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DEMOCRACIA

FERROVIARIA.

DelasAsambleasGeneralesyJuntasdeGobierno

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60 AÑOS JUNTOS HACIENDO REALIDAD LOS SUEÑOS VIAJEROS

Si algo ha caracterizado y distinguido a la Asociación Turística Ferroviaria en sus sesenta años de historia, ha sido su capacidad y voluntad de llevar a cabo todos sus acuerdos, resoluciones, normativas y disposiciones en reuniones y asambleas.

Durante este largo periplo de democracia asamblearia, ATF ha contado con diversas herramientas recogidas en sus Estatutos y que básicamente se resumen en las siguientes:

• ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE REPRESENTANTES, ÓRGANO SOBERANO DE LA ENTIDAD.

• REUNIONES DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO, HOY CONSEJOS DE GOBIERNO.

• ASAMBLEA DE SOCIOS DE LAS DELEGACIONES TERRITORIALES.

• ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA DE REPRESENTANTES.

En la época de constitución de ATF, hasta las reuniones de pequeños grupos de personas, por pequeñas que fueran, necesitaban un permiso oficial del Ministerio de Gobernación para su celebración.

Y precisamente en una “reunión informal pero muy oficial”, pues necesitó del permiso de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, un reducido grupo de ferroviarios convocaba a uno más numeroso para animarles a la creación de una asociación que fomentara el ocio a través del entonces incipiente turismo.

Así se especifica en el Acta n.º 1 del Primer Libro de Actas de la Asociación Turística Ferroviaria. Este documento se hace eco de los “primeros contactos, en el mes de marzo, de un reducido número de agentes ferroviarios”, de la confección de los Estatutos y las visitas a los altos cargos de la Comisaria de Información y Relaciones Públicas de Renfe, a la Dirección General de Empresas y Actividades Turísticas y a la Obra Sindical de Educación y Descanso.

En el último punto señala que se “procede a dar posesión en su cargo al Presidente electo el Sr. López de Ochoa quien se hace cargo de la Presidencia...”, así como la toma de posesión de los distintos miembros de la Junta de Gobierno, constituida por dos Vicepresidentes, Secretario General, Tesorero, Vicetesorero, Contador, Vicecontador y siete Vocales.

En este primer documento ya aparece el espíritu internacional de la nueva entidad, pues el mismo da constancia de “la asistencia en calidad de observadores al Congreso Internacional de la FIATC que tuvo lugar en esta capital el día seis de mayo último“. Se usa la palabra observadores porque la representación de España en la FIATC, en aquella época, la ostentaba la Obra Sindical de Educación y Descanso, institución del régimen franquista.

Según se desprende del Libro de Actas, las Reuniones de la Junta de Gobierno se prodigan el primer año pues son muchas las tareas a realizar. Todo lo tratado y aprobado por la Junta de Gobierno, desde agosto a diciembre de 1963, queda reflejado en siete actas, que no son pocas. Todo un record para una recién nacida asociación.

En algunas de ellas, los temas expuestos pueden parecer algo baladí, como en el Acta número dos, donde se dedica la mayor parte de lo escrito a la mala experiencia de una comida a un grupo de socios de excursión en Alicante y a un viaje por España de un grupo de aprendices ferroviarios franceses. En las dos actas posteriores se señala que ya se han tomado

En estas primeras Asambleas, ya se plantea y propone la creación de la Zona de Madrid y de otras provincias en una muestra clara del sentir descentralizador de la entidad. Y en Junta Extraordinaria celebrada el 22 de diciembre de 1964, día de la Lotería de Navidad más conocida por el “Gordo” , se aprueba por mayoría la constitución de la Zona de Madrid. Todo un primer premio para la que, con el tiempo, se convertirá en la Delegación Territorial más potente

Se podría hacer todo un compendio de los temas tratados, pero en este recordatorio de los sesenta años tan solo vamos a recoger aquellas que despiertan la curiosidad y complicidad del lector, como la aprobación en Junta de Gobierno “para adquirir una máquina de escribir...”, todo un lujo en aquellos tiempos de escritura caligráfica; o aprobar tras un encendido debate “vender el carnet de asociado con funda de plástico y Estatutos” al módico precio de 3 pesetas.

