SALOMON ULTRA PIRINEU

El retorno del REY

SALOMON ULTRA PIRINEU

“SUP REVISITED”

Una edición revisada, con importantes reestructuraciones y cambios, no necesariamente debidas a la maldita pandemia. Eso ha sido esta esperada edición de una de las grandes del calendario, en la que la reaparición de Kilian Jornet en una prueba de ultrafondo fue la guinda del pastel.

Una guinda que se comió a todo lo demás, y que, a pesar de que Kilian limitó su presencia prácticamente a lo que fue la carrera, apareciendo en la línea de salida pocos minutos antes de partir y desapareciendo poco después de la llegada, su participación disparó, como es habitual cuando corre “en casa”, la presencia de espectadores y aficionados ansiosos por ver al que es por ahora el mejor corredor por montaña de todos los tiempos. En los puntos más accesibles al público -avituallamientos y zonas con acceso fácil desde el coche – Kilian se convirtió en una especie de reclamo de miel con gente de todas las edades corriendo a su alrededor, móviles en mano, para compartir unos metros de gloria con el ídolo y poder admirar la insultante facilidad con que se hizo con la prueba en un momento en que, después de su desconexión de las carreras de ultradistancia en los último años, todo el mundo especulaba sobre su estado de forma frente a algunos nombres de primera línea que compartieron carrera con él. Kilian dejó claro cual es su estado de forma.

Mas allá de Kilian Pero esta vez hubo muchas cosas que diferen-

Los “Empedrats” un tramo técnico con rincones espectaculares.

ciaron esta edición de las anteriores, más allá de los ya normales apuntes protocolarios anti covid. La principal fue la reestructuración del evento, en el que el municipio de Bellver de Cerdanya, al norte de la sierra del Cadí, queda fuera de la ecuación y el itinerario de la carrera larga se reedita ajustándose a los 100 kilómetros y eliminando el tramo de bajada, y consiguiente subida, a la mencionada población que, cabe recordar, tuvo en su momento la motivación de facilitar la evacuación de corredores si fuera necesario (cosa que sigue siendo posible). La participación de Bellver de Cerdanya llevó a la creación de otra carrera, Trail Pirineu, de 56 kilómetros con salida y llegada a Bellver de Cerdanya y que quedaba algo aislada del corazón del evento en el municipio originario de la prueba, Bagà, al sur de la sierra. Así pues, las cinco carreras de la anterior edición han quedado reestructuradas en cuatro, repartidas a lo largo del fin de semana desde el viernes por la noche – el KV de la Nit Pirineu – a domingo por la mañana con la celebración de la Mitja Pirineu, de 21 kilómetros. Y el sábado, las dos pruebas grandes. La clásica con su recorrido revisado y la anteriormente llamada Sky Pirineu de 36 kilómetros, reconvertida en la Marató Pirineu, también con un recorrido modificado para ajustarse a esos 42 kilómetros que, una vez más, fueron retransmitidos en directo por la televisión catalana con un despliegue de medios al que ya empezamos a acostumbrarnos y que parece que ha venido para quedarse, dado que ya hay una planificación de tres carreras a retransmitir en directo el próximo 2022.

Las carreras A las cinco y media de la mañana del sábado arrancaba puntualmente una nueva edición con unos cuantos nombres candidatos claros a la victoria, como Dmitry Mityaev, ya habitual en la salida de Bagà y en el podio, Aurelien DunandPallaz, segundo este año en el UTMB, Ionel Cristian Manole, vencedor de la primera edición de Aran by UTMB, el incombustible Zaid Ait Malek, vencedor la semana anterior en Gorbeia Suzien, Aritz Egea que está dejando clara su solvencia en pruebas largas o un Jordi Gamito que demos-

La laguna Laarga marca el inicio del ascenso final al Pico Urbión. El agua se esquiva o se afronta.

Acercándose a Gòsol. Poco más de media carrera queda atrás.

tró que sigue mereciendo posiciones de privilegio. Pero como ya hemos comentado, todos ellos fueron barridos por un Kilian Jornet que dejó claro que no es quien es por casualidad y que aún está en plena forma. Un Kilian que se llevó la prueba por delante de todos ellos – corredores de gran solvencia – en 10h24:44, literalmente masticando una brizna de hierba, dedicando saludos en los avituallamientos a todos los presentes, que eran muchos y casi un cuarto de hora por delante de su seguidor Dmitry Mityaev. Nada más que decir. Entre las mujeres, el nivel en salida no era menor. Nombres como Azara García, tercera de la general en la primera edición de las 100 Millas por donde camina el oso, Gema Arenas, que ya sabe lo que es ganar en Ultra Pirineu, Ragna Debats, tercera en la Western States o Judith Franch, Montse Martínez y Àngels Llobera. De todas ellas, Azara García dominó la carrera de principio a fin, entrando en meta en 12h29:42, unos ocho minutos por delante de su seguidora, Gema Arenas y situándose en vigésima posición de la general. Gema Arenas y Ragna Debats -segunda y tercera – se colocaron en vigésimo tercera y vigésimo novena posición de la general. El final de fiesta llegó domingo de la mano de la Mitja Pirineu, de 21 kilómetros y en un día que, a diferencia del sábado, amaneció lloviendo hasta ya iniciada una carrera en la que Joel Aubeso, Daniel Osanz y Miquel Corbera entre otros salieron a muerte para disputarse la victoria, que se llevó este último en 1h36:31, en un tipo de prueba en las antípodas de la hermana mayor de 100 kilómetros.

Reinventarse Ultra Pirineu es una carrera que, nacida del recorrido original de la ruta de Cavalls del Vent, ha sabido ir adaptándose a tiempos y necesidades manteniéndose en evolución constante sin perder nunca el interés que genera-las inscripciones lo demuestran – entre el colectivo de corredores por montaña. Que siga la fiesta.

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