Revista Mirada Nº13

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MIRADA

Nº 13 - DICIEMBRE DE 2013

Energía: desafíos para Chile


ÍNDICE 3

Editorial

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Formación de capital humano en eficiencia energética

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Eficiencia energética y energías renovables no convencionales en salud

Análisis de Académicos Facultad de Ingeniería UCSC y UdeC

Ana Narváez Jefe Depto. Ingeniería Ambiental y Recursos Naturales UCSC

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“Si la Región Metropolitana no existiera, tendríamos energía a mitad de precio” Entrevista con Claudio Lapostól, Director de Corbiobío

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Áreas silvestres protegidas, materia pendiente para el Derecho Ambiental Juan Ángel Jofré Abogado, especialista en Derecho Ambiental y Forestal UCSC

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Desafíos de la industria eléctrica chilena

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Reseña de libros

Rodrigo López González Académico Ingeniería Civil Eléctrica UCSC

MIRADA es una publicación cuatrimestral de la Universidad Católica de la Santísima Concepción

Representante Legal: Dr. Juan Miguel Cancino Cancino. Comité Editorial: Jorge Plaza de los Reyes Zapata, Gonzalo Sanhueza Palma, Andrés Medina Aravena y Alfredo García Luarte Editor General: Alfredo García Luarte. Equipo: Carolina Astudillo Molinett, Juan Bravo Lira, Soledad Burgos González, Gretel Dettwiler Rodríguez, Aldo González Vilches, Rodrigo Ramos Catalán, Érico Soto Monsalve, Carla Toledo González y María Elena Zapata Burgos. Fotografía: Centro Fotográfico de la Dirección de Comunicación y RR.PP. Dirección: Caupolicán 491, Concepción. Teléfono: (41) 2345050 Fax (41) 2345051 Mail: comunicaciones@ucsc.cl Nº ISSN 0718-9257

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Editorial

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ara muchos puede no ser un problema inmediato, ya que siempre está presente. Solo cuando no contamos con él, reconocemos lo importante y valioso que resulta.

El consumo energético forma parte de nuestro diario vivir, ya que no solo permite el funcionamiento de nuestro propio hogar y de aquellas necesidades básicas, sino de todo el sistema de industrias y empresas que en definitiva son las que definen en gran parte el desarrollo del país. Desde hace años que el tema energético ha sido foco de debate en distintos círculos empresariales, políticos y académicos, pues todos ellos coinciden en la importancia de abordar esta materia desde una mirada país, que permita garantizar ciertos niveles de autonomía en la generación energética y no de dependencia como ocurrió en el pasado con no felices consecuencias. Sin embargo, en esta discusión son varios los factores que entran en juego: desde los económicos hasta los medioambientales. Lamentablemente aún no existe un consenso en establecer los tipos de energía que nuestro país debiera promover con fuerza. El tiempo corre y se hace urgente una definición al respecto, pues no hacerlo implicaría costos importantes que terminarían afectando el desarrollo y el crecimiento del país.

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ENSAYO

Formación de capital humano en eficiencia energética Rodrigo López Académico Facultad de Ingeniería UCSC Claudio Roa Académico Facultad de Ingeniería UdeC Enrique López Académico Facultad de Ingeniería UdeC

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aciones Unidas y la CEPAL, en particular, están firmemente comprometidas con la promoción del uso eficiente de la energía, en el convencimiento que ésta constituye una herramienta poderosa en la implementación de políticas energéticas sostenibles. Estas últimas promueven una mayor eficacia en la producción y uso de la energía, favorecen las condiciones de su acceso (esenciales para el logro de una mayor equidad social), alientan la explotación racional de los recursos energéticos (con énfasis en su conservación y

“Naciones Unidas y la CEPAL, en particular, están firmemente comprometidas con la promoción del uso eficiente de la energía, en el convencimiento que ésta constituye una herramienta poderosa en la implementación de políticas energéticas sostenibles” Mirada/4

en la utilización de tecnologías amigables con el medio ambiente) y contribuyen a afirmar la seguridad del suministro energético. En este contexto, cuando se plantea la particular relevancia del sector energético como recurso clave en la mejora de la competitividad de la región, se quiere significar que un desarrollo sostenible del sector permite: a) elevar los niveles de producción, b) reducir sus costos, c) incrementar el acceso a la energía de los sectores más desprotegidos y, d) actuar como impulsor del tránsito hacia economías con baja emisión de carbono. Se señala también que, si bien América Latina y el Caribe representan una proporción menor de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (y los escenarios proyectados muestran que esta situación se va a mantener en las próximas décadas), en el campo de las oportunidades se visualiza la posibilidad que la

región contribuya a la reducción de esas emisiones: a) a partir de proyectos y medidas de Eficiencia Energética (EE) y b) la incorporación de tecnologías de generación de energía en base a fuentes renovables, entre otras acciones. En el marco del esfuerzo que deberá realizar la región por cerrar las diferentes brechas que la separan de los países desarrollados, la fisura energética ocupa un lugar relevante y su superación demandará cuantiosas inversiones. En este orden de argumentaciones, la promoción de la EE, concebida como una fuente más barata y limpia que las opciones alternativas, adquiere una especial preeminencia en la medida que permite liberar importantes recursos, que podrían ser asignados a la clausura de las fracturas sociales, productivas, de servicios de infraestructura, etc., que presenta la región y poder alcanzar así un patrón de desarrollo virtuoso y sostenible en el tiempo.


