Todasadentro 786

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diversidad

Norma Romero con la huella de identidad humana coordina la organización del 2 Congreso Internacional del Pueblo Afrovenezolano que se realiza desde Pp. 4 y 5 el 9 hasta el 12 de noviembre do

Las culturas de Venezuela

SÁBADO 2 AL VIERNES 8 DE NOVIEMBRE 2019 AÑO 16 Nº 786

Luis Alberto Crespo entre caballos, versos y dibujos se hace Íntima Desmesura en la 15ta Feria Internacional del Libro de Venezuela desde el 7 de noviembre en la plaza Bolívar y sitios históricos de Caracas Pp. 8,9,10 y 11


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la voz de la casa

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En el casco y con libros

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ste jueves 7 de noviembre es fecha inaugural de la Feria Internacional del Libro de Venezuela. Lo has notado. Allí comienza la fiesta que, por decimoquinta vez, estamos celebrando ahora mismo, con 14 años de disfrutar de una geometría patria libre de analfabetismo y una proliferación de libros que hemos distribuido, en 20 años de revolución, ya sea de manera gratuita o a costos que puedes placenteramente cubrir. Esa fiesta también es nuestra, de Todasadentro, medio desde el que acompañamos comunicacionalmente la gestación y el parto de uno de los mejores productos de una gestión dedicada a la inclusión gustual, intelectual y cultural de todo nuestro pueblo. Por eso en esta edición 786 te ofrecemos el ejemplar impreso que muestra en su foto principal de portada, al homenajeado

LAS LÍNEAS DE LIRA

Luis Alberto Crespo, poeta, escritor, ensayista, periodista y dibujante (expresión artística por la que comenzó a expresar sus sentidos, pero que sólo ahora la muestra, cuando lleva más de seis décadas de quehacer creativo), con un llamado que nos adentra a cuatro páginas de una entrevista polícroma y exclusiva que explica el por qué el homenajeado puede posar fotográficamente como una I de Feria Internacional. Porque somos diversos y multisápidos, en este número también encontrarás contenidos acerca del Congreso Internacional de Afrodescendientes, a celebrarse en el país desde este 9 de noviembre y con dinámicas participativas en la misma Filven. Una edición para leer, compartir y guardar por eso disfrutemos de su exclusividad no solo digital sino también impresa. Comunicaremos, viviremos y venceremos.

De memoria...

Panita

Hay gente que cree que eso de Alí es porque te pusiste a cantar y te volviste un “artista” después que habías nacido por decisión de pila con el nombre Ely Rafael. Fue en la casa que comenzaron a decirte Alí y así creciste y así te conocimos todas y todos los que te seguíamos de banderas rojas pero también patrióticamente venezolanas, porque tú eras muy Bolivariano, mucho antes que nuestro Chávez quien regaba tu voz, hecha cantos necesarios, en sus postas y cuarteles. Alí, deMemoria y por encima de todo para nosotros serás siempre el inmortal Revolucionario.

Comandante arañero Ese despertar es un hecho cultural porque los hombres y las mujeres en lo individual y lo colectivo despertamos gracias a la consciencia y la consciencia, como dijo Víctor Hugo en Los Miserables, no es más que la suma de las ciencias

Hugo Chávez 8 de abril de 2010

Director: Iván Padilla Bravo / Jefa de Redacción: Michell Valdez / Equipo de redacción: Sergio Chapman, Rosa Latorraca, Jolisbeth Meza, Raúl Pineda, Stiven Rodríguez / Corrector: Henry Rojas / Diseño y Diagramación Erika Estrada y Juan Espinoza / Ilustradores Iván Lira y Edeylys De vita / Foto de Portada: Félix Gerardi / ISSN: 1856-058X Depósito legal: pp200401cs787 / Versión Digital: www.ministeriodelacultura.gob.ve y https:/issuu.com/todosadentro / Tuiter: @todasadentro / Dirección Electrónica: todosadentropodercultural@gmail.com Dirección: Centro Simón Bolívar. Torre Norte, Piso 24, El Silencio / Teléfono 0212 - 484.71.18


homenaje

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Fiesta de voces e historias Desde Carora estado Lara

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Crónica entretejida de poesía nos regala la Bienal de Literatura “Antonio Crespo Meléndez”

esde hace días estoy con el pecho lleno de historias, y eso es porque tuve la fortuna de estar junto al querido poeta Luis Alberto Crespo y a José Roberto Duque, como integrante del jurado de la 4ta Bienal Nacional de Literatura “Antonio Crespo Meléndez” 2019. El pasado lunes nos reunimos luego de haber revisado los proyectos y de algunos breves intercambios por correo electrónico. Tras el abrazo del encuentro y la alegría de volver a mirarnos, celebramos que se hayan retomado este año las convocatorias a los diversos certámenes literarios tales como: la 6ta Bienal de Literatura “Félix Armando Núñez”, (en narrativa, novela corta), 8va Bienal Nacional de Literatura “Ramón Palomares” (poesía), 4ta Bienal Nacional de Literatura “Rafael Zárraga” (ensayo), 5ta Bienal Nacional de Literatura “Gustavo Pereira” (poesía), 5ta Bienal Nacional de Literatura “Cruz Salmerón Acosta” (literatura infantil, décimas) y por supuesto, la 4ta Bienal Nacional de Literatura “Antonio Crespo Meléndez”, pues son las vías a través de las cuales podemos llegar a las voces creadoras que están regadas en nuestro pueblo. Celebramos también la cantidad de trabajos recibidos, en un breve plazo de convocatoria, pero por sobre todo, la calidad, en su mayoría con vasta documentación e investigación, y de notable belleza en la escritura. Aún no se ha publicado el veredicto, y solo puedo decir que, por unanimidad, elegimos un proyecto donde la ternura se hace crónica para contar la historia personal desde la historia del pueblo y sus gentes. Allí en ese libro-memoria hacen vida oralidad, crónica y poesía para sorprendernos y enlazarnos con Ramón Palomares, Alfredo Armas Alfonzo, y como refirió Luis Alberto, incluso con Josefa Sulbarán, y sus paisajes de infancia. Agradecida por esta fiesta de voces e historias. Crespo Meléndez y el oficio de la escritura Antonio Crespo Meléndez, padre del poeta Luis Alberto vivió su vida y su tiempo dedicado a la lectura, el periodismo, la cultura, la crítica y la literatura. El Diario de Carora fue su lugar para divulgar su trabajo, y su cuarto, “amplio y de altas paredes”, quizás santuario de creación. En los diferentes homenajes que su hijo le ha realizado habla de un hombre cuya vida siempre estuvo ligada a la palabra, “(…) pasaba parte del día estudiando, escribiendo, escuchando música, oyendo la radio entre la biblioteca y los periódicos arrumados en columnas”. Crespo Meléndez, hombre sencillo y silencioso se dedicó al periodismo social, y en su hacer escribió diversas reseñas y artículos sobre escritores, poetas y ensayistas, para ayudarnos a descifrarlos. La primera edición de la Bienal en homenaje a este escritor, cronista y periodista se realizó en noviembre de 2012; y busca promover la crónica social y literaria; así como el periodismo regional. Se organiza desde Carora, estado Lara, tierra que vio nacer a Crespo Meléndez, y como saben, la tierra que amo, porque es la tierra de mi infancia. Entre la obras del caroreño se encuentran: Invocaciones, La última nostalgia, Oficio de hombre solo y Del tinglado humano, donde podemos encontrar historias de vidas contadas con gran sensibilidad social, y que a su vez contienen la memoria de una región, valores locales y hechos históricos de una comunidad. ¡Celebremos pues la palabra! Lorena Almarza / Caracas Ilustración: L. A.

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En 15 estados de Venezuela

Identidad milenaria de lucha y libertad

Norma Romero dice seguir en su empeño afro “formamos parte de la venezolanidad”

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odo comienza por autoreconocernos, para realmente alzar las banderas de lucha y perseguir nuestro ideal descolonizado de libertad, así lo emprende el Consejo Nacional para el Desarrollo de las Comunidades Afrodescendientes de Venezuela (Conadecafro), a través del 2do Congreso Nacional del Pueblo Afrovenezolano -y primero Internacional-, que se realizará del 9 hasta el 12 de noviembre, por medio de asambleas territoriales en 15 estados del país. “Cuando comenzamos a descolonizarnos vamos entendiendo los procesos de cómo el colonizador nos fue etiquetando para desestructurarnos. La etiqueta de “negro” y “negra” te desprende de la personalidad”, así lo expresó Norma Romero, presidenta de esta entidad adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno. ¿Es una moda -como algunos lo creenreconocerse afrodescendiente?, fue una de las preguntas dirigidas a la entrevistada que, en el programa TVTodasadentro, conducido

Cuando comenzamos a descolonizarnos vamos entendiendo los procesos de cómo el colonizador nos fue etiquetando para desestructurarnos

por el poeta y periodista Iván Padilla Bravo, respondió claramente que no, ya que “la palabra afrodescendiente te conecta con una identidad étnica y cultural de nuestros antepasados (…). Nos conectamos con una herencia de batallas y luchas”. Romero mencionó nombres de personajes que estudiaron la afrovenezolanidad, más presentes que nunca en la historia y la actualidad. “El escritor Juan Pablo Sojo comenzó a

acuñar el término; Miguel Acosta Saignes inició el estudio de los esclavizados en Venezuela; el Dr. José Marcial Ramos Guédez sacó -de los archivos más recónditosla historia de nuestros antepasados”, detalló. Contó que Jesús “Chucho” García, intelectual y activista por los derechos de los afrodescendientes, fue uno de los que se esforzaron por unir y dar a conocer el mensaje de reivindicación, para articular la Red de Organizaciones Afrovenezolanas. Y esa misma lucha por la libertad siguió incluso “en 1999, donde intentamos meter la cuñita para la constituyente, e incluso formamos un articulado para la reforma, pero no pudimos lograrlo. Sin embargo, seguimos nuestro empeño porque formamos parte de la venezolanidad, que se montó sobre sus hombros la economía -aunque los amos la llevaran adelante-; quienes trabajaban –y actualmente siguen produciendo- los campos y las minas, es la población afrovenezolana”. Uno de los puntos más importantes es el sistema educativo, mencionó Romero, donde hay que erradicar el racismo y fomentar los valores de nuestros antepasados.

