armas, principalmente en las fronteras y ciudades con violencia de alto impacto.3 México en los últimos años ha vivido un fenómeno de armamentización con armas

legales e ilegales. En el contexto de la lucha contra las drogas, la Ley de Federal de Armas de Fuego y Explosivos, no sólo ha quedado rebasada sino que incluso requiere incluir aspectos antes no previstos en la nueva dinámica de violencia en la sociedad mexicana. El tráfico de armas, se ha convertido en el segundo delito más importante cometido por el crimen organizado, apenas después del tráfico de drogas, según la PGR. Los bancos de datos son imprecisos, inexistentes y desactualizados. Hay claros vacíos en la política pública que debiera buscar como resultados: a)

La regulación y administración de las armas de fuego y el desarme de México brindando oportunidades reales de desarrollo a hombres, mujeres y niños/as que se involucran en su manejo, tráfico y uso por falta de oportunidades. b) La instauración de mecanismos que permitan por una parte la rendición de cuentas de responsabilidad de quien porta legalmente u oficialmente un arma, es decir modificar ordenamientos secundarios para que civiles, familiares y amigos de una persona que porta un arma tengan una instancia autónoma -independiente de la institución que la otorga-, ante la cual acudir por casos de abuso, principalmente de violencia familiar y comunitaria contra las mujeres. c) Mecanismos de control y registro de la venta y las licencias que se otorgan, ya que de acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional, de cada 300 armas localizadas en el país, sólo una está registrada. d) Profundizar la colaboración y acuerdos internacionales para la regulación de venta de armas en territorio norteamericano. Según la investigación realizada por Colby Goodman, el 80% de las armas viene del vecino del norte, dato confirmado por el Gobierno Mexicano que en mayo de 2010 declaró que de las 75 mil armas confiscadas 8 de cada 10 llegaron del país vecino. e) El blindaje de la frontera con Estados Unidos para el tráfico sería fundamental y f) La promoción en medios de comunicación e industrias culturales de una identidad masculina democrática, pacífica y segura internamente, para promover una masculinidad menos violenta. En México se deben difundir más las letales consecuencias que suelen tener las armas en poder de sus propietarios, que las adquieren para defenderse y defender a los suyos de las amenazas externas siendo frecuente que sean éstos quienes terminen victimados con el arma y la mano de quien la adquirió. De acuerdo con la comisión para la Investigación del Feminicidio, el 60% de los homicidios de mujeres ocurren en lugares públicos mientras que el 40% en sus hogares. Repensar las masculinidades, explorar nuevos modelos y generar las oportunidades sería una tarea pendiente donde los beneficios impactarían a la mayoría como resultado de una política pública integral en la materia que urge cada vez más. Hay diversos tipos de masculinidades, la construcción de la identidad masculina es algo completamente en cambio y re-significación. Y cada día son más los hombres que se distancian de este estereotipo y encuentran nuevos caminos para viviese en dinámicas pacíficas, equitativas y democráticas. Cada día son más los hombres que deciden romper y trastocar las enseñanzas heredadas por la tradición de abuelos a padres y por una cultura que aún se sostiene en pilares patriarcales. En ellos se depositan nuestras esperanzas de cambio para México. T margaritaguille@gmail.com ANSA Tomado de nota publicada por el periódico El Universal. 3 Milenio Diario, Abril 2012. 1

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En la investigación US Firearms Trafficking to Mexico, de Colby Goodman, tomado de Círculo Latinoamericano de Estudios internacionales


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Las ¿nuevas? masculinidades en los medios de comunicación R. W. Connell definía ya desde los años 90 la masculinidad hegemónica como la forma culturalmente idealizada del carácter masculino

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Aimée Vega Montiel*

e acuerdo con Connell, el poder es definitorio de la masculinidad, y asociados a él se encuentran la fuerza física, la agresividad, la violencia, la competitividad, la subordinación de las mujeres y la marginación de los hombres gays. ¿Por qué la denominación de hegemónica? Porque es ampliamente aceptada por una cultura y porque esa forma de identidad cultural dominante funciona como norma invisible que refuerza la ideología de género. Y también, porque naturaliza las relaciones de poder y privilegios de los hombres. Si bien la masculinidad no constituye un monolito, estático en la historia, ni cuenta de la misma forma para todas las culturas, sí constituye la base sobre la que se construyen las relaciones de género en las sociedades. En este tenor, la clásica representación de la masculinidad, asociada al hombre fuerte, se ha transformado, adaptando el modelo al contexto y condiciones actuales. En este punto, nos aclara Robert Hanke, precisamos entender que las nuevas formas de masculinidad no se dan en aislamiento, sino que

responden al empoderamiento de las mujeres en la sociedad y a las conquistas políticas y ciudadanas del movimiento gay. Por otro lado, admitimos también que la clase y la raza aportan elementos diferenciadores que hacen de la masculinidad un abanico muy diverso, que va de la más poderosa a las marginales. En este sentido, y aunque en la realidad sean muy pocos los hombres que exalten las formas de masculinidad más poderosas (esas asociadas al hombre blanco, de clase media, heterosexual y profesional), entre los que se cuentan a artistas, deportistas, políticos y empresarios, aclara Connell, un gran número de hombres se benefician de estas definiciones culturales que evocan el liderazgo masculino. Como lo ha sugerido Jackson Katz, si queremos entender qué ha sucedido con las

masculinidades en nuestra sociedad, es preciso revisar qué ha pasado en los medios de comunicación, qué ha sucedido en ellos en términos de representación de la subjetividad de los hombres. En este tenor, debemos señalar que la investigación académica sobre masculinidades y medios de comunicación, no es nueva. Se remonta a los años 80. Una de las primeras líneas de análisis, se interesó en la representación de las masculinidades en el cine de Hollywood. A ella le han seguido las masculinidades en la ficción televisiva, masculinidades y deportes, masculinidades y publicidad y masculinidades y música popular. Con el fin de dirigir los análisis, Nick Trujillo elaboró en los años 90 un listado de categorías útil para el estudio de la representación de la