El caso chileno En particular, en Chile se comenzó a plantear, de manera seria y sistemática, los temas relacionados con la EE a partir de su postulación a integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en 2005. Se decidió la creación del Programa País de Eficiencia Energética (PPEE), como respuesta a una “exigencia” de la OCDE para que pudiese continuar con su postulación. El PPEE fue un programa de carácter público-privado, en el que se puso especial énfasis en el carácter participativo de sus acciones. Su institucionalidad se organizó en torno a la actuación de un Consejo Consultivo (asesor en materia de políticas de EE) y un Comité Operativo (integrado por 29 organizaciones, entre las que se encuentran ministerios y servicios públicos, instituciones representativas del sector privado e instituciones de la sociedad civil), cuyo cometido es realizar el seguimiento de proyectos de EE en las áreas de vivienda, construcción, transporte, industria y minería, entre otras. En cuatro años de actuación, el PPEE consiguió: a) implementar un arreglo institucional, en términos de proyecto, organización y recursos, capaz de enfrentar con éxito las barreras culturales e informativas y avanzar en la consolidación de la EE como una fuente de energía que contribuya al desarrollo energético sostenible de Chile; b) identificar la causa de la EE con una causa “país”, que trasciende las barreras del Gobierno de turno; c) ligar la EE al desarrollo de una política energética fuertemente impulsada por la autoridad de energía; y d) instalar que la principal barrera para un mayor desarrollo de la EE es: 1) la carencia de un capital humano con formación en el tema, tanto al interior de la institucionalidad como en el mercado. Lo previo, desde la formulación de políticas públicas en el desarrollo de programas (por ejemplo, recambios tecnológicos, apoyo a la industria, etc.) hasta la oferta de servicios en el mercado, 2) no existe en el medio local disponibilidad, en cantidad y calidad, de profesionales y técnicos habilitados que faciliten un desarrollo acelerado de la EE, y 3) se deberá, por lo tanto, invertir en el desarrollo de un mercado de profesionales y técnicos para enfrentar la demanda de servicios en EE, tanto desde el sector público como privado.

“En el marco del esfuerzo que deberá realizar la región por cerrar las diferentes brechas que la separan de los países desarrollados, la fisura energética ocupa un lugar relevante y su superación demandará cuantiosas inversiones” estar sujeta a 1) estudios de mercado, 2) resultados de encuestas aplicadas a quienes asistieron y/o asisten a los programas y cursos de formación continua, 3) la necesidad de otorgar tiempo suficiente de maduración a profesionales que provienen de distintas áreas del conocimiento y 4) asumir el olvido de conocimientos de quienes dejaron las aulas hace mucho tiempo y han perdido su training de aprendizaje. (Atención debe ponerse en el caso que la invitación sea extendida a candidatos de todo el país o extranjeros). Una consecuencia de lo anterior se traduce en: a) módulos de conocimiento auto respaldados, b) sujetarse a un formato ejecutivo, c) respetar el mínimo de horas de asignadas a actividades de postítulo y d) tener una duración acorde con todo lo anterior.

En efecto, la decisión de transitar de una institucionalidad temporal (PPEE) a una definitiva (Agencia), contribuirá a darle a la EE una sostenibilidad de largo plazo. En concordancia con lo anterior, el Gobierno de Chile funda la Agencia Chilena de EE (ACHEE). Ésta comenzó a operar el 1 de enero de 2011, creada según Decreto 245 que concede su personalidad jurídica. Se aprueban los estatutos de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, en Santiago, con fecha 20 de julio de 2010. Por esta vía se pretende proveer la institucionalidad y mecanismos operativos a la EE. En consecuencia, existe una oportunidad académica que contribuya a la remoción de las barreras técnicas, institucionales y financieras que aún persisten en Chile, en materia de EE, haciendo esfuerzos en la formación de capital humano. Programas universitarios Una forma de contribuir a la formación de capital humano en EE reside en los programas universitarios de postítulo, que pueden estar diseñados para diferentes tipos de profesionales que estén insertos laboralmente y posean un título o grado habilitante. La frecuencia de las cátedras deberá

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Si somos capaces de materializar las ideas previas, el egresado será capaz de adaptarse a los nuevos desafíos tecnológicos y energéticos que enfrenta el entorno empresarial y social. Esto es: a) favorecer las condiciones de acceso a la energía, como mecanismo para consolidar y fortalecer la equidad social, b) incentivar el uso de tecnologías de alta eficiencia, c) promover la aplicación de fuentes de Energías Renovables No Convencionales, d) evaluar proyectos de EE, e) aplicar los sistemas de certificación energética, teniendo como base las normas nacionales e internacionales y f) estimular la explotación racional de los recursos energéticos y el uso de tecnologías amigables con el medio ambiente. Consecuentemente, la gestión y la eficiencia constituirán un todo donde se asegurará la presencia de los distintos actores presentes en el ámbito de la gestión y la Eficiencia Energética. Por lo tanto, el estudiante quedará preparado para comprender los aspectos técnicos fundamentales del problema, la estructura normativa, la influencia del marco medioambiental, el mecanismo de acreditación en EE y el funcionamiento de su gestión. M

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“Existe una oportunidad académica que contribuya a la remoción de las barreras técnicas, institucionales y financieras que aún persisten en Chile, en materia de EE, haciendo esfuerzos en la formación de capital humano”


ENSAYO

Eficiencia energética y energías renovables no convencionales en salud Ana Narváez Jefe Depto. Ingeniería Ambiental y Recursos Naturales Facultad de Ingeniería UCSC

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os hospitales y centros de salud, debido a su complejidad, poseen un alto consumo de energía principalmente en la climatización de áreas de atención, cadenas de frío que deben mantenerse para medicinas y alimentos, equipos médicos, iluminación, etc. Además, el alto número de usuarios y su rotación durante períodos del día aumentan la demanda de energía. También se debe considerar que muchos hospitales y centros de

“Hay un reconocimiento por incorporar conceptos de EE en hospitales públicos, donde se estima que los ahorros energéticos, en iluminación, calefacción, climatización y agua caliente, podrían representar entre un 25 y 40% respecto del gasto de energía total”

salud son construcciones antiguas con escasa incorporación de tecnologías de bajo consumo de energía y habitualmente no cuentan con planes de mantención que permitan corregir pérdidas de energía. A pesar del alto consumo energético en este tipo de instalaciones, eso no se traduce en que haya mayor percepción de confort (condiciones ambientales) por parte de usuarios y prestadores de servicios. De acuerdo a algunos estudios, el costo del consumo de energía en edificios públicos puede llegar hasta un 40% del presupuesto total de operación, ejemplificando la necesidad e importancia de la aplicación de conceptos de Eficiencia Energética (EE) en los sistemas de salud. Hospitales y atención primaria La Eficiencia Energética en Chile ha sido considerada como una

estrategia país para reducir la demanda de energía. En este mismo ámbito, hay un reconocimiento por incorporar conceptos de EE en hospitales públicos, donde se estima que los ahorros energéticos, en iluminación, calefacción, climatización y agua caliente, podrían representar entre un 25 y 40% respecto del gasto de energía total. Países como España y Alemania muestran modelos de Eficiencia Energética para hospitales basados en auditorías y sistemas de gestión energéticos, donde se incorpora la contratación de servicios energéticos ESCOs (Energy Service Companies). En cuanto a las auditorías energéticas de hospitales, éstas consideran principalmente evaluaciones en ámbitos como iluminación, climatización, agua caliente sanitaria, mantenimiento