Recordó que en 2004 el Comandante Hugo Chávez se auto-reconoció como afrodescendiente, en el municipio Veroes del estado Yaracuy. “En una zona muy afro. Creo que a partir del golpe de Estado de 2002, Chávez comienza a dar una nueva mirada social y se da cuenta que la sociedad es racista, llegando hasta la exacerbación; caso Orlando Figuera”. -¿Ocurre lo mismo con nuestros pueblos indígenas? Son tan discriminados como los afrodescendientes… -Son discriminados por la sociedad mantuana que se cree todavía con el poder. Veamos lo que ocurre con Evo Morales -primer jefe indio de Bolivia-, cómo lo trata la oligarquía nacional. -Y cuestionan su legitimidad para que no sea el Presidente… -Por ser indígena, y la cultura que tiene. Los “dueños” creen poseer todavía estas tierras. No reconocen que hay una población que ha luchado y merece gobernar los destinos del país. A esas estructuras tenemos que desmontarlas e ir descolonizando, que nuestro pueblo también vaya comprendiendo esos valores que son parte de la venezolanidad.


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La propuesta era una instancia que pudiera articular con todo el Ejecutivo Nacional, para asesorar en materia de la afrovenezolanidad. En 2011 habíamos culminado nuestra participación en el Subcomité de Estadística de Población Afrodescendiente, que había sido instalado en 2007 (…). La gente se auto-reconoció en las variables incorporadas para el censo (…), pero fue la nueva terminología afrodescendiente que, con un 53,4 por ciento de la población, se identificaron. Esto nos dio fortaleza para seguir avanzando”.

Una mirada del afrodescendiente en la Filven Conadecafro tendrá participación en la decimoquinta Feria Internacional del Libro en Venezuela (Filven 2019), exponiendo libros de afrovenezolanos, como los de “Chucho” García y José Marcial Ramos Guédez, entre otros escritores de América Latina y el Caribe. -Autores que muy pocos conocen –comentó Norma Romero, para Todasadentro-, pero Romero reflexionó que en América Latina y el Caribe se están viviendo tiempos que le son propios, para alzar de nuevo las banderas que desplegó el Libertador Simón Bolívar, y que Chávez “rescató para colocarlo en la contemporaneidad”, dijo, aludiendo a las agresiones de gobiernos que todavía mantienen un pensamiento colonizado, pero que no pueden contra un pueblo en resistencia y conciente de su pasado originario. -Y es por eso que desde el 4 de octubre de 2019 -continuó-, tuvimos nuestra primera fase del Congreso. Estamos probando el funcionamiento de los formatos, la normativa y la plataforma. Aunque no tenemos los suficientes recursos para viajar hacia todas las comunidades, nos ideamos una forma para que participen. Se están haciendo asambleas territoriales de comunidades afrovenezolanas. Ahí se proponen ideas sobre los derechos de la población afrodescendiente, en 15 estados de Venezuela, por medio de siete mesas de trabajo en cada uno de estos. -Para el próximo van por los 24 estados… -Esperamos y aspiramos tener mayor fortaleza, con más tiempo de ir a cada una de estas comunidades (…). Hay que mostrar contenidos educativos y culturales, que se conozca que aquí hubo un rey africano, Miguel de Buría; y que Guillermo Ribas “El Cimarrón”, junto a la Cumbe de Ocoyta -resistencia contra el imperio español, que duró tres años (1768-1771), en Panaquire, estado Miranda- son referente de lucha y libertad. Stiven Rodríguez Volcán / Iván Padilla Bravo / Caracas Fotos: Cortesía Odalys Sequeda / RT / Alba Ciudad / Archvo

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HABITANDO EL TIEMPO

Conadecafro es instancia de articulación Norma Romero, presidenta de Conadecafro, relata cómo nació esta institución creada el 28 de marzo de 2012. “A las 5:00 de la tarde culminamos nuestra actividad para presentar la propuesta, en ese momento el presidente Chávez era candidato, pero no nos pudo acompañar. El profesor Aristóbulo Istúriz me pidió el documento porque el Presidente lo quería leer -pero ese día tenía que volver a Cuba para su tratamiento-. A las 6:00 de la tarde, estando yo en casa, mi hermana me llama y me felicita porque el Presidente me había nombrado presidenta de Conadecafro.

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que es necesario difundir para que todos retomemos la mirada hacia estos temas. El impacto que tendrá será positivo, de acuerdo a la experiencia anterior unas ocho mil personas pasaron por nuestro quiosco durante los días que estuvo la Filven. Pero la idea que también acompaña esta participación es que las editoriales reconozcan a nuestros escritores.

Norma Romero lidera un Consejo que siembra los valores afrodescendientesw

Tartufos de los derechos humanos Clodovaldo Hernández clodoher@yahoo.com

Quienes fingen defender derechos humanos, pero solo lo hacen según el sistema político del Gobierno acusado de violarlos, son tan culpables como los perpetradores de los delitos. En rigor, harían menos daño si se mantuvieran indiferentes al tema. Son culpables porque falsifican la lucha por los derechos humanos; lo son porque utilizan dicha lucha con fines políticos o corporativos; lo son porque confunden a gente ingenua; lo son porque reciben beneficios personales por cumplir ese vergonzoso papel. La historia reciente y en desarrollo de América Latina pone en evidencia a varios de estos émulos de Tartufo de Molière, aunque sin sus atributos humorísticos. Con mucho pesar hay que anotar en primer lugar a una mujer que fue víctima de esa clase de barbaridades, como es Michelle Bachelet. La alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha acumulado “méritos” para entrar en este grupo. Sus propias ejecutorias represivas como presidenta de Chile ya eran un terrible antecedente, pero ahora, en el ejercicio de este cargo se muestra extraordinariamente diligente para actuar contra países como Venezuela y ominosamente lenta y leguleyesca para tan siquiera opinar sobre las atrocidades que el mundo entero vio en la actuación represiva del Gobierno de su país, remembranzas inequívocas de la dictadura sanguinaria de Pinochet. Otro sujeto de nacionalidad chilena se suma a la lista: José Manuel Vivanco, de la supuesta ONG Human Right Watch (en realidad, un aparato financiado por Estados Unidos). Capaz de emitir una declaración de repudio hasta por una uña rota de un dirigente opositor venezolano, nicaragüense o boliviano, este farsante internacional ignoró los asesinatos, palizas, violaciones y torturas de los carabineros de su país. Cerremos la lista (solo por razones de espacio) con un ser que no necesita presentación en este campo de la ignominia porque ha roto ya todos los récords: Luis Almagro. Un Tartufo tan esforzado que hasta habría impresionado a Molière.


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literatura

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Experiencia en lenguaje desbordante

Lo difícil es forjar un universo propio Para Gabriel Jiménez Emán ser escritor es una disposición subjetiva

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Construyendo futuro

l sábado 28 de septiembre fueron anunciados los ganadores del Premio Nacional de Cultura 2016-2018. En la mención Literatura, el galardón recayó sobre Gabriel Jiménez Emán (narrador, poeta, ensayista, compilador y traductor). La contraportada del libro Balada del bohemio místico (publicado por Monte Ávila Latinoamericana 2010), que recoge buena parte de su obra poética, indica que este escritor “ocupa un lugar privilegiado en el actual panorama literario de nuestro país. Ello debido a que la riqueza expresiva de sus textos ha logrado acumular méritos y consolidar una voz poética propia, una profundidad lírica capaz de conmover al lector y extraerlo de su espacio-tiempo real”. La muerte de vivir: “Canto a mi locura, un latigazo que me azota a diario desde el nacimiento del sol... y ahora voy de bruces porque amo esta vida”, escribió.

Sorpresa y estímulo Desde Coro (estado Falcón) Jiménez Emán explica lo que sintió al saber la noticia de su distinción en la Mención Literatura: “Primero fue una sorpresa y luego un gran estímulo. Es un Premio que se da a una trayectoria y en verdad he estado entregado, desde muy joven, al universo de los libros, a esos mundos extraordinarios del saber, que son como si uno se trasladara a través de geografías, de épocas diferentes que siempre se traen al presente. Me pregunté ¿será qué puedo alcanzar algunos de esos mundos? Me puse a escribir y con el tiempo logré esos objetos mágicos, que se llaman libros. Estos (los mundos) me convirtieron en escritor. Casi no puedo creer que esté en la lista de los escritores más importantes de Venezuela, como Vicente Gerbasi, Adriano González León, Salvador Garmendia, Mario Briceño Iragorry y Mariano Picón Salas. Estoy muy emocionado con el reconocimiento que se me ha hecho desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura”.

