Los Cuatro Sellos del Mahamudra

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Los Cuatro Sellos del Mahamudra

por el 12º Khenting Tai Situ Rimpoché


Los Cuatro Sellos del Mahamudra son conocidos también como “las Cuatro Llaves de la enseñanza del Buda”. Son estos: El primer sello: Todas las cosas compuestas son impermanentes. El segundo sello: Todo lo que está contaminado, ​ (​ ó manchado, en el sentido de estar impregnado por la confusión o dualidad​ ) ​ implica sufrimiento. El tercer sello: La Realización es Paz. El cuarto sello: Todos los fenómenos carecen de entidad independiente. Estas características están estrechamente vinculadas con las Cuatro Nobles Verdades del Profundamente Realizado (​ Que son el origen de toda la enseñanza Budista​ ): 1. La verdad del sufrimiento, 2. La verdad de la causa del sufrimiento, 3. La verdad del cese del sufrimiento 4. La verdad del camino para cesar el sufrimiento. 1. Todos las cosas compuestas son impermanentes Cualquier cosa producida por causas y condiciones es impermanente, no sólo en el sentido de que pasado un tiempo tiene que terminar, sino también en el sentido de su transformación momento a momento. El final del nacimiento es la muerte, el final de lo bueno es lo malo, el final de lo malo es lo bueno, el final de la unión es la separación, el final de la creación es la destrucción y el final de la composición es la descomposición. Porque siempre es así, Milarepa dice: "¡Impermanencia, impermanencia! ¡Nada hay que tenga esencia duradera!" Nada en el samsara tiene un corazón, una esencia. Para comprender esto, fijémonos en el platanero: si le quitamos la primera capa, aparece otra; y si le despojamos de esta segunda, aparece una tercera; y así sucesivamente, hasta que llegamos a su centro: el árbol es hueco – no hay nada más que capas. De igual forma, en el samsara, no es nada más que una ilusión y porque es así, todo es impermanente, sin embargo, todavía seguimos viendo cosas y entonces creemos en ellas como “yo” y “mío”. Una manera de entender cómo la percepción ilusoria puede ser tomada por real es lo que sucede con los ríos y el fuego. Si miramos el río desde un puente, vemos sus olas, su corriente y su movimiento. Si volvemos al día siguiente veremos lo mismo; incluso al cabo de un año el río mostrará idéntica apariencia. 1


Sin embargo, como el río es una entidad compuesta por agua en movimiento, no permanece quieto en ningún lugar ni por un solo segundo, y el agua que vimos ayer hace mucho que ha bajado al océano. Pero miramos el río hoy y decimos que es el mismo que ayer. La llama de la lámpara es oscura en el centro, después rojiza, después amarilla y después roja otra vez. Tiene la forma de una punta de flecha. De nuevo, aunque siempre parece, más o menos la misma, nunca permanece igual, incluso por un instante; sin embargo la miramos y decimos "la" llama. En una forma similar a estos ejemplos fáciles de entender, todo lo que vemos, oímos y sentimos, no es permanente, incluso ni por un segundo. Momento a momento está la impermanencia. ¿Cómo entonces debemos acercarnos a la impermanencia? A pesar de ello, la impermanencia no es algo más allá de la esperanza, al contrario; de hecho, esta llena de esperanza. El Bodhisattva Santideva en su texto llamado Bodhisatvacaryavatara dice: "Usando la embarcación de esta preciosa existencia humana, podemos atravesar el poderoso río de sufrimiento del samsara". Para cruzar un río necesitamos un barco y para cruzar el río del samsara, la preciosa existencia humana es la única "embarcación" de uso real. Por lo tanto, dentro de la impermanencia de la ilusión del samsara, la impermanente pero preciosa existencia humana es muy valiosa. Milarepa dice: "En la vida no hay tiempo que perder, puesto que la vida es un proceso de destrucción constante". Billones de elementos potencialmente destructivos están esperando la oportunidad para afectar nuestras vidas y por eso mismo se dice que la vida es como una pompa de jabón o como la llama de una vela junto a una corriente de aire, frágil, impredecible. Desde el mismo instante del nacimiento, la muerte ya ha comenzado y va a ser muy difícil después de la muerte obtener otra vida como esta. La preciosa vida humana surge como resultado de antiguas causas y condiciones que eran sumamente virtuosas. Por eso, esta vida podría llevarnos del sufrimiento a la gran felicidad. Es muy valiosa, pero impermanente; se destruye fácilmente. Por lo tanto no debemos desperdiciarla, sino aprovechar al máximo las oportunidades y la riqueza que ofrece. No sólo la vida, sino todas las cosas, son impermanentes. 2. Todo lo que está contaminado entraña sufrimiento Hay muchas formas de acercarse a la comprensión de este aspecto. Cualquier negatividad totalmente­completada (consecuencias kármicas) la acción está obviamente, contaminada, manchada, pero incluso una acción positiva 2


