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Género Piden a legisladoras acuerdos por encima de ideologías pág. 02
MILENIO diario
Número 59
CEDAW
Nuevas recomendaciones al gobierno mexicano para proteger a defensoras y periodistas pág. 03
Lunes 27 de agosto de 2012 CUARTOSCURO
BIBLIOTECA FEMENINA
Tu hijo, tu espejo de Martha Alicia Chávez y Pareja o matrimonio. Decida usted de Sergio Zurita y Mario Zumaya
pág. 05
CULTURA MIXE
Entre la tierra y las nubes de Oaxaca, una banda femenina toca sin cesar
pág. 06
La moneda está en el aire
Urge agenda transversal a favor de la juventud, y ellos deben diseñar el futuro que desean SOBRE EL TEMA
ESCRIBEN
Miguel Ángel Carreón María del Carmen Alanís Alejandra Barrales Mariana Gómez del Campo Ricardo Bucio Dilcya García Francisco Guerrero Aimeé Vega Macarita Elizondo Luis González Placencia María Eugenia Medina Yolanda Aguirre Silvia Carrasco, Patricia Rosete Gabriela Luna Sánchez Aída Cerda Cristerna Patricia Rosete Xotlanihua
ONU MUJERES
Aunque en las Olimpiadas de Londres hubo más mujeres, persiste la discriminación: Bachelet
pág. 21
2 o Lunes 27 de agosto de 2012
milenio
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OCTAVIO HOYOS
para que más mujeres obtuvieran un escaño en alguna de las dos cámaras. Ahora a las legisladoras —sin importar su corriente ideológica— les toca trabajar en conjunto para impulsar una agenda en común, subrayó.
PROPUESTAS Entre los temas que deberían estar en este plan de trabajo —dijo Cerna— está una nueva reforma política, el blindaje de la cuota de género, la armonización del tipo penal de feminicidio, presupuestos etiquetados con perspectiva de género, y leyes a favor de la transparencia gubernamental. A esta posición se sumó la priista María Elena Chapa, actual directora del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, y quien aunque no compitió por una curul sí promovió el juicio, a fin de sentar un precedente en materia electoral. Explicó: “Tuve 15 años de legisladora. Fui la primera mujer senadora y creo que ya hay que retirarse y dejar espacio a las nuevas generaciones de mujeres que tienen empuje y que tienen interés”, por ello confió en los avances que logren las nuevas diputadas y senadoras. Las cuotas en México han tenido un alto impacto en la Cámara de Diputados, según información del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ya que en la Legislatura de 1952-1955 había sólo 6 por ciento de mujeres y para la de 2009-2012 la cifra pasó a 28 por ciento. En el caso del Senado, el PNUD señala que el porcentaje de mujeres también se ha incrementado de forma paulatina, al pasar de 3.4 por ciento (en la Legislatura de 1964-1970) a 22.7 por ciento en la de 2006-2012. Ahora el récord es histórico, pues según el IFE, en la Cámara de Diputados habrá 37.4 por ciento de mujeres y en el Senado, 32.81 por ciento. La escena política necesita más voces femeninas, por ello sería ideal que las próximas legisladoras se aglutinen en una “bancada feminista” a través de la cual promuevan una corriente política común, coincidieron las militantes de MC.
Políticas piden frente común a nuevas legisladoras
Agenda de género, por encima de las ideologías Las militantes del partido Movimiento Ciudadano (MC) Martha Tagle, María Cruz García, Refugio Morales, María Fernanda Rodríguez y María Juana Soto, promovieron el juicio que derivó en la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). A ellas se sumaron las militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) María Elena Chapa, María de las Nieves García, María de los Ángeles Moreno y Laura Cerna, además de Rocío Lourdes Reyes del Partido Nueva Alianza (Panal). Las defensoras de los derechos
Anayeli García Martínez*
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ras el proceso electoral, las mujeres que lograron la histórica sentencia que acabó con el magro porcentaje de presencia femenina en el Congreso, exhortaron a las 229 legisladoras electas a formar un frente común por los derechos de las mexicanas. Las 10 mujeres que en noviembre de 2011 promovieron un juicio ante la autoridad electoral para modificar las reglas en la postulación de candidaturas, y obligar a los partidos políticos a cumplir la cuota de 60-40, llamaron a cerrar filas a favor de una agenda de género. Según datos del Instituto Federal Electoral (IFE), a la Cámara de Diputados llegarán 187 mujeres (37.4 por ciento) y al Senado 42 (32.81 por ciento).
político-electorales de las mexicanas exhortaron a las nuevas senadoras y diputadas a que —más allá de partidos e ideologías— sean concientes de que no llegaron solas y asuman un compromiso moral y social con la población femenina. Ahora que más de un tercio del Congreso estará ocupado por mujeres, las militantes pidieron unidad a las legisladoras para implementar reformas respecto al feminicidio, violencia de género, discapacidad, salud y paridad en cargos públicos, entre otros temas. Laura Cerna, actual consejera política del PRI en el DF, aclaró que participó de forma simbólica en el juicio ante el TEPJF, toda vez que aunque decidió no postularse como candidata, respaldó que se cumpliera la cuota de al menos 40 por ciento de postulaciones femeninas. En su opinión, las militantes abrieron el camino
MARÍA CRUZ GARCÍA Académica integrante del grupo promotor de la participación política femenina y que actualmente cursa el doctorado en Ciencias Sociales con enfoque de género, señaló que las mexicanas tienen que actuar ahora y no esperar que los cambios sociales y culturales lleguen solos. Otras mujeres que forman parte de este bloque defensor de los derechos políticos femeninos y que además buscaron una senaduría plurinominal son María Juana Soto y Refugio Esther Morales, quienes esperan que una de las prioridades sea rescatar leyes que se quedaron pendientes como la del blindaje a la cuota de género. MARÍA FERNANDA RODRÍGUEZ Joven de 23 años que buscó una diputación local plurinominal, dijo que hoy más que nunca es necesario que se investiguen y sancionen los casos de feminicidio y violencia de género. Rodríguez, igual que sus compañeras, convocó a las legisladoras a trabajar en conjunto y con conciencia, pues por su parte —sostuvo— las militantes partidistas interesadas en este tema ya se comprometieron a dar seguimiento al trabajo legislativo. T *Cimac
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Lunes 27 de agosto de 2012 o 3
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CEDAW exige protección para periodistas y defensoras
Activistas por los derechos femeninos inciden en recomendaciones de expertas CUARTOSCURO
Agrupaciones civiles lograron que el organismo de la ONU emitiera 52 recomendaciones al Estado mexicano, entre las que destacan acciones urgentes contra violencia, inseguridad, desapariciones forzadas, impunidad...
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Gladis Torres Ruiz
urante la reciente sesión en Nueva York del Comité de Expertas de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), surgieron las nuevas recomendaciones del organismo de la ONU y son de cumplimiento obligatorio para el Estado mexicano, por tratarse de un acuerdo internacional en materia de DH. El tema de la alarmante situación de violencia contra las periodistas y las defensoras humanitarias fue expuesta por primera vez ante las expertas de la convención por parte de las organizaciones civiles. Los ejes centrales de las 52 recomendaciones del Comité de Expertas de la CEDAW son violencia, inseguridad, desapariciones forzadas, impunidad, la ausencia de datos oficiales, así como la falta de armonización legislativa, además de hacer hincapié en recomendaciones hechas en 2006, y en la aplicación plena y efectiva de la convención. En un hecho histórico, 113 grupos civiles presentaron ante el Comité de Expertas 18 informes sombra o alternos, al reporte oficial entregado por México. En ellos documentaron que las autoridades incumplieron 20 recomendaciones de la CEDAW emitidas en 2006. Asimismo, las activistas denunciaron que 71 mujeres periodistas padecieron distintos tipos de violencia y otras seis fueron víctimas de feminicidio, entre enero de 2010 y diciembre de 2011. Los 18 informes fueron elaborados por la Coalición CEDAW Ciudadanía, en la que participaron organizaciones como la Academia Mexicana de Derechos Humanos, el Observatorio Ciudadano Nacional del Femi-
nicidio (OCNF), Justicia para Nuestras Hijas, y el Grupo de Información en Reproducción Elegida. Representantes de estas y otras agrupaciones estuvieron presentes en la sesión del Comité. Al elaborar su informe oficial, el Estado mexicano ignoró las observaciones de la sociedad civil, a decir de los propios grupos ciudadanos Gloria Ramírez, de la Cátedra Unesco de Derechos Humanos de la UNAM, destacó que las expertas de la CEDAW hayan tomado en cuenta las demandas de las activistas, lo que se reflejó en las nuevas recomendaciones
para México. María de la Luz Estrada, coordinadora del OCNF, también celebró la participación de las agrupaciones ciudadanas en la sesión del Comité. Entre las nuevas recomendaciones, las especialistas de la CEDAW solicitaron al Estado mexicano que de manera inmediata aplique la Ley para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos y Periodistas a nivel federal y estatal, con el fin de garantizar la vida, la libertad y la integridad de estas mujeres. También pidieron que se priorice la creación del Mecanismo de Protección previsto en esa ley, el cual debe funcionar con perspectiva de género. Asimismo, las expertas urgieron a la adopción de medidas concretas, adecuadas y eficaces para prevenir, investigar, juzgar y sancionar los ataques y otras formas de abuso perpetrados contra las periodistas y las defensoras de DH, al igual que acciones específicas que terminen con la impunidad. Entre otras de sus recomendaciones, el Comité de la CEDAW convocó al Estado mexicano a que incluya información de las organizaciones civiles en su próximo reporte programado para el 2016, o cuando le sea solicitado. Para evaluar el cumplimiento de las recomendaciones en materia de acceso al aborto y la tipificación del feminicidio, las expertas pidieron a México presentar dentro de dos años una declaración sobre las medidas adoptadas. El 25 de agosto de 2006 el Comité de Expertas de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, emitió 20 recomendaciones al Estado mexicano para implementar acciones concretas contra la discriminación y la violencia de género. Ante su incumplimiento, el mismo Comité extendió el pasado 27 de julio 52 recomendaciones más en el mismo sentido a nuestro país, tras concluir su 52 periodo de sesiones en la sede de la ONU. En el “Informe del seguimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación Contra la Mujer: Avances y desafíos” —editado por la Cátedra Unesco, la UNAM y la Academia Mexicana de Derechos Humanos—, se indica que las principales esferas de preocupación en 2006 fueron violencia, acceso a la justicia, participación política, y acceso al aborto, entre otros. En el documento se asienta que en México urgen la armonización de las leyes y las normas federales, estatales, y municipales con la CEDAW, así como medidas necesarias para poner fin a cualquier tipo de violencia contra las mujeres. El Comité de Expertas de la CEDAW también instó a México a acelerar la aprobación a la enmienda al Código Penal para tipificar el feminicidio como delito, lo cual apenas se realizó este año. De acuerdo con el “Informe del seguimiento…”, en 2006 el Comité consideró que sus recomendaciones requieren de atención prioritaria, por lo que convocó a que el siguiente informe del Estado mexicano incluyera las medidas adoptadas y los resultados obtenidos. Así, el pasado 17 de julio México fue evaluado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York respecto a su cumplimiento de la CEDAW, mecanismo aprobado en 1979 y ratificado por nuestro país en 1981. Las expertas analizaron los informes 7 y 8 presentados por el Estado mexicano en 2010. De manera paralela, el 17 de julio 113 organizaciones defensoras de los derechos humanos de las mujeres aglutinadas en la Coalición CEDAW Ciudadanía, presentaron 18 informes “sombra” o alternos ante el Comité de la CEDAW en los que acusan al Estado de “simular cumplir” con su obligación de respetar, garantizar, prevenir, investigar, sancionar y reparar cualquier manifestación de violencia y discriminación hacia las mujeres. Los señalamientos ciudadanos se vieron reflejados en las recomendaciones de este año para México, las cuales están incluidas en un documento que consta de 44 apartados. Muchas de las recomendaciones abarcan varios de los temas de 2006 incumplidos por las autoridades nacionales. T
Muchas mujeres al Congreso, pero sin visión de género: feministas Anayeli García Martínez
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os derechos humanos de las mujeres no fueron un tema trascendente en el reciente proceso electoral, pese a que hubo una histórica participación de mujeres como candidatas, advirtieron expertas. Aunque en los pasados comicios cerca de 858 mujeres hicieron campaña para ocupar un lugar en el Congreso de la Unión, la mayoría de las abanderadas no mencionaron a la población femenina como parte de sus propuestas de campaña, y si lo hicieron fue para reiterar los valores tradicionales de las mujeres. A esta conclusión llegó Clara Scherer, integrante de SUMA —iniciativa de ONU Mujeres para promover la participación política femenina en México—, quien hizo un análisis sobre las escasas propuestas en materia de género por parte de las candidatas.
Durante el foro “La imagen de las mujeres en las campañas electorales en México”, la especialista dijo que hubo muy pocas abanderadas que se pronunciaron por la autonomía efectiva de las mujeres, o que desarrollaron nuevas formas de hacer política. Al analizar la campaña de las candidatas Clara Delgadillo (Panal); Hilda Flores y Marina Garay (ambas del PRI); Margarita Arellanes (PAN), y Natalia Juárez (PRD), Scherer dijo que en las campañas pocas candidatas presentaron un discurso incluyente con visión de género. Señaló que sólo la diputada federal electa del PRI Marina Garay tuvo un discurso a favor de las mujeres, al hablar del acceso a la justicia para las víctimas de violencia, promover la equidad en el trabajo, sueldos equitativos, y combatir la discriminación de género. Las otras mujeres postuladas a una diputación, senaduría o alcaldía (que no ganaron un lugar)
se distinguieron por pronunciarse sobre la situación de las mujeres en el hogar, el derecho a la vida y apoyos económicos para niñas y niños. En tanto la ex candidata a diputada federal por el PRD en Jalisco Natalia Juárez, quien causó polémica por posar semidesnuda y hacer una campaña que calificó como “sin prejuicios”, efectuó un proselitismo “innovador”, pero que vislumbró a las mujeres en sus roles tradicionales. La investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, Aimée Vega, aclaró que tampoco se
puede acusar a las candidatas de no tener conciencia de género. Explicó que ellas también responden a su formación personal y a los partidos políticos que en muchas ocasiones están interesados en promover que sus abanderadas obtengan votos, pero que no tengan que debatir sobre cambios reales en materia de género. La experta criticó que la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota, hiciera uso “deliberado e irresponsable” de su condición de mujer y que no colocara en la agenda los temas de género. Si bien hizo referencias a una Presidenta “con falda y con muchos pantalones” o a la maternidad como un eje de su campaña, nunca se refirió a la violencia de género, la salud sexual y reproductiva o las condiciones laborales que enfrentan las mexicanas. T Cimac
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Redacción
atos de la ONU revelan que hay más de mil 200 millones de personas jóvenes entre 15 y 24 años en todo el mundo, de las cuales 21 millones están en México, es decir, una quinta parte de la población nacional está compuesta por jóvenes. El pasado 12 de agosto se conmemoró el Día Internacional de la Juventud, por lo que el Sistema de las Naciones Unidas en México exhortó a mejorar las condiciones de vida de la juventud, tanto a escala mundial como nacional, con lo cual alcanzaría niveles altos de desarrollo humano. Tanto en México como en el mundo el número de personas de entre 15 y 25 años es el más grande de toda la historia; entonces, si no se garantiza la participación de esta población no podrá contribuir en el desarrollo económico y social de sus países, lo cual se traduciría en un desperdicio de talento, alertó la ONU. Una de las principales responsabilidades de los gobiernos ante las y los jóvenes es garantizar el acceso a la educación. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, ha disminuido el porcentaje de las personas de entre 15 y 29 años que no saben leer y escribir, pues en 2000 la cifra era de 3.6 por ciento frente al 1.9 por ciento de 2010. Si n emba rgo, la educación med ia y superior no es una seguridad para gran parte de la juventud mexicana, ya que según el mismo censo, sólo 27.9 por ciento de las y los jóvenes cursa el bachillerato y únicamente 15 por ciento cuenta con formación universitaria. La educación media superior y superior es parte del proyecto de vida de un grueso de la juventud mexicana, a fin de encontrar un empleo relacionado con sus capacidades académicas. Pero en México, en el grupo de 20 a 24 años –edad promedio en la que se concluyen los estudios técnicos o universitarios–, sólo el 72 por ciento de los hombres tiene empleo, mientras que para las mujeres la cifra se reduce a 36 por ciento. Otro de los elementos importantes en el desarrollo de la juventud son los servicios de salubridad, los cuales están alejados de las comunidades rurales. En el caso del DF, los servicios están en las periferias de la capital. De acuerdo con la organización civil Salud Integral para la Mujer (Sipam), en la Ciudad de México, las y los jóvenes que habitan las delegaciones Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac y Tlalpan (29 por ciento de la población total del DF), son el grupo más afectado por la lejanía de los centros de salud. T
Pide ONU a México garantizar educación y salud a jóvenes
Sólo 15 por ciento tiene formación universitaria El Sistema de las Naciones Unidas en México hizo un llamado urgente para que se incremente la inversión dirigida a ese sector de la población, con el fin de hacerlo partícipe de su desarrollo, de la sociedad y de la economía
CLAUDIA GUADARRAMA
Tipifica Oaxaca delito de feminicidio Citlalli López
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on 35 votos a favor, el Congreso de Oaxaca aprobó las reformas al Código Penal estatal que tipifican el delito de feminicidio, y lo sancionan con 40 a 60 años de prisión. Tras la modificación al artículo 411 de esa normatividad, Oaxaca se convirtió en la entidad número 15 en aprobar esta figura como delito penal, y la tercera con la penalidad mínima más alta al igual que la del Estado de México y Veracruz. El dictamen presentado por la presidenta de la Comisión de Equidad y Género, Ivonne Ga-
llegos Carreño, establece como homicidio por razones de género “cuando la víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; se le hayan infligido heridas, escoriaciones, contusiones, fracturas, dislocaciones, quemaduras, mutilaciones con implicaciones sexuales o que le generen sufrimiento”. El delito será considerado feminicidio cuando existan antecedentes o indicios anteriores de amenazas, acoso o maltrato del sujeto activo en contra de la víctima; el cadáver o restos de la víctima hayan sido enterrados u ocultados, o el cadáver o restos de la víctima hayan sido expuestos en algún lugar público. Otros elementos son que la víctima haya
sido incomunicada o privada de su libertad, y que el crimen se cometa por desprecio u odio a la víctima motivado por discriminación o misoginia. El dictamen de las Comisiones Unidas de Administración de Justicia y Equidad y Género define como misoginia a las “conductas de odio contra la mujer que se manifiestan mediante actos violentos o crueles contra ella”. Si entre el feminicida y la víctima existió una relación
de parentesco por consanguinidad o afinidad, adopción, matrimonio, concubinato, relación de convivencia, noviazgo, amistad, laboral, docente, tutela o cualquier otra que implique confianza, además de la pena que le corresponda, se le impondrá hasta un tercio más de la penalidad establecida. También se impondrán hasta dos tercios más de la pena cuando el criminal se encuentre en servicio o se haya desempeñado dentro de los cinco años anteriores a la comisión del delito como servidor público integrante de las corporaciones de seguridad pública, de las instituciones de procuración e impartición de justicia o de las fuerzas armadas. Será la PGJE la que expida el Protocolo Especializado para la Investigación del Delito de Feminicidio, dentro de seis meses contados a partir del día siguiente a la entrada en vigor del decreto. Las otras entidades federativas que ya tipificaron el delito de feminicidio en sus códigos penales son Guerrero, Estado de México, Guanajuato, Tamaulipas, Morelos, DF, Veracruz, Tabasco, Baja California, Chiapas, San Luis Potosí, Colima, Durango y Sinaloa. T
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UNAM e Incan indagan prevención temprana del cáncer de mama
Cada año mueren más de 5 mil mujeres
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Redacción
ientíficos del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM y del Nacional de Cancerología (Incan), iniciaron una investigación integral del cáncer de mama con el fin de lograr la detección temprana de ese mal, que cada dos horas cobra la vida de una mexicana.