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de equipos energéticos (equipos médicos, calderas, chillers) y comportamiento de los usuarios (pacientes y funcionarios). A modo de ejemplo, en Chile, el Hospital Luis Calvo Mackenna de Santiago presenta un índice de consumo de energía (MWh/cama/año) de 6 puntos por sobre el estándar establecido en hospitales en Francia, demostrando el alto consumo de energía por parte de este tipo de establecimiento de alta complejidad. A una menor escala, los centros de salud de atención primaria como consultorios (CESFAM, SAPU, USAF y CECOF) han sido escasamente abordados. La falta de estudios en sistemas de salud de menor complejidad no permite establecer índices o indicadores que sirvan de base de comparación con sistemas nacionales y regionales. Esto demuestra la necesidad de realizar estudios del desempeño energético en consultorios de Chile, que poseen una menor complejidad que los hospitales, con el fin de establecer indicadores base que faciliten desarrollar sistemas de gestión enfocados a la mejora de la Eficiencia Energética y, por lo tanto, disminuyan la demanda de energía (térmica/eléctrica) de los consultorios. En este contexto, se hace necesario desarrollar indicadores de Eficiencia Energética que puedan ser adecuadamente utilizados en centros de salud de baja complejidad, que integren el confort del usuario, que reconozcan la realidad constructiva y materialidad de los edificios actuales, de equipamiento y demanda de uso de sus servicios; y que permitan, al ser integrados a un proceso de verificación y mejora continua, identificar e implementar las acciones que aseguran una reducción significativa y permanente del consumo de energía. Dentro de los indicadores, el confort de los usuarios (pacientes y funcionarios) es un elemento clave en la mejora de los servicios, entendiendo que una reducción del consumo de energía no tiene sentido si se afecta el bienestar de los usuarios.

“Se hace necesario desarrollar indicadores de Eficiencia Energética que puedan ser adecuadamente utilizados en centros de salud de baja cojmplejidad” Tecnología convencional y ERNC en edificación La aplicación de auditorías energéticas y el uso de indicadores de Eficiencia Energética conducen a evaluar la implementación de tecnologías convencionales para edificación y tecnologías basados en Energías Renovables No Convencionales (ERNC), con el fin de reducir el consumo energético. Las tecnologías convencionales de edificación son aquéllas que permiten el ahorro energético a través del uso de equipos, diseño o materiales que actualmente se usan en el sector construcción, por ejemplo, termopaneles, aislantes de poliuretano, fibra de madera, orientación de ventanas para mejorar ventilación y uso de luz natural, mecanismo de cierre de puertas, etc.

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Por su parte, las tecnologías basadas en ERNC consideran el uso de energía, solar, eólica, geotérmica de climatización y biomasa. Estás últimas funcionan a condiciones climáticas, espacio disponible, características del suelo y emplazamiento de los edificios, entre otros aspectos. La energía solar puede ser aprovechada para la generación de electricidad (paneles fotovoltaicos) o calefacción de agua, éste último método es el más utilizado dada su facilidad de cálculo y eficiencia del sistema. La energía eólica está dirigida principalmente a la generación de electricidad a través de los aerogeneradores, cuya eficiencia dependerá de las condiciones del viento que posee el entorno de la zona de estudio. La energía geotérmica de climatización se basa en la temperatura constante que muestra la tierra a cierta profundidad. En este caso, se aprovecha el gradiente de temperatura entre el medio externo y la tierra para climatizar ambientes en invierno y verano.

“La aplicación de auditorías energéticas y el uso de indicadores de Eficiencia Energética conducen a evaluar la implementación de tecnologías convencionales para edificación y tecnologías basados en Energías Renovables No Convencionales (ERNC), con el fin de reducir el consumo energético”

En Chile las ERNC no han sido muy exploradas debido a sus costos, ya que éstos hacen que el período de retorno de la inversión sea muy extenso para ser una alternativa atractiva. A nivel internacional, dichas tecnologías están bastante desarrolladas, teniendo su mayor aplicación en la climatización de piscinas y casas. En cuanto al uso de biomasa como fuente de energía, en Chile, la aplicación más común es el uso de calderas para generación electricidad o calor para calefacción.

Finalmente, en el ánimo de contribuir al desarrollo de nuestra región, el Departamento de Ingeniería Ambiental y Recursos Naturales de la Facultad de Ingeniería UCSC se encuentra desarrollando estudios que consideran conocer la problemática real del uso de energía en los centros de salud de baja complejidad de la intercomuna y proponer, en base a auditorías energéticas, la validación de metodologías e indicadores que pueden ser aplicados, pudiendo establecer indicadores de referencia regional e incluso nacional.

La aplicación de auditorías energéticas, contar con indicadores de EE, la implementación de tecnologías convencionales de edificación y de Energías Renovables No Convencionales, junto con la conducción de cambios conductuales en usuarios y funcionarios del sector salud, deben llevar a una mejora en la gestión de recursos energéticos y a una reducción en el consumo de energía, lo que aportará a mejorar la calidad del servicio que entregan sus centros de salud y reducir los presupuestos en energía.

En el ámbito local, la problemática de Eficiencia Energética nos hace considerar la realidad de la región y realizar esfuerzos que nos permitan avanzar en la consolidación de capacidades en el ámbito de la EE y, posteriormente, transferir este conocimiento al sistema de salud de la comuna y la región. Esta información permitirá tener opinión frente a normativas y regulaciones vigentes en el ámbito energético de centros de salud, aportando a la gestión país en el ámbito de la Eficiencia Energética. M

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ENTREVISTA

Claudio Lapostól, Director de Corbiobío

“Si la Región Metropolitana no existiera, tendríamos energía a mitad de precio”

Con una visión clara de que la situación energética del país se refleja también en la realidad regional, el Director de Corbiobío es crítico: ni Hidroaysén, ni Río Cuervo, ni Carretera Eléctrica para seguir subvencionando a Santiago, sino que una central de embalse en el Río Maipo y dos termoeléctricas en la Región Metropolitana. Gretel Dettwiler Rodríguez

