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ENTREVISTA

XAVI CASILLANIS “Hace falta mucha gente para materializar algo así.”

Texto y fotografía: Quim Farrero

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Xavi Casillanis (Calella, 1971) es un visionario. Es de esas personas que viven alimentadas por la pasión por lo que hacen, en su caso la comunicación audiovisual, en la que ha encontrado la forma de proyectar otra de sus pasiones, las carreras por montaña. De forma natural, Xavi es un pedagogo de lo que hace, su discurso, pausado y metódico, hace sentir al oyente que, de repente, ha aprendido mucho de lo que no sabía sobre el tema expuesto, en este caso la emisión en directo - por televisión - de las carreras por montaña. Algo que él con su equipo han materializado en varias ocasiones las dos últimas temporadas. Visionario y, como tal, soñador, tiene ese empuje que da la pasión por lo que se hace que permite, a veces, ser finisher de proyectos imposibles.

¿Cuál es tu vinculación con el mundo de la montaña? Nací y me crie en Calella, un pueblo de mar y, por tanto, mi espacio natural estaba en el agua. Pero a los catorce o quince años empecé a interesarme por la montaña y les dije a mis padres que quería hacer un curso de escalada, cosa que no les hizo demasiada gracia, pero ante esto o permitirme comprar una moto, pues se decantaron por la montaña. Escalé un tiempo y me fui inclinando por una actividad más montañera, aprendí a esquiar, luego esquí de montaña… Mi vida siempre ha girado alrededor de la montaña, forma parte de mi vida. Aunque siga viviendo en Calella, junto al mar, es más fácil encontrarme en la montaña. Es fundamental en mi vida.

¿Corres? Si, siempre por montaña y a nivel individual, no compito nunca corriendo. Lo disfruto mucho. Mi hija si corre con más dedicación que yo, a pesar de que por temas de estudios ha aflojado un poco el ritmo, pero no ha dejado nunca de entrenar – la entrena Anna Comet – y ahora se está poniendo las pilas otra vez. También lo disfruta mucho y lo hará hasta que quiera. Desde los siete años ha estado con el atletismo y un día se cansó de dar vueltas a la pista y me dijo si podía venir a correr por la montaña conmigo, y ahí se produjo el cambio y se metió en el mundillo. Tuvo la suerte de que, cuando aún no era ni junior, La Sportiva se fijó en ella y estuvo unos años con el equipo junior de la marca. Se lo pasa bien que es lo importante.

¿Y el mundo audiovisual? Yo estudié cinco años de electrónica industrial y empecé trabajando en eso, pero siempre me había picado la curiosidad hacia el mundo audiovisual, sobre todo como cámara. La fotografía siempre me ha interesado también mucho. A los diecinueve años creo que era, me metí en otra formación profesional de imagen y sonido, y desde ahí todo me fue llevando a lo que soy ahora. Empecé trabajando en televisiones locales y me presenté a unas oposiciones en Televisió de Catalunya, que aprobé y tras las que estuve en una lista de espera para empezar a trabajar puntualmente casi como si fuera un “freelance”, con contratos por día, por ejemplo. En ese momento para mi era un pluriempleo: ya estaba trabajando en el mundo de la electrónica industrial. Como cámara empecé haciendo un poco de todo, casi siempre vinculado a los deportes. Como a mi me gustaba la montaña, me empezaron a asignar temas vinculados a ella, tanto invierno como verano. Luego hice otras oposiciones para auxiliar de realización. Es un mundo muy jerárquico en el que cada uno sabe cuál es su función en el engranaje. En el caso del realizador en televisión, su función viene a ser la misma que la del director de una película. No puedes compaginar varias funciones. Ya entonces me interesaban mucho las carreras por montaña, era la época de Quico Soler, Agustí Roc y compañía, esto me llevó a hacer colaboraciones como cámara de vídeo en algunas carreras. Esto era a principios de siglo. En ese momento, Albert Balcells, actual director de Ocisport que en ese momento estaba en Buff, vio clara la necesidad de producir videos en algunas carreras de más relevancia. Eso marcó un punto de inflexión, que me llevó desde los Alpes, por ejemplo, hasta Borneo, en la carrera del Kinabalu o incluso Zegama. Primero analizábamos el recorrido in situ (éramos dos) y planteábamos como cubrir mejor la carrera para poder producir después el video contando también con el material de las televisiones locales que pudiera

haber. Funcionó muy bien y me permitió ver muchas cosas.