Información del Incan señala que con base en el registro nacional de defunciones hay cerca de 5 mil 250 muertes al año por cáncer de mama, lo cual implica que una mujer fallece cada dos horas por esta causa en el país. De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad de Género
y Salud Reproductiva (Cnegsr), ese tipo de tumor es la primera causa de muerte entre las mujeres de 25 años o más. Tan sólo en 2010, 5 mil 113 mujeres perdieron la vida a causa de este padecimiento El Programa de Investigación Biomédica en Cáncer de Mama fue presentado en la UNAM y consta de nueve estudios específicos que se aplicarán a 300 pacientes con cáncer de mama.
En un comunicado, Patricia Ostrosky, directora del Iibm, dijo que en México la mayoría de las mujeres con ese tipo de tumor llegan a los hospitales en etapas avanzadas, lo que reduce la posibilidad de lograr tratamientos exitosos y salvar vidas. Alejandro Mohar, director del Incan, alertó que la cifra de nuevos casos de cáncer de mama llegará a un millón 686 mil en el año 2030, y el país no cuenta con la capacidad para atender esa cantidad de pacientes con diagnóstico tardío. El Programa de Investigación Biomédica en Cáncer de Mama, coordinado por los investigadores Luis Alonso Herrera Montalvo y Alfonso León del Río, del Iibm, reclutará en un periodo de seis meses a 300 pacientes con cáncer de mama avanzado, quienes deben ser candidatas a recibir quimioterapia y cirugía —que en el Incan constituyen 60 por ciento de los ingresos—, explicó Herrera Montalvo. Detalló que a todas las pacientes se les tomarán muestras de sangre y de los tumores durante el diagnóstico, después de los cuatro ciclos de quimioterapia y en la cirugía. De esas muestras se extraerán suero o plasma, células blancas, ADN, ARN y proteínas, que se analizarán en las diversas líneas de investigación. En el ADN extraído de sangre se estudiarán mutaciones germinales en los genes, relacionadas con la predisposición familiar. Este estudio pretende conocer si las pacientes mexicanas tienen el mismo perfil de mutaciones que los descritos para mujeres en otros países. T
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Mary Carmen Sánchez Ambriz
El eterno aprendizaje Pareja o Matrimonio decida usted Sergio Zurita y Mario Zumaya, Vergara, México, 2011
Sergio Zurita es un dramaturgo y director teatral que desde hace más de 15 años conduce la emisión radiofónica, “Dispara, Margot, dispara”. Decidió emprender un proyecto fresco, ameno, desenfadado, interesante y crítico sobre el matrimonio. El libro está integrado como una larga conversación con el psicoterapeuta, Mario Zumaya. El resultado es un mano a mano, una zambullida por los caminos de la cultura contemporánea, la historia, el machismo, los roles de sexuales, la música, el cine, el arte, el teatro, la filosofía y la psicología. En esta complicada tarea por tener una buena relación de pareja se abordan distintos temas: la monogamia, el erotismo en la pareja, la terapia de pareja, el proyecto en común, cómo ser feliz sin pareja, el poder en las relaciones conyugales, el divorcio no es un fracaso, las parejas del mismo sexo, entre otros mitos y fórmulas sobre la relación perfecta. La idea que se sostiene a lo largo del libro es que se requiere de cierto conocimiento para poder se una buena pareja. “El aprendizaje, en términos psicológicos, es la modificación de
la conducta, de lo que haces como resultado de la experiencia”. Para el especialista en relaciones maritales, amar, al ser un verbo, es una palabra más activa. “Recordemos que los verbos denotan acciones. Cuando creemos que el amor es un sustantivo y sabemos que los nombres o sustantivos sólo denotan cosas o regiones, una mesa, una coca-cola, México, Francia, estamos perdidos y se entiende que nos sintamos víctimas pasivas del amor y no actores protagónicos, responsables del verbo amar”. Desde su punto de vista, se nos enseña cómo seducir a una pareja, cómo atraer al ser que nos interesa, pero no se nos enseña a conservar esa pareja que tenemos a nuestro lado. “Conversar es tejer un tapete mágico, anudado con nuestras emociones, sentimientos, estados de ánimo, y diseñado en el lenguaje que nos puede llevar a lugares donde acordemos o sitios inesperados”, insiste Zumaya. Mientas cada quien encuentra a su media naranja, acaso convendría recordar la oración que se cita en la película Los tres huastecos (1948), en donde Pedro Infante interpreta a tres personajes: “San Timoteo, que no sea feo; San Ruperto, que no sea tuerto; San Ramón, que no sea panzón; San Ludovico, que sea rico; San Pascual, que no sea animal; San Preciado, que no sea divorciado; Ángeles y Serafines, que se cambie calcetines; Santa Elisa, que también se cambie la camisa; San Alejo, que no sea muy viejo; San Dionisio, que me dé buen servicio”.
Educar con amor Tu hijo, tu espejo Martha Alicia Chávez, Grijalbo, México, 2012
La educación de los hijos es un asunto que ha estado latente siempre, incluso Michel de Montaigne se interesó en el tema. Cada cierto tiempo aparecen libros que pretenden despejar dudas en este laborioso, pero enriquecedor, proceso pedagógico. En esos primeros años, los padres de familia aprenden de forma paralela a sus hijos, se sensibilizan, se vuelven más perceptivos e inevitablemente surge ese encuentro con el niño interior que todos llevamos dentro. A partir de su experiencia como psicoterapeuta, Martha Alicia Chávez tuvo la idea de escribir esta sencilla guía sobre padres e hijos. Se basa en el amor, el respeto, la tolerancia y en saber poner límites. Existen dos tipos de hijos: los hijos Oasis y los hijos Maestros. Con los primeros parece que todo es más fácil, la comunicación fluye, ellos responden, casi no hay conflictos; mientras que con los hijos Maestros ocurre lo contrario: es complicado hablarles, aparentemente son egoístas, parece que van por la vida sin un claro objetivo, muestran signos de rebeldía. Los llama Maestros porque finalmente ellos vienen a enseñarles a los padres cómo deben cambiar, aceparse ellos
mismos, expresar sus sentimientos, para luego transmitírselos a sus hijos. Hay varios puntos interesantes que aborda. Por ejemplo, educar con culpa. Es decir, cuando los padres de familia ejercen la sobreprotección, permitiéndoles a sus hijos ser y hacer lo que les dé la gana. “El hijo sobreprotegido crece débil, timorato, demandante, dependiente, inseguro, sin tolerancia a las frustraciones y tormentas de la vida, ignorando su potencial porque nunca le han permitido conocerlo y utilizarlo”, describe la autora. El mensaje que lleva implícita esta conducta de los progenitores es: “Tú no puedes, por eso lo hago por ti”. Acaso habría sido pertinente que la terapeuta le llamara Amor enfermo, sentimiento en extremo que sólo causa inferioridad y va en detrimento de lograr que un ser humano madure y se haga responsable. Otro asunto lamentable es cuando los padres desean ver realizados sus ideales en la vida de sus hijos. La frustración que cargan es inmensa y lejos de ayudarlos a abrirse paso, los perjudican. También hace referencia a la compleja situación que viven los hijos parentales, quienes desempeñan otros roles que no les corresponden, hacen la función de padres de sus hermanos o de sus propios padres, o como sustitutos de pareja de alguno de éstos. “Tarde o temprano, se generan en él sentimientos de impotencia, ansiedad, tensión y resentimiento hacia sus débiles padres que le han impuesto semejante paquete”. Nadie dijo que la educación de los hijos es un asunto sencillo.
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Cultura mixe, Tlahuitoltepec, Oaxaca
Orquesta de mujeres toca entre la tierra y las nubes de Oaxaca FOTOS: ESPECIAL
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Ernestina Gaitán Cruz, corresponsal
l municipio oaxaqueño de Santa María Tlahuitoltepec tiene una tradición musical de más de 400 años. Inició con la llegada de la música sacra que se tocaba en las iglesias; luego se incorporaron grupos vocales y después los instrumentos de cuerda. Ahora esta localidad es un semillero regional de concertistas, directores y bandas, en las que siempre ha habido mujeres, pero poco se sabe de ellas. Ubicada en el “corazón de las montañas de Oaxaca”, a 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar (“donde se tocan la tierra y las nubes”), la comunidad es conocida porque sus habitantes, los mixes, nacen y mueren con la música, la escuchan a toda hora en casas, patios, caminos, en ensayos, ceremonias, y los acompaña hasta la muerte con sus sonidos fúnebres. También se distingue en el mundo porque la niñez de la zona, apenas aprende a caminar, inicia su preparación académica en el único conservatorio indígena del país: el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam). Ahí se usan métodos originales que han formado profesionales que participan en agrupaciones nacionales e internacionales de música. En este proceso siempre han participado las mujeres. Sin embargo no había una agrupación exclusiva hasta hace seis años
cuando por iniciativa de la música y maestra de educación indígena Leticia Gallardo Martínez, se conformó la Banda Filarmónica de Mujeres de Santa María Tlahuitoltepec. La banda está integrada por 20 mujeres jóvenes de la comunidad y de poblaciones cercanas. Con el apoyo de sus padres y madres, quienes han comprado los instrumentos, han representado a su pueblo en diferentes celebraciones y han sido invitadas para conciertos especiales en varias partes del país. Ellas poseen una sólida formación profesional iniciada desde preescolar hasta secundaria o bachillerato en el Cecam; han pertenecido o aún tocan en otras agrupaciones, y varias continuarán su camino en otros conservatorios. El 22 de noviembre de 2006 la banda hizo su presentación oficial, lo que marcó una pauta en la historia de las mujeres mixes, ya que visibilizó no sólo su música, sino también su cultura a través del vestuario que ha causado admiración por sus reminiscencias ancestrales. Con sus blusas de manta natural bordada con flores en pecho, hombros, espalda y puños, y faldas amplias y largas también con flores de colores, ceñidas con fajas rojas, los cabellos largos trenzados con listones de colores que terminan en moños y calzadas con huaraches, las jóvenes han interpretado sus sones y jarabes mixes, marchas, fandangos, boleros, pasodobles, chilenas y danzones, la música que han vivido en su cultura. Concentradas, formales, profesionales y felices, ellas tocan flautas, clarinetes, saxofones, trompetas, trombones, tubas y percusiones. Las mujeres son de distintos pueblos con diferentes idiomas indígenas; juntas hacen música y se entienden en el lenguaje universal, dice orgullosa la directora de la Banda Filarmónica de Mujeres, Leticia Gallardo Martínez. En entrevista, la música calcula que en Oaxaca hay unas 600 mujeres instrumentistas, y que además de la agrupación que ella dirige, existe otra exclusiva de mujeres: el de las Reinas Oaxaqueñas, oriunda de los Valles Centrales. Gallardo cuenta que formar una agrupación de mujeres fue para abrirse un espacio, ya que cuando los hombres se organizaban entre ellos se invitaban, y ellas por ser mujeres no tenían esa oportunidad. Ahora, como integrantes de la banda, crearon sus propias condiciones, respetando sus tiempos, organizándose de acuerdo con sus actividades, que a veces implica cuidar hijos. Leticia tiene más de 20 años dedicada a la música y desde que tenía siete años de edad se involucró en el Cecam, porque su padre fue uno de los fundadores. Desde entonces pasó por todos los niveles hasta ser directora de orquestas y bandas, y como la música es su pasión, busca difundirla en todos los niveles. De manera reciente empezó a trabajar con la música en escuelas de su zona porque sabe que es el mejor método para el aprendizaje. Como es difícil llevar instrumentos, empezó a usar el mejor instrumento que es la voz y conformó coros para que las y los niños defiendan con la música a su idioma materno, el mixe. “A la niña y al niño no lo formas para que se aprenda algo, como generalmente sucede en las escuelas, de forma mecánica, sino que aprende a tocar y solita desarrolla sus otras habilidades. Le empiezas a enseñar algunas notas y ella sola va armando sus melodías, las canciones que más le gustan; eso es algo que difícilmente enseñas, porque sale de él o de ella”, comenta. Se aprenden todas las asignaturas porque desde que la niña y el niño reconocen y se identifican, vienen los valores y su cosmovisión. Por eso es integral, no tienes que fraccionar los conocimientos que no sabes cuándo vas a juntar. Y la música o cualquiera de las bellas artes puede ser el elemento integrador; eso habría que retomarlo porque se ha perdido en las escuelas, concluye Leticia. T Cimac
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Los retos de las empresarias
también existen conflictos relacionadas con el género y se expresan en temas como la conciliación vida laboral-vida familiar, la doble jornada de trabajar en el negocio y en el hogar, cierta dificultad en las relaciones de negocios con sus colegas empresarios debido a estereotipos y machismo. En el citado diagnóstico se halló que, adicionalmente a las barreras antes mencionadas, existen necesidades específicas de las mujeres relacionadas con el negocio: la falta de información y asesoría para acceder a los programas de desarrollo económico de los tres niveles del gobierno, la falta de información sobre los créditos, la dificultad para cumplir los requisitos del crédito privado, desconfianza en las instituciones públicas que promueven financiamiento, capacitación y el acceso a los mercados. Este último es un rubro importante para las empresarias, pues ellas requieren de mayor profesionalización en el ámbito de los negocios y modernizar la administración de sus empresas, ya que aspiración que expresaron es ser parte de una cadena productiva. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) tiene un programa de desarrollo económico con perspectiva de género con el objetivo de favorecer la autonomía económica de las mujeres, con la ampliación de su acceso a los recursos de producción y el fortalecimiento de sus capacidades productivas. Entre las actividades que se realizan está la difusión de información empresarial mediante internet, talleres de capacitación, conferencias, entre otras. Los aprendizajes que se favorecen son el uso de la tecnología en la administración del negocio y en la rentabilidad de las mismas; los diversos métodos para acelerar las ventas como la negociación efectiva y la mejora del punto de venta; además, el tema de las finanzas: por un lado, la planeación financiera personal y, por otro, la de la empresa. También se prevé la reflexión sobre el plan de vida y los valores empresariales de las mujeres para brindarles estrategias en el éxito de ambos planos. En congruencia con ello se participó en la Semana Nacional Pyme 2012 con un ciclo de conferencias llamado De mujeres empresarias para mujeres empresarias. La página web de contacto para cualquier comunicación es empresarias. inmujeres.gob.mx. No obstante que se dan pasos desde el gobierno, muchos son los retos de las mujeres: específicamente en el ámbito empresarial se requiere de una política pública integral en apoyo al sector que incluya las necesidades particulares de las mujeres. T
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Sólo dos millones 117 mil 984 mujeres son empleadoras en México ESPECIAL
Hoy en día no es raro ver a una, a diferencia de hace medio siglo, por ejemplo. De hecho, la incorporación de las mujeres al trabajo extra doméstico en México ha crecido en participación Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción Virginia Woolf Yolanda Aguirre Platas*
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e 17.6% en 1970 a 42.5% en 2010. Sin embargo, cuando esta última cifra se compara contra 77.5 que representa la participación económica de los hombres se puede ver que aún existe una brecha para alcanzar la igualdad y lo mismo aplica cuando se habla de las mujeres como empleadoras. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2010, dos millones 117 mil 984 son empleadoras/es en México: ellas representan 19.1% mientras que el resto, es decir 80.9%, son hombres. Las razones por las que las mujeres incursionan en los negocios pueden ser variadas: desde lograr la independencia laboral y el desarrollo profesional hasta por la necesidad de incrementar los ingresos familiares. Lo cierto es que independientemente de lo que mueve a las mujeres a emprender un negocio, ello redundará en autonomía económica y un mayor desarrollo económico para el país.