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idroeléctricas. Ni energías renovables ni centrales nucleares, sino que en el embalse debería centrarse la producción energética de la región, plantea el Director de Corbiobío, Claudio Lapostól. Enfático en su postura regionalista, el ingeniero de la Universidad de Chile recalca que esas centrales son las más viables en la zona. Sin embargo, Lapostól asevera que la Región del Biobío no tiene necesidad real de generar más energía de la que produce a la fecha. “Si como región fuéramos un país independiente, la energía costaría la mitad de lo que cuesta, o menos, y venderíamos caro incluso, pero en este minuto, generar más no reduciría los costos de los consumidores locales, porque estamos subvencionando las necesidades de Santiago”, explica. ¿Cómo opera el actual escenario regional en materia de producción energética? Como referencia, en el Sistema Interconectado Central, SIC, la Región Metropolitana produce un 8% y consume un 39% de la energía, según datos de 2010. A diferencia del resto del país, Santiago es el gran consumidor de energía eléctrica, subvencionado por las otras regiones. En la nuestra, mientras funcionan las plantas hidroeléctricas de embalse y las termoeléctricas a carbón, que tienen un nivel de producción del orden de los 50 a 70 dólares el Megawatt/hora, los precios son razonables. Pero cuando aumenta el consumo, tienen que ingresar centrales diesel que, además de muy contaminantes, son carísimas: el precio sube hasta 200 dólares. Y siguiendo la lógica nacional, subvencionamos también los requerimientos de la capital: a 2010 producíamos un 50% del total de la energía del SIC, consumiendo sólo un 37%. ¿El problema radica en Santiago entonces? Nuestro problema es que la Región Metropolitana es un consumidor neto de todos los excedentes del resto. No ha sido capaz de generar la energía que necesita. El río Maipo tiene la capacidad de generar hidroeléctricamente un porcentaje importante del consumo del SIC, y si además se construyen dos o tres centrales termoeléctricas a gas en la costa, con un barco flotante que reciba y un soterrado que llegue hasta ellas para transportar el combustible, se soluciona el problema de Santiago, los precios bajan y no hay que invertir en Hidroaysén o Río Cuervo y en líneas de transmisión o unión SIC-SING.

“Creo que no hay ninguna razón ética ni moral para que personas que no se van a beneficiar asuman las consecuencias negativas de la proximidad de una termoeléctrica” ¿Cuál sería la piedra de tope para realizar esos cambios que aparecen como necesarios? Se ha analizado una serie de aspectos y para mí es evidente que los chilenos y las chilenas no quieren centrales nucleares. Pienso que en un país sísmico la opción debe quedar relegada al final. Lamentablemente, los gobiernos chilenos de los últimos tiempos no han sido capaces de convencer a la sociedad de que es necesario invertir en producción de energía eléctrica lo menos contaminante, al menor precio posible. Hay grupos cerrados que se oponen a toda iniciativa, sin ofrecer solución. Ahora, si el Gobierno fuera capaz de explicar todos los progresos sociales y económicos que implican estas medidas, creo que se podría hacer, pero se teme a la reacción del público, particularmente en la Región Metropolitana. DAVID VERSUS GOLIAT ¿Qué alternativas le quedan entonces a Chile? En este momento las centrales a menor costo son las hidroeléctricas de embalse, también las menos contaminantes, y las termoeléctricas a carbón. Luego están las termoeléctricas alimentadas con GNL o shale gas, combustible que implica una revolución importante, por lo que convendría implementar termoeléctricas a gas. El sistema considera la extracción del gas ya no de la arena, sino que de la piedra esquisto y lo que se visualiza es que el precio bajará, permitiéndole competir a la par con el carbón, pero contaminando mucho menos. Así, razonablemente es posible instalar las termoeléctricas en Santiago. ¿Por qué cree no se ha priorizado esa posibilidad? Esto es como David y Goliat, regiones versus Santiago, pasa todo por un tema social. Cuando la gente sabe de termoeléctricas se produce rechazo y Chile está haciendo un poquito el ridículo. A nivel mundial emite el 0.2%

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de la emisión total de CO2, pero se comprometió incluso a bajarla a partir del Protocolo de Tokio. Creo que es un pecado mortal que las autoridades no se den cuenta de lo que implica este compromiso. Al no buscar soluciones alternativas, se está condenando al país a menor desarrollo social y económico, privilegiando de nuevo a la Región Metropolitana. Y Santiago no es Chile. Pero en este contexto pareciera que Santiago sí es Chile… Si la Región Metropolitana no existiera, tendríamos energía a mitad de precio y además contaríamos con las inversiones para crecer por varios años más. El caso de Bocamina en Coronel es más claro. Creo que no hay ninguna razón ética ni moral para que personas que no se van a beneficiar asuman las consecuencias negativas de la proximidad de una termoeléctrica. Seguimos subvencionando las necesidades de Santiago, somos exportadores netos. No necesitamos incrementar la producción, pero en caso que así fuera, podrían hacerse centrales hidroeléctricas de embalse aquí en la región, que sirven también para regar y podrían mitigar la sequía en caso necesario. ¿Cómo instaurar esas modificaciones y controlar el factor social, ya sea en Santiago o el resto del país? Tiene que haber un cambio: la empresa que construya y luego la que explote, tiene que negociar previamente con los afectados y llegar a acuerdos económicos. Lo lógico es que las empresas negocien, destinen porcentajes de la utilidad para que la gente las acepte. Creo en la empresa privada y también en que debería seguir así, pero hay que incorporar a más actores. Cuando hay dos o tres generadores, ¿quiénes sino ellos pueden

“Los gobiernos chilenos de los últimos tiempos no han sido capaces de convencer a la sociedad de que es necesario invertir en producción de energía eléctrica lo menos contaminante, al menor precio posible”

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evitar la entrada de una central a petróleo, cara y contaminante? En ese contexto, ¿son una alternativa viable las Energías Renovables No Convencionales? Si no hay viento, o el viento es muy fuerte, las centrales eólicas no pueden generar, lo mismo que las plantas solares cuando no hay sol, lo que los convierte en sistemas intermitentes. El “factor de marcha” de ambas combinadas es de entre un 30% y un 40%, el resto del tiempo no están produciendo, así que volvemos a lo mismo: los únicos mecanismos que permiten estabilidad real son las hidroeléctricas de embalse, termoeléctricas o centrales nucleares. El país debe invertir en ellas, porque cualquier otra inversión que haga en energía eólica o solar es adicional. Otro problema grave es el costo de generación: para el caso de una central eólica, los valores van, aproximadamente, de 110 a 120 dólares el MW/ hora. ¿También desestima propuestas como Hidroaysén o Río Cuervo? Ideas como Hidroaysén y Río Cuervo, con sus respectivas líneas de transmisión, además de la conexión del SIC con el SING, Sistema Interconectado del Norte Grande, para asegurar a Santiago, suman en total casi 14 mil millones de dólares. Si a eso agregamos que el Presidente Piñera quiere construir una Carretera Eléctrica, todo el espectáculo vale alrededor de 18 mil millones de dólares. Y construir una hidroeléctrica en el río Maipo y dos o tres termoeléctricas a gas en la Región Metropolitana cuesta la mitad o menos. El país sí puede invertir en esas soluciones y reducir además los tiempos de concreción, que podrían ser de entre tres y cinco años. M


