Amo la Libertad Nº 4

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Índice Editorial.

Por Jose Brunello

Reflexiones El ancla en el subdesarrollo Por Miguel A. Morra

Actualidad Shutdown y vigilancia panóptica en tiempos de pandemia

Por Serena Bentancur Fabiano. 18 años

Los Epidemiólogos: Por Horacio Rivara

Historias Egoísmo racional: el camino a una sociedad benevolente Por María Marty

Conceptos Sobre la Libertad (On Liberty). Por José María Arriola

El Capitalismo: Por Darío Mayor

Lo que no es el liberalismo. Por Mariano A. Flores

Humor 2


Acertijo Uni2 El Partido

Para unirse a distintos grupos:

Uni2 Santa Fe Coordinaciรณn Comunicacional. Columnistas Contacto

Archivo


Editorial. Por Jose Brunello Editorial Estimado amigo lector: Por cuarta vez llegamos hasta usted con nuestro grito literario, diciendo “¡Amo la Libertad!” y esperando que usted comparta con nosotros este sentir que nace desde el alma, y que tantas veces hemos cantado juntos al entonar el Himno. Con gran alegría, luego del patriótico banderazo del 9 de julio pasado, hemos visto al Poder Ejecutivo Nacional retroceder en el intento de expropiación de una de las industrias más grandes de Argentina, la exportadora Vicentín. La marcha atrás fue dada por el descontento de mucha gente que decidió manifestarse. “Creí que iban a recibir la noticia con alegría” dijo,desilusionado, el Presidente, sin darse cuenta de que sólo estaba dejando de cometer un ilícito. Moverse fuera de la Ley y sin el concurso de los poderes Judicial y 4


Legislativo es un hábito permanente de quienes usan la democracia para destruirla. La usurpación es un delito contra la propiedad y un ataque a las garantías constitucionales. Pero el Presidente, con sospechosa “inocencia”, enuncia su pena al no haber logrado darle una alegría al pueblo. ¿Serán “malas intenciones”? ¿O será sólo ignorancia? Quizás haya un poco de ambas, ya que aquél grupo de gente que propugna la ignorancia en el pueblo, tarde o temprano quedará atrapado en su propia red. Bueno ¡aquí tenemos un antídoto contra las políticas de la ignorancia! Recorramos las páginas que siguen con atención. Les proponemos serias reflexiones que nos ayudarán a defender nuestra Constitución y, por lo tanto, a nuestros derechos individuales. A nuestro primer escritor de hoy, Miguel Morra, la exactitud matemática le permite tratar con humor el controvertido tema de los impuestos. Si avanzamos meticulosamente por didáctica exposición de Miguel, podremos comprender cómo funciona finalmente el


sistema de los Impuestos. Argentina es uno de los países más castigados del mundo por las políticas impositivas, así que vale la pena aclarar estos aspectos. Luego, Serena Bentancur logra elevarse por sobre un alto escalón para encontrar que el mundo entero está siendo “vigilado y castigado” sin piedad por un poder panóptico, tal como advirtiera Michel Foucault. Este poder ominiabarcante no está dispuesto a tolerar tanta insurrección de las libertades, los afectos y las capacidades propias de los humanos. Una grave denuncia nos está alertando: La pandemia puede llevarnos hacia un régimen de vigilancia deshumanizante. Horacio Rivara abre una ventana al futuro cuando analiza con ironía el destino final de “los Epidemiólogos”, seres de pequeña talla que se han creído grandes por el contexto biopolítico que generó la Pandemia… ¿o Fraudemia? María Marty analiza una ecuación psicológica y moral muy delicada, basándose en la fina percepción de Ayn Rand, escritora y filósofa rusoamericana ¿Es posible un egoísmo 6


sano, racional, que tienda a la felicidad, que se base en valores, que acepte la realidad y que tenga un límite infranqueable ante los derechos del otro? Tema apasionante para la fundamentación de una convivencia armónica y del desarrollo de los individuos. Damos un paso más, luego de esta reflexión, cuando podemos admitir con José M. Arriola que la libertad para ser tal, debe imponer límites al poder. Para esto, Arriola nos entrega un análisis de la obra de John Stuart Mill, “On Liberty”, Sobre la Libertad. Por su parte, Darío Mayor nos invita a pensar claramente cuando analiza el concepto de Capitalismo. Y en complementariedad recíproca, Mariano Flores nos explica qué no es el liberalismo. Así, vamos desterrando prejuicios a medida que profundizamos en los conceptos correctos.


Reflexiones El ancla en el subdesarrollo Por Miguel A. Morra Mucha gente llegó a la conclusión que hay que ser muy estúpido para trabajar en la Argentina arriesgando un capital conseguido en años de trabajo, cuando el país está lleno de parásitos que lo único que saben es pedir subvenciones, subsidios, créditos a tasa cero (o directamente sin devolución de lo prestado), jubilaciones sin haber hecho aportes y otras linduras por el estilo. Lo peor de todo es que también el país está lleno de demagogos saqueadores y oportunistas dispuestos a satisfacer a los parásitos. ¿Cómo impuestos?

funciona

el

sistema

de

Suponga que todos los días 10 hombres se reúnen en un bar para charlar y beber cerveza. La cuenta total de los diez hombres es de $100. Si ellos pagasen la cuenta de la 8


manera proporcional en que se pagan los impuestos en la sociedad de un país, la cosa sería más o menos así, de acuerdo con la escala de riqueza e ingresos de cada uno: Los primeros 4 hombres (los más pobres) no pagan nada. El 5º paga $1. El 6º paga $3. El 7º paga $7. El 8º paga $12. El 9º paga $18. El 10º (el más rico) paga $59. Entonces, eso es lo que decidieron que harían en adelante. Todos se divertían, y estaban conformes con el acuerdo entre ellos. Hasta que un día..., el dueño del bar los metió en un problema: "Ya que ustedes son tan buenos clientes," les dijo, "les voy a reducir el costo de sus cervezas diarias en 20%. Ahora los tragos costarán sólo $80 en vez de $100."