masculinidad hegemónica en los medios de comunicación. La veremos a continuación, a la luz de algunos ejemplos. El primer recurso del que echan mano las industrias culturales, es de la evocación del poder masculino a través de la fuerza física y el control. Esta superioridad, representada tradicionalmente a través del cuerpo masculino, naturaliza la superioridad de los hombres en la sociedad. Así, es habitual observar en las imágenes del cine de ficción, en la televisión, las noticias, los programas deportes y la publicidad, la representación del poder masculino asociado a fuerza física, velocidad, control, agresividad, dominación y la violencia, que tiene como principales víctimas de la violencia de género a las mujeres. El segundo, es el éxito laboral en el contexto del capitalismo neoliberal. En este punto, observa Trujillo, la masculinidad hegemónica refuerza la división sexual del trabajo que asocia a los hombres al trabajo remunerado, cualificado, que goza de un reconocimiento social, y a las mujeres a labores tradicionales, poco reconocidas. Este rasgo lo ejemplifican nuevas series como XY e Infames, en las que se evoca al espacio público como el lugar “natural” de los hombres, y a su éxito laboral como parte, también natural, de su condición de género. El tercero es la alusión a la familia patriarcal. En este punto, la masculinidad hegemónica es definida a partir de la dominación ejercida por los hombres sobre las mujeres y los niños de la familia. A los hombres se les continúa representando como protectores, sostenedores y como figuras paternas muy fuertes. En este punto, y aunque las “nuevas” masculinidades representadas en los medios de comunicación, “permiten” a los hombres compartir con las mujeres tareas de la vida doméstica –ejemplo de ello es la publicidad y series como XY-, como señala Trujillo, continúan privando los privilegios de género que promueven que los hombres gocen de lo mejor de ambos mundos –del público y del privado-, compartiendo los placeres más que los problemas (especialmente en el cuidado de los hijos). Un cuarto recurso tiene que ver con la alusión a la audacia masculina, es decir, al hombre competitivo, que no encuentra límites en su búsqueda por conquistar el mundo. Un ejemplo clásico es el “hombre Marlboro”. El último recurso del que echa mano la representación mediática de la masculinidad hegemónica, es la definición de los hombres desde una perspectiva heteronormativa. En


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este sentido, a la heterosexualidad masculina se le representa como buena, normal y natural. Baste, para ello, revisar las representaciones tradicionales que privan en los medios: como señala Trujillo, en las programaciones mediáticas, los hombres mantienen relaciones SOCIALES con hom br e s y SE X UA L E S con mujeres. Desde luego, la de Nick Trujillo no es una tipología normativa, pero nos ayuda a entender cuáles son las formas “culturalmente idealizadas” de la masculinidad. Podemos señalar también que, aunque se han transformado las subjetividades masculinas que circulan en los medios, estos han sido cambios principalmente de forma, pero no de fondo. Hoy asistimos a nuevos modos de subjetividad, pero no del sujeto, como aclara Robert Hanke, sino del consumidor; de un consumidor que cuida su imagen física y luce bien, pero evitando romper el canon de la masculinidad hegemónica. En este contexto, se insertan estrategias publicitarias como las del “hombre metrosexual”, que “dan permiso” a los hombres de practicar el cuidado y la belleza física, pero sin transgredir las normas del patriarcado. Y lo que hacen estas estrategias es reforzar las normas existentes, más no romper con ellas. ¿Con qué objetivo los medios incorporan estas otras masculinidades en sus programas y productos? Con el de sumar mayores ganancias, no dejando escapar a este poderoso nicho de mercado. Así, estas “nuevas” identidades masculinas son definidas exclusivamente desde una perspectiva mercantil que ve beneficios económicos, pero que no beneficia los derechos humanos. ¿A qué podemos denominar entonces como nuevas masculinidades? Siguiendo a Robert Hanke, a una rearticulación entre masculinidad, género y economía capitalista, “donde consumo y cultura de masas” no es más un terreno exclusivo de otros grupos sociales. T *Investigadora de la UNAM-CEIICH Referencias: Connell, R. W.. 1995. Masculinities. Cambridge: Polity Press. Hanke, Robert. 1998. “On Masculinity. Theorizing Masculinity with/in the Media”. Communication Theory Volume 8, Issue 2, pp. 183–201, May. Katz, Jackson. 1999. Men, Masculinities and Media: Some Introductory Notes. USA: WCW Research Report Spring. Trujillo, Nick. 1991. “Hegemonic Masculinity on the Mound: Media Representations on Nolan Ryan and American Sports Culture”. Critical Studies in Mass Communication. Vol. 8, pp. 290-308, September.

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¡Uy, qué padre!

¿Qué depara el futuro

a las paternidades? CUARTOSCURO

padres cocinando bien, yendo a las escuelas, cuidando la ropa de sus hijas e hijos, dándoles las medicinas cuando están enfermas/os, etc. Finalmente, en lo institucional y político se requieren modificaciones a las leyes, no sólo para fincar responsabilidades a la paternidad cuando el examen de ADN sea positivo, sino para crear otras leyes (Poder Legislativo) que promuevan una nueva cultura participativa de los hombres. Diseñar programas y políticas públicas (Poder Ejecutivo) para hombres, que de paso beneficien a las mujeres distribuyendo cargas y responsabilidades: licencias por paternidad, licencias por cuidados paternos, derechos laborales para que los hombres inscriban a sus hijas/os a guarderías, entre otras acciones. T

Héctor Frías

Orígenes de la celebración del Día del Padre a celebración del Día del Padre data de 1910 en Washington, cuando la señora Sonora Smart Dodd logró que existiera un día especial que honrara a su padre, Henry Jackson Smart, quien enviudó al morir su esposa en su sexto parto, dejándolo a cargo de seis hijas e hijos. En México, esta celebración se generalizó en las escuelas en 1950 y con los años se ha convertido en una fiesta para el consumo. En muchos hogares de nuestro país, la fiesta es una ocasión para la reunión familiar y para el reconocimiento a los padres.