¿Qué significa la autonomía económica de las mujeres? Significa lo que cada mujer personalmente desee en sus aspiraciones pero, sobre todo, poder tomar decisiones reales sobre su vida personal, familiar y el Estado: una ciudadanía económica. Ya sea porque ellas se empleen o porque se conviertan en empresarias, la percepción económica es un medio para lograr objetivos de desarrollo, personales (como escribir novelas, diría Virginia Woolf) o nacionales como parte del sector que genera riqueza en un país. Sin embargo, en sí misma, la contribución de las mujeres a la economía no redunda desarrollo, se necesitan condiciones de igualdad para que ello pase. De acuerdo con un informe del Banco Mundial, los países que
discriminan con base en el género tienen más lento crecimiento económico (Washington, DC: World Bank, 2001). La cultura predominante impone barreras a las mujeres en el ámbito público asignándole mayoritariamente las tareas domésticas. Incluso, en muchas ocasiones, los trabajos extra domésticos de las mujeres repiten los roles tradicionales que por lo regular son menor pagados. De acuerdo con el índice de discriminación salarial en 2010 es necesario incrementar, en promedio, 8.2 % el salario que se les paga a las mujeres para lograr la equidad salarial (INEGI con base en la ENOE 2010). En el ámbito empresarial, según los resultados del Diagnóstico sobre la situación de las empresarias del Inmujeres realizado en 2008,
*Jefa del Departamento de Economía del Instituto Nacional de las Mujeres
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Factores para la empleabilidad
La juventud requiere ser un asunto de Estado La más reciente crisis financiera internacional incrementó el desempleo juvenil en todo el mundo, como nunca se había visto
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Miguel Ángel Carreón Sánchez*
l Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hizo saber en su momento que debido a los devastadores efectos de la crisis de 2008, el desempleo juvenil se había incrementado en dos puntos porcentuales entre 2009 y 2011, pasando de 11 a 13 por ciento en el mundo, lo cual se traduce en más de 80 millones de jóvenes sin empleo a nivel global. Durante los años previos a las crisis, las tasas de desempleo en jóvenes se encontraban estables, sin embargo, hoy el mundo observa otro panorama y en muchas naciones nada alentador. Ejemplos de ello, son países como España o Grecia con niveles superiores a 45% de desempleo juvenil, a su vez Estados Unidos con 18% y Reino Unido con 23%, aunque son naciones poderosas, enfrentan el mismo reto. Asimismo, el reporte Global Employment Trends for Youth 2012, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), muestra que las tasas de desempleo entre los jóvenes de América Latina durante 2011 fue de 14.3 por ciento, casi seis puntos porcentuales más que la tasa de desocupación juvenil en México, que según el cálculo actualizado del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, es de 8.7 por ciento. A pesar de la firme contención que el gobierno mexicano hizo de la crisis económica global más importante de los últimos tiempos, es importante notar que la población juvenil desempleada se mantiene como un gran reto. Estos datos fortalecen la importancia de trabajar en
el diseño y la implementación de nuevos y mejores programas que tengan el objetivo de atender el problema del desempleo juvenil en México, así como la consolidación de los que están orientados en este sentido. Sin duda los esfuerzos del gobierno mexicano han sido oportunos. Al respecto, desde el Instituto Mexicano de la Juventud hemos trabajado con cinco programas que buscan principalmente facilitar y preparar a los jóvenes en la transición de la escuela al trabajo: Bolsa de Trabajo, Servicio Social y Becarios, Becas de Apoyo para Capacitación Laboral, Joven-es Servicio, así como el Programa de Integración al Trabajo para jóvenes con discapacidad. A ello se suman los esfuerzos realizados por la Secretaría de Educación Pública, de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, de Economía, entre otras. No obstante de los esfuerzos realizados, el reto continúa ahí: asegurar una adecuada inserción laboral de los jóvenes mexicanos en un ambiente laboral cada vez más competido y el reto es aún mayor al contar con
el bono demográfico, una oportunidad única como generación mexicana. Por ello, desde el Instituto Mexicano de la Juventud planteamos ocho aspectos que deben ser reforzados para facilitar a los jóvenes definir trayectorias de vida exitosas. Debe combatirse la falta de información sobre las oportunidades que hoy existen para los jóvenes desde el gobierno, la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil. En ocasiones los jóvenes no saben a dónde acudir para encontrar información básica que les permita tomar decisiones sobre su futuro. Debemos asegurarnos que esas oportunidades se conozcan entre los jóvenes que las necesitan. Incrementar las habilidades para la empleabilidad desde los planes de estudio. Muchos jóvenes no consiguen trabajo porque se les solicita un curriculum vitae cuando no lo tienen. ¿Y por qué no tienen? Porque no saben hacerlo, dado que nadie en algún momento les mostró la mejor forma de hacer uno. Asimismo, en ocasiones desconocen la forma adecuada para presentarse a una entrevista de trabajo y cómo desenvolverse en ésta para incrementar sus posibilidades de obtener el empleo. Es necesario redoblar el esfuerzo para reducir la brecha entre competencias educativas de los jóvenes y demanda de los distintos sectores económicos. Esto obligaría a los jóvenes a conocer qué están demandando las empresas que buscan contratarlos para definir una carrera profesional con mayores posibilidades de desenvolverse exitosamente. Además, haría más dinámicos a los sectores económicos, pues contaría con capital humano capacitado y de alto nivel. Se requiere un marco legal más flexible y adecuado a las necesidades actuales de empleabilidad de los jóvenes. Es necesario que las leyes adopten nuevos esquemas de empleabilidad: contratos flexibles, contratación de jóvenes a
prueba para entrenamiento inicial y por temporadas, certidumbre legal para el trabajador y el empleador, así como una clara definición de la relación entre la empresa y el sujeto en la compañía. La transición de la vida estudiantil a la inclusión en el mercado laboral tiene que ser más tersa. En muchos casos a los jóvenes se les exige un certificado de estudios para trabajar y una vez adquirido surge otra exigencia (no contemplada) respecto a la experiencia laboral. Debe existir mayor coordinación entre los bachilleratos y las universidades con el sector privado para encontrar cuáles son sus necesidades respecto de los jóvenes y hacer este transe más suave. Desde los gobiernos es necesario hacer una valoración sobre la competencia y ventaja comparativa de las regiones del país para saber cuáles son las áreas de oportunidad de cada una y dónde pueden desarrollar empleo en el futuro. Tiene que generarse una agenda en conjunto entre los sectores educativo y productivo. Promover la cultura del emprendimiento desde las escuelas en grados iniciales. Al respecto, es necesario acotar que no todos los jóvenes nacieron para ser emprendedores. Para sobrellevar un negocio privado o un proyecto social se requiere conocimiento, pero fundamentalmente vocación. Por lo tanto es necesario hacerlo en los primero años de la educación para identificar a tiempo a los jóvenes que tienen vocación emprendedora y encausarlos desde edades tempranas. ¿Quién mejor para generar empleo para los jóvenes que los propios jóvenes? El manejo de las finanzas personales de los jóvenes debe ser una prioridad. La juventud mexicana está en posibilidad de desarrollar una conciencia financiera que le permita definir cómo le conviene emplear los recursos financieros de los que dispone. Es indispensable enseñar a los jóvenes a invertir su dinero inteligentemente. La juventud mexicana debe pasar de la cultura del crédito a la cultura del ahorro. Diversos estudios demuestran que los jóvenes no están habituados a ahorrar y mayoritariamente desconfían del sistema bancario. Además de que el ahorro trae grandes beneficios, puesto que permite el logro de metas así como anticiparse a los imprevistos, se hace fundamental promoverlo en aras de soportar el sistema de seguridad social cuando el bono demográfico vea su ocaso en las próximas décadas. Ante lo expuesto, se hace evidente que se requiere que la juventud cada día sea más un asunto de Estado; una política de Estado, sobre todo en los países como México que goza de un bono demográfico. Asimismo, se hace latente la urgencia de trabajar en una agenda transversal común en favor de los jóvenes y su desarrollo educativo y profesional. De igual manera es urgente que nuestros jóvenes se concienticen y se responsabilicen de diseñar y participar del futuro que desean, siendo arquitectos e ingenieros de sus propios destinos. La moneda está en el aire. El tiempo es ahora. T *Director general del Instituto Mexicano de la Juventud
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Educación para fortalecer la democracia Si no se transforma radicalmente nuestra realidad, quedaremos retenidos en el viejo siglo José Narro Robles María del Carmen Alanís*
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l siglo pasado ilustró en forma clara la importancia que la educación tiene para el desarrollo de las naciones. La OCDE estima que, en los últimos cincuenta años, los incrementos en los niveles de educación fueron responsables de la mitad del crecimiento económico entre los países integrantes de esa organización.1 Pero si bien la relación educación —crecimiento ha sido demostrada en forma contundente, menos se ha escrito sobre la relación entre educación— democracia. Ello, no obstante que está demostrado que la educación moldea la forma en la que los individuos interactúan entre sí y frente a las instituciones.
A continuación se enumeran cinco propuestas para fortalecer la contribución de la educación a la democracia. Ampliar la cobertura educativa.Si aspiramos a una sociedad en la que los individuos y grupos que quieran participen en los asuntos públicos, debemos asegurarnos que tengan los instrumentos y formación para hacerlo en forma eficaz. Ello no es posible cuando la cobertura educativa es limitada. De ahí la importancia de destinar cada vez mayores proporciones del PIB a la educación, cumpliendo cuando menos el objetivo del 8% que prevé la Ley General en la materia. Generar experiencias de cultura cívica. Si bien la creciente niveles participación electoral en México podrían sugerir un incremento en la cultura cívica de las personas, lo cierto es que ésta ha sido históricamente escasa entre los jóvenes. Deben repensarse los modelos educativos, a efecto de que niños, niñas y adolescentes vivan experiencias democráticas.
Podría considerarse la experiencia de Reino Unido que, desde principios de la década pasada, implementa un programa de “educación activa cívica”. Éste no solo inculca conocimientos, sino que propone prácticas de investigación en temas públicos, debates e inclusive, participación en asuntos comunitarios. El programa se diseño transversalmente, por lo que además de modificarse la currícula de varias asignaturas, se capacitaron profesores y se generaron dinámicas de apoyo entre la escuela, las familias y las comunidades. Enfatizar la cultura de la legalidad. Hay datos alarmantes: de cada diez mexicanos, cuatro declara conocer nada o poco la Constitución.2 Para dar vigencia al Estado de derecho, la educación formal tiene que asegurarse que todos los alumnos conozcan sus derechos y la organización básica del Estado. De otra forma, no se tendrá una ciudadanía capaz de exigir
se respeten sus derechos ni de involucrarse adecuadamente en cuestiones públicas. Eliminar sesgos de género. Los sistemas educativos se volvieron más igualitarios desde que se universalizó la educación primaria, pero en el mundo subsisten sesgos de género en otros niveles educativos. México no es la excepción. De hecho, en julio pasado, el Comité de Expertas de la Convención para la Eliminación de todas las Formas e Discriminación contra la Mujer, recomendó al Estado Mexicano reducir las tasas de analfabetismo de mujeres en áreas rurales (18.2%) e incentivar a las mujeres a participar en áreas del conocimiento que tradicionalmente eran de varones, a fin de eliminar las condiciones para la segregación de género en los mercados laborales. Combatir la discriminación. La democracia es incompatible con las prácticas discriminatorias, ya que requiere que se reconozca la existencia
del otro y los beneficios de dialogar con él. Ahí, quizás, el reto mas urgente, ya que están todavía arraigados patrones culturales que dificultan esa posibilidad. Llama la atención que una de cada cinco mujeres debe pedir permiso para participar en actividades sociales o comunitarias. Un cuarto de la población reconoce que no permitiría que en su casa vivieran personas de otra raza, o bien de otra religión.3 Así, el anhelo de fortalecimiento de la democracia pasa necesariamente por la urgencia de reorientar el modelo hacia la democracia. T * Magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación OECD Week 2012 Datos e la Encuesta Nacional de Cultura Constitucional. 2011 3 Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, 2010 1
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Educación, reto del presente y futuro
La propuesta es garantizar la preparación de más de 7 millones de jóvenes El sistema educativo en México vive una crisis desde hace décadas, sin embargo, hoy vivimos una realidad que debe alarmarnos y que nos obliga a que exista un verdadero compromiso con la educación y el futuro Alejandra Barrales*
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urante las campañas políticas el tema de la educación se incluye como una prioridad, al inicio de un gobierno o de una Legislatura se trazan grandes proyectos para el sistema
educativo, sin embargo, estas ideas solo se quedan en el papel y se ha permitido que el problema llegara a este nivel. Cuando en otros países la educación ha revolucionado su nivel de desarrollo, en México se mantiene una cobertura de educación básica, el grado de escolaridad promedio en el país es de 7 años, con esa escolaridad en nuestro país no hay ciencia y tecnología que encaminen a la nación por otro rumbo. México no puede seguir siendo un país productor de materias primas, el futuro de la nación tienen que ir de la mano con la educación de su gente, por eso tenemos que comprometer a las autoridades, modificar las estructuras, cambiar sistemas que verdaderamente detonen el conocimiento, porque sin él, no hay desarrollo. De acuerdo con cifras presentadas por José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México solo 3 de cada 10 jóvenes va a la universidad y de cada 100 niños que ingresan a la primaria 21 egresan de una institución de educación superior. Hay un rezago educativo en el cual es urgente la intervención del Estado si se quiere que la educación sea motor del desarrollo nacional. Un problema con muchas aristas: En nuestro concepto, en materia de educación media superior y superior son cinco tipos de problemas los que debemos atender estratégicamente: a) el de las personas que no tienen acceso a la educación;
b) el de las personas que tienen estudios inconclusos a efecto de que tengan mejores oportunidades de empleo; c) la imposibilidad de vincular la educación al empleo; d) la escasez de educación complementaria, es decir, actividades que fortalezcan el sano desarrollo de niños y jóvenes, y e) el anacronismo del modelo educativo. La educación es una tarea de Estado que debe ser abordada de manera integral para garantizar movilidad social y acceso al mercado laboral. Por ello, el tema de qué, quién y cómo educa es crucial para la dirección de una sociedad. Sobre todo de lo que un gobierno hace en esta materia, permite descubrir la sociedad que se propone construir.