El grupo quiso, sin embargo, seguir pagando la cuenta en la misma proporción que lo hacían antes, de modo que los cuatro primeros siguieron bebiendo gratis. La rebaja no les afectaba en absoluto. ¿Pero qué pasa con los otros seis bebedores, los que realmente pagan la cuenta? ¿Cómo debían dividir los $20 de rebaja de manera que cada uno recibiese una porción justa? Calcularon que los $20 divididos por 6 eran $3,33. Pero si restaban eso de la porción de cada uno, entonces el 5º y 6º hombre estarían cobrando para beber, ya que el 5º pagaba antes $1 y el 6º $3. Entonces el barman sugirió que sería justo reducir la cuenta de cada uno por aproximadamente la misma proporción, y procedió a calcular la cantidad que cada uno debería pagar. El 5º bebedor, lo mismo que los cuatro primeros, no pagaría nada (100% de ahorro). El 6º pagaría ahora $2 en lugar de $3 (se ahorra 33%) El 7º pagaría $5 en lugar de $7 10


(se ahorra 28%). El 8º pagaría $9 en lugar de $12 (se ahorra 25%). El 9º pagaría $14 en lugar de $18 (se ahorra 22%). El 10º pagaría $49 en lugar de $59 (se ahorra 16%). Cada uno de los seis pagadores estaba ahora en una situación mejor que antes. Y los primeros cuatros bebedores seguirían bebiendo gratis, y un quinto también. Pero, una vez fuera del bar, comenzaron a comparar lo que estaban ahorrando. "Yo sólo recibí un peso de los $20 ahorrados," dijo el 6º hombre. Señaló al 10º bebedor y dijo: "¡Pero él recibió $10!" "Sí, es correcto", dijo el 5º hombre. "Yo también sólo ahorré $1. Es injusto que él reciba diez veces más que yo." .


"¡¡Verdad!!", exclamó el 7º hombre. "¿Por qué recibe él $10 de rebaja cuando yo recibo nada más que $2? ¡Los ricos siempre reciben los mayores beneficios!" "¡Un momento!", gritaron los cuatro primeros al mismo tiempo. "Nosotros no hemos recibido nada de nada. ¡El sistema explota a los pobres!" ¡Los nueve hombres rodearon al 10º y lo increparon! La noche siguiente el 10º hombre no acudió a beber, de modo que los nueve se sentaron y bebieron sus cervezas sin él. Pero a la hora de pagar la cuenta descubrieron algo inquietante: Entre todos ellos no juntaban el dinero para pagar ni siquiera LA MITAD de la cuenta. Y así es, amigos y amigas, periodistas y profesores universitarios, gremialistas y asalariados, profesionales y gente de la calle, la manera en que funciona el sistema de impuestos. .. 12


La gente que paga los impuestos más altos son los que se benefician más de una reducción de impuestos. Pónganles impuestos muy altos, atáquenlos por ser ricos, y lo más probable es que no aparezcan nunca más (¿les suena U$S 250.000.000.000 en el exterior? o mucho más). De hecho, es casi seguro que comenzarán a beber en algún bar en el extranjero, donde la atmósfera sea algo más amigable. Moraleja: "El problema con el populismo-fascismo-socialismo es que termina quedándose sin el dinero de la gente que más produce." Para quienes comprenden esto, no es necesaria una explicación. Para quienes no lo comprendieron, no hay otra explicación posible. Lo interesante sería que esto lo lean los 4 primeros bebedores, pero tal vez no sepan leer, porque se pasaron toda la vida tomando cerveza gratis..


Es un escrito anรณnimo circula en la red y fue modificado por el autor. Pero es una brillante explicaciรณn de la mentalidad de una buena parte de los argentinos y fundamentalmente representa el verdadero concepto de los populistasfascistas-socialistas.

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Actualidad Shutdown y vigilancia panóptica en tiempos de pandemia Por Serena Bentancur Fabiano. 18 años

"Se empieza por la idea que el Estado debe dirigir todo; que es mejor que haya una corporación que dirija las cosas, y no que todo quede abandonado al caos, o a circunstancias individuales; y se llega al Nazismo o al comunismo, claro” Jorge Luis Borges La abrupta e inesperada pandemia del Covid-19 a nivel mundial, logro mover los cimientos del mundo ya establecidos. La rivalidad entre sistemas políticos comenzó a mostrarse de manera cada vez más contundente, generando grandes incógnitas y un sinfín de análisis sobre las medidas aplicadas por los sistemas capitalistas y socialistas con el fin de detener el avancé del coronavirus sobre sus territorios y población. 16


