Introducción: Naturaleza del yo: Pensar de un solo ser: Razón practica: El pensar de Fichte nos da a conocer que solo pensar de un ser forma parte del si mismo no teniendo en cuenta la naturaleza. En la filosofía de Fichte es el cuerpo quien define la individualidad, primero como yo material limitado y de sujeto de acción, y segundo por esa limitación deja claro lo que supone una Yoidad como sujeto de actividad de un yo individual.
Contexto: Contextos: Fichte nos enseña que hay muchos principios de la razón pero que en realidad los pensantes decimos que es mas el yo interior para ser mejor persona con los demás, tener claro y presente sobre la existencia de un solo dios un ser profundo y sincero que en realidad esta siempre presente. El yo individual nos da el camino de la libertad y de ser mas pensante en lo que queremos en nuestra vida, esto explica como los subires de la razon forma parte del pensamiento de “Fichte”. Nuestro cuerpo es un templo un instrumento para tener un mejor encuentro y reconocimiento de los otros individuos y personas que se conocen en el yo-(la fundación de la experiencia de la conciencia).
Tema central: Nos damos cuenta que desde el punto de vista de Fichte muestra solo la existencia del ser humana. Constituye una razón que el ser se conoce como infinito en el mundo, formando desde la naturaleza y la construcción de una imagen. Fichte habla mas de la razón la construcción de un ser nuevo del ser humano perfecto de ese ser que en realidad tenemos que encontrar para un mejor comienzo de nuestra vida. El tiene presente el idealismo kantiano porque para Kant el yo acompaña toda representación de todas las cosas, también justifico coherentemente la afirmación de la libertad ya conociendo el uso practico de la razón identifica que todo sujeto tiene una espontaneidad racional en la medida en el que lo tiene presente. El hombre se ha de convertir en lo que debe ser dice Fichte, y por tanto, debe de apartarse de los intereses propios del animal. Como explicaba Aristóteles, el hombre es un animal racional, que en el caso de Fichte lo aparta definitivamente del animal para convertirlo en la expresión individualizada de la racionalidad práctica como Yo general.
Ese encuentro de dos cuerpos y dos individualidades se realiza con la idea del respeto a la libertad mutua compartida y racional que se piensa dentro de ese Yo general de la razón práctica, espontánea y libre. Sería entonces el ideal del destino de las dos individualidades que marcharan juntas a realizar el ideal práctico dentro de la libertad del Yo general y la del yo empírico individual de cada yo propio-cuerpo. Pero como bien dice Fichte esto es una idealidad ya que la mayoría de las veces la asociación de dos individualidades en grupos se establece con la pretensión de apropiarse de la libertad y espontaneidad del otro, cuyo caso más claro es el Estado. Por eso Fichte admite la idea del desarrollo del destino del yo propio dentro de una utopía sin estado, ya que el que se respeta a sí mismo respeta la libertad del otro y no necesita de órdenes ni apropiación de la espontaneidad individual. Actuar y voluntad. El sujeto transforma la materia por su inercia y través de estas dos funciones y es el origen de toda actividad del cuerpo, que es el mismo yo o sujeto individual, que se constituye en esos dos órganos de modificación.
Por otra parte la esfera que es puesta por una actividad originaria y necesaria del Yo también es intuida por la intuición, lo cual se convierte en algo real por la misma manera que se construía el yo mismo de la autoconciencia. La esfera es la realidad del yo puesto por el Yo para el yo. la importancia del cuerpo en Fichte se debe al principio de libertad de acción, Solo bajo esta premisa el cuerpo puede actuar dentro de una esfera de limitación, ya que es causa pura de toda su voluntad que cada acción que contiene un fin equivale al querer. Pero para ello ese yo se tiene que moverse en el espacio y ser perdurable. Si el cuerpo no es espacio, sino que es una extensión entonces puede cambiar y moverse dentro de un campo de acción que limita sus fines como acciones, lo que equivale a decir que el cuerpo material es la esfera de las acciones libres. el sujeto lógico de actividad en sí misma como forma al que llama Yoidad, que es la realidad general que se consigue en la abstracción de la individualidad
Que es la persona en el pensamiento de Fichte. Es la abstracción lo que generaliza el Yo general, la Yoidad, donde la esfera limitada por el yo es una parte del mundo, que a la vez pertenece al Yo porque lo pone él mismo. El Yo no puede postularse a sí mismo sino distinguiéndose del No-Yo. El Yo empírico, es decir, el principio de la moral, es establecido igualmente por medio de la deducción: por la deducción de la forma pura de la conciencia general. Esa deducción se opera de la manera siguiente: compruebo mi propia existencia únicamente como voluntad de mi existencia; pero esa voluntad no es concebible sino por su carácter distinto del Yo. La acción del Yo no puede, no obstante, devenir eficaz, si no suponemos una cierta eficacia en las cosas; eficacia por la cual se produce la limitación de la actividad del Yo mismo. El camino que la humanidad sigue según esa enumeración es, en realidad, un retorno al estado original. Pero el hombre debe seguir ese camino con toda independencia y sin apoyo.
El Yo no es algo existente para sí; no es algo inactivo: es actuante, pero su acción no es empírica, es absoluta. La actividad del Yo es dialéctica y es según ese método dialéctico que Fichte desarrolla su propia teoría.
Fichte no pretende en su REIVINDICACIÓN, plantear una ética, sino una teoría política basada en el derecho natural. Y es precisamente por ello que su obra ha de situarse en la tradición de lo que hoy se denomina “republicanismo”, en la medida que no pretende exhortar a la bondad –al fin y al cabo un asunto de índole privada– sino al establecimiento de un ámbito público de justicia basado en lo que considera la naturaleza inalterable de lo humano. Lo que Fichte plantea no se debe entender, pues, tanto en el orden de los hechos –y por ello prescindimos aquí de buscar su acomodo en el contexto de la Revolución francesa– sino en el orden de los principios. Que el texto sea actual, ya lo decíamos al inicio, habla también de nuestra miseria presente. Es de la propia autonomía del pensamiento de donde toma sentido toda libertad y toda estructura posible del contrato social. En tal medida, conciencia y libertad forman una unidad, no sólo empírica sino transcendental. En la medida que el fin del hombre es la racionalidad, la libertad sobre los medios de usarla debe estar fuera de duda; y sin esta libertad no existe tampoco un pacto social efectivo. Un derecho es una posibilidad de acción en el mundo que debe ser garantizada.
Conclusiones: Afirmamos que la razón de un solo ser Fichte nos da a realizar, el pensar d todas las formas si no el pensar de si mismo, esto explica como los su vires de la razón forma parte del pensamiento de razón de Fichte. Para Fichte, sólo el hombre idealista profesa una genuina filosofía. Fichte le Interesa destacar la vigencia de la Refutación, vigencia que estriba en su aplicación a conceptos esgrimidos en la teoría de Reinhold.