¿Cómo llegas de ahí a la emisión en directo de carreras por montaña? Entre esto y algunos programas de televisión vinculados a la montaña y los deportes al aire libre fui evolucionando, hasta que un día grabando en una carrera se me ocurrió que no había visto nunca una carrera de montaña en directo por televisión, Esto era hace unos seis años. Es obvio que una de las razones es el coste que una emisión de este tipo representa, más allá de las dificultades logísticas vinculadas al terreno de juego. Estuve tres años dándole vueltas a cómo se podría hacer una emisión de este tipo, viendo carreras, observando terrenos… Y en 2018 empecé a trabajar en un dossier para presentar al jefe del departamento de deportes en el que especificaba cómo lo haría, qué medios necesitaría, que distancia, etc. Ya de entrada me dieron luz verde. Creo que tuve suerte porque la persona en cuestión, Bernat Solé, junto con el jefe de realización entendieron que era

algo que no se había hecho nunca en televisión y les pareció interesante. Naturalmente había experiencias previas en “streaming”, pero el nivel de exigencia en cuanto a calidad de la imagen en televisión, lo que se llama una transmisión “broadcast”, es mucho más alta. Empecé a trabajar en ello, considerando que, por una cuestión de costes, no había incluido la posibilidad de un helicóptero. Estos costes tiene que asumirlos alguien: la televisión como ente público, el organizador o un patrocinador o todos. Como televisión pública no podemos hacer lo que queramos. Al presentar el proyecto me preguntaron porqué no lo había añadido – es con mucho el coste más elevado de la producción – y es que mi intención era que fuera una emisión limitada al canal de deportes. Me dijeron que, dado que era innovador y lo teníamos claro, iría para el canal principal (TV3) con todos los recursos necesarios, incluido el soporte aéreo. Fue emocionante porque es muy difícil “meter” un proyecto de este tipo en el canal principal. La apuesta

“Como televisión pública no podemos hacer lo que queramos”

era fuerte, porque por muy populares que sean las carreras por montaña, no estaba claro quién estaría dispuesto a ver una emisión de este tipo un domingo por la mañana de nueve a doce, cuando mucho del público potencial probablemente está por ahí haciendo actividad. El 9 de junio de 2019 emitimos la primera carrera en directo desde Núria.

¿Por qué Núria? Porque es un territorio que conozco, porque a nivel paisajístico lo tenía en mente ya antes de plantearlo, porque es una carrera totalmente abierta: no hay bosque donde se pierda de vista a los corredores: no todas las carreras tienen una morfología que permita una buena emisión en directo. Porque es una distancia (y por tanto tiempo) asumible para una emisión de este tipo; no se puede hacer una emisión en directo de un ultra, sea el que sea, o al menos eso es lo que yo pienso. El límite estaría en los cuarenta kilómetros más o menos, contando que en esas distancias empieza la emisión con la carrera ya en marcha, lo que no quiere decir que no grabemos y que esté todo el equipo listo y en

“No se puede hacer una edición en directo de un ultra”

sus puestos - donde sea – una hora antes de la salida. En esas distancias, una vez empieza la emisión, se hace una previa durante la primera hora, con imágenes de la salida, un repaso del itinerario, entrevistas y luego ya se conecta en directo con la carrera. Más o menos como en una etapa del Tour de France.

¿El coste del helicóptero compensa la posibilidad de utilizar drones? La desventaja del helicóptero son los costes, pero las ventajas son muchas. Desde un punto de vista técnico, las cámaras que se usan desde los helicópteros (“Wescam”), como las que se utilizan, por ejemplo, en la emisión de un Tour de France, son muy superiores a lo que pueda ofrecer cualquier dron, desde un punto de vista óptico y de estabilidad, sin perder de vista la profesionalidad del operador de cámara que va en el helicóptero. Hablamos de objetivos muy potentes que superan con mucho a las miniaturas de los drones y que