-¿Tiene contabilizados el número de libros que ha escrito? -Entre poesías, cuentos, relatos, novelas y antologías deben ser unos 45.

los lectores de manera diferente. Cada quien tiene una interpretación y es el mismo texto. Incluso usted lee uno hoy y después de 20 años tiene otro significado.

-La pregunta tiene que ver con la cuestión del tiempo para realizarlos. Para un artista el día debería ser de 36 horas, mínimo, en vez de 24... -Uno con el tiempo se disciplina, porque la literatura es un arte muy solitario, tanto para quien escribe, bien sea con lápiz, pluma, bolígrafo o en la computadora, como para el que lee, que principalmente lo hace a solas, aunque en ocasiones puede ser compartida en voz alta, pero esto último es menos usual. Para leer se necesitan ciertas condiciones: silencio, tranquilidad. ¿Usted se imagina hacer eso mientras va caminando o cocinando?

-¿Para ser escritor hay que entrar en el mundo de lo místico, de lo divino, de lo bello? -Eso era lo que establecía la concepción clásica y, en su momento, tenía razón porque lo bello y sublime eleva al lector por encima de lo normal, entre comillas, o de lo pragmático, pero ahora todo viene de lo palpable, de lo que rodea a uno. Dedico mi obra al pueblo venezolano, pero no por demagogia populachera, sino porque de verdad he obtenido de este visiones maravillosas, provenientes del diálogo con la gente y que hacen que uno esté arriba de esa realidad y devuelva al pueblo, a través de mis textos, lo que me ha dado, pero de otra manera.

-¿Le ha pasado que, en relación con algunas de sus obras, usted tenga una interpretación y el que lee otra? -Eso es una de las cosas mágicas de los libros, que son polisémicos, se ramifican en

-¿Qué es para usted Coro, su lugar de residencia? -Una ciudad interesante, llena de


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Biografía Gabriel Elisio Jiménez Emán es un escritor venezolano destacado por su obra narrativa y poética, la cual ha sido traducida a varios idiomas y recogida en antologías latinoamericanas y europeas. Nació en Caracas, el 21 de junio de 1950, y es hijo primogénito de Narcisa Emán y Elisio Jiménez Sierra. Tras vivir la infancia en su ciudad natal, su familia se muda por corto período a Caraballeda y luego se asienta en la ciudad de San Felipe, donde transcurre su adolescencia. Constantemente es profesor invitado a los talleres literarios de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de los Andes, donde estudió varios años. También ha dictado conferencias en varias universidades de Europa y de Nuestramérica. Gabriel Jiménez Emán ha sido traductor de poesía de lengua inglesa y editor independiente. Igualmente ha dirigido la editorial Imaginaria, dedicada a lo inquietante y lo fantástico, así como a Fábula, revista cultural desde donde publica autores contemporáneos y clásicos de la literatura universal. Este escritor ha colaborado con varios diarios y revistas europeas, venezolanas y del resto de Nuestramérica, en los que ha escrito artículos de opinión y ensayos sobre cine, arte y literatura. Rodríguez Emán fue Jefe de Patrimonio e Investigación del Instituto de Cultura del estado Yaracuy y director general del Gabinete Cultural del Ministerio del Poder Popular Para la Cultura en esa entidad federal. También editor de Imagen, revista del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). Gabriel Jiménez Emán actualmente reside en Coro, estado Falcón. Venezuela. Cuentos: Los dientes de Raquel (1973). Saltos sobre la soga (1975). Los 1001 cuentos de una línea (1980). Relatos de otro mundo (1988). Tramas imaginarias (1990). Biografías grotescas (1997). La gran jaqueca y otros cuentos crueles (2002). El hombre de los pies perdidos (2005). La taberna de Vermeer y otras ficciones (2005). Novelas: La isla del otro (1979). Una fiesta memorable (1991). Mercurial (1994). Sueños y guerras del Mariscal (2001). Paisaje con ángel caído (2004). Averno (2006). Limbo (2017).

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Esa conducta social Pedro Estacio estacio_conac@yahoo.com

Gabriel Elisio Jiménez

Ensayos literarios: Diálogos con la página (1984). Provincias de la palabra (1995). Espectros del cine (1998). Una luz en el camino. Fundamentos de ética para jóvenes (2004). El espejo de tinta (2007). El contraescritor (2006). Poesías: Materias de sombra (1983). Narración del doble (1978). Baladas profanas (1993). Proso estos versos (1998). Historias de Nairama (2007). Balada del bohemio místico (2009). Investigaciones y antologías: Relatos venezolanos del siglo XX (Biblioteca Ayacucho Colección Clásica, 1989). El ensayo literario en Venezuela (1988). Mares. El mar como tema en la poesía venezolana (1990). Ficción mínima. Muestra del cuento breve en América (1996). Estudios sobre Víctor Valera Mora (1987), Luis Fernando Álvarez (1984), Vicente Huidobro (1994).

misterios, historias y cultura. En ella se conjugan diferentes paisajes: la playa, la montaña, la mar, la península, la ciudad, que es como una duna, como un desierto. A veces pareciera que estuviese viviendo como en cinco estados diferentes, cuando es uno solo. En esa complejidad radica el encanto de Falcón. -¿Cómo hay que ser para escribir? ¿Lúdico, humorístico o sobrio? -Para escribir siempre hay que estar algo ebrio, aunque no se esté borracho. Se necesita cierto toque de alucinación, para descolocarse de la realidad, para extraer de ella algo distinto que haga que el lector se asombre. -¿Ha tenido alguna influencia de los grandes autores? Debe ser difícil apartarse de lo que se ha leído e impactado... -Cuando se es muy joven uno trata de imitarlos, pero eso debe ser un mero ejercicio, nada más para encontrar un mundo nuevo. Lo más difícil no es escribir, es forjar un universo propio. ¿Cómo le ha ido en la dirección de publicaciones culturales? -Me ha dado muchas satisfacciones como editor y antologista de la literatura venezolana, sobre todo de cuentos y ensayos. Con la poesía no me atrevo, porque siempre va a estar incompleta. Varias casas editoriales me han pedido que les haga antologías de poesías y les he respondido ¡no!, por aquello de “caer en las lenguas de

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los poetas, ni loco”. Hice una en los 90 y tuve problemas a pesar de que era solo un tema: la mar. “Mira, aquí falta un poeta”. “Éste no lo es”. Con los poetas no me meto, ¡zape gato! -¿Se ha quedado sin alguno de sus libros? -Me he puesto de tonto a darlos todos y después cuando quiero venderlos, para comerme un bistec, no puedo. Antes uno los regalaba y posteriormente los volvía a comprar, pero ahora es difícil, sin embargo eso es una cosa mágica de los libros, que viajan en el espacio y después los ve en lugares insólitos, como en Caracas, debajo del puente de las Fuerzas Armadas. De paso si están allí y no los compras al otro día ya no están.

-Un mensaje para la nueva generación acerca de cómo ponerse a la misma altura de los grandes escritores. -Si se tiene vocación se descubre pronto. Los escritores son seres enfermizos que se alejan y se van entrenando leyendo y leyendo, mientras los demás están haciendo otras cosas. Es como un virus, que causa hasta inquietudes familiares: “¿Qué le pasará a ese muchacho que lee tanto, va a parar en loco, en vez de estar jugando metras o volando papagayos?”. Ser escritor es una disposición natural subjetiva, que te agarra un buen día y después no te suelta. Sergio Chapman Salcedo / Caracas Fotos: Cortesía Gabriel Jiménez Emán

No estamos viviendo la conducta social que esperamos ocurra en esta revolución bolivariana y socialista, porque todavía existe una apatía enterrada en el espíritu de muchos venezolanos y ello sucede porque hay, independientemente de que exista un amplísimo sector de los ciudadanos identificados con la revolución, ciertas carencias en el liderazgo de las comunidades. Ciertamente hay un dejar hacer y dejar pasar, ese Laissez faire et laissez passer, que frecuentemente escuchábamos del profesor Héctor Mujica en la UCV. Y eso lo vemos en las comunidades, mientras en televisión vemos otra. Hay un andar paralelo: La televisión muestra una cosa y la calle otra; el quehacer político enseña o medio enseña un asunto y los medios opositores (radio y televisión) indican otro, mientras el ambiente siempre es salpicado por la mentira de quienes tienen sus intereses. La conducta social sigue siendo mala. Los únicos dirigentes en las calles los veo por televisión, ocasión en que recuerdo lo que dice mi amiga y colega Alba Rengifo, quien dice que “Hace mucho rato, pero mucho rato, que los disfrazados vienen haciéndole mucho daño al proceso”. Y esa conducta social vacía la veo en mi comunidad, con sus aceras y calles destartaladas y basura por el piso, en donde la apatía se refugia en las casas, mientras pasan algunas personas que cambian azúcar por dos productos que reciba la persona en la bolsa del Clap y otros caminan hacia el Metro de Agua Salud porque carecen del transporte colectivo ideal y ni con el Metrobus cuentan; a veces con el agua y de vez en cuando se suelta un bajón en la electricidad. Las cosas de la vida son tan chimbas, en ocasiones, como dice un vecino, que comenta que, “hasta ahora no veo a ningún dirigente socialista por estas calles y los únicos que se mueven son quienes entregan las bolsas CLAP, pero dirigentes nada”. Otra vecina me dice que no haya qué hacer, porque no hay persona a quien manifestarle una queja. Y comenta que no conoce a los integrantes de los consejos comunales y lo único que ve, donde hay dirigentes que garrapatean la política es en las llamadas redes sociales y los grupos de guasá. “Es la irreal conducta social que conocemos”, dice con cierta tristeza.


