Las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo

Page 1

Monografía de grado por:

CRISTINA RUIZ Dirigida por: Mg. D.I. WILLIAM VÁSQUEZ


FACULTAD DE ARTES ESCUELA DE DISEテ前 INDUSTRIAL T R A B A J O D E G R A D O 2 0 0 9



LAS DISEÑADORAS Y LOS DISEÑADORES QUE HABITAMOS NUESTRO TIEMPO O la poética del des-armar

RESUMEN Las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo es una iniciativa cuyo propósito es considerar con detenimiento la condición en que habitamos nuestro mundo. Consiste en una serie de reflexiones, preguntas y acciones cuyos recorridos intentan entender los modos en que se establecen las relaciones y tensiones propias de la actividad de diseñar para este tiempo. La investigación pretende interpretar los rasgos de nuestra condición desde una perspectiva crítica y que establezca una dialéctica entre las preocupaciones académicas que conciben el diseño a partir de algunos de sus antecedentes históricos, de modelos culturales vigentes en que se reconoce y de discursos ideológicos en que se fundamentan, tanto su teoría como su práctica; y la experiencia de la vida cotidiana como espacio en que se entretejen y visualizan dinámicas sociales, culturales y políticas que propician la lectura crítica y política de nuestro tiempo. Palabras clave: diseñadoras y diseñadores, habitar, tiempo, condición, acción ABSTRACT Designers who inhabit our time is a proposition whose intention considers carefully the way that we live our World. It involves reflections, questions and actions whose courses try to comprehend the ways that relations and tensions are established today for the designing activity. This research pretends to interpret the characteristics of our condition from a critical perspective. It establishes a dialectic between the academic concernings that conceive the design from its historic antecedents and recognition by cultural models, and the ideological discourse which theory and practice are based on. The everyday life experience as a space in which social, cultural and political dynamics are interconnected and visualized, these factors provide a critical and political reading of our time Key words: designers, inhabit, time, condition, action


ÍNDICE ESTE DOCUMENTO ES UN ARTIFICIO Manual de instrucciones Especificaciones Qué contiene este artefacto Para qué sirve Preguntas frecuentes Acerca de des-armar Forma de uso

1 4 4 6 6 7 7 8

EL ABURRIMIENTO ES LA ANTESALA DE GRANDES HAZAÑAS Manos a la obra

9

Dialogar Desarmar para examinar y diagnosticar En la vida cotidiana, ¿cómo rastrear sus evidencias? Ni siquiera sabe que existe la posibilidad de que alguien le estudie

11

Reunir Desarmar para entender el funcionamiento y relación de las partes ¿Cómo sería el mundo si fuesen poetas? De cercanías y alejamientos

37

Movilizar Desarmar para rearmar y encontrar sentido Sería el blanco del preguntar Los nuevos comienzos

51

13 30

39 46

53 75

MANIFIESTO Ta-ra-rán

85

LEO, MIRO, CALLEJEO

91

ESCUCHO, ESCRIBO, RAYO, PIENSO

101

AGRADECIMIENTOS

105


EL SER HUMANO DISEÑADORA EL SER HUMANO DISEÑADOR LA PERSONA DISEÑADORA LA PERSONA DISEÑADOR LA MUJER DISEÑADORA EL HOMBRE DISEÑADOR LA DISEÑADORA MUJER EL DISEÑADOR HOMBRE LA MUJER QUE DISEÑA EL HOMBRE QUE DISEÑA LA DISEÑADORA QUE ES MUJER LA DISEÑADORA QUE ES HOMBRE EL DISEÑADOR QUE ES MUJER EL DISEÑADOR QUE ES HOMBRE LA DISEÑADORA EL DISEÑADOR EL DISEÑADOR Y LA DISEÑADORA LAS DISEÑADORAS LOS DISEÑADORES LAS DISEÑADORAS Y LOS DISEÑADORES


A DIFERENCIA DE TODO LO QUE SE VA PERDIENDO Y TRANSFORMANDO, HAY ESPÍRITUS QUE DEBEN CONSERVARSE INTACTOS. SER MUJER ES UNO DE ESOS ESPÍRITUS. ESA PRETENSIÓN DE SER IGUALES A LOS HOMBRES PUEDE LLEGAR A CONVERTIRSE EN NUESTRA MAYOR EQUIVOCACIÓN. SOMOS DISTINTAS Y EN ESO RADICA LA RIQUEZA DE AMBOS. LAS CONVENCIONES CULTURALES QUE RELACIONAN LAS CAPACIDADES DE UNOS CON LAS DECISIONES DE OTRAS, NO SON MÁS QUE PLANAS CONVENIENCIAS CUYO ORIGEN DESCONOZCO. NACEN MUJERES COMO NACEN HOMBRES Y AMBOS BAJO LAS MISMAS CONDICIONES ORIGINARIAS QUE LOS HACEN SERES HUMANOS, LUEGO PERSONAS; UNA DISCUSIÓN SOBRE ESTA IGUALDAD DE CONDICIONES YA NO TIENE CABIDA EN NUESTRO TIEMPO. EL RECONOCIMIENTO DE LAS DIFERENCIAS ES BIENVENIDO Y LAS GENERALIZACIONES NO SON DEL TODO CIERTAS. EN LA BÚSQUEDA DE LA ARMONÍA, PUEDE DESARROLLARSE EL SER HUMANO AL MÁXIMO. EN LO QUE RESPECTA A LOS HOMBRES, ESTA BÚSQUEDA VA DE LA MANO DE LA NECESIDAD QUE LE LLEVA A TRABAJAR Y A USAR SU FUERZA EN ELLO. EL MUNDO QUE VIVIMOS HA SIDO CONSTRUIDO POR ESA FUERZA MASCULINA QUE HA CONSEGUIDO UN NIVEL DE DESARROLLO CONSIDERABLE AUNQUE CON LA JUSTIFICACIÓN DE POSPONER LA ARMONÍA PARA OTRO MOMENTO.


A LAS MUJERES EN CAMBIO NOS INTERESA MÁS LA ARMONÍA MISMA QUE LOS MODOS DE CONSEGUIRLA, ES MÁS, ESTOS MODOS MASCULINOS DE ALCANZARLA CON TRABAJO DESVÍAN SU ATENCIÓN AL DESARROLLO Y SE VEN ENVUELTOS EN INJUSTICIAS, DESIGUALDADES Y CONFLICTOS QUE LE HACEN PRESOS DE SU MISMA INVENCIÓN, CUANDO A LA ARMONÍA SE LLEGA POR LA LIBERTAD, Y EN EL EJERCICIO DE ESTA NO HAY LUGAR PARA CONFLICTOS. ES COMPLICADO DE ENTENDER, LO ES MUCHO MÁS LLEVARLO A CABO EN LAS CONDICIONES QUE VIVIMOS AHORA, PERO ES JUSTAMENTE ESA MANERA DE PENSAR LA QUE NOS CARACTERIZA A LAS MUJERES. NO TENEMOS CERTEZAS EN CÁLCULOS Y PLANES, TENEMOS INTUICIONES BASADAS EN CONVICCIONES Y SON ESAS LAS QUE NOS CONDUCEN A ACTUAR EN COHERENCIA, LAS QUE NOS DAN UNA FUERZA DISTINTA COMO PARA IMPREGNAR DE FERTILIDAD TODO LO QUE HAGAMOS INCLUSO EN EL MÁS ÁRIDO DE LOS PANORAMAS. NO ES GRATUITO ENTONCES QUE SEAMOS QUIENES CON ESA MISMA FUERZA, DEMOS NACIMIENTO A LOS OTROS QUE COMO TODAS Y TODOS TAMBIÉN IRÁN EN BUSCA DE LA ARMONÍA, LA PROPIA EN PRINCIPIO. A LA ARMONÍA SE LLEGA POR LA LIBERTAD DE PENSAR Y CONSTRUIR UN LUGAR EN QUE HOMBRES Y MUJERES EXTRAORDINARIOS IMPREGNEN AL MUNDO CON ESTE ESPÍRITU Y A PUNTA DE EJEMPLO. ESTA ES UNA IDEA ROMÁNTICA, NOSOTRAS SOMOS ROMÁNTICAS. ESTE NO ES UN OBJETIVO AL QUE PUEDA LLEGARSE CON UN PLAN EN


UN TIEMPO DETERMINADO, NOSOTRAS CONCEBIMOS AL TIEMPO DE UNA MANERA DISTINTA, NOS PASAN COSAS IMPORTANTES CUANDO NOS PASA EL TIEMPO. ESTA IDEA ROMÁNTICA ES UNA MERA INTUICIÓN QUE NOS DICE COSAS, QUE INSISTE, QUE GUÍA Y QUE LLEGA A CUMPLIRSE Y A SORPRENDERNOS COMO MUCHAS OTRAS. EL RETO HOY ESTÁ EN APRENDER A ESCUCHARLAS Y SEGUIRLAS, A RETOMAR LAS CONVICCIONES Y EN ELLO DEJAR DE CEDER Y NEGOCIAR AQUELLO QUE NO NOS CONVENCE DEL TODO PERO A LO QUE HEMOS DECIDIDO APORTAR SOLIDARIAMENTE UNIÉNDONOS A LA NECESIDAD CON QUE EL HOMBRE HA CONSTRUIDO NUESTRO MUNDO


ESTE DOCUMENTO ES UN ARTIFICIO


Aunque sé que son míos, mis experiencias, mis crisis, mis estados de ánimo, mis malestares, mis temores, sé entonces que también son suyos y de muchos. Este trabajo es al mismo tiempo que la crisis y los malestares, la búsqueda de un espacio en que reconocerme, la necesidad de expresarme, de encontrar los argumentos para hacerlo, es al mismo tiempo decir y escuchar, exponer y exponerme, pensar mucho y sentir más. Este artificio es el resultado de haberme situado en el terreno de la indefinición y de la incertidumbre con la sola intención de tratar de entender cómo es que esto que estudié y me enseñaron, de lo que estoy a punto de graduarme, participa en la forma en que sentimos al mundo, la manera en que lo miramos y lo vivimos. Los malestares que ocupan mi situación no radican simplemente en una crisis circunstancial que busque ser desahogada a puertas del mundo profesional, responden a la lectura que he hecho del diseño a lo largo de mi vida universitaria y que me involucra académica y personalmente en este trabajo con la convicción de que no sólo lo considero como el espacio para expresar aquello que no puedo dejar de decir, sino también porque se que me orienta a una vida profesional coherente.

(2)


Conversando sobre este trabajo William dijo algo, que como casi todo lo que dice, lo pone a uno a pensar: el diseño industrial es el estado actual lamentable en que quedó la imaginación. ¿Cómo llamar la atención sobre esto? A ello me he dedicado los últimos meses, a centrar mi atención en ese asunto. Como lo que me convocó a pensar en esto fue el malestar sobre este estado actual lamentable, decidí seguir esta ruta y poner en crisis lo que es y ha sido el diseño industrial pero bajo la perspectiva de las personas que diseñan, es decir que este trabajo tiene un enfoque crítico al diseño que cuestiona sus paradigmas, sus discursos y sus legitimaciones, a partir de quienes lo aprenden, lo piensan, lo ejercen y además quienes pueden tener iniciativas, acciones y reflexiones que puedan subvertir este malestar. Ahora bien, la estructura en que se soporta este artificio aborda como punto de partida la condición actual en que se encuentra nuestra experiencia y la manera en que se forman tensiones entre ésta y la actividad de diseñar. Encontré dos conceptos fundamentales para poder abordar estas tensiones y contradicciones: el habitar y el tiempo como entes fundamentales de la experiencia pero olvidados u opacados por otros fenómenos propios de esta época. Lo que resulta de todo esto es una dialéctica que se mueve constantemente entre las personas que diseñan, el habitar, el tiempo y la condición actual de nuestra experiencia; de allí surgen varios descubrimientos que guiarán la postura ética y política con la que me interesa contagiar a otras personas. Finalmente este artificio se hace patente en un documento pensado, escrito y estructurado de una manera muy singular y que hace alusión a la acción de desarmar como estrategia dialéctica. Tratar de desarmar una ideología, tratar de desarmar la frase de un poema, tratar de desarmar un texto filosófico y hallar en este hacer ciertas señales que puedan reconstruir de sus fragmentos un sentido más amplio de ver no sólo al diseño sino al mundo mismo, un sentido de ver a este documento no como un mero discurso sino como un conjunto de acciones que nos ayuden a liberarnos de este malestar: el dialogar, el reunir y el movilizar.

(3)


MANUAL DE INSTRUCCIONES ESPECIFICACIONES Hace 5 años comenzó el grupo Dendrita, el único grupo estudiantil que ha tenido la escuela de Diseño Industrial dentro de sus registros. En ese tiempo nos embargaban las preguntas, igual que ahora, sólo que en ese momento conocimos a quien nos enseño la fascinación por ellas, la misma persona que hoy dirige éste trabajo de grado. Al parecer había cosas que no nos satisfacían del todo, no encontrábamos en la academia el lugar para dedicarnos a pensar sobre el diseño, para pensar esas preguntas, para mostrárselas a otros y construir algo entorno a ello, cualquier cosa que fuera un testimonio de aquellas conversaciones de café, de bar, de fiesta, de trasnoche. Así, y con nuestros incipientes textos para la clase de teoría comenzó a circular la revista Dendrita que hoy ya tiene cuatro números publicados y un reconocimiento importante no sólo dentro de la comunidad universitaria sino también a nivel internacional. Con Dendrita mi formación adquirió un matiz diferente y enriquecedor que me sitúa con cierto optimismo frente al diseño, hemos aprendido a vivir en el borde de la carrera y bajo una perspectiva que contempla la reflexión constante y la búsqueda de espacios y personas con que podamos establecer esos vínculos dendríticos que nos llevan a cargar de sentido todo aquello que emprendamos.

(4)


Hace justamente un año, María Consuelo Nieves y Victor Andrés Parra presentaron un trabajo de grado titulado: El artificio como documento del deseo, dirigido también por el Maestro William Vásquez, en el que proponen una nueva mirada de las relaciones sujeto-objeto en el diseño, situando al objeto como centro del estudio y bajo el concepto de Artificio como documento, que es testimonio de historias sucedidas, como huella cuyas evidencias pueden rastrearse; y al sujeto bajo un caso de estudio particular, en este caso el deseo. Este trabajo monográfico fue reconocido con el grado honorífico de la Facultad de de Artes para estudiantes de pregrado. Este documento, producto de mi trabajo de grado, puede considerarse un artificio como documento; como artificio que nace de toda la naturaleza artificial que nos rodea y que adquiere el «carácter contenedor de narración y acción», que «juega... a detener y contener en sí la noción de tiempo». Al pensar sobre nuestra condición actual, nuestra experiencia, y al situarnos en un tiempo nuestro, entonces este artificio «habla de nosotros, de nosotros como usted y yo, es el confidente de lo que sucedió, el confesor de lo que solo usted y el han hecho acontecer, él esta hablando de lo personal y lo privado que ha sido el hecho.», parte de lo personalmente mío y se dirige a lo personalmente suyo, «el hace, siente y queda, su historia la cuenta y se cuenta, no se usa y se bota, se ve y se comenta». Este documento-artificio tiene justamente el propósito de ser visto, comentado, fotocopiado, movilizado; su intención es hacer partícipe un testimonio de nuestro tiempo que sea tanto narración como acción.

(5)


QUÉ CONTIENE ESTE ARTIFICIO Las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo es una iniciativa cuyo propósito es considerar con detenimiento la condición en que habitamos nuestro mundo. Consiste en una serie de reflexiones, preguntas y acciones cuyos recorridos intentan entender los modos en que se establecen las relaciones y tensiones propias de la actividad de diseñar para este tiempo. La investigación pretende interpretar los rasgos de nuestra condición desde una perspectiva crítica y que establezca una dialéctica entre las preocupaciones académicas que conciben el diseño a partir de algunos de sus antecedentes históricos, de modelos culturales vigentes en que se reconoce y de discursos ideológicos en que se fundamentan, tanto su teoría como su práctica; y la experiencia de la vida cotidiana como espacio en que se entretejen y visualizan dinámicas sociales, culturales y políticas que propician la lectura crítica y política de nuestro tiempo.

PARA QUÉ SIRVE Para realizar una reflexión encaminada a entender los rasgos de nuestro tiempo a partir de la interpretación de relaciones y tensiones que se establecen entre las personas, el universo material, el espacio, y el tiempo, a la luz de las acciones que las diseñadoras y los diseñadores ponen en movimiento en estas dimensiones de la existencia humana. Para pensar espacios que puedan vincular a las personas que diseñan entorno a una mirada más amplia y crítica de nuestra condición; y en donde se puedan gestar acciones políticas que hagan frente a las prescripciones ideológicas que han guiado nuestro quehacer a lo largo de la historia. Para emprender una búsqueda en la vida cotidiana que permita vincular esta reflexión fundamentalmente discursiva con la dimensión experiencial de nuestra condición, esto con el ánimo de no perder de vista que a partir de las experiencias cotidianas es que se puede rastrear el funcionamiento social, cultural, político y económico de nuestro tiempo.

(6)


PREGUNTAS FRECUENTES El habitar un tiempo y un espacio constitutivos de nuestra experiencia como seres humanos, y el pensar que la actitud y el oficio de diseñar configuran material e ideacionalmente esa experiencia que todas y todos compartimos aunque de maneras tan distintas; implica sin lugar a dudas que la responsabilidad por la condición en que encontramos esa experiencia hoy, es en buena medida nuestra. En ese sentido, la formación y acción de los diseñadores tiene que contemplar las relaciones que establecen las personas con las cosas, con el entorno y con el tiempo para poder generar objetos realmente cargados de relevancia cultural, que evoquen significados, que posibiliten diálogos y que además en sí mismos y en su proceso de creación produzcan conocimiento y posibilidades de cambio. Este trabajo es importante en la medida en que considero que ser diseñadora de nuestro tiempo es determinante para transformar esta condición lamentable en que encontramos a veces nuestra existencia, el sólo hecho de convertir nuestra condición en una pregunta digna de ser pensada ya es un buen camino.

ACERCA DEL DESARMAR La metodología que siguió este trabajo esta relacionada con la idea de des-armar como recurso teórico para entablar el análisis de los temas o conceptos que interesan a esta investigación. Desarmar como la manera de entender cómo están hechas las cosas, como funcionan, cuáles son sus partes, para qué sirven, cómo las hicieron, o simplemente para echar un vistazo, para hacer mantenimiento, para reparar algo, para hacer una transformación o simplemente para cacharrear. Lo que me interesa del des-armar es que en el proceso se van haciendo hallazgos interesantes, supone cierto rigor y una singular incertidumbre ante aquello con que nos encontremos. Mi intención fue des-armar el discurso ideológico del diseño industrial a la luz de las personas que diseñan para examinar y diagnosticar su condición, des-armar una frase de un poeta para encontrar la manera en que funciona el habitar y entender cómo sus partes fundamentales están conectadas unas con otras, y des-armar un texto filosófico para rearmarlo de nuevo en el proceso de entender qué es el tiempo y en ese des-armar y rearmar encontrar el sentido de este concepto en mi investigación.

(7)


Ahora bien, metodológicamente me inspiré en el trabajo de Walter benjamin en su proyecto de los pasajes al cual define de la siguiente manera: “método de este trabajo: montaje literario, no tengo nada para decir pero sí para mostrar”. Acudo a este método en el que la teoría resulta de: la selección de citas o fragmentos de textos de diferentes autoras o autores que abordan conceptos puntuales e importantes para el tema como por ejemplo: ideología, legitimación, modernidad etc.; el comentario de esos fragmentos a partir de mi mirada, de mi interpretación, de mi formación; y el vínculo de estas citas en la construcción de un montaje con sentido en el que se pueda navegar a lo largo de las relaciones, los conceptos, los autores y los mismos comentarios.

FORMA DE USO Desde el mismo índice del trabajo comencé a plantear una especie de juego que podrá ser descubierto a lo largo del documento, este juego consiste en descubrir la estructura y el recorrido con que esta investigación se llevó a cabo, sus argumentos teóricos, sus hallazgos, sus vínculos y su razón de ser en el todo que constituye este trabajo. La idea es estar atentos a la lectura sin descuidar la construcción mental que se va haciendo respecto a la intención teórica y conceptual de este artificio diseñado y pensado como acción y narración. Hay tres textos fundamentales en este documento que responden a la pregunta por cada uno de los conceptos que aborda el titulo, es decir, des-armé a las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo, para entender con precisión el enfoque y carga teórica que contempla este nombre. Cada uno de los tres capítulos contiene dos ensayos, un primer ensayo estrictamente teórico que des-arma el concepto a tratar, y un segundo ensayo que vincula a éste tema una experiencia vivida a lo largo de este semestre.

(8)



EL ABURRIMIENTO ES LA ANTESALA DE GRANDES HAZAÑAS Walter Benjamin


Dialogar DES-ARMAR PARA EXAMINAR Y DIAGNOSTICAR



EN LA VIDA COTIDIANA,

¿CÓMO RASTREAR SUS EVIDENCIAS? En la búsqueda de un espacio en el que pueda tratar de entender lo que representa ser diseñadora, encontré un camino que se inicia con el hecho fundamental de que soy antes que todo un ser humano. Pude haber escogido una ruta diferente y partir del diseño industrial, pero me enfrentaba sin remedio con el hecho de que hoy después de seis años en la universidad, éste me resulta ajeno y distante, situación que con más veras me remitió a un segundo rumbo. He considerado éste, el camino más completo puesto que en los modos en que los diseñadores conciben su oficio, se reúnen en torno a 1 Aquí “hablar” es clave no sólo por sus intereses, predican sus postulados, y se relacionan con el mundo, la estructura dialéctica en la que se basa el trabajo, sino también es que se puede rastrear el motor ideológico de la disciplina y de la porque es el lenguaje mismo el que profesión. Son las personas que diseñan quienes me interesan por ser se ve profundamente transformado a lo largo de estas etapas. Hacer una de ellas y porque son mis interlocutores, con ellos puedo un estudio minucioso de la establecer un diálogo, iniciar una discusión y por lo tanto pensarles, movilidad y los cambios del lenguaje en un diseñador sería conocerles, entenderles. todo un proyecto; pero lo que me interesa por ahora es destacar la El sentido de este texto entiende a las personas que diseñan desde su importancia que tiene tanto para el condición de seres culturales, hasta su ejercicio profesional, pasando por la trabajo como para el diseño sin entrar en profundidad. actitud que les reúne y su formación disciplinar; llegando de nuevo a su condición cultural actual. Esta estructura responde a una trayectoria temporal acumulativa, en la que cada fase está estrechamente relacionada 1 con las demás, de modo que puedan hablar como proceso y síntesis de sus predecesoras, buscando conformar un todo complejo.