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La paternidad y su significado Para definir la paternidad, intentemos responder a tres preguntas simples: ¿qué significa ser padre?, ¿cómo llegué a saber qué significa la paternidad? y ¿para qué sirve un padre, qué beneficios aporta a la sociedad la participación de los padres en cuidados, crianza y educación de las/os hijas/os? En un pequeño grupo de padres “embarazados” que asisten a un curso de cuidados perinatales en la Ciudad de México encontré distintos verbos que describen lo que un padre “debe” desarrollar: dar lo mejor de mí, formar sin imponer, acompañar/guiar en la vida y enseñar a desarrollar una libertad inteligente, dedicar tiempo. La paternidad tiene que ver entonces con el acto de dar y darse, pues el verbo o acción que más mencionaron estos hombres fue “estar” (como un amigo, para proteger, para guiar). Sobre paternidad, las respuestas apuntan al propio padre; a las enseñanzas de la madre sobre lo que debería ser un padre y lo que la familia, la sociedad y otras personas dijeron sobre cómo y qué hacer. Lo anterior corrobora lo que autores como Steve Biddulph dicen sobre que “los niños aprenden no sólo a partir de lo que les decimos sino que también adoptan nuestras actitudes”1, y lo que sostiene Samuel Osherson de que “la vida de un hombre es moldeada por la relación con su padre”2. Yo agregaría simplemente que hay por lo menos dos formas de aplicar lo que aprendimos de nuestro padre: integrando lo que él hacía, aplicándolo tal cual y haciendo totalmente lo contrario para no parecernos a él. ¿Paternidad o paternidades? Los estudios sobre masculinidades han contribuido a determinar que debe hablarse de paternidades en plural al referirse a los siguientes tipos: paternidad ausente (real, emocional o afectiva); paternidad tradicional (padre proveedor, no participa en actividades consideradas “femeninas” como cuidar y educar a las/os hijas/os, es el patriarca temido más que respetado); paternidad violenta (presencia negativa que golpea, lastima, humilla física, psicológica y emocionalmente); paternidad afectiva y responsable (compromiso con

Biddulph, Steve. Educar chicos de niños a hombres, ¿Por qué son distintos los chicos y cómo ayudarlos a convertirse en hombres felices y equilibrados. Ed. Medici. España 2000. Pág.61. 2 Osherson, Samuel. Al encuentro del Padre. Cómo la vida de un hombre es moldeada por la relación con su padre. Ed. Cuatro Vientos. Chile, 1993. Pág. 5. 1

hijos/as, servir de compañía, demostrar afectos, inspirar amor y no temor, escuchar sin emitir juicios, respetar la personalidad del(a) hijo(a), ser comprensivo y que se pueda contar con él, animar a su hijo o hija a decidir y actuar por sí mismo/a, motivar al hijo/a a traer amigos a casa y crear en casa un ambiente sereno, tranquilo, feliz

Masculinidad/paternidad e igualdad entre mujeres y hombres. ¿Qué le depara el futuro a la(s) paternidad(es)? Frente a las aceleradas transformaciones sociales donde mujeres y hombres no desempeñamos ya en 100% los papeles tradicionales que nuestra sociedad y cultura nos había asignado, ¿qué se espera de los hombres y del ejercicio de su paternidad? Existen legítimas demandas de las mujeres para que los poderes públicos les garanticen bienestar frente a las nuevas necesidades que la época actual les impone, a saber: conciliar su vida laboral y familiar, lo que ha derivado en el concepto también de responsabilidades compartidas. En una palabra, se espera de ellos que “asuman una postura más participativa, con mayor responsabilidad y compromiso, que se involucren más en tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres: cuidado, crianza y educación de hijas/os.

Acciones a instrumentar para fomentar una cultura de paternidad responsable 1.- Generar voluntad individual en los hombres/padres. 2.- Esa misma voluntad se requiere para “negociar” con las mujeres (madres) espacios de participación, con la posibilidad de aprendizaje. No quedarse en el lugar cómodo de asumir que como las mujeres “sí saben de cuidados”, pues que ellas se hagan cargo. 3.- Voluntad individual de las madres para aprender a “soltar” el papel de “experta exclusiva” y compartir el cuidado y crianza de hijas/os y aceptar la diferencia, la falta de experiencia de los hombres en estos terrenos y la importancia que tiene para las hijas e hijos la relación con su padre. En lo colectivo hace falta trabajar más para modificar estereotipos de género, flexibilizar los modelos tradicionales de asignación de actividades, etc. Para ello sensibilicemos a los medios de comunicación, hasta ahora fuente de transmisión de estereotipos y concepciones que discriminan y subordinan a las mujeres, donde se cosifica a las mujeres como objetos sexuales, sobre todo en los anuncios publicitarios que por un lado ofertan cervezas o aceites para coches y, por otro lado, lo hacen utilizando como modelo a una mujer de determinadas características físicas. Es necesario que a través de los medios se proyecten otras imágenes de nuevas paternidades. Queremos ver imágenes de

Bibliografía Biddulph, Steve. Educar chicos, de niños a hombres. ¿por qué son distintos los chicos y cómo ayudarles a convertirse en hombres felices y equilibrados?. Medici. Barcelona. 200. 183 Pp. CORIAC. Paternidad Afectiva. Antología. México, D.F. septiembre 2002. Dehesa, Germán. No basta ser padre. Ed. Planeta, (Booket). México 2004. 232 Pp. Frías Barrón, Héctor. En el nombre del Padre, del Hijo y también de la Hija: Presente y futuro de la paternidad en tiempos de la cohesión social. Foro sobre igualdad de Género. UAB. 2009. Osherson, Samuel. Al encuentro del Padre: Cómo la vida de un hombre es moldeada por la relación con su padre. Ed. Cuatro Vienros. Chile 1993. Torres Velázquez, Laura Evelia. Ejercicio de la paternidad en la crianza de hijos e hijas. FCPyS/UNAM. México 2002. 372 Pp. Tubert, Silvia (ed.). Figuras del padre. Feminismos. Ediciones Cátedra, Universidad de Valencia. Instituto de la Mujer. Madrid 1997.


