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EL TIO PELAIRE

¿ Recordáis que os conté del colchonero? Lo hablamos dejado "verguia.ndo,, la lana. Pues la historia de la lana continúa. La mejor lana, guardada. en las sacas o ma"agas, va a conocer otras manos. Las rudas y fuertes del ti.o Pelaire y las ágiles y deBcada.s de hs chicas de la casa. Vamos a rememorar/o.

A través de los cristales de la ventana entornada se escucha el canto madrugador del gallo en el corral vecino del ti.o Cándido. Acurrucadas en el cálido cudujo del colchón de lana, las dos chicas adivinan los sonidos familiares del hogar: ruidos de los pucheros y las cacerolas, el badil retirando la ceniza, el chasquido seco de la carrasca al ser cortada .. . En un momento dado oyen el picaporte de la puerta de casa y reconocen la voz esperada desde que ayer por la noche les dijo la tía Manuela: " A la cama que mañana hay que madrugar. Vendrá el ti.o Pelaire" .

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La llegada. del tio Pelaire, con su dehnkJl y hs cardas, era wi acontecimiento esperado por los chiquillos en aqwJ//os tiempos donde lo único que romp"/a. la monoton"/a. eran las visitas de personas que se dedicaban a oficios hoy desaparecidos: el colchonero, el afilador, el eslalfador, el pelaire, que no sólo realizaban su trabajo sino que también llevaban noticias, chascarrillos ... que les alegraban y entretenfrm.

Situado en medio del patio, con su delantal puesto, sujeta con una mano la carda de zinc, núentras que con la otra hunta con aceite los agujeros de rallar. Coloca un puñado de lana sobre ella y con la otra carda (la de los pinchos) va peinándola suavemente pero con energía hasta que queda tan fina que apetece acariciarla. Así una y otra vez dejando la lana en piezas alargadas preparadas para hilar. Mientras trabaja, cuenta historias a quien quiere oirle o canta y recita romances del ti.o Matías .

A su lado el aceite de la jarrica va disminuyendo, también el vino del cantarico que el abuelo Pedro le ha puesto.

Cuando la lengua se traba un poco y las manos ya no llevan el ritmo ágil, el abuelo manda poner un poco de agua en el vino del cantarico, a lo que él, al descubrirlo1 responde:

"El tiempo ha hecho mudanza, las sdlales de agua son, terminaremos la lana, antes de que se ponga el sol".

I

EskJ era la parte más agradable de la historia para las chicas de la casa.

La lana, en ta.bielas bien ordenadas, espera el siguiente paso: el hilar.

En el callejón, al sol para que la lana se ahueque y el aceite no se hiele; el torno colocado sobre dos sillas para poder darle con más comodidad al manilar, las manos suaves con maestría estiran la lana colocada en el eje al compás de la manivela para que salga fina, a la vez que recuerdan la cantinela cien veces oída:

"El hilo no se rompe por delgado sino por cordo y mal hilado"

Cuando hay dos o más husadas, pasarlas a la devanadera donde la otra hermana juntándolas con las manos hará el ovillo. Ya queda la lana dispuesta para llevar al tio tejedor que fabricará mantas, colchas, cobertores... En casa se dejará la suficiente para que la madre o la tía utjliz.ando el huso torcerán la lana y quedará preparada para luego hacer pedugos recios, jerseys fuertes, medias de baturro ...

Todo esto y más que no sé transcribir, recuerdan Petra y Cristina y como ellas muchas más en el pueblo. Creo que con un esfuerzo de buscar las herramientas necesarias podríamos algún dfa volver a ver con nuestros propios ojos la actividad completa, ya que cualquiera de ellas lo volverla a hacer. Aporto estas imágenes no muy claras tomadas en Escocia hace dos veranos. La mujer que está en ellas sigue fabricando diferentes prendas y sirve de reclamo para los turistas.

Guillmno Villmuen Roche

El Viejo Diccionario

* Tio Pelaire: As/ se llamaba a las personas que tenkm por oficio el cardar.