(13)


LAS DISEÑADORAS Y LOS DISEÑADORES: SERES CULTURALES Aunque pueda sonar redundante este título puesto que todos los seres humanos hoy somos seres culturales, me interesa detenerme en ello como presupuesto que guía esta reflexión. La cultura puede ser uno de los más complejos conceptos a definir, a lo largo de la historia y desde diferentes corrientes de pensamiento se han formado definiciones y clasificaciones diferentes con lo que tiene que ver con esta, ciertos paradigmas y encasillamientos se van difuminando con el tiempo, la misma trayectoria del hombre en el mundo hace que todo lo que le rodee se transforme, que nunca sea igual, quizá sea eso lo que impida hacer elaboradas definiciones de cultura, incluso podríamos decir lo mismo del diseño pero en ello nos detendremos más adelante. Lo que sí es cierto es que hay un detrás, ya hay un camino recorrido, ideas establecidas, practicas comunes, comportamientos etc., que visualizan lo que aquí me interesa de la cultura como trayectoria y acumulación. Acudo a dos pensadoras del siglo XX para entender este fenómeno de la cultura como acumulación compleja: a Mary Douglas, antropóloga inglesa; y Hannah Arendt, teórica política judía. 2

En 1996 Mary Douglas escribió Estilos de pensar , una serie de ensayos sobre distintos temas de la vida cotidiana que hilaba a lo largo de una reflexión sobre los diferentes modos en que los individuos se comportan culturalmente de acuerdo a sus gustos. En la introducción plantea la siguiente idea de cultura: 2 Mary Douglas, Estilos de pensar, Ensayos críticos sobre el buen gusto. Gedisa, Barcelona, 2008. 3 Íbid., p. 13. 4 Hannah Arendt. La condición humana. Paidós, Barcelona, 1993. 5 Íbid., p. 206 y 207.

«Hay un punto en el que un pensamiento privado, después de haber sido concebido, o bien se desvanece, o bien encaja en un marco previamente dispuesto de conexiones entre lo ya acumulado. Luego permanece formando parte del ambiente local que atrapa futuros pensamientos y los 3 retiene firmemente. Este proceso es cultura en acción.»

Por su parte Hannah Arendt dice en La condición humana4, que la imposibilidad de poner en palabras la definición de quién es el hombre, tiene una gran relación con lo que ella llama «la esfera de asuntos humanos», es decir, nuestra existencia primordial como seres que actuamos y hablamos se da en medio del mundo de cosas en que nos movemos, una parte de este mundo real es tangible, objetivo y nombrable; la otra parte, intangible, formada por hechos y palabras que se dan de unos hombres para otros no es menos real, a esta la llama la «trama de las relaciones humanas» y en ella cae todo aquello que se hace o dice dejando consecuencias, aquello en lo que pueda descubrirse quién es el hombre.5

(14)


Para Mary Douglas es un marco de conexiones, en Hannah Arendt es una trama de relaciones; ambas son producto y soporte de lo que sucede entre los hombres; de ellas emana el sentido de su existencia, desde los pensamientos individuales hasta las actuaciones colectivas; ellas atrapan, en ellas cae todo lo que tenga que ver con la existencia del hombre en el mundo. A esa acumulación como tejido, proceso y producto, entiendo como cultura. Ahora bien, sin la pretensión de acudir a complejas teorías antropológicas, sociológicas o culturales y con el fin de entenderlo de la manera más sencilla, señalo a los seres culturales de la siguiente manera: Las diseñadoras y los diseñadores son antes que todo personas, hombres y mujeres, corporales, sensibles, espirituales, emocionales, razonantes, expresivos. Habitan un espacio físico, un territorio en que se desenvuelven; este lugar les proporciona un ambiente, unos recursos que en estado original son llamados naturaleza. Ese habitar se da en un tiempo, día, noche, época, estación, siglo, minuto. Estos seres espacio-temporales establecen relaciones de diversa índole y siempre están mediadas por algún modo de comunicación que les permite expresarse, vale decir el lenguaje. La relación que las personas establecen entre sí y su capacidad de organización en comunidades, grupos o familias, les hace sociales; las acciones que llevan a cabo con el fin de decidir respecto a los objetivos de la sociedad en que conviven les hace políticos; el propósito que tienen de documentar y registrar su trayectoria a lo largo del tiempo, en el cuidado de su memoria, les hace históricos; las expresiones tangibles o intangibles que dan cuenta de la relación que una comunidad establece con su entorno en una trayectoria temporal les hace culturales. Los productos de esas relaciones pueden ser arte, objetos, tradiciones, patrimonios, ciudades, normas, instituciones, gastronomía, entre muchísimos otros, que en su proceso de construcción, como en su finalidad constituyen los saberes y el conocimiento. Esta breve simplificación de lo que considero son los seres culturales, es pertinente en la medida en que las personas que diseñan o que están aprendiendo a diseñar ya traen consigo una inmensa carga cultural debido a la ciudad en que crecieron, el idioma que hablan, la religión que practican, la educación que recibieron, su posición política, sus sueños, experiencias, habilidades, expectativas, recuerdos, los objetos que usan, las personas que estiman, los imaginarios en que creen, entre cantidades de factores que no son posibles de poner al margen por más objetivo que deba ser su trabajo. La cultura habita en ellos, ellos habitan la cultura.

(15)


A LAS DISEÑADORAS Y LOS DISEÑADORES NOS REÚNE LA MISMA ACTITUD Los intereses que han dado lugar al desarrollo de conocimientos específicos y de allí, a configuración de profesiones, oficios y disciplinas, no reside en la aparición mágica de objetos y áreas de 6 estudio, sino -entre otras cosas - en el surgimiento y la persecución de sueños en la expectativa por alcanzar metas, que nacen de personas que se terminan reuniendo entorno a una misma pasión. Es difícil determinar con exactitud de dónde provienen las habilidades y destrezas, así como los deseos que llevan a las personas a vivir de acuerdo a determinados modos de vida, practicar ciertos deportes, gustar de un tipo de música o inclinarse por distintos «estilos de pensamiento» como diría Mary Douglas; lo que sí sabemos es que en la mirada con la que observamos el mundo incide la cultura significativamente. Y precisamente son esas miradas las que nos vinculan alrededor de algo. Ese algo que puede relacionarnos y unirnos es lo que Hannah Arendt llama interés que viene del griego inter est, lo que significa estar entre; es decir, aquellos «asuntos del mundo de cosas en que se mueven los hombres, que físicamente se encuentra entre ellos y del cual surgen los específicos, objetivos y mundanos intereses humanos.»7 Que aquel interés que reúna a los diseñadores sea una determinada actitud, deriva básicamente de los rasgos culturales que los conforman, de toda su experiencia previa, una singular disposición con la que aprehenden el mundo a su rededor y comienzan a interpretarlo y transformarlo. La palabra actitud proviene del latín actitudo que significa posición o también manera de pensar, de actuar o de reaccionar; por lo que podemos inferir que diseñar es una manera de pensar, yendo más allá diremos que diseñar es una manera de estar en el mundo. 6 Entre esas otras cosas se refiere por supuesto las coyunturas históricas que embarcan toda una serie de situaciones particulares de orden social, político, científico etc., pero que no me ocupan en este momento pues justamente es desmarcándome de ellas que logro reflexionar sobre las actitudes. 7 Arendt. Op. Cit., p. 206.

Hay una serie de rasgos característicos pero no generalizables ni exclusivos que convocan a las personas entorno al diseño. El punto de partida y la razón por la que nos aproximamos al diseño radica en un vínculo fuerte que establecemos en nuestra vida cotidiana con el ambiente material: nuestra fascinación por los objetos y su lenguaje, las imágenes que nos convocan.

(16)


Alrededor de los objetos desarrollamos ciertas actitudes y ciertas habilidades, comenzaré con las primeras: Las personas que diseñamos somos buenas lectoras, solemos ser observadoras y detallistas, queremos saber cómo y con qué está hecho cada objeto a nuestro alrededor, percibimos cuando hay cosas que nos hacen sentir bien o mal, cómodos o incómodos, conmovidos o indiferentes, y podemos distinguir qué es lo que nos produce tal percepción; de allí que esta sensibilidad nos acerque significativamente a los artistas, pues compartimos un interés particular sobre las experiencias estéticas. Ahora bien, las lecturas que hacemos siempre van encaminadas a la proposición de una transformación, por la vía de una aprobación, una crítica o un malestar. Una vez leímos las sensaciones que nos provocan los objetos tendemos a evaluarlos y desarmarlos mentalmente -o incluso literalmente- en un proceso que califica sus atributos y al mismo tiempo prescribe las acciones necesarias para hacerlos mejor. ¿Y por qué mejor? ¿Cómo se juzga lo que es mejor de lo que no? ¿Y respecto de qué es mejor?, los diseñadores insistimos en encarnar a toda la humanidad en nosotros mismos y creer de esa manera que tanto las percepciones como los juicios de valor y los ideales de transformación, son compartidos y consecuentemente aceptados por todas y todos, aun cuando cada lectura, cada juicio y cada idea respondan a un universo cultural muy singular: el de cada uno; y que 8 Esta tendencia a la uniformidad que tiene un carácter por si fuera poco se generaliza y se abstrae a tal punto de uniformidad eminentemente moderno, puede 8 llevarnos a caer en prejuicios, que le llamamos usuario . Una mezcla de altruismo y egocentrismo estereotipos y presuposiciones que deja huella en todos los objetos que diseñamos y cuyo balance fuera de lugar, si no se orientan de una manera respetuosa y oscila de acuerdo a la manipulación que se haga de las lecturas, los generosa respecto a todas y juicios y las ideas, y que no siempre es individual, por el contrario tiene cada una de las personas con quienes nos relacionamos y un origen cultural e ideológico. para las que trabajamos. Con respecto a las habilidades, estrechamente relacionadas con las actitudes que acabo de mencionar, existe una opinión bastante difundida (por lo menos en nuestro entorno inmediato), que a muchos molesta y que otros aprovechan: “los diseñadores hacen de todo”; y no desgloso el todo precisamente porque ese todo sí nos define en cierta manera: tenemos la singular habilidad de movernos en diferentes campos al mismo tiempo, atendiendo lo particular sin perder de vista lo general o viceversa, –una habilidad por cierto muy femenina a propósito de las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo- gracias a otra destreza, que es la de estructurar el pensamiento en esquemas mentales complejos valiéndonos de jerarquías, conexiones, relaciones y

(17)


movimientos, que derivan en una siguiente aptitud, la de traducir ese proceso verbalmente, gráficamente o tridimensionalmente. De ahí, que podamos dar solución a problemas de manera funcional e integrada como reflejo de todo ese proceso mental que acabo de mencionar, sumado a la actitud propia de los diseñadores. Es necesario mencionar una habilidad -que yo llamaría talento- y que tiene su equivalente como actitud; aquí entiendo la habilidad con fines instrumentales mientras que el talento con fines expresivos. Hablo del sentido estético o lo que hoy puede ser llamado como competencia estilística. Aun cuando la apreciación de lo bello o de aquello que no es bello es fundamentalmente subjetiva, los diseñadores hacemos uso de este talento que inicia con la percepción, para convertirlo en comunicación y de esa manera utilizar diferentes lenguajes formales en los objetos que diseñamos, para que las personas tengan experiencias estéticas agradables. Pero como el lenguaje formal maneja una serie de normas y parámetros que generan mensajes muy efectivos, entonces se suele generalizar al diseñador como operador instrumental de tales lenguajes, desconociendo o desvirtuando el resto de sus habilidades y actitudes.

LA FORMACIÓN DISCIPLINAR: CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGICA DEL DISEÑO INDUSTRIAL A lo largo de estas reflexiones he estado hablando de las personas que diseñan independientemente de que tengan o no formación disciplinar o que se desempeñen profesionalmente, lo que me lleva a aclarar que el sentido que las personas tienen en esta fase no radica en su experiencia y acumulación cultural sino en su participación como sujetos dentro de la construcción teórica, histórica y practica del diseño industrial y sus connotaciones universales. Las actitudes como las habilidades del apartado previo terminaron señalando actuaciones que no son inherentes de las personas que diseñan sino que responden a manipulaciones externas de índole cultural y que nos remiten inmediatamente a lo que aquí llamo una construcción ideológica del diseño industrial. Para hablar de diseño industrial debemos remitirnos a la modernidad no sólo como periodo histórico sino también como pensamiento, puesto que es en las ideas y movimientos que le dieron origen y que le caracterizan, que se fundamenta no solo la aparición del oficio del diseñador y seguidamente su conformación académica, sino también, que de allí parte el grueso de las concepciones políticas que han regido a todos los asuntos del mundo desde entonces.

(18)


El filósofo americano Marshall Berman captó el fenómeno de la modernidad en su obra 9 más reconocida: todo lo sólido se desvanece en el aire , en la que distingue tres momentos constitutivos del movimiento moderno: la modernidad como el conjunto de experiencias compartidas por los hombres y mujeres de hoy «ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros y del mundo y que al mismo tiempo, amenaza con destruir 10 todo lo que tenemos, todo lo que somos» ; la modernización como el conjunto de procesos que a lo largo del siglo XX se expandió con el mercado capitalista, el crecimiento urbano, la industrialización de la producción entre otros fenómenos; y el modernismo visto como los valores y visiones que durante el siglo XIX invadieron al publico moderno en la sensación de verse como sujetos y objetos de ese proceso. Susan Buck-Morss y Celeste Olalquiaga también han estudiado este fenómeno de la modernidad, la primera interpretando la obra de Walter Benjamín y la segunda estudiando el kitsch. En la lectura que hice de ellas identifiqué tres rasgos que caracterizaron a la modernidad y que están estrechamente conectados: Primero, una ruptura drástica con respecto al pasado y la tradición en la búsqueda del porvenir, esto es, la idea de progreso, que encuentra en la imposición de la razón, el estandarte que guíe todas las acciones políticas de la sociedad hacia el desarrollo. En la interpretación que Susan Buck-Morss hace del Proyecto de los Pasajes de Walter Benjamin, muestra, entre otras razones que Benjamin ataca de manera explícita la premisa del desarrollo progresivo que tenía lugar en las teorías Darwinianas de la evolución social: Critica la «doctrina de la selección natural»porque « (...) popularizó la noción de progreso automático, además promovió la extensión del concepto de progreso a todo el ámbito de la acción humana». En contraste, su constelación ideacional de «historia natural» no presupone ningún resultado feliz, en realidad ningún estado social necesario.11

Segundo, coincide con el auge de los adelantos técnicos y científicos que dieron lugar a la revolución industrial en el siglo XVIII y XIX y de allí al tránsito de una sociedad basada en la tradición fundamentalmente artesanal y agrícola, hacia una sociedad en la que la producción de mercancías para el consumo masivo sentó las bases del capitalismo. 9 Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, Siglo veintiuno editores, México, 1991 10 Íbid., p. 1. 11 Susan Buck-Morss, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes, Colección La Balsa de la Medusa, Madrid, Visor, 1995, p. 96.

(19)


La historiadora cultural venezolana Celeste Olalquiaga en su libro El Reino Artificial, habla así de la entrada del consumo en la modernidad: Los bienes de consumo eran “imágenes de ensueño” o “imágenes del deseo”: más que objetos, representaban deseos utópicos. La compra de estas mercancías calmaba la sed de trascendencia temporal, reemplazando una época pasada por otra ligera y móvil, en donde el mundo era sentido como más cercano gracias a la enorme cantidad de objetos asequibles en un mercado en rápida expansión.12

Y tercero, una separación radical de las tradicionales relaciones con la naturaleza orgánica, por una naturaleza material producida por la técnica, que prometía en la novedad un futuro de abundancia y felicidad. Benjamin entendía los efectos de esta “nueva” naturaleza a la luz de la moda. Susan Buck-Morss lo explica de la siguiente manera: La moda no es sólo la moderna «medida del tiempo», sino que encarna la transformada relación entre sujeto y objeto que resulta de la «nueva» naturaleza de la producción de mercancías. En la moda, la fantasmagoría de las mercancías se adhiere a la piel.13

Celeste Olalquiaga señala estas tres características al definir la cultura del siglo XIX:

12 Celeste Olalquiaga. El reino artificial. Sobre la experiencia kitsch, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2007. 13 Buck-Morss. Op. Cit., p. 114. 14 Olalquiaga. Op. Cit., p. 15 Jean-François Lyotard. La Condición Posmoderna. Ediciones Cátedra, Madrid, 1994. p. 60.

Más que un ciclo natural de vida y muerte, la cultura del XIX entró en un estado que sólo puede ser calificado como de extrema aculturación. Ésta consiste en la reproducción infinita de artefactos culturales en nombre de la cultura misma, reproducción justificada por la noción sobre la cual descansaba todo el aparato moderno: la novedad, la creencia en que lo nuevo –ideas, mecanismos, sistemas, objetos- garantizaba el progreso y guiaba hacia aquella utopía recién descubierta, el futuro. Paradójicamente cuando esta idea del futuro caló en la civilización occidental, el nuevo sentido del tiempo acabó con la temporalidad. El movimiento cíclico de la historia quedo eliminado tan pronto el presente fue visto como discontinuo respecto al pasado a causa del futuro: para progresar, el pasado tenia que ser dejado atrás, en lugar de integrado significativamente.14

Las ideas de progreso, consumo y novedad, -que deriva en lo que hoy conocemos como innovación- son las que han soportado el aparato productivo, social, económico y político desde entonces y hasta nuestros días. Estas ideas se valen de los desarrollos científicos y técnicos para justificar su acción, así como los desarrollos en la ciencia y en la tecnología, también se justifican en el progreso y así sucesivamente. El filósofo francés Jean-François Lyotard habla de ello como «Esta disposición general de la modernidad a definir las condiciones de un discurso en un discurso sobre esas condiciones...».15

(20)


Este discurso moderno caracterizado por la racionalización de la existencia se extendió a casi todas las actividades humanas, superó los limites geográficos de Europa y se trasladó a todos los continentes; los efectivos resultados de este discurso se vieron materializados a tal escala y aceptación de la sociedad, que todo aquello que implicaban (división del trabajo, explotación de la naturaleza, crecimiento urbano entre muchos otros efectos), se vio justificado por el notable desarrollo económico y cultural para todos evidente. Tal esplendor utilizado políticamente no dejaba lugar a dudas, el proyecto moderno siguió expandiéndose dando forma a una condición de existencia bien definida cuyas consecuencias aún experimentamos. Cuando Lyotard nos hablaba del discurso moderno, se refería justamente a una definición fundamentalmente política, que radica en la búsqueda de un lugar al cual pueda remitirse el discurso y sus respectivas acciones para ser aprobados; a ello le denomina legitimación. La legitimación sirve como garantía moral de que lo que se esta haciendo está bien en tanto es aceptado por la sociedad en un consenso justo. Los discursos acuden a terceros que los legitimen y aprueben así su contenido, lo que sucede en la modernidad es que, por ejemplo, la ciencia se legitima a sí misma de acuerdo a sus contenidos, por lo que no debe acudir a nadie más y adicionalmente legitima otros campos con los que comienza a tener estrechos vínculos como la industria, el comercio, la arquitectura etc., por cuanto la sociedad misma queda aislada de su capacidad política de evaluar y decidir sobre las consecuencias de esos discursos. Naturalmente eso no sucede conscientemente, la pérdida de actuación política se debe a que, el mismo esplendor moderno capta tal atención de las masas que creó, que éstas no se dan cuenta de aquello que pierden, se vuelcan sin darse cuenta a su propia alienación. En esa medida, no es descabellado pensar que quienes buscan la aprobación y aceptación de sus discursos y sus acciones en la sociedad, es decir las clases dominantes, empleen diferentes mecanismos para lograrlo y de esa manera poder encubrirlas bajo superficies que representen condiciones ideales de bienestar. A estos mecanismos encubridores se les llama ideología y se valen fundamentalmente de una apariencia o una representación, cuyos contenidos retóricos resultan más efectivos en cuanto más ambiguos son, ya que se remiten a supuestos generalizables e ideales sobre los cuales no habría necesidad de cuestionarse; presentan verdades parciales como si fueran toda la verdad por lo que su poder radica en su capacidad para confundir, sugiere cierto enmascaramiento, distorsión u ocultamiento de la realidad en una imagen específica de cómo es o debería ser el mundo. A continuación cito tres definiciones de ideología por diferentes autores:

(21)


Son ideologías aquellas representaciones que “de facto nunca alcanzan la realización del contenido representado” y que incluso bajo la credulidad subjetiva del sujeto actuante, acaban “las más veces por invertirse en cuanto a su sentido en el curso del cumplimiento de la acción”. Karl Manhheim16 La ideología se ocupa de reproducir las condiciones y relaciones sociales necesarias para que las condiciones y relaciones económicas del capitalismo puedan continuar. Louis Althusser17 El intento de hacer universal y legitimar algo que, de hecho, es parcial y particular; un intento de hacer aceptar algo que es cultural como si fuera natural. Roland Barthes18 16 Citado por G. Selle en Ideología y Ahora bien, entendiendo cómo funcionó la modernidad y habiéndola utopía del diseño, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1975, p. 45. problematizado bajo los conceptos de legitimación e ideología de una 17 Citado por John Storey en Teoria manera muy somera, puede entenderse que tanto la teoría como la cultural y cultura popular, editorial Octaedro-Eub, Barcelona, 2002, p. 18 práctica del diseño, descansan sobre los mismos principios. Es decir, el 18 Íbid., p. 19 discurso moderno que justifica la reproducción industrial de bienes de 19 Buck-Morss. Op. Cit., p. 282. consumo masivo en aras del progreso, es la idea que fundamenta los postulados teóricos del diseño industrial, incluso hasta nuestros días con muy pocas variaciones; y esos postulados prescriben y legitiman la práctica del diseño que se inserta y actúa bajo esas dinámicas de orden fundamentalmente económico y que están muy por encima de otras dinámicas no menos importantes como la estética, la responsabilidad ambiental o el impacto social, que de todas maneras son vulnerables a un control ideológico.