ENSAYO

Áreas silvestres protegidas, materia pendiente para el Derecho Ambiental L Juan Ángel Jofré Abogado, especialista en Derecho Ambiental y Forestal Facultad de Derecho UCSC

a generación eléctrica en Chile constituye el punto central para el desarrollo, toda vez que, tomando en cuenta la tendencia de crecimiento económico al 2020, se proyecta un aumento en el consumo eléctrico en torno a los 100 mil GWh de demanda total de energía eléctrica a dicho año, lo que representa el desafío de incorporar 8 mil MW de capacidad instalada a nuestro sistema. No obstante, este desarrollo debe ser no sólo económico sino que además sustentable en todas las variables que ello implica, esto es, sociales, económicas y ambientales.

“De la mano del cambio climático, nuestro planeta enfrenta hoy un problema íntimamente ligado a éste, y quizás aún más preocupante, cual es la pérdida de la biodiversidad”

El potencial hídrico que posee nuestro país es considerable; el carácter renovable y limpio de la energía eléctrica y los aparentemente menores impactos ambientales, versus las ventajas comparativas en relación con otros medios de generación convencional, como son los derivados de fósiles, sobre todo en cuanto a la inexistencia de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), causante del cambio climático, durante su período de operación, sitúan a la energía hidroeléctrica como una buena solución de los problemas ambientales y de suministro de energía en el mediano y largo plazo.

indiscriminado de las especies.

Sin embargo, de la mano del cambio climático, nuestro planeta enfrenta hoy un problema íntimamente ligado a éste, y quizás aún más preocupante, cual es la pérdida de la biodiversidad, ocasionada, entre otros factores, por la drástica disminución de los ambientes naturales, las actividades de monocultivo, la estandarización de especies y el manejo genético

En efecto, en fallo unánime del 18 de noviembre de 2013, la Corte Suprema rechazó un recurso de casación en contra de la sentencia que acogió el reclamo de aprovechamiento de aguas en el sector del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, de la Región de Los Lagos, presentado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), debido a la inscripción

Hidroeléctricas cuestionadas Es, precisamente, desde la variable ambiental de la biodiversidad, donde surgen las mayores críticas y cuestionamientos hacia las centrales hidroeléctricas, dado el daño al entorno natural que causan: inundación de vastas extensiones de terreno, intervención de cauces naturales, disminución del caudal habitual de los ríos, pérdida del paisaje, construcción de caminos, y sobre todo la afectación que con ellas se pretende hacer a las Áreas Silvestres Protegidas, cuyo objetivo es salvaguardar la diversidad biológica.

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de aprovechamiento de aguas en los ríos Blanco, La Junta, Esperanza y La Cimbra, ubicados al interior del parque, efectuada por un particular. El máximo tribunal de nuestro país acogió la tesis de la Corte de Apelaciones que consideró que las aguas al interior de parques nacionales se encuentran protegidas por la legislación nacional e internacional, bajo el argumento de: “Que en conformidad con el artículo 10 de la Ley de Bosques y el artículo 35 de la Ley N° 19.300, le corresponde a la Corporación Nacional Forestal el cuidado de los Parques Nacionales y Reservas Forestales a fin de garantizar la vida de determinadas especies arbóreas y conservar la belleza del lugar. Con respecto a estos Parques Nacionales y Reservas de Bosques existentes en la actualidad y los que se establezcan de acuerdo con esta ley, no podrán ser destinados a otro objeto sino en virtud de una ley, limitación que estaría de acuerdo con el artículo III de la Convención de Washington, ya analizada precedentemente”. Además, indica el fallo, que “Fijado el marco jurídico y fáctico y sin desconocer que la Dirección de Aguas en cuanto organismo técnico en materia de aguas se encuentra dotado de la facultad de constituir derechos de aprovechamiento sobre dicho recurso existente en fuentes naturales (ríos, esteros, acuíferos, etc.), ha de concluirse que dicho Servicio debe velar para que en el ejercicio de sus potestades no se perjudique ni menoscaben por intervención de terceros y que cuando esas prerrogativas se refieren a Áreas Silvestres Protegidas, administradas por CONAF, deben ejercerse en armonía con la Constitución, leyes nacionales sobre la materia y tratados internacionales suscritos por nuestro país, en lo que dice relación con el medio ambiente, protección de la naturaleza y preservación de la fauna y de la flora silvestre, lo que no aconteció en el presente caso, toda vez, que no cabe duda que el peticionario don J. L. B. H. solicitó la constitución de derechos de aprovechamiento de aguas sobre un caudal al interior del Parque Vicente Pérez Rosales con fines comerciales o de lucro, específicamente para la generación de electricidad mediante una central hidroeléctrica de paso”. Paradójicamente, las denominadas Áreas Silvestres Protegidas del Estado internamente aún tienen su sustento jurídico en la antigua Ley de Bosques de 1925, Decreto Ley Nº 656, modificado en 1931, y fijado su nuevo texto por Decreto Supremo 4363 del Ministerio de Tierras y Colonización, que en su artículo 10 otorga la administración de los parques y reservas a

