María Montessori

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MARÍA MONTESSORI (“Ayúdame a hacerlo yo solo”) ¡Enséñame a mirar con tus ojos…! Dr. Marino Latorre Ariño Universidad Marcelino Champagnat, Lima, Perú, 2019

1. Introducción María Montessori (1870-1952) es una pedagoga, psicóloga, médico, antropóloga y humanista italiana. Comenzó a trabajar con niños en riesgo social utilizando una metodología nueva, en su momento, y que, con el tiempo, se denominó el Método Montessori. Sus ideas pedagógicas ahora nos parecen evidentes y hasta simples, pero en su tiempo (principio del siglo XX) fueron una auténtica revolución. Las ideas base que guiaron su forma de actuar en pedagogía son las siguientes: La niñez es la época más importante de la vida. Es la etapa de la vida en la que el niño tiene más necesidad de ayuda, una ayuda que se presta, no porque se le considere un ser débil y frágil, sino porque las grandes energías creativas de su naturaleza exigen una defensa amorosa e inteligente. Dar libertad al niño. Los niños son la esperanza de la humanidad y solo dándoles libertad en los primeros años de su vida, llegarán a ser adultos con capacidad de hacer frente a los problemas que la vida les presente. “Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; […] a través de la actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia” (Montessori). La mente absorbente de los niños. Los niños poseen una mente maravillosa y única con capacidad de absorber conocimientos. La mente del niño es como una esponja de absorción ilimitada. El conocimiento entra en su cabeza por el simple hecho de vivir. Lo aprenden todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia, avanzando por un sendero en que todo es alegría. El aprendizaje debe centrarse en las necesidades del niño y respetar su ritmo y su manera de ser. Importancia del ambiente educativo. El ambiente es el medio en que vive y se educa el niño. En la escuela de Montessori está diseñado para fomentar el autoaprendizaje y el crecimiento. El diseño de estos ambientes se basa en los principios de simplicidad, belleza y orden; son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros, que permiten el desarrollo del

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niño sin la asistencia y supervisión constante de un adulto. En tal ambiente se desarrollan los aspectos sociales, emocionales e intelectuales del niño pues responden a las necesidades de orden y seguridad. El salón de clase está organizado en áreas de trabajo, equipadas con mesas adaptadas al tamaño de los niños y áreas abiertas para el trabajo en el suelo. Estanterías con materiales pertenecientes a dicha área de desarrollo rodean cada uno de estos sectores. Los materiales son organizados de manera sistemática y en secuencia de dificultad. El rol del adulto. El rol del adulto es guiar al niño y darle a conocer el ambiente en forma respetuosa y cariñosa. Ser un observador consciente y estar en continuo aprendizaje y desarrollo personal. El verdadero educador está al servicio del educando y, por lo tanto, debe cultivar la humildad, para caminar junto al niño, aprender de él y juntos formar comunidad. Lema del método Montessori es “Ayúdame a hacerlo yo solo”; este lema expresa el respeto y la confianza en la capacidad del niño. Podría acompañarse con este otro de Gerard Bessière: “Préstame tus ojos…” y ayúdame a mirar.

2. El método Montessori

Montessori no llamaba “método” a su forma de actuar con los niños; su educación no es un método; para ella es “una manera de que niño viva la vida” […] “un apoyo al desarrollo del niño”; es una “pedagogía liberadora que potencia las posibilidades innatas del niño”1. Las ideas fuerza de la pedagogía de Montessori son: El niño es el centro del proceso educativo. El niño es una persona capaz de aprender por sí mismo, sin que nadie le enseñe. Todo ser humano busca conocer; solo necesita un entorno adecuado y libertad para llevarlo a cabo. Si el maestro abandona su papel de vigilante y se preocupa por crear un ambiente que responda a las necesidades de los niños y se convierta en mero observador y facilitador del aprendizaje, llegará a ser un maestro excelente. El método Montessori se apoya en tres pilares:

1 Hay una película del 2007: María Montessori, una vita per i bambini.

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a) El ambiente en el aula (que para los niños es como su casa). Las condiciones ambientales condicionan el desarrollo y el aprendizaje. El ambiente de paz, amor, armonía, alegría y los muebles, colores, instrumentos, deben ser a medida de los niños; el entorno debe favorecer que el niño pueda moverse libremente, expresar sus necesidades y mostrar inclinaciones y habilidades. b) El material pedagógico. Los materiales sensoriales son un conjunto de objetos agrupados de acuerdo a una sola cualidad como el color, forma, peso, sonido. El niño debe disponer de objetos para manipular, material concreto y pedagógico, con formas, colores, olores, sonidos llamativos. Cuanto más pequeño es el niño, más material diverso necesita. Materiales para la vista: longitud, formas, colores; para el gusto: emparejar diversos sabores; para el oído: ruidos, sonidos, notas musicales de campanillas, xilófonos; para el olfato: las plantas y los perfumes le proporcionan una gama de olores y para el tacto: tejidos, tarjetas de texturas diversas, tablillas de distintas rugosidades, objetos a diferentes tempera-turas. Para convertirlo al niño en un ser autónomo e independiente los adultos deben adaptarse a los niños y no al revés; sin obligarle a hacer actividades para las cuales no está preparado. c) El maestro que observa y actúa. La tarea del maestro no es enseñar sino organizar el entorno de aprendizaje, mostrar algunos materiales y que los usen los niños mientras el maestro observa y orienta. Los niños pueden trabajar solos, por parejas o en pequeño grupo. La maestra ayuda y sugiere, pero no impone. Cuando el niño se equivoque una y otra vez, se dará cuenta, y lo hará mejor; habrá aprendido. Es útil que el niño se equivoque durante el proceso de aprendizaje y que descubra la equivocación. La misión del maestro es darle oportunidades de aprender y la ayuda ajustada.