Si bien es cierto que el diseño industrial nace históricamente con la necesidad de configurar estéticamente las nuevas mercancías reproducidas industrialmente, poco tiempo después se va consolidando gracias a la conformación de las grandes compañías de diseño, las primeras escuelas, las grandes exposiciones universales y la difusión de diferentes estilos como el Art Nouveau; incrementando no sólo su reconocimiento sino también adquiriendo una mayor participación en el sistema ideológico moderno, dadas las directas influencias que las mercancías establecían sobre el comportamiento de las personas. Al respecto Benjamin dice: Los productores de la moderna «imaginación» colectiva eran,... los artistas gráficos, los diseñadores industriales, los ingenieros y esos artistas y arquitectos que de ellos aprendían.19

(22)


Lo que me interesa en este punto es entender que todo este bagaje histórico ha determinado la teoría con la que los diseñadores nos formamos y por ende nuestra práctica, pero no es muy común que nos cuestionemos sobre ello, es más, para muchos hacerse preguntas sobre las consecuencias sociales del diseño, e incluso ir mas allá y preguntarse por cuestiones de connotaciones universales en las que el diseño participa, resulta fuera de lugar. No hace parte de la disciplina el preguntarse por ella. Esa justamente ha sido una de las misiones ideológicas a través de la teoría, entender de una manera clara y concisa, que nuestro deber es diseñar productos innovadores, que satisfagan las necesidades y deseos de los usuarios al mismo tiempo que contribuyan con el desarrollo de la industria y el progreso de la nación, y sí, suena bien, es relativamente sencillo y nuestra misión adquiere responsabilidades importantes, por cuanto nos sentimos comprometidos y convencidos pero, ¿es tan sencillo como eso? ¿Debemos contentarnos con ser instrumentos de las ambiciones de otros a quienes ni siquiera conocemos? Al parecer no hemos considerado críticamente nuestro rol político en la situación moderna, lo que explica con más razón el efecto envolvente de la ideología. En la introducción de “El diseño industrial reconsiderado”20, de Tomás Maldonado, el crítico de arte y político italiano Giulio Carlo Argan dice lo siguiente:

20 Tomas Maldonado. El diseño industrial reconsiderado, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1981

El diseño industrial es corruptible, por causa de su intencionalidad congénita hacia una sociedad affluent21, en la que el bienestar es monopolizado como un privilegio o administrado como una providencia. En una palabra, no está suficientemente politizado ¿puede haber un diseño industrial que no postule una sociedad de bienestar y que esté enraizado en otra ética?... el problema ya no atañe a la proyectación de objetos sino a los circuitos de la información de masas... la información que debería ser abierta y desalienadora, es –en cambio- un grave factor de condicionamiento. Cuando es utilizada con fines ideológicos, es un agente represivo y regresivo.22

Esta cita plantea tres puntos clave que comprometen a los diseñadores en formación: la política, la ética y el lenguaje. Pareciera que la atención que se les presta no es significativa en relación a la inmediatez metodológica que se da a los proyectos y que implica hacer justificaciones rápidas por no decir arbitrarias cuando se habla de “contexto”, “problema”, “necesidad”, “caracterización del usuario”, “inclusión”, “sostenibilidad”, “experiencia” etc., palabras que alguna vez tuvieron sentido en tanto que daban pie al debate y eran consideradas concienzudamente en el proceso de diseñar, pero que hoy derivan en palabras fáciles, insulsas y carentes de sentido en la repetición que de ellas se hace, atendiendo en su lugar a la velocidad con la que los proyectos de diseño deben ser evacuados y producidos en un tiempo cada vez menor, el tiempo de la competencia y el mercado.

(23)


Tal arbitrariedad y repetitividad en el uso de estas y muchas palabras más, da forma a un “pseudolenguaje de diseñador” que además hoy está lleno de extranjerismos irrisorios y que finalmente se encarga de desviar su significado hacia la preocupación por la superficie, la composición, el estilo, la forma, los procesos, los materiales, las tendencias y cuanta arandela surja; por lo que aquello que debería ser lo más importante, es decir la situación de un grupo de personas en determinadas condiciones de espacio y tiempo en las que el diseño puede intervenir bien sea para evaluar, mejorar o crear tales condiciones de una manera generosa y responsable; resultan impresas en una cantidad de contradicciones, estereotipos, prejuicios, exclusiones, ambigüedades, necesidades, basuras, alienación, y muchísimos otros efectos cuya responsabilidad recae en nosotros y entra a hacer parte de la experiencia que tenemos colectivamente del mundo actual. Hay que entender que son palabras cuyas connotaciones políticas y éticas así como su traducción a un lenguaje formal propositivo, implican necesariamente niveles de rigor, profundidad, responsabilidad y coherencia por cuanto se destinan a la complejidad del ser humano, la sociedad y la cultura.

EL EJERCICIO PROFESIONAL Y LA PERFORMATIVIDAD23 Una vez que el diseñador ya ha adquirido las herramientas conceptuales y metodológicas para comenzar a ejercer su profesión, y junto con la acumulación de toda su trayectoria cultural, el ejercicio de diseñar se constituye como acción intencional que moviliza justamente esa acumulación y proyecta realidades y valores específicos de acuerdo a cada quien. Si bien hay proyectos de diseño en los que el diseñador no se involucra personalmente, sí deja huella sobre ellos de alguna manera y no puede desentenderse de ello. Ahora bien, teniendo en cuenta que el diseñador no trabaja sólo, sino que se rodea de muchas otras personas y disciplinas con las que establece diálogos y acuerdos que se materializan en soluciones para una problemática especifica, esa solución tendrá en sí un proceso dialéctico que la construye y una síntesis de esquemas culturales tan variados como personas participaron en ella. La movilización constituye la puesta en acción24 un todo complejo que en su movimiento desata múltiples relaciones y factores que se van sumando a ese todo constituyendo dinámicas culturales muy fuertes en torno a sí mismo. Si consideramos cuántos objetos se movilizan en el tiempo y en el espacio que habitamos, nos hallamos frente a cantidades inimaginables de datos, historias, funciones, usos, estéticas, contradicciones, relaciones, y demás factores que constituyen nuestra compleja realidad.

(24)


Para la estructura productiva no es importante captar esta complejidad sino reducirla a lo inmediatamente necesario para dar continuidad a la producción y a la innovación, para estimular el consumo y captar la atención de los usuarios. Allí es donde la profesión pierde sentido en tanto que la velocidad de las líneas de producción y de las maquinas inyectoras nos es trasladada a los departamentos de diseño. Por lo tanto los diseñadores sirven a la producción de manera más efectiva entre menos piensen en las consecuencias sociales de lo que hacen. Ya en la década de 1970 G. Selle expresaba el modo en que los industriales conciben el quehacer del diseñador de acuerdo a aquellas características que les interesa y aquellas que no. Utópicamente sólo interesan aquellas innovaciones en el terreno de la tecnología o la estética que un día pueden explotarse con provecho, y no, en cambio, las concepciones sociales. El diseñador práctico no tiene nada que hacer con semejantes concepciones sociales, a menos que abandone su labor de composición. Pues la concepción que la industria se hace del diseño es ostensible: ella no exige más que una adaptación conciliadora a las necesidades de la producción: “la industria necesita la integración y no puede permitirse coqueteos con diseñadores sedicentes”25

Esta integración con la industria se refiere entre otras cosas a la efectividad, que es también una de las nociones más imponentes en nuestro tiempo junto con la competitividad, el mercado y muchas más al servicio de las ideologías en curso. 26 Lyotard denomina esto como performatividad , que se basa en la formación de competencias -no de habilidades sino de competición- en lugar de reforzar las ideas. Estas competencias están expresadas en términos de vender, funcionalidad, rapidez etc., y son controladas en cuanto pueden ser medibles -tienen su legitimación en el determinismo de las ciencias-. Desde una perspectiva pedagógica, Lyotard expresa la performatividad de la siguiente manera: 23 El concepto de Performatividad que aquí se maneja, corresponde al desarrollado por Jean François Lyotard en La condición posmoderna. 24 El concepto de acción que emplea esta investigación corresponde a la teoría de la acción de Hannah Arendt en La condición humana, y se entiende básicamente como tomar la iniciativa, comenzar, poner algo en movimiento; por lo que la acción de movilizar adquiere un rol fundamental en este trabajo. Acción y movilización serán profundizados más adelante. 25 Selle. Op cit., p. 28. 26 Lyotard. Op. Cit., Cap. 12: La enseñanza y su legitimación por la performatividad. P. 89-98 27 Lyotard. Op. Cit., p. 95 y 96.

La pregunta, explicita o no, planteada por el estudiante profesionalista, por el Estado o por la institución de enseñanza superior, ya no es: ¿es esto verdad?, sino ¿para qué sirve? En el contexto de la mercantilización del saber, esta última pregunta, las más de las veces, significa: ¿se puede vender? Y, en el contexto de argumentación de poder: ¿es eficaz? Pues la disposición de una competencia performativa parecía que debiera ser el resultado vendible en las condiciones anteriormente descritas, y es eficaz por definición. Lo que deja de serlo es la competencia según otros criterios, como verdadero/falso, justo/injusto, etc., y, evidentemente, la débil performatividad en general.27

(25)


Esta insistencia en ser performativos ya es una de las condiciones culturales con las que nos hemos acostumbrado a convivir, para otros ya es una cuestión inherente a su ser dada la eficacia de estos discursos, y la forma de verlos reside no tanto en qué tan performativos hemos llegado a ser sino en qué tan performativas resultan nuestras actuaciones, es decir, en qué medida nos encargamos de multiplicar y provocar esa performatividad a través del discurso y las actitudes que moviliza el diseño, y reitero, ese discurso viaja en 28 Es posible rastrear estos conceptos de “industria cultural” y “cultura de el lenguaje que nosotros manipulamos. masas” -que en algunos casos se

DE NUEVO A LA CULTURA, HOY CONSUMISTA

usan como sinónimos-, a la Escuela de Frankfurt, más específicamente a Theodor Adorno y Max Horkheimer. 29 El termino “cultura consumista” que menciono aquí, pertenece a Zygmunt Bauman y lo desarrolla en Vida de consumo.

Toda la trayectoria que las personas que diseñan han transitado desde la condición cultural de su existencia, pasando por la actitud que tienen frente a lo que les rodea, los fundamentos históricos de su disciplina ideológicamente moderna y la manera performativa en que ejercen profesionalmente; deviene en los fenómenos culturales que caracterizan nuestro tiempo. Las personas que diseñan provienen de esta multiplicidad de fenómenos cambiantes y se inserta en ellos de la misma manera.

El diseño industrial ha acompañado los fenómenos culturales característicos de estos últimos siglos: la industria cultural, la cultura de masas28, la cultura consumista29, que han provocado que la noción de habitar un mundo junto con otros, se haya transformado en un comportamiento cuyo habitar sucede en el mercado y las dinámicas comerciales y publicitarias que suceden en él. Pareciera que ya no es la tierra la que nos proporciona con su naturaleza una forma de sobrevivir y permanecer en el mundo, sino que ese rol actualmente lo juega el mercado, existimos en tanto compremos, consumamos y desechemos cuantos bienes nos ponen al frente, hacemos de las prácticas de consumo nuestra vida diaria, los consumidores son la sociedad en que nos desenvolvemos, consumir pareciera ser el hecho fundacional de nuestra cultura y lo obedecemos ciegamente porque no ha habido otro fenómeno cultural lo suficientemente fuerte para que este mundo masificado se oriente con una ética distinta a la de una elite que ponga a funcionar a las masas de acuerdo a una promesa de plenitud, progreso y felicidad; asumiendo una postura mesiánica y redentora que justifica todos los movimientos económicos, políticos y sociales que impone, esos que llegan a nuestras casas, nuestras escuelas, nuestros trabajos, esos en los que el diseño desempeña el rol clave de configurar los productos de consumo que sirven de combustible a las masas que vienen a ser el motor, la fuerza de trabajo que da vida a esta maquinaria contemporánea que solo unas pocas personas controlan y dominan.

(26)


Recientemente el notable sociólogo polaco Zygmunt Bauman, escribió un libro titulado Vida de Consumo en el que estudia la sociedad contemporánea a partir de los últimos fenómenos de consumo, comunicaciones, mercado, entre otros, mostrando que la sociedad moderna de productores, hoy en día se ha convertido en una sociedad de consumidores, que vivimos en una cultura consumista a la que define de la siguiente manera: «Si la cultura consumista es la forma en que los miembros de una sociedad de consumidores actúan “irreflexivamente” –o en otras palabras, sin pensar en aquello que consideran el propósito de sus vidas y en los medios mas adecuados para alcanzarlo, sin pensar en cómo distinguen todo aquello que es relevante para ese propósito de aquello que descartan por irrelevante, sin pensar en lo que los entusiasma y en lo que les resulta indiferente o desabrido, en lo que los atrae y en lo que les repele, en lo que les empuja a actuar y en lo que los llama a la fuga, en lo que desean y en lo que temen, sin pensar hasta qué punto temores y deseos se compensan unos a otros-, entonces la sociedad de consumidores (o de consumo) refiere a un conjunto especifico de condiciones de existencia bajo las cuales son muy altas las probabilidades de que la mayoría de los hombres y mujeres adopten el consumismo antes que cualquier otra cultura, así como las de que casi siempre hagan todo lo posible por obedecer sus preceptos.»30

Uno de esos preceptos que implica el consumo radica en otro fenómeno que le ha acompañado casi todo el tiempo y que me llama particularmente la atención, la idea de novedad que se tenía en la modernidad y que hace varias décadas es conocida popularmente como innovación. La innovación es quizá, junto con la creatividad, los dos pilares del pensamiento con los que usualmente se caracteriza a un diseñador o a una diseñadora, esa mirada innovadora que persiguen los empresarios y que alienta la academia, aquella que para efectos de dar continuidad y estabilidad al sistema productivo actual, se convierte en ideología dentro de esta sociedad de consumo. Las múltiples definiciones del concepto de innovación dicen que es una estrategia, un cambio o una aplicación creativa asociada a otros conceptos no menos complejos como: competitividad, empresa, flexibilidad, productividad, consumo, rentabilidad, comercio etc. Ahora bien, no es nada gratuito que estos conceptos se vean agrupados frecuentemente en muchas definiciones y aplicaciones de políticas económicas desde unas décadas atrás. La mayoría de estos conceptos han sido impulsados por brillantes e “innovadores” personajes pertenecientes a las corrientes del neoliberalismo o el nuevo capitalismo principalmente en los Estados Unidos, apoyando una política económica basada en el consumo. A continuación cito a Victor Lebow, analista de mercado: 30 Zygmunt Bauman, Vida de Consumo, Fondo de Cultura

Nuestra economía, enormemente productiva, exige que hagamos del consumo nuestro estilo de vida, que convirtamos el comprar y utilizar bienes, en auténticos rituales, que busquemos nuestra satisfacción espiritual, la satisfacción del ego, en el consumir... necesitamos que se consuman cosas, se quemen, se sustituyan, y se tiren, todo ello a un ritmo cada vez más rápido.31

(27)


O al sociólogo Richard Sennett en su libro La corrosión del carácter: ...Según Schumpeter, la destrucción creativa, el pensamiento empresarial, requiere gente que se sienta cómoda sin calcular las causas del cambio, o gente que no sepa qué ocurrirá a continuación.32

Y a Alfons Cornella, especialista en innovación en su página Web infonomia: La innovación se produce en el input y en el output. Si la productividad es la variable económica fundamental, y ésta se define como el cociente entre output (lo que generamos) e input (los recursos que debemos usar para generar el output), podemos innovar tanto reduciendo el denominador (input), disminuyendo los costes de producción, por ejemplo, como aumentando el numerador (output), por ejemplo, aumentando el valor percibido de lo que producimos. En el primer caso, las opciones son básicamente dos: mover la fuerza de trabajo a geografías más baratas, o automatizar la producción para aquellas funciones que deban estar cerca del punto de consumo. En el segundo caso, para aumentar el valor hay que saber muy bien qué es lo que la gente considera como tal, como valor, y luchar permanentemente contra la comoditización natural de todo producto o servicio. En ese sentido, la innovación es luchar contra la comoditización.33

Hablar de innovación implica el deseo de separarse de lo no nuevo, orientarse voluntariamente a terrenos desconocidos, no vistos, diferentes a todo lo existente. Tal separación no es posible en tanto que a lo nuevo siempre antecede lo viejo, bien como punto de partida hacia la transformación y como experiencia transitoria cuyas connotaciones espaciotemporales y de intensidad no pueden desconocerse. La idea de novedad manipulada y promovida por el mercado ofrece en apariencia valores que diferencian a aquellos que tienen la capacidad económica y la situación social para adquirir bienes actualizados a la última (que ya no lo es) tecnología, a la última moda y tendencia, a las últimas dinámicas socioculturales etc.; de los otros que no adquieren este tipo de productos por diversas razones y que socialmente se ven y se sienten juzgados como desactualizados, anticuados o fuera de onda. Lo que encubre la idea de novedad es que lo nuevo no existe categóricamente en la medida en que, por ejemplo, la tecnología se desarrolla a tales velocidades que lo último caduca en espacios de tiempo cada vez menores; las tendencias en moda se prevén con suficiente anterioridad para poder producir lo nuevo que las represente y no solo están previstas sino que nunca son del todo nuevas en la medida en que siempre hay analogías y referencias estilísticas a lo viejo por muy 32 Richard Sennett, La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo, Anagrama, España, 1998. 33 Tomado de: http://www.infonomia.com Considero importante traer esta cita porque es justamente esa idea de innovación la que circula actualmente, aquella que se vende a los empresarios y aquella que los diseñadores llevan a cabo ciegamente. Porque en ningún punto esta considerando las consecuencias sociales de su discurso y porque justifica claramente la existencia de las dos citas previas.

(28)


sutiles que parezcan; lo nuevo no existe como hecho pero sí como ideología exitosamente difundida que promueve no solo el consumo sino de allí va a la provocación de diferencias socioculturales lo suficientemente marcadas para renovar constantemente los estereotipos y prejuicios en curso, la estratificación de la población que produce drásticas diferencias en lo que son las condiciones educativas, de vivienda, empleo, etc., entre muchas otras consecuencias. Lo nuevo nos lleva siempre a buscar ansiosamente el progreso y en todos los cursos que toma lo nuevo para dirigirse a él, se agota y se renueva en una configuración tal que ya dibuje al progreso de otra manera. La novedad se agota cuando sale algo nuevo y así sucesivamente perpetuando su superficialidad y por consiguiente su subyacente estructura.

PARA CERRAR, UNA PREGUNTA A lo largo de los movimientos que las personas que diseñan realizan entre estas etapas, pierden, olvidan o abandonan ciertos rasgos mientras que se inclinan u obsesionan por otros. Es normal que se den esos desplazamientos pero no suceden gratuitamente, de hecho definen en buena medida las transformaciones de nuestra condición a lo largo del tiempo. ¿Cómo se manifiestan esos olvidos y esas obsesiones? En la vida cotidiana, ¿cómo rastrear sus evidencias?

(29)


NI SIQUIERA SABE QUE EXISTE LA POSIBILIDAD DE QUE ALGUIEN LE ESTUDIE Una imagen trágica y molesta: el miércoles 3 de junio de 2009 una mujer invidente camina por las calles de Bogotá a las 10:30 p.m, está en la Calle 45 con Carrera 24 insistiendo en caminar por en medio de las calles en lugar de ir por los andenes. Unos le pitan, otros la esquivan, otros la llevan en carro a un lugar cercano, un policía que se la encuentra no logra convencerla de que vaya por el andén como el resto de los ciudadanos después de andar con ella una sola cuadra. Tiene miedo pero es la más valiente de todas, parece desear la libertad que uno goza en el campo pero que no disfruta en las ciudades de este tiempo. Parece una locura de su parte pero es una denuncia tan justificada por este mundo que se ha transformado cada vez más en un lugar difícil de vivir, los lugares de encuentro cotidiano, tan sencillos como un anden, se nos presentan agrestes y violentos mientras que un catálogo de diseño o una simple página de ofertas en el periódico, nos presentan al mundo de una forma encantadora. Lo que soñamos hoy de un futuro esta expresado en palabras sofisticadas, cómodas y repetitivas que convencen mucho más que las acciones de protesta de alguien que sencillamente imagina que lo justo en la vida es poder caminar por un anden agradable aún cuando los demás crean que no tiene nada para ver y decir del paisaje.

