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ARAN by UTMB

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EN PORTADA

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¡POR FIN!

Texto y fotografía: Quim Farrero

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Un año más tarde de lo previsto, y con permiso del dichoso virus, Aran by UTMB vio por fin la luz el pasado mes de julio, en un fin de semana con una meteorología espléndida marcada por las altas temperaturas en las horas centrales del día y un ambiente fresco durante la noche en las zonas más elevadas.

Y a pesar de las dimensiones del evento, a pesar de la responsabilidad extra que conlleva la marca UTMB, a pesar de que las primeras veces son siempre primeras veces, de una forma u otra el resultado fue un gran fin de semana, con caras sonrientes y cansadas y corredores contentos tras haber disfrutado de unos recorridos extraordinarios, tanto en belleza como en dureza. Porque la dureza fue el común denominador de todas las conversaciones al finalizar (o no) las respectivas carreras. El terreno aranés es duro, mucho más que el original de la franquicia UTMB, y eso, antes de decidir la prueba con la que enfrentarse, hay que considerarlo: las cien millas de allí no son como las cien millas de aquí… Un recorrido único rodeando de forma casi completa el territorio aranés y en el cual se fueron dando salidas en diferentes puntos buscando el kilometraje deseado en cada una de las carreras. Así, desde Vielha salieron los 160 kilómetros (la vuelta completa) de la VDA, la “Volta d’Aran”, desde Les salieron los 105 kilómetros de la CDH (Camins de Her) y desde Beret los 55 kilómetros de la PDA (Peades d’aigua), todas ellas con final

Senderos pirenaicos y calor en los fondos de valle.

Una campana que lleva camino de convertirse en símbolo.

Voluntarios de altura, en pie con las primeras luces sobre el Llac de Montoliu.

en Vielha y a las que hay que añadir la Sky Baqueira-Beret, 15 kilómetros con inicio y final en Beret para hacer una cata del territorio aranés.

En el punto de mira. Una primera edición esperada que, dadas las dimensiones y la referencia de la marca madre, fue analizada con lupa por muchos que se aprestaron en destacar los puntos débiles, que los hubo, a pesar de que la mayor parte de los corredores entrevistados en meta, más allá de los puntos a mejorar, estaban más que satisfechos con el desarrollo del evento y, sobretodo, con el recorrido y su dureza, que fue excesiva para algunos que, viniendo de países con otra filosofía de la carrera por montaña, como el Reino Unido, encontraron el terreno demasiado duro y técnico en algunos tramos. En definitiva, “poco corredor”. Pero el territorio es el que es, y Val d’Aran es, básicamente, montaña de la de verdad. El evento dio el pistoletazo de salida en viernes 9 por la mañana, a las 7:30, en Les, con los 105 kilómetros de la CDH y, con ellos, el primer punto a revisar: el recorrido previsto para estirar el pelotón no fue suficiente para evitar el tapón generado en la entrada del sendero del inicio del recorrido, un inconveniente que los kilómetros, el recorrido y el consabido cansancio se encargaron de ir diluyendo en la memoria de los corredores que nos comentaron su actividad en meta. Por la tarde, a las 18:00 arrancó puntualmente la prueba reina, la CDV que, con sus 160 kilómetros se encargaría de ofrecer a los participantes de una visión más que completa del territorio aranés. Con una salida al más puro estilo UTMB y mascarillas mediante, arranco una carrera que no vería su final hasta el domingo por la tarde con la llegada de los últimos clasificados que apuraron las 48 horas de límite, dejando de margen unos escasos ocho minutos (Joâo Sanches D765)

Senderos de ensueño.

tras haber pasado, como otros tantos, dos día completos y dos noches por las montañas aranesas. En el otro extremo, Ionel Cristian Manole se adjudicó la primera edición de la prueba en 23h56:26. En mujeres, Anna Carlsson hizo un papel memorable entrando en meta con 29h25:19 y metiéndose, con una novena posición, en el Top 10. La distancia “media”, los 105 kilómetros de la CDH vieron entrar en meta a un efectivo Aritz Egea que se estrenaba en esta distancia y que, con 13h03:25 hizo más que evidente su calidad y su polivalencia como corredor en terreno de montaña, rápido o no, técnico o no. Tras 17h30:46 de carrera entró en meta la primera mujer, Feliciana Orquiola, en un merecido quincuagésimo puesto en la general. La carrera rápida, la PDA, vio en meta a David Prades que se comió los 55 kilómetros en 6h06:46 y a Andreaa-Alina Piscu, que con 7h18:05 se situaba en la doceava posición de la general. Finalmente, la SKY Baqueira Beret alegró el día a Jordi Alís (1h13:28) y a Anna Comet quien con 1h28:55 se situaba en undécima posición de la general.

Balance. La nota negativa del fin de semana vino de la mano de una pasa de gastroenteritis de origen aún por determinar, probablemente vinculado a la calidad del agua aranesa: los casos de gastroenteritis son habituales en verano cuando la afluencia de turistas dispara los casos en el hospital de Vielha que, a pesar de todo, no apreció nada que se saliera de las estadísticas. No obstante, es un tema serio sometido a revisión que, a día de hoy, no tiene claro su origen (las posibilidades difieren en base a la fuente consultada) y no hay una versión oficial determinante, aunque desde la organización ya se ha comentado que, tal vez, en la próxima edición toda el agua de los avituallamientos será embotellada. Un balance general más que positivo para un evento que lo tiene todo para convertirse en uno de los grandes del calendario aunque, en un evento grande, habrá que pensar en grande en todos los aspectos de la organización (aún más).

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El techo aranés

TRAIL VIELHA-MOLIÈRES 3010

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