* Cardas: Las dos piezas diferentes wza de oua, necesaria.s para cardar la lana.

*Cardar la lana: Era como peinarla, quitándole todos los enreligones para dejarla preparada para hilar.

* Hilar: la lana cardada, uniendo los exuemos para hacer un hilo largo, ldmás.ftno posible.

*Tomo: Es el instrumento que se utilizaba para hilar.

* Devanadera: Aparato sencillo empleado para junkir dos o más hilos.

*Huso: Útil utilizado para torcer los hilos.

* Pedugo: Calcetín antiguo hecho de lana.

Uujer Cardando La Lana

El Horno Viejo

Os voy a contar tradiciones del pueblo de Loscos. Cosas que sabemos los mayores y que tenemos que contar a los jóvenes y niños Hoy va a tratar sobre el Horno viejo de la calle del Horno, que todos hemos conocido, y lo que aquí se va a contar ocurría entre los años 1900 y 1950.

El Horno se componía de una olla redonda y un local grande con tableros todo alrededor para poner la masa, uno era grande, para remasar, y los demás eran para poner el pan en masa. Allí había una pala para meter y sacar el pan, una horcacha para meter la leña y la lumbrera, un palo con un zarrio mojado para limpiar la olla por dentro, un barrastro para quitar la ceniza, una horca para coger los fajos de aliagas y meterlas del corral adentro, pues, para los que no lo sepan, lo que es el frontón era corral para poner la leña que hacían los leñadores y que se llenaba. Estos leñadores existían allá por 1900

El Horno era viejo, el suelo de piedras de arena, con hoyos desgastados y con una puerta vieja que tenían que forrarla con ceniza endurecida los que se dedicaban a quemar o a llevar la leña. Según datos de los mayores algunos eran:

El tio José Andrés (el Moral)

El tio José Blasco (el Sordico)

El tio Pablo Villanueva (el Bartolo)

El tio Bias Beltrán (el Jujo)

Solía haber uno para cada día de quemar. Algunos de los horneros de por entonces eran :

El tio Luis Palacián

El tio Joaquín Palacián

El tio Dionisio Villanueva

El tio Martín Juste

Cuando murieron estos abuelos, se tuvieron que hacer cargo del horno los vecinos.

Este Horno era administrado por una Junta de varias personas. Se componía de un presidente y un secretario que siempre era el del pueblo y que llevaba las cuentas. Yo conocí a algunos de los que integraban la Junta y cuyos padres también lo habían sido anteriormente: Miguel Francisco Andeu, que era depositario, Pascual Colás, Cesáreo Roche, Pascual Villanueva, Donato Saz, Félix Gracia, Manuel Herrando, Lorenzo Beltrán, Francisco Bailo, y alguno más .

Todos los años se renovaba la Junta. El Horno se arrendaba cada año y se subastaba el día de Santa Lucía: Después de la Misa, se metía casi todo el pueblo en el salón de abajo del Ayuntamiento y se ponía toda la Junta delante y el presidente con la llave del Horno en la mano; el público se ponía alrededor del salón.

El presidente decía en voz alta : "se subasta el Horno", y el precio que se había acordado. Entonces salía uno y decía: "por ese precio es mío", y tenía que dar la vuelta al salón y coger la llave, pero antes de cogerla salía otro y gritaba tanto más, y así sucesivamente hasta que uno de ellos tocaba la llave y el horno era de él para todo el año. Luego la Junta invitaba a todos los asistentes a galletas, anís y dulces. Yo conocí a varios horneros que lo habían conseguido por subasta: El tio Martín Juste y su mujer Petra, el tio Dionisio Villanueva y Adoración, y varios más .

Bueno, ya se ha subastado, ya había Horno nuevo. A partir del Año Nuevo, al día siguiente, el hornero quemaba el horno con la leña que ya tenían los leñadores. Por la mañana recogía la lumbre con el barrastro y barría el Horno bien barrido y lo preparaba para que su mujer echara el pan. Las mujeres del pueblo, que trabajaban mucho, había días que traían de 15 a 20 canastas de pan o masa.