EDUCACIÓN PARA TODOS LOS QUE QUIERAN Nuestro punto de partida es que el Estado debe asumir la tarea de ofrecer educación de forma integral; invertir y participar para garantizar la movilidad social y el acceso al mercado laboral. Un gobierno que asume esta responsabilidad aporta significativamente en la sociedad que aspira construir. En México hay más de 10 millones de jóvenes en edad universitaria (19 a 23 años), de éstos más de 3 millones están inscritos en licenciatura y casi 280 mil en posgrado, alcanzando una cobertura de 32.8% para ese nivel. Un millón 180 mil 694 lo hacen en colegios particulares. Los índices internacionales reflejan que la ESPECIAL
Alejandra Barrales
cobertura en educación superior (2011) en Cuba de 100%; Venezuela 79%; Argentina, 68%; Uruguay, 64%; Chile, 52%; Panamá, 45%; Ecuador, 42%; Bolivia, 38%; en tanto que Brasil y Perú alcanzan 34%. La baja tasa de cobertura en México se debe a que en más de 30 años no se han creado instituciones públicas de alcance nacional, la última fue la Universidad Pedagógica Nacional, en 1978. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, en lo que va de este sexenio se han creado 750 mil nuevos espacios en educación superior. Más de 50 mil lugares corresponden a esfuerzos recientes de la UNAM, el IPN y la UAM para ampliar su matrícula. La otra es que la actual administración federal impulsó institutos tecnológicos y politécnicos Es por ello que través de distintos ordenamientos promoveremos reformas para que se pueda dar continuidad a la educación media superior y superior con la introducción de tecnologías de la información que, además de ampliar el número de espacios de manera virtual, sin necesidad de aulas, oferten una educación en competencias, de manera abierta a distancia. Esta innovadora modalidad de estudios atañe a dos problemas a la vez. Por un lado ofrece una solución al tema de la cobertura y por otro al de la deserción. Mecanismos para concluir estudios e impactar en el desarrollo local. Solo 18.1% de los mexicanos en edad de concluir estos estudios (23 años) lo hace, en Brasil el porcentaje es de 27.7; en España, 33.1, y en Portugal, de 45.3. La propuesta en este renglón es hacer que valga la pena quedarse en la escuela, ya que esta represente una mejora en las oportunidades laborales y monetarias de quienes se gradúan. Se debe promover un giro a la currícula para responder a las economías y conflictos sociales locales. “Combatir las desigualdades territoriales en el acceso a la educación”. Esto se logra con un enfoque educativo basado en competencias, en el que se rompa con el esquema de educación tradicional en el que el maestro transmite el conocimiento a uno en el que el alumno aprenda a adquirirlo. De esta manera, al enfrentarse a la competencia laboral, el individuo cuenta con las herramientas intelectuales y el potencial para desempeñarse echando mano de ellas. Es importante dejar en claro que la producción del conocimiento debe tener como sentido el desarrollo local. Esta es una forma en la cual las universidades pueden colaborar con el desarrollo y contribuir a que la sociedad adquiera la capacidad de aprender; necesidad asociada con los procesos culturales e innovaciones. Solo el conocimiento traerá el desarrollo al país, apostemos a la educación. T * Senadora electa por el Distrito Federal
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Mayor cobertura, desafío
digno de reconocerse. A partir del año 2000 se han construido más de 230 nuevas universidades y se han ampliado las instituciones ya existentes. El Presidente Felipe Calderón inició su administración con una cobertura universitaria del 24 por ciento y se comprometió a elevarla al 30 por ciento, la realidad es que cumplió la meta e incluso la superó, en este año alcanzamos el 33 por ciento. De diciembre de 2006 a la fecha se han abierto mil 100 nuevas escuelas de bachillerato, 140 centros públicos de educación superior y 96 campus universitarios. La reforma que requerimos debe incluir dentro de sus prioridades: primero, posibilitar la inversión privada en la construcción de infraestructura educativa que sería una gran solución y permitiría ahorrar recursos públicos (este es un proyecto que se pretendió impulsar hace unos años y quedó estancado); segundo, la sistematización de evaluaciones objetivas, hay que celebrar que se haya dado un paso muy importante, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación creado en 2002 ahora ya es autónomo, no podemos darnos el lujo de seguir teniendo maestros que evalúan a sus alumnos pero que no quieren ser evaluados ellos mismos. Además, necesitamos que se generen espacios de participación ciudadana en todos los niveles orientados hacia los padres de familia para combatir los problemas y ejercer labores de vigilancia. Un ejemplo muy particular es el caso de nuestra propuesta en el DF para que se crearan los Comités Escolares contra el Acoso Escolar conocido como bullying. Cuarto, los planes de estudio necesitan replantearse e incluir los valores y el humanismo como pilares de la convivencia social. Quinto, quizá lo más importante, debe ser rediseñar los mecanismos de selección y capacitación del personal docente. Sin buenos maestros será casi imposible tener buenos alumnos y mejorar nuestra posición internacional en pruebas como PISA. Sin duda, la reforma educativa es la más importante de todas las reformas que necesitamos, además es la que tendrá el mayor impacto en el futuro de nuestro país. Como dice Enrique Quintana “aunque lográramos empujar cambios en materia fiscal, energética y laboral, si seguimos con el mismo sistema educativo, con todo y que pongamos computadoras e internet en las aulas, seguiremos con un lastre que impedirá un mayor crecimiento y bienestar”. Confiemos en que todas las fuerzas políticas tengan la voluntad para sacar adelante en los próximos meses uno de los acuerdos que marcarán el rumbo de México en el siglo XXI. Espero tus comentarios a través de mi cuenta en twitter @ marianagc y de la página www. marianagomezdelcampo.mx. Te escucho y actúo. T
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Reforma educativa para dar rumbo a miles de jóvenes ESPECIAL
Mariana Gómez del Campo
Todos hemos escuchado que es deseable mejorar la calidad de la educación en México, eso implica no solo tener mejores maestros sino también alumnos
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Mariana Gómez del Campo*
s necesario involucrar a los padres de familia para que desempeñen roles definidos dentro del ámbito escolar, transformar los planes de estudio, generar nuevos mecanismos de evaluación y destinar más recursos para la modernización de la infraestructura escolar con la que ya se cuenta y desarrollar nuevos centros de estudios. De primera impresión es una labor compleja pero de ello depende que México supere su condición de país en vías de desarrollo. A tal grado es relevante y estratégica la educación que está consagrada en nuestra Constitución. En su artículo 3° declara que la educación impartida por el Estado debe ser gratuita, laica y obligatoria para todos sin excepción lo cual es herencia de dos corrientes de pensamiento: el liberalismo mexicano proveniente del periodo de Reforma (1859) y del pensamiento post revolucionario (1917) inclinado al socialismo. El precepto constitucional requirió que se elaborara la Ley General de Educación que obliga a quienes residen en nuestro país a cursar los niveles de educación básica (primaria y secundaria) y ahora nivel medio-superior. Es muy importante destacar que también establece que los padres de familia tienen responsabilidades, la principal de ellas: observar que sus hijos cumplan con ese deber.
La pregunta era hasta hace unos años, cómo puede establecerse la obligatoriedad de la educación si había comunidades sin escuelas. El reto que enfrentamos es precisamente ese, ampliar la oferta de espacios educativos ya que se realizaron reformas muy deseables a la Ley General que incluyeron como obligación del Estado brindar educación media superior. Según especialistas prácticamente la totalidad de los jóvenes que están en condiciones de seguir estudiando el bachillerato tienen oportunidad de hacerlo, las cifras oficiales señalan que el nivel nacional de absorción es del 97.7 por ciento, es decir, casi la totalidad de quienes terminan secundaria tienen garantizado un lugar en el bachillerato gracias al esfuerzo realizado durante estos últimos dos gobiernos. Del año 2000 a la fecha, la cobertura educativa en el nivel básico pasó de 88.3 por ciento en el ciclo 1999-2000 a 100 por ciento en el periodo 2010-2012. En cuanto a la educación media se refiere, del 2000 al 2012 se construyeron más de 1,600 nuevos bachilleratos, permitiéndonos avanzar de una cobertura de 47.5 por ciento en el ciclo 1999-2000 a 66.3 por ciento en el ciclo 2010-2012, es decir, más de 18 puntos, cuando de 1990 a 2000 avanzamos solamente 11 puntos porcentuales. Esta situación nos hace cuestionarnos por qué surgen cada inicio de ciclo escolar reclamos por falta de espacios, el déficit se encuentra en el nivel superior. Hace unos días una conocedora del tema como Paz Fernández Cueto escribía que “los reclamos a través de marchas y manifestaciones recientes en la zona metropolitana se debieron, entre otras cosas, a que 7 mil alumnos no fueron admitidos donde aplicaron su solicitud, pero mantuvieron el derecho a opción para estudiar en algún otro plantel, siempre y cuando reunieran las condiciones necesarias. La Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas
de Educación Media Superior informó que de los 307 mil 23 estudiantes que presentaron su examen de admisión, el 13.9% no cumplió con los requisitos para ingresar, debido a que obtuvieron menos de 31 aciertos, no presentaron el examen o no entregaron el certificado de secundaria a tiempo.” La educación de nivel superior en nuestro país al igual que en la mayoría de las naciones no es de carácter universal, sería impensable por dos cuestiones: en primer lugar, es una carga demasiado grande para el Estado; en segundo lugar, deja de cumplir criterios estandarizados como ocurre desde la primaria hasta el bachillerato, Paz Fernández dice al respecto “Las carreras universitarias tienen por objeto formar especialistas en disciplinas que requieren de ciertos perfiles intelectuales y sociales. En países europeos como es el caso de Alemania y Francia, el 60 por ciento de los jóvenes en edad universitaria se capacita en carreras técnicas, y sólo el 40 por ciento cursa licenciaturas, mientras que en México sucede lo contrario. El 90 por ciento cursa licenciaturas, y sólo el 10 por ciento carreras técnicas.” Esa es quizá la explicación a la disociación que padecemos en el mercado laboral: hay un incremento en el número de empresas que demandan técnicos e ingenieros y una oferta reducida en esas especialidades. Lo que ocurre es que una gran cantidad de egresados de universidades con licenciaturas no encuentran empleo o si lo hay, la remuneración es baja. La reforma educativa que requerimos tiene que mejorar la calidad y al mismo tiempo, definir el rumbo para miles de jóvenes. Hoy México tiene la tasa de personas jóvenes más alta en su historia, la mitad de la población tiene 29 años de edad o menos, por eso, urge dar opciones a quienes lo requieren en este momento y a quienes en pocos años nos exigirán respuestas. Urge ampliar la oferta en educación tecnológica que capacite a nuestros jóvenes y amplíe las oportunidades laborales a corto plazo. En estos últimos gobiernos las cosas se han hecho bien y es
*Senadora electa
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Salud sexual y reproductiva de la adolescencia, un asunto compartido La sexualidad es una dimensión que forma parte de las personas toda la vida. En la adolescencia, en particular, se requiere contar con educación sexual integral y programas de salud reproductiva para favorecer comportamientos que contribuyan a un mayor desarrollo Gabriela Luna Sánchez y Aída Cerda Cristerna*
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as y los adolescentes representan una décima parte de la población. En México existen 11 millones 26 mil 112 personas entre los 15 y 19 años de edad, de las cuales 49.9% son mujeres y 50.1% son hombres1. De las adolescentes que han tenido relaciones sexuales, seis de cada diez no utilizaron anticonceptivos durante la primera vez2, lo que conduce a suponer
que no se percibe el riesgo de tener relaciones sexuales sin protección, tanto por parte de ellas como de sus compañeros. Aunque la mayoría de las mujeres de entre 15 y 19 años dice tener conocimientos sobre métodos anticonceptivos, menos de la mitad de quienes están casadas o unidas los utilizan y entre las solteras el porcentaje es de solamente 4.5%3. Esta situación conlleva el riesgo de embarazos no planeados o de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), tales como VIH/Sida y Virus del papiloma humano (VPH). Las dificultades en el uso y el acceso a los métodos de protección incrementan la exposición a ITS que, cuando no son detectadas y tratadas a tiempo, pueden generar complicaciones mayores y a largo plazo. Las que se presentan con mayor frecuencia en este rango de edad son la candidiasis urogenital y el VPH4, especialmente preocu-
pante porque abre la puerta para el cáncer cérvico uterino. A pesar de que la tasa de fecundidad a nivel nacional ha disminuido, no sucede igual en el caso de las adolescentes. Por el contrario, a inicios de los noventa, 12.1% de las mujeres de 15 a 19 años ha bía tenido al menos un/a hijo/a, mientras que para 2009 este porcentaje alcanzaba el 15.5%. Además, dos de cada diez adolescentes alguna vez embarazadas han tenido más de un embarazo. Ser madre o padre adolescente suele iniciar una cadena de problemas: inserción laboral temprana, responsabilidades económicas, menores oportunidades educativas e incluso abandono escolar, así como posibles riesgos biológicos para la madre y el/la bebé, todo ello sumado a la pérdida de vivencias propias de la adolescencia y a contextos de exclusión y desigualdad. Esta problemática obliga a redoblar esfuerzos para que la maternidad y la paternidad sean una cuestión de elección y no de obligación. A pesar de la importancia que para este grupo de población tienen todos los temas relacionados con la salud sexual y reproductiva, la información y la atención que se les proporciona son insuficientes, de modo que es imprescindible llevar a cabo iniciativas para prevenir embarazos no planificados, brindar educación sexual
integral y dar orientación con respecto a sus inquietudes. Si bien ha habido avances en las políticas a favor de la población adolescente, todavía es un reto responder a los compromisos que tenemos como país. México ha creado y reformado diversos instrumentos jurídicos relacionados con este tema, en respuesta a acuerdos internacionales. Destaca la Declaración Ministerial de la Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para detener el VIH en Latinoamérica y el Caribe, de 2008, en la cual se establecieron metas para 2015 sobre educación sexual y cobertura de servicios de salud que atiendan apropiadamente las necesidades de la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes. Para provocar cambios significativos en la conducta y prevenir embarazos no planificados en adolescentes es necesario trabajar sobre sus proyectos de vida, autoestima, sentido de responsabilidad, cuidado de la salud y fortalecimiento personal para toma de decisiones. Los servicios de salud juegan un papel crucial en el cuidado de la salud sexual y reproductiva. Es preciso garantizar una atención pertinente, cálida y especializada, conocida como “servicios amigables”, para que la población joven y adolescente pueda expresar sus necesidades y el personal de salud pueda dar respuestas adecuadas sin prejuicios. También es fundamental que la atención sea proporcionada considerando la perspectiva de género, es decir, tomando en cuenta las diferencias entre mujeres y hombres, ya que unas y otros enfrentan distintas condiciones culturales y sociales. La salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes es un compromiso de toda la sociedad y tiene que ser un asunto compartido, ya que involucra a diferentes actores como madres y padres de familia, personal docente, prestadores/as de servicios de salud, gobierno y sociedad civil, quienes deben conjuntar acciones en todos los niveles para obtener un impacto verdadero que permita hacer un frente amplio para crear conciencia entre la población adolescente y brindar consejería oportuna y clara sobre el derecho a ejercer una sexualidad responsable e informada. T *Jefa del Departamento de Salud y subdirectora de Trabajo y Economía, respectivamente, del Instituto Nacional de las Mujeres Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010 2 Fuente: Encuesta Nacional sobre la Dinámica Demográfica en México 2009 3 Fuente: Sistema de Indicadores de Género del Instituto Nacional de las Mujeres. Consulta: 16/08/2012 4 Fuente: Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Juventud 2012 del INEGI 1
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Inmujeres Nin@s maltratando niñ@s
Violencia escolar, prueba piloto de la violencia social Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros*
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ué está pasando?, por desgracia no está pasando nada nuevo. El fenómeno que hoy pomposamente llamamos bullying es un comportamiento que ha existido siempre en los entornos escolares. No significa, como muchas madres, padres y docentes aducen, que las niñas y niños hoy son más violentos, crueles, mordaces o perversos que antes. Si ello fuera así, difícilmente las y los adultos de hoy podríamos deshacernos de nuestra responsabilidad al respecto, porque al final, somos quienes construimos y supervisamos el laboratorio en que la niñez actual ha aprendido a ser como es. En efecto, al revisar el fenómeno de la violencia en las escuelas perpetrada por niñas y niños, nos encontramos que muchas formas de violencia se generan en un ámbito de ocurrencia tanto en lo público como en lo privado, en el cual, por excelencia, se reproducen y se manifiestan las conductas aprendidas en el hogar. En la franja etaria de la infancia, el hogar
y la escuela son los espacios fundamentales de interacción, desarrollo y aprendizaje de niñas y niños. Ambos guardan una trascendencia y papel fundamental en la niñez, que se complementan pero jamás se sustituyen; que son paralelos pero tienen vasos comunicantes. En los dos se absorbe información y se reafirma; se aprende a relacionarse mediante la violencia o la paz. Todo ello en medio de distintos modos de ser, creencias e influencias que puede generar, como en cualquier supuesto de convivencia humana, inseguridades, temores y enojos, y paradójicamente, en el contexto de crecer más sol@s de lo que suponemos o recordamos cuando ya dejamos de ser niñ@s. La escuela es un lugar que comparte elementos similares a la casa, es por ello, que ocurre
de modo muy fácil lo que las y los psicólogos llaman desplazamiento. Las y los niños manifiestan sus sentimientos más complicados en un espacio y con una autoridad, en donde y con quién, aparentemente es más sencillo hacerlo. Se reproducen las conductas cotidianas de la casa: el modo de dirigirse a otra persona, de resolver conflictos, de concebir a quienes son semejantes o distintos a nostr@s mediante los estereotipos, a imponer nuestra autoridad, entre muchas otras cuestiones. Toda esta gama confluye en el todo social escolar, se crean las reglas tácitas del mismo y se imponen los paradigmas de ese pequeño mundo. Se busca trascender de muchos modos. Quienes no quieren, no saben cómo o lo hacen fuera de los índices de la lista aprobada,
tienen una seria posibilidad de ser violentad@s por ser distintos, por no querer (o no poder) ser lo que se supone que todas y todos aspiran a ser: bonita, guapo, fuerte, sexy, confrontador, fiestera, masculino, hábil, sexualmente activ@, con mayor poder adquisitivo, usuario de alcohol, tabaco, tal vez drogas. Quienes no buscan estas metas son señalad@s, aislados, maltratados, a veces de forma extrema. Esta violencia genera en la niña o niño víctima una brutal pérdida de autoestima que lo orillan a realizar conductas que lo dejan más aislado y vulnerable. ¿Qué pasa con el mundo adulto?, ¿qué hacen los docentes?, ¿qué hacen las familias?, ¿de verdad es posible que pensemos que las niñas y niños tienen el mayor peso de responsabilidad de esto?, ¿dónde aprenden las y los infantes a generar espirales de violencia, respondiendo una agresión con otra?, ¿Cuántos niños y niñas son amenazados con una doble paliza si llegan golpeados por un compañero perdiendo una pelea? ¿Dónde aprendieron las niñas qué es una “puta” y a usar tal apelativo como insulto a otra niña?, ¿cómo concibió un adolescente que cuando él habla su novia se calla?, ¿en dónde vieron los adolescentes que, después de tener encuentros sexuales con una chica ésta forma públicamente parte del grupo de las golfas?, ¿de quién habrá oído un niño por primera vez la