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diál

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Homenajeado e

La palabra entreabier

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ún sigo preguntándome si es casualidad aquel resplandor que llegó a mí hace años, y que hoy, próximos a la decimoquinta Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2019), a todas y todos nos iluminará con la lectura especial de Luis Alberto Crespo. Ante la noticia de que el poeta, periodista, crítico literario y traductor, será el homenajeado, me acerqué -como Todasadentro- a su presencia, para preguntarle ¿Cuál es su impresión ante la merecida distinción? La respuesta fue reflexiva: “Me siento muy honrado de haber sido elegido. Hay muchos que lo merecen, pero es una decisión que respeto. Espero que mi presencia pueda tener un peso significativo a través de mi palabra”. Una palabra que, sin embargo, quedaría plasmada en una entrevista inocente, antes de que su poética fuese anunciada como el impulso vital de este nuevo Leer es Vida. Me fie de una grabadora, un cuaderno y lápiz, tratando de transformar en signo aquella desgarradura, aquel pasado vuelo que es la memoria, y que este inexperto y joven periodista, más que recurrir a las preguntas, puse en diálogo –con él en sí mismo- su palabra entreabierta.

Luis Alberto Crespo afirmó que la casa de la contemplación, los juegos, la imaginación -junto a sus padres, Antonio Crespo Meléndez y Margot Herrera Oropeza, y una herencia familiar inmaterial-. Esto le concedió una imagen que permanece en su memoria. Aludiendo al crítico francés Gastón Bachelard, Crespo cree que “siempre la casa de la infancia es un paraíso. El animal muerto, el esqueleto y el zamuro sobre la carroña, forma parte de la armonía de lo árido, la escasez…, no vi la relación del terror, todo lo contrario: fue muy placentero ir hacia un espacio que me daba posibilidades de fantasear”.

“Seguíamos la vida de mi padre” Las condiciones en que vivían eran modestas. La carencia era inadvertida por el espíritu de ese padre, periodista en el Diario de Carora –cuyo vínculo fundacional está relacionado con la parte materna de Crespo-, que leía a los escritores naturalistas. Como diría el poeta, la vida pasaba entre la melancolía y la dicha, pero fue cuando salió a “la calle: veía que todos mis primos tenían casas bellas, haciendas, buenos zapatos, habían viajado y venían de las fiestas; nosotros no. Seguíamos la vida de mi padre y mi mamá aceptaba porque lo amaba”. Durante su adolescencia sabe que hay “La casa de la infancia es un paraíso” algo diferente, ya no es el muchacho que Conversar con el autor de Costumbre juega con un “caballo de madera”. Los de sequía (1976) y Resolana (1980) es amigos que conoció siguen otro camino. una suerte de transportación vivencial e “Me salva mi papá. Nunca sin haberme imaginativa: al pasado revelador y los forzado a que leyese libros. Era como una enigmas del presente. Sentado, advertimos especie de actitud pasiva. Él vivió su vida la mirada profunda de un hombre que ha y yo lo veía vivir (…). Mis amigos de la recorrido Venezuela y parte del mundo. primera infancia estaban en el club y yo Crespo –quién nace el 13 de abril de no, porque vivía con mi papá, él, que no 1941, en una geografía y clima diferentes participaba en las fiestas”, afirmó Crespo. al del centro de Caracas-, desde la oficina Crespo Meléndez nunca le indicó qué de la Biblioteca Ayacucho, se aleja del libro leer. El joven asimilaba observando. escritorio de corte académico, prefiere la Aprendió de la cultura del silencio (la luz, la cercanía con el prójimo y, con esa lectura) y del oído (la música), mientras desenvoltura sensitiva y misteriosa, de su que sus amigos pasaban con automóviles voz brota el origen: hacia los clubs. “La Carora donde nací “Ya no los buscaba. Claro, es árida, desértica, la de me encontraba con ellos los cardones, tunas y circunstancialmente, cuyo ganado es la íbamos a ciertos cabra. De ahí tengo lugares, disfrutábamos ese recuerdo de la momentos, pero luego infancia y la primera cuando llegaba a mi adolescencia”, casa me buscaba mi dijo Crespo, papá. En una ocasión terminando con me apartó de todos ellos, un profundo aliento sin forzarme, porque era final que caracteriza sus extraordinario cómo iba confesiones. nutriéndome con las lecturas y Nunca sintió la necesidad de la música”, dijo, con la esencia de irse. Carora (estado Lara) era Luis Alberto Crespo ese pasado.

La escritura de Luis Alberto Crespo es una visita a la interioridad, al espíritu

“Dile a tu tío que a fulano de tal le quitaron las piernas” El tío de Crespo, José Herrera Oropeza, se lo lleva un día para dejar Carora e ir hacia Caracas a estudiar en el Liceo Independencia, y a los 14 años de edad ya es testigo de los movimientos en torno al comunismo y la rebeldía. “Una vez en el liceo la profesora de historia me dijo: -Dile a tu tío que a fulano de tal le quitaron las piernas. ¡Te dicen esa vaina y te asustas! No quise preguntar por qué. No me explicaban qué era lo que estaba pasando”, relató, describiendo los tiempos de Marcos Pérez Jiménez. Pero fue un día -que tras leer un libro y regresar a casa- le dicen que su tío había sido librado de una detención. “Pregunto qué pasó y alguien me dice: -¿Dónde vives tú, chico? ¡Aquí acaba de caer la dictadura! ¡Pero anda a manifestar,

ve para la calle! Vi a la gente protestar. Preferí seguir leyendo”, memoró riendo, pero criticando por qué a un joven de bachillerato no le hablaban de política. Al principio fue el dibujo -¿Cuándo comenzó a escribir? -Cuando dibujaba-, dice el poeta, nostálgico por esos primeros años, desde muy joven, siendo un liceísta que llegaba a la casa de su tío y se entregaba a dibujar paisajes de un pasado no muy lejano: árboles delgaditos como alambre, aridez y grietas en la tierra. En la casa de la infancia de Crespo existían varios ejemplares del Papel Literario -suplemento de El Nacionaly en ellos descubriría (además de otra pasión que desarrollaría más adelante) su dedicación por el dibujo. Veía las páginas de Rafael Pineda, los pintores del mundo, ni siquiera se interesaba más por la poesía


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en la 15ta Filven

rta de un cálido poeta

e la poesía es también una ética y me demostró que tenía habilidades. También fue quien me llevó a estudiar periodismo. González León andaba para arriba y para abajo, se apoderaba de ti”, explicó. Esa creencia que concebía el escritor, le permitió a Crespo sentirse seguro, estimulado en su camino de poeta. “Se interesó en lo que yo hacía, tanto así que un día le mostré mis escritos, recuerdos de infancia. Incluso le puso el nombre”, y fue Si el verano es dilatado (1968), título proveniente de una frase de Oviedo y Baños. Participó en la Bienal José Rafael Pocaterra (1966), con un jurado conformado por Guillermo Sucre, Juan Sánchez Peláez y Ramón Palomares. “Lo llevo y de pronto mi libro es reconocido (Mención especial), al lado de Rafael Cadenas y Francisco Pérez Perdomo… Imagínate”. El camino estaba hecho, Crespo ya había dado su primer paso como poeta.

como por la pintura. “…Cesar Rengifo y Héctor Poleo, por el surrealismo, los paisajes áridos, los suelos rotos, los árboles desnudos. Me los aprendí de memoria y comencé a imitar, ¡igualito! Yo hice un dibujo que era una parodia de Los tres comisarios, pero sentados en el suelo”, memoró. Mientras realizamos la entrevista, el poeta trazó con bolígrafo unas rayas delgadas y arremolinadas sobre un pedacito de papel. “Yo quería ser pintor, no tenía otra pasión. Me quedó esa frustración, digo yo, pero lo cambié por algo que también me colma. Siempre dibujo. Cuando estuve en París todos los amigos de la delegación recibieron una pintura mía”, confesó Crespo, sonriendo. “Piensa en poesía, el placer de escribir” “Conozco a Adriano González León en la UCV, él fue quien me motivó a publicar,

“Amo donde estoy” Su oficio de promotor y crítico cultural se consolida cuando en 1974 dirige el Papel Literario de El Nacional. En 1980 funda y dirige el suplemento Feriado del mismo periódico. A finales de la misma década es director de información cultural de la agencia de noticias Venpres y posteriormente crea el suplemento cultural Letra G del díario El Globo. En 1990 forma parte del proyecto Venezuela Tierra Mágica de Pdvsa y Corpoven. Dos años después dirige la revista Imagen. En 2001 es elegido presidente de la Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello y, tras 12 años de trayectoria, es nombrado Embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Actualmente -Desde 2018preside la Biblioteca Ayacucho. Autor de una extensa obra poética, su ímpetu por la escritura ha sido reconocido, siéndole otorgado en 2010 el Premio Nacional de Literatura. Además de otros premios de poesía, es también Premio Nacional de Periodismo Cultural (1994). Este recorrido puede tomarse como alimento para la vanagloria, pero Crespo lo rechaza y prefiere una vida que le permita ser tal como es. -¿Cómo le gustaría estar en este momento? -La parte material no es determinante. Yo amo donde estoy. Necesito ver los paisajes de mi región. También necesito algo de Venecia y París, que tiene algo tan íntimo: es la manera de estar solo y, a la vez, placenteramente con los demás.