El concepto de shutdown (cierre de fronteras y cuarentenas) comenzó a propagarse en occidente, induciendo al desconcierto de las masas de población. El detenimiento de los estados, junto a sus economías comenzó a ser progresivamente notorio con sus nefastas consecuencias. La vigilancia panóptica dejó de ser solo concepto, para ser una realidad dominante principalmente en estados orientales y comunistas. Por culpa de estas medidas la libertad de las personas fue acribillada, y los estados la tomaron en sus manos en mayor o menor medida. Países tales como Taiwán, Hong Kong, Singapur, Corea del Sur o Japón supieron controlar el avance del virus con relativa rapidez mediante la vigilancia de cada individuo por medio de la tecnología. Cada país de occidente ha impuesto un shutdown (cierre de fronteras y cuarentenas) con distintas modalidades. Las hay laxas y basadas en la responsabilidad social, hasta las


que imponen toques de queda y Estados de Sitio. El objetivo en cada país es distintito y bien marcado. Algunos han privilegiado la salud pública y otros el mercado, ante todo. La mayoría de países de Europa apostó a la salud pública mientras que Suecia al mercado. En américa ha habido variantes, EEUU al mercado junto a Brasil, México y Uruguay y otros países como Argentina a preservar la salud. Mientras tanto “Asia” se ha caracterizado por ser el continente donde primo el uso de la tecnología para el control de la pandemia. Si bien en occidente hay aplicaciones para colaborar con el Shutdown lejos están de aplicar la tecnología oriental para controlar a los individuos y encontrar posibles afectados Cada país defiende sus métodos de control de una Pandemia Viral y de información donde es difícil sacar la paja del trigo y encontrar verdades absolutas. Lo que queda claro es que se impuso la idea en forma mayoritaria en muchos países del mundo sin mirar la ideología, que la lucha 18


contra la pandemia indica actuar poniendo el foco en la persona, el individuo y esto afectó las libertades individuales. Una sociedad liberal se compone de individuos con libertad de acción POR LO QUE NO ES ACEPTABLE la intervención estatal, ni el shutdown ni la vigilancia por medios tecnológicos. La sola protección de datos impide la vigilancia a pequeña escala de las personas, por eso occidente sin muchas herramientas optó por el shutdown, adaptándolo a sus sistemas políticos e ideológicos, cuanto más liberal es el país que debe luchar contra el coronavirus más flexible es el cierre o shutdown. A mayor severidad del cierre mayores son las consecuencias económicas masivas y perjudiciales que pasado el shutdown deberán enfrentar los países. Mientras tanto los rigurosos y cautelosos procedimientos asiáticos recuerdan a aquellas medidas disciplinarias adoptadas en la Europa del siglo XVII para combatir la epidemia de la peste. Las casas se cerraban por


fuera y las llaves se entregaban a las autoridades. Se condenaba a muerte a quienes violaban la cuarentena. Se exigió obediencia incondicional y se vigilaba cada casa en forma individual. Cualquiera que se moviera ponía en riesgo su vida, ya que las autoridades lo podían matar. Foucault la describió como la sociedad disciplinaria. Se podría decir que la Europa de los siglos XVII y XVIII es la China actual. Las cárceles son lugares donde se hacen experimentos sociales. No todos son represivos pero la gran mayoría sí. Cuando una técnica de represión es aceptada bien por los reclusos y se los consigue someter, esto sirve para la gran masa de población, que es por lo general más dócil y obediente que la carcelaria. Hace ya algunas décadas que la video vigilancia se emplea en cárceles, y sólo hace pocos años está pasando al mundo civil, a las calles por las que todos caminamos en apariencia libremente. Ahora que su eficacia para el control de los reclusos ya está demostrada se impuso en las calles. Se aplican así a las personas libres, para controlarla y coaccionarlas esto vulnera totalmente los principios liberales de libertad, sin embargo, 20


en mayor o menor medida en todo el globo se está utilizando. "Hoy la alta tecnología para controlar reclusos ha sido el mejor método que encontró oriente para avanzar en el control de la población con la excusa de detener la pandemia, sin negar que el uso de la tecnología no provoca daños graves en la economía como el shutdown más estricto y detiene rápido el avance de la enfermedad.". En el origen de la video vigilancia moderna tenemos a Jeremy Bentham, filósofo, y el panóptico, del latín (pan-, todo; -óptico, visión), es un modelo de cárcel ideado por él. Bentham es sin lugar a dudas el padre de la vigilancia social moderna. El panóptico de Bentham es en realidad una cárcel en la cual todo se puede vigilar desde un único punto, con la ventaja añadida de que puede hacerse sin ser visto. El vigilante en esta cárcel se sitúa en el centro del edificio y tiene acceso visual a todas las celdas, pero no puede ser visto ni oído. Los reclusos no saben en ningún momento


cuándo están siendo vigilados, cuántos vigilantes hay y tampoco puede averiguarlo. Mientras occidente debate sus distintos shutdown y cómo afectan a la libertad individual y a la economía, China ha creado una sociedad disciplinaria digital con un sistema de crédito social que permite una vigilancia biopolítica y un control sin fisuras de la población. Ni un solo momento de la vida cotidiana escapa a la observación. Se monitorea cada actividad en las redes sociales. Se utilizan 200 millones de cámaras de vigilancia con reconocimiento facial. Quien cruza un semáforo en rojo, tiene contacto con personas opositoras al régimen o publica comentarios críticos en las redes sociales vive en peligro. Quienes, en cambio, compran comida sana o leen los periódicos oficialistas, son recompensados con créditos baratos, seguros de salud o visas de viaje. En China esta vigilancia total es posible porque no existe restricción alguna al intercambio de datos entre los proveedores de internet y de telefonía móvil y las autoridades. El Estado sabe dónde estoy, con quién me 22