palabra maricón?, ¿qué pasa si a ese niño le gustan otros niños?, ¿qué pasa si esa niña fue presionada para tener sexo? ¿De verdad no sabemos de dónde sale todo esto?, ¿en verdad no identificamos a quién emulan las niñas y niños?, ¿en serio pensamos que esto surgió por generación espontanea?, ¿esperamos que los niños malos un día despierten y se vuelvan buenos?, ¿creemos que aprenderán a respetar los derechos de los demás, porque sin duda nuestro ejemplo es la mejor enseñanza? Resulta imperante que asumamos en el mundo adulto que la violencia escolar no es más que la prueba piloto de la violencia social. Que, por desgracia, está ahí porque aún no logramos romper la espiral de la violencia en la comunidad, ni en espacio público ni en el privado, y que, por fortuna, cada niña y niño son una esperanza de poder generar esa ruptura, esa deconstrucción de concepciones violentas para resolver conflictos y edificar una educación para la paz. Esa es la meta si las y los adultos nos asumimos como constructores de la realidad que nos rodea y comenzamos a tomar decisiones para modificarla y reparar ese delicado, y a la vez fuerte, tejido social en que a cada momento emerge la esperanza de vivir con plenitud. T * Comisionada Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
14 o Lunes 27 de agosto de 2012
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Una habitación propia para ejercer los derechos y las relaciones libres de violencia En un texto que paradigmático para reflexionar sobre las relaciones entre el espacio público y el privado, Una habitación propia, Virginia Woolf nos propuso pensar lo que ocurriría si en la época victoriana hubiera nacido una mujer con el mismo talento literario de William Shakespeare
E
Luis González Placencia
lla, seguramente, hubiera arribado a una familia tradicional, definida por las estructuras patriarcales que todos conocemos y padecemos. Estructuras que condicionan las respuestas emocionales y afectivas de los hombres, para que se comporten como hombres, y de las mujeres, para que ellas no hagan algo diferente de lo que se espera de su condición de potenciales madres y cuidadoras del hogar. En este contexto familiar, los elogios se reservarían para las virtudes que se consideran como masculinas —el valor, la moderación, la racionalidad—, mientras que aquellos rasgos de carácter que se asocian con la femineidad —el cuidado del otro, la afectividad, la abnegación— serían observados como propios del espacio doméstico y ocultos para la luz de lo público. Sin muchas oportunidades para destacar de entre sus hermanos, y sí con muchos obstáculos para desarrollar un sentido de autoestima más allá del espacio doméstico, la hermana gemela de Shakespeare seguramente crecería frustrada. Probablemente, y dado que en ella existiría un gusto innato por la literatura, devoraría los escasos libros que existen en su casa, siempre a escondidas, robándole tiempo a las labores domésticas, desvelándose cuando ya ha terminado de atender a sus hermanos y padre, exhausta y tratando de mantenerse despierta hasta que comience una nueva jornada de opresión, igual a la del día anterior e idéntica a la del día siguiente. En algún momento de su juventud, los padres le conseguirían un matrimonio ventajoso, para ellos, porque así transmitirían la responsabilidad por ella al esposo, y nunca pensando en la libertad de elección de la chica. No habría cambiado mucho la vida de la hermana gemela de Shakespeare: la estructura patriarcal de dominación sería la misma, aunque la responsabilidad tutelar habría pasado del padre al esposo. Igualmente, en el nuevo hogar —donde ella sería la reina según la tradicional e hipócrita veneración hacia el ama de casa— trataría de arrancarle horas a la doble jornada laboral para tratar de escribir, minar su frustración y ensayar una forma diferente de verse a sí misma. Pero la cultura patriarcal de manera permanente estaría ensayando formas de colocar a cada persona en el lugar que naturalmente le correspondería: por una parte, a través de las ideologías machista, misógina y homófoba; y, por
la otra, empleando a la violencia para amoldar la realidad a estas visiones reduccionistas de la misma. Quienes, como la hermana gemela de Shakespeare, no se avienen al modelo de éxito social, construido de manera tradicional y patriarcal, estarían colocándose a sí mismos en una posición de vulnerabilidad donde la violencia es la respuesta cuasi natural a la disidencia. Virginia Woolf concluye que esta chica con aspiraciones literarias, pero atrapada entre los barrotes que definen los prejuicios sexistas que cada época considera como naturales, tendría un doble destino, igualmente trágico: la violencia como recurso para atenuar sus ansias libertarias o la frustración que conduce al suicidio. Por supuesto, la conclusión de la vida de Virginia en el suicidio nos permite suponer, incluso para alguien que no experimentó de manera extrema esta opresión, las dificultades de ser una mujer con talento y aspiraciones no convencionales en un mundo dominado por el machismo y la opresión. No obstante la descripción de este panorama lóbrego, la propia Virginia Woolf apunta una solución a la desesperada situación de la hermana gemela de Shakespeare: contar con una habitación propia y con la llave para aislarse en ésta del mundo exterior. Para una mujer, en el siglo XX de la autora de Orlando, pero también en el XXI que ha atestiguado avances significativos en la equidad de género, contar con una habitación propia, es decir, con un espacio de físico, material y simbólico de integridad, que esté sustraído de las relaciones patriarcales, de dominación y de violencia, todavía puede considerarse un lujo. No quiero afirmar con esto que nos encontramos en una situación análoga a la que condenó al suicidio a la hermana gemela de Shakespeare, pero sí que persisten ciertas dimensiones de la discriminación por género que son estructurales y naturalizadas de una manera tan acentuada que, en efecto, vuelven prioritario el empoderamiento de las mujeres dada la ardua y prolongada tarea de desmontaje del prejuicio y la discriminación. Es decir, constituye una acción más redituable a corto plazo eliminar los obstáculos para que las mujeres accedan a derechos y oportunidades, que modificar toda la trama de relaciones inequitativas que definen el acceso y permanencia de ellas a los espacios fundamentales de la vida social. O, mejor dicho, se trata de una manera de enfocar el problema que pone el acento primero sobre el empoderamiento y el desarrollo de la autonomía en el caso de las mujeres; porque se considera que ésta es la fórmula para evitar las soluciones paternalistas y asistenciales al problema de la desigualdad de género. Contar con una habitación propia significa, en primera instancia, que se tienen los recursos económicos para pagarla; que se han desterrado de la conciencia los prejuicios que configuran el valor menor de las mujeres en ausencia de varones; que se cuenta con una puerta para cerrar cuando se quiere escapar de relaciones marcadas por la asimetría y la violencia. Y, finalmente, esto es lo que plantea Virginia Woolf en Una habitación propia: que la vida pública de las mujeres —aquélla en donde se desenvuelven como escritoras, profesionistas, deportistas y esas actividades laborales que no deberían estar
reservadas para los varones— está condicionada por la sujeción y violencia que se ejercen en los espacios privado y doméstico. Por todo lo anterior, quisiera señalar que la vía más adecuada para el empoderamiento de las mujeres pasa por acercarles herramientas para que se observen a sí mismas como personas en toda la extensión de la palabra, sin sujeciones, dependencias o subordinaciones que configuren el destino trágico que Virginia Woolf imaginó para la hermana gemela de Shakespeare. Porque es trágico que mujeres con talento y capacidades para actividades no tradicionalmente pensadas para ellas sucumban ante la frustración y la discriminación; pero se trata de una tragedia que no es asimilable a los desastres naturales que ocurren sin responsabilidad humana. Al contrario, en la cancelación de derechos y oportunidades para las mujeres, todos somos corresponsables, ya sea por acción u omisión directa. Lo somos porque nos parece natural que las niñas y mujeres jóvenes abandonen los centros educativos y se confinen en sus casas, bajo la tutela del esposo o el marido, sin que nos atrevamos a cuestionar lo que ocurre entre esas cuatro paredes; también somos responsables por pensar que esa sujeción es natural e incluye a la violencia como forma de poner en su lugar lo que las mujeres tratan de desordenar, es decir, su libertad, su voluntad y la decisión de entablar relaciones sexoafectivas simétricas y libres de coerción. Porque el empoderamiento también tiene como consecuencia romper el círculo vicioso de la violencia para las mujeres que la experimentan, siempre de manera inmerecida; porque el empoderamiento significa dotarlas de una conciencia de su cuerpo y su afectividad como propios, innegociables a cambio de beneficios materiales o económicos si ellas no lo deciden de manera consciente. Así como las críticas de cuño marxista nos hicieron conscientes de que nadie debe ser tan pobre como para vender su voto, ni tan rico como para poder comprarlo, podríamos decir que ninguna mujer debería estar tan empobrecida como para aceptar comerciar con su integridad, ni ningún varón ser tan poderoso como para plantear un intercambio de este tipo –a todas luces inmoral e ilegal– con el silencio cómplice de la sociedad. Así, contar con una habitación propia es la metáfora que Virginia Woolf eligió para decirnos en voz alta algo que ocurre todos los días
en silencio: que la sujeción de las mujeres no es natural, y que ninguna fortaleza de espíritu es suficiente cuando la violencia y la discriminación disminuyen y anulan el coraje de una persona para pelear por sus derechos, libertades y por relaciones simétricas. No obstante, lo que Virginia Woolf situó como un tema de responsabilidad moral también tiene una lectura política. Efectivamente, escapar de la discriminación de género no es un asunto sólo de voluntad propia: porque se puede tener la belicosidad para pelear todos los días contra el prejuicio y la discriminación, pero también se puede renunciar a la pelea, porque se observa como titánica frente a la vulnerabilidad en que históricamente se ha colocado a las mujeres. Por eso, puedo decir que los muros de la habitación propia con que toda mujer debería contar son reales pero también simbólicos: son las leyes que promueven relaciones libres de violencia y sancionan cuando no se cumple esta premisa; son las políticas públicas que permiten a las madres continuar con sus carreras profesionales, sabiendo que sus hijos e hijas estarán adecuadamente protegidos y vigilados por las instancias de seguridad social pública; y también toman la forma de la educación sexual y para el ejercicio de derechos, que vuelven a las mujeres desde muy jóvenes dueñas plenas de su cuerpo y de la decisión de compartirlo con quien consideren pertinente, sin miedo y con toda la conciencia de su libertad. Y para la construcción de los muros simbólicos y literales que definen los límites de las habitaciones propias de las mujeres, todos y todas tenemos una responsabilidad común. T ESPECIAL
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal
Lunes 27 de agosto de 2012 o 15
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Solo 2 de cada 10 mujeres agredidas por su
pareja pidieron ayuda: Endireh 2011 María Eugenia Medina*
L
a violencia hacia las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, aún prevalece en nuestro país y se manifiesta de distintas maneras y en diversos ámbitos. La puede sufrir cualquier mujer sin importar su edad, escolaridad, incorporación en el merado laboral o lugar de residencia, ya sea en el área rural o urbana o en una entidad federativa del norte, sur o centro del país. La violencia hacia las mujeres es un fenómeno que tiene muchas aristas y que para poder entenderlo, y por consiguiente atenderlo, es necesario conocerlo. Ese es uno de los objetivos por los cuales en México se han levantado las Encuestas Nacionales sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), siendo la de 2011 la tercera edición. Apenas hace algunos años la violencia intrafamiliar -la cual en su mayoría la padecen las mujeres- era considerada un
asunto privado, pero gracias a los movimientos sociales y las posiciones internacionales se ha ido ubicando, primero, como un asunto de salud pública y, después, como un asunto primordial para ser atendido por la agenda de género de los países, enmarcado en una cuestión de derechos humanos. Si bien se han desarrollado acciones para prevenirla, atenderla y sancionarla con el objeto de erradicarla y se han dado avances en ese camino, aún no es suficiente. La Endireh 2011 responde también a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en donde se definen los tipos y ámbitos de la violencia hacia las mujeres que se deben atender, temas que se retoman en la encuesta para apoyar el desarrollo de políticas públicas. De acuerdo con los resultados de esta Encuesta que se hicieron públicos el pasado 16 de julio sabemos que: La violencia ejercida por las parejas o ex parejas de las mujeres la han sufrido, en algún momento de su úl-
tima relación, el 46% de la mujeres, siendo el más alto porcentaje el de la violencia psicológica que puede ir desde 27.1% hasta 53.2%, de acuerdo a la entidad donde residan. En segundo lugar, el 24.5% sufre violencia económica, principalmente debido a que les restringen su posibilidad de tener un ingreso por trabajo, lo que las lleva a ser dependientes de sus parejas, cosa que las puede colocar en una situación vulnerable hacia otro tipo de violencia. En el caso de la violencia física y sexual, que pueden ser consideradas las más severas, la han vivido el 13.5% y 7.3% de las mujeres, respectivamente. La violencia física se presenta principalmente como empujones y golpes con la mano o algún objeto y la violencia sexual, en su mayoría, se presenta en la exigencia de tener relaciones sexuales aunque las mujeres no quieran. Un dato a considerar, que arroja la encuesta a este respecto, es que sólo dos de cada diez mujeres que vivieron violencia en su relación se acercaron a una autoridad a pedir ayuda (14%). De ellas, el 33% lo hizo a un ministerio público para levantar una denuncia, otra proporción importante recurrió al DIF (32%) y, en menor medida, a otras autoridades como son la policía (20%), la presidencia municipal o delegación (15%) y a los institutos (estatales o municipales) de la mujer (9%). Por otro lado, la Encuesta nos muestra que siguen prevaleciendo los roles de género en las relaciones de pareja, ya que si bien en algunas situaciones empieza a haber cambios,
en otras todavía es necesario dar muchos pasos: aún el 23% de las mujeres piensa que tiene la obligación de obedecer a su pareja en todo lo que él ordene. El 19% considera que es obligación de ella tener relaciones sexuales con su esposo o pareja y un 27% considera que los golpes o maltrato en la familia son una cosa privada. Como respuesta a esta información es importante trabajar en dos sentidos: Uno con las mujeres y otro con las autoridades, para que las primeras reconozcan su derecho a vivir una vida libre de violencia y para que los segundos presten la debida atención a las mujeres que recurren a solicitar sus servicios. La Encuesta no sólo indagó sobre la violencia en las parejas, sino que preguntó sobre la violencia laboral. En este ámbito, el 20.6% de las mujeres declaró haber sufrido algún incidente de discriminación laboral en los últimos 12 meses, ya sea por recibir un menor sueldo que el de sus pares hombres bajo las mismas condiciones de trabajo o tener una menor
oportunidad de ascenso. Cabe resaltar que el 14% de las mujeres declaró que alguna vez les solicitaron el certificado de ingravidez como requisito para su ingreso al trabajo, no obstante que la legislación laboral lo prohíbe. Es necesario que las instituciones encargadas de atender la violencia hacia las mujeres trabajen de manera coordinada para que ésta se atienda desde la prevención hasta el acceso a la justicia. Es importante mencionar que la información que proporciona la Endireh desde el año 2003 ha sido estratégica para la detonación, fortalecimiento y seguimiento de acciones encaminadas a erradicar la violencia contra las mujeres. La cuantificación del fenómeno ha permitido crear y/o reformar leyes, normas, reglamentos, procedimientos, protocolos y demás acciones para atención de las mujeres con el objeto de que vivan libres de violencia. T *Directora de Estadística del Instituto Nacional de las Mujeres
16 o Lunes 27 de agosto de 2012
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Saldos del proceso electoral 2012
Vimos la representación de las mujeres dominada por estereotipos sexistas JORGE CARBALLO
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Aimée Vega Montiel*
uáles son los saldos del proceso electoral de 2012, a 58 años de que las mujeres lograran el reconocimiento de su ciudadanía en México? Aunque son muchos los avances del movimiento feminista en el impulso de los derechos humanos de las mujeres en nuestro país, en las instituciones mexicanas continúa dominando la perspectiva androcéntrica de no interpelar a las mujeres como ciudadanas. En este proceso electoral, una vez más, gobierno, partidos políticos y autoridades electorales asumieron que la de las mujeres es una ciudadanía de segunda y que, por lo tanto, no es necesario promover acciones que garanticen el ejercicio pleno de sus derechos políticos. Diversas son las evidencias en las que sustento esta afirmación. El 27 de marzo de 2012, y en respuesta al llamado de atención público hecho por el movimiento feminista, el Instituto Federal Electoral exigió a los partidos políticos modificar sus listas de aspirantes a ambas Cámaras, después de verificar que no cumplían con lo exigido por la Ley Electoral en materia de cuotas de género. A regañadientes, y sólo obligados por el mandato de la legislación que ellos mismos votaron, los partidos corrigieron sus listas al día siguiente. Como reflejo de su cultura política androcéntrica, los integrantes de los partidos amenazaron con que pronto empezarían a llover juicios de inconformidad ante el Tribunal Electoral por parte de los hombres que se vieron afectados por esta medida, y cuyas candidaturas fueron producto de intereses sectarios y acuerdos internos de sus partidos. Así, una vez más, hubo que aclarar desde este lado del mundo –del de la ciudadanía de las mujeres-, que el de la promoción de la paridad y la igualdad de las mujeres y los hombres en todos los ámbitos de la vida pública en México es, en primer lugar, un asunto de justicia social. En este mismo contexto, partidos como el PRI, buscaron saltarse la legislación electoral, postulando a mujeres como candidatas por doble vía —plurinominal y voto directo—, con el fin de favorecer con su triunfo a los hombres que seguían en las listas de representación proporcional. Luego, vinieron las campañas. ¿Y qué es lo que vimos? Lo mismo “morenas” que “gaviotitas”, los partidos políticos hicieron un literal uso indiscriminado de las mujeres como mercado de la política electoral. A pesar de que las mujeres constituyeron el 51.85% en la lista nominal de electores en estos comicios, en la agenda de los y la candidata a la Presidencia de la República no fueron incluidos temas torales de la agenda feminista: derechos humanos de las mujeres, erradicación de la violencia de género, y en particular, de la violencia feminicida, empoderamiento de las mujeres en terrenos como el trabajo, la educación y la política, derechos sexuales, etcétera. Tampoco fueron incluidos temas relacionados con sus derechos comunicativos e informativos, sobre los que hemos hecho llamados de atención y desarrollado propuestas puntuales, desde éste y otros espacios.