-Usted nunca ha dejado de escribir, su extensa obra lo refleja... -Sí, y la poesía me ha ayudado mucho, es la conjunción de los sentidos, siempre recrea: ya sea belleza, terror o misterio. Es una conducta. -¿Cómo es su proceso creativo? -Necesito un título para escribir. Con él tengo seguridad de lo que voy a decir. Es una visita a la memoria, de la manera más caprichosa posible: durmiendo (no mucho) y despierto. Muchas veces leyendo a los poetas que amo. Hice lo mismo con Aquello puro (2019) –reveló Crespo- que será mi próximo libro. Cuando se lee ves que no es tan puro. Parece una contradicción, pero no lo es; aquello que fue puro te impide escribir sobre ello, porque ya no está. No es desconocida la admiración del poeta por René Char, Eugène Guillevic, Paul Celan y la narrativa de Marcel Proust, Fiódor Dostoyevski, Victor Hugo, Joseph Conrad, entre otros, por eso nos atrevimos a preguntar algo diferente: ¿Cuál personaje de la literatura le gustaría ser? Se sorprende y ríe. Piensa qué decir. -Voy a esforzarme en responderte, porque me gusta mucho leer. En cierta forma creo que Cantaclaro, en un momento del libro. Cuando el Catire atraviesa la llanura a mediodía en su caballo zaino. Hay soledad en el verano y él anda caminando. “Pasa un gavilán o una tortolita –cuenta, reviviendo la historia de Rómulo Gallegos-, no puedo recordarlo. Comienza a oír voces de gentes que ya no están, posiblemente de alguna batalla de independencia. Todo se convierte en algo fantasmagórico”. Finalmente, al atar su caballo (imperdonable para los llaneros, según Crespo, pero explica que la intención de Gallegos era terminar con un verso) a un árbol seco y sin hojas. Desciende del caballo, se olvida de él… “Hasta hoy me cargaste en vida, desde hoy me cargarás en muerte”. -¿Qué espera de sus lectores? -La comunicación, el encuentro. Siempre me gusta escribir para alguien; un amigo o amiga, y para mí también. -¿Díganos uno de sus mayores deseos? -¡Caminar por toda Venezuela! Pero esto es una responsabilidad que asumo, lo que queremos para el país. Ese ideal del socialismo que Chávez quiso y que sigue Maduro, pero no le dejan realizar. -En 2012 usted declaró que Chávez fue un gran poeta… -Sí. El problema es que hay un equívoco

en el concepto de poeta. Todo aquel que tiene como objetivo la justicia y el entendimiento con el otro ostenta una relación con la poesía, porque ella es una ética antes que una escritura. -¿Cuál es la definición errónea que hacen de usted? -Yo creo que es incorrecto pensar que mi poesía oculta una relación con el vacío. Un miedo al vacío que tengo que llenar. Lo que busco es la interioridad, el espíritu. -¿Es religioso? -Me empeño en el espíritu. Voy a la misa porque sé que existió un hombre que murió, un hijo, un alma completa que fue pobre y perdonó. -¿Cuál es su estado de ánimo más común? -La nostalgia. -¿Qué tipo de sentimientos desprecia? -El rencor, el odio. Pero el rencor es terrible porque no perdona. -¿A qué le teme? -Al olvido. La visita del olvido… le temo, me acosa y persigue. Es peligroso: es la nada. -¿Qué es lo que más ama? -He sido alguien que ha pasado por el amor y optado por quedarme en él. Quisiera permanecer, en este momento, con el amor de mi amada y el de mis hijos. -¿En qué le gustaría renacer? -Una tortolita. -¿Por qué la tortolita? -Yo fui malo con ella. Es un problema de culpa. Al mismo tiempo, porque se oculta en los matorrales. Su mejor queja es a mediodía, tiene mucho que ver con ese momento intenso del día, donde ella clama; se parece mucho al espíritu. Pero la de aquí, porque las africanas son grandes. Me gusta la pequeñita, la que tiene una especie de plumaje como de polvo. Tras varias horas, nos acercábamos al final de nuestro diálogo, pero sé que hubo algo más, ya no se trataba de preguntas y repuestas. Miré el reloj (12:00 del mediodía), Crespo me miraba con cuidado, sentí el alma que salía por la herida: “Nunca se acabará en nosotros la tierra seca”, dijo, y no fue la despedida. Stiven Rodríguez Volcán / Caracas Fotos: Félix Gerardi / S. R. V. Ilustraciones: Edeylys De Vita


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Chávez: “confía en mí” Luis Alberto Crespo recibe una llamada de José León Tapia, autor del célebre Maisanta, el último hombre a caballo. “Era para conocer al capitán Chávez, el bisnieto del Maisanta. Estaba metido en el mundo del llano y nos fuimos para allá”, la ciudad del Municipio Rómulo Gallegos del estado Apure. Era un 19 de marzo, fecha que se celebra anualmente la Fiesta de Elorza. Se enteran de que había partido hacia la plaza en un jeep, descubren que el “flaco” resalta, le quiere el pueblo. Al acercarse “nos saluda; entonces vi que tenía los ojos de su bisabuelo… Me impresionó porque empezó a decir el corrido de Maisanta sin leerlo”. “Quedé asombrado. Habló de la unión del pueblo y los militares…, buscar a Simón Bolívar. Y le digo a Tapia que ese hombre va a hacer algo por este país”, aseguró. Tras la rebelión militar del 4 de febrero, Crespo se entera: “a ese flaco lo conozco”, un militar que no terminaría con un “Por ahora”. “¡Hubo un libro, un personaje! Es una cosa que va más allá de la ideología, es el

encuentro con una historia”. Pero Elorza no sería el final. Un día le dicen al poeta que hay una reunión dedicada a la cultura, con grandes personalidades, entre ellos, el bisnieto de Maisanta, ahora Presidente de la República Bolivariana de Venezuela “Yo no había estado con Presidente alguno (…). Me tienen en un estado de estrés porque me indican que diga el discurso. Ahí estaban: Luis Miquilena, Jesús Soto, Alirio Díaz, Miguel Enrique Otero… Ese hombre (Chávez) había llegado de ganar las elecciones y triunfado sobre la oposición. Él había roto el esquema de lo que es ser Presidente”, reflexionó. El acto se realizó en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, y Crespo no se imaginaba cómo reposaba en sus manos ese compromiso. “Yo no soy un hombre formado sobre la ideología, lo mío es la emoción. No sé cómo hice para leerlo, tuve que haber bebido algo para hablar en público y con tanta gente. Cuando termino aplauden y el Presidente me abraza y dice: -Confía en mí, carajito”, recuerda el poeta, con la emoción del momento.

Volando con Sahara En Luis Alberto Crespo alberga una fuerza de caballo que persigue el horizonte. A través de su basta y fructífera obra es notable la presencia de este animal que no es necesario nombrarlo para sentir su alma. “La búsqueda de una narrativa para describir los caballos, creo que me sirvió para soltarme un poco más con relación a la poesía que yo venía escribiendo, porque era más bien contenida, silenciosa y breve. La idea de lo remoto, del caballo que te lleva al horizonte… Y el adiós… Lo que me pasó en Carora; el sentido de la distancia y la lejanía”, explicó. Desde pequeño, cuando montaba un caballo de palo, tuvo afición por ellos. Veía hombres a caballo, conoció un amigo de bachillerato cuyo papá era cuidador en una caballeriza de Pérez Jiménez… Estaba prácticamente predestinado. Años después, tras haber estado en París, se dirige hacia Calabozo, una ciudad del estado Guárico. Allí adquiere su primer caballo. “Comienza mi relación con el Llano y el caballo. Me meto a llanero”. Sin embargo, el sueño de Crespo era tener un caballo árabe. Fue entonces cuando un primo del poeta consigue una finca. A sabiendas de este sueño, el primo le muestra un anuncio de periódico que decía: “Vendo potro árabe. Precio a convenir”. Van a Las Tejerías, estado Aragua. “Vamos a ver el dueño del potro, un italiano. Entonces me dice que el padre del potro fue campeón en Estados Unidos, y su madre campeona en Canadá. Yo pensé: ‘Debe costar millones, es un príncipe. No le quiero hablar de cuánto cuesta’. Él se da cuenta que conozco de caballos”. El hombre se familiariza con Crespo, habla con una pasión que le emociona. El poeta da “vueltas” en el tema, hasta que el dueño le pregunta si tiene una finca, a lo que el primo contesta afirmativamente, pero el hombre se dirige a Crespo y le vuelve a inquirir.