totalmente­completada está contaminada, si se lleva a cabo por motivos egoístas. Más sutilmente, incluso acciones positivas, totalmente­completadas para el beneficio de los demás están contaminadas si van acompañadas por un pensamiento dualista. El sufrimiento que implican tales acciones contaminadas puede abordarse en muchos niveles. Aquí vamos a considerar tres niveles de sufrimiento: "sufrimiento del sufrimiento”, “el sufrimiento del cambio” y “el sufrimiento inherente”. Las causas negativas totalmente­establecidas producirán “sufrimiento del sufrimiento” como el nacimiento en los estados infernales con sus torturas de calor y frío. Las causas positivas totalmente­establecidas que son egoístas producirán el “sufrimiento del cambio”, es decir, una clase limitada de la felicidad. La felicidad que es producida por el carácter positivo de la causa, pero incluso si perdura durante un millón de años debe cambiar con el tiempo en sufrimiento. Una acción positiva totalmente­ establecida (incluso si es muy, muy buena) que está acompañada por la noción de la dualidad, nunca puede conducir a la liberación final porque la semilla del sufrimiento, el ego, permanece. Mientras que todavía está ahí, entonces el sufrimiento es inherente, inevitable. ¿Cómo trabaja esta semilla del sufrimiento? Si tenemos en cuenta la práctica de la generosidad o la conducta correcta, entonces existe una distinción entre la generosidad y la paramita de generosidad; entre la conducta correcta y la paramita de la conducta correcta, y así sucesivamente. Sólo la generosidad o la conducta correcta es buena, pero dualista ­ una "buena" en lugar de "mala" en la que lo opuesto de robar es generosidad y lo contrario de la mentira es decir la verdad. Esta bondad está contaminada de bondad, contaminada porque todavía hay una cierta ignorancia. Cuando hablamos de la ignorancia, es un puzzle que hay que resolver; el puzzle del origen del samsara. Mucha gente me pregunta (lo que me parece muy razonable), "¿Cómo podría alguna vez el Samsara haber comenzado?" ¡Piensan que esto va a dejarme sin palabras! Pero hay mucho que decir. Es la ilusión del ego, el principio, la fuente misma de los doce vínculos de interdependencia. El primero de estos vínculos es la ignorancia, la ignorancia en el sentido de no ver, no saber, "lo que es". Este es el principio de todo. Lo que no es "yo" se mantiene como "yo". Puesto que no hay "yo", entonces no hay "lo mío", sin embargo, aún creemos en el "yo" y "lo mío". Todo viene de este punto – la ignorancia. ¿Cuándo ocurrió? – Siempre, en cada segundo. Cualquier cosa que sea una ilusión agradable para el "yo", la buscamos. Cualquier cosa sea una ilusión desagradable, tratamos de escapar o evitarla. De esta manera, todas las clases de reencarnaciones posteriores, la extensión de nuestra existencia presente, se crean para que las experimentemos más tarde como resultado.

