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Escucha activa
Escucha activa:16
Los conflictos se crean en la mente de cada participante como una historia que se cuentan a sí mismos sobre la situación, permitir que esta historia emerja es una parte crítica en la búsqueda de la solución. Escuchar la versión de los demás define el espacio del problema, valida la posición de todos y revela los intereses de cada persona. ¿Cuántas veces ha cambiado tu impresión inicial sobre una persona después de que la conoces más?
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Podemos escuchar de muchas maneras y no todas ellas son escucha activa. La diferencia fundamental entre escuchar activamente y oír, radica en los objetivos que se pretenden. En Grow, sabemos que la escucha activa es una destreza conversacional que nos permite entender la posición del otro, disfrutar de su compañía, aprender algo y ser un apoyo para esa persona.
Para poder desarrollar una escucha activa, estos puntos te pueden ser de utilidad:
Prestar atención fenomenológica:
Implica escuchar y observar el fenómeno en cuestión sin juicio, es decir, basándonos única y exclusivamente en los hechos y no en lo que nosotros pensamos que está pasando.
Habla desde ti, procura no hacer suposiciones y evita usar palabras como “todo, siempre, nunca”. Por ejemplo, no es lo mismo decir “Siempre llegas tarde a nuestras citas, seguro ya no estás interesada en mí” que decir, “Has llegado tarde a nuestras citas las últimas 3 veces, ¿sucede algo?”.
Ser un espejo:
Antes de emitir cualquier opinión, debemos hacer espejo con la otra persona de manera que pueda verse a sí misma y percibir cómo se está desempeñando frente a la situación.
Por ejemplo, mueve las manos, cruza las piernas o eleva/disminuye tu tono de voz si notas que la otra persona lo hace de modo que ésta pueda identificar sus propias acciones y hacer cambios en su conducta.
Hacer preguntas:
Después de prestar atención y hacer espejo, debemos hacer preguntas como: ¿Qué te gustaría que pasara ahora?, ¿Qué quieres lograr?, ¿Qué te gustaría hacer diferente?