“Le respondo: -Soy escritor, poeta. Soy Luis Alberto Crespo. -¿Usted es Luis Alberto Crespo? Ya vengo. Y se trae unos libros. -Mire, yo no he hecho otra cosa que leerlo a usted. Quiero que me los firme. -¡Con mucho gusto! -Una cosa. Le voy a regalar ese caballo. Me llenó de una emoción, y no es la que palpita, sino la del frio que sube por las piernas”, expresó, muy maravillado. El italiano se preocupaba por el cuidado del caballo árabe. Crespo dijo que no se preocupara, “‘tenemos un box especial…’. Era mentira. Y en la mañana nos fuimos”. “Con el tiempo hicimos un box y un corral para que diera vueltas. No pasaba día en que yo no lo viera, le tomábamos fotografías”. Y lo nombró Sahara. Tiempo después le dicen que el caballo “vale un realero”, que es un peligro tenerlo porque lo pueden robar. “Yo no sabía que costaba tanto entonces. Viene un amigo de mi primo que es empresario y me dice: -Cincuenta millones de dólares te dan por él, y tengo quien te lo compre. -Yo no vendo un hijo. -¿Cómo dice? Tú estás loco… -Sí, pero no vendo un hijo. Además, es una pasión muy vieja. Quiero tener el caballo. -Los poetas son bien pendejos… Afortunadamente soy empresario. Lo disfruté por diez años. Se murió cuando me fui. Él se dio cuenta. Se le quebraron las alas, como dicen los árabes”, memoró, nostálgico. Esa manera de jugar con el caballo en la infancia se prolongaría hasta su adultez, con un ejemplar tan especial como lo fue Sahara. “Yo no necesitaba una cuerda para llevarlo, era una cuerda invisible. (…)Ya no he vuelto a tener más caballos, fue una culminación en mi vida”.


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VENEZUELA RÍTMICA

Periodismo: búsqueda del humano y su espacio común Luis Alberto Crespo no solamente es maestro en la poesía, lo es en el periodismo. La experiencia en El Nacional de Miguel Otero Silva y otros medios, ha hecho de su profesión algo que va más allá del oficio: la pasión por conseguir y dar con el conocimiento universal que comprende a los grandes artistas hasta los cultores del pueblo, siempre en relación con el espacio. Además de haber impartido talleres sobre esta materia, es creador de libros ejemplares del quehacer periodístico en sus diferentes géneros (reportaje, crónica, entrevista, crítica, entre otros). Títulos como Al filo de la palabra, El país ausente, Lectura común y Las hojas de las palabras, conforman gran parte de su conocimiento

en la acción periodística. -En el caso del periodismo es la actualidad -nos explicó Crespo-, la información, trasmitir. Estar en la realidad e ir en busca de ella, entrevistando o refiriéndome a un hecho cultural y humano, algo que tenga que ver con el hombre y el espacio; creo que el espacio en sí mismo me hace buscar un lenguaje periodístico, en cuanto hay que limpiar mucho la prosa, para que sea lo más limpio posible y este sea visible. Soy lector de Ernest Hemingway, que fue uno de los mejores escritores que utilizaron un lenguaje periodístico en la literatura, y de Gabriel García Márquez, por supuesto. Borgianamente hablando, limpiar el idioma hasta llegar a la sustancia misma. Esa es

una ambición, un reto que es difícil llevar acabo. Federico Álvarez, maestro del lenguaje periodístico, injustamente olvidado, fue uno de los hombres que insistió tanto en la perfección del idioma, en la relación de cómo decir una cosa. Escribió poco pero todo fue impecable. Para mí, él es un ejemplo del periodismo como estilo literario. Yo amo el reportaje. ¿Qué es un reportaje? Una atmósfera; estás contando una noticia con contenido narrativo (…). Siempre queda el instinto de escribir, informando pero relatando una historia que hace referencia al personaje, la imaginación del espacio. (…) El periodismo es lo que hay dentro, lo humano y su espacio.

El gran comienzo Es la tortolita desesperándome Me escucho y huyo Disparo Y veo el camino inmóvil Con todas sus hojas rojas Me toco el fondo en las tunas Me siento el suelo oyéndola Oigo el adentro En vez del corazón Ese gemido Como si lo triste fuera una fiesta Tomado de Entreabierto (1984)

La casa que tengo que hacer para ir a tocar la puerta, para ir a decir que ya llegué, que ya vine La casa que tengo que inventar cuando regrese, todos los días, tiene las manchas del gavilán de allá y los vuelos de zamuro que llevan mi nombre por el cielo duro del techo Tomado de Rayas de lagartija (1974)

¡Escucha tú mi canción para seguir adelante! Richard Bello richardb13@gmail.com

No tengo otra profesión sino cantar el joropo / mi Dios Todopoderoso me legó esta facultad / y con toda la humildad puedo decir que te quiero / si me lo pides me quedo pa’ donde voy a buscar. Bienvenidos mis rítmicos lectores a esta edición que da inicio a las celebraciones del mes de noviembre 2019 en nuestra única y amada patria Venezuela. El 3 de noviembre se llevan a cabo las festividades al santo patrón San Martín de Porres en varias poblaciones venezolanas y me permito hacer referencia a Los Paleros de San Martín quienes realizan una danza muy particular y vistosa para rendir homenaje a su santo patrón en la Parroquia El Recreo, municipio San Fernando del estado Apure. Con mucho orgullo recordamos que el 6 de noviembre de 1905 nació el extraordinario violinista, compositor, director de orquesta y promotor cultural Pedro Antonio Ríos Reyna en San Juan de Colón, estado Táchira; quien además fue fundador de la Orquesta Sinfónica Venezuela en 1930 y como digno homenaje para este ilustre músico la sala principal del Teatro Teresa Carreño lleva su nombre. Y la emoción continúa ya que el 8 de noviembre celebramos el Día del Gaitero; hay que recordar mis rítmicos lectores que este día fue decretado como homenaje póstumo a la memoria del merecidamente llamado “El Monumental de la Gaita”, Ricardo Aguirre González, autor de numerosas gaitas pero sin duda que La Grey Zuliana es aún todo un ícono de este género musical. Iniciamos esta edición con estrofas de la canción A Guanare y Papelón, letra y música de Alejandro Rondón (02/01/1970 Pariaguán, estado Anzoátegui), en ocasión de celebrarse 428 años de la fundación de la ciudad de Guanare, capital del estado Portuguesa; disfrutemos de estos bellos versos: No me vayas a olvidar de corazón te lo pido / yo quiero que seas testigo de cada canción que cante, / para mí es muy importante que me des tu aprobación / escucha tú mi canción para seguir adelante.


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Más de medio siglo dedicado al arte

Soy fundamentalmente artesano

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El actor y artista plástico recibió del IPC el certificado como Portador Patrimonial

ntrevistar a Asdrúbal Meléndez es hacer un viaje en el tiempo, para recorrer en breves instantes los 70 años que ha dedicado a las artes plásticas y la artesanía, así como los 60 que lleva en la actuación tanto en teatro como en el cine. La conversación se llevó a cabo en su casa, lugar donde elabora sus cuadros y esculturas. Su más reciente creación es una pieza que elaboró a pedido de Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Cultura, para la entrega de los Premios Nacionales de Cultura. La vivienda es un museo en el que expone parte de sus obras, entre las que se incluyen muebles que aprendió a elaborar cuando era adolescente y estudiaba en la Escuela Artesanal de Barquisimeto, estado Lara. Nos recibe en un pequeño patio de su vivienda. “Aquí trabajo. Esa escultura que ves allí es mi mamá”, nos dice señalando un busto blanco que fue elaborado con la técnica de original a molde perdido. “Soy fundamentalmente artesano”, comenta mientras nos hace un pequeño recorrido por la planta baja de la casa para mostrar parte de su creación artística. “Tengo tres días conversando contigo sin que tú estuvieras presente, para saber qué te iba a contar en la entrevista”, nos dice

Portador Cultural El pasado 23 de octubre el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) hizo entrega de certificados de Portadores Patrimoniales a varios músicos y cultores del país, en reconocimiento a su labor en defensa de la identidad cultural venezolana. Entre los galardonados estaban Liliane Blaser, la agrupación Los Antaños del Estadium y Asdrúbal Meléndez, quien ha dedicado la mayor parte de su vida a las artes plásticas, al cine y al teatro. -¿Cómo se siente por haber recibido este reconocimiento? -Estoy muy contento, no solo por mí, sino por todos los que lo recibieron, que son personas muy sensibles, muy venezolanas. Recibir este reconocimiento me alegra mucho. Amo este país, soy maestro de escuela, todas las cosas que he hecho en mi vida han sido bajo el parámetro de la educación, es decir, la modificación de la conducta de la gente y la adquisición del conocimiento como el mejor camino hacia la libertad para crear.