(30)


a la que hemos dado forma con nuestra actitud diseñadora, ¿no muestra acaso ciertas carencias, ciertos olvidos? No puede ser que este sea el mundo ideal que imaginamos en la interpretación que hacemos de la realidad, si sí lo encontramos ideal y no creemos encontrarle ningún pero, entonces nos encontramos en muy serios problemas. El efecto que este encantamiento -que ni siquiera sabe que existe la posibilidad de que alguien le estudie-, tiene sobre todas y todos, radica en el olvido de cosas fundamentales como lo justo, la capacidad de imaginar, la posibilidad de expresarse, el cuidado por lo originario, incluso el mismo sentido común; el olvido nos pone ante una situación abismal: la imagen trágica que nos mostraba esta mujer angustiada se convierte en una mera anécdota cotidiana, hace de éste, un tiempo fragmentado en millones de anécdotas que juntas nos adormecen cada vez más. El olvido acaba con la prudencia de las distancias y la responsabilidad por las consecuencias; de repente una situación que debería ser muy nuestra y cercana se nos presenta tan distante que en algún punto termina por encontrarnos completamente ausentes. Los responsables se ausentan de sus acciones. «A la gente no le importa nada qué aspecto tenga el mundo, ese en el que las cosas se hacen publicas, en el que se habita, en el que aparece el arte y 4 en el que todo se hace posible; ese mundo debe tener un aspecto presentable»

(31)


Hay diversas sensaciones frente a la vida, para algunos todo esta mal, para otros todo parece estar bien, normal, usual. No me preocupa demasiado pensar en que todo este mal, de hecho creo que no es tan así y de creerlo este texto tendría un tono bien distinto. Lo que sí me preocupa es que todo esté presuntamente “bien”, “normal”, “usual”, “como de costumbre”, esas afirmaciones que detrás del tono y gesto de quienes las dicen, parecen ocultar incertidumbre, indiferencia, desinterés; pero de cualquier manera no hay convicción. Lo que me preocupa es que esas afirmaciones están carentes de toda reflexión, de toda introspección, de toda sospecha. Pensaría que o bien estas personas que he mencionado no creen que haya malestar alguno o no consideran que ello pueda representar un malestar. En cualquier caso lo que observo es una especie de inercia colectiva, un estado en el que vivimos ocupados todo el tiempo y que nos impide movernos del estatismo y la repetición de lo que hacemos, vemos y pensamos a diario. Un estado de concentración en el día a día – trabajar, estudiar, ir, venir, comprar, pagar, transportarse etc.-en el que la mayor parte de las actividades adquieren sentido en tanto resultan productivas y cuya continua y disciplinada ejecución nos garantiza alcanzar el objetivo principal de nuestras vidas expresado en términos de progreso, éxito, superación; y que se verían materializados gracias a nuestra capacidad de adquisición y de allí a la satisfacción de todos nuestros deseos. Por lo tanto, toda actividad que nos distraiga del objetivo (progreso) y del trabajo que ello requiere (producir), resulta contraproducente, nos desconcentraría, nos haría vulnerables al malestar de la realidad. Estos estados de inercia o bien en palabras de Benjamin como ensoñación o 1 encantamiento, esconden tras sus dinámicas, estructuras discursivas en las que se soporta y justifica su operación y mantenimiento. Aunque cambian a lo largo de la historia y se transforman por las coyunturas temporales, imaginarios culturales o intereses de las estructuras dominantes; sus mecanismos y objetivos descansan justamente sobre la dominación y el poder, acudiendo a recursos ideológicos aparentemente inofensivos y ampliamente aceptados por la sociedad como el mercado, la moda o el consumo masivo. Es posible abordar esta ensoñación desde una perspectiva anatómica de nuestro tiempo, como si nuestra condición se debiera a que muchos de los efectos de nuestro pasado como secuelas de una enfermedad, se sumaran a nuevos síntomas de la y

(32)


actualidad y diagnosticaran una especie de patologías contemporáneas2 que al ser identificadas y estudiadas descubrirán la estructura que se esconde tras la piel, su funcionamiento y su razón de ser. Por ejemplo haciendo un barrido rápido de algunos de los rasgos de nuestra condición, encuentro cuatro discursos generales y popularmente conocidos:3 1. Idea de progreso, 2. Condición marginal, 3. Inclusión social y 4. Terrorismo. Cada uno de ellos está identificado por tres variables que los caracterizan: 1. La realidad que estos desean derrotar, incluso desconocer, 2. El sueño que desean alcanzar, materializar, y 3. Las estrategias empleadas para promoverse socialmente. Dentro de las realidades que desean derrotar están: necesidad, pobreza, ignorancia, muerte, frustración, guerra, fealdad, incapacidad, exclusión de género, raza o procedencia; los ideales que se oponen a esta realidad están expresados en términos de: seguridad, paz, oportunidad, inclusión, educación, belleza, acceso, emprendimiento, superación, empleo; y finalmente, las estrategias con las que se promueven socialmente visualizan los imaginarios, los medios utilizados, las teorías a que recurren, las prácticas que justifican y las ideas que multiplican: acceso: programas educativos de amplia circulación y facilidad; ocio y tiempo libre: medios de comunicación, consumo, tecnología; estatus: adquisición, abundancia; empleo: seguridad, oportunidad, estabilidad; emprendimiento: competitividad, mercado, innovación. A grandes rasgos puede verse que la dimensión sobre la cual se mueve todo el aparataje de los discursos actuales es ideológico y se refiere a una mirada económica de la historia impulsada por los desarrollos tecnológicos y que se enfoca en las facetas productivas y en la superficie de la existencia humana. Estos desarrollos se valen de variantes lingüísticas de los discursos, que son controladas estratégicamente y que legitiman la acción de los actores y responsables de esta visión. Estas variantes estratégicas calan en la sociedad a modo de imaginarios que se sitúan en tramas potentes de lo que comúnmente llamamos necesidades. Las dinámicas sociales, culturales, políticas, psicológicas, entre otras de vital importancia para la existencia humana, se ven entonces relegadas al óptimo funcionamiento de las dinámicas económicas en tanto estas tienen el control y el dominio sobre las decisiones de los demás estadios de la existencia.

(33)


La aparición del Diseño Industrial en esta condición de encantamiento, supone por lo tanto su participación en la estructura de poder en que se soporta, su legitimación reside en los discursos económicos que a lo largo de la historia han caracterizado su carácter productivo, industrial y progresista; y determinan que su construcción ideológica empape a la teoría y justifique la práctica. A los diseñadores industriales nos forman para producir para el consumo y en las dinámicas del mercado, que proporcionen al sector industrial del país un panorama mejor y más competitivo en su desarrollo económico con miras al progreso. Cada vez más nos inclinamos al diseño que finaliza en el producto y nos alejamos de las dinámicas culturales que posibilitan nuestra labor, nuestra relación con las personas a las que se destinan los objetos que diseñamos es distante y postiza, y los aportes que hacemos a nuestros contextos no van mucho mas allá de cuestiones estilísticas y formales. Las diseñadoras y los diseñadores somos actores tremendamente influyentes sobre las relaciones sociales y culturales porque estas siempre involucran un mundo material vinculante. Los objetos que diseñamos se ven configurados por valores, intereses, contextos etc., y así mismo el comportamiento de las personas se ve configurado por los objetos a través del significado que portan. La clave radica en entender cómo toda esa variedad de objetos se moviliza en nuestras interacciones sociales cotidianas para crear, mantener o cambiar esas relaciones sociales y culturales particulares, entender que tanto personas como cosas pueden ejercer acciones políticas que posibilitan cambios o transformaciones en nuestra sociedad. Vivimos en un mundo cuyas contradicciones disfrazan el objetivo de nuestro hacer, opacan la utopía de vida volviéndola utensible para concentrar riqueza y poder en un mínimo porcentaje de la población mundial cuando el resto de las personas, envueltas en su cotidianidad, ni cuenta se dan de tales diferencias. Los diseñadores parecen haberse olvidado de lo fundamental, de aquellas actitudes que les reúnen alrededor de la creación de un mundo justo y amable, un lugar en que no sea necesario hablar de seguridad o mínimo, donde lo público no sea feo, incomodo y ajado mientras lo privado se hace intocable y frágil en superficies carentes de contenido, eficazmente producidas y diseñadas para estos tiempos modernos. Nos hemos avocado a tal estado de saturación en que muchos se tienen que conformar con vivir en condiciones que no les son dignas, y otros tantos que en su inconformidad buscan restos de sentido que adornen su vida diaria creyendo satisfacer sus más profundos anhelos. Si es esa la manera de estar en el mundo a la que hemos dado forma

(34)


con nuestra actitud diseñadora, ¿no muestra acaso ciertas carencias, ciertos olvidos? No puede ser que este sea el mundo ideal que imaginamos en la interpretación que hacemos de la realidad, si sí lo encontramos ideal y no creemos encontrarle ningún pero, entonces nos encontramos en muy serios problemas. El efecto que este encantamiento -que ni siquiera sabe que existe la posibilidad de que alguien le estudie-, tiene sobre todas y todos, radica en el olvido de cosas fundamentales como lo justo, la capacidad de imaginar, la posibilidad de expresarse, el cuidado por lo originario, incluso el mismo sentido común; el olvido nos pone ante una situación abismal: la imagen trágica que nos mostraba esta mujer angustiada se convierte en una mera anécdota cotidiana, hace de éste, un tiempo fragmentado en millones de anécdotas que juntas nos adormecen cada vez más. El olvido acaba con la prudencia de las distancias y la responsabilidad por las consecuencias; de repente una situación que debería ser muy nuestra y cercana se nos presenta tan distante que en algún punto termina por encontrarnos completamente ausentes. Los responsables se ausentan de sus acciones. «A la gente no le importa nada qué aspecto tenga el mundo, ese en el que las cosas se hacen publicas, en el que se habita, en el que aparece el arte y en el que todo se hace posible; ese mundo debe tener un aspecto presentable»4

1 Condición de encantamiento es el nombre que le doy a esta serie de percepciones que he expuesto y que desarrollo a lo largo del trabajo. El termino encantamiento o ensoñación ha sido tomado de Walter Benjamin y del estudio sobre su Proyecto de los pasajes de Susan Buck-Morss. 2 Este término surgió por primera vez en una conversación con Johanna Galindo en el que hablando de nuestra condición actual, la comparábamos con algo enfermo, ese algo que al ser examinado deja ver cómo funciona, puede entenderse su estructura. Deducíamos entonces que si existe tal enfermedad podríamos identificar sus síntomas y posiblemente llegar a su causa, solo por entenderla, sin el ánimo de encontrar ninguna cura, ni tampoco esconder los síntomas. Lo primero es tratar de entender la enfermedad, hacerle preguntas, desarmarla, descubrir sus debilidades. Desde esa ocasión las patologías contemporáneas se convirtieron en un tema recurrente entre las dendritas, hemos hecho algunos descubrimientos gracias a ellas, este trabajo puede ser uno de esos descubrimientos. 3 Seguramente habrá muchos otros rasgos, o quizá una clasificación diferente de los mismos. Yo llegué a esta particularmente haciendo listas de todo lo que se me ocurriera que hacia parte de nuestra condición, jerarquizándolas y relacionándolas hasta deducir esta configuración de discursos y realidades que aquí sugiero. 4 Hannah Arendt habla de la condición humana de la modernidad en una entrevista realizada por Günter Gauss y emitida por la televisión de Alemania Occidental el 28 de Octubre de 1964.

(35)



40 empresas colombianas de diseño | 453 palabras de Misión Visión A la medida Accesorio Accionista Acomodarse Acorde Actividad Adaptación Adaptación al cambio Adecuación Adecuar Afrontar retos Ágil Agregar valor Ahorro de energía Alcanzar Alcanzar el éxito Aliado estratégico Alta Tecnología Altamente competitivo Alternativa Alto impacto Ambiente Amplia trayectoria Amplia y exitosa experiencia Analizar Apertura Aplicación Aplicación novedosa Apropiado Arquitectura comercial Artesano Articulo Asesoría Atención personalizada Atractivo Aumentar ventas Autenticidad Autóctono Auto evaluación Bajos costos Bienestar económico Brindar Calidad Calidad de vida Cambiantes necesidades del mercado Campaña Campo Capacidad Ciclo de vida Ciencia Cliente Coherente Colaborador Comercial Comercio Competitivos Comprometido Compromiso Comunicación Comunicador Comunidad Concepto global Concepto latinoamericano Conciente de la necesidad Confianza Conocimiento Consolidar Construcción Consumidor emocionado de comprar Consumidor satisfecho de utilizar Consumidores Consumo masivo Contáctenos Contribuir Control de calidad Corporativo Creación Creativo Crecimiento Económico Crecimiento espiritual Cumplimiento Definición Demanda Departamento de diseño Desarrollo Desarrollo estratégico Desarrollo global Desempeño Deseo Destacado Detalles Diferenciarse Diferente Difusión Dignificación del oficio Dinámico Dirección Disciplina Diseñador Disposición Diversidad Económicos Efectividad Eficacia Emoción Emprendedor Empresa Empresarial Empresario orgulloso de vender Énfasis Enfoque Enfrentar Equipo Ergonomía Esfuerzo Espacio comercial Especializados Específico Estándares de calidad Estética Estilo Estrategia Estrategia global Evento Evidenciar Excelencia Exclusiva Exhibición Éxito Expectativa Experiencia Experiencia creativa Exploración Exterior Fabricar Fácil Factor innovador Fidelidad Flexibilidad Flexible Fomentar Forma Fortalecimiento Freelance Función Funcionalidad Futuro Garantizar Generación de identidad Gestión Gran potencia Grupo social Habilidad Herramienta Honestidad Honestidad con la industria Identidad Identidad corporativa Idóneo Imagen Impactante Impacto Implementación Implementar Imponerse Importancia Incrementar Individual Industria Industrial Infografía Información Ingresos Inmediato Innovación Inspirado Institución Integrado Integral Inteligente Interdisciplinario Interior Internacional Interpretar ideas Intuición Inversión Investigación Joven Líder Liderar Línea Logro Marca Margen de tiempo estrecho Marketing Masivizacion Máximo Máximo rendimiento Mejoramiento Memorable Menor tiempo posible Mercadeo Mercado Mercado exigente Mercado global Meta Metodologías Microempresa Mínimos recursos Mobiliario Moderno Movimiento Multimedia Multinacional Nacional Necesidad Necesidad actual Necesidad futra Negocio Nuevo Objetivo Objeto Obligación Opción Opción Ineludible Operario contento de producir Oportunidad Oportuno Optimizar Optimizar el tiempo y el presupuesto Organización Original Originalidad Perdurabilidad Perfil Pericia Personal capacitado Personalizada Planta Planta de personal Plataforma Portafolio Posibilidad Posicionamiento Positivo Práctico Prestación Presupuestos reducidos Principios éticos Prioridad Problema Proceso Productividad Producto Producto exitoso Profesional Profesionales jóvenes Promoción Promocional Promover Propuesta Proveedor Proyección a futuro Publicitario Pujanza Punto de venta Real Realizador Reconocimiento Región Relación Relación costo / beneficio Rendimiento Rentabilidad Requerimiento Respaldo Respeto por el entorno Respeto por el medio ambiente Respeto por el negocio Responsabilidad Respuesta rápida Resultado Reubicación Satisfacción Sector Seguridad Sembrar fidelidad Servicios Significado Sistemático Solicitud Solidez Solución Sostenibilidad Sugerente Tecnología de punta Tecnología Tendencias Terceros Todos los días Trabajador manual Trabajar incansablemente Trabajo Trabajo en equipo Transmitir identidad Trascender Único Utilidad Valor Venta Ventaja Versátil Vida cotidiana Visibilidad Visión de negocios Visión gerencial orientada a la productividad Volúmenes Web


DES-ARMAR PARA ENTENDER EL FUNCIONAMIENTO Y RELACIÓN DE LAS PARTES

Reunir


¿CÓMO SERÍA EL MUNDO SI FUESEN POETAS? Ante la pregunta por el habitar y con el ánimo de entender cómo es que funciona esta actividad propia de los humanos de vivir juntos en el mundo, aparece el filósofo alemán Martin Heidegger, para quien el habitar ocupa un rol importante dentro de su pensamiento, y al que vincula con la poesía yendo más allá de una consideración estrictamente literaria y moviéndose entre su carácter estético como histórico, situándola en un nivel fundamental de la interpretación de la existencia humana. Acudo a Heidegger porque encuentro que mantiene –como muchos de los autores y autoras citados en este trabajo-, una profunda conexión con el universo material que le rodea y una necesidad constante de comprender el mundo; por lo que he llegado a sentir cierta afinidad y admiración por ellos, por las impresiones que producen en mí. El traerlo a este estudio sobre las diseñadoras y los diseñadores radica en la intención de situarnos como él lo hace, entre el estudio del ser del hombre en su esencia y su existencia en este mundo que es su morada; con el propósito de tener una perspectiva de reflexión y pensamiento sobre nuestra manera de estar en el mundo. En 1936 Martin Heidegger escribió Hölderlin y la esencia de la poesía, un texto breve en el que basándose en cinco sentencias del poeta alemán Friedrich Hölderlin, formula una serie de preguntas que guían la interpretación de su obra en la búsqueda de la esencia de la poesía, lo escoge a él porque considera que su obra «está cargada con la determinación poética de poetizar la propia esencia de la poesía»1 La cita con la que abro este ensayo es justamente la última de las sentencias estudiadas por Heidegger, y la que de aquí en adelante servirá como fundamento para encontrar la perspectiva que el habitar intenta adquirir en este trabajo. A continuación emprendo un viaje a lo largo de cada palabra de esta sentencia con el propósito de rastrear en múltiples de sus connotaciones aquellos fragmentos que reconstruyan el sentido de mi búsqueda.

(39)


Pleno de méritos...

Aquel que pleno de méritos ha logrado adquirir y merecer con esfuerzo, aquello que persigue, construye a su alrededor las condiciones que le hacen sentirse satisfecho, cómodo y tranquilo, aquello que garantice su permanencia en el tiempo.

Según Hannah Arendt, esas condiciones -cosas naturales, propias o autoproducidas por el hombre en su vida en la tierra- hacen de la existencia humana, «una existencia condicionada» debido a la magnitud con que la realidad irrumpe en ella como «fuerza condicionadora». El «poder condicionante» –influyente, limitante, determinante- que las cosas tienen sobre el hombre, le hacen un «ser condicionado»; este estado o propiedad es lo que ella abarca en el concepto de «condición humana».2 La condición humana se da por excelencia en el terreno plural de la existencia, es decir en el estar unos con otros en el mundo que nos reúne y nos hace políticos en la medida en que todos estamos en capacidad de actuar y hablar conformando en el camino todo lo que constituye nuestra realidad.

“Pleno de méritos, pero es poéticamente El estado en que se encuentra a la condición humana en un momento dado, visualiza los modos en que el hombre ha organizado su vida con el fin de perpetuar su existencia. El pensarse pleno de méritos... sugiere en buena medida un estado de conformidad y bienestar respecto a las actividades y las cosas propias de la vida de los hombres. Cabe preguntarse ¿En nuestro tiempo, es decir el tiempo de todas y todos ahora, nos pensamos plenos de méritos? ¿Nos encontramos en un estado de conformidad y bienestar respecto al modo en que llevamos la vida? ¿Bajo qué circunstancias hemos organizado la vida para perpetuar nuestra existencia? ¿Son esos méritos la esencia de nuestro habitar en esta tierra? Las respuestas a estas preguntas posiblemente las encontremos deteniéndonos a reflexionar en el campo de lo más intimo y personal, de lo cotidiano, lo histórico, lo político e incluso de manera precisa en el campo profesional; sin embargo son preguntas que se hace alguien como Hölderlin, siendo poeta, quien en el nombrar de las cosas nos manifiesta un pero y nos indica un como.

(40)


...pero Ante esa vida construida y merecida surge una dificultad, un obstáculo, una sensación de incompletud, el pero al que se contrapone una solución, un alivio, una verdad. El pero nos inquieta, cuestiona nuestra conformidad, supone la existencia de algo que perdíamos de vista. Nos produce incertidumbre por aquello que hace falta, nos plantea una condición a la plenitud.

...es poéticamente A Heidegger le interesa ver a la poesía como el «fundamento que soporta la historia» y no como una «mera “expresión” del “alma de la cultura”». Ahora bien, para hacer posible esa historia, se le dio al hombre un bien: el habla. «El habla no es sólo un instrumento que el hombre posee entre otros muchos, sino que es lo primero en garantizar la posibilidad de estar en medio de la publicidad de los entes», cuando Heidegger se pregunta por cómo acontece el

como el hombre habita esta tierra” habla, encuentra la respuesta en otra de las sentencias de Hölderlin: «desde que somos un diálogo y podemos oír unos de otros», el habla acontece entonces como diálogo esencialmente, y «es el medio para llegar uno al otro», es decir a la publicidad de los entes, éstos encuentran unidad en la medida en que cuando se es uno, también se es otro; así que cuando dice «...somos un diálogo», somos uno y nosotros en una misma unidad. El diálogo y su unidad son portadores de la existencia del hombre y suceden a la luz de una temporalidad, de ahí surge la «posibilidad de unificarse en algo permanente», de ser históricos. Cuando «el hombre se sitúa en la actualidad de una permanencia», –nuestro tiempo- puede «exponerse a lo mudable», es decir al tiempo en su extensión de pasado, presente y futuro. Es mediante el diálogo que los hombres meditan sobre su existencia, el lenguaje es su instrumento y con él pueden nombrar y construir la realidad en que acontecen sus experiencias. Como todo instrumento, hay que saber usarlo, el pensar poéticamente, en el uso que hace del lenguaje, implica saber decir y saber escuchar, por cuanto toda acción que derive del pensamiento poético será un saber hacer.

(41)


En otras palabras, en tanto que el pensamiento poético se instaure en la unidad de los hombres en el diálogo, y éste último porte su existencia como seres históricos, éstos podrán pensarse plenos de méritos en coherencia con sus acciones. Los diseñadores tenemos nuestra propia poética, con ella mostramos el mundo de determinadas maneras, el reto esta en aprender a pensar poéticamente, estableciendo diálogos con otros sobre nuestra forma de estar en el mundo, sin arrojarnos a estar en el mundo de cualquier manera, sin siquiera pensarlo, haciendo sin saber qué es lo que se hace, sin darse cuenta que todo entra a hacer parte del mundo que compartimos, de la historia que construimos, de la cultura que conformamos. Diseñar como diseñamos hoy que nos encontramos plenos de meritos, es un hacer que no sabe hacer, no sabe decir ni sabe escuchar, el habla como instrumento que nos fue dado para estar entre los hombres, se especializó en nombrar todo aquello que hoy nos satura.

...como

Un como es una puerta que una vez abierta nos proporciona claridad, entendimiento, oportunidad. El reto está en encontrar la llave correcta que abra esa puerta, escudriñar dentro de las posibilidades por aquella que nos muestre el camino hacia la esencia del habitar. Hölderlin la encontró en el pensar poético.

... el hombre

Heidegger dice que «el habla es el acontecimiento más alto de la existencia humana» cuando el diálogo nombra a los dioses y a las cosas, es decir cuando el hombre muestra «lo que es», muestra «su pertenencia a la tierra».

El hombre es el «heredero y aprendiz de todas las cosas», la manifestación y realización de su ser se da por la «libre decisión» sobre estas, la creación de un mundo o su destrucción, cuya aspiración es «ser testimonio de esa pertenencia» a la tierra. El hombre no está solo, decíamos que el diálogo le permite al hombre vivir en publicidad y es el mundo el que reúne a los hombres entorno a sí mismos. Al respecto Hannah Arendt dice: «vivir juntos en el mundo significa en esencia que un mundo de cosas está entre quienes lo tienen en común, al igual que la mesa esta localizada entre los que se sientan alrededor; el mundo, como todo lo que está en medio, une y separa a los hombres al 3 mismo tiempo».

(42)


Ahora bien, la poesía reúne a los hombres sobre la base de su existencia, pone en movimiento las relaciones presentes con los dioses, con el mundo y con los otros hombres a la luz de su realidad y su permanencia en el tiempo. La poesía lleva a los hombres a meditar sobre su condición: «la poesía despierta la apariencia de lo irreal y del ensueño frente a la realidad palpable y ruidosa en la que nos creemos en casa»

...habita

Nos creemos en casa cuando nos sentimos plenos de méritos, pero Hölderlin nos dice que esa no es la esencia del habitar, que es aparente e irreal, que lo que consideramos como real, no es más que un ensueño.