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El continuum de la encarnación de cada minuto, cada día, cada año, se convierte en encarnación vida tras vida; de humano a animal, de animal a fantasma, de fantasma al infierno, del infierno al reino de los dioses, del reino de los dioses al humano y así sucesivamente. De arriba a abajo, de abajo a arriba, siempre girando como un círculo, el círculo del sueño de la vida. La vida continúa como un círculo de reencarnaciones, pero las enseñanzas Budistas nunca dirán que la reencarnación, o cualquier otra cosa, tiene verdadera existencia. En ese sentido, cuando la gente dice, "Este es un buen resultado por la virtud ... un mal resultado por la no virtud", entonces estoy totalmente de acuerdo. ¡Es tan cierto! Pero entonces tengo que preguntar a la persona que lo dice, "¿Te sientes feliz cuando las cosas te van bien? ¿Te molestas cuando van mal? ¿Alguna vez cometes errores?" Sólo hay una respuesta a esas preguntas. La forma en que las cosas aparecen y la forma en que son realmente – son diferentes. Todavía no tenemos la suficiente comprensión genuina de ver "lo que es" – lo último en lo que no hay ni felicidad ni sufrimiento y del mismo modo no hay reencarnación. Acabamos de ver la relación que existe entre la felicidad y el sufrimiento, la reencarnación, la virtud y no virtud. Es muy sencillo – solo están ahí. La reencarnación – el ciclo del samsara – es la experiencia de nadie. No es algo creado por la voluntad de alguien. Es sólo la experiencia de la conciencia kármica oscurecida. La ignorancia es el primer vínculo, la reencarnación constante que causó, es el segundo vínculo, y ahora la resultante conciencia kármica oscurecida es el tercer vínculo. Debido a que la conciencia, acumulará el buen y el mal karma. Cuando se activa la ley universal del karma, entonces el nacimiento tiene lugar; el nacimiento en un reino específico determinado por las causas y condiciones que han interactuado. Las experiencias concretas de esa situación de vida, también se determinan por el condicionamiento causal, dando así al cuarto vínculo llamado nombre y forma. "Nombre" significa comunicación y la "forma" se refiere al aspecto físico. La mente se une al cuerpo y a la palabra. Luego sigue el quinto vínculo: cuando el karma esta totalmente maduro se completan los sentidos. El grado de finalización dependerá del karma; por ejemplo, aquellos que no tienen el karma que posee conciencia visual nacerán ciegos. A través de la finalización de los sentidos surge el sexto vínculo – el contacto con los diversos objetos de los sentidos. Este contacto será agradable, desagradable o neutral. Después de esto surgen los sentimientos – el séptimo vínculo: uno detesta lo desagradable y aprecia lo agradable, y entonces esto provoca automáticamente el octavo vínculo – el apego. La mente al apegarse entonces, trata de tomar o poseer el objeto de su apego; Este aferramiento es el noveno vínculo. A través de tomar lo que se desea y rechazar lo no deseado, es el décimo vínculo – y este termina convirtiéndose en el nacimiento, el undécimo vínculo. Por el nacimiento existe la posterior vejez y muerte y este duodécimo vínculo completa el círculo. La 4