encuentro, qué estoy haciendo en este momento, qué ando buscando, en qué pienso, qué compro, qué cómo… El Estado mediante la vigilancia digital total de la población está demostrando ser por demás eficaz contra el virus. Cualquiera que salga de la estación de trenes de Beijing es capturado por una cámara que mide su temperatura corporal. Si tiene temperatura alta, se informa por teléfono móvil a todas las personas que iban en el mismo vagón. El sistema lo sabe todo, quién, cuándo y dónde iba sentado en el tren. Y las personas potencialmente infectadas se detectan usando solo datos tecnológicos. Las redes sociales informan sobre el uso de drones para vigilar al ciudadano en la cuarentena. Si una persona abandona clandestinamente su cuarentena, el dron vuela hacia ella y la insta a volver a casa. Incluso puede que el dron imprima una multa en el momento y la deje caer sobre su cabeza. El control con Drones es un control inhumano, son garitas de vigilancia surcando los cielos. El control de la ciudadanía con la excusa de la pandemia se está digitalizando a gran


escala principalmente en Asia. No sólo la combaten virólogos y epidemiólogos sino también ingenieros informáticos y especialistas en big data. En la lucha contra el virus, el individuo es vigilado individualmente por una aplicación que le asigna a cada persona un código QR que indica con colores su estado de salud. Todo esto es impensable en el mundo liberal. Otros países asiáticos además de China también implementan la vigilancia individual para detectar personas potencialmente infectadas mediante los más diversos cruces de datos. Corea del Sur consideró incluso la posibilidad de obligar a las personas que entraban en cuarentena a llevar un brazalete digital que permitiera controlarlas las 24 horas del día. Hasta ahora ese método de vigilancia estaba reservado para quienes habían cometido delitos sexuales. De modo que, frente a la pandemia, cada individuo es tratado como un criminal en potencia, idea que resulta repugnante a la luz del liberalismo. El modelo asiático para combatir el virus no es compatible con el liberalismo occidental. 24


La pandemia pone en evidencia la diferencia cultural entre Asia y Europa. En Asia sigue imperando una sociedad disciplinaria, un colectivismo con fuerte tendencia al disciplinamiento. No se las percibe como restricción de los derechos individuales sino como cumplimiento de deberes colectivos. Países como China y Singapur tienen un régimen autocrático. Hasta hace pocas décadas también en Corea del Sur y Taiwán prevalecían condiciones autocráticas. Los regímenes autoritarios hacen de las personas sujetos disciplinarios, las educan para la obediencia por lo que los torna aptos para aceptar estas medidas de control tecnológico. El individuo esta disuelto en lo colectivo. Donde se hace prevalecer el bien del todo por sobre el bien individual. Asia está marcada por el confucianismo, que dicta la obediencia incondicional a la autoridad. La sociedad disciplinaria asiática puede terminar imponiéndose a escala global a la luz de la pandemia representando una amenaza para el liberalismo occidental por lo cual requiere nuestra mayor atención para que esto no pase.


No puede en ningún caso aceptarse este tipo de control apelando a que ayuda a detener la diseminación de una enfermedad sin afectar en mayor medida la economía. La vida sin libertad no tiene sentido, la libertad es el bien supremo de la vida. Se está produciendo un cambio de paradigma en el control de la pandemia y Occidente se resiste a perder su libertad ante el control Panóptico, pero los rebrotes en China y otros lugares hacen temer que se termine imponiendo este tipo de método en occidente también, ya que no se puede vivir en cuarentenas eternas. La gente vota con el bolsillo, el bolsillo maneja la política en tiempos normales y más aún después de la pandemia las personas de los distintos países van a mirar las terribles pandemias económicas que dejaron los más rudos shutdown y no los muertos por más terrible que parezca, ya que la pobreza traerá más muertos. A medida que los más largos y extremos shutdown cada día adicional cuestan proporcionalmente más pesos y salvan menos vidas, en algún momento su costo excederá el 26


valor de una vida, dando por concluido el fin para el cual fueron establecidos. La política mundial de occidente ha tenido serios problemas para aplicar el principio de racionalidad. El dilema del tranvía, es un experimento mental, donde una formación corre fuera de control. En su camino se hallan 6 personas atadas a la vía. Por suerte, es posible accionar un botón que desvía al tranvía por una diferente, en la que "solo" hay una persona atada. ¿Debe el político pulsar el botón? La elección es simple: una vida por seis vidas. ¡Hay que apretar el botón! En los laboratorios los voluntarios prefieren mayoritariamente no matar por mano propia y dejar que el tranvía lo haga por la suya. La mayoría de los presidentes que tuvieron que elegir si tenían “shutdown con responsabilidad social” aumentando ("por mano propia") el conteo inmediato de muertes por contagio a cambio de salvar potencialmente muchas vidas a lo largo del