-¿La cultura contribuye a esa adquisición del conocimiento? -No, nosotros hacemos la cultura y si la hacemos quiere decir que tenemos esas virtudes, tenemos capacidad para crear. La sociedad la hago yo con el ejemplo. Te estoy hablando como maestro de escuela. Me siento aludido cuando un venezolano se porta mal, yo soy responsable de esa conducta. Es verdad, no he tenido un aula de clase con 36 millones de personas, pero he dado clases. La solución a todos los problemas sociales está en la escuela primaria, en la formación del ser humano desde que nace, entendiendo que la pubertad y la adolescencia son los dos momentos más hermosos y preciosos donde tú puedes modelar su conducta. La cultura y lo que nosotros somos culturalmente se hace con una actitud amorosa, sentimental y espiritual.

-En estos momentos se desarrolla una guerra contra nuestros símbolos, especialmente contra Simón Bolívar. ¿De qué manera ustedes como portadores culturales pueden contribuir a la defensa de nuestra identidad? -Hay una definición de Aristóteles que dice que la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de la forma, no copiar su apariencia. Creo que la esencia de un ser humano, de un pintor, un escultor, es la espiritualidad, el amor, la verdad. Cuando un artista se manifiesta, intrínsecamente la obra debe llevar ese aroma. Los artistas podemos ser inductores de conciencia sobre la verdad del ser humano.

confirmando lo que ya intuíamos desde que el director del semanario Todasadentro, Iván Padilla Bravo, nos había encomendado la pauta: no sería un encuentro cualquiera. Ante el relato de su vida, las preguntas que se habían preformulado quedaron en el olvido. El tiempo pasó sin que nos diéramos cuenta. A pesar de sus más de 80 años de vida, Meléndez tiene la energía de un joven veinteañero que está cargado de proyectos y sueños para el futuro. Habla varios idiomas: italiano, del que señala sentir un gusto muy especial, Checo, que aprendió en los años en los que vivió en Checoslovaquia gracias a una beca que obtuvo para estudiar escultura en la Academia de Bellas Artes de Praga, además de francés e inglés. Para él no se puede hablar de cultura sin hacer mención a la mujer. “No puedes hacerlo, no puedes hablar de la educación sin la mujer, no hay ser humano sobre la corteza terrestre que no sea propiedad de la mujer. Las culturas, su origen, su trascendencia, se debe a la mujer”. A pesar de haber vivido en varios países de Europa y América del Sur, se siente orgulloso de decir que es nativo de “Ojo de Agua, un caserío de cuatro casas ubicado en Falcón y que no figura en el mapa. Soy hijo de Patricia Lugo de Meléndez, que vivió 104 años, y de mi abuela que la comparo con Hipatia, filósofa y matemática que fue asesinada por los cristianos”. Asdrúbal Meléndez ha participado en múltiples obras de teatro y en más de 60 películas entre ellas: Oriana, Manuela Sáenz, Amaneció de golpe, La clase, Una mirada al mar, Zamora: Tierra y hombres libres, El Caracazo, Cóctel de camarones, en el día de la secretaria, Se llamaba SN, Sagrado y Obsceno.

Rosa Ángela Latorraca / Caracas Fotos: R. A. L.


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EL INQUIETO ANACOBERO

En primera persona “Estudié en la Escuela de Artes Plásticas de Barquisimeto. Tenía 11 o 12 años de edad. Estudié dibujo, fui el único alumno al que le organizaron una exposición. Estando un poco más grandecito, le dije a mi papá ‘quiero hacer esas cosas blancas’ y me inscribió en la Escuela Artesanal para que aprendiera a hacer cerámica y aprendí, hice unos perritos y unas gacelas. ¿Sabes quién era mi profesor? Argimiro Gabaldón. Las Escuelas Artesanales eran bellísimas, necesarias y útiles en este país, porque aprendías electricidad, mecánica y ajustes. Te ponían a hacer piezas a mano. Recuerdo que el ejercicio era hacer un dado de hierro y con una mecha se le hacían los huequitos de los números, era realmente algo de una gran meticulosidad y de talento. Aprendí también latonería, torno, talla, a hacer muebles de estilo Barroco, Rococó. Yo tendría como 13 o 14 años. Aprendí carpintería y ebanistería. En esa Escuela pasabas un año rotando por todos los talleres, tres meses aquí, tres meses allá. Lo más bello que aprendí fue a tornear. Le mandaba dos y tres cartas semanales a mi madre. Por ser artesano me dieron una beca para estudiar para maestro en Rubio, estado Táchira, en la Escuela Normal

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Experimental. Cuando me gradué fueron de la compañía Shell de Venezuela a escoger a los mejores maestros y nos llevaron a Bachaqueros para trabajar en el colegio Rafael Urdaneta. Allí fundé, junto al padre de la iglesia, el liceo Juan Vicente González. En el campo petrolero había un club que se llamaba El Progreso y me la pasaba allí los fines de semana bailando merengue y declamando, por eso me encargaron el teatro de la Escuela. No sabía que era el teatro. Montaba allí los bailes folclóricos Los Chimichimitos, El Pájaro Guarandol, eso fue en 1956, tenía 18 recién cumplidos. Allá duré dos años porque no aguantaba el calor. En el 58 me vine a Caracas y comencé a dar clases en la Gran Colombia y después en la Academia Emil Friedman, que quedaba en La Castellana y allí di tercer grado. Mis hermanas, que eran gemelas, estudiaban diplomacia y literatura y un día me llevan a la UCV (Universidad Central de Venezuela) al teatro universitario. Llegué y estaban ensayando una obra: El largo viaje de regreso. Me senté y, como hubo un actor que no llegó, una profesora me dice ‘jovencito usted pudiera leer el libreto del actor que no vino’ y acepté,

leí el libreto, terminó el ensayo y me fui. Al día siguiente volví porque mi hermana quería que conociera a Nicolás Curiel, a Teodoro Petkoff, a Gustavo Machado. El actor tampoco fue ese día y volví a leer el libreto. A Nicolás Curiel le llegó la noticia que un muchacho campuruso del interior tenía talento para la actuación, me buscó y me dio un papel para la obra Pozo negro, en la que me amarraron en la cabeza una gaza blanca que pintaban de rojo como si estuviera herido”. -Por eso es que usted dice que es actor por accidente -Sí, yo no sabía lo que era el teatro, no sabía cuál era su concepción. Es una de las disciplinas más admirables y más completas que conozco. El dramaturgo es como un Dios, inventa el destino de los personajes porque estos ya existen, los buenos, los malos, los inteligentes, los brutos. Mi segundo papel fue en la obra El sombrero de paja de Italia de (Eugène) Labiche y (Marc) Michel. Después vino lo más importante, montamos Romeo y Julieta y me dieron el papel de Mercucio, el mejor papel, el que todos los actores quieren hacer. A partir de allí empecé a estudiar teatro y dejé la profesión de maestro. Además de ser actor, hacia la escenografía, la tramoya. Todavía recuerdo el parlamento de Mercucio: “Silencio Mercucio que estás hablando de nada. Hablo de sueños que son los vástagos de una mente ociosa, engendrados únicamente por la vana fantasía, tan insustancial como el aire…”. Ese papel me marcó. Eso que ves allí (y señala hacia una mesa) es el monólogo que quiero montar para los alumnos de la Unearte sobre mis 60 años como actor. Allí está toda la memoria de mis personajes.

Llega el “Aura” a Argentina Kelvin Malavé @kelvinmalave

El sur del continente en los últimos días pareciera no solo dar noticias en lo político, donde los cambios son inevitables, también lo musical muestran vueltas interesantes, con caras conocidas, renovadas por los sonidos de la patria grande. El nuevo trabajo discográfico de Bajofondo, Aura, nace justo con todos esos cambios. Este, su cuarto disco rompe las fronteras rioplatenses para “...zambullirnos en Latinoamérica”, relata su lider Gustavo Santaolalla. Bajofondo está integrado por Santaolalla en composición, guitarra y voz, Juan Campodónico en guitarra y programación, Martín Ferrés en bandoneón, Luciano Supervielle en piano, teclados y sintetizadores, Javier Casalla en violín, Gabriel Casacuberta en contrabajo y bajo eléctrico, Verónica Loza en Vj y Adrián Sosa en batería. Nacen en 2002 como un laboratorio de experimentación entre Santaolalla y Campodónico. Este trabajo llevó tres años de grabación, arreglos y masterización, donde logran trece canciones que evidencian el espíritu ecléctico del grupo, se denota que en este disco que la premisa de reencontrarse para tocar y componer fue su gestación: “La esencia de Aura fue una reunión en el estudio, tres años atrás, para que improvisemos sobre una serie de composiciones, apenas esbozadas”, recalca Santaolalla a los medios argentinos en la rueda de prensa de lanzamiento. El ritmo, las atmósferas y la psicodelia tienen un papel protagónico. Uno de los aspectos más llamativos de este tiempo de la banda es la fuerte presencia de la instrumentación, en contraste con la programación de sonidos usados en los discos anteriores, es un trabajo más grupal. Queda ya lejos aquel Tango club de su debut, que los caracterizaba por secuencias y beats al ritmo del tango electrónico. En temas como Clueca la cueca el grupo propone a modo de apertura, un clima que va hacia los andes sureños, el folclore asoma su cara, a diferencia de Caminé donde el espíritu psicodélico que animó Aura queda más en evidencia, o en A tiempo donde se introducen al mundo del rock. Las vueltas musicales, traen nuevos sonidos y con esto, cambios que vamos a ir sintiendo a pasar los días.