reencarnación no es algo difícil de entender. La persona de ayer y la persona de hoy son básicamente la misma y de manera similar, la persona de esta vida y de la persona de la siguiente vida también son básicamente la misma. Cualquier acción que está contaminada (ya sea negativa, egoísta o dualista) no está exenta del primer vínculo, la oscuridad de la ignorancia, la noción de "yo". Es por esto que decimos que todo lo que está contaminado es sufrimiento. "Sufrimiento" no significa necesariamente que los ojos tienen que estar llenos de lágrimas ­ ¡algunas personas incluso lloran cuando están felices!. Aquí "sufrimiento" abarca tanto el sufrimiento en sí y las causas del sufrimiento. Al explicar esto, el Buda enseñó que los seres ordinarios son como la palma de la mano – que no puede sentir el toque de un pequeño pelo descansando sobre ella. Los seres extraordinarios se parecen al ojo – sensibles a un pelo o incluso a una pequeña mota de polvo. Esto significa que para los seres ordinarios la dualidad no es un problema importante; no podemos sentir la distracción de la dualidad. Podemos sentir el resultado de la negatividad de la dualidad, que es como verter agua caliente sobre la palma de la mano, pero la presencia de la dualidad en sí es como el pelo al que somos insensibles. Cuando lo hacemos llegar a un cierto nivel de realización, entonces el objeto de nuestras prácticas, de purificación y clarificación, es la dualidad en sí, ya que es la semilla de todo sufrimiento. En ese momento la dualidad se vuelve claramente manifiesta. Puede verse y entenderse y, como el pelo en el ojo, se siente claramente. 3. La realización trae la paz Este es el tercer sello. “Realización” no significa algo nuevo o adicional. Este significa la acumulación plena y la plena purificación. Cuando no hay nada más que ser acumulado o purificado, uno realiza la verdad última, de uno mismo, por uno mismo. Esa comprensión es incomparable a cualquier otro entendimiento o comprensión. ¿De qué manera ocurre la realización? Esta con nosotros todo el tiempo, al igual que estan nuestros propios rostros. También la ignorancia no es algo distinto de nosotros, no es una cosa nueva. Cuando la realizamos – es la sabiduría. Cuando no realizamos – es la ignorancia. Uno puede preguntarse: "Si esta verdad última está con nosotros todo el tiempo, ¿cómo es posible no darnos cuenta?" Es muy posible. Ninguno de nosotros en todas sus vidas ha visto su propia cara. Se la puede haber visto en una fotografía o en una imagen en el espejo, pero nunca directamente el propio rostro. Tengo veintisiete años y nunca he visto mi cara ni voy a verla hasta que muera o logre la realización. La visión de la esencia de la mente está oscurecida por la ignorancia: a causa del "yo­y­los otros" la ignorancia no nos deja verla. Cuando por primera vez vemos la 5


naturaleza de la mente nos damos cuenta de que es algo completamente distinto del yo. Esto es lo que pasa del primero al profundo décimo nivel de Bodhisattva. La realización en esa etapa es una realización sujeto­objeto y es la diferencia real entre los Mahabodhisattvas y los Budas, porque la realización de los Budas trasciende completamente el sujeto y objeto. No tiene nada que ver con ellos. No puedo describirlo. Nadie puede describirlo. Todo lo que podemos hacer es lograr realmente la realización, y en sí misma es la experiencia, la explicación y la comprensión, más allá de la terminología y la dualidad. Todo lo que podemos decir ahora es "realizala por tí mismo tal como es". ¿Cómo podemos empezar a trabajar hacia esa realización? A pesar de que cada uno la tiene dentro, y es algo muy definitivo, hay que partir de una forma muy baja en el nivel relativo, mediante la eliminación de los obstáculos que bloquean la realización – básicamente deseos, aversiones e ignorancia. La satisfacción​ (​ en el sentido de estar contento con lo que se tiene​ ) es el removedor, el purificador del deseo. La bondad amorosa es el purificador de la ira, y el conocimiento y la sabiduría son los purificadores de la ignorancia. La comprensión de la satisfacción tiene muchos niveles y, a medida que uno progresa a través de estos niveles, entonces los deseos disminuyen. La naturaleza humana ordinaria sabe muy poco de la satisfacción. Una persona pobre, por ejemplo, puede pensar, "Si sólo tuviera un lugar donde dormir, algo de comer y algo de ropa – eso sería más que suficiente" ... pero cuando se consiguen realmente esas cosas entonces él comienza a pensar: "Bueno, este alimento tiene un gusto muy malo – yo preferiría algo un poco más sabroso. Estas ropas son tan pobres – me gustaría algo mejor para llevar a este lugar donde duermo, es tan frío – necesito algún lugar más cálido para dormir ". Entonces obtiene mejor comida, refugio y ropa, pero aún sigue pensando: "Está bien, pero todavía necesito cosas más cómodas". Todo tiene que ser más grande y mejor, y una vez que tiene lo mismo que los otros en la aldea, piensa: "Quiero ser el mejor en el pueblo", y una vez que uno es el mejor en el pueblo entonces, "debo ser el mejor de todo el país" y de esta manera, incluso si uno se convierte en la persona más rica de toda la galaxia, la mente todavía está vacía. Esto es más o menos igual para todos. Mediante el cultivo de la satisfacción, la bondad, el conocimiento y la sabiduría, tenemos que purificar y eliminar todos los obstáculos desde un nivel muy bajo tratando con ellos uno a uno, paso a paso, hasta que estemos libres del sufrimiento del sufrimiento, los sufrimientos del cambio y el sufrimiento inevitable, deshaciéndonos realmente de la dualidad, finalmente liberandonos por nosotros mismos. Esta es la forma en la que se desarrolla la realización.