3. Trabajar en libertad Todo ser humano busca un fin; solo necesita un entorno adecuado y libertad para llevarlo a cabo. El niño es activo por naturaleza y necesita libertad para actuar. Pero dar libertad al niño no significa abandonarlo a sus caprichos y deseos, es preocuparse de que disfruten de un entorno a su medida y que lo hagan libremente. La labor del docente es supervisar, presentar los objetos al

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niño y velar porque se exprese en libertad. Es un error dar una recompensa o un castigo.

El movimiento es imprescindible, pero el niño debe hacerlo con un propósito concreto, de esa manera logra cierta disciplina. La disciplina no consiste en que el niño permanezca quieto y en silencio, sino en ser dueño de sí mismo y seguir una regla determinada en todo momento. La libertad tiene un límite y es el interés de los demás. En caso de actitudes disruptivas que entorpecen el trabajo de todos se utiliza “la isla”. El niño se sienta en una silla solo, mientras la profesora controla la situación, y desde allí ve cómo trabajan sus compañeros. Al cabo de poco tiempo el niño quiere retomar la actividad con los compañeros; se incorpora cuando la profesora le indica. 4. Requisitos del entorno La estética del aula. Todo en el aula debe tener colores atractivos, brillantes, armoniosos, sonidos hermosos. El niño sentirá necesidad de cuidarlo. Las actividades. Manejo de un juguete bonito, cuento de una historia fascinante; debe hacer cosas utilizando objetos adecuados a su edad. Control del error. La experiencia en el manejo de los objetos dice al niño que algo no hace bien. El niño se da cuenta, corrige su forma de actuar y aprende. Los límites. Los objetos no deben ser demasiado numerosos y cada objeto debe tener su lugar. El niño quiere el orden. 5. El educador y su papel La cualidad esencial de la maestra en la pedagogía de Montessori es la humildad; humildad viene de “humus”; el humus es la tierra negra y más fértil. La humildad es fértil en educación. Deja de ser protagonista y adopta una actitud de presencia ligera, pero efectiva, junto al niño El educador es un observador del aprendizaje de los niños y su trabajo es proporcionarles los objetos que necesiten para experimentar y aprender. La actitud del educador es tranquila, paciente y humilde. El niño debe experimentar de manera libre y autónoma y a su ritmo; así llegará a conseguir lo que quiere. El educador debe abstenerse de intervenir, aunque vea que un niño realiza algo de manera errónea. La tarea principal de la maestra es explicar cómo ha de usar el material el niño. Debe indicar que cada objeto tiene un lugar donde hay que dejarlo después de

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su uso. Hacer que el niño esté activo y trabajando a su ritmo y libremente, sin llegar nunca a la inactividad. Para que no se canse de hacer lo mismo hay que cambiar de actividad con cierta frecuencia. Dejar que el niño trabaje en lo que quiera; así encontrará un niño relajado, contento y afable dispuesto a recabar su ayuda cuando lo necesite. Si alguien quiere un objeto que está utilizando un compañero esperará a que haya terminado de usarlo. El trabajo del maestro tiene dos momentos: Iniciación: la maestra muestra al niño el material y explica cómo utilizarlo. Terminada la tarea la maestra comenta ideas sobre lo que se ha hecho y qué cosas han aprendido haciéndolo. Niveles de desarrollo

1. Primer nivel de desarrollo (0 a 6 años) a) De 0 a 3 años (mente absorbente) El niño al nacer ya tiene un potencial humano que hay que desarrollar. Para ello requiere paz, tranquilidad y estimulación sensorial. En los primeros días y meses necesita recibir la lactancia materna, dormir mucho tiempo, penumbra, necesita oír, tocar, explorar y que no haya ruidos en su entorno. Los niños absorben todo cuanto hay en su alrededor de forma rápida. Es la “experiencia nebulosa…”. Almacena en su mente el tono de los sonidos de los padres. Estas potencialidades, cuando se las estimula, se desarrollan durante períodos sensitivos muy concretos que dan vida a las funciones psíquicas. En este primer nivel todo ocurre sin que los adultos se den cuenta; solo se ve la sonrisa, la alegría, los gestos y sonidos. Los niños repiten sin cesar aquello que les gusta. El niño debe estar rodeado de un ambiente en el que se sienta tranquilo y a gusto, protegido y confiado. Los objetos que utiliza deben ser de su tamaño. En este período adquiere el niño las capacidades humanas más importantes: hablar, andar erecto, coordinar movimientos, comprender lo que se le dice; movimiento y pensamiento discurren paralelos.