Pero, ¿qué es habitar entonces? No es simplemente creernos en casa, ni ocupar la casa, ó pasar por la casa. Es hacer de la casa nuestra morada, hallarse en ella, existir en ella, conocerla, construirla, cuidar de ella, pasar el tiempo en ella, poder hacer de ella algo más permanente que nuestra vida misma, tener en ella las experiencias de nuestra vida compartida. Originariamente los hombres existen en la forma de una «cuaternidad»: En la tierra; bajo el cielo; con los mortales; ante los divinos. Es decir, en sus condiciones espaciales, temporales, de mortalidad y de trascendencia. La manera según la cual los hombres están en la tierra, es el habitar. El hombre reside junto a otros hombres y cosas; en ello cuida y protege a la cuaternidad en su esencia. La cuaternidad es depositada entonces en aquellas cosas junto a las que reside el hombre; las que crecen y que por lo tanto cuida y abriga; y las que no crecen, es decir las que edifica. El producto de ese habitar vera que el hombre salve a la tierra, no que la explote; que deje al tiempo ser tiempo; que espere a los dioses; y que sea capaz de una buena muerte. Todo construir en su esencia es considerado en tanto depósito de la cuaternidad, ello quiere decir que sólo cuando se conozca la esencia del habitar seremos capaces de construir, edificar lo que no crece. Podríamos examinar cómo ha sido el habitar nuestro para saber cómo hemos sido capaces de construir, hacer al habitar digno de ser pensado y preguntado. El pensar hace parte del habitar, se dedica a aprender la manera de cuidar la cuaternidad, aprender la manera de construir la morada de los hombres como mortales en esta tierra. Habitar es hacer de un lugar nuestra morada permanente y a través de nuestras experiencias dejar testimonio de nuestra pertenencia a ese lugar. En el habitar no dejamos de relacionarnos con el mundo y con los otros, -es decir con nosotros mismos- habitar es percibir lo mudable de lo que nos hablaba Heidegger, hallarnos atentos a la actualidad del presente, retener el carácter duradero de nuestras experiencias pasadas gracias a la memoria y anticiparnos al futuro esperando nuevas e intensas experiencias.

(43)


Habitar poéticamente es tener la capacidad de pensarnos a nosotros mismos a la luz del tiempo y las personas con que habitamos ese lugar que llamamos morada, hacer posible que en ella sucedan los diálogos que nos reúnan y se construyan los mundos que nos relacionan, es poder seguir sintiéndonos conectados significativamente a nuestras acciones, a nuestro origen.

... esta tierra. Hölderlin dice «es por la poesía que el hombre hace de esta tierra su morada», y con ello responde a la pregunta por el lugar que habitamos: la tierra, esa es nuestra casa, nuestra morada. En la tierra es donde nacimos, es el territorio que conocemos, la naturaleza que nos acompaña, el espacio en que creamos las cosas que nos rodean, los recursos con que las fabricamos, el lugar en que morimos. La tierra es el lugar en que acontecen nuestras experiencias, es ese mundo del que nos hablaba Hannah Arendt, el que nos reúne. Confiamos en su realidad dado el carácter permanente y duradero que le caracteriza y que nos alienta a crear allí las condiciones con que proyectemos la realidad de nuestra vida naciente y decadente. Sin embargo, Hannah Arendt encuentra que en la sociedad de masas propia de nuestro tiempo, el mundo ha perdido la capacidad para agrupar, relacionar y separar a las personas, éstas se han convertido en seres privados «es decir, han sido desposeídos de ver y oír a los demás, de ser vistos y oídos por ellos. Todos están encerrados en la subjetividad de su propia experiencia singular, que no deja de ser singular si la misma experiencia se multiplica innumerables veces. El fin del mundo común ha llegado cuando se ve sólo bajo un aspecto y se le permita presentarse únicamente bajo una perspectiva».4 Esta es una de las condiciones en que se encuentra nuestra existencia, y puede dar razón del carácter de ensueño que la realidad representa para nosotros en la vida que llevamos plena de meritos. Incluso las acciones más individuales e intangibles como la del poeta o el pensador, se hacen públicas puesto que de alguna manera se materializan y permanecen como recuerdo en el pensamiento colectivo y dan cuenta de la que fue su breve pero viva existencia en un momento dado. A lo que voy, es a que la capacidad que tienen los hombres de reunirse y relacionarse, siempre existirá en la medida en que haya un mundo con significado que lo haga posible, y habitar esta tierra poéticamente proporciona esa posibilidad. La tierra no sólo es el espacio sino también el tiempo en que habitamos y las personas con que lo compartimos, por lo tanto, habitar poéticamente implica pensar con detenimiento en toda la dimensión de nuestra realidad, en el carácter histórico y dialéctico de nuestra existencia y en la apropiación de la libertad de decisión con que cuenta el hombre para crear las condiciones de su existencia.

(44)


Tenemos entonces una breve conclusión; que el hombre habita pleno de méritos, pero no es ésta la esencia de su habitar en esta tierra. La manera esencial en la que el hombre habita esta tierra es poéticamente. Poéticamente, le permite al habitar, ser habitar en toda su esencia. Por lo tanto, hallando la esencia de la poesía, se encuentra la esencia del habitar. Cuando Heidegger nos plantea esta reflexión termina haciéndonos una invitación a hacer de la poesía nuestra manera de habitar el mundo, en el uso que se hace del habla como vehículo de la poesía, podría encontrarse la esencia del habitar. Las diseñadoras y los diseñadores en el uso que hacen del lenguaje y la comunicación pueden participar en la construcción de la morada en la que habiten los hombres y las mujeres de este tiempo. Ello requiere establecer un diálogo con otras personas, reunirse con ellas, contagiarlas con preguntas, estar atentos al cuidado de la tierra y de las vivencias que acontezcan en ella. Finalizo con una inquietud, y por qué no, una iniciativa también: si nos detenemos a pensar por un momento en las diseñadoras y los diseñadores como habitantes de su tiempo, podemos encontrarles dispuestos a pensar en su condición, a reparar en las relaciones que les vinculan con el mundo y a repensar los diálogos que establecen con sus interlocutores, como con sí mismos. La obra que resultaría de este hacer y pensar poético de las personas que diseñan, sería el chispazo que movilice a los hombres hacia un despertar, el que le devuelva al mundo su carácter relacional y vinculante, y el que reúna a los hombres entorno a un nuevo diálogo que restituya el sentido plural por excelencia de su existir. Las diseñadoras y los diseñadores están rodeados de todo cuanto pueden valerse para llevar a cabo esta obra, incluso su misma disposición ideológica y esta condición fragmentada de la existencia en que se encuentra actualmente, serian materias primas interesantes, quizá lo que le haga falta es el adhesivo con que pueda reunir a muchos entorno a un diálogo, pero propósitos es lo que tiene, solamente tiene que pensar en su tiempo poéticamente.

¿cómo sería el mundo si las diseñadoras y los diseñadores fuesen poetas? (45)


DE CERCANÍAS Y ALEJAMIENTOS Esta es la cuestión, tenemos un panorama encantador, con ese hemos crecido, con ese nos hemos transformado en otros, una mezcla de magia latinoamericana y ensueño europeo que hoy sorprenden al mundo con tal desborde de cultura, los ojos del mundo están sobre nosotros ahora, el imaginario colectivo de nuestro futuro está sucediendo hoy, los gestores de una nueva filosofía de la vida, del tiempo, del habitar, del compartir y crecer juntos, somos nosotros, los protagonistas de la historia, no los extras de la televisión. La autoridad y la verdad sobre los asuntos del mundo ya no esta depositada en aquellos que se perpetúan en el poder, sino en aquellos que, a diario, cambian una más de sus molestas tradiciones, optan por nuevas alternativas, nuevos comienzos. Aquellos que reivindiquen el deseo de soñar y jugar e imaginar como cuando éramos niños y nos la pasábamos en el barrio, o hacíamos de nuestras casas el escenario de un cuento. ¡Vaya responsabilidad la de aquel que inaugura esos nuevos comienzos!, aquel que haga del cuento un bonito y honesto lugar para soñar de nuevo y no necesariamente “viviendo felices y comiendo perdices”. Ese es el tiempo nuestro, ese del que estamos tan distantes pero que nos hace alegres de formas tan distintas, ese que puede pasar desapercibido en la conversación de una buseta o en la fusión de una “cumbia con Hip Hop”. Somos ese tiempo que se pregunta cómo es que tiene más cosas en común con Londres que con Leticia y se ocupa de cuidar esa pregunta y contagiarla a otros que la hagan digna de ser pensada y que posibilite acciones políticas que la transformen. En este mundo hay suficientes cosas que carecen de esa dignidad, no es posible seguir prolongando esta acción, hay que procurarnos un lugar que no nos atropelle ideológicamente, hacer de ese lugar una casa en constante construcción y nuestro paraje favorito.

(46)


Ante la importancia de considerar lo latinoamericano, William decide encargarme la coordinación de un evento titulado “encuentro diálogo de saberes con la comunidad Wounaan-Nonam”5 en la Universidad Javeriana y allí plantear un espacio en que se mostrara la cultura de estos indígenas chocoanos y al mismo tiempo pudiéramos interactuar con ellos en una escala diferente de las distancias que tanto nos separan, el nombre de ese espacio: de cercanías y alejamientos. Al conversar con los Waunanas sobre todas las cosas que se nos ocurría preguntarles de su tierra, sus costumbres, sus creencias, sus juegos, su comida, su clima etc., me di cuenta que el mundo se habita de tantas maneras distintas y que aún así escogimos esta vida ruidosa y encantadora que nos aleja de la esencia de ese habitar la tierra, y ver que ahora nuestro mundo es el de ellos y que están más cerca geográficamente pero tan lejos espiritualmente que se sienten en una jaula. Efectivamente son más las cosas que compartimos con Nueva York, que con una comunidad indígena de la rivera del San Juan que hoy vive desplazada de su tierra en la ciudad de Bogotá; y cómo es que teniéndolos así de cerca se les sienta a años luz de distancia, a cientos de cosechas atrás. Quizá sea esa noción del pasado la que nos haga tan distintos. Nuestra relación con el tiempo no reconcilia el pasado con el presente que siempre ansía el futuro y no se da cuenta de los frutos que eternamente devienen de esa siembra constante y cuidadosa de la tierra. En un conversatorio con Cercelino -el taita de la comunidad Wounaan-, tuve el agrado de escucharle relatándo para nosotros el mito de creación de los Wounaan, a continuación intentaré contarlo e interpretarlo a la luz de las cercanías y los alejamientos en los que me puso a pensar: Ewandam –dios-, creo al hombre en las playas del Baudó. Ewandam Shai –el hijo de dios el Sol- preguntó a su padre por la gente, quería estar con otros como él. El sol advirtió a su hijo que la gente no le obedecería, que se revelarían. Aún así, el hijo decidió atreverse y ensayar, fue por tierras blancas, finas y puras para hacer muñecos de barro que después se convertirían en personas. Meses más tarde, preguntó a su padre qué debía hacer con ellos, él dijo que la mañana siguiente todos amanecerían como personas y que podía observarlos en la playa desde el monte. Esa mañana el hijo los vio aún como muñecos de barro así que decidió hablarles como dios y en ese acto de diálogo les dio la vida. El padre Sol les dijo a todos que no tendrían que trabajar, que lo tendrían todo, pero uno de los hombres insistió en que debían sembrar la tierra, viajar y construir. A partir de ese momento el hijo del sol les destinó esa forma de vivir en el mundo: siempre debían sembrar. Comenzaron a moverse, llegaron a las playas del San Juan y se esparcieron los Waunaan.

(47)


Los Waunaan se esparcieron porque tomaron la decisión de sembrar la tierra e ir en busca de ella. Aun cuando dios les dijo que podían tenerlo todo sin necesidad de hacerlo. Dicen ellos que por eso hay que orar cuando uno hace algo a la tierra, al monte. Orar es decir, es pensar en voz alta, para que dios sepa que esas son buenas intenciones con el mundo. Mientras que para el enemigo del tenerlo todo había que cambiar de cara y hacer parte del himno de sus intenciones. En esa decisión, de todas maneras sabían que iban a estar unos y otras juntos viajando en busca de tierras fértiles para abordar su futuro y sobrevivir, dejar cosas construidas que servirán a otros con buenas intenciones. Construir un mundo tan privilegiado como el de tenerlo todo y compartiendo la tierra, esta que alguna vez les dio vida, esa arena fina y blanca con la que los muñecos fueron edificados por ser representantes de su pureza y su incorruptibilidad. Alguna decisión extraña en su vida hizo que hoy, cientos de cosechas después se encontrara con tal estado de corrupción en el que teniendo la posibilidad del todo, las personas denuncian mucho más con necesidades tan justificadas como construcciones erigen, esas que finalmente llenan nuestra cotidianidad juntos y que se presentan tan cercanas y extrañas al mismo tiempo, que nos acogen pero que a veces también nos excluyen de la posibilidad de agradar a dios, no fueron creadas con una oración y hoy están esparcidas por el mundo en una saturación que nos indispone. ¿Qué pasa con este espíritu indígena que es el que nos habita en estas tierras latinoamericanas, para que pueda llegar a transformar el ritmo de la realidad?, qué pasa si nuestros referentes de pensamiento y organización cultural se constituyen a partir de ese espíritu con el que se han habitado estas tierras tan diferentes, que no tocaron esa ambición por el todo, sino que se dedicaron a que su tierra les procurara un mundo en que se dedicarían permanentemente al wawaag -hacer- que garantiza que su vida sea bella como una obra de arte, y al mismo tiempo, alrededor de su belleza se construya el mundo que tiene sentido para ellos. Un gran hallazgo en este pensamiento indígena es que no separa el arte de la construcción, todo ello constituye un wawaag, un hacer que nos diferencia de la tradición europea que ha separado, al arte de la construcción, en casi todos los asuntos humanos, cuando para nosotros ancestralmente el uno no puede vivir sin la otra.

(48)


Si en estos momentos se estuviera gestando la historia del pensamiento en el mundo desde este lugar indígena latinoamericano, seguro que estaremos inaugurando un nuevo renacimiento, una reconciliación con nuestro pasado, con nuestra educación, con nuestra actual condición para transformarla en una forma honesta de estar en el mundo. Esa forma tan singular de estar en el mundo que tiene un diseñador que percibe que el tono de su vida es uno cuando el acento debería ser otro, ese acento que se construye en la misma manera de habitar un tiempo, nuestro acento ya no está en el futuro, ni en el pasado ni en el presente como lugares establecidos categóricamente para nombrar al tiempo, sino que su tiempo indígena responde a algo mas conmemorativo, a lo originario y fundacional, al tiempo que le importa lo que le pase en armonía con dios y que ora y piensa lo que hace antes de atreverse a tocar la tierra. Hablar de cercanías y alejamientos define en buena medida la condición en que hemos encontrado a la experiencia humana desde hace tiempo. Este espíritu moderno que nos invade ha devenido en tal saturación del mundo, que los acontecimientos no logran cristalizarse en experiencias, son tantos los objetos, imágenes, sonidos y discursos que circulan en nuestro entorno y que están esparcidos por doquier, que es difícil reconstruir con ellos el sentido de la existencia humana en este tiempo. Ya no nos llega vida de este lugar fragmentado, la reconstrucción comienza poniendo a esos fragmentos en situación, escuchar la ideología presente en los objetos, recoger en ellos como fragmentos, aquellas cosas del mundo que perdieron la dignidad de ser pensadas, aquellas de las que la ideología nos distrae, las que encubre bajo una representación ideal del mundo. Después, habiendo puesto esos fragmentos en un dialogo y sabiendo de antemano que el mundo como lo conocemos no acabará, sino que se convertirá en otra cosa, nosotros, los que sí somos perecederos, tenemos que hacer de este mundo un lugar en el que habitar nuestra mortal existencia le de sentido a esta transitoriedad del tiempo. 1 Martin Heidegger. Hölderlin y la esencia de la poesía (1936). En memoria de Norbert Von Hellingrath caído el 14 de diciembre de 1916. Traducción de Samuel Ramos, publicada en: Martin Heidegger, Arte y Poesía, Buenos Aires, F.C.E, 1992. 2 Hannah Arendt. La condición humana. Editorial Paidós, Barcelona, 1993, p. 23. 3 Íbid., Op. Cit., p. 62. 4 Íbid., Op. Cit., p. 67. 5 El “encuentro dialogo de saberes con la comunidad Wounaan Nonam” se llevó a cabo en la Pontificia Universidad Javeriana los días 28 y 29 de Mayo de 2009. El concepto, diseño y montaje del espacio “de cercanías y alejamientos” estuvo a cargo de Carolina Cortés, Johanna Galindo, Carolina González, José Muñoz y Cristina Ruiz con la coordinación del Maestro William Vásquez. Previo al evento compartimos con la comunidad en su casa ubicada en el barrio el Lucero, y en la Feria de las colonias en Corferias, de donde captamos el material con que se produjo la muestra y se realizó un documental de Luís Carlos Urrutia, realizador de Cine y T.V. de la Universidad Nacional.

(49)



Movilizar

DES-ARMAR PARA RE-ARMAR Y ENCONTRAR SENTIDO



SERÍA EL BLANCO DEL PREGUNTAR Ante la pregunta por el carácter que el tiempo adquiere en esta investigación, y con el mero propósito de comprender qué cosa puede ser el tiempo como una de las grandes preguntas de la humanidad, acudí de nuevo al filósofo alemán Martin Heidegger quien dictó en 1924 una 1 conferencia titulada: El concepto de tiempo . Si bien el estudio que de éste concepto se ha realizado en la filosofía europea llega a diferir considerablemente con la concepción que tenemos del tiempo en nuestra Latinoamérica indígena y mestiza, considero que este análisis en particular está fuera de cualquier encasillamiento en una cultura o territorio determinado, sino que por el contrario responde a la pregunta con una perspectiva originaria en que la existencia humana donde quiera que se de, actúa bajo las mismas condiciones. Lo que no sucede en otras consideraciones que ya se han visto transformadas por la cultura, las ciencias o incluso la historia misma, derivando en lo diverso que hoy puede llegar a ser el tema. Este texto ha sido desarrollado a lo largo de un proceso en que el tiempo mismo ha sido protagónico. Esta es una versión de la conferencia de Heidegger en la que, primero, después de varias lecturas del texto, escribí lo que fue mi interpretación del mismo, tratando de hacerlo más sencillo de leer y más concreto en sus conceptos con el fin de rodear tímidamente lo que pudiera ser su afectación sobre la investigación; y segundo, una vez comprendida la lectura y habiéndola retomado de a momentos, fue surgiendo un diálogo que va y viene del concepto de tiempo originario en Heidegger, al concepto de nuestro tiempo de las diseñadoras y los diseñadores, que va adquiriendo otro tono más allá de la interpretación y dirigiéndose más bien a una interlocución, no sólo con Heidegger, sino conmigo en el momento de pensarlo y escribirlo, y desde luego con usted quien lo lee ahora. Algunos de los recursos de los que se vale este ejercicio, por demás abierto a muchas otras interlocuciones, fueron: subrayar, comentar, parafrasear, plantear preguntas, establecer vínculos y relaciones, realizar síntesis cortas de las ideas y plantear ejemplos relacionados con la investigación. 1 Martin Heidegger. El concepto de tiempo. Conferencia pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo en julio de 1924, traducción de Raúl Gabás Pallás y Jesús Adrian Escudero. Editorial Trotta S.A. Madrid 1929.

(53)


¿QUÉ ES EL TIEMPO? Encuentro cierta dificultad al pensar en el tiempo, preguntarse ¿qué es el tiempo? no es algo muy frecuente, que el tiempo exista se da por hecho, todos nacimos en una época tal, cada año celebramos el aniversario de nuestro nacimiento, y en el colegio nos enseñaron historia; pero de ahí a poder enunciar una definición del tiempo es complicado, de hecho, el auge de la física desde hace algunas décadas ha estado emitiendo teorías constantemente que van modificando la definición. En todo caso pareciera que todo lo que tenga que ver con el tiempo se mide y se calcula como si los parámetros de las ciencias fueran también para la vida misma. Pero, ¿el tiempo se nos presenta únicamente así, en medidas? Si bien es cierto que nuestra vida cotidiana se ha organizado de acuerdo a una serie de actividades repetitivas cuyas duraciones y pausas controlamos, no es cierto que en todo momento seamos concientes del transcurrir del tiempo como si tuviésemos un temporizador incorporado, lo que nos lleva a dudar que la misma perspectiva que las ciencias se hacen del tiempo pueda aplicarse a toda la esfera de la existencia humana. Personalmente considero que más que medirlo o definirlo, el tiempo se siente, se experimenta. Por ejemplo, cuando me hallo disfrutando los momentos intensamente, al reparar en las transformaciones que logra en las personas y en las cosas; o también le suelo culpar por las interminables esperas, las extensas distancias, las incertidumbres, los afanes, las tardanzas, los aburrimientos, sus excesos y su agotamiento. Sin embargo estas connotaciones del tiempo, a la vez que se sienten se verbalizan. Es decir, es tal la intensidad o quietud con la que se siente el tiempo, que uno reitera frases como: “se me hizo tarde”, “no tengo tiempo”, “cómo se paso el tiempo”, “ha sido un día eterno”, “un día de estos”, “voy de afán”, “matar el tiempo”, “tiempo libre”, incluso las clásicas de nuestras mamás “al que madruga, Dios lo ayuda”. Nada de esto me dice qué es el tiempo pero sí me da pistas sobre cómo es que se percibe, cómo lo percibo yo desde mis más íntimas experiencias y cómo lo percibimos todos los que compartimos esas expresiones.