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La Realización es Paz. Tan pronto como nos sentimos satisfechos hay paz; podemos disfrutar de lo que tenemos. Cuando tenemos bondad amorosa hay paz y cuando hay conocimiento y sabiduría, permanecemos en la paz. Si, a partir de ahora en adelante, nos desarrollamos paso a paso hacia la paz de la realización, que trasciende la paz y el sufrimiento, entonces eventualmente después de la realización, creo que comprenderás el Dharmakaya, el Sambhogakaya y Nirmanakaya. La forma en que los Seres Realizados ayudan a los demás no implica esfuerzo; si hay esfuerzo, entonces no son Budas. Lo hacen a través de su propia naturaleza, su esencia, que es la realización plena de la esencia de todo el mundo por lo que su beneficio siempre está ahí para todos. No es en absoluto el tipo de situación en la que los seres que sufren les rezan, entonces se vuelven tan profundamente conmovidos que quieren ayudar y entonces nos ayudan; nunca, nunca es así. Si fuera así, todos los seres ya se habrían convertido en Budas, desde que el Buda Shakyamuni alcanzó la iluminación hace sobre uno dos mil quinientos años y habría sido un tiempo demasiado largo para que él estuviera dormido. Cuando nuestra confianza, devoción, diligencia y disciplina moral no son correctas y coordinadas, el beneficio de los Budas o del Linaje de Transmisión no pueden alcanzarnos. Si hay una semilla entonces, la tierra debe ser cálida y húmeda con el fin de que crezca. Si no lo es, ¿Como no podía jamás crecer? Una semilla seca dejada sobre una mesa produciría nada, incluso si se deja durante diez años. Del mismo modo una olla debe estar colocada en la posición correcta a fin de que mantenga su contenido. Uno podría verter néctar en una olla volcada hacia abajo durante diez años y ni una gota entraría. De una manera similar a estos ejemplos, las enseñanzas del Buda que llevarían de la paz a una mayor paz, no funcionan por Buda haciendo un esfuerzo y diciendo: "Quiero ayudar a todos los seres". Las enseñanzas de Buda son como un lazo, no la clase ordinario de lazo con un nudo corredizo que atrapa animales, sino un silencioso lazo que uno debe atrapar y retener. Entonces te alejara. O como una trampa; no es una trampa ordinaria que funciona por la fuerza, sino una trampa abierta que uno está en ella, si uno quiere ser liberado del sufrimiento y de las causas del sufrimiento. Pero si uno quiere sufrir o hacer otra cosa, entonces esa trampa nunca puede atraparte porque no funciona por la fuerza o por su propia voluntad. Sólo funciona con la fuerza voluntaria de la devoción y la compasión. Cuando dentro de la visión Madyámaka hablamos de Dharmakaya, Sambhogakaya, Nirmanakaya y su actividad, debemos entender que estan libres de dualidad. Cuando decimos que la Realización es la Paz, la Paz más allá de la paz, entonces el beneficio de dicha Realización está en el camino – el camino que conduce de la paz a la Paz. 7