Las mujeres masaban pan de moño, pan de molde, pan de cinta, cañadas, bollos con uva, bollos con sardina, coscaranas y más dulces de todas las clases, pero, eso sí, todo muy bueno.

El hornero cobraba por cada pan cocido unos céntimos para él y para la leña. De las tortas, una de cada treinta era para él: de las madalenas, que se cocían por latas, dos de cada lata se las quedaba. La comisión del hornero se llamaba "poya"

El pueblo siempre decía que el horno era la mejor finca del pueblo porque, gracias a él, tenían dinero para las reformas del pueblo, que entonces había pocas reservas en todos los sitios.

También en aquellos años el Horno era el local más preciado por los mozos y los jóvenes, porque por las noches de invierno nos metíamos allí casi todos a calentarnos y a charlar, a apostar a tirar al palo, a pasar por la barra del medio, el que podía y el que no pues a mirar, y si alguno se caía pues a reírse.

También asábamos patatas, bellotas y algo más, y algún trago de vino caía en el tiempo de los trujales. Éramos muy felices porque entonces no teníamos otras cosas. Los domingos íbamos al baile desde las 5 de la tarde y cuando venía la luz, a casa las chica, que era de noches. Pero de día echábamos cuatro bailes bien bailados que nos alimentaban mucho.

Ahora os voy a contar una anécdota. Ya sabéis que por entonces, hace muchos años, nevaba mucho y las mujeres de cada casa tenían que masar cada 15 días o antes y se madrugaba mucho.

Bueno, pues una mañana de invierno cayó una nevada muy grande y venteada, con ventisqueros de más de un metro y mucho hielo; apenas había una senda que sólo se podía pasar uno detrás del otro. Pues bien, esa mañana, pronto, se oyó un grito grande y nos asomamos al balcón (nosotros vivíamos en casa del tio Romeo) y allí vimos a dos personas con una canasta de masa en el suelo recogiéndola y echándola a la canasta. Eran hermanos, jóvenes y solteros. La hermana quería llevarla ansando, pero él se empeñó que al hombre. Siguieron adelante discutiendo; al llegar a la esquina de Marcos, frente al Ayuntamiento otro grito y otra caída, la canasta y la masa al suelo, y a recogerla y al hombro, y otra vez discutiendo Pero al llegar a la carpintería, otro resbalón y canasta al suelo, y masa al suelo, y canasta al hombro. Por fin llegaron al Horno; sacaron la masa y la prepararon, bien puesta, cerca de la boca del horno para que se calentara y, después, hacer el pan. ¡Y que pan tan gustoso!, ¡Cuántos sofocos causó!: sembrado con vacas, trillado con vacas y pasar tantas penas para el pan de cada día.

Después ya vendrían otros años y se modernizó el Horno quedando como ya lo conocimos todos. Se arregló el Horno, vino panadero nuevo y el pueblo ya no tenía que hacer aliagas y las mujeres no tenían que masar. Este Horno se reparó tres veces . La última ya fue horno y panadería y a partir de entonces ya se empezó a llamar "La Panadería". El primer panadero fue el Sr. Antonio, de Zaragoza; luego fueron Carmelo Romeo, Andrés Benito y familia, y el último Antonio Luño . Después ya terminó todo; desapareció todo para siempre, quedando sólo los recuerdos, que son muchísimos.

Como veis, el vocabulario de este escrito es el que se utilizaba en aquella época, porque entonces sólo se llamaba Don a D. Germán, el médico, a D . Juan, el veterinario, y al maestro. Señor se le decía al Sr. practicante (Sr. Miguel), al Sr. cura, al Sr secretario y al Sr. Amador, el de la tienda . A los demás todos les decíamos "tia" tal.

Manuel Carbó

Cristal

Cristal, todo es cristal es cristal la tarde tú eres cristal, amada mía.

Lejanamente, la sombra y el aire el reflejo de la luz te hace sombras sobre los senos.

Suave, cristal suave y frío como la sangre.

Tarde, todo es tarde es tarde mi sueño tú eres tarde, amada mía.