En contraste, lo que sí vimos fue la representación de las mujeres dominada por estereotipos sexistas. Mujeres desatando gritos de histeria al ver aparecer a su candidato, edecanes evocando en los mítines una de las imágenes más denunciadas por la academia feminista, la de la mujer-objeto sexual, mujeres interpeladas en su condición de madres y como las únicas responsables de la organización de la vida doméstica. A lo anterior se suma el caso de “la edecán” del primer debate presidencial, que se habría quedado en anécdota de haber sido éste un tratamiento excepcional a las mujeres en México. Pero lejos de ser anécdota, lo que confirmó este hecho fue la falta de interés, no sólo de los partidos, sino de la propia autoridad electoral, en promover los derechos ciudadanos de las mujeres. Otro de los saldos desafortunados de este proceso, fue
el tratamiento misógino que encontró eco principalmente en las redes sociales, en torno a la participación política de las mujeres. Acusándolas sin fundamento, circularon por ejemplo una buena cantidad de mensajes que las señalaban como responsables del posible triunfo de Peña Nieto, a quien supuestamente las mujeres de este país le darían el voto “por ser guapo”. También en las redes, se difundieron diversos mensajes valorando la participación de la única candidata presidencial durante este proceso, no en términos de su desempeño en la esfera política, sino de cuestiones tan irrelevantes como su maquillaje, vestimenta e imagen corporal. Esas fueron las imágenes recurrentes de las ciudadanas mexicanas durante este proceso electoral. En este mismo sentido, los datos arrojados por un análisis encabezado por la Academia Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) a la propaganda electoral de los y la candidata presidenciales, muestran con contundencia la discriminación prevaleciente en la comunicación audiovisual. Del total de spots de radio y televisión de los candidatos del PRI-PVEM, PRD-PT-MC, PAN y PNA emitidos durante este periodo, el 83% tuvieron como principal actor político a figuras masculinas; al 83% como enunciadores del discurso y sólo el 4%
tuvo como destinatarias de los mensajes a mujeres. La publicidad política de Enrique Peña Nieto y fue Gabriel Quadri de la Torre fue, en los términos de este análisis, la más discriminatoria. Por ejemplo, el 99% de los anuncios de Peña Nieto lo tuvieron como principal actor político, mientras que sólo el 6% de sus mensajes fueron dirigidos a las mujeres como destinatarias. Los números de la campaña audiovisual de Gabriel Quadri van en el mismo sentido: en el 100% él figura como principal actor político y sólo el 3% de su publicidad fue dirigida al electorado femenino. Aunque la campaña en radio y televisión de Andrés Manuel López Obrador incorporó a las mujeres como principales figuras políticas de la enunciación del mensaje, el incremento no fue significativo respecto a los otros candidatos (solo 8%), además de que en ningún anuncio hizo eco de las demandas y propuestas del movimiento feminista. Por su parte, y aunque incorporó a más mujeres en su publicidad, en términos de principal actor político y enunciación del mensaje, Josefina Vázquez Mota no interpeló a las mujeres en su condición de ciudadanas, sino de madres y esposas. Estos datos muestran que la discriminación de género que dominan en la sociedad y en la política, dominan también en las rutinas de producción y en los contenidos de la propaganda político-electoral. En su conjunto, son estos hechos los que continúan colocando a México como uno de los países con los índices más altos en la brecha de desigualdad de género: de 130 países, el nuestro ocupa el lugar 99. Con las bases aquí señaladas, la pregunta obligada es: ¿en qué medida las instituciones políticas promueven la incorporación plena de las mujeres al ámbito de la ciudadanía? A la vista de lo expuesto, puedo afirmar que ni a este gobierno, ni a los partidos ni a la autoridad electoral les interesa impulsar el empoderamiento de las mujeres en la esfera política. Hacerlo, significaría eliminar los privilegios de quienes históricamente se han visto beneficiados por este sistema de relaciones, y que son quienes se encuentran al frente de estas instituciones. Apuntando a la próxima revisión y posible reforma a la ley electoral, es deseable que tenga como eje la incorporación plena, en condiciones de igualdad, de las mujeres al ámbito de la ciudadanía; que garantice su acceso a los recursos y las herramientas para el desarrollo de sus derechos políticos. Lo dije al principio de este texto: es un asunto ético, de justicia social. T *Investigadora del CEIICH de la UNAM
Lunes 27 de agosto de 2012 o 17
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Inmujeres Registro en el padrón electoral
Por cada 100 mujeres
empadronadas, hay 93.5 hombres ESPECIAL
En futuros procesos electorales y de estrategia, el voto femenino tendrá que ser valorado como clave para la agenda política, porque conforma la mayoría
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Dr. Francisco Javier Guerrero Aguirre*
l Padrón Electoral del Instituto Federal Electoral (IFE) es el instrumento estadístico y de política más importante con el que cuenta el país, además de la credencial para votar. Su objetivo es incorporar a todos los ciudadanos al Registro Federal de Electores y mantener actualizada su información, con el fin de garantizar plenamente el ejercicio de sus derechos políticos y poder elegir a sus gobernantes. Comparando el último censo de población por sexo y edad, y el Padrón Electoral, la correlación que existe entre ambos instrumentos se puede destacar que es mayor el número de mujeres en edad de votar que de hombres, esto a partir del rango de edad de 20 a 24 años. La información contenida en el Padrón Electoral se distingue por el total de la población en edad de votar que solicitaron su registro electoral para obtener su
Francisco Javier Guerrero Aguirre
credencial para votar: por edad, sexo, variantes geográficas electorales por estados y distritos, además por rangos de edad. En este contexto, el Padrón Electoral registraba hasta el día de las elecciones federales de este año, 84 millones 464 mil 713 ciudadanos, de los cuales 43 millones 616 mil 531 correspondía a mujeres y 40 millones 848 mil 182 a hombres. Esto representa una diferencia porcentual de 3.28% entre ambos sexos, dicho de otra manera, por cada 100 mujeres empadronadas hay 93.5 hombres. La misma dinámica de variación se presenta en la mayoría de las entidades de la República con un porcentaje mayor de mujeres empadronadas, excepto en tres entidades: Baja California, Baja California Sur y Quintana Roo, donde el género femenino no alcanza el 50% de registros. Por grupos de edad la ciudadanía inscrita en el padrón se ubica en los ciudadanos entre 20 y 24 años, con 10 millones 455 mil 986 registros, les siguen quienes están en el rango de entre 25 y 29 años, es decir 10 millones 316 mil 119, en todos los rangos de edad la mayoría son mujeres, excepto en los más jóvenes de 18 años que suman apenas 1.2 millones de ciudadanos, de las cuales
48.9% son mujeres, quienes recientemente se inscribieron. Respecto a este grupo de ciudadanos que entran a la mayoría de edad no suelen registrarse inmediatamente ya que posponen el cumplimiento de este trámite ciudadano en función de sus necesidades como identificación oficial. Sin embargo, conforme las nuevas generaciones sustituyan a los grupos de mayor edad, el empadronamiento se va actualizando en la medida que avanzan en la edad. El empadronamiento de los jóvenes de 18 años al pasar a los 19, aumenta sustancialmente de 1.2 millones de ciudadanos jóvenes a 1.9 millones, a partir de esta edad se mantiene la misma dinámica de la mayoría de mujeres en el Padrón Electoral. En el otro extremo de edad, el grupo de personas de 65 años o más, es de 9.2 millones de personas en el Padrón Electoral, en la Lista Nominal corresponden 8 millones, de las cuales 53.77% son mujeres. Esta diferencia entre los dos instrumentos electorales muestra el gran esfuerzo que se ha realizado para mejorar la depuración del Padrón Electoral, sin embargo debe continuarse esta medida para la confianza de este instrumento electoral, con el objeto de que se implementen nuevas formas para mejorar la depuración del padrón. Actualmente, al observar la distribución poblacional por sexo en las edades avanzadas, se hace evidente el mayor número de mujeres; a partir de 65 años la relación es de 84 hombres por cada 100 mujeres inscritas en el padrón, y llega a ser de 90
por cada 100 mujeres en edades de 60 a 64 años. En las primeras etapas de conformación del padrón electoral, muchas personas adultas mayores no se inscribieron, fundamentalmente un gran número de mujeres, es importante mencionar que fue en 1953 cuando Adolfo Ruíz Cortines, como presidente promulgó las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal, que les permitió a las mujeres de manera paulatina ejercer su derecho político. En la evolución democrática, intervinieron factores socioeconómicos, educativos y geográficos entre otros, que influyeron sobre la mayor o menor inscripción de grandes grupos de población femenina en el padrón durante 59 años que han pasado desde que se otorgó el derecho a votar, podría señalarse a mujeres en edades avanzadas que no se inscribieron, especialmente en poblaciones marginadas, áreas rurales y población indígena. Entre otras razones, debido a las dificultades de movilidad que ese tipo de población tuvo, pero también a dificultades para registrarse, considerando que en los primeros años no siempre se contó con oficinas de registro cercanas a sus domicilios. Los datos señalados permiten vislumbrar que la participación política de las mujeres podría aumentar no sólo por factores demográficos sino culturales, también como en la mayoría de los países occidentales, la brecha por género ha desaparecido e incluso, como es el caso de México, se ha demostrado que la tasa femenina ha aumentado en la participación. Sin duda, el padrón electoral tiene una mayoría de mujeres, que irá cambiando en el tiempo conforme al proceso demográfico de la población mexicana, y que requerirá una estrategia por rangos de edad y por sexo, pero sobre todo el voto de las mujeres tendría que ser valorado como un voto clave en la estrategia ciudadana y en la agenda política. T Fuentes: http://www.ife.org.mx/portal/site/ifev2/ Estadisticas_Lista_Nominal_y_Padron_Electoral http://www.censo2010.org.mx/ * Consejero Electoral del IFE
18 o Lunes 27 de agosto de 2012
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El IFE en la CEDAW
No basta el adelanto en derechos políticos; persiste discriminación hacia las mexicanas ESPECIAL
Los derechos de las mujeres en la vida pública y política no se agotan en las elecciones. Es urgente que nuestro país encuentre su balance a través del reconocimiento y respeto de todos los derechos de quienes integramos su otra mitad
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Macarita Elizondo*
l mes pasado, el Instituto Federal Electoral (IFE) participó en los trabajos de seguimiento a la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), cuyo comité celebró su 52. periodo de sesiones del 9 al 27 de julio del presente, en la sede de la organización de las Naciones Unidas en Nueva York. En la preparación de la sustentación del Informe, el Inmujeres, junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), conformaron un trabajo participativo con las diferentes dependencias responsables de la implementación de acciones en favor del cumplimiento de la CEDAW, entre ellas el Instituto Federal Electoral. La representación del Estado mexicano pretendió en la referida sustentación atender inquietudes presentadas por diversas organizaciones ante dicha instancia, y dar a conocer el resultado positivo que se ha tenido en materia de la participación política de las mujeres en México, específicamente a nivel federal, sobre todo con la aplicación de las cuotas de género en las candidaturas para el poder legislativo federal. Asimismo, se visibilizó y reflexionó que los derechos
Macarita Elizondo
de las mujeres y las niñas no son cuestiones ajenas o etéreas de la labor diaria de los servidores públicos. El IFE presentó los adelantos que hemos tenido de 2010 a la fecha relativo al ejercicio y protección de los derechos políticos electorales de las mujeres, muchos de los cuales se generaron no solamente por el IFE y por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), sino con la colaboración de partidos políticos, y la participación e impulso de las mujeres que integran la propia sociedad civil. Así, por ejemplo, en el tema de cuotas de género en este proceso electoral 2012, gran lección nos dieron las demandantes e impulsoras del emblemático SUP-JDC-12624/2011 y acumulados, pues ellas no obstante en tener diferentes preferencias políticas, se unieron para impulsar un fin común: el derecho de la mujer para ser postuladas a un cargo de elección popular, en términos de igualdad frente al hombre. Por su parte,
todos los partidos políticos y coaliciones en sus postulaciones al cumplir con dicha cuota, coadyuvaron para que en el ámbito federal, se diera el carpetazo al fenómeno de “Las juanitas”, mismo que lastimosamente en el ámbito local y municipal aún subsiste. Con ello, podemos comprender que los temas de género y no discriminación, el cumplimiento de tratados internacionales en materia de derechos humanos, no son cuestiones meramente de preferencias y filiaciones; tienen que ver con lograr de facto la igualdad sustantiva en México, ya que ese es el objetivo común para poder lograr una verdadera evolución como sociedad. Por esa razón, no basta que hayamos rendido adelantos en materia de derechos políticos, ya que todavía en México no estamos libres de la discriminación hacia las mujeres. Por eso esperemos que las diputaciones y senadurías reflejen el entendimiento y compromiso con el derecho de la no discriminación y la cultura
para la paz, pues no hay que olvidar que desafortunadamente a México no le fue bien en la sustentación de los informes ante la CEDAW respecto al ejercicio y tutela de otro tipo de derechos de las mujeres y niñas que no pueden verse aislados, ya que son derechos humanos vinculados. Juntos significan alcanzar la igualdad de oportunidades, y con ello generar una vida plena para todos. Seguiré insistiendo en seguir impulsando más los hechos que los discursos, y hacer valer el compromiso adquirido ante la CEDAW de compartir con las legislaturas locales y órganos administrativos y jurisdiccionales en materia electoral locales, la experiencia exitosa del IFE en este ámbito, para favorecer la representación política de las mujeres. Se requieren más estudios respecto a las brechas de género que existen en los partidos políticos y propuestas para su erradicación; así como generar espacios enfocados a la niñez. Aunado a esto, tenemos que profundizar nuestro acercamiento a las mujeres y niñas indígenas, facilitándoles el uso de herramientas tan importantes como la Ruta Crítica para el Acceso de las Mujeres a los Cargos de Elección Popular, la cual pueden consultar en el sitio www.ife.org.mx. Y lo he dicho en múltiples ocasiones: tenemos un deber con las mujeres que representan actualmente casi el 52 por ciento de la lista nominal, pero en particular con las generaciones de niñas y jóvenes mexicanas. Los derechos de las mujeres en la vida pública y política no se agotan en las elecciones, nuestro deber es que en el ámbito de nuestras facultades, colaborando y coordinándonos también con otras dependencias y organismos, coadyuvemos a conformar una sociedad culta, pacífica e incluyente. Es urgente que nuestro país encuentre su balance a través del reconocimiento y respeto de todos los derechos de quienes integramos su otra mitad. En tanto no lleguemos a la igualdad sustantiva que tanto necesita una sociedad democrática, y que obviamente implica que mujeres y hombre avancemos a la par, se justifican todas aquellas acciones afirmativas de cualquier índole que transitoriamente potencialicen los derechos de las mujeres, porque implica, como dijera Paul Ricoeur, un deber de memoria como aquel deber de justicia, mediante el recuerdo, y reconocer a quienes nos precedieron una parte de lo que somos, cultivando el sentimiento de estar obligados todos y todas a solventar la deuda hasta que deje de haberla. De esta forma se acorta la brecha histórica en proporción directa; esto es, entre más acciones afirmativas se logren, más pronto llegará tan justa igualdad. T *Consejera electoral del IFE
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Aplicación de estándares internacionales de protección de los derechos humanos de las mujeres CUARTOSCURO
Silvia Carrasco Corona
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l vocablo “género” implica una construcción sociocultural dada en tiempos y espacios determinados, referida a valores o atributos, tomando como base la diferencia sexual, esto es, el binomio hombre-mujer. La perspectiva de género, entendida como la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la equidad de género1, se constituye en una herramienta de interpretación con la que cuenta el juzgador a efecto de resolver los asuntos que son sometidos a su potestad. El juzgar con perspectiva de género implica, entre otras cosas, un conocimiento integral del ordenamiento jurídico nacional e internacional, resultado de la preocupación expresada por la comunidad internacional ante las diferentes modalidades de discriminación sufridas por la mujer. Los tratados internacionales “tipo” sobre la materia se encuentran insertos dentro del ámbito universal y regional de protección de los derechos humanos.