(54)


No intento definir ni categorizar el tiempo porque ni siquiera lo entiendo, pretender explicárselo a alguien o inventarme una teoría conveniente a mi trabajo sería no sólo muy irresponsable sino además –y para agregar una frase más a la lista- una total “pérdida de tiempo”. Lo que sí puedo hacer es pensar el tiempo a la luz de lo que me interesa y de lo que sí puedo hablar, es decir pensar en ¿cómo habitamos nuestro tiempo?, ¿de quién es nuestro tiempo?, ¿cómo es el tiempo de las diseñadoras y los diseñadores? Para ayudarme a entender estas preguntas y orientarlas de una manera estructurada y coherente, acudo a la lectura de la obra de Martin Heidegger y el proceso que siguió para acercarse a entender ¿qué es el tiempo? Heidegger abre esta conferencia diciendo que el tiempo encuentra sentido en la eternidad, por lo que habrá que comprenderlo a partir de ésta. Descarta que su reflexión sea teológica o completamente filosófica, sino más bien –aunque no lo dice explícitamentehermenéutica, puesto que se basa en la comprensión que el ser hace de sí mismo y del mundo. Por otro lado, parte del interés que en ese entonces despertaba la física alrededor de la comprensión del tiempo, expresada como «la medición de la naturaleza en el marco de un 2 sistema de relaciones espacio-temporales» ; de allí se traslada a la teoría de la relatividad de Einstein concluyendo que no existe ningún espacio absoluto, sino que sólo existe a través de los cuerpos y las energías contenidos en él, esto llevado al tiempo, coincide en que no hay un tiempo absoluto sino que existe como consecuencia de los entes y acontecimientos que ocurren en él. Partiendo de esas referencias básicas Heidegger comienza su reflexión así: «El tiempo es aquello en lo que se producen acontecimientos». Está relacionado con el movimiento y con el cambio, con la propiedad que tienen las cosas de mutar. Comienzan a surgir varias preguntas: ¿cómo se nos presenta el tiempo en esos cambios? ¿Cómo percibimos su movimiento? ¿En qué instante captamos el cambio de las cosas? ¿Son las cosas el tiempo mismo o es en las cosas en donde percibimos los instantes y movimientos de un tiempo imperceptible? La pregunta que nos satisfaría no es tanto ¿Qué es el tiempo? como una definición concreta sino más bien una serie de cuestionamientos que estarían orientados a comprender los modos en que el tiempo se nos hace presente, las maneras en que lo ignoramos, qué tan concientes somos de él en la vida cotidiana, de qué manera nos lo apropiamos. Ahora bien, son muchas las percepciones que tenemos del tiempo en diferentes momentos y cabría entonces la pregunta por aquello que cambia nuestra forma de aprehenderlo; para ello tendríamos que ser concientes de los cambios y reparar en ellos constantemente, con el fin interpretar lo que el tiempo representa en ellos. 2 Todas las citas de este texto en «cursiva» pertenecen a Heidegger.

(55)


Lo que resulta de estas preguntas es que nos debemos remitir necesariamente a otros campos para entender el tiempo. No se puede entender en sí mismo sino en las relaciones que establece junto a quienes lo vivimos y alrededor de qué lo vivimos. En la medida en que pensamos el tiempo éste nos remite a otros fenómenos haciéndose más complejo como concepto pero al mismo tiempo más sencillo de entender. A las ciencias por ejemplo, el tiempo se les muestra medible y las preguntas que se formulan entorno a él se refieren a “cuánto” y “cuándo”. La obsesión por las preguntas cuyas respuestas puedan ser objetivas, precisas, concretas; mientras que preguntas como “por qué”, “para qué”, o “cómo” referidas al tiempo, derivarán con seguridad en interpretaciones relativas, por lo tanto sin validez científica. Tradicionalmente el instrumento empleado por las ciencias para medir el tiempo es el reloj. El uso del reloj es generalizado en casi todo el mundo, lo que traslada las mismas preguntas y obsesiones de las ciencias a todo el ámbito humano. La información que un reloj nos proporciona sobre el tiempo no responde precisamente al “cuánto” y al “cuándo” sino a la fijación de un punto que es un “ahora”, y lo que consecuentemente podemos medir es la relación de esos puntos identificando un antes y un después. Hacer estas mediciones sólo es posible entendiendo el tiempo como uniforme y homogéneo, es decir un tiempo cuyos puntos siguen una trayectoria lineal constante.

* En algún texto anterior de mi investigación decía a modo de justificación: ...percibo cierta quietud de las personas respecto al tiempo de la vida y una sorprendente velocidad frente al tiempo de los relojes. Y entiendo que si lo que muestra el reloj es el ahora, y la percepción que tengo respecto a las personas es la velocidad con que actúan en relación a sus relojes, entonces ¿hacia qué ahora nos dirigimos con tanto afán, como para descartar el pasado?, ¿cómo valoramos actualmente el antes y el después, tenemos momentos memorables? Primero habré de entender qué es el ahora que nos muestran los relojes.

* El ahora es el instante presente en que una persona se encuentra en una disposición tal. Por ejemplo, ahora me encuentro escribiendo en mi computador. Y ese ahora no necesariamente es a las 12:23 del medio día sino simplemente ahora mismo. El ahora es con o sin reloj, es únicamente respecto a mi y mi disposición en este instante. De nuevo nos encontramos con que el tiempo, en este caso el ahora, es inseparable de quien vive el acontecimiento. Es acertado por lo tanto preguntarse si seremos nosotros mismos el ahora, o si el tiempo es nuestro, o si todos nosotros somos el tiempo mismo.

(56)


Decía que para disponer del tiempo no hemos necesitado el reloj como lo conocemos físicamente, el mismo comportamiento de la naturaleza es el que nos provee la temporalidad que ha operado a lo largo de nuestra existencia. Heidegger se pregunta entonces « ¿Soy yo mismo el ahora y es mi existencia el tiempo? ¿O finalmente es el tiempo mismo el que se proporciona el reloj en nosotros?» Para responder esta pregunta y proceder con su investigación, acude a una cita en la que San Agustín plantea en el libro XI de sus Confesiones, que la medida del tiempo radica en la medida que las cosas que pasan afectan su espíritu. Lo que mide no son las cosas con que se encuentra porque éstas aparecen y desaparecen, lo que mide es la afección puesto que ésta sí permanece en su existencia presente: «En ti, espíritu mío, mido los tiempos. A ti te mido cuando mido el tiempo. No te atravieses en mi camino con la pregunta: ¿cómo es esto? No me induzcas a apartar la vista de ti a través de una falsa pregunta y tampoco obstruyas tu camino con la perturbación de lo que pueda afectarte. En ti -repito una y otra vez- mido el tiempo. Las cosas que pasan y te salen al encuentro producen en ti una afección que permanece, mientras ellas desaparecen. Mido la afección en la existencia presente, no las cosas que pasan produciéndola. Repito que es mi manera de encontrarme lo que yo mido cuando mido el tiempo» El valor que adquiere el tiempo en San Agustín no es de ninguna manera cuantificable como la medida de un reloj, es cualificable en el grado de afección con que los acontecimientos se presentan en la existencia. El valor del tiempo está dado fundamentalmente en la intensidad con que el ser lo percibe y lo aprehende, y aquí nos encontramos con la pregunta por el quién de esa aprehensión, el quién afectado por las cosas que pasan, el quién que se encuentra inseparable del tiempo. Esta pregunta por el quién abre el curso fundamental que orienta la investigación de Heidegger sobre el tiempo.

(57)


SER-AHÍ Al ser humano en su respectivo instante se denomina ser-ahí y le conocemos en la afirmación fundamental: “yo soy”. Al ser en su respectivo instante se le puede entender como al ser en su respectivo “ahora”, en su respectiva época, en su respectivo acontecimiento, es el ser en su respectiva disposición temporal, es el ser-ahí. Cuando se hace énfasis sobre lo respectivo se quiere entender al ser en su propia dimensión, las cosas que le pasan le afectan a él única y fundamentalmente. Por ejemplo cuando digo: yo soy diseñadora me sitúo inmediatamente en un universo amplio pero único porque es mi respectiva afirmación, mi respectiva posición en una temporalidad. Todas las personas como seres-ahí somos seres fundamentalmente temporales. El tiempo se puede entender a partir de la caracterización de los seres-ahí en los modos de su temporalidad.

* ¿Y qué pasa si digo: yo soy diseñadora de mi tiempo? probablemente esté redundando expresando mi condición temporal doblemente, porque cuando se es, siempre se es temporalmente; pero quizá no, quizá sea ésa la expresión adecuada para expresar la intención que me ocupa a lo largo del trabajo. Eso lo iré descubriendo con el tiempo.

* Para conocer cómo ocurre el tiempo en el ser-ahí, Heidegger desarma su estructura ontológica en ocho partes fundamentales.

1. SER-EN-EL-MUNDO Ser-en-el-mundo es habitar una realidad, moverse en un espacio, relacionarse en una materialidad. El mundo son los objetos y asuntos propios del habitar que están en medio de todos los seres-ahí. El ser-ahí no es sin un mundo y puede ser de muchas maneras de acuerdo al mundo que habita. Habitar el mundo, o ser-en-el-mundo implica ejecutar acciones, contemplar, interrogar, considerar. «El ser-en-el-mundo está caracterizado como un “cuidar”».

(58)


* Si entendemos al diseñador como un ser-ahí que puede ser de manera particular, de acuerdo al mundo que habita; entonces podemos pensar en los modos en que habita el mundo con su hacer. La experiencia que surge de ese habitar, le proporciona la mirada bajo la cual se apropie de los objetos y asuntos de su habitar para poder cuidarlos; eso es la cultura, es el hacer, el poner en acción.

* 2. SER-CON-OTROS El ser-ahí comparte el mundo con otros, es el mismo mundo que nosotros creamos, el que nos reúne y nos separa, el que expresamos con el habla. Ser-uno-para-otro significa que en el encuentro se reconocen unos y otros. El ser-ahí presente para el otro es como si fuera una cosa, algo re-creado por nosotros mismos. La acción fundamental que nos reúne con otros en el mundo es el hablar.

* El diseñador como ser-en-el-mundo y ser-con otros, conjuga esos dos planos de su existencia en un diálogo con su tiempo. En las expresiones que encuentran lugar en ese diálogo, se construye ese mundo singular entorno al cual se hacen visibles las formas de habitar el tiempo en el habla de los diseñadores

* 3.HABLAR «El hablar, considerado en su plenitud, es un hablar con otro sobre algo expresándose». Es en su plenitud porque el ser-ahí se expresa a sí mismo respecto al mundo que habita con otros seres-ahí. El ser-ahí habla sobre la forma de tratar con su mundo, en ese hablar se da la interpretación que hace de sí mismo, en ese hablar se da la auto-interpretación del presente.

* Parafraseando a Heidegger: en la manera como el diseñador habla de su mundo, sobre la forma de tratar con su mundo, está dada juntamente una interpretación del diseñador acerca de sí mismo. En lo que hablamos está en juego el mundo que habitamos, y cuando digo hablamos me refiero a toda expresión del lenguaje que comunique una idea, eso es diseñar.

*

(59)


4. MI-SER-AHÍ El “yo soy” es el respectivo carácter inherente a cada uno. Todos los seres cargan con su serahí en cada caso, en cada asunto. El encuentro entre los seres-ahí se da justamente en lo propio de cada uno.

* Los diseñadores nos encontramos en el respectivo diseñador que hay en cada uno. En el “yo soy diseñadora” ¿qué tanto hay de mí y qué tanto de diseñadora? ¿Es posible esta separación? ¿Qué tan mío es el asunto de ser diseñadora? Creo que la clave se encuentra en la convicción, en saber que no estamos haciendo algo que nos tocó, o que posiblemente no nos satisface espiritualmente, sino que estamos en un asunto que no sólo es de nuestro interés sino que es lo que más nos gusta en la vida, hacer únicamente lo que nosotros queramos sin que nadie nunca tenga que quejarse de nuestras acciones o incluso aprobarlas para hacerlas dignas del lugar, sino tener la confianza suficiente en los demás como para recomendarles el mundo que compartimos todos en la misma medida, hasta en el lugar más apartado del mundo. Ese es un asunto que no debimos haber olvidado.

* 5. “UNO” En la cotidianidad nadie se presenta como sí mismo, sino como una mezcla de mi-ser-ahí con el ser-con-otros. Lo que en la cotidianidad se muestra es el cómo se es y lo que allí se es conjugados en el “uno”. En el dominio que se tiene de lo que “uno” es, se encuentra la posibilidad del “yo soy”. Como nadie es él mismo en la cotidianidad, entonces todos y nadie se reúnen al mismo tiempo como “uno”.

* Por ejemplo en la afirmación lo que le pasa a uno de diseñador en su tiempo. Allí están hablando al mismo tiempo, todos y ningún diseñador de la vida cotidiana, hoy en día el que habla no es tanto aquel de las experiencias personales e intimas sino aquel otro que somos en lo que nos consume con otros a diario. ¿Cómo rastrear al ser-diseñador en el “uno” de la vida cotidiana? En ese rastrear interesan dos cosas: cuál es el carácter inherente a los diseñadores y cómo este carácter se ve afectado por lo que se es en la vida cotidiana, ese carácter es el de la experiencia.

* (60)


6. OCUPACIÓN - CUIDADO Otra acción fundamental del ser-en-el-mundo es la actividad de procurarse cosas, aquellas actividades que le ocupan en su cotidianidad y en las que esta en juego su existencia. El ser es aquello de lo que se ocupa y esas ocupaciones derivan en el cuidado del ser.

* El diseño es por excelencia la actividad de procurarnos cosas, procurar cosas para los seres-en-elmundo. ¿De qué se ocupan los diseñadores en nuestro tiempo?, ¿actualmente a qué se enfoca ese procurar? Eso depende significativamente del tiempo en que ha venido operando el diseño, es un tiempo calculador y preocupado por el futuro. La ocupación y el cuidado de los diseñadores usualmente radican en el proyecto, en el hacer y el pensar alrededor de algo a lo largo de un proceso que se da en un tiempo determinado de desarrollo. Las actividades de los diseñadores son fundamentalmente temporales y a lo largo de esta reflexión iré descubriendo cómo se comporta el ser-ahí con su tiempo.

* 7. SÍ MISMO En la cotidianidad el ser-ahí no reflexiona sobre sí mismo aún cuando en todo aquello de lo que se ocupa y lo que habla está siempre presente.

* Si pensamos en el diseñador como ser-ahí, este sí debe poder reflexionar sobre sí-mismo y ocuparse de su propio asunto en tanto lo que decidió hacer fue interpretar y transformar los asuntos de otros seresen-el-mundo.

* 8. INTERPRETACIÓN DEL SER-AHÍ POR EL “UNO” Experimentarse, hablar de sí mismo y auto-interpretarse, son maneras de tenerse a sí mismo en cada caso. La cotidianidad y la tradición dominan la interpretación del ser-ahí, por las cosas que “uno” acostumbra decir.

(61)


* La separación entre el ser-ahí y el ser en su ocupación –en este caso diseñador- no debería ser posible pero sí sucede gracias a esa interpretación dominada por el ser cotidiano y la tradición. ¿Qué cosas de la tradición y la cotidianidad ejercen esa dominación? ¿Cómo operan? ¿Por qué nos encontramos viviendo en una manera de tenernos que no nos permite ni experimentarnos y ni expresarnos a nosotros mismos, ni tener tiempo siquiera de auto-interpretarnos? ¿Por qué no estamos de acuerdo con nosotros mismos? Esa debería ser la meta, creo que en esto radica la libertad.

* Estas ocho características ontológicas señaladas previamente, no logran interpretar por completo la naturaleza del ser, suponen una dificultad que más allá de sus motivos e implicaciones, consiste precisamente en el hecho que hace posible «aprehender el ser-ahí en la propiedad de su ser». Estas propiedades del ser-ahí son las que descubren el vínculo inseparable, sino propio que establece con el tiempo.

LA PROPIEDAD DEL SER-AHÍ ES SU POSIBILIDAD DE SER Al ser-ahí se le conoce en su posibilidad fundamental de ser. Esta comprensión o conocimiento del ser-ahí, se presenta como una dificultad justamente por esa posibilidad, porque el ser no es un hecho cumplido que pueda ser determinado, es ese ser originario que no conocimos nunca más. El ser es en cuanto su posibilidad de llegar a ser.

* Lo que sea que creamos que es lo ideal, es aquello por lo que deberíamos trabajar en la construcción del lugar que acoja nuestras posibilidades de ser. El progreso fracasó en la medida en que la conciencia por la posibilidad de ser, fue sustituida por alcanzar y asir esa misma posibilidad, convertirla en un hecho. En ello, pierde su esencia, que radica en su posibilidad, esa actitud con la que debería habitar y mantener viva la conciencia histórica.

* POSIBILIDAD DE SER EN CADA CASO Una de las características mencionadas anteriormente se refería a que todos los seres cargan con su ser-ahí en cada caso, en cada asunto. Bien, si trasladamos esa característica a la posibilidad de ser, diremos que el ser-ahí carga con su posibilidad de ser en cada caso, en cada asunto.

(62)


* Cada asunto de la vida, con aquello que lo distinga de los otros, es siempre una oportunidad de poder ser, una oportunidad de procurarnos el mundo de nuestros sueños

* YA NO SER CUANDO FINALMENTE PUEDE SER Antes que el ente llegue a ser al fin, pasa por muchas posibilidades de ser, mientras tanto es un ser-ahí. Como al ser-ahí se le capta y se le comprende por su posibilidad de ser, una vez el ser-ahí llega a ser, -cuando ya no le hace falta nada- llega a su final, ya no es, por lo tanto ya no se le puede conocer.

* El diseñador perfecto no existe, aquel que pese a la ideología enfoca sus acciones en la generación de espacios dignos y justos para con los otros quienes habitan junto a el, se ocupa del cuidado de los asuntos humanos que les reúnan en un dialogo generoso que les permita procurarse un mundo digno que movilice ideas y valores cargados de tiempo. Actualmente sí existen los diseñadores plenos de méritos pero están lejos de ser siquiera ejemplares. En tanto no existe tal diseñador perfecto, todos vamos en camino buscándolo, procurando hacer de éste, un mundo presentable, un mundo que brinde esas posibilidades de llegar a ser.

* YO NUNCA SOY EL OTRO No es posible que el ser-ahí de los otros sustituya al ser-ahí en sentido propio, en tanto el serahí no puede retener al otro ni en su forma originaria ni en su final. La manera apropiada de captar al otro es saber que yo no soy el otro.

* En lo que tratamos con los otros, percibimos maneras distintas de ser, las vemos distintas porque individualmente hemos constituido nuestro carácter a punta de esas distinciones, esas identificaciones, esas diversas maneras de estar en el mundo, que no son las nuestras pero que sí construyen la realidad que compartimos, en eso les podemos conocer

*

(63)


LA POSIBILIDAD MÁS EXTREMA DEL SER-AHÍ ES MORIR, ES CIERTA PERO INDETERMINADA El ser-ahí sabe que su existencia tendrá un fin, la muerte. Entre todas las posibilidades de ser que tiene el ser-ahí, la muerte es la más extrema de ellas. Esta aproximación del ser-ahí a su muerte es segura pero al mismo tiempo indeterminada: sé que voy a morir pero no sé en qué momento. La interpretación del ser-ahí más cierta y propia, es aquella que se hace estando «de cara a la muerte» como la posibilidad del-ser-relativamente-al-fin. Saber que el ser-ahí puede llegar a ser en la medida en que se aproxima hacia su fin, hacia su muerte, como la interpretación que se hace con más certeza del ser, es la que nos sitúa en su relación con el tiempo.

* Situarse voluntariamente en este terreno de la indefinición y la incertidumbre es tener plena conciencia de que en algún momento moriremos. Lo que hoy consideramos que puede ser el final del mundo, no es 3 otra cosa que el final de un mundo , aquel con el que crecimos y nos educaron pero que no nos convence. Reflexionar sobre el diseño que hemos conocido usualmente y poner en tela de juicio su razón de ser, nos sitúa en ese terreno de incertidumbre, nos pone «de cara a la muerte», a una eminente muerte del diseño tal como lo hemos conocido, a la transformación de este diseño en una nueva posibilidad de ser que trate también a los otros en su perspectiva a la muerte4, es decir que los respete y los cuide.

*

HABER SIDO El ser-ahí en su posibilidad de ser al fin, tiene en cada caso la propia muerte. Ser conciente de tener la muerte en cada caso, hace que el ser-ahí se encamine con anticipación a ese momento en el modo de un posible haber sido. El ser-ahí se anticipa a esa posibilidad con toda certeza y al mismo tiempo con indeterminación, luego encuentra en ese anticiparse una sensación de temporalidad. En la certeza de poder haber sido en muchas ocasiones, el ser-ahí se interpreta a sí mismo, incluso para olvidarse de la misma posibilidad de su segura pero indeterminada muerte.

* Cuidar la posibilidad de ser nos remite a pensar en un posible haber sido que sin duda hubiera resultado exquisito, memorable, una condición en la que hubiésemos podido morir mejor de lo que nacimos5. Anticiparse a ese momento y procurar hacerlo con las acciones de hoy, es haber logrado interpretarnos en nuestra temporalidad, es haber optado por las alternativas inciertas que nos plantea el mundo con el tiempo.

* (64)


CÓMO HABER SIDO El haber sido de mi misma habla del pasado. Pensar el pasado como un acontecimiento concreto en mi existencia es una equivocación en la medida en que al preguntarme: ¿qué habría sido de mí misma? La respuesta es: nada, no fui. La pregunta adecuada al pasado es: ¿cómo habría sido de mi misma?, el cómo de mi propia existencia es el ser del pasado. El “cómo” de mi ser es aquello a lo que puedo encaminarme anticipadamente. El “cómo” de mi ser es aquello que modifica mi existencia, luego el encaminarme anticipadamente hacia el haber sido, es un ejercicio de auto-interpretación de mi ser por excelencia.

* Ser concientes del pasado que nos fue procurado, y que nosotros procuraremos el de otros en un futuro, es lo que nos sitúa en la preocupación por el presente; en cada cosa que hacemos y decimos hay siempre una pizca de tiempo que quedara en el pasado, lo que queda de esas cosas es el cómo sucedieron, lo que podemos revivir en el presente es el cómo pueden llegar a suceder, recrear a partir de la anticipación constante, las imágenes que satisfacen los ideales de cómo queremos que el mundo acontezca ante nosotros.

* LA COTIDIANIDAD RECUPERA EN EL CÓMO TODO QUÉ La cotidianidad es ser todavía, es presente. En la aproximación del ser-ahí hacia su más extrema posibilidad, se mueve constantemente entre el “cómo” del haber sido y el “cómo” que es todavía en la cotidianidad. El ser-ahí se hace visible en su “cómo”. El haber sido en cuanto “cómo” descubre también la cotidianidad en su “cómo” y recupera en él todo “qué”, es decir aquello de lo que se ocupa, aquello que cuida, aquello que ejecuta.

* En ese cómo queremos que el mundo se nos haga presente, podemos identificar “los qués” que caracterizan su idealización, los valores y visiones con los que asociamos todo lo que hacemos, las ideas compartidas que nos formamos del mundo. 3 Esta idea fue planteada por Michel Maffesoli en la conferencia sobre La invención de lo cotidiano 4 Ver un artículo de Luís Fernando Cardona Suárez titulado La muerte me mantiene despierto, de la analítica heideggeriana a la plástica beuysana. Publicado en Pensar la vida VI. Universidad Pontificia Comillas. 2001. 5 Con esta reflexión el maestro Jaime Franky finalizó sus palabras en la ceremonia de grados de la Facultad de Artes en Marzo de este año.