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Sexo, sexualidad,

reproducción

y decisión

cuartoscuro

Se habla mucho sobre el papel de los hombres en los territorios de la sexualidad y la reproducción, pero se comprende poco

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Ximena Andión Ibáñez*

eflexionar de manera crítica sobre la participación de hombres y mujeres en estas áreas es indispensable si queremos seguir transitando hacia una sociedad más justa basada en la igualdad de género. La perspectiva de género nos ayuda a dimensionar el impacto de roles y estereotipos que condicionan los comportamientos de hombres y mujeres frente a la sexualidad y la reproducción. Las actitudes de ellos y ellas están influenciadas por las expectativas sociales, así como por las relaciones de poder y subordinación que han permeado el andamiaje social y han colocado a las mujeres históricamente en un estatus de subordinación. Erróneamente la identidad de los hombres se vincula con la construcción de una masculinidad machista, en la que ellos son ajenos a todo lo referente al ámbito reproductivo y al cuidado de la salud sexual (Zingoni, 2005). De las mujeres, se sigue esperando que recaiga en ellas el cuidado de la salud sexual y

reproductiva, sacrificando el placer, subordinando deseos y necesidades a las del hombre. “El debe disfrutar, ella deberá responsabilizarse” pareciera decir el imaginario colectivo. Pareciera que los fantasmas de antiguos inquisidores siguen acompañándonos en el siglo XXI. Hoy en día se da por sentado que las cuestiones relacionadas a la anticoncepción, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y VIH, así como el embarazo y el parto, corresponden exclusivamente a las mujeres. A la luz de esta vela medieval ellas se embarazan, ellas contagian, ellas se responsabilizan. Esta creencia refuerza la falta de participación y responsabilidad de los hombres en el cuidado de la salud sexual y reproductiva de las mujeres y de ellos mismos (UNFPA). La falta de equidad y corresponsabilidad es, sin duda, un gran obstáculo para avanzar en la protección de los derechos sexuales y reproductivos tanto de hombres como de mujeres. Los estereotipos de género hacen que las personas que-

den atrapadas en pautas de comportamiento que son riesgosas y que no responden a sus verdaderos intereses y necesidades. Es impostergable avanzar hacia relaciones de pareja más justas y equitativas, adoptar comportamientos sexualmente responsables que permitan que las personas tomen decisiones, y que éstas sean adecuadas para su salud y su proyecto de vida. El único camino viable es entender, desde una perspectiva de género e igualdad, cuales son los principios que deben sustentar el ejercicio de la sexualidad y reproducción. El ejercicio de la sexualidad y la reproducción debe estar fundamentado en la corresponsabilidad, en el consentimiento informado, la autonomía, la no-coerción y la no violencia. Este ejercicio corresponsable no puede sujetarse a la monogamia o la formalidad de la relación; es decir, independientemente que la persona tenga una o varias parejas, y que la relación sea formal o no, esa persona tiene que cuidar su salud y la de su pareja o parejas. Ello conlleva hacerse responsable de las implicaciones y posibles consecuencias que dicho ejercicio de la sexualidad puede tener, incluyendo la posibilidad de un embarazo no deseado. Si bien existe una plena corresponsabilidad en cuanto a un posible embarazo y sus consecuencias, hay que preguntarse si corresponde a las dos personas tomar la decisión y tener la última palabra sobre éste. El embarazo ocurre en el cuerpo de las mujeres y por lo tanto afecta de manera directa su salud, su autonomía, su intimidad y su vida.

La respuesta frecuente de muchos hombres frente al aborto está plagada de consideraciones morales, de ideas sobre el control de los cuerpos y de la supuesta incapacidad de las mujeres para decidir. Investigaciones demuestran que el pensamiento de los hombres influye como un factor determinante en la decisión de las mujeres de continuar o no un embarazo (Tolbert, Erhnfeld y Lamas). La participación de los hombres en la interrupción del embarazo puede ser positiva o negativa dependiendo de la igualdad de género que exista en la pareja, el grado de autonomía que gocen las mujeres y la relación en sí (IPAS). El rol del hombre en cuanto a la decisión de interrumpir o no el embarazo debe implicar la expresión de sus pensamientos y sentimientos, el respeto a la decisión que tome la mujer, así como el apoyo emocional y económico en todo el proceso. Otro aspecto fundamental para la reflexión es el rol del Estado ante la sexualidad y reproducción. El Estado debe, en primer lugar, respetar las decisiones y garantizar que existan las condiciones para que mujeres y hombres puedan ejercer libremente su sexualidad y decidir sobre su reproducción. Ello implica eliminar todos los obstáculos legales, culturales, económicos y de cualquier otra índole, brindar educación que permita tomar decisiones de manera libre e informada; así como fomentar relaciones de género más equitativas. •Si una pareja decide interrumpir o continuar un embarazo tiene implicaciones también para el Estado, ya que debe garantizar el acceso a la interrupción, o en su caso asegurar que existan las condiciones para que puedan ejercer su maternidad y paternidad de manera responsable e igualitaria; que pueda existir una verdadera corresponsabilidad en el cuidado de los hijos y las hijas, para lo cual es indispensable establecer una serie de políticas públicas como licencias de paternidad, guarderías, adecuar horarios laborales, entre otras. Durante siglo hemos tejido con los hilos de la sexualidad y la reproducción pensando que la madeja era monocromática, que invariablemente la sexualidad se ejerce entre un hombre y una mujer, con roles definidos, donde la reproducción es consecuencia, e invariablemente las responsabiliza a ellas. Es indispensable entender que sexualidad y reproducción se hilvanan de manera diferente; usando hilos con infinidad de texturas y matices, que el ejercicio de la sexualidad implica corresponsabilidad y que reproducirse no es obligación, es decisión. T *Maestra en derecho internacional de los derechos humanos, experta en género. @ximena_andion