tiempo evitando un cataclismo económico prefirieron un shutdown duro y extenso. Se comportaron como los voluntarios de laboratorio y no aplicaron el principio de racionalidad de la gestión pública. El problema que enfrentaron es moral, es decir, no tiene solución universal. En realidad, no es un problema, es un dilema. Los problemas tienen una solución, pero los dilemas tienen opciones. De las dos más elegidas en el mundo ninguna es satisfactoria. El mundo liberal debe pensar soluciones para afrontar nuevas pandemias que no sean ni el shutdown ni la vigilancia panóptica. La vigilancia panóptica no es un fenómeno exclusivamente asiático. Ya estamos viviendo en una panóptica digital y global. Las redes sociales también se parecen cada vez más a un “Gran Hermano” que vigila y explota sin piedad a los usuarios. La gran diferencia del panóptico asiático es que aquí nos exponemos por propia voluntad. No entregamos nuestros datos por la fuerza sino por una necesidad interior de pertenecer y 28


formar parte y también por ahora podemos irnos cuando queremos. El capitalismo en su conjunto se está transformando en un capitalismo de vigilancia para usos comerciales. Plataformas como Google, Facebook o Amazon nos vigilan y manipulan, con el propósito de maximizar sus ganancias. Se registra y analiza cada clic. Somos dirigidos como marionetas por hilos algorítmicos. El Big Data parece saber todo lo que hacemos y necesitamos, el marketing nos manipula, pero siempre hay un hilo de libertad, aunque muy fino que nos permite decidir si comprar o no. El Liberalismo está siendo puesto en jaque por sus propios avances tecnológicos. La pandemia puede llevarnos hacia un régimen de vigilancia biopolítica. ¿La tecnología usada para controlarnos con fines comerciales, pasará a ser usada para controlarnos políticamente? ¿Seremos una sociedad disciplinaria biopolítica, que vigile permanentemente hasta nuestro estado de salud? ¿Perderemos absolutamente nuestra intimidad? ¿El Coronavirus aceleró a pasos


agigantados el transhumanismo y este nos traerá beneficios sin perder nuestra libertad? ¿Occidente abandonara sus principios liberales? ¿Corremos el riesgo de volvernos una sociedad de cuarentena biopolítica que restrinja de manera permanente nuestra libertad? ¿Estamos dispuestos a aceptar esto? Deseo fervientemente que la respuesta a todas esas preguntas sea que jamás occidente renunciará a su libertad y luchará aguerridamente contra que se imponga la vigilancia panóptica en nuestras vidas. El autor es miembro de la Fundación LibreMente

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Los Epidemiólogos: Por Horacio Rivara De pequeños eran los que hacían muy prolija la tarea escolar, con la punta de la lengua entre los dientes. La entregaban primero ante la mirada atónita del resto de los compañeritos. Si alguno se copiaba, ellos lo delataban. Claro que eso no los volvía populares, los compañeritos se vengaban fajándolos a diario y quitándoles el almuerzo. La adolescencia no fue mejor, envidiaban a los populares y estos los ignoraban. Las chicas lindas solo les hablaban para que ellos les hagan sus tareas, y luego miraban a otro lado si se los cruzaban por la calle. Sin ser sabios o realmente inteligentes, entraron a Medicina por puro esfuerzo de estudio y memorización. Allí muchos cerebritos se redimieron, pero ellos no.


En vez de elegir especialidades emocionantes, como el cirujano que opera ante la mirada arrobada de las adorables enfermeras e instrumentistas, o como el clínico o dermatólogo que acumula conquistas de bellas señoras en el consultorio, eligieron la muerte social: Epidemiología. Una existencia gris, mirando la vida por un microscopio, disfrutando su poder de Dios sobre unas pobres larvas o microbios. -¿Qué lástima que no seas médico como House, o como el Dr. Drobrinin, que curó la sarna de la tía Pirucha, le dice la mamá. - ¡Soy médico, mamá! - Si mi cielo, pero digo médico de verdad. Y de repente, pum, la vida les da la oportunidad que nunca soñaron, el aparato de miedo y propaganda mundial anuncia una terrible Fraudemia. No son genios, pero saben lo suficiente para desmontar la mentira, pues es simplemente una gripe, incluso con menor 32


mortalidad, pero con excelente marketing político y mediático. Y aquí se dan cuenta que tienen ahora el poder de encarcelar a toda la población, ni Stalin soñó tener tanto. El poder de asustar y fundir a millones. Que todo el mundo los escuche con terror. Por primera vez en la vida sienten el embriagante poder. Así como Hitler galardonaba a sus arquitectos, a sus diseñadores de armas, a sus generales exitosos, el populista totalitario siglo XXI ama a su epidemiólogo. Sueñan juntos destruir el mundo y construir uno nuevo, de sumisos acobardados, con sus vidas reguladas. Disfrutan de la atención total de los atemorizados esclavos, mientras deciden qué hacer con la vida de millones. El epidemiólogo saborea la venganza de una vida, su sueldo actual y el nuevo atemorizado respeto.


Pero en el fondo de su mente un temor mal reprimido se abre camino. Pues sabe que Mariscales de Hitler gozaron un buen tiempo de las mieses de la victoria, pero la derrota final los llevó a que el destino los alcance mientras colgaban de una soga alrededor del cuello, una madrugada, en el patio de gimnasia del penal de Nüremberg. Y sospecha que el engaño caerá, y su destino es ese. Aunque no tan literal pero tal vez más doloroso como ser una existencia futura en el desprecio de muchos.