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b) De 3 a 6 años es la educación Inicial (mente matemática)

Es momento de perfeccionar y enriquecer los logros alcanzados en la etapa anterior. El niño empieza a ordenar sus cosas y pensamientos. La mente se hace consciente; adquiere las palabras y algunos signos. La mano hacer cosas que la mente guía. La escuela y la familia que proporcionan muchas sensaciones y estímulos positivos es un medio excelente para el desarrollo mental del niño. Hay que dejar libertad para que se desarrolle a sus anchas. Es el momento del juego, de los cuentos, de la fantasía, del habla y de la escucha, de recibir sensaciones variadas y positivas. Está centrado en sí mismo (el yo-yo). El niño es activo por naturaleza y tiene que estar haciendo algo con sentido. Es momento de presentarle experiencia de la naturaleza, como fuego (frío-calor), los colores de los objetos, sólidos, líquidos que flotan o no flotan en el agua, etc. También lo es para adquirir hábitos (lavarse las manos, ir al lavabo, asegurar los lazos de los zapatos, vestirse, guardar las cosas en su sitio, etc. Es momento de utilizar material concreto variado que se pueda utilizar para jugar y aprender con él. La presencia del adulto que guía y orienta --pero casi no interviene-- es indispensable. Cuando se inhibe el proceso aparece “el niño roto”, que dice Montessori, pues se refugia en sus intereses, caprichos y en su imaginación. Los materiales que debe usar son: materiales de la vida práctica, materiales que desarrollan los sentidos: vista, oído, olfato, gusto, tacto, sensibilidad, materiales de la cultura: formas de los objetos, colores, botánica, geografía, artístico y musical. Pueden usarse videos (5-6 minutos) bien escogidos y con un fin determinado, cortos y apropiados al niño. El uso del material concreto tiene que tener una finalidad; la presentación del mismo es esencial; la maestra seguirá estos tres tiempos: Presentación: que sea visto por el niño y se explica cómo es y para qué sirve. Reconocimiento: implica la comprensión. ¿Qué color? ¿Cuál es el más grande? Producción: ¿Cómo se llama? ¿Para qué sirve? ¿Cómo se utiliza?

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2. Segundo nivel de desarrollo (de 6 a 18 años)

a) De 6 a 12 años

Si el primer nivel es motor y sensorial, el segundo es moral e intelectual. El niño muestra gran deseo de aprender cosas; aunque sigue centrado en sí mismo (el yo-yo) se abre poco a poco al mundo que le rodea, quiere comprender y hace preguntas. Si el sol alumbra ¿dónde está enchufado para alumbrar? ¿Por qué la Luna sale solo por la noche? Experimenta cambios físicos, cognitivos y emocionales. Se formula preguntas morales. Madura su espíritu crítico y su noción de moral y justicia. El niño aprende a leer y escribir y explora su entorno. Hace las grandes preguntas. Comienza a tener amigos para jugar y trabajar y salir. Es el momento de que el niño experimente por sí mismo la belleza del universo, de iniciar su capacidad de maravillarse, la astronomía, la biología, la física y química. Ahora ya sabe nociones de matemática y ve que hay mucho que aprender; hay que suscitarle el interés. Hay que poner en un ambiente rico en experiencias de todo tipo. Buenos documentales, bien escogidos, pueden ser un medio excelente para aumentar su curiosidad. Los diversos juegos son medios importantes para su desarrollo, físico, psicológico, afectivo y social. La presencia y relación con animales, plantas, etc. es una fuente de conocimiento. Es el momento de la formación musical y del canto.

b) De 12 a 18 años

Es la edad de la adolescencia. La adolescencia es como un tsunami en la vida del joven. Experimenta cambios físicos y psicológicos que se traducen en cambios de ánimo, deseos de probar nuevas sensaciones, aparecen nuevos intereses y nuevas necesidades. Es un momento muy importante en la edad futura. Experimenta cambios físicos, sexuales y psíquicos. Aparecen nuevos sentimientos relacionados con la amistad y el sexo. Necesidad de la relación con los amigos. Es el inicio de transición a la edad adulta.

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REFERENCIAS Giardini, A., Baiardini, Ll. C., Maffoni, M., Ranzini, L. y Sicuro, F. (2017). María Montessori. La creación de un nuevo método educativo. Barcelona, España: Salvat. Montessori, M (1912): The Montessori Method. New York: Frederic A. Stokes Company. Montessori, M. (1937). El método de la pedagogía científica aplicado a la educación. Barcelona, España: Araluce. Montessori, M. (1982). El niño, el secreto de la infancia. México: Diana. Montessori, M. (1998). La mente absorbente del mundo. México: Diana. Montessori, M. en Trilla, J. (coord.), (2001). El legado pedagógico del siglo XX: para la escuela del siglo XXI. Barcelona: GRAÓ.

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