pueden ofrecer planos muy cortos aun estando a mucha distancia. Esto no quiere decir que no se puedan hacer cosas con drones o combinar los dos medios, pero aquí la meteorología tiene también mucho que decir, y un helicóptero ni se entera con vientos que se llevan por delante a un dron, y todos sabemos que, en montaña y a pesar de las previsiones, todo puede ser muy inestable. Esto se verá claro en los juegos de invierno de 2026 en los que el esquí de montaña será olímpico y, por tanto, será retransmitido por televisión (espero). Las imágenes pueden ser suficientemente espectaculares como para captar incluso a público que no necesariamente está vinculado a ese deporte. Por otro lado, los contras, más allá de los costes, están vinculados a la necesidad de formar al operador sobre la configuración del terreno de la carrera, porque es importante que haya podido hacer pruebas previas para prever qué se va a encontrar, cuales son los mejores planos, etc. Hay que reconocer el terreno, no basta con salir a volar en el momento de la carrera; calcular de dónde vendrá el sol, cosas de este tipo que están comentadas antes de la carrera. Hay que decir que, además, la meteorología se ha portado bien con nosotros. Siguiendo con los inconvenientes, está claro que hay un tema medioambiental, de sostenibilidad, aunque esté por debajo, por ejemplo, de los cruceros que entran cada día en Barcelona. Es una razón más para apurar al máximo los tiempos de vuelo y procurar volar el mínimo posible, y aquí hay que decir que hemos trabajado mucho con la Conselleria de Medi Ambient para sentar las bases del uso del helicóptero en el entorno de estas emisiones y obtener todos los permisos necesarios. Lo que está claro es que una emisión de este tipo, sin planos aéreos desde el soporte que sea, no tiene futuro. En cualquier caso, es imprescindible para una emisión por el canal principal. De todos modos, y en cuanto al coste, a pesar de que es mucho menor, los drones también representan un coste: para un programa en directo el dron necesita un emisor y tiene que

haber un receptor, y si hay cuatro drones serán cuatro emisores y cuatro receptores, con cuatro operadores, más los técnicos al cargo… Uno de los grandes problemas de plantear el montaje con drones es el riesgo que representa una meteorología que no sea muy estable. De todos modos, todo es siempre mejorable y hay que ir hacia esa dirección, y eso incluye muchas cosas, sistemas de cronometraje, por ejemplo, para que los comentaristas dispongan de información actualizada y fiable. Pero también hay que tener en cuenta que muchas carreras las organizan, y muy bien habitualmente, clubes modestos. La Olla de Núria, de la mano de la Unió Excursionista de Vic, es un ejemplo.

Tú tienes la idea, pero detrás hay mucha otra gente… Por delante de todo hay que dejar muy claro que, aunque la idea provenga de mí, somos un equipo el que hace posible todo esto. Hace falta mucha gente para materializar algo así: un equipo de producción, uno de redacción, otro de grabación… y sobre todo rodearse de gente que, no necesariamente

“Los drones también representan un coste.”

teniendo experiencia en montaña, sean muy válidos en lo que hacen. En este caso, por ejemplo, tenemos redactores como Josep Maria Puig (que si tiene experiencia en estos temas) o y Marc Negre que, sin tenerla, posee un perfil que lo hace muy válido tal como ha quedado demostrado. Ahora somos un equipo fijo que ha sabido rodearse de gente en la que confiar y con la que documentarse, con analistas como Marc Pinsach o Laura Orgué que se explican muy bien y son grandes pedagogos de este deporte capaces de captar a un público, digamos, generalista. El equipo es la suma de muchos factores.

¿De qué equipo humano estamos hablando? Estamos moviendo unas treinta o treinta y cinco personas en la emisión de una carrera. Todas in situ. Una emisión en directo trabaja de forma totalmente independiente de central. Yo suelo estar sin moverme de la unidad móvil. Mi trabajo sobre el terreno es siempre los días previos, para reconocer el terreno y decidir dónde deben situarse los cámaras y cuantos deben ser. Desde dentro, realización se encarga de la dirección de todo el conjunto, producción hace

una gran labor procurando que todos tengan todo lo que necesitan para trabajar, tanto a nivel técnico como logístico, siempre en base a un presupuesto predeterminado, naturalmente. Luego en redacción se encargan del contenido, la narración y la dinámica de la emisión. Este sería el triángulo alrededor del que se gestiona la emisión de las imágenes obtenidas por

“El equipo es la suma de muchos factores.”

los operadores que se reciben en la unidad móvil que, en el caso de Núria, por cuestiones logísticas, fueron lo que llamamos unidades ligeras para poder subirlas al santuario. Un problema añadido.