“Es, precisamente, desde la variable ambiental de la biodiversidad, donde surgen las mayores críticas y cuestionamientos hacia las centrales hidroeléctricas, dado el daño al entorno natural que causan” la CONAF, no existiendo en la actualidad otra normativa interna que las regule, por cuanto la ley 18.362 que crea el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado no ha entrado en vigencia, ya que ésta a su vez está supeditada a la Ley 18.348 que crea la Corporación Nacional Forestal y de Protección de Recursos Naturales Renovables, cuya vigencia todavía permanece suspendida, mientras no se disuelva la actual CONAF, que extrañamente tiene el carácter de persona jurídica de derecho privado, situación anómala, ya observada por el Tribunal Constitucional, a propósito de la dictación de la Ley de Bosque Nativo, que aún no se resuelve. Convención de Washington Lo anterior ha llevado que los defensores de las Áreas Silvestres Protegidas del Estado deban buscar protección legal en el marco de la denominada Convención para la Protección de la Flora, la Fauna y las Bellezas Escénicas Naturales de América, también conocida como Convención de Washington, acuerdo internacional tomado en un evento efectuado en Washington el 12 de octubre de 1940, cuyas disposiciones se transformaron en obligatorias en Chile a partir de 1967, cuando a través del Decreto del Ministerio de Relaciones Exteriores N° 531, de 23 de agosto de 1967, publicado en el Diario Oficial del 4 de octubre del mismo año, se ordenó cumplir como Ley de la República. Desde entonces la Convención ha ocupado un lugar clave en la regulación de las áreas silvestres, ya que, al no haber entrado en vigencia la ley que regula el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado, ha suplido el silencio legislativo en esta materia. El fundamento general de esta Convención es el deseo de proteger y conservar ejemplares de flora y fauna indígenas en sus ambientes naturales, los paisajes de incomparable belleza, las formaciones geológicas y objetos naturales de interés histórico, científico, o de valor histórico. Además, clasifica los diferentes tipos de áreas protegidas en: Parques Nacionales, Reservas Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas de Regiones Vírgenes. De estas cuatro clases de áreas, las únicas que permiten en forma limitada algún grado de utilización son las Reservas Nacionales siempre que sean sujetas a vigilancia estatal. En definitiva, resurge con el fallo de la Corte Suprema, un axioma ambiental, quizás olvidado ante las urgentes necesidades productivas y energética, cual es que los Parques Nacionales, las Reservas de Regiones Vírgenes y los Monumentos Nacionales no pueden ser sujetos a explotación comercial alguna, ni menos aún verse afectados directa o indirectamente por cualquiera clase de proyectos, aún los hidroeléctricos, toda vez que estas Áreas Silvestres Protegidas son creadas en resguardo de la biodiversidad, variable ambiental necesaria para la sobrevivencia humana, como hace más de medio siglo anunciaba Albert Einstein, al predecir que al desaparecer las abejas sólo le quedarían cuatro años de vida a la humanidad. M

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ENSAYO

Desafíos de la industria eléctrica chilena Rodrigo López Académico Facultad de Ingeniería UCSC

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45 años del comienzo del proceso de desregulación de la Industria Eléctrica (IT) en Chile, ¿cuáles son los desafíos en materia energética que se presentan para el país? El mencionado proceso parte en 1978, dirigido desde de la Comisión Nacional de Energía (CNE). En el mismo año comienza la gestación de un proceso pionero a nivel mundial en la IE, que se consolida con el inicio oficial de un nuevo marco regulatorio en 1982 mediante la promulgación del DFL 1 “Ley General de Servicios Eléctricos”, vigente aún pero con algunas modificaciones “cosméticas”. Este marco, conocido mundialmente como “desregulación”, implica tres etapas: 1) el Unbundling o separación de la Industria Eléctrica, que históricamente estaba verticalmente integrada, es decir, una sola empresa efectuaba las labores de generación, transporte y distribución de la energía (GTD); actualmente éstos son considerados (sub) sectores independientes, 2) la liberalización de la IE, esto es, incorporar la competencia en los sectores que fuese factible. En términos prácticos, la generación se considera un mercado competitivo, pero los sectores de redes fueron asumidos como monopolios naturales, sujetos a un esquema regulatorio que emula la competencia, y 3) la privatización de la IE, es decir, retirar al Estado como un actor partícipe del mercado eléctrico. Este proceso de desregulación se argumenta bajo los paradigmas de los modelos de capitalismo tanto clásico como neoliberal. Desde esta visión se establece que el Estado es un actor sin capacidades técnicas, financieras y de gestión suficientes para desarrollar un sector productivo determinado (en este caso, el eléctrico). Se atribuye, entonces, al sector privado las motivaciones empresariales para realizar una eficiente gestión de la industria, además de tener las capacidades financieras para realizar las inversiones y conquistar las competencias necesarias para desarrollar la industria.

Pero no sólo eso, sino que es “indeseable” la intervención del Estado en cualquier ámbito de la evolución de la industria, argumentando que el mercado evoluciona de manera natural a un estado de equilibrio, por lo que el mercado tiene las capacidades suficientes para autorregularse. Es imprescindible entender correctamente este concepto, pues “desregular” no implica “no-regular”, sino que conscientemente el Estado es marginado del proceso regulatorio. Por ello cuando, en las últimas décadas, actores de una u otra facción critican la inexistencia de políticas energéticas en Chile es una crítica que en el marco regulatorio actual es absolutamente injusta, pues, en rigor, no se permite al Estado tener políticas regulatorias de ninguna índole. Marco regulatorio y tendencias del mercado El marco regulatorio actual establece la existencia de tres agentes en el mercado: 1) ente(s) regulador(es), 2) empresas y 3) clientes. Chile, además, tiene la particularidad de tener tres actores regulatorios: 1) el Ministerio de Energía, que establece las políticas públicas y sectoriales, 2) la CNE, que establece las “reglas del juego”, y 3) la Superintendencia de Energía y Combustibles, que fiscaliza que estas reglas sean respetadas por los actores del mercado.

“En cifras de 2008 en el SIC (Sistema Interconectado Central), Endesa tenía una participación del mercado de un 46,9%, Colbún de 21,1% y AES Gener de 15,0%, lo que significa que sólo tres empresas concentran más del 80% del poder de mercado” Mirada/15


La arquitectura diseñada para el Mercado Eléctrico (ME) chileno establece que existe: a) un mercado de venta al por mayor de energía (generación), b) un sistema de transmisión, c) el sistema de distribución, y d) los clientes. A todos los niveles se busca establecer condiciones, tanto técnicas como de mercado, que sean competitivas, es decir, que deben cumplir con los supuestos de la teoría de la libre competencia de que existan muchos productores y consumidores, que las empresas vendan un producto homogéneo en el mercado, y que tanto las empresas como los consumidores tengan información completa y gratuita. El ME chileno cumple con apenas uno de estos criterios, que es la venta de un producto homogéneo. Sin embargo, en lo que concierne a la concentración del poder de mercado en los sistemas más importantes, en cifras de 2008 en el SIC (Sistema Interconectado Central), Endesa tenía una participación del mercado de un 46,9%, Colbún de 21,1% y AES Gener de 15,0%, lo que significa que sólo tres empresas concentran más del 80% del poder de mercado. La situación el 2012 en el SING (Sistema Interconectado del Norte Grande) no es diferente, pues Suez Energy Andino posee el 47% del poder de mercado, AES Gener el 32% y Endesa una participación del 21%. Lo último, consolida casi la totalidad de este ME. El consumo eléctrico en Chile se duplica cada 10 años y su tasa de crecimiento va por sobre la del PIB. Esto resulta ser un pésimo indicador pues demuestra que Chile, en este aspecto, tiene un comportamiento más de país subdesarrollado que de primer mundo o de la OCDE. Si se analizan las cifras de consumo sectorial de nuestro país, en promedio durante 1997 a 2011, se tiene una participación del a) 16% en el sector residencial, b) 10% en el comercial, c) 2% en el agrícola, d) 34% en el minero, e) 28% en el industrial, y f) 10% en otros.