(65)


Si la interpretación del ser se da en parte en su hablar con otros y en el “qué” y “cómo” de sus acciones ¿cómo rastrear al diseñador en el dialogo que establece actualmente con otros, en el “cómo” y en el “qué” de sus acciones cotidianas? ¿Cuál es el tiempo que arrastra en su acción? ¿Es el tiempo del ocio, de la novedad, del progreso, de la ideología? Las visiones impresas en el qué de nuestro tiempo son las que han justificado “los cómos” a lo largo de la historia. Es necesario ver esos valores fundamentalmente modernos desde una postura critica, aquella que considere como punto de partida la reflexión a la que nos llama el habitar, una que en tiempos de ideología, -que seguirán existiendo- procura acciones que subviertan su carácter de mundo no ejemplar.

* LA ANTICIPACIÓN ES LA REALIZACIÓN DE LA INTERPRETACIÓN DE SÍ MISMO GRACIAS AL CÓMO La fuerza con la que el haber sido, como posibilidad extrema de su existencia, irrumpe en el ser-ahí, lo sitúa con cierto acongojo frente a su cotidianidad. En anticiparse al haber sido, siendo conciente del conflicto que le genera, lleva al ser-ahí a pensarse, a la realización fundamental de la interpretación de su ser en cuanto al “cómo” de su existencia.

* ¿Qué impresión causa en nosotros el reflexionar sobre cómo hemos sido este ultimo siglo, que nos ha dado todo aquello en lo que se soportan nuestras actividades actuales; pero que no ha procurado para nosotros un mundo en el que podamos vivir y morar de acuerdo a cómo queremos llegar a ser?

* LA ÉTICA Según Heidegger, Kant al determinar el principio fundamental de su ética, estaba familiarizado con el ser-ahí y entendía que éste es su “cómo”.

* Los modos en que los diseñadores se hacen visibles e interpretables a través de su cómo son los que guían su actuar ético, las ideas y valores que respalden las acciones de un diseñador, se hacen presentes en el cómo quieren procurar el mundo a los demás. En el grado de presentabilidad que el diseñador otorgue al mundo en su hacer, radica su carácter ético, es decir la conducta con que el diseñador adopte

(66)


su propia manera de estar en el mundo. Una forma de estar en el mundo puede inclinarse por un comportamiento prejuiciado, sin pensar consecuencias, o incluso desconociendo las motivaciones de lo que operativamente lleva a cabo, arrojándose a un producir carente de sentido ético, temporal y político. Otro comportamiento del diseñador en su manera de estar en el mundo puede, en cambio, adoptar una posición en la cual vuelva constantemente, en el modo de un anticipar, sobre sus acciones, la condición social en que se desenvuelve y las responsabilidades que directa o indirectamente adquiere en los proyectos que emprende. Esta última ética compromete sin lugar a dudas su carácter político puesto que la reflexión sobre las consecuencias de sus acciones, cuestionan lo que en otros ámbitos es aprobado y dentro de la normalidad, por lo que siempre será posible que se vean expuestos como distintos.

*

MANTENERSE EN ANTICIPACIÓN El fruto de mantenerse en anticipación es el futuro. Mantenerse en anticipación es ir hacia el futuro volviendo sobre el presente y el pasado. No tener tiempo es no tener conciencia del “cómo”, sino únicamente preocuparse por el “qué”, el “cuánto” y el “cuándo”.

* Entre mas nos mantengamos anticipando en el presente un buen “cómo haber sido”, más nos dirigimos a la concreción de ese futuro utópico, todos nuestros esfuerzos estarían dirigidos a ello sin descuidar un solo instante el presente, puesto que desde él nos encaminamos en ese anticipar, no nos preocupa cuándo alcanzar el futuro, ni cuánto falta para llegar a el, sabemos cómo queremos que sea y si actuamos congruentemente, quizá, muy seguramente, otros disfrutaran de ello, les habremos hecho una buena morada.

* MANTENERSE EN ANTICIPACIÓN ES DEMORARSE, ES TENER TODO EL TIEMPO QUE ES INDETERMINADO, LUEGO CIERTO El fenómeno fundamental del tiempo es el futuro. Para que este fenómeno ocurra, el ser-ahí debe mantenerse en el anticipar. El volver en el anticipar (cómo haber sido) es el “cómo” del procurar (cómo podré ser). Por lo tanto procurar como acción de demorarse en la anticipación, reúne el tiempo y lo tiene dispuesto para el ser-ahí.

(67)


Las preguntas acerca del “cuándo” y el “cuánto” son las que miden el tiempo y lo pierden porque se sitúan en algo que no ha pasado todavía o a un trozo de tiempo que se agota. Luego, el tiempo no se hace largo, no se agota, porque en principio el tiempo no tiene ninguna longitud. Así, el ser-ahí tiene todo el tiempo para sí mismo y su comportamiento frente a él no es «ningún medir». Ese preguntar no es más que «la característica huída frente al haber sido».

* Habremos podido transformar el futuro, fenómeno fundamental del tiempo para este ser humano mortal que habita la tierra. Habremos alcanzado el sueño de tener todo el tiempo para nosotros mismos, para ocuparlo en el cuidado del mundo, que reúne a todos bajo condiciones dignas de vivir, que se olvida de los cálculos y las mediciones que acotan su existencia.

*

SER FUTURO ES SER EL TIEMPO MISMO El ser futuro como posibilidad de ser, da tiempo, porque es el tiempo mismo. Las preguntas por el “cuánto” y el “cuando” son inadecuadas porque «el tiempo no tiene tiempo para calcular el tiempo».

* En las cosas que los diseñadores procuran para el mundo está siempre el tiempo que ellos habitan o dejan de habitar y la interpretación de ese mundo que los reúne en un diálogo. Los diseñadores son tiempo y producen tiempo en tanto su producción se desplaza constantemente en el tiempo. ¿Qué clase de tiempo producen los diseñadores? La noción de tiempo que producimos los diseñadores difiere de la de aquel que conmensura toda nuestra existencia; esta forma de ver el tiempo produce tiempo para tenerlo siempre, usarlo en nosotros mismos, es decir, dedicárselo a los otros.

* EL SER-AHÍ CALCULA EL TIEMPO, LUEGO LO PIERDE Usualmente al ser-ahí se le encuentra calculando el tiempo con el reloj, está preguntando constantemente por el “cuánto” y el “cuándo” así que nunca se encuentra disponiendo propiamente del tiempo que es él mismo.

(68)


Ese ser-ahí que calcula el tiempo, esta perdiendo el tiempo, por eso dice: “no tengo tiempo”, y ésta es una afirmación acertada puesto que en la medida en que pierde el tiempo calculando, lo agota; y como si fuera poco se procura un reloj para seguir midiendo el tiempo, como si el reloj se lo proporcionara cuando en realidad se lo quita. Si el ser-ahí es él mismo el tiempo y no tiene tiempo, entonces el ser-ahí no se tiene a sí mismo. No tener tiempo es no habitar el tiempo del mundo. ¿Hacia dónde va el tiempo que se pierde?

* Cuando del tiempo se trata, hoy los diseñadores tendemos a abordarlo en cálculos uniformes y generalizables con el fin de agilizar nuestro trabajo y tener indicadores objetivos y manipulables como datos para aplicar en los proyectos. Por ejemplo, la caracterización de los usuarios por edades de la vida cuantificadas en términos de joven, adulto, niño, adulto mayor, adolescente etc., que de por sí ya arrastran consigo un montón de prejuicios; La determinación del tiempo de vida de un objeto en el “Ciclo de Vida del Producto”, asumiendo previamente que los objetos diseñados serán desechados, consumidos, comprados, exhibidos, y usados de acuerdo a paramentos generalizados por el mercado, pero no por la vida misma de los objetos ni por la relación que las personas entablan con ellos; o asumir que la vida cotidiana puede reducirse a actividades rutinarias medibles llegando a acotar no solo la vida misma sino también los espacios en que se desenvuelve. Al diseñador que calcula el tiempo se le va la vida en ello.

* EN EL PRESENTE EL TIEMPO SE PRESENTA COMO AHORA DE LO QUE SE OCUPA, LO QUE SE CUIDA En el presente el ser-ahí no se ocupa del “cómo” a modo de anticipación, sino de la preocupación por el “qué” del acontecimiento, el “cuánto” falta, el todavía, el “cuándo” del haber sido. Esas preguntas absorben al ser-ahí en el cuidado de algo presente. Si el ser-ahí es aquello de lo que se ocupa, el ser-ahí es su presente.

* Las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo, somos nuestro propio tiempo, somos el presente del que nos ocupamos y cuidamos.

*

(69)


LA PREOCUPACIÓN POR EL TODAVÍA-NO (EL FUTURO) MOTIVA AL SER-AHÍ A OCUPARSE DEL CUIDADO DE SÍ MISMO Y DE LAS COSAS * Aquellas cosas que se procura la cotidianidad gracias al diseñador actualmente, son justamente esas que hacen que el presente se consuma tiempo completo en torno a las actividades que el ser-ahí ha creado con el fin de mantenerse ocupado en el cuidado del futuro. Los horarios de trabajo, el tiempo libre y el tiempo de ocio como invenciones que el ser-ahí ha desarrollado para apropiarse de su tiempo, derivan en un tiempo que siempre ha sido suyo pero que no aprovecha de esas maneras. Actualmente ni siquiera el tiempo libre es libre en la medida que ese tiempo se dirige al continuo consumo de bienes y servicios que proporcionen entretenimiento y comodidad, pero que al mismo tiempo nos quitan el tiempo.

* OCUPARSE DE LAS COSAS TIEMPO COMPLETO ES VIVIR EN Y DEL FUTURO, DESPLAZAR PRESENTE Y PASADO En el ahora, aquello de lo que me ocupo y lo que cuido es el todavía no del futuro, y me convenzo de que en ese cuidado lo he aprehendido. Lo que en realidad sucede es que si en el presente me ocupo por completo del cuidado del futuro, me quedo sin presente, y peor aún desplazo todo pasado.

* Esa pretensión de asir el futuro en nombre del desarrollo de la humanidad es el fundamento de la idea moderna del progreso, por lo tanto está equivocada, es un error, es imposible. Ese ahora futuro al que nos dirigimos con tanto afán, es el futuro que nos promete desarrollo y progreso a costa de olvidarnos del presente y del pasado. Esa concepción y su forma ideológica de encubrir esa equivocación, se transmite hoy en día a través de lo que hacemos con tal eficacia que ni siquiera es motivo de inquietud ¿Somos conscientes que el ser diseñadores ha implicado multiplicar esas prescripciones erradas del tiempo y la dominación que ejercen sobre nuestra vida cotidiana? ¿Podríamos deshacernos de esa ideología que no nos deja ser?

*

(70)


SITUARSE EN EL FUTURO HACE DEL PRESENTE UN TIEMPO LARGO, INTERMINABLE, PERO OCUPADO Y SIN TIEMPO En el presente cotidiano del procurarse, el ser-ahí se harta del “qué” y comienza a sentir que el tiempo se le hace largo (o también se le siente corto, veloz, eterno, interminable). En la pregunta por el “cuánto”, el ser-ahí que no tiene tiempo, ha hecho largo el tiempo. Heidegger dice que el ser-ahí que vuelve constantemente en la anticipación al haber sido, no se aburre porque siempre desea que nuevas cosas le salgan al paso en su presente. Pero este ser al igual que el que sólo se ocupa en el presente del cuidado del futuro, también se inclina por ese deseo.

* ¿Qué connotaciones tienen esas ideas de novedad en cada caso? El presente ideológico se adueñó de ese deseo de cosas nuevas con el fin de asir el futuro, pero no las llena con sentido de tiempo. Si los diseñadores nos ocupamos de procurar que cosas nuevas salgan al paso a los hombres y otorgarles de esa manera una sensación de temporalidad, entonces somos los encargados de llenar esas cosas nuevas con sentido de tiempo. ¿Cómo hacer presente esa dominación a la que la novedad nos tiene sujetos con el fin de liberarnos de ella y poder habitar el tiempo en su esencia?

* EN LA COTIDIANIDAD EL TIEMPO ES DE “UNO”, EL QUE SE ES CON LOS OTROS Decíamos que el ser-con-otros está dominado por la interpretación dominante que el ser ofrece como “uno”. La cotidianidad está a la vez dominada por lo que todos como “uno” muestran. Allí descansa la idea de moda, innovación y personalización, que encuentran su realización en el consumo masivo. En la sociedad de masas el ser-ahí como “uno” se ha olvidado de ser él mismo y de su autointerpretación.

* En el olvido del ser-sí-mismo por el “uno” la sociedad se ha atomizado y con ello el sentido del mundo en el que habitan. Los diseñadores actualmente se ocupan de procurar cosas para ese mundo atomizado, se han separado de su asunto propio de llenar de sentido el mundo, debido a la dominación que ejercen los asuntos de la moda por ejemplo, que son asuntos de todos y al mismo tiempo de nadie. ¿Cómo procurar lugares en que la gente pueda llevar su-ser-ahí junto con el “uno”?, ¿cómo disponer de un lugar en el que nos reunamos con el simple propósito de desatomizarnos, de desalienarnos y ser conscientes de nuestro propio ser?

* (71)


EL RELOJ DETERMINA TODO TIEMPO COMO PRESENTE Si los relojes muestran un punto que es el ahora, y el ahora está considerado como presente, entonces el pasado y el futuro se ven determinados por el lugar que el ahora ocupa en esa medida del tiempo. Así, tenemos que el pasado es interpretado como ya-no-más-presente y el futuro como un indeterminado todavía-no-presente. El tiempo presente esta explicado como decurso unidireccional e irreversible que pasa constantemente por el ahora. En esa interpretación hay dos características importantes: la irreversibilidad en la que asumimos que todo aquello que hagamos en el presente será un pasado irreversible y la homogeneización en la que asumimos al tiempo en los mismos términos que al espacio en distintos puntos ausentes de temporalidad. El reloj jamás alcanzara el sentido originario y esencial del tiempo.

* Probablemente atreverse a descartar el reloj sería una buena iniciativa pero muy difícil de llevar a cabo por muchos. Deshacerse de los plazos, las filas, los afanes, las puntualidades, las madrugadas o las trasnochadas, a menos, y únicamente, si nos lo proponemos nosotros mismos y no en cambio si son productos de la presión externa de los empleos, los horarios de atención al publico, los tiempos de las máquinas o los grandes capitales.

* LA COTIDIANIDAD COMO TEMPORALIDAD DETERMINADA Por culpa de los trajines de la vida cotidiana, el pasado del presente se torna irrecuperable, por lo tanto, el ser-ahí que habla únicamente desde la cotidianidad, no tiene pasado.

* La cotidianidad, si bien es un tiempo que casi nunca tiene tiempo, es el escenario por excelencia en el que nos desenvolvemos hoy en día, no podemos eliminarlo pero sí podemos encontrar en sus recovecos, en sus esquinas y en sus personajes, las claves para entender este tiempo y; además, los lugares en que puedan darse acciones que inyecten otros valores y visiones a esa cotidianidad. Ese, creo yo, es el papel que el artista contemporáneo tiene pero ese papel también puede ser asumido por el diseñador, o el administrador, o el ingeniero. Todos tenemos el mismo mundo en común, lo que nos hace diferentes son nuestros intereses particulares pero aun así estos pueden y deben coincidir en la construcción de la realidad que queremos.

* (72)


CONCIENCIA HISTÓRICA El ser-ahí es en sí mismo histórico en tanto es consciente de la posibilidad de haber sido. El ser-ahí en su ser futuro es histórico porque vuelve al “cómo” del pasado Ese volver al pasado es tener conciencia histórica. El ser histórico implica la capacidad de volver sobre el pasado una y otra vez en la medida en que el ser-ahí se encuentra en su “cómo”. En el presente, el “cómo” del pasado puede reiterarse, mientras el “qué” se agota en el acontecimiento. La concepción que se tiene actualmente de la historia esta equivocada en tanto el pasado es visto como un “qué”, y no en su “cómo” al que el ser-ahí puede anticiparse y en el que se puede interpretar; y porque el ser-ahí está tan ocupado en el presente cuidando del futuro que se ha olvidado de su pasado. Heidegger dice que el actual ser-ahí se ha perdido en esta pseudo-historia presente creyendo que está tan sobrecargadamente histórico, que por si fuera poco le apuesta a la conquista de lo supra-histórico con la pretensión de encontrar una concepción del mundo.

* ¿Qué tan consciente históricamente debe ser el diseñador en una ocupación que por su misión prospectiva lo sitúa fundamentalmente en el futuro? Ya sabemos que el futuro es el espacio fundamental por el que se desarrolla el tiempo, y sabemos también que la forma de hacer futuro radica sencillamente en vivir el presente de la manera correcta, es decir en el anticiparse al haber sido. Esos dos son los fundamentos de cualquiera que quiera procurar cosas para hacer nuestra estancia en la tierra, una estancia amable y reveladora. Si los diseñadores trabajan fundamentalmente con el futuro entonces tienen ante sí la construcción del mundo, sólo que no han sabido como llevarla a cabo.

* SER HISTÓRICO Heidegger dice que a pesar de lo relativa que pueda ser toda esta interpretación del ser-ahí fundamentada en el “cómo” y no en el “qué”, pone ante la angustia de ese relativismo, «la posibilidad según la cual un presente sabe en cada caso ser futuro», y en ello se hace posible acceder a la historia, pues el ser-ahí es la historicidad misma. Plantea que esta reflexión es fundamentalmente hermenéutica, la filosofía aun tendrá que reparar en sus métodos para lograrla. Saber ser tiempo, es habitar el tiempo. Un presente que sabe cómo ser futuro, es un tiempo ético.

(73)


* En el procurar cosas para el mundo, debemos ser los encargados de llenarlas con sentido de nuestro tiempo, -en toda la dimensión que aquí hemos explicado- para ello debemos saber ser tiempo, en ello radica el ser ético de los diseñadores, en que el cuidado de su ocupación radique justamente en el cuidado del tiempo mismo. Para ocuparse del cuidado del mundo y del tiempo, la condición fundamental es cuidar de sí mismo y en ello conocerse e interpretarse lo suficiente para poder entender la magnitud de la responsabilidad que implica el cuidado por otros. Entender que nosotros también somos el producto del cuidado o del descuido de otros que a lo largo del tiempo han tenido diferentísimas nociones del mismo. Hoy somos reflejo de la noción de tiempo moderna, está comenzando a cambiar pero aún distinguimos ese ánimo en nuestra imagen proyectada.

* «No miremos la respuesta, sino repitamos la pregunta. ¿Qué sucedió con la pregunta? Se ha transformado. La cuestión de ¿qué es el tiempo?, se ha convertido en la pregunta: ¿Quién es el tiempo? Más en concreto: ¿Somos nosotros mismos el tiempo? Y con mayor precisión todavía: ¿Soy yo mi tiempo? Esta formulación es la que más se acerca a él. Y si comprendo debidamente la pregunta, con ello todo adquiere un tono de seriedad. Por tanto, ese tipo de pregunta es la forma adecuada de acceso al tiempo y de comportamiento con él, con el tiempo como el que es en cada caso el mío. Desde un enfoque así planteado, el ser-ahí sería el blanco del preguntar.»

* Para finalizar, retomamos la pregunta inicial de ¿qué es el tiempo? y nos encontramos con que se ha transformado a lo largo de esta reflexión, encontramos que el camino seguido ha sido fructífero en la medida en que nos remite necesariamente a otro tipo de pregunta y no necesariamente a una respuesta concreta. El tiempo no es de respuestas concretas, el tiempo se analiza en su relación con las personas y el mundo. Nuestro tiempo se aborda desde las diseñadoras y los diseñadores que habitamos en él. Somos los diseñadores el blanco de la pregunta, y ésta reflexión el punto de partida para encontrar el sentido que implica habitar nuestro tiempo.

*

(74)


LOS NUEVOS COMIENZOS A continuaci贸n mis hallazgos, el camino hacia la resoluci贸n, el alivio de haber vivido intensamente el malestar, haber encontrado la forma de desarmar para buscar el sentido del rearmar, lo que significa este espacio que no es solamente un discurso, aparecer, una invitaci贸n, percatarse de los v铆nculos, descubrir el recorrido. Acercarme a la experiencia de este trabajo.

(75)


LA ACCIÓN Hannah Arendt designa tres actividades fundamentales que corresponden a «las condiciones básicas bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra»: labor, trabajo y acción. A grandes rasgos la labor es la actividad humana que corresponde al proceso biológico del cuerpo humano que está ligada a la supervivencia, «la condición humana de la labor es la vida misma»; el trabajo es la actividad que no esta ligada al ciclo vital del hombre pero que le proporciona un «“artificial” mundo de cosas» que garantiza su permanencia en el mundo, «la condición humana del trabajo es la mundanidad»; y finalmente la acción es considerada como la única actividad que no necesita de la mediación de la materia y que se da por excelencia entre los 1 hombres, esta es «la condición humana de la pluralidad» Antes de entrar en materia con el concepto de acción habremos de recordar de qué se trata la condición humana. Las condiciones –cosas naturales, propias o autoproducidas por el hombre en su vida en la tierra- hacen de la existencia humana, una existencia condicionada debido a la magnitud con que la realidad irrumpe en ella como fuerza condicionadora. El poder condicionante –influyente, limitante, determinante- que las cosas tienen sobre el hombre, le hacen un ser condicionado; 2 este estado o propiedad es lo que ella abarca en el concepto de condición humana. La pluralidad humana, es decir el hecho de que los hombres vivan en la tierra y habiten el mundo, es la condición fundamental de la acción pero también del discurso puesto que es por la palabra que se relacionan los hombres; «a través de la palabra hablada el hombre se identifica como actor, anunciando lo que hace, lo que ha hecho y 3 lo que intenta hacer» Actuar y hablar son el impulso humano de comenzar algo nuevo, de tener iniciativa, de poner algo en movimiento. En el acto quien se revela es el agente y sólo se realiza plenamente en la esfera pública. Este agente que puede ser expresado como “quién” normalmente al definirse se frustra en la descripción de un “qué”, es decir aquellas cualidades compartidas con otros, que podemos nombrar y que enuncian un carácter pero no logran captar su unicidad ni su esencia. Aquella esencia se muestra en la «fusión de acción y discurso» como factores primordiales de la existencia humana y que conforman «la 4 esfera de asuntos humanos».