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Sociedad y familia

deben concientizarse

de los derechos de las adultas mayores ESPECIAL

Muchas mujeres en edad adulta no conocen sus derechos o no saben cómo y ante quién ejercerlos. En el último caso, muchas no tienen la fuerza para aguantar el desgaste físico y emocional que implica un juicio incierto Paula María García Villegas Sánchez Cordero

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as leyes que contemplan los derechos de las mujeres poco a poco han tenido injerencia en otros ordenamientos jurídicos para compatibilizarlos, pero las de las adultas mayores no. Son leyes aisladas que no han visto su “efecto reflejo” en otros ordenamientos relacionados con el ejercicio de sus derechos.* Pareciera que el destierro en el que se encuentra la legislación de las personas adultas mayores representa la soledad y abandono en el que viven. En este sentido, la legislación vigente a su favor en lugar de refugiarles les excluye más, por no haberse hecho las reformas legislativas en otras leyes más conocidas por la ciudadanía y aplicadas por los impartidores de justicia que incluyan los derechos de las personas adultas mayores y en particular de las mujeres adultas mayores. La existencia de leyes que estén armonizadas con todos los ordenamientos legales es condición necesaria para que esos derechos sean efectivamente ejercidos, pero no es suficiente porque falta darlos a conocer y que se acaten. Se hará referencia a las adultas mayores en particular y no a los adultos mayores en general, porque son ellas las que sufren una doble o hasta veces triple discriminación: por ser mujeres, por estar viviendo el último periodo de su vida y, cuando es el caso, por ser indígenas. Es paradójico que esto suceda cuando el mundo tiene una población de alrededor de 7 mil millones de habitantes y la estructura de la pirámide poblacional mundial está cambiando, porque cada vez habrá más personas adultas mayores, lo cual implica que llegará un momento en que los países no cuenten con una población económicamente activa lo suficientemente grande como para que se afronte la situación de las personas adultas mayores, como las cuestiones relacionadas con su dignidad, salud física y mental y los alimentos (en sentido jurídico, que incluye alimentación, vestido, vivienda, etc). Por lo que hace al Estado, hay una tarea pendiente por parte de los tres poderes: el Poder Ejecutivo Federal debe ejecutar las leyes para asegurar los derechos de las personas adultas mayores y, en consecuencia, generar políticas públicas eficientes, bien definidas y eficaces que tengan como fin difundir y publicitar esos derechos y las correspondientes obligaciones

de la familia y sociedad al respecto, así como implementar acciones efectivas en favor de las personas adultas mayores, como el derecho a la salud, tomando medidas para que las clínicas de salud pública cuenten con geriatras que les atiendan y se lleven a cabo proyectos permanentes y no esporádicos de activación física, entre otros, en lugares y horas determinadas para su beneficio,. La asignatura irresuelta del Poder Legislativo Federal es evitar, en la medida de lo posible, contradicciones y conflictos de derechos en las diversas leyes, de las prerrogativas básicas de las personas adultas mayores en general y de las mujeres adultas mayores en particular; por lo tanto, debe armonizar todos esos derechos con las leyes más conocidas y aplicadas. Por ejemplo, legislar sobre acciones afirmativas a su favor y/o crear incentivos fiscales reales a favor de aquellas personas físicas o morales que contraten a mujeres adultas mayores (esta tarea también le compete al Ejecutivo porque

tiene la facultad constitucional de iniciativa de leyes). La obra incompleta del Poder Judicial Federal y de los Poderes Judiciales Locales es abrir camino. En el caso de las mujeres adultas mayores, tienen una doble asignatura los órganos jurisdiccionales: tomar en cuenta su condición de mujer, es decir, resolver con perspectiva de género para generar condiciones de igualdad y equidad en las disparidades que todavía de facto existen entre los géneros y armonizar las leyes que el Legislativo no ha hecho para darle contenido real a aquéllas normas aisladas que contemplan los derechos de las/los adultas/os mayores, quienes de acuerdo con el artículo 3, fracción I, de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, son las personas mayores de 60 años. Ni el Poder Judicial de la Federación, ni los Poderes Judiciales locales pueden ni deben estar exentos de la responsabilidad para que, a través del ámbito de sus respectivas competencias, las personas adultas mayores ejerzan los derechos que las normas internacionales (artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, punto 1, Resolución 46/91 que contempla los Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad) y nacionales (Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores) contemplan a su favor. Por lo tanto, las sentencias que dicten, en donde se vean involucradas estas personas, deben ponderar y razonar la extensión y límites a estos derechos en búsqueda del mayor beneficio. Los deberes de la familia de la persona adulta mayor y de la sociedad civil son motivo de