4. Todos los fenómenos carecen de entidad independiente. Este es el cuarto sello. El yo tiene dos aspectos principales: el yo de los seres y el yo de las cosas. Podríamos decir el yo animado y el yo inanimado. El primero de ellos, el yo animado, las preocupaciones "yo" y "lo mío". Cuando decimos "yo", somos engañados. Es una ilusión. A través de la razón y la lógica de esto puede ser fácilmente comprobado, ya que para que el "yo" existiera, tendría que tener independencia y ser constante pero como el "yo" es una cosa muy dependiente y relativa, entonces, como tal, no puede tener verdadera existencia. La forma interdependiente en el que el «yo» surge es sólo ilusión y desde que el "yo" no esta aquí, entonces no puede existir tampoco "lo mío". Todo esto se trata en gran detalle analítico en la filosofía Budista. La no­yo­entidad de los fenómenos muestra principalmente la ausencia del yo­entidad (existencia independiente, unitaria) en los fenómenos espaciales y temporales, mediante el análisis de las supuestas unidades más pequeñas de la sustancia y asimismo de las unidades más pequeñas de tiempo. Puesto que no puede haber un tiempo menor (lo que tendría que ser un instante indiferenciable sin duración), entonces ¿cómo puede haber así cierto tiempo compuesto por secuencias de esas unidades de tiempo más cortos? Si esto es correcto, entonces, ¿cómo empezó todo y qué significa el tiempo? Lo mismo ocurre con las partículas: si la partícula más pequeña es realmente la más pequeña entonces cabría deducir que son sin partes y sin dirección y sin interior, exterior, parte trasera o delantera, y así sucesivamente (si hubiera estos aspectos, entonces sería divisible y por lo tanto no es la partícula más pequeña). Sin estas partes pueden no tener ni dimensión ni tamaño y por lo tanto la no existencia. Se necesitaría mucho tiempo para exponer esto totalmente de una manera técnicamente precisa, ya que comprende toda la filosofía Madhyamaka. En el Madyámaka esta comprensión se desarrolla a través de análisis de cuatro aspectos principales: causa, resultado, causa y resultado juntos y el general. Estos análisis dan lugar a lo que se conoce como los cuatro grandes principios de Madhyamaka que son como su alfabeto. El conocimiento de ese alfabeto es la clave de todo lenguaje Madhyamaka. Así, en la verdad última no hay "yo", pero en la verdad relativa el "yo" existe. Debido a que hay un "yo", entonces el Buda también enseña que no hay fenómenos que no sean interdependientes. El "yo" existe como un fenómeno dependiente en un mundo convencional, relativo. Cuando "yo" creo una buena acumulación kármica, el buen resultado viene a "mi", no a otra persona. Cuando "yo" estudio soy "yo" quien adquiere una buena educación. En el nivel relativo no hay nada que no sea dependiente y por lo que sin duda hay un "yo". En el nivel último, precisamente porque todo es interdependiente, entonces nada tiene verdadera existencia, como