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En la actualidad, la demanda acumulada llega a los 8.000MW y la capacidad instalada de generación que permitiría proveer a este consumo es de casi 16.000MW. Como puede desprenderse de estas cifras, Chile no se encuentra en una situación de crisis energética. Existe casi el doble de la capacidad instalada para poder cubrir la demanda del país. Además, difícilmente dicha crisis dejaría sin suministro al sector residencial, pues este representa apenas el 16% del consumo total. La crisis es un problema de precios, es decir, es un conflicto de competitividad al que se enfrenta un sector privado de la producción del país. En síntesis, luego de 45 años de un modelo en el que se ha establecido la autorregulación como un elemento central del crecimiento de la IE de Chile, el sector privado: a) ha sido incapaz de llevar adelante correctamente la IE y b) ha puesto en jaque la productividad futura y la competitividad a corto, mediano y largo plazo en los distintos mercados internacionales. Cambio de paradigma Involucrado en la problemática global de cómo reducir los impactos del calentamiento global, Chile no tiene otra opción que alinearse seriamente a los distintos esfuerzos internaciones al respecto, como la iniciativa 20-20-20 propuesta por la Comisión Europea, entre otras. Esto implica sumarse fuertemente a los esfuerzos por desarrollar prontamente una solución comercial de la generación mediante fusión nuclear, en la que

“Debemos cambiar el paradigma empresarial y político actual y avanzar a un futuro más dinámico de la IE chilena”


“No podemos seguir pintando de verde nuestras tecnologías tradicionales o de social nuestras viejas costumbres de administración empresarial, sino atrevernos a caminar hacia soluciones amigables con nuestro medioambiente, a abrir mercados verdes”

probablemente, en menos de un siglo, nuestro país podría ser líder mundial aprovechando su posicionamiento estratégico como primer productor de Litio en el mundo. En lo que respecta a las acciones a corto y mediano plazo, es evidente que Chile tiene dos líneas de acción que enfrentar. La primera es robustecer nuestro portafolio de generación con tecnologías limpias, es decir, una fuerte incitación e incorporación de Energías Renovables No Convencionales (ERNC). La otra vía es la incitación a acciones de Eficiencia Energética (EE). Para ello, no podemos seguir pintando de verde nuestras tecnologías tradicionales o de social nuestras viejas costumbres de administración empresarial, sino atrevernos a caminar hacia soluciones amigables con nuestro medioambiente, a abrir mercados verdes (como en EE.UU. los Green Markets). Soluciones innovadoras con esta impronta ya tenemos al alcance: a) eco-casas, b) paneles solares, c) granjas eólicas, etc. Empresas a nivel mundial ya han logrado cambiar los paradigmas de los clientes finales. Unos ejemplos trascendentales son el de Toyota con su

auto híbrido Prius o la marca Tesla con sus modelos de autos eléctricos con autonomías que llegan a más de 500 kms., entre otros. Luego de 45 años, debemos en Chile: a) establecer una Green Attitude no sólo del consumidor final sino de toda la Industria Eléctrica, b) abandonar las “realizaciones” y modificaciones cosméticas a un sistema que ya ha demostrado su incapacidad de cumplir los objetivos que le fueron planteados, e c) ir a una versión 2.0 del ME chileno. Lo último significa: 1) establecer una regulación antitrust, 2) reducir el poder de mercado de los actores tradicionales, c) incorporar nuevos participantes, d) fomentar la entrada de actores verdes, e) incitar la entrada de (muy) pequeños actores verdes, f) robustecer la red de transporte, g) introducir la competencia en la transmisión y distribución de electricidad, h) crear un mercado retail de electricidad, i) establecer políticas de incentivos a la Eficiencia Energética y j) fomentar la I+D en nuevas tecnologías y redes inteligentes. En suma, debemos cambiar el paradigma empresarial y político actual y avanzar a un futuro más dinámico de la IE chilena. M

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Historia y Conocimiento Oral Mapuche. Sobrevivientes de la “Campaña del Desierto” y “Ocupación de la Araucanía” (1899-1926) Autores: Margarita Canio, Gabriel Pozo Año: 2013 Autoedición impresa por LOM Ediciones

Margarita Canio Llanquinao | Gabriel Pozo Menares

Kiñe chi montun ñi nüya eteu pu uinka uaidsüf mapu, Mawida ina füta Uayeltue lafken, Chilemapu ka. Fei chi ina lafken müteuéi nülliu. Fei meu küpaiyin ñimi ñilluael. Fei meu ta petung ñillulu ta inchiñ. Pefin inche winka. Kayúpi eye küpai uinka pifin ñi peñi. Matu ke püra kawellunge pifin. Feimo lef kawell kon’ün leufu meu noalu inche kome. Ina nilawe ta tüfi mülelu ta inchiñ. Ñi peñi inche ñi furü ple küpai, püragnei mula. Petu norpulu inchu pui kapitan. Talkatueyumeu furüple. Feimeu epe norpulu inche nome Nawelpi ui’tange pieneu. Tuimarkeel ñi mulá ñi püra niel. Fei meu ui’t’a naüng. Feimeu akui ñi peñi manká dsuiyú. Fei i’to maun ta balaz. Feimeu lüf kawellu yu. Ignangeyu furi ple talkatu niegñeyu. Feimeu larkelayan pin. Montuyu ula inangeyu püchi alü’ mapu. Kansalu ñi kawellu puinka afeleyu meu. Nügmangen tañi epu lamngen feichi.

Texto 115: “Escaparse de los cristianos”, manuscritos personales de Nawelpi.