referencia en la ley nacional mencionada al contemplarse, en su artículo 2º, que su aplicación y seguimiento corresponde, entre otros, a la familia de las personas adultas mayores vinculada por el parentesco y a los ciudadanos y la sociedad civil organizada. Esto significa que por mandato legal, las familias de las personas adultas mayores y la sociedad civil tienen la obligación legal de que la ley se aplique y se le dé seguimiento. El artículo 9 de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores dispone que la familia de la persona adulta mayor debe cumplir su función social; por tanto, debe velar por cada una de las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo responsable de proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral. Esto significa que está obligada, entre otras cuestiones, a otorgar alimentos en el sentido legal, de conformidad con lo establecido en el Código Civil. Lo anterior quiere decir que independientemente que el artículo 311 bis del Código Civil para el Distrito Federal disponga la necesidad de recibir alimentos a favor de los menores, las personas con discapacidad, los sujetos a estado de interdicción y el cónyuge que se dedique al hogar, y excluye a los adultos mayores, se debe interpretar armónicamente, aunque el legislador no haya hecho la reforma correspondiente con la legislación de los adultos mayores, que solidariza y le impone una obligación a la familia para atender las necesidades del adulto mayor, porque estas personas requieren de un tratamiento especial, de allí que se deben generar los mecanismos para que puedan ejercer sus derechos. La pregunta es ¿se puede, en un juicio en materia familiar, solicitar el pago de alimentos a un familiar por parte de un adulto mayor? Ya quedó dicho que el Poder Judicial tiene una tarea pendiente: empezar a generar sentencias que resuelvan favorablemente el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores, en especial el de las mujeres, para que el Estado, la sociedad y la familia se concienticen de sus obligaciones, de proporcionar atención, alimentos, salud y satisfactores básicos, además del mayor de los respetos y deferencias que se le pueda tener a una persona. A la persona adulta mayor se le respeta, no se le abandona ni margina. T *Con honrosas excepciones, como son los artículos 170 del Código Federal de Procedimientos Civiles; 321 y 358 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal; 308 del Código Civil para el Distrito Federal, 75-bis del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal y; el 141 A, fracción XVIII del Código Federal de Procedimientos Penales y 55 del Código Penal Federal


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Ser padre sin ser macho

Confrontando prejuicios, reconociendo las razones y los objetivos del feminismo Las arraigadas expresiones del machismo implican una batalla cotidiana que suele ser desafiante e intensa para quienes más lo sufren: las mujeres, y también para los varones sobre todo si son padres de hijas Ricardo Bucio Mújica*

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ustamente, ser papá de niñas y jóvenes mujeres obliga y es una oportunidad para revisar actitudes; es un regalo que la vida otorga para atrevernos a cambiar viejas enseñanzas y malos hábitos a favor de otra manera de comportarnos: aquella que propicia las iguales relaciones de género en todos los ámbitos, no sólo adentro de nuestros hogares sino en toda la sociedad. La idea es conformar un entorno sin violencia ni discriminación, que respete, ni más ni menos, los derechos de las mujeres. Y eso implica cambios en los hombres. La referida lucha cotidiana existe porque vivimos en una contradicción constante entre lo que creemos que debe ser la vida y lo que aprendimos que ésta era. Ello en el contexto de una sociedad en la que persisten rasgos machistas, misóginos y homofóbicos. ¿Cómo es que estos fenómenos nocivos se expresan cotidianamente? De varias formas: en el sexismo que permea en los medios de información, en la falta de acciones afirmativas, las limitadas medidas compensatorias –que, por tanto, no cumplen su objetivo–, y en ciertos discursos complacientes de funcionarias y funcionarios públicos. Si bien la problemática es muy amplia, lo que pretende este artículo es sólo una breve reflexión en torno a una cuestión: ¿se puede ser un mejor padre si se deja de ser macho? Es relevante porque en la medida de que algunos

padres vamos tomando conciencia de nuestra formación y nuestra educación, y de sus componentes machistas, es posible derribar ciertas creencias, ideas y actitudes androcéntricas. Si confrontamos nuestros fueros internos iremos desaprendiendo los prejuicios de género, y apostando por la construcción de relaciones más igualitarias y justas entre mujeres y hombres. Estos prejuicios y algunas actitudes sexistas que se dan al interior de las familias se ven reflejadas en los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis) 2010 que arrojan, por ejemplo, que entre 24 y 44.9% de las mujeres piden permiso a su pareja o a algún familiar para hacer gastos cotidianos, visitar familiares o amistades, salir solas de día o de noche y aunque es menor el porcentaje de ellas también lo solicitan para usar anticonceptivos o decidir por quién votar. Esta fotografía de la realidad también se evidencia en los datos de la Enadis 2010 que muestran la reproducción de roles al interior de los hogares, pues las adolecentes de 12 a 17 señalan que son las hijas más que los hijos quienes realizan trabajo doméstico y también se evidencia en que seis de cada 10 mujeres comparten la opinión de que en las familias donde la mujer trabaja es ella misma quien más se ocupa de la casa, mientras que casi una de cada cinco señala que son los dos, el hombre y la mujer.

Sólo 7.2% manifiesta que es el hombre. De esta realidad no estamos excluidos ninguno de nosotros. La vida misma nos coloca a los padres en el punto de partida. Yo comencé mi proceso de aprendizaje en este tema, no en teoría sino en los hechos, a través de la experiencia de ser papá. Fue mediante el milagro de ser padre primerizo de una niña. Entonces empecé a mirar a las mujeres con otros ojos, lo que me permitió redescubrir el amor y la grandeza de la vida desde la pequeñez de mi hija. Aprendemos a ser padres en el camino, como solemos aprender muchas otras cosas en la vida. Y es que aprendemos a ser personas —incluido el jugar a ser papá o mamá— desde la niñez, porque somos educados y vemos todo a partir de las miradas, experiencias y trayectorias de nuestros padres y madres. Ello marca nuestras vidas y nuestras formas de vivirlas, desde que nacemos. Evocando desde mi presente algunas vivencias pasadas en relación a los papeles de género aprendidos en mi familia, reparo en que sí hubo diferencias entre hermanas y hermanos, y nunca vi, por ejemplo, que mi papá lavara platos o que levantara los utensilios de cocina. En este interpelante proceso, muy difícil, complejo, fui también aprendiendo de otras personas, conociendo más sobre las inequitativas relaciones de género y los derechos humanos vulnerados de las mujeres. Pude comprender las enormes diferencias en torno al significado y a los impactos personal, social, económico y político que existen en los modos de ver, tratar, conceptuar, valorar y definir a quienes comparten la condición de mujeres. Logré darme cuenta de la normalidad de las distinciones irracionales, injustas y desventajosas que viven las niñas y las mujeres en la vida pública y la privada, así como en los ámbitos social, económico y político. Comencé también a confrontar mis prejuicios y a interesarme en las razones y los objetivos del feminismo. Reconocí mi propio machismo y la fuerza con la que suelen arraigarse tantos mitos que durante siglos y en diferentes culturas lo han sostenido, junto con la misoginia y la homofobia. Todos estos aprendizajes nos brindan hoy herramientas vitales para poder ser mejores padres y conjugar en el quehacer cotidiano diferentes CUARTOSCURO