En la distancia, el Sol y el cielo el sortilegio de la noche te hace sombras sobre los ojos

Juan

En la escuela tenemos montado un lío con esto de los Reyes Magos, unos dicen una cosa y otros otra, por eso le pedimos a los pequeños que nos lo aclaren un poco.

PREGUNTA- "¿Qué sabes tú de los Reyes Magos?"

JENNIFER - "Se llaman Baltasar y Gaspar. Traen regalos y no despiertan a nadie . Echan caramelos. A Papá N oel lo he visto este año, pero a los Reyes Magos no"

IVÁN - "Están en Zaragoza, dentro del Corte Inglés, y luego salen a la calle y nos dan la mano"

Mª JOSÉ - "Viven en Oriente, los he visto muchas veces pasar. Yo me voy a comprar un "de eso" de mirar las estrellas para ver la estrella del Norte. Vienen con camello, yo los vi en Gelsa que bajaban de mi granero"

HAMED - "Viven en Zaragoza y vienen a casa con un caballo que tienen para venir y dejan los regalos en la habitación. Se van enseguida Yo no los veo porque andan despacio y no los oigo"

MARÍA SORIANO - "Los Reyes se disfrazan porque los otros, los de verdad, no están; están en otro país ... me parece. Vienen en una carroza y, a veces, echan caramelos y algunos los recogen. Los de verdad vienen en camellos"

ANGEL - "Los Reyes Magos son los padres y nos traen regalos. El año anterior me los dejaron en el balcón y les puse avena, agua y una bolsa con dinero. Es que aún no sabía quienes eran. El padre y mi madre siempre van a comprar los regalos a Calamocha"

Mis vacaciones

Las vacaciones las pasé en un hospital, ya que me operaron de apendicitis. Luego fui tres días al Pirineo y me lo pasé muy bien visitando sitios que no conocía.

Carlos Ferrer Tapia

C.P. de Loscos

Teruel 12 años

13 DE DICIEMBRE DE 1995

MIERCOLES

HERALDO DE ARAGON

15 DE NOVIEMBRE DE 1995

MIERCOLES

HERALDO DE ARAGON

Los coches antiguos

El sábado vinieron unos veinte coches antiguos. El primero era verde y el segundo, también verde. Por la plaza pasaron unos 17 ó 18, porque 2 ó 3 se fueron por la carretera al ver que había mucha fila. Eran muy bonitos. Y cuando se fueron se marcharon a Plenas para comer.

Víctor Luño Soriano

C.R.A Muniesa. Aula de Loscos. Teruel 9años

Ya llega el invierno

El invierno es cuando nieva y se pone todo blanco. Hiela y también te diviertes mucho. En algunas ca sas hay árboles de Navidad. ·

José Antonio Soriano C.R.A Muniesa. Loscos Baños

Diario de Tente!

1O DE ENERO DE 1996 MIERCOLES HERALDO DE ARAGON

Viernes, 1 de diciembre de 1995

Escriben los niños: Desde Loscos

Fiesta de San Andrés

Aunque San Andrés es el día 30 de noviembre, este año en Loscos lo celebramos el fin de semana del 25 y 26 para que así pudiesen estar también los que viven fuera.

El sábado, a las 12 del mediodía comenzó el bandeo de campanas para anunciar la matanza del cerdo tal y como se hacía antes.

Después de clavarle el gancho en el banco lo socarraron con aliagas y lo lavaron con agua caliente para después despedazarlo

Por la tarde hicieron bolas con la sangre y pan y todos pudimos probarlas, el que quiso las acompañó con vino. Por la noche cenamos todos juntos en el nuevo edificio que inauguraron para las fiestas de agosto, por supuesto la cena fue cerdo con patatas y también café y pasteles.

No faltaron los juegos, el bingo y el sorteo de un ja- ' món. Para terminar, ya de madrugada un chocolate calentito. Lo pasamos todos juntos muy divertido.

Antes para la fiesta de San Andrés había música y misa y según nos han contado nuestros abuelos casi siempre había nieve

Alumnos-as del C.P. de Loscos

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