SISTEMA UNIVERSAL DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW) fue adoptada el 18 de diciembre de 1979 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas; consta de un preámbulo y treinta artículos, los que en términos generales contienen directrices para asegurar y observar la igualdad entre hombres y mujeres, así como una serie de políticas públicas que deberán tomar en consideración los Estados Parte, tendentes a eliminar la discriminación que impide o anule el acceso de las mujeres a sus derechos y limite sus oportunidades. LA MULTICITADA CONVENCIÓN FUE RATIFICADA POR EL ESTADO MEXICANO EL 23 DE MARZO DE 1981 De manera adicional, el 6 de octubre de 1999, los Estados reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptaron el Protocolo Facultativo de la CEDAW, en el que se fortalecieron los mecanismos de supervisión y vigilancia previstos en aquella, al otorgar a las personas o grupos de personas la facultad de denunciar violaciones o solicitar investigaciones por la violación grave sistemática de derechos en que haya incurrido un Estado Parte, ello en términos de sus artículos 2 y 8. Dicho instrumento fue signado por México el 10 de diciembre de 1999 y ratificado el 15 de marzo de 2002.2 b. Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos. El instrumento jurídico por excelencia de protección de los derechos y libertades de las mujeres dentro del sistema interamericano de protección de los derechos humanos se encuentra concretizado en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra la Mujer, también conocida como “Convención de Belém Do Pará”. La citada Convención fue adoptada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos el 9 de junio de 1994, consta de un preámbulo donde reconoce que la violencia contra la mujer es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. Entre los derechos protegidos por dicha Convención destacan aquellos referidos a una vida libre de violencia; a ser libre de todas formas de discriminación; y a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación. Cabe resaltar que la Conven-
ción Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer fue signada por México el 4 de junio de 1995. Ahora bien, al firmar las convenciones referidas, el Estado Mexicano se obligó a eliminar las diferencias arbitrarias, injustas o desproporcionadas entre mujeres y hombres en razón de su género, tanto en el acceso a la justicia como en los procesos y las resoluciones judiciales. En ese sentido, el papel de quien aplica el derecho será fundamental y de gran responsabilidad social; por tanto, resulta indispensable que ante el planteamiento de un problema sometido a la potestad del juzgador, en el que se vean involucradas cuestiones relacionadas con los derechos de las mujeres, aquel haga uso de los instrumentos internacionales sobre la materia, pues ellos han sido resultado de la preocupación expresada por la comunidad internacional y tienen como propósito fundamental garantizar, a hombres y mujeres, la igualdad en el goce de derechos. Lo anterior se erige, además, en una obligación para los juzgadores derivada del texto constitucional reformado el 10 de junio de 2011, cuyo artículo 1º refiere el reconocimiento para todas las personas de los derechos humanos
insertos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, pues finalmente estos últimos integran el orden jurídico nacional, a cuyo cumplimiento se encuentran constreñidos, tal y como ha quedado de manifiesto en diversas sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (cuya competencia contenciosa fue aceptada por el Estado Mexicano en 1998), en los siguientes términos: “124. La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.”3 Bajo esa tesitura y desde nuestro peculiar punto de vista, dada la naturaleza sui generis de los tratados internacionales referentes a derechos humanos, ante la existencia de un concurso de normas, deberá de atenderse a aquella que sea más favorable al individuo, esto es, aquella que maximice y no restringa el derecho fundamental en cuestión, ello en atención al principio pro persona previsto en el propio artículo 1º de nuestra Carta Magna.4 T *Magistrada Presidenta del Quinto Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Primera Región, con residencia en Cuernavaca, Morelos. Integrante de la Asociación Mexicana de Juzgadoras A.C. Artículo 5 de la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres 2 http://treaties.un.org/ Pages/ViewDetails. aspx?src=TREATY&mtdsg_ no=IV-8b&chapter=4&lang=en 3 http://www.corteidh. or.cr/docs/casos/articulos/ seriec_154_esp.pdf 4 Actualmente se encuentra pendiente por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la resolución de la contradicción de tesis 293/2011, en donde se discute la jerarquía normativa entre la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos 1
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¿De qué color son los ojos de la discriminación? ESPECIAL
Ricardo Bucio Mújica, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)
¿Cuán valientes somos las ciudadanas y los ciudadanos mexicanos para cuestionar y dar testimonio de la discriminación en nuestras vidas, y más aún para denunciarla y testificar contra ella?
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Ricardo Bucio Mújica
ace poco escribí, entre otros detalles, que había conocido la discriminación a consecuencia del color de mi piel, porque soy moreno, y, por “estética”, algunas veces fui y me sentí relegado. Ello aconteció cuando entré a una universidad privada, tras varios años de asistir a escuelas públicas. Desde el comienzo, para mí estuvo claro lo siguiente: “No se necesita conocer la ley para saber cuándo hay trato desigual, cuándo la dignidad de unos y otros se pone en la balanza”. Y es que resulta muy difícil de derribar las prejuiciosas percepciones sociales que asumen como “natural” o “normal” toda desigualdad. ¿De dónde provendrán estas miradas y hacia dónde irán? Ante estas preguntas, planteo algunas respuestas en mi ensayo “El poder de las miradas” —que escribí recientemente para el último libro de la colección Matices intitulado Miradas, que se puede descargar completo en www.conapred. org.mx— , en el que reflexiono acerca del poder detrás de las miradas y su significado en la vida
de cada persona, en todos los entornos posibles en los que ella se mueva, de modo muy particular si se trata de una persona homosexual, una trabajadora del hogar, un extranjero, alguna persona con discapacidad, un adulto mayor o alguien cuya apariencia pueda ser rara o extraña. En mi texto, hablo sobre Martha, una mujer rarámuri de la sierra Tarahumara, para cuestionar las vigentes desigualdades socioeconómicas, lingüísticas, de género, educativas, etc. que padecen aún las comunidades indígenas, principalmente las mujeres y niñas indígenas, violentadas sobre todo en sus derechos económicos, sociales y culturales. La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis) 2010 nos recuerda que, como sociedad, seguimos pensando que a las personas indígenas les iría bien si no hablaran su lengua, si no vivieran según sus costumbres y no usaran su vestimenta. Lo que más me ha impactado en estos últimos años ha sido ver cómo las y los mexicanos asumimos la discriminación como normal, natural e incluso necesaria, ya que no parece ser un problema social ni un tema de interés para la gran mayoría de las instituciones públicas y privadas; tampoco se cuestiona que en nuestra sociedad haya personas que parecen “más iguales” que otras, y, entonces, los más poderosos se siguen imponiendo a los más débiles con prácticas excluyentes, diariamente. Entre las sistemáticas y recurrentes prácticas de discriminación, se encuentra también el desprecio y rechazo hacia las personas cuya orientación o preferencia sexual no es la heterosexual. En mi ensayo, comento el caso de Carla, una persona ciega, lesbiana, casada con Livy y madre de 4 hijos, cuyo club en Chihuahua al que ha ido durante tantos años, niega la afiliación de su esposa, aludiendo que no es discriminación, sino
la “autodeterminación del club”. Por lo general, miramos al otro y a la otra con los ojos de la discriminación, que incluye todos los colores. Y es que ella pesa tanto y está tan arraigada culturalmente en nuestras vidas, que “miramos con el ojo excluyente del cadenero del antro, prototipo de la conducta de exclusión selectiva y de la aplicación inmediata de estereotipos y prejuicios, y decidimos a quién le permitimos algo y a quién no. También miramos desde la autodefinición de superioridad, desde la creencia de tener los únicos valores correctos, y no nos damos cuenta de lo que producen nuestras miradas en los demás”. Otro ejemplo de desigualdad e injusticia en pleno siglo XXI tiene que ver con la historia de Lina y la de tantas mujeres que en México se desempeñan como trabajadoras del hogar. Ellas, en su mayoría, trabajan año tras año sin descanso, sin prestaciones; no tienen contrato, liquidación, jubilación, ni ahorro para cuando tengan que retirarse. Y como si esto no fuera poco, entre otras condiciones nefastas, no las dejan usar la misma lavadora ni el mismo elevador, y su baño no tiene agua caliente. Experiencias de discriminación como las contadas y tantas otras más que suelen acontecer cotidianamente, se sustentan en aquellas miradas que casi todas las personas compartimos en diversos
espacios, momentos y niveles; pues, se trata de miradas que “legitiman la desigualdad, alimentan estereotipos presentes en la conciencia social e institucional, y aumentan las brechas de ejercicio de libertad y de posibilidad de desarrollo que tenemos dentro de cada familia, salón de clases, empresa, oficina, transporte público, templo o establecimiento comercial”. Mirémonos y actuemos a partir de la otredad, miremos con otros ojos, no con los de la discriminación. Sin duda, ello exige mucha valentía personal y colectiva: “Valentía para enfrentar mis prejuicios; para aceptar que mi identidad sexual no define la de los demás; para respetar a quien piensa políticamente distinto y no descalificarlo por ello; para darme cuenta de que mi Dios seguramente respeta a quienes creen en otras deidades y a quienes no creen; para asumir que no soy menos hombre por hacer trabajo doméstico, pero si soy menos si no lo hago; para saber de qué manera contribuyo a sostener privilegios injustos que imposibilitan la equidad; para vivir según criterios éticos y no según lo social o políticamente correcto”. T www.conapred.org.mx @ricardobucio
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Michelle Bachelet
ONU Mujeres
Aunque en las Olimpiadas de Londres se batieron récords por y para las mujeres, aún son discriminadas Llamados los Juegos de las Mujeres, las Olimpiadas de Londres establecieron un nuevo récord de participación, logros y representación universal de mujeres
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Michelle Bachelet*
l 45% por ciento de los 10,500 participantes fueron mujeres, mientras que en Pekín representaban 42% y solo 25% en Barcelona en 1992, donde incluso hubo 34 equipos nacionales sin ninguna mujer. Por primera vez las mujeres compitieron en todas las disciplinas y los 204 países participantes tuvieron a mujeres atletas en sus equipos, incluyendo Arabia Saudita, Qatar y Brunei, que lo hicieron por primera vez. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, dijo que este hecho “fue un gran estímulo para la igualdad de género”. Ciertamente lo es. Sin embargo, aunque en Londres se batieron récords por y para las mujeres, el récord sin batir de la desigualdad de género sigue en pie y requiere que se tomen medidas urgentes para poner fin a las prácticas discriminatorias. Esto no es sólo un asunto de mujeres sino que trata de valores humanos básicos y del
espíritu e ideales de los Juegos Olímpicos. El compromiso del Comité Olímpico y una mayor cobertura de los derechos de las mujeres y de la igualdad de género durante los Juegos de Londres dan un impulso para lograr mayores progresos en los próximos Juegos en 2016. El debut del boxeo femenino en estas Olimpiadas puso en evidencia algunos de los retos a los que se siguen enfrentando las mujeres en lo relativo a la vestimenta, la percepción y los estereotipos de género. Aunque las boxeadoras probaron que podían pelear, hubo alguna tentativa inicial de forzarlas a usar faldas para ayudar a los telespectadores a identificarlas y diferenciarlas. La disputa de las faldas causó indignación en todo el mundo. La Asociación Mundial de Boxeo decidió dejar a las mujeres la posibilidad de elegir su vestimenta, poniendo así punto final a la controversia. Otro revés que sufrió la igualdad de género en los Juegos de verano fue la discriminación en los viajes de avión. Leí en la prensa que Japón hizo viajar
a su equipo de fútbol masculino a Europa en primera clase, mientras que el equipo femenino – que son las que defienden el título de campeonas – viajaron en clase turista. La prensa también mencionó que los equipos masculinos de baloncesto y de fútbol de Australia viajaron en primera clase mientras que los equipos femeninos viajaron en clase turista, aunque las mujeres han ganado más medallas que los hombres. Japón y Australia están ahora examinando sus políticas relacionadas con los viajes de los deportistas. Además de los estereotipos y la discriminación de género, otro asunto que los medios de comunicación destacaron fue un caso de abuso y explotación sexual. La competidora de judo de los EU, Kayla Harrison es ahora una inspiración para todo el mundo, no sólo por su excelencia olímpica sino también por su temple para sobreponerse al abuso sexual a manos de su primer entrenador cuando tenía 13 años. Kayla sufrió en silencio por tres largos años porque su entrenador le dijo que tenían que mantener su relación en secreto para no meterse en líos. Luchando contra la depresión e incluso ideas de suicidio, llegó al punto que no pudo aguantar más. Se lo contó a una amiga, quien se lo contó a su madre, la que llamó a la policía. Daniel Doyle admitió su culpa y fue sentenciado a diez años de prisión. Kayla se entrenó con un nuevo preparador y ganó la medalla de oro. “Una de las cosas más importantes que he sacado de todo esto es que se es víctima sólo si uno permite serlo”, declaró a los medios. El poder que tienen los deportes
de contribuir al empoderamiento de las mujeres y de las niñas es innegable. La participación en los deportes permite a las mujeres y a las niñas entrenarse para ser las mejores, incrementando sus capacidades y confianza, a tal punto que les acompañará toda la vida. Con todo, la desigualdad persiste y priva a las mujeres de alcanzar su potencial. Un estudio hecho en Gran Bretaña concluyó que sólo alrededor del 0,5 por ciento de todos los patrocinios comerciales de los deportes se destina a los deportes femeninos, mientras que el 61 por ciento se destina a los masculinos, pese a que las mujeres están obteniendo cada vez más fans y un porcentaje mayor de audiencia. El mismo estudio señala que los deportes femeninos sólo obtienen el 5 por ciento de cobertura mediática y que el 43 por ciento de las adolescentes considera que no tiene suficientes modelos femeninos de conducta. El sexismo en los deportes también se manifiesta en las brechas salariales, en la cobertura de los medios que se centra más en la apariencia que en el desempeño, en la falta de un acceso equitativo a todas las instalaciones y equipos deportivos, en los tiempos de entrenamiento y entrenadores, en las competencias, financiación y en una escasa representación y liderazgo en las instituciones deportivas. Las activistas han pedido al Comité Olímpico Internacional que cumpla con la meta de 1996 de que las mujeres ocupen el 20 por ciento de los puestos en los consejos directivos de los 204 comités olímpicos nacionales y de las 35 federaciones deportivas. En la actualidad, tan sólo el 10 por ciento de esos puestos está ocupado por mujeres. Esperamos que más mujeres ocupen puestos directivos junto a los hombres en un futuro cercano, alcanzando e incluso superando la meta estipulada del 20 por ciento. La excelente cobertura hecha por algunos periodistas sobre estos temas, así como el desempeño y la determinación de las mujeres atletas presentes en Londres, ha creado conciencia y esperanzas en todo el mundo. La primera mujer saudí en participar en las Olimpiadas, la competidora de judo Wodjan Ali Seraj Abdulrahim Shahrkhani, lo expresó claramente: “No tengo duda de que mi participación en estos Juegos, puede aumentar la presencia de las mujeres en todos los deportes.” Me gustaría agregar que su competencia, aunque no condujo a una medalla olímpica, si fue una victoria para Arabia Saudita. Durante las Olimpiadas de Londres las mujeres han roto muchas barreras. Ahora necesitan y merecen que se les otorgue igualdad de condiciones. Como dijera el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en la inauguración de los Juegos, el juego limpio y la dignidad para todos son ideales compartidos por el Comité Olímpico Internacional y por las Naciones Unidas. Para hacer prosperar esos ideales, ONU Mujeres está uniendo fuerzas con el Comité Olímpico para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el mundo de los deportes y en las sociedades de todo el mundo. T *Ex presidenta de Chile y actual directora ejecutiva de ONU Mujeres
22 o Lunes 27 de agosto de 2012
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Inmujeres reconoce a las deportistas mexicanas
Cinco de las 7 preseas conseguidas en Londres fueron para mujeres REUTERS
Las mujeres lo hicieron una vez más: desde los Juegos Olímpicos de Atenas son las que han dado la cara por el deporte de nuestro país y han sido las protagonistas de la historia del deporte mexicano
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Alejandro Rivero Jiménez*
omo muestra un botón: de las últimas 14 medallas que se han obtenido, 10 han sido ganadas por ellas. En los Juegos Olímpicos de Londres, la representación femenina de la delegación mexicana fue de 40 por ciento, sin embargo ellas obtuvieron cinco de las siete preseas, para convertirse en piezas fundamentales y registrar la mejor actuación de México en unos Juegos Olímpicos fuera de nuestro país. En el siglo XX, solo dos mexicanas obtuvieron una medalla olímpica. La primera en lograrlo fue María del Pilar Roldán, en México 1968. En aquella ocasión obtuvo plata en la prueba de esgrima. En esa misma edición de los Olímpicos, María Teresa Ramírez obtuvo la presea de bronce en la prueba de natación estilo libre 800 metros. Después de esos triunfos, pasaron más de 30 años para que una mujer mexicana subiera al podio. El 18 de septiembre de 2000, en los Juegos Olímpicos de Sídney, Soraya Jiménez ganó la medalla de oro en la prueba de halterofilia, categoría 58 kilogramos. Soraya se convirtió en la primera mujer mexicana que obtuvo una presea dorada en Juegos Olímpicos y marcó un precedente para que llegaran más triunfos femeninos. En Atenas, Ana Gabriela Guevara, Belem Guerrero e Iridia Salazar hicieron historia en sus disciplinas, al ser las primeras mujeres en obtener una medalla de plata en atletismo de velocidad, plata en ciclismo y bronce en HÉCTOR TÉLLEZ
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REUTERS
taekwendo, respectivamente, además de obtener tres de las cuatro medallas que obtuvo México. Durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Paola Espinosa y Tatiana Ortiz ganaron la medalla de bronce en clavados sincronizados. En Tae Kwon Do, María del Rosario Espinoza ganó la medalla de oro. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la gran estrella de los últimos años en la modalidad de clavados, Paola Espinosa, y Alejandra Orozco, de 15 años de edad, obtuvieron la medalla de plata en la prueba de clavados sincronizados desde la plataforma de 10 metros. Con esa medalla, con la que festejó su cumpleaños número 26, Paola Espinosa se convirtió en la primera mexicana en subir al podio en dos Juegos Olímpicos consecutivos, tras su bronce en Pekín 2008. Cabe mencionar que con esta presea, Alejandra Orozco se convirtió en la medallista más joven de los Juegos Olímpicos de Londres. Además, Orozco se convirtió en la segunda más joven a nivel nacional, sólo detrás de la nadadora María Teresa Ramírez, quien compitió en la edición de México 1968, quien ganó la medalla de bronce en estilo libre femenino de 800 metros, con 15 años y 70 días. Laura Sánchez obtuvo el bronce también en clavados, sólo que ella desde el trampolín de tres metros y se convirtió en la primera mexicana en subir al podio en esta modalidad. Otro deporte en el que México superó sus marcas gracias a la estelar actuación de las mujeres fue en el tiro con arco, en el que conquistó las dos primeras medallas olímpicas de la historia del país y de toda América Latina con la plata de Aída Román y el bronce de Mariana Avitia. Ellas también hicieron historia, ya que se convirtieron en las primeras mujeres mexicanas en compartir un podio. La última en subir al podio fue María del Rosario Espinoza, que salió de Londres como la mexicana más laureada en los Olímpicos. Si bien no pudo revalidar el oro conseguido en Pekin 2008, se logró alzar con una medalla de bronce en Tae Kwon Do en la división de más de 67 kilogramos. A sus 24 años, la sinaloense convirtió en la primera mexicana en obtener una presea en Juegos Olímpicos tras ganar la medalla de oro en las competencias previas. El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) hace un reconocimiento a las y los atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en especial a las mujeres, que una vez más destacaron por el número de medallas obtenidas en sus diferentes disciplinas. T *Subdirector de Información del Instituto Nacional de las Mujeres
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Inmujeres Casas de la Mujer Indígena
Estrategia institucional para
el ejercicio de los derechos
de las mujeres indígenas HÉCTOR TÉLLEZ
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el 9 de agosto, es necesario reflexionar sobre los avances y desafíos para el ejercicio de sus derechos en México
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Patricia Rosete Xotlanihua*
n nuestro país se calcula que cerca de 10.2 millones son personas indígenas, de las cuales 5.2 millones son mujeres y 5.0 millones hombres. De acuerdo con fuentes oficiales, es la población indígena donde se concentran la pobreza, la marginación y los índices más desfavorables de desarrollo humano; baste señalar como ejemplo que la población indígena tiene un índice de desarrollo humano 11.3% menor que el de la población mexicana no indígena. Por otra parte, al revisar la situación de las mujeres indígenas nos podremos dar cuenta que son ellas quienes enfrentan mayor porcentaje de pobreza, de analfabetismo, de muerte materna, de enfermedades de transmisión sexual, de violencia, de exclusión y de racismo. En este marco de exclusión, atender institucionalmente la desigualdad especifica de las mujeres indígenas resulta una prioridad y un tema de justicia social; no obstante, se requiere hacerlo a través de planteamientos que –situados en un marco de derechosreconozcan la especificidad de este sector, transiten de la atención de necesidades básicas hacia aquellas que resultan estratégicas, promuevan el empoderamiento y pugnen por la construcción de ciudadanía. Es desde esta mirada donde nace el Proyecto “Casas de la Mujer Indígena”, idea original impulsada por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), que contribuye al avance de la promoción del enfoque de género en la provisión de servicios públicos. Incide específicamente por su contribución a generar innovación a través de pertinencia cultural a las acciones de igualdad de género, así como la adaptación de la gestión de servicios a las características y condiciones de vida de las mujeres indígenas, al respeto de sus derechos, a la visibilización y valoración de sus prácticas ancestrales, a impulsar la participación de las propias mujeres afectadas en la gestión y toma de decisiones sobre los asuntos que las atañen. También contribuye a mejorar la atención a las demandas de mujeres de zonas rurales y remotas, y a generar nuevos procedimientos que favorecen el empoderamiento de las mujeres indígenas de México.