paternidades (afectivas, más cercanas, dialogantes, democráticas y conciliadoras), siendo cada vez más equitativas y rompiendo paulatinamente con aquellas paternidades tradicionales (autoritarias, conservadoras o desentendidas de sus hijas e hijos), las cuales buscan preservar el poder masculino, que por macho, se presume superior. Bajo la perspectiva de género, se construyen nuevas paternidades, que exigen transitar de las autoritarias a las equitativas. Como hijos, sabemos bien que va a llegar el momento en que tendremos que dejar que nuestras hijas emprendan vuelo, para labrarse su propio destino y alcanzar sus metas de éxito y felicidad. Sin duda nos cuesta mucho hacernos a esta idea en virtud de que vivimos en un mundo adverso, plagado de desigualdades y situaciones que aún violentan, marginan y discriminan a las mujeres. No obstante, porque este mismo mundo evoluciona y nos transformamos con él, resulta alentador conocer sobre algunos cambios culturales que se derivan de tantos avances que hoy existen en materia de derechos, ciudadanía, educación, conciencia crítica y participación social. En el contexto de mi hogar y conversando con mis hijas, percibo que hoy ellas se sienten y se miran a sí mismas con mucha mayor igualdad en dignidad y en derechos con relación a sus amigos varones, si consideramos lo que pudieron haber vivido mis hermanas y mis compañeras de la infancia. Y, en el caso de mi hijo, él transita su vida de manera muy distinta como yo la viví y aprendí. En todo este proceso complejo, el enfoque de género me ha ayudado a confrontar mi propia identidad, mi femineidad, mi rol social, mi sexualidad, mis relaciones interpersonales, mi sentido de autoridad, y mi definición de derechos humanos en relación con la democracia. Estoy aprendiendo a mirar el mundo con otros ojos. Y ello cambió mi vida porque vi de diferente manera la organización social, la cultura política, las relaciones de pareja, la vida de familia, mi matrimonio y mi paternidad de tres mujeres y de un hombre. Ahora miro de manera diferente a mi madre, y veo distinta la vida de muchas amigas. En este proceso, aún me descubro –voluntaria o involuntariamente— cayendo en ciertos errores, reproduciendo ciertos roles o estigmas, porque desmontar un discurso aprendido por años no es fácil, pero el objetivo está fijo y la meta, por ellas, es llegar a relacionarme con las mujeres, con lo femenino, en un plano de igualdad y respeto. T *Presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) www.conapred.org.mx @ricardobucio


Lunes 25 de junio de 2012 o 23

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CUARTOSCURO

Aún no llega a México un debate

profundo para fomentar una

paternidad

responsable

Reflexionar sobre la importancia que tiene el ejercicio de una paternidad responsable desde la perspectiva de género genera la posibilidad de que en el país se diseñen, instrumenten y ejecuten políticas públicas y prácticas igualitarias Isaac Puig Moreno

El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día. Anónimo

N

o nos permite avanzar hacia la equidad el hecho de continuar en la sociedad con los estereotipos de género que todavía ven a las mujeres como las responsables absolutas de cuidado y crianza de las hijas e hijos y al padre exclusivamente como proveedor financiero. Afortunadamente, hoy sabemos que las cosas no siempre son así y que dentro de la etiqueta “comportarse como un hombre” también caben la ternura,

la sensibilidad y el afecto paterno-filial. Debido a estereotipos creados por generaciones, se ha establecido un patrón de paternidad donde el padre es visto por sus hijos/as como un dispensador de dinero y permisos, lo cual acaba por ser una visión reduccionista del ser padre, porque ese patrón excluye a los hombres tanto de las tareas relacionadas con el cuidado de los/las pequeños/ as y del hogar, como de las posibilidades de disfrutar de relaciones más íntimas y cálidas con su familia. Si bien ya se han comenzado a dar algunos pasos aislados en este sentido en México, no se ha llegado todavía a un nivel profundo de reflexión, discusión y debate en torno a fomentar una paternidad responsable. En la sociedad se mira aún con suspicacia este tema y permite que en la práctica se siga desalentando, por ejemplo, la participación de los hombres en el acompañamiento del embarazo y del parto, que no se vinculen desde esta etapa del proceso

con sus responsabilidades familiares y que a la larga este desinterés de los hombres repercuta en problemas sociales y públicos como maternidades solas, paternidades ausentes, por citar algunos, siendo que la paternidad no es sólo presencia simbólica sino también presencia física. El párrafo anterior contrasta con investigaciones realizadas por el Radcliffe Public Policy Institute, en Cambridge Massachussets, donde los padres que trabajan señalan que su familia está por encima de su carrera y dos tercios de ellos estarían dispuestos a reasignar parte de su salario por tener más tiempo para pasar con su familia. Hoy los roles están cambiando, simplemente hay que detenerse un minuto frente a una escuela primaria y ver la cantidad de padres de familia que van a dejar a sus hijos/as, pasan por ellos/as a la salida y asisten a las reuniones escolares o revisar la cantidad de papás disponibles a amenizar y socializar en una fiesta infantil. La mujer sola en la tarea de educar a los/ las niños/as se agota, se cansa, se enferma, se satura siendo que debería ser un trabajo compartido con la pareja. Por otro lado, estudios demuestran que padres que se involucran en actividades de crianza de su prole como el cuidado, limpieza y alimentación, presentan menos niveles de ansiedad y estrés. Otras ventajas potenciales son: los/ las hijos/as dan y reciben amor; su presencia fortalece los lazos entre las parejas a medida

