2 minute read
Gestión emocional
No es un tema nuevo, existe una investigación de la Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de Investigación de Stanford que inició con el “Estudio de Educación en Ingeniería” de Charles Riborg Mann en 1918, que señala que el 85% del éxito laboral proviene de tener habilidades blandas y personales, bien desarrolladas, y sólo el 15% proviene de conocimientos o habilidades técnicas.
Hablando del manejo de conflictos, estas son las habilidades blandas que te ayudarán a encontrar soluciones valiosas para ti y para los demás:
Advertisement
Gestión emocional:
Antes de iniciar una conversación, es necesario que te analices a ti mismo de modo que reconozcas si puedes pasar a la siguiente etapa o necesitas tomarte un momento para preparar a tus emociones. Aquí es necesario hablar de la gestión emocional.
¿Por qué es importante darte un espacio para explorar tus emociones? La gestión emocional tiene que ver con nuestra capacidad de regular las propias emociones. Por ejemplo, frente al conflicto se pueden experimentar señales físicas de enojo como sudor en las manos, respiración agitada, cara enrojecida, músculos tensos, vista nublada, pulsaciones del corazón aceleradas, la sensación de vacío en el estómago o la boca seca.
En condiciones como estas, podemos aplicar la técnica del semáforo emocional13, la cual consiste precisamente en reconocer estas señales y mediante este conocimiento comenzar a controlar las emociones. Puedes guiarte del siguiente gráfico para reconocer lo que estás experimentando y actuar en consecuencia.
Semáforo emocional
Rojo: Significa PARAR. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos...) tenemos que pararnos como cuando un coche se encuentra con la luz roja del semáforo.
Amarillo: Significa PENSAR. Despúes de detenerse es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo.
Verde: Significa SOLUCIONAR. Si uno se da tiempo de pensar, pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema y elegir la mejor propuesta.
Si descubres que te encuentras en el color rojo, puedes realizar ejercicios de respiración profunda14 para tranquilizarte. Primero, busca un sitio cómodo para sentarte y que te permita tener la espalda erguida. Tu ropa debe ser cómoda, dejándote la zona de la cintura y el abdomen libre, sin presión.
Coloca tu pecho hacia delante, relaja los hombros y descansa la mirada. Ahora coloca una mano sobre tu pecho y la otra en el abdomen. Inspira de forma lenta y profunda a lo largo de 4 segundos. Cuando lo hagas, debes percibir cómo la mano del abdomen se eleva mucho más que la mano que está sobre el pecho. Retén ese aire durante 5 segundos para después exhalar de forma sonora a lo largo de 7 segundos. Empieza con este ritmo y a medida que lo controles puedes ir ajustando los tiempos para conseguir de media 10 respiraciones en un minuto. Poco a poco, percibirás notables beneficios en tu salud física y una adecuada calma mental con la que afrontar mejor los conflictos del día a día.