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su esencia. Todo depende de otra cosa y así que nada tiene existencia independiente sólida. Por esta razón se dice que no hay nada que sea permanente. ¿Cuál es el resultado de todo esto? De alguna manera todo parece confuso, sin embargo, no estás confundido o desconcertado en absoluto. Cuando entrenamos en Madhyamaka, aprendemos sobre los niveles últimos y relativos de la verdad y cómo deben entenderse claramente sin ser jamás mezclados o confundidos. Estamos en el nivel relativo siguiendo un camino que conduce a lo último. Este último es nuestra esencia, nuestro punto de vista. El que adopta ese punto de vista y lo entiende es la persona relativa. Es por esto que se dice en las canciones místicas conocidas como doha, que: En este universo, este mundo, que es ilusión, El practicante ilusorio viaja por el camino ilusorio Para obtener un resultado ilusorio. Esto significa que de acuerdo con el punto de vista último, lo relativo es ilusorio, pero sin embargo, los que estamos en la ilusión debemos tratar de progresar, alcanzar la realización para deshacernos del obstáculo de la ilusión. Con el fin de eliminar estos obstáculos, primero tenemos que crear mejores ilusiones y quitar las malas ilusiones. Cuando somos controlados por el deseo, la aversión y la ignorancia, no tenemos ninguna posibilidad de lograr la realización. Deben ser eliminadas renunciando a todo lo que pudiera constituir una causa o condición para su crecimiento o desarrollo. Al mismo tiempo, las causas de lo positivo deben ser cultivadas. Por lo tanto tenemos que dejar de matar y preservar la vida – esto da como resultado una vida más larga. Tenemos que dejar de mentir y decir la verdad – esto da como resultado un buen ambiente y un discurso respetable, y así sucesivamente. Todas estas cosas son positivas, pero no son lo más importante, ya que son todavía ilusión y para deshacerse de la ilusión debemos meditar, aprovechando la buena palabra y la vida sana para realmente liberarnos de la dualidad. Un ejemplo de cómo funciona esto viene dado por el sol, las nubes y el viento. Incluso cuando el cielo esta muy nublado el sol siempre está ahí. Con el fin de eliminar las nubes debe existir un fuerte viento y entonces se verá el sol, pero todavía no se podrá sentir todo su calor y vitalidad debido al efecto del viento. El viento en sí se ha convertido en el oscurecimiento y es la siguiente cosa que debe ser eliminada. En primer lugar debemos crear una mejor ilusión que se deshace de la peor y luego retirar la mejor ilusión con la sabiduría de la no­dualidad.

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El punto más importante de esta breve explicación de los cuatro sellos o las cuatro llaves del Dharma es que tanto lo relativo y lo último deben ser incluidos en nuestro punto de vista básico. Si uno no acepta ambos en la visión básica, entonces no es fácil de comprender la esencia del Budadharma ya que todas las enseñanzas están basadas en este doble enfoque. ¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra práctica? A veces estamos felices, a veces tristes. Estas enseñanzas no significan que cuando nos sentimos felices debemos decirnos a nosotros mismos: "Oh, no es nada – simplemente es vacío" ni tampoco significa que cuando somos desgraciados debemos pensar, "Oh, no es nada, tengo que sufrir". Todavía vamos a sufrir y ser felices como todo el mundo, pero debemos hacerlo a la luz de la comprensión de que la felicidad y el sufrimiento no tienen existencia sólida, sin verdadera existencia – que son como una ilusión, una experiencia, un sueño, y así que no hay razón para tratar de evitarlas mediante el desarrollo de la aversión hacia ellas. Tenemos que tratar de evitar los sufrimientos sin desarrollar odio hacia ellos, sin tomarlos como reales y también aceptar la felicidad sin hacerla demasiado sólida, no involucrarnos demasiado haciendo lo mejor para la familia y mejorar la vida. Ese es un aspecto de la comprensión. Otro aspecto se aplica más específicamente a nuestra práctica. Cuando haces algo bueno, practicando la disciplina moral, etc., no debemos tomar nuestra práctica de la virtud como algo sólido, o muy, muy especial – deberíamos tomarla como es. Cuando haces algo bueno, es importante hacerlo sin una motivación egoísta y sin una idea fija muy, sólida del bien y del mal. Entonces podemos mantener la visión en su totalidad. Por supuesto, no podemos conseguir pensar de esta forma cada vez que actuamos, pero podemos acostumbrarnos a este enfoque general.

Todo este punto de vista integrado se dice que es el signo o sello, de una verdadera enseñanza del Buda, y como tal, es el punto de vista fundamental del Dharma. Fuente: http://www.samyeling.org 10


Fuente: http://www.revistadharma.com

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