Historia y Sobrevivientes de la “Campaña Conocimiento del Desierto” y “Ocupación de la Oral Mapuche Araucanía” (1899-1926)

Una vez me escapé, estuve a punto de que me atraparan los soldados, eso pasó al otro lado de la cordillera, cerca del gran lago Galletué, en las tierras que ahora es Chile. Cerca de ese lago hay muchos piñones, allá fuimos a recolectarlos. Entonces cuando estábamos recolectándolos, divisé a los soldados. “¡Kayupi, allá vienen los wingka!” le dije a mi hermano, “¡sube al caballo de inmediato!” le dije. Entonces con el caballo entré rápidamente en el río, para cruzar al otro lado. Muy cerca de donde se cruzaba estábamos nosotros. Mi hermano venía detrás de mí, montado en una mula. Estábamos pasando al otro lado cuando llegó un capitán del ejército, quien nos disparó por detrás. Entonces yo estaba a punto de llegar al otro lado, cuando mi hermano me dijo “¡Nawelpi, detente!”. La mula que él montaba había recibido un balazo, por esa razón me detuve. Entonces, al llegar mi hermano, ambos montamos en mi caballo. Las balas llovían. Entonces corrimos con el caballo. Nos persiguieron y nos disparaban por la espalda. Entonces “¡no voy a morir!” dije. Al final nos salvamos, nos persiguieron por un largo tramo, pero se cansaron los caballos de los soldados y dejaron de hostigarnos. Esa vez cautivaron a mis dos hermanas.

Dra. Marisol Henríquez. Departamento de Lenguas, Facultad de Educación UCSC

Why Nations Fail Autor: Daron Acemoglu, James A. Robinson Año: 2012 Editorial Crown Publishers, RandomHouse En este libro, cuyo título en español es “Por qué fracasan los países”, los académicos norteamericanos analizan las razones por las cuales hay países que logran avanzar en el desarrollo, y países que teniendo condiciones similares no pueden alcanzar los mismos niveles. Los autores hacen una revisión histórica para descartar razones que se han esgrimido con anterioridad, como las raciales, culturales o religiosas, para sostener el porqué algunos países logran desarrollarse. Para Acemoglu y Robinson, el motivo principal nace de la incapacidad de algunas naciones para constituir instituciones sólidas, ya sean jurídicas, económicas, políticas y sociales, que hacen posible que sus habitantes progresen. Utilizando bases de datos globales, revisando la historia y comparando cifras y antecedentes de distintos países y continentes, los autores llegan a las conclusiones antes descritas, lo que es especialmente interesante de estudiar, cuando observamos los distintos niveles de desarrollo en América Latina. Es un libro no sólo para economistas, sino también de interés general, que vale la pena leer. Mario Urzúa. Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC

MIGRACIONES. Una mirada interdisciplinaria

Autores: Marcelo Jara, Felipe López (Compiladores) Año: 2013 Editado por Licenciatura en Historia, Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC

Esta publicación expresa un férreo compromiso social y académico de sus autores, afirmación que se desprende de su lectura al constatar que se ha buscado aunar criterios e instituciones bajo el alero de las XVIII Jornadas de Estudios Migratorios de Chile. En ella participaron destacados académicos nacionales e internacionales y noveles investigadores, para dar cuerpo a una obra colectiva que aborda desde distintas miradas el presente y pasado de las migraciones, desde una óptica proactiva y constructiva, exponiendo realidades diversas según el origen nacional de los especialistas. Esta nueva mirada -desde lo social, académico y pastoral- va más allá de la que antepone tradicionalmente la historiografía oficial como es el criterio de seguridad nacional; permite ir creando nuevos espacios de estudios y un trabajo multidisciplinario amplio y sin limitaciones y ataduras ideológicas, incorporando la academia, la Iglesia Católica, como es la participación de la Pastoral Social de nuestro Arzobispado, el INCAMI, Instituto Católico Chileno de Migración, y el CEMLA, Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos, con sede en Buenos Aires, con jóvenes exponentes de una sociedad que integra y no margina, acoge y acompaña, y no denigra. Un gran aporte a la discusión, digno de ser imitado y valorado.

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Historia y Sobrevivientes de la “Campaña Conocimiento del Desierto” y “Ocupación de la Oral Mapuche Araucanía” (1899-1926)

Margarita Canio Llanquinao Gabriel Pozo Menares

Esta publicación llega a nosotros gracias a una intensa labor de aproximadamente tres años realizada por sus autores, quienes accedieron a la revisión y análisis de un extenso archivo de más de 3.000 páginas manuscritas en lengua mapuche, la mayoría sin traducir, recopiladas por el antropólogo alemán R. Lehmann-Nitsche durante su estadía en Argentina y que permaneció inédito, en su mayor parte, durante más de un siglo en instituciones alemanas como el Instituto Iberoamericano de Berlín y el Museo Etnológico de Berlín. Este conjunto de piezas de narrativa oral tradicional, cuentos, relatos históricos y anecdóticos, autobiografías, textos descriptivos de uso, costumbres, canciones, postales, cartas y fotografías constituye un valioso testimonio de la sociedad mapuche de fines del siglo 19 y comienzos del 20, que nos permite reconstituir no sólo las historias de vida de los narradores y colaboradores de Lehmann-Nitsche, sino los procesos sociales e históricos que vivieron ellos y la sociedad mapuche de esa época. Dan cuenta de las vicisitudes a las que se vieron enfrentados los sobrevivientes de la Campaña del Desierto y de la Ocupación de la Araucanía, separados de sus familias, comunidades y enfrentados a una nueva vida en la ciudad. Destaco el valor del libro como un gran corpus que constituye una valiosa fuente para actuales y futuros trabajos de investigación interdisciplinarios en los ámbitos de la historia, antropología, literatura y lingüística.

Pbro. Dr. Hernán Enríquez. Instituto de Teología UCSC

RESEÑA DE LIBROS

Autores: Alberto Rodríguez, Antonio Corón padre, Antonio Corón hijo, Calixto Tapalquen, Francisco Antepí, Ignacio Silva, Juan Catriel, Juan Coñuel, Juan Millán, Juan Salva, Katrülaf, Kolüngür, Kuminau, Kumüw, Lemudeu, Martín Kolikeo, Namunkura, Nawelkir, Nawelpi, Pascual Huaichakeo, Regina, Rozas, Tomás Püchuán, Trüreu Millaiñ Recopilador: Robert Lehmann-Nitsche (obra póstuma)


Mirada/19



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