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A mediados de noviembre

Siete galardonados en defensa de la memoria Se vislumbran propuestas de altísima calidad y pertinencia social

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El reconocimiento hace énfasis en el aporte que se realiza a favor de la historia insurgente

or tercer año consecutivo el Premio Nacional de Historia, otorgado por el Centro Nacional de Estudios Históricos (CNEH), reconoce la trayectoria, legado y obra de hombres y mujeres que han investigado, difundido y enseñado la historia desde una mirada descolonizadora y emancipadora. La edición 2019, que ha tenido gran acogida, tiene como felices ganadores a Iraida Graciela Vargas, Pedro Cunill Grau, Luis Britto García, Carlos Viso Carpintero, Germán Fleitas Núñez, Alí López Bohorques y Emilio Arévalo Braash, quienes se alzan con tan importante distinción. Cabe destacar, que el jurado calificador estuvo integrado por los profesores Omar Galindez, Nelly Guillarte y Néstor Rivero.

Por una historia distinta Alexander Torres Iriarte, presidente del CNEH, indicó que el pasado 17 de octubre, la institución cumplió 12 años de creada. Al respecto expresó: “estamos contentos porque al hacer una mirada retrospectiva, un balance, el saldo es positivo, sobre todo en aras de la democratización de la memoria del pueblo venezolano y en la

Incentivo Como en años anteriores el aliciente, al Premio Nacional de Historia, constará de un diploma, una medalla y una asignación en moneda nacional. En esta oportunidad, la entrega del galardón se realizará durante la celebración del 15to Congreso Nacional de Historia Regional y Local y 2do Congreso Internacional de Historia a realizarse en Barquisimeto estado Lara, del 19 al 21 de noviembre.

búsqueda de un quehacer historiográfico verdaderamente insurgente, de ruptura, contra corriente con la historiografía tradicional y burguesa”. En cuanto al Premio Nacional de Historia, recordó que se originó hace tres años con la finalidad de visibilizar a historiadores, defensores de la memoria y la identidad, educadores y promotores de una historia distinta. “Este es un Premio a la trayectoria. La persona debe tener más de 30 años de trabajo en el campo de la investigación, la docencia y la difusión de la historia. Es decir, el galardón pone el acento en el aporte que se hace a favor de la historia colectiva, de la historia de los de abajo, de la historia emancipadora”. Torres Iriarte, señaló que este año hay siete felices ganadores y aclaró que el Premio es inclusivo, porque “no está centrado únicamente en Caracas”. Mencionó que hay un ganador en el estado

Mérida, “se trata de Alí López Bohorques, un hombre que ha estudiado las estructuras e instituciones coloniales en Venezuela, sobre todo del siglo XVIII. También está la profesora Iraida Graciela Vargas, una estudiosa de la arqueología indígena. De igual manera, tenemos el caso de Germán Fleitas Núñez, quien es cronista y tiene una trayectoria muy meritoria de divulgación en el estudio, por ejemplo, del Liquiliqui”. Enfatizó que el Premio visibiliza propuestas historiográficas y educativas de altísima calidad y pertinencia social, pero además reconoce el género, la diversidad social, las procedencias geográficas, las líneas investigativas y hasta las visiones políticas”. Un veredicto equilibrado El antropólogo, historiador, escritor e investigador Mario Sanoja Obediente calificó el veredicto, del Premio Nacional


premio

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Premiados Luego de que el presidente Nicolás Maduro formulara el Decreto N° 2.979, publicado en la Gaceta Oficial N° 41.187, del 6 de julio de 2017, para la creación del Premio Nacional de Historia, 19 intelectuales han sido, hasta la presente fecha, merecedores de dicho reconocimiento, quedando esta cifra reflejada de la siguiente manera: Primera edición (2017): América Bracho, Omar Hurtado, Arístides Medina Rubio, Ramón Tovar, José Marcial Ramos Guédez y Jacinto Pérez Arcay.

sábado 2 de noviembre de 2019

De Angostura a Colombia El Centro Nacional de Estudios Históricos cerrará su ciclo de actividades con la realización del 15to Congreso Nacional de Historia Regional y Local y el 2do Congreso Internacional de Historia, a desarrollarse del 19 al 21 de noviembre, en el estado Lara. Expuso Alexander Torres Iriarte, que este año hay más de 800 participantes y 300 ponentes y se citarán en Barquisimeto, en lo que llaman el circuito Saquito: Sanare, Quíbor y El Tocuyo. “Vamos a debatir y discutir sobre diversos temas, uno de los centrales lo hemos denominado de Angostura a Colombia 1819”.

VOCES DE OTROS

Aludió que para el Centro, el 17 de diciembre es una fecha clave, ya que en 1819, se promulgó, en Angostura, la Ley Fundamental de Colombia. Recordó que aquel momento, también coincide con el día de la muerte del Libertador, por lo que aseguró se hará un balance histórico de 1819 y la coyuntura que vivimos hoy. Finalmente, apuntó: “privilegiamos una historia distinta, que haga un giro hacia lo popular, con una mirada antieurocéntrica, antielitesca, fundamentalmente a una mirada que dé pie a que el pueblo se identifique con su historia”.

Segunda edición (2018): Mario Sanoja Obediente, Argenis Méndez Echenique, Luis Peñalver, Belin Vásquez, Vladimir Acosta y Oldman Botello. Tercera edición (2019): Iraida Graciela Vargas, Pedro Cunill Grau, Luis Britto García, Carlos Viso Carpintero, Germán Fleitas Núñez, Alí López Bohorques y Emilio Arévalo Braash.

El Premio reconoce el género, la diversidad social, las procedencias geográficas, las líneas investigativas y hasta las visiones políticas

Hizo hincapié en el trabajo que han venido desarrollando su esposa Iraida Graciela Vargas y Pedro Cunill Grau, a quienes consideró merecedores del galardón. Con relación a Cunill indicó: “su trabajo sobre la historia de Venezuela es seminal para una investigación que se quiere hacer sobre el siglo XVIII. De manera que quien pensó en Pedro, seguramente, conoce su obra. Lo felicito a él y al jurado”, puntualizó.

Mario Sanoja Obediente

de Historia, de equilibrado, porque “reúne a una serie de investigadores y docentes en el campo de la historia y de las ciencias sociales que han contribuido, de distintas maneras y de distintos campos, al conocimiento de la historia de Venezuela en un momento como el actual”. Precisó que la historia se ha convertido en el fundamento o basamento de la Revolución Bolivariana.

Un trabajo de toda la vida A José Gregorio Linares, coordinador de la Cátedra Libre “Luis Antonio Bigott”, le resulta extraordinario que reivindiquemos la historia insurgente desde una visión de totalidad. “Que haya un Premio para que trabajemos en función de rescatar la memoria, le da importancia a la labor que se está haciendo con un gran sentido de la mística y la seriedad. Quienes han sido designados con el Premio Nacional de Historia, son personas con larga trayectoria, con miradas distintas y a veces divergentes con respecto a los temas históricos. Me

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José Gregorio Linares

parece que el veredicto ha sido el mejor. Nadie podrá negarles a Iraida Vargas, a Pedro Cunill, a Emilio Arévalo, a cada uno de ellos, su gran trabajo que no es episódico sino de toda la vida. De manera que felicitamos la organización del Premio”. Michell Valdez Bermúdez / Caracas Foto: Archivo

Alias Robinson Néstor Rivero nestor5030@gmail.com

Con el natalicio de Simón Rodríguez este 2019, se honra los doscientos cincuenta años de una de las más portentosas batallas de las ideas escenificadas en Nuestramérica. El gran maestro del Entendimiento, fabricante de velas, trashumante de los tiempos por venir, y quien se mantuvo en cada fase de su vida en rebelión contra la desesperanza y las omisiones, acostumbraba dar a conocer sus cartas de presentación en el exilio a que el régimen colonial de la Capitanía General de Venezuela le obligó a llevar en Europa, el apelativo “Samuel Robinson”. Así, Robinson es el nombre con que le encuentra en París su antiguo discípulo Simón Bolívar cuando, viudo este, requería del guía que entre 1804 y 1805 le mostrase las razones que daban signficado de grandeza a una vida individual y destino de patria y revolución a la tierras en Suramérica y el Caribe. Y aquella idea de patria grande que vio su primera luz republicana con la espada y proclama del Libertador, sintió de inmediato la llama de quien traía el reclamo de la conciencia emancipada; conciencia que nace con la pedagogía de la curiosidad “Al que no sabe, cualquiera lo engaña”, “Enséñense a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les manda, se acostumbren a obedecer a la razón”. Se trata de la pedagogía del hacer y la alfabetización de las manos “Eduquen y tendrán quien haga”. Pedagogía y andragogía de la observación, experimentación y ensayo “El que no hace nada, nunca yerra, pero tampoco acierta”. Maestro, aquél, que hoy le habla a la América, como lo hacía en 1851 cuando incitaba al Colegio de Latacunga (Ecuador) a fomentar la agricultura del Colegio y difundir conocimientos de física, química y artes y oficios con sus maestros de carpintería y herrería. Se trata de Samuel Robinson.



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