(76)


La mayor parte del tiempo tratamos con esos asuntos de manera objetiva de acuerdo a nuestra disposición para nombrar las cosas que conforman nuestro medio físico y mundano, y que se superpone en buena medida sobre aquella perspectiva subjetiva e intangible que radica en el actuar y hablar. Esta última es la que constituye fundamentalmente «la trama de las relaciones humanas»5,por lo tanto, toda puesta en movimiento o comienzo de una acción o discurso cae en esa trama existente produciendo consecuencias. La historia de vida de una persona es el resultado de las acciones y discursos que como agente pone en movimiento y que hacen parte de las historias de otras personas. Estas historias pueden ser registradas, documentadas, materializadas de múltiples maneras pero no podrá verse allí al agente como autor o productor de su historia por más tangible que se haga; el agente es protagonista, actor de su propia historia, puede ser rastreado a partir de la iniciativa y movimiento que impulsó, «la historia real en la que estamos metidos mientras vivimos carece de autor visible o invisible porque no está hecha»6. En la acción y el discurso el agente es revelado en su “quién”, en su propio yo. Es la única persona que puede hacerse visible en la historia en cuanto protagonista puesto que se muestra y expone a sí misma. Dentro del mundo de los asuntos humanos esta revelación es importante en la medida que el agente necesita aparecer en un espacio en el cual sea mostrado y visto por sí mismo y los demás en su capacidad de ser actuante. Este espacio de aparición esta caracterizado justamente por su poder potencial de reunir, es un espacio político por excelencia.

(77)


EL LUGAR DE ACCIÓN DE LAS DISEÑADORAS Y LOS DISEÑADORES QUE HABITAMOS NUESTRO TIEMPO Si la acción es una puesta en movimiento en la que se hacen patentes los asuntos humanos, ésta sucede en un lugar que existe con el propósito de crear un espacio de aparición para el agente. Surgen aquí dos preguntas: ¿cuáles son los asuntos que ocupan a las diseñadoras y los diseñadores?, y si la acción es la iniciativa de poner en movimiento esos asuntos ¿en dónde se recogen y a dónde se llevan? En primer lugar, habremos de dedicarnos a pensar en los asuntos que ocupan a las personas que diseñan y procuraremos hacerlo aislándoles de una construcción disciplinar y profesional enmarcada en cuestiones históricas que por el momento no interesan. Las personas que diseñan están reunidas sobre el interés fundamental en el mundo físico que habita el hombre. Las relaciones que en ese habitar se establecen y de las que surgen manifestaciones tangibles e intangibles, otorgan al hombre como mortal una garantía de permanencia temporal en la tierra junto con los demás hombres y la divinidad. El diseñador es quien construye una vez que habita y lo hace depositando en las cosas que erige el cuidado por su existencia. Ahora bien, teniendo en cuenta que los asuntos de los que se ocupan las personas que diseñan se dirigen al cuidado de la existencia del hombre en la tierra, podemos pasar ahora a la identificación de los lugares en que se sitúa la acción como puesta en movimiento de esos asuntos. El movimiento pensado como recoger algo y llevarlo a otro lugar también puede ser visto como “traer a la luz”. Esta metáfora identifica el lugar en que se recoge el asunto con una connotación de oscuridad y el lugar al que se lleva se identifica con la iluminación. Aquí llamaremos a esos lugares en que se moverán los asuntos humanos como ensoñación o encantamiento y como despertar o desencantamiento respectivamente y bajo la perspectiva de Walter Benjamin. Cuando Walter Benjamin habla de encantamiento o ensoñación se refiere a la condición en que encontraba la experiencia humana de su época fortalecida por el movimiento moderno. Hoy, aproximadamente un siglo después esa condición no ha cambiado significativamente, “se ve durante largo tiempo la luz de una estrella que ha muerto...continua existiendo bajo la forma de una atracción”7 la modernidad resultó muy eficaz. Susan Buck-Morss nos explica esa condición en palabras de Benjamin:

(78)


Este «colectivo que sueña» era reconocidamente «inconsciente» en un doble sentido: por un lado, por su distraído estado de ensoñación, y por el otro porque era inconsciente de sí mismo, compuesto por individuos atomizados, consumidores que imaginaban que su mundo soñado, mundo de mercancías era distintivamente personal (a pesar de toda la evidencia en contrario) y que vivían su pertenencia a la colectividad sólo en el aislado y alienante sentido de ser un componente anónimo de la multitud. Aquí radicaba una contradicción fundamental de la cultura industrial capitalista. Un modo de producción que privilegiaba la vida privada y basaba su concepción del sujeto en el individuo aislado, había creado formas completamente nuevas de existencia social –espacios urbanos, formas arquitectónicas, mercancías de producción masiva y experiencias «individuales» infinitamente reproducidas- que engendraban identidades y conformidades en la vida de la gente pero no solidaridad social, ningún nivel novedoso de conciencia colectiva en torno a su comunidad y por tanto, ninguna forma de despertar del sueño en el que estaban envueltos.8

Es evidente ver aquí que quienes participaron en buena medida de la construcción y propagación de esta ensoñación eran las personas que diseñaban esas mercancías de consumo masivo. La cultura industrial en la que se soporta la historia, teoría y práctica del diseño desde entonces hasta nuestros días, se fundamentó en la concepción moderna que originó todos estos fenómenos y convenció a la humanidad de su eficacia. El sociólogo francés Michel Maffesoli9 identifica cuatro características de la modernidad que nos permitirán entender su aplicación a toda la dimensión de la existencia humana: primero, el valor trabajo en el que la ideología nos lo vendió como esencial pero de lo cual aun no estamos completamente convencidos, ésta emplea en palabras de Kant, el “imperativo categórico ...tú debes”, como forma de sometimiento; segundo, el racionalismo como sistema establecido a partir de la razón en contraposición a la sensación, en palabras de Max Weber “una racionalización generalizada de la existencia”; tercero, el utilitarismo como apreciación del valor de las cosas en cuanto sirven de algo, convierte a los otros en objetos y los hace utensibles, en palabras de Heidegger “la cosificación del hombre”; y finalmente dice que puede conocerse una sociedad según el componente de la triada temporal, (pasado, presente y futuro) sobre el cuál pone el acento, por ejemplo en la edad media se presentaba una fascinación por el pasado mientras que en la modernidad el acento está en el futuro, en el mañana de acuerdo al cual se organizan todas las instituciones sociales.

(79)


Éste es el panorama que se encuentra en ese lugar de la ensoñación y el encantamiento en que se recogen los asuntos humanos con el fin de ponerlos en movimiento con la intención de mirarlos bajo otra perspectiva, la del despertar y el desencantamiento. Benjamin piensa el despertar revolucionario como el resultado de una «movilización política tendiente a la liberación», para ello es necesario el conocimiento histórico que es «dejado de lado y olvidado, yace enterrado en cultura que sobrevive, siendo invisible justamente porque es de escasa utilidad para aquellos que están en el poder»10. Ese conocimiento histórico radica en la interpretación de los objetos e imágenes cotidianas en donde la dominación del inconsciente colectivo se hace presente como fetiche y fantasmagoría, aquellas apariencias engañosas de las mercancías en las que se deposita el deseo moderno de progreso. La estrategia empleada por Benjamin para llevar a cabo esa interpretación es la construcción de imágenes dialécticas que consisten en explotar el continuum de la historia con el fin de chocar los ideales utópicos del pasado con la situación deplorable en la que encontramos el presente, cargar a las imágenes del inconsciente colectivo con la realidad del presente, les otorga un «poder explosivo en sentido político» 11 El despertar adquiere entonces una posición importante si se pueden relacionar aquellas situaciones cotidianas que dan cuenta de nuestro presente, a la luz de las radiantes promesas de progreso que hacen todas las disciplinas pero que no las vemos materializadas, especialmente el diseño cuya materialización debería resultar más evidente. Descubrir en imágenes cotidianas aquellas prescripciones ideológicas que han guiado nuestro quehacer a lo largo de la historia y ver en sus efectos, el decadente estado en que el hombre se relaciona con el mundo, un nivel de saturación que se torna cada día más destructivo, tendría el poder de desencantar a las diseñadoras y los diseñadores de las actuaciones que han venido realizando, los cuestionaría y propiciaría la oportunidad de crear algo realmente nuevo y honesto. Ante ello el habitar toma importancia si se crea un espacio cuyos materiales sean los fragmentos que rescatemos de esta destrucción en la que vivimos y así poder erigir los lugares que aguarden y cuiden nuestra existencia en el mundo.

(80)


EL PUENTE Construir un puente es instalar un lugar vinculante en que los asuntos humanos puedan ser puestos en movimiento, pensados, cuidados. Es darle una casa a esos asuntos. Ahora bien, mi intención es pensar la manera de situar los asuntos que recojo y llevo en un lugar en que coexistan y se hagan dignos de ser pensados con detenimiento. Teniendo en cuenta que el puente no se ha visto como lugar sino simplemente como recurso para la movilidad, convertirlo en un espacio digno de habitar representa un riesgo, aquel en el que me sitúo en ambos pero ningún lugar al mismo tiempo, aquel en el que me expongo a la corriente del río o al abismo que separa. El puente se convierte en un borde en que permanezco, una frontera que me hace emigrante y ciudadana al mismo tiempo. A lo largo del puente suceden los desplazamientos que hacen posible conocer lugares cada vez más lejanos, el puente sobrevive a todas las calamidades, se ha construido de manera que cuide a quienes lo transitan. Comparte algo de cada lugar, está cimentado en cada extremo que separa, se erige desde los dos lugares pero no pertenece a ninguno de ellos, es un espacio autónomo, incluso soberano, pero requiere la presencia de otros, requiere desplazamientos, requiere carga, requiere tormentas, requiere que le sea considerado un lugar en el que pueda habitarse en la forma de un permanecer de camino, el camino de cuantos asuntos caminen por allí. El puente es la clave, y el riesgo su valor característico como situación de emproblemarse con los asuntos del mundo, el puente posibilita el encuentro, nos permite conocer lugares diferentes, viajar entre ellos cada vez que queramos, poner allí la preocupación sobre el lugar al que pertenecemos y la forma de habitarlo.

(81)


EL ESPACIO DE APARICIÓN Ante el estatismo de esta situación en la que cada vez son menos los espacios políticos con que contamos para reunirnos y expresarnos sobre los asuntos del mundo, el ir en busca de esos lugares y procurar la aparición de quienes estén interesados en llenarlos de sentido, puede ser una de las acciones de las diseñadoras y los diseñadores que habitamos nuestro tiempo. Es una acción porque implica un nuevo comienzo, o por lo menos uno no esperado, una iniciativa que pone en movimiento los asuntos que han de ser pensados y transformados, justamente esos asuntos que han perdido esta capacidad, los que se encuentran olvidados o ignorados. Procurarnos ese espacio en que podamos ser reconocidos y vistos por otros, dar apertura a ese espacio político en que podamos actuar y hablar, ser expuestos con el riesgo que eso nos represente, apropiarnos del espacio y comenzar a dialogar, reunir y movilizar; es en una buena medida el propósito que mueve este trabajo. Poder contar con las condiciones necesarias para vivir los malestares que nos inquietan y poder reconstruir a partir de ellos una forma de pensar, una forma de diseñar, una forma de vivir con la que nos sintamos vinculados significativamente. A una acción como esta se le puede llamar subversión, proviene del latín subvertere y significa hacer que cierta cosa deje de estar o marchar con el orden establecido o con normalidad. El sentido que adquiere una acción de subvertir este estado de ensoñación en que nos encontramos, debe verse como un movimiento crítico y libre de prejuicios que haciendo uso de la imaginación logre de a poco ampliar la mirada de otros, es decir inaugurar nuevos comienzos. La historia de esos nuevos comienzos se inicia una vez las diseñadoras y los diseñadores asumen el rol protagónico de habitar su tiempo y contagiar a otros con la idea, o atreviéndose a generar acciones de inmediato. Este documento hace patente una primera iniciativa cuyas acciones: dialogar, reunir y movilizar proporcionaron este espacio de aparición en que sí se hace posible expresarse, es decir, despertarse.

(82)


DIALOGAR Como acción fundacional que otorga significación al mundo, que construye cultura. Hablar es expresar a otros mediante el lenguaje la percepción que tenemos de la realidad, en ella se da la interpretación de lo que sucede, da razón del tiempo en que se vive, posibilita la creación de acuerdos, opiniones, decisiones. Dialogar es mostrarse a sí mismo y poder ver a los demás expuestos a su manera, poder contar y escuchar las historias que constituyen nuestra experiencia, implica saber decir y saber escuchar, ser respetuosos con este acto compartido que fundamenta la condición humana. Poner a dialogar a las diseñadoras y los diseñadores que se han formado a partir de una construcción ideológica del diseño industrial y del mundo mismo como lo hemos vivido, con su condición actual, es decir, la condición de encantamiento que empaña nuestra posibilidad de ver un poco más allá. Tanto los diseñadores, como el encantamiento, han dejado tras de sí, evidencias que vemos todos los días pero que al considerarse insignificantes en su abundancia y saturación, no parecen ser el objeto de un posible estudio o intervención más allá de su encantamiento, no se les ha puesto en situación de dialogar, ese sería un bonito trabajo que de continuidad a este.

REUNIR Es la acción de vincular personas o cosas aparentemente inconexas, relacionarlas entorno al mundo que compartimos, el que nos mantiene juntos. El reunir sucede con ocasión de un asunto que fluye en el tiempo y que puede ser olvidado, memorizado, documentado; reunir implica a un sujeto reunidor, aquel que desencadene la acción, el que tenga la iniciativa de vincular y encontrar a unos y otras, cuenta con una misión que planea con el fin de propiciar ese momento de encuentro, hace posible la experiencia y la huella que permanezca. Esa condición de encantamiento ha devenido en la saturación y fragmentación del mundo, de nuestras propias experiencias, del sentido de la vida a la que aun no encontramos un orden. El habitar poético se propone reunir esos fragmentos problematizandolos desde su condición distante e indiferente, hacia la utopía de un 12 mundo en que las diseñadoras y los diseñadores fuesen poetas: “un deleite del habitar”

(83)


MOVILIZAR Da vida a las cosas porque las pone en acción, las saca de su estatismo o de su repetición, las hace dinámicas, pensables, usables, devuelve a los asuntos del mundo la vida que merecen en el terreno de la pluralidad. Es el estímulo, la chispa que desencadena el movimiento que lleva los asuntos de un lugar a otro, es el vehículo y transporte para reunirlos y poder hablar de ellos, que los exponga y los transforme. El tiempo ha sido uno de los más afectados por la fragmentación y la ideología, ha sido usado por el encantamiento volviéndose incluso culpable de la devastación y la indiferencia. Ese tiempo no ha sabido ser tiempo porque no ha descubierto que el blanco del preguntar no es él mismo sino nosotros, no se ha movido, se petrifica en el acontecimiento mismo evitando que se den experiencias. “Cada uno es conciente de sus propias pérdidas de tiempo, hay que darse tiempo”13. Aquel tiempo en que sí se movilicen cosas, es el tiempo que se ha dado cuenta de su temporalidad y en la intensidad con que los acontecimientos se presentan en él, puede darse el impulso que nos convoque a un despertar revolucionario, el de los nuevos comienzos.

1Hannah Arendt. La condición humana. Editorial Paidós, Barcelona, 1993, p. 21 y22. 2 Ibid., p. 23. 3 Ibid., p. 202. 4 Ibid., p. 205. 5 Ibid., p. 207. 6 Ibid., p. 210. 7 Michel Maffesoli habla de la modernidad usando una metáfora tomada de la Astrofísica. 8 Susan Buck-Morss, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes, Colección La Balsa de la Medusa, Madrid, Visor, 1995, p. 287. 9 En una conferencia titulada la invención de lo cotidiano dictada el 30 de abril de 2009 en la Biblioteca Luis Ángel Arango de la ciudad de Bogotá. 10 Buck-Morss. Op. Cit., p. 14. 11 Buck-Morss. Op. Cit., p. 268. 12 A Carolina le cautivó esta frase del profesor Iván Correa, a mí también, llegó en un buen tiempo. 13 Tomando tinto con Germán hablando de cualquier cosa y a pocos días de terminar este trabajo, lo que dijo tuvo mucho sentido para mí que ahora no dejo de pensar en el tiempo. Es verdad que ahora soy más consciente de mis perdidas de tiempo, se que me pasan cosas importantes cuando me doy tiempo, empiezo a ser mi propio tiempo.

(84)


MANIFIESTO















LEO, MIRO, CALLEJEO


BIBLIOGRAFÍA

ALEJO CARPENTIER. Lo barroco y lo real maravilloso, en: Los pasos recobrados: ensayos de teoría y crítica literaria, Fundación Biblioteca Ayacucho, 2003 CELESTE OLALQUIAGA. El reino artificial. Sobre la experiencia kitsch, Gustavo Gili, Barcelona, 2007 CLARA PERILLA. La conciencia de lo humano, en: Arte en los noventa, Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2004 EZIO MANZINI. Artefactos, Celeste Ediciones y Experimenta ediciones de diseño, Madrid, 1992 G. SELLE. Ideología y utopía del diseño, Gustavo Gili, Barcelona, 1975 HAL FOSTER. Diseño y delito y otras diatribas, Ediciones Akal, Madrid2004 HANNAH ARENDT. La condición humana. Paidós, Barcelona, 1993 HERBERT MARCUSE. El hombre unidimensional, Ediciones Orbis, Barcelona, 1985 JAIME FRANKY RODRÍGUEZ. El acto de diseñar entre otras patologías. Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2003 JEAN BRAUDILLARD. El sistema de los objetos, Siglo XXI editores, España, 1981 JEAN-FRANÇOIS LYOTARD. La Condición Posmoderna. Ediciones Cátedra, Madrid, 1994 JORDI LLOVET. Ideología y metodología del diseño, Gustavo Gili, Barcelona, 1981 JOHN STOREY. Teoría cultural y cultura popular, Octaedro-Eub, Barcelona, 2002 MARÍA CONSUELO NIEVES Y VICTOR ANDRÉS PARRA. El Artificio como Documento del Deseo, una búsqueda en el acontecimiento. Monografía de Trabajo de grado de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, julio de 2008

(102)


MARY DOUGLAS. Estilos de pensar, ensayos críticos sobre el buen gusto. Gedisa, Barcelona, 1998 MARSHALL BERMAN. Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, Siglo veintiuno editores, México, 1991 MARTIN HEIDEGGER. Hölderlin y la esencia de la poesía (1936). En memoria de Norbert Von Hellingrath caído el 14 de diciembre de 1916. Traducción de Samuel Ramos, publicada en: Martin Heidegger, Arte y Poesía, Buenos Aires, F.C.E, 1992 MARTIN HEIDEGGER. El concepto de tiempo. Conferencia pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo en julio de 1924, traducción de Raúl Gabás Pallás y Jesús Adrian Escudero. Trotta S.A. Madrid 1929 RICHARD SENNETT. La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo, Anagrama, España, 1998 ROLAND BARTHES. Semántica del Objeto, Conferencia pronunciada Septiembre de 1964 en la Fundación Cini Venecia SUSAN BUCK-MORSS. Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes, Colección La Balsa de la Medusa, Visor, Madrid, 1995 THEODOR W. ADORNO. Teoría Estética, Ediciones Orbis, Barcelona, 1983 TOMAS MALDONADO. El diseño industrial reconsiderado, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1981 WALTER BENJAMIN. Imaginación y sociedad, Iluminaciones 1, Taurus ediciones, Madrid, 1980 WILLIAM VÁSQUEZ. Semiótica, ideología, diseño. Nartex Revista de estudiantes Facartes Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Marzo de 1989 WILLIAM VÁSQUEZ. Ante los asuntos asuntar, Boletín Enterarte No 1 Noviembre 1998 WILLIAM VÁSQUEZ. Prefacio del libro Archivos Universidad Nacional de Colombia, Estado y desarrollo, 1997-2001 ZYGMUNT BAUMAN. Vida de Consumo, Fondo de Cultura Económica, España, 2007

(103)


FILMOGRAFÍA EL INADAPTADO. Den Brysomme mannen. Jens Lien, Noruega, 2006 LA HISTORIA DE LAS COSAS. The story of stuff. Annie Leonard, Estados Unidos, 2007 TÚ, YO Y TODOS LOS DEMÁS. Me and you and everyone we know. Miranda July, Estados Unidos, 2005 TODO ESTÁ ILUMINADO. Everything is illuminated. Live Screiber, Estados Unidos, 2005 ¿QUÉ QUEDA? QUEDA LA LENGUA MATERNA, Entrevista a Hannah Arendt realizada por Günter Gauss y emitida por la televisión de Alemania Occidental el 28 de Octubre de 1964.

CALLEJEAR Todas las cosas que he hecho a lo largo de este semestre por triviales que parezcan, me han aportado algo. Los conciertos a los que he ido, las conversaciones de cafetería, las fiestas, las exposiciones, los viajes, la música que he conocido, las paginas de internet que visito, las conversaciones que escucho en los buses, andar por Bogotá, entre tantas otras que hacen de estos seis meses una experiencia muy significativa. Aquí, algunas de esas cosas: Viaje por Santander con mi familia, viaje a la Sierra Nevada del Cocuy con Carolina y Daniela, reparar y pintar mi casa, concierto de Asian Dub Foundation, concierto de Emir Kusturica and the No Smoking Orchestra, concierto de Las estrellas de la Fania y Carlos Santana, concierto de Dick el Demasiado, cumpleaños de Chelo en Gato Bardo, mi cumpleaños en casa de José, cumpleaños de Germán y Carolina en Creppes y Waffles, varios helados más en ese lugar, muchos cafés contando mi trabajo, jornadas de bibliotecas, graduación de José, Exposición de Archivos Ciudadanos de Armando Silva, Conferencia de Michel Maffesoli, Exposición de Francis Alÿs, Feria de las Colonias, visita a casa de los Waunaan, muestra “de cercanías y alejamientos”, tardes en la oficina de William, noches de películas con mi hermana Andrea, los reveladores y amenos Viernes con mis amigas y amigos, conferencia de Dendrita en la Tadeo, café del mundo con Dendrita en la Feria de las Comunicaciones, apoyo de Dendrita a Acceso 2.0, producir Dendrita No. 4 La Academia, asistir al Seminario Metodológico de la Especialización en educación Artística Integral, no ver ninguna materia, no aceptar ningún trabajo.

(104)


gracias A William por el privilegio de escuchar la generosidad de sus palabras y por su dedicación a este trabajo. A las Dendritas porque de no existir, estos no habrían sido mis rumbos. A todos los que aportaron, charlaron, colaboraron, dieron ideas y se interesaron por este trabajo: Carolina, Johanna, Camilo, Germán y José; a Chelo, Katherine, Carolina G, Adrián y Fernando

(105)



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.