que comparten la experiencia de educarlos. Para mí, como padre de una hija de 4 años, me ilusiona el saber los beneficios que puede tener el desarrollar un ejercicio consciente de mi paternidad, lo cual puede llevar a que mi hija tenga un mayor aprendizaje y éxito académico y que se dé en nuestra relación el establecimiento de la confianza básica necesaria para poder en el futuro comunicarme de mejor manera con ella. De igual forma, platicando sobre estos temas para hacer este artículo, un amigo mío: Carlos Adalid, padre de Diego, comentó de forma muy elocuente la importancia de estar ahí con los hijos diciendo: “El compartir con tu hijo esos momentos en que comienza a descubrir el mundo y a descubrirte tú dentro de él son de valor incalculable. El poder fungir como una figura protectora y cariñosa más que como una intolerante, distante, es un cambio del cual soy muy afortunado en compartir con mi esposa”. Los nuevos modelos de paternidad fomentan un vínculo padre-hijo/a en el que se le da mayor importancia a la interacción, frecuente y temprana. Por el contrario, la paternidad tradicional se centraba más en las potencialidades de los/las hijos/as para ser adultos productivos. El fenómeno de nuevas paternidades está representado por el padre cuidador donde la paternidad es un servicio y una relación. Se da importancia al vínculo cotidiano, a la presencia emocional de padre a hijo/a, más allá del vínculo con la madre y así la relación paternal no es sólo autoridad, distancia, educación y límites, sino también incluye el aspecto afectivo-emocional. Mi hija Aisha me pide casi todas las noches, antes de dormir, que le lea un cuento, que digo uno, me pide dos o tres. Justo ese momento es cuando el cansancio se vuelve más pesado y tengo que negociar con ella para que sólo sea un cuento, pero es después de ver e imaginar con la lectura cuando mi mente y mi cuerpo se relaja más, sensación y sentimiento que mi hija corona con un beso y un gracias. Para el ejercicio de una nueva paternidad se requiere crear, tomar y usar ese tiempo para convivir, con lo cual la sociedad, el Estado y las organizaciones tienen que invertir en acciones para asegurar ese tiempo de los papás para sus hijos/as, que nos lleve hacia un modelo del futuro donde un padre y una madre trabajen a tiempo parcial y compartan igualitariamente las tareas domésticas y de cuidado de los/las hijos/as. T


24 o Lunes 25 de junio de 2012

milenio

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María Victoria,

mujer de ensueños Nostalgia y sensualidad, voz y melancolía. Es María Victoria, cantante y actriz de la época de oro del cine y la radio fotos TOMADAS DEL LIBRO MAría victoria el alma en el cuerpo

U

Mary Carmen Sánchez Ambriz

na mujer que atesora lucidez y un particular sentido del humor. Musa de narradores, poetas y artistas plásticos, como apunta Amparo Espinosa Rugarcía, no hace falta decir su apellido, todos la conocen. Como parte del proyecto editorial de DEMAC (Documentación y Estudios de Mujeres A.C), recientemente se dio a conocer el libro María Victoria. El alma en el cuerpo, escrito por Beatriz Espejo. Es el número 13 de la colección de biografías de mujeres mexicanas que han influido en la vida del país. El libro es una idea original de Amparo Espinosa Rugarcía, creadora de DEMAC. Iván Restrepo recordó que en 1951, a un obispo se le ocurrió sacar una bula en donde se estipulaba que quien viera a María Victoria quedaría ex comulgado. Por supuesto, la observación del religioso no tuvo repercusión entre los creyentes. La voz aguda de la cantante siguió cautivando al público, arrollando con su personalidad, deslumbrando a todos como la describe Margo Su en el libro Alta frivolidad: “De la brevísima cintura se desliza sin brusquedad la cadera más generosa y rica nunca antes soñada, y a esa cadera se prenden los mil ojos de los estudiantes y de los no estudiantes”. Amparo Espinosa Rugarcía invitó a la cuentista y ensayista, Beatriz Espejo, a que participara en este proyecto. María Victoria sostuvo varias conversaciones con Espejo, y el resultado de dichas pláticas se encuentra vertido en esta biografía que abarca más de 50 años de trayectoria en los escenarios. “María Victoria suelta y no suelta prenda. María Victoria se nos escapa a pesar de mostrarse toda, como sólo saben hacerlo las personas sabias. María Victoria es un misterio disfrazado de claridad”, reflexiona Espinosa Rugarcía. Se trata de un gran recuento anecdótico y fotográfico, espléndidamente editado. María Victoria proporcionó la mayoría de las imágenes que se comparten en el libro, es una oportunidad para recrearse con escenas del ayer y ubicar también a esos otros rostros carismáticos que contribuyeron a forjar el cine y la música: Dolores del Río, Tongolele, Luis Aguilar, Emilia Guiú, Lola Beltrán, Agustín Lara, Luis Alcaráz, Tin Tan, Palillo, Pancho Córdova, Pedro Vargas, Manuel Loco Valdés, Amparo Montes, Avelina Landín, Cantinflas, Joaquín García Borolas y Dámaso Pérez Prado. A propósito de éste último, Iván Restrepo hizo dos revelaciones la noche que se presentó la biografía: dio a conocer una canción que Pérez Prado le compuso a María Victoria y una encuesta entre intelectuales sobre sus canciones favoritas de la diva mexicana. Mientras que Cristina y José Emilio Pacheco prefieren “Cuidadito”, a Gabriel García Márquez le gustan “Soy feliz” y “Todavía no me muero”, y Elena Poniatowska se deleita al escuchar “Soy feliz”. Con la felicidad en el rostro, la singular intérprete de sensuales vestidos disfrutó de un ramillete de recuerdos. T


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