Las Casas de la Mujer Indígena (CAMI) son espacios física y socialmente construidos para la prevención y atención de casos de violencia y salud sexual y reproductiva para las mujeres indígenas con un enfoque que incorpora la perspectiva de género y la interculturalidad. El proyecto CAMI se basa en las recomendaciones de los acuerdos, convenciones y plataformas internacionales que México ha firmado para impulsar el desarrollo y los derechos de los pueblos indígenas y de las mujeres: CEDAW, Beijing, ODM 3 y 5, Declaración de los derechos de los pueblos indígenas, Plan Nacional de Desarrollo. Inicia en el año 2004 -a modo de experiencia piloto- a partir del cual se abren cinco Casas con apoyo de la Secretaría de Salud (Cuetzalan, Puebla; Matías Romero, Oaxaca; Ometepec, Guerrero; San Mateo del Mar, Oaxaca; y Chalchihuitán, Chiapas); en 2008 se inicia el proceso de diagnóstico, selección e instalación de 4 nuevas casas (Sihó; Yucatán, San Quintín, Baja California; Pátzcuaro, Michoacán y Zongolica, Veracruz). Para 2009, se continúa el proceso de instalación de 4
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nuevas casas (Zitácuaro, Michoacán; Etchojoa, Sonora; Tolimán, Querétaro; Nuevo León); en 2010 se abren 5 casas más (Ixtepec, Puebla; Ocosingo, Chiapas; San Luis Acatlán, Guerrero; San Felipe del Progreso, Estado de México; y Huejutla, Hidalgo), y en 2011 inicia el proceso para la instalación de un espacio más en Acatepec, Guerrero. Se ha diseñado para regiones con insuficiente presencia institucional, en materia de atención a la salud reproductiva, y combate a la violencia de género en regiones indígenas. La característica más relevante de este proyecto es que son mujeres indígenas organizadas las dueñas y las responsables de coordinar las actividades de las Casas, entre las cuales destacan: consejería, asesoría, canalización, promoción, prevención, difusión y acompañamiento. Se caracteriza por incluir la participación indispensable de tres actores fundamentales: 1. La institución financiadora (CDI), 2. La organización de mujeres indígenas responsable de la Casa de la Mujer, y 3. La organización local asesora. Con este proyecto se atiende a las etnias náhuatl, mixteca, amuzgo, mazahua, otomí, purépecha, mixe, huave, mayo, totonaco, tzotzil, tzeltal, maya y migrantes. A finales del 2011, el proyecto dio un paso importante para su institucionalización al convertirse en la Vertiente 2.1 del Programa Acciones para la Igualdad de Género con Población Indígena (PAIGPI) hecho que constituye un reconocimiento de la iniciativa como una buena práctica para atender las problemáticas de las mujeres indígenas. Por otra parte, es pertinente mencionar que dentro de las observaciones finales del
todas@inmujeres.gob.mx www.inmujeres.gob.mx Alfonso Esparza Oteo 119, Col. Guadalupe Inn, México, D.F.
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, respecto de los informes periódicos séptimo y octavo presentados por el Estado Mexicano, se reconoce a las Casas de la Mujer Indígena como una iniciativa que coadyuva a la prevención y el tratamiento de la violencia y la promoción de salud sexual y salud reproductiva, así como los derechos de las mujeres indígenas. Es innegable la dimensión política que se ha construido alrededor de las CAMI : al difundir, construir y demandar derechos, al exigir el cumplimiento de los marcos normativos que tutelan los derechos de las mujeres indígenas, al promover la organización autogestiva y las redes entre mujeres indígenas y pugnar por la validación de una agenda de derechos. Dicha agenda se ha venido construyendo a lo largo del tiempo, en medio de procesos formativos de encuentro y reflexión que tuvieron concreción en el pasado Encuentro Nacional de Casas de la Mujer Indígena 2012 , donde representantes de las 19 CAMI construyeron la “Agenda Nacional de las casas de las mujeres indígenas en la prevención de la violencia de género y la atención a la salud sexual y reproductiva en un marco de derechos con enfoque intercultural”, documento que exige el cumplimiento integral de derechos estratégicos para las mujeres indígenas: salud sexual y reproductiva, educación, acceso a la justicia, participación política, vida libre de violencia, y acceso a recursos económicos. Es en este proceso de hechura colectiva, donde las mujeres indígenas organizadas al interior de las CAMI continúan consolidándose como actores políticos a nivel local, nacional e internacional, y es justo aquí donde se vuelve cada vez más urgente la necesidad de que los compromisos sobre la política de transversalidad con perspectiva de género e interculturalidad se concreticen en más iniciativas cuyo énfasis sea la construcción de ciudadanía de éste sector. 1 CDI-PNUD. Sistema de indicadores sobre la población indígena de México, con base en: INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, México, 2005. 2 PNUD. “Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas en México. El Reto de la Desigualdad de Oportunidades”, 2010. T *Subdirectora de Procesos formativos y Organización Social de la Dirección de Fortalecimiento de Capacidades Indígenas de la CDI
24 o Lunes 27 de agosto de 2012
milenio
Todas
Entrevista
Lucha Reyes, la legendaria reina del mariachi
JESÚS QUINTANAR
Hizo de la libertad su atuendo, rompió con moldes establecidos y peleó por ser auténtica. Era dueña de una voz de ruiseñor que se volvió de una sonoridad y dramatización inusitadas
S
Mary Carmen Sánchez Ambriz
u historia, impregnada de claroscuros, es ejemplo de una mujer que buscaba alcanzar la emancipación. Fue una transgresora, incomprendida. María de la Luz Flores Aceves nació en Tlaquepaque, Jalisco, el 23 de mayo de 1906. “Imanta al público con el estilo que inventa: gestos desafiantes, envalentonados, con la cara en alto, la mirada retadora, los brazos en jarras propios de la bravura contestataria de las soldaderas revolucionarias. En contraste, su mirada era dulce, hasta tímida, triste, desconfiada. Flota su voz en la encrucijada del coraje, la decepción, la tristeza, el ahogo del deseo frustrado y el amor de rosa recién abierta, que se acomoda con la risa franca de un humor desparpajado”, apunta Alma Velasco, autora de la novela Me llaman la Tequilera (Suma. México, 2012).
AMORES DESCALABRADOS Para Alma Velasco, la cantante poseía una personalidad ondulante. “No es que fuera voluble o caprichosa, sino que debía enfrentar la vida desde distintos ángulos. Podía pasar de un lado a otro con facilidad, y por eso cambia su nombre tantísimas veces hasta que queda en Lucha Reyes”. Añade: “Una vida rotunda,
en ocasiones feliz y plena, en la que la risa, el estudio, un consistente avance vocal, relaciones laborales y personales enriquecedoras, la impulsan como a un barco la brisa. Pero una vida también llena de muecas de dolor, salpicada de llantos, de desiertos internos, gritos, pleitos, despedidas, amores descalabrados”. Aún así dejó una huella indeleble en la música vernácula: una Luz que derivó en Lucha. Esos descalabros a los que se refiere la novelista abarcan distintos matices: tuvo una infancia desdichada al lado de su madre, quien nunca le reveló el nombre de su progenitor; a ese sentimiento de orfandad se suma la maternidad frustrada, el desencanto amoroso, la soledad, la depresión, el haber perdido dos veces la voz y, por si fuera poco, su debilidad: el alcohol. Comenzaba tomando unos tragos para cantar la voz, pero seguía y seguía bebiendo. Después de sus presentaciones, la cantante solía asistir a fiestas y brindis con amigos, empresarios y gente que la apoyaba. No estaba en su mente desatender ninguna invitación, pues deleitaba a sus amigos con esa gran voz y repartía sonrisas al por mayor. Descubrió que gracias a su canto podía tener una vida propia, lejos de las peleas con su madre; por fin era aceptada
en un grupo, apreciada y hasta admirada. Sin embargo, también encontró que sus penas y alegrías podían exacerbarse a través del alcohol. “En efecto, su gran enemigo siempre fue el alcohol, no usaba drogas como es el caso de otros cantantes. Hizo todo lo que estaba a su alcance para tratar de dejar la bebida: juramentos a la Virgen, recurrió a varios métodos, tomó hormonas de borrego para liberarse de ese vicio. Era muy ocurrente y, al mismo tiempo, con una personalidad un tanto osca que queda bien retratada en las películas que hizo. Lucha Reyes se inicia en el cine con la película Canción del alma, filmada en los Estudios CLASA y estrenada el 8 de febrero de 1938 en el cine Regis. Interpreta las canciones ‘La mujer rejega’ y ‘Estás con rifle’, de Lorenzo Barcelata. El rostro de ella se suaviza en la actuación. Aparece anunciada en los carteles cinematográficos como ‘la más grande intérprete de la canción ranchera’. Así se le reconoce, a mérito ganado”. A partir de 1928, se inició por el camino de la interpretación vernácula como solista. Un año después inició su mejor etapa como artista, creó un estilo personal y logró sonados éxitos como “La Tequilera”, “¡Ay Jalisco no te rajes!”, “El corrido de Chihuahua”, “El Herradero”, “La Panchita”, “Traigo un amor”, “Juan Colorado”, “El Castigador”, “Rayando el sol”, “Caminito de Contreras” y más. En 1930 el empresario Frank Founce la contrató para varios conciertos en el escenario del teatro Million Dollar de Los Ángeles. “El 8 de mayo de 1936 está canta en el Waikikí, se anuncia como Luz Reyes. Y, al día siguiente, el 9 de mayo sale como Lucha Reyes. Ése es el primer anuncio de prensa real que existe en donde ella se cambia el nombre”.
DE VOZ BRONCA Después de una gira en Berlín, Lucha regresa a México sin voz. Una fuerte infección en la garganta, las borracheras y un nódulo en las cuerdas vocales, la hacen guardar silencio temporalmente. Llevaba al cuello un cordón con
una libreta y un lápiz para poder comunicarse con sus familiares. Estaba devastada y creía que su carrera en los escenarios había terminado; no obstante, después de un tratamiento médico, pudo volver a cantar. Su voz dejó de ser comparable con la de un ruiseñor y se volvió ronca, rasposa. “No es cierto que su voz se transformara en una mala voz. Pasa por un periodo donde debe reajustar su tono, acaso por un accidente de esos que la vida impone. Y dentro de ese periodo va a crear este género de la música ranchera y, al hacerlo, une varios elementos: la manera en que aventura esas notas fuertes la dota de más fuerza y proyección en el escenario; también explora en la dramatización de la letra de las canciones y eso forma parte de la canción ranchera. Porque cuando escuchamos rancheras nos reímos, lloramos, gritamos, suspiramos. Ella lo hace como solista y descubre una gran veta. En realidad, el repertorio que grabó es breve. Tiene un apoyo, resistencia vocal, sabe hacer notas muy largas y eso es muy difícil de lograr. Ella estudió canto, contaba con una técnica clásica propia de los cantantes de ópera. José Antonio Alcaráz, especialista en música clásica, nunca encontró el dato que corroborara el que hubiera cantado ópera formalmente. Ella era una gran voz de la canción popular”, reflexiona Velasco. Otra de las contribuciones de Reyes a la música mexicana es la incorporación de las trompetas. “Realmente ella participa en los inicios de identidad con la canción vernácula. Cuando Lucha Reyes muere, en 1944, todos los demás cantantes de ranchero, hombres y mujeres, toman su estilo. Hay que recordar que los mariachis ya tenían cierta tradición en México. Antes de la aparición de Lucha Reyes, los mariachis eran una agrupación pequeña de músicos, muy de rancho, con instrumentos básicamente de cuerdas. Después en algunas regiones del norte se le aumenta la tambora, en otra zona añaden el guitarrón y así se van sumando instrumentos. Pero no tenían trompetas. En realidad, fue una ocurrencia de Emilio Azcárraga, en la XEW. Cuando Lucha las oye, le dan ganas de cantar y se convierte en la primera intérprete que graba con mariachi. Debido al éxito que obtuvo, después siempre va a querer estar acompañada de mariachi”.
EN EL VÉRTIGO La gran voz de la canción ranchera se apagó el 24 de junio de 1944. Presa del alcohol, en un estado de profunda depresión, manda a su hija adoptiva, Marilú, a que compre barbitúricos en la farmacia. La niña de escasos diez u once años, los consigue, se los trae y, dos horas después, se da cuenta que su madre no despierta. El alcohol y las pastillas hacen que la cantante se quede sumida en su profundo letargo. La vida de Lucha Reyes terminó de una manera abrupta. “Lucha Reyes vivió 38 años, de los cuales cantó 25 años. Vivió en el vértigo del alcohol, las depresiones, los tranquilizantes y el desasosiego. Le dio a México un rostro musical popular”. T