Otro de los asuntos recurrentes son las comidas de las excursiones. Al parecer a los asociados les cuesta aceptar la excelencia de los ágapes que les ofrecen en sus viajes por España, pues son muchas las quejas en este sentido que quedan perfectamente reflejadas en las intervenciones de los Representantes en las Asambleas. Todo ello obliga a crear un Reglamento de Excursiones y una Comisión de Residencias para cuidar los dos puntales de ATF en sus orígenes.

La lectura de las Actas de las Asambleas y Juntas de Gobierno de los primeros años, transmiten los latidos de la Asociación en sus inicios cuando se tomaban toda clase de decisiones, unas más trascendentales que otras, pero todas adoptadas y aprobadas por el bien de la entidad.

Respecto a que los socios cobren determinadas cantidades por los servicios prestados para la entidad, es un argumento que aparece con mas frecuencia que la deseada en los debates económicos de los primeros años, ya que el crecimiento constante y progresivo de la entidad en este sentido así lo justifica. A los tres años de su existencia tenía contabilizados 3.552 socios y contaba con un saldo de tesorería de 465.000 pesetas.

Desde las primeras Asambleas se plantea (con la debida prudencia), compensar con algún dinero o dadiva a quienes justifiquen que dedican gran parte de su tiempo libre traslados con frecuencia a Madrid, desde sus lugares de origen, actúen como jefes de grupo de las excursiones, o realice cualquier otro tipo de trabajo extraordinario a ATF. Al principio son compensaciones excepcionales, pero al final y según reza en lo tratado en las diversas Asambleas se convierten en compensación fija y dietas, lo que a todos contenta y nadie contradice.

Las saneadas cuentas de la Asociación permiten realizar algún que otro dispendio curioso, como el aprobado en la Asamblea celebrada en Madrid el 31 de mayo de 1980 al dotar con “1.200 pesetas para gastos de correspondencia y llamadas telefónicas”. Sin especificar a quién iba dirigida la citada dotación.

Tan solo dos años después de la creación de ATF, en la Asamblea General Ordinaria del 16 de julio de 1965 se produce el primer relevo que cambiará el rumbo de la entidad. Cesa el actual Presidente López Ochoa y asume la Presidencia Carlos Allendesalazar, del que se habla ampliamente en el capítulo dedi- cado a los Presidentes. Por entonces, la entidad dispone de un activo metálico de 110.000 pesetas, todo un capital, que en opinión de algún miembro de la Junta, justifica adquirir una propiedad; en concreto una residencia en Los Alcázares. Y puestos a pedir, un local social propio.

En una de las Asambleas se cambió el curso de la historia de la Asociación Turística Ferroviaria con el acuerdo de compra de unos apartamentos en la costa levantina.

La actividad y esfuerzos de los primeros años dan sus frutos. En la Junta de Gobierno del 14 de enero de 1966 queda constancia del acuerdo del Director General de Renfe para autorizar el descuento en nómina por trimestres de la cuota que cada asociado abona como afiliado. Aunque no todo son alegrías. Dos años más tarde, en la Asamblea de 1968 hay que suspender el nombramiento como socios honorarios al Director General de Renfe y al Comisario de Información y Relaciones Públicas, ya que en el lapsus de tiempo pasado desde el nombramiento a la celebración del acto han sido cesados de sus cargos.

Las Lanzas, de la que hablaremos ampliamente en el capítulo dedicado a dichos apartamentos, resultó ser el lugar ideal para que ATF dispusiera de unos apartamentos para uso y disfrute de sus socios en las vacaciones. Según consta en el acta de la Asamblea, se consolida la compraventa a finales de 1969 con la firma de un contrato privado entre la “constructora Bejar S.A. y el Presidente de ATF, D. Carlos Allendesalazar Travesedo”.

Una vez consolidado el uso de los apartamentos Las Lanzas, a mediados de los setenta se acuerda solicitar a Feve la construcción de un apeadero a la salida de la urbanización de Las Lanzas para facilitar el trayecto de Alicante a Denia. Apeadero que Feve no construye hasta finales del año 1986. ¡Más vale tarde que nunca!