¿Cómo se transmite la señal desde los operativos móviles? Nosotros generamos nuestra propia señal. Nuestras cámaras no van por telefonía, van por radio frecuencia. La señal se envía directamente y, si no hay contacto visual directo, hay que instalar repetidores. Toda esta instalación es cosa nuestra, subcontratada o no. La radiofrecuencia se utiliza en muchos casos, en los estadios de fútbol, por ejemplo, pero en nuestro caso si que hay que decir que hay un ingeniero que ha diseñado las cámaras de los operadores que corren con los atletas. No trabajamos con “cámaras de aventura” al uso. Las cámaras que utilizamos están construidas por nosotros: se han comprado las lentes, se ha construido una carcasa incluyendo el emisor, con espacio para baterías operativas, todo un kit que se va mejorando a medida que los operadores nos sugieren mejoras. Ahora mismo pueden pesar un kilo y medio aproximadamente. Cada cámara vale mucho dinero. Por telefonía se pueden hacer muchas cosas, pero hace falta muy buena cobertura y eso, en montaña, muchas veces no es así. En Ultrapirineu trabajamos haciendo convivir las dos posibilidades - siempre haciendo pruebas previas – tras investigar dónde hay buena cobertura y dónde no. Todo esto es posible gracias al gran equipo que tenemos, en el que tenemos grandes profesionales y, por delante de todo, grandes personas.

Y la finalidad de todo esto es que lo mire alguien… Naturalmente ¡Y nosotros empezamos dejando el listón muy alto! La primera emisión fue la que tuvo más audiencia hasta ahora, probablemente por la novedad. En 2019 Núria era la única carrera programada, y tras el resultado, dos semanas después se puso en marcha el proyecto para emitir, ese mismo año, Ultrapirineu. En 2020 todo se para y llegamos a 2021 en el que ya han sido tres las carreras, tras la inclusión de la Buff Epic. Esto es posible porque aparece FGC (Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya) como patrocinador del proyecto, es muy importante tenerlo en cuenta. Volviendo a las audiencias de 2019, se valoró que un domingo por la mañana la cosa podía resultar y se superaron las mejores expectativas. Hablamos de un “share” de un 16% con una media de 120.000 espectadores y una punta clara de audiencia en el paso del Puigmal (el punto más alto de la carrera) con un pico de 123.000 de media. Es mucho. Y esto demostró que hay un interés, con lo que la dirección vio que hay una ventana, los domingos por la mañana en la que el proyecto puede funcionar. Estos dos años, la única vez que se ha superado la audiencia de la Olla de Núria un domingo por la mañana ha sido en la emisión de la Marató de TV3 (NdR, un telemaratón con finalidades benéficas muy popular en Catalunya). Este año la media de Núria ha sido de 66.000 espectadores con un share del 13%, que sigue estando muy bien, en la Buff Epic la media es de 60.000 con un 8,8% (siendo un sábado) y Ultrapirineu de 62.000 con un 12,3%... es decir, muy buenas audiencias y, lo que es más importante, regulares.

¿Qué esperáis vosotros de la organización de una carrera? Como siempre lo importante es la gente que hay detrás de una organización. Por suerte y en general, la gente apasionada de la montaña tiene algo especial y las cosas suelen hacerse bien y las organizaciones suelen estar muy dispuestas a colaborar, sean de los clubes, las empresas organizadoras o los lugares donde trabajamos - como el santuario de Núria por citar algún ejemplo -. Partiendo de la base que, para hacer la rea-

lización de un programa de este tipo, hay que conocer el mundillo, saber de qué o quien estamos hablando. Yo tengo la suerte de que siempre me ha interesado y lo conozco, no se trata sólo de pinchar cámaras, si no de poder anticipar qué puede pasar, lo que se llama hacer una “lectura de partido”. Para eso son también importantes los narradores de la historia y, sobre todo, que la organización pueda facilitar información fiable de dónde está cada corredor, tiempos previstos de paso, cuantos hay en cada sección… Y este es un punto a mejorar porque no todas las carreras disponen de sistemas de cronometraje que puedan facilitar esta información de forma ágil y fiable. No se trata sólo de seguir a los primeros, hay que seguir también a las mujeres, por ejemplo, o a cualquiera que, de repente, aumente el ritmo y empiece a escalar posiciones, y por tanto hay que saber dónde están, no podemos ir buscándolas a vista desde el helicóptero. El problema es que no todas las carreras tienen presupuesto para sistemas de cronometraje que puedan facilitar esta información. Si se piensa en una emisión televisiva, esto es imprescindible.

Un libro: Correr o morir, de Kilian Jornet Una película: Bailando con lobos de Kevin Costner Música: Forever young de

Alphaville

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