Este ejercicio se plantea en un sentido inverso al habitual, desde la escala de objeto hasta la de un píxel del tejido urbano, por lo que primero se establece un catálogo colectivo de piezas (de ensamblajes primarios) que se ensamblan entre sí de múltiples maneras creando, en este proyecto, las entidades domésticas individuales y luego los clusters, que serán las unidades básicas de vivienda cooperativa. Gracias al sistema existente de piezas prefabricadas de forjado, las losas se pueden reensamblar, sustituyendo buena parte de las placas por marcos huecos y ampliando el complejo con los módulos extraídos, redensificando el conjunto. La parte vaciada de la estructura antigua se destina a espacios comunitarios integrados en el proceso de tratamiento de aguas de todo el barrio.
En relación a lo doméstico, esta cadena ascendente de reensamblajes hace que emerja una red de nuevas piezas habitacionales, nuevas cooperativas de vecinos, nuevos espacios compartidos que genere una nueva gobernanza en el bar