Por entonces, ATF arroja excelentes resultados económicos y de afiliación con más de 20.000 socios y una tesorería de 15.452.000 pesetas. Llegan a obtener un saldo de tesorería a finales de1980 de 20.855.641 pesetas, cifra que para sí quisieran la mayoría de asociaciones existentes en España.

Con tanto dinero en caja no es de extrañar que los asociados realicen las más sorprendentes propuestas como la de solicitar para Las Lanzas una consulta de medicina general y presencia de practicante en la propia urbanización, adquirir un camping para los asociados o la entrega a los asistentes a la Asamblea del 31 de mayo de 1975 de un “pisapapeles con la medalla conmemorativa del socio 20.000”. Curiosamente, cuando se aprobó la propuesta, los asociados eran 17.033. Toda una contradicción que harán muy valiosos esos pisapapeles.

Aunque dos años antes, en la Asamblea del 30 de mayo de 1978, se pone de manifiesto la escasa confianza de algunos representantes en la transcripción literal de las intervenciones y propuestas aprobadas hasta el punto de proponer “que las cintas que se han grabado durante la Asamblea sean entregadas al secretario para su custodia”.

En tantos años de vida asamblearia, resulta lógico y normal que algunos socios manifestaran su desacuerdo con los planteamientos y decisiones del Consejo de Gobierno en las Asambleas Generales. Disidencias y quejas que aparecen reflejadas en las Actas de las Asambleas. Una época en que las Asambleas se convertían en eternas reuniones de poca o ninguna eficacia. Cualquiera podía tomar el uso de la palabra cuantas veces se le antojara, con independencia de las explicaciones que daba el Consejo de Gobierno a cada pregunta o queja.

Sirva como resumen la expuesta por un asociado en la Asamblea Ordinaria de junio de 1990 del que vamos a respetar su anonimato.

El socio en cuestión, lanzó una muy dura crítica, un torpedo dirigido a la línea de flotación del Consejo de Gobierno. Sin pelos ni señales manifestaba “que la gestión del Consejo de Gobierno no ha sido lo satisfactoria que ellos consideran” y remataba, “que no es correcto el nombramiento de R. H. ocupando el cargo de miembro de la Comisión Fiscal, pues pienso que son incompatibles”.

Pero ahí no quedaba la cosa, pues según consta en el Acta de la Asamblea, dudaba de las intenciones de una decisión del Consejo de Gobierno pues “se informó a los Representantes de la compra del local y eso no es verdad, ha sido por ordeno y mando”.

Algo enardecido, no dejaba pasar la ocasión para mostrar sus quejas por los productos que ofrecía ATF, ya que a los socios hay que “darles calidad y producto, por lo que pienso que es una mala gestión del Consejo de Gobierno”. Y dejaba los fuegos artificiales para el final: “Ha habido un aumento de 500 socios de los cuales tengo el orgullo de decir que la mitad los he traído yo”. Desde luego, padrinos no le faltaban.

La solución a tanto desvarío llegó con una reforma estatuaria en la que se regulaban las intervenciones de los Representantes.

ASAMBLEAS VIAJERAS 2.1

El espíritu viajero con el que nació ATF enseguida se manifestó al celebrar Asambleas fuera de Madrid con los inconvenientes y trabajos que ello comportaba, pues se trataba de organizar un evento de dos días de duración para un centenar de personas.

La primera de ellas se celebró el 30 de abril de 1968 en Sitges, solo cinco años después de la creación de

ATF. Se hizo coincidir con la celebración del Congreso de la FIATC, Federación Internacional de Asociaciones Turísticas de Ferroviarios en la misma villa. Al decir de las crónicas escritas ambos actos destacaron por su buen funcionamiento, con amplia participación e importantes logros en sus deliberaciones y asuntos aprobados.

ASAMBLEAS CELEBRADAS FUERA DE MADRID

SITGES 30 abril 1968

ALICANTE 31 octubre 1972

LEÓN 10 noviembre 1979

SEVILLA 15 febrero 1986

TOLEDO 8 mayo 1993

LAS LANZAS mayo 2004

LEÓN mayo 2010

SEVILLA mayo 2103

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