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Historias Egoísmo racional: el camino a una sociedad benevolente Por María Marty Panam Post Cuando la novelista y filósofa rusaamericana Ayn Rand publicó su libro “La Virtud del Egoísmo” (The Virtue of Selfishness), su título generó una serie de reacciones poco favorables. Hasta el día de hoy, cuando recomiendo el libro, varias personas me preguntan ¿Qué puedo esperar de una autora que pone al egoísmo como una virtud? “Eso no es nada,” – les respondo – “ella pone al egoísmo como base de su ética.”


El punto importante a aclarar acá es que el egoísmo al que Rand se refiere, difiere radicalmente de la errada concepción que la mayoría tiene sobre el término, quienes no identifican al egoísta como quien se ocupa y actúa de acuerdo a su propio interés, sino como aquel capaz de arremeter contra todo y todos con tal de obtener lo que desea. Actualmente, hay una fuerte tendencia a separar a las personas según una falsa alternativa ética: los dadores / altruistas frente a los tomadores / depredadores / “egoístas”. O eres de los que ponen a los demás por delante de ti mismo (no importa quiénes sean esos otros), o eres de los que harían cualquier cosa con tal de lograr lo que deseas. El dador altruista es el niño que comparte sus más preciados juguetes con quien ni siquiera aprecia cuando internamente desearía no hacerlo. El depredador egoísta es el niño prepotente que arranca de las manos los juguetes ajenos, guiado por sus deseos, sus caprichos o el placer de ejercer su poder.

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Frente a esta falsa alternativa, los padres parecen tener solo dos caminos al educar a sus hijos. Así es que vemos como algunos padres se esfuerzan por matar el virus egoísta de sus hijos desde que son muy pequeños, haciéndoles sentir que pensar en sí mismos, buscar su propio beneficio, tener sentido de la propiedad, sentir orgullo, son la parte mala a la que deben renunciar. Un claro ejemplo de esta actitud la presenció una amiga durante una misa, cuando vio a su vecina presionar a su propia hija para que donará su muñeca más adorada. Sigue sin poder olvidar la cara de angustia de esa niña obligada a ofrecer en sacrificio lo que para ella era un gran valor, por el deber de encajar en el estándar ético que su madre le había impuesto. Posiblemente aprendió que ser una “buena niña” significaba subordinar sus propios deseos a los deseos y necesidades ajenas. También vemos a los padres que prefieren ver a sus hijos dentro del bando de


los que se llevan el mundo por delante y nada los detiene. Padres que enseñan a sus hijos a ser lobos por miedo a que se transformen en ovejas, que los empujan a lograr lo que se proponen no importa cómo o a costa de quién. El ejemplo lo presencié yo misma en un partido de fútbol de adolescentes. Uno de los padres que observaba el juego desde fuera de la cancha, le grita a su hijo – quien marcaba a un rival en dominio de la pelota – : “Partile las piernas al medio de una patada y sacale la pelota!” Para ellos, el fin justifica los medios. En una sociedad donde solo existen estas dos alternativas, las relaciones de las partes serán un juego de suma cero. Si quieres ser bueno, debes estar dispuesto a relegarte y renunciar a tus deseos. Si quieres obtener lo que te propones, entonces debes estar dispuesto a atropellar a los demás. Víctimas y victimarios. Buenos y malos. Altruistas y depredadores. Pero en ninguno de los dos casos, las personas logran sentirse 38


plenas, íntegras, respetuosas de sí mismas y de los demás al mismo tiempo, y capaces de generar relaciones de mutuo beneficio. El otro problema de esta falsa alternativa, es que logra que las personas terminen juzgando las acciones humanas no por su consecuencia objetiva en la realidad ni tampoco por las virtudes y habilidades que las mismas demandan de su autor, sino por quiénes son sus beneficiarios directos. Y así tendremos a aquellos que creen que solo una acción es buena cuando los beneficiarios son los otros, y aquellos que creen que una acción es buena por el simple hecho de ser uno mismo el beneficiario. Ninguna de las posiciones pone el foco en la naturaleza de la acción. Si un hombre muere al intentar salvar imprudentemente a un completo desconocido, los altruistas aplaudirán en su entierro. Si un empresario obtiene un privilegio porque ofreció dinero al político de turno, los depredadores lo aplaudirán en su celebración.


Si un hombre decide gastar parte de su fortuna ganada honradamente en dos mansiones y un yate, los altruistas criticarán su codicia. Si un hombre íntegro se niega a hacer un negocio millonario pero sucio, los depredadores lo tildarán de estúpido. Pero existe una tercera opción que es la que Rand propone en su libro: el egoísmo racional. El egoísta racional tiene a la propia felicidad como objetivo fundamental de su vida, pero la encuentra en valores objetivamente buenos, aceptando la realidad como árbitro, la razón como juez, y los derechos ajenos a la vida, a la libertad y a la propiedad como límite intransigible. La ética del egoísmo racional está basada en el hecho de que el hombre es un ser individual, con su propio cuerpo y su propia mente, con sus propias habilidades, sus deseos y sus sueños.

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Con derecho a vivir para sí mismo y llevar a cabo las acciones que le permita conservar sus valores. El egoísta racional considera que tiene derecho a vivir por sí mismo y no está dispuesto a convertirse en un animal de sacrificio para satisfacer los deseos ajenos, ni espera convertirse en el verdugo de sus hermanos pidiéndoles a ellos que se sacrifiquen por él. El egoísta racional es el niño que conserva sus propios juguetes cuando lo desea y también los comparte cuando y con quien desea. No considera que cualquier niño caprichoso merece su generosidad, sino solo aquellos que él valora y respeta. Cuando un niño egoísta racional comparte un juguete, no siente su generosidad como un sacrificio en el que pierde (como la niña obligada a entregar su muñeca preferida), sino como un placer en el que se ve recompensado con un valor mayor al que entrega.


Sigue su propio interés y no su propia inmolación. Estos niños se transformaran, con suerte, en adultos egoístas racionales, que no estarán dispuestos a ser sacrificados ni por depredadores individuales ni grupales, y que tampoco estarán interesados en sacrificar a nadie para lograr su propio beneficio. Hasta ahora, la falsa alternativa dador/depredador con la que hemos venido lidiando no ha hecho otra cosa que generar grietas dentro de la sociedad, entre aquellos ya cansados de vivir para los demás por deber, y aquellos ya demasiado cómodos viviendo a costa de los primeros y con pocas intenciones de renunciar a sus privilegios. ------------------------------------------------Maria Marty es argentina, licenciada en Comunicación Social y columnista. Es Directora Ejecutiva de la Fundación para la Responsabilidad Intelectual (FRI), una organización que promueve la filosofía de la libertad.

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Conceptos Sobre la Libertad (On Liberty). Por José María Arriola John Stuart Mill comienza su reflexión sobre la libertad diciendo que su objeto de estudio no es el “libre albedrío” sino la libertad social o civil y la naturaleza y los límites del poder que puede ser legítimamente ejercido por la sociedad sobre el individuo” Luego continua diciendo que el objetivo de su ensayo es el de proclamar un principio muy sencillo encaminado a regir de modo absoluto la conducta de la sociedad en relación con el individuo, en todo aquello que sea obligación o control, bien se aplique la fuerza física, en forma de penas legales, o la coacción moral de la opinión pública. Tal principio es el siguiente: (lo llama principio del daño) “El único objeto, que autoriza a los hombres, individual o colectivamente, a turbar la libertad de acción de cualquiera de sus semejantes, es la propia defensa; la única razón legítima para usar la fuerza contra un


miembro de una comunidad civilizada es la de impedirle perjudicar a otros; pero el bien de este individuo, sea físico, sea moral, no es razón suficiente” Mill afirma que la sociedad no puede obligar a un individuo a hacer aquello que esta considera beneficioso para él, si se hace en contra de su voluntad. La conducta individual solo se debe ver restringida cuando esta afecta a los demás, pero no a sí mismo. Dice Mill: “La única parte de la conducta de cada uno por la que él es responsable ante la sociedad es la que se refiera a los demás. En la parte que concierne meramente a él, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano” Según Mill, la lucha entre la libertad y la autoridad es el rasgo más saliente de las épocas históricas. En tiempos antiguos, la disputa se producía entre los individuos, o determinadas clases de individuos, y el gobierno. Se entendía por libertad la protección contra la tiranía de los gobernantes políticos. 44


La libertad ha significado siempre la imposición de límites al poder. Para limitar el poder, Mill propone dos caminos: Reconocimiento de libertades políticas. Derechos de los ciudadanos (El reconocimiento de ciertas inmunidades) Establecimiento constitucionales: democrática.

de controles representatividad

Mill dice que la libertad corre peligro cuando: El pueblo que ejerce el poder no es el mismo pueblo sobre el que se ejerce ese poder. La mayoría oprime a la minoría. A esta forma la llama “la tiranía de la mayoría” y dice que es más peligrosa aún que la primera. Cuando la sociedad es el tirano sus medios de tiranizar no se reducen a los actos que ordena a sus funcionarios políticos. La sociedad puede ejercer entonces una tiranía social mucho más formidable que la opresión legal: pues, si bien esta tiranía no tiene a su


servicio tan fuertes sanciones, deja, en cambio, menos medios de evasión; pues llega a penetrar mucho en los detalles de la vida e incluso llega a encadenar el alma. La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien a nuestra propia manera, en tanto que no intentemos privar de sus bienes a otros, o frenar sus esfuerzos para obtenerla. Cada cual es el mejor guardián de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La especie humana ganará más en dejar a cada uno que viva como le guste más, que en obligarle a vivir como guste al resto de sus semejantes. Hay una esfera de acción en la que la sociedad, como distinta al individuo, no tiene más que un interés indirecto, si es que tiene alguno. Nos referimos a esa porción de la conducta y de la vida de una persona que no afecta más que a esa persona, y que si afecta igualmente a otras, lo hace con su previo consentimiento y con una participación libre, voluntaria y perfectamente clara.

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Mill reconoce 3 tipos de libertades básicas: El dominio interno de la conciencia: La libertad de conciencia en el sentido más amplio de la palabra, la libertad de pensar y de sentir, la libertad absoluta de opiniones y de sentimientos, sobre cualquier asunto práctico, especulativo, científico, moral o teológico. La libertad de expresar y de publicar las opiniones puede parecer sometida a un principio diferente, ya que pertenece a aquella parte de la conducta de un individuo que se refiere a sus semejantes; pero como es de casi tanta importancia como la libertad de pensamiento y reposa en gran parte sobre las mismas razones, estas dos libertades son inseparables en la práctica. La libertad de gustos y de inclinaciones, la libertad de organizar nuestra vida siguiendo nuestro modo de ser, de hacer lo que nos plazca, sujetos a las consecuencias de nuestros actos. La libertad de asociación entre los individuos; la libertad de unirse para la


consecución de un fin cualquiera, siempre que sea inofensivo para los demás y con tal que las personas asociadas sean mayores de edad y no se encuentren coaccionadas ni engañadas. La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien a nuestra propia manera, en tanto que no intentemos privar de sus bienes a otros, o frenar sus esfuerzos para obtenerla. Mill distingue entre tres tipos de ideas o creencias y explica porque no deben ser eliminadas o silenciadas: Falsas: si cualquier opinión se ve obligada a guardar silencio, esa opinión puede, por lo que ciertamente podemos saber, ser cierta. Negar esto es asumir nuestra propia infalibilidad. Parcialmente verdaderas: aunque la opinión silenciada sea un error, puede contener, y muy comúnmente lo hace, una parte de verdad; y dado que la opinión general o prevaleciente sobre cualquier tema rara vez o casi nunca es la verdad completa, es solo por la colisión de opiniones adversas que el resto 48


de la verdad tiene alguna posibilidad de ser conseguida. Verdaderas: si la opinión recibida no solo es verdadera, sino toda la verdad; a menos que se considere que es, y de hecho es, impugnada enérgicamente y con seriedad, la mayoría de los que la reciben la considerará un prejuicio, con poca comprensión o sentimiento de sus fundamentos racionales. Mill nos dice que es deseable que, en los asuntos que no conciernen primariamente a los demás, sea afirmada la individualidad. Donde la regla de conducta no es el carácter personal, sino las tradiciones o las costumbres de otros, allí faltará completamente uno de los principales ingredientes del bienestar humano y el ingrediente más importante, sin duda, del progreso individual y social. El hombre que permite al mundo, o al menos a su mundo, elegir por él su plan de vida, no tiene más necesidad que de la facultad de imitación de los simios. Pero aquel que lo escoge por sí mismo pone en juego todas sus facultades. Debe emplear la observación para ver, el raciocinio y el juicio para prever, la


actividad para reunir los materiales de la decisión, el discernimiento para decidir, y, una vez que haya decidido, la firmeza y el dominio de sí mismo para mantenerse en su ya deliberada decisión. Mill se realiza las siguientes preguntas: ¿Dónde está, pues, el justo límite de la soberanía del individuo sobre sí mismo? ¿Dónde comienza la autoridad de la sociedad? ¿Qué parte de la vida humana debe ser atribuida a la individualidad y qué parte a la sociedad? Cada una de ellas recibirá su debida parte, si posee la que le interesa de un modo más particular. La individualidad debe gobernar aquella parte de la vida que interesa principalmente al individuo, y la sociedad esa otra parte que interesa principalmente a la sociedad. Aunque la sociedad no esté fundada sobre un contrato, y aunque de nadasirva inventar un contrato para deducir de él las 50


obligaciones sociales, sin embargo, todos aquellos que reciben la protección de la sociedad le deben algo por este beneficio. El simple hecho de vivir en sociedad impone a cada uno una cierta línea de conducta hacia los demás. Esta conducta consiste, primero, en no perjudicar los intereses de los demás, o más bien, ciertos intereses que, sea por una disposición legal expresa, sea por un acuerdo tácito, deben ser considerados como derechos; segundo, en tomar cada uno su parte (que debe fijarse según principio equitativo) de los trabajos y los sacrificios necesarios para defender a la sociedad o a sus miembros de cualquier daño o vejación. La sociedad tiene el derecho absoluto de imponer estas obligaciones a los que querrían prescindir de ellas. Y esto no es todo lo que la sociedad puede hacer. Los actos de un individuo pueden ser perjudiciales a los demás, o no tomar en consideración suficiente su bienestar, sin llegar hasta la violación de sus derechos constituidos.


El culpable puede entonces ser castigado por la opinión con toda justicia, aunque no lo sea por la ley. Desde el momento en que la conducta de una persona es perjudicial a los intereses de otra, la sociedad tiene el derecho de juzgarla, y la pregunta sobre si esta intervención favorecerá o no el bienestar general se convierte en tema de discusión. Pero no hay ocasión de discutir este problema cuando la conducta de una persona no afecta más que a sus propios intereses, o a los delos demás en cuanto que ellos lo quieren (siempre que se trate de personas de edad madura y dotadas de una inteligencia común). En tales casos debería existir libertad completa, legal o social, de ejecutar una acción y de afrontar las consecuencias. Termina su ensayo reafirmando las dos máximas que guiaron su trabajo y dando aplicaciones que pueden esclarecer dichos principios.

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Primero: el individuo no debe dar cuenta de sus actos a la sociedad, si no interfieren para nada los intereses de ninguna otra persona más que la suya. Segundo: de los actos perjudiciales a los intereses de los demás, el individuo es responsable y puede ser sometido a castigos legales o sociales, si la sociedad los juzga necesarios para protegerse. Aplicaciones: Economía: Mill primero aplica estos principios a la economía. Concluye que los mercados libres son preferibles a los controlados por los gobiernos. Si bien puede parecer, porque «el comercio es un acto social», que el gobierno debería intervenir en la economía, Mill sostiene que las economías funcionan mejor cuando se las deja a su suerte. Por lo tanto, la intervención del gobierno, aunque teóricamente permisible, sería contraproducente. Ataca las economías consideradas "despóticas". Cree que si el gobierno manejara la economía, entonces todas las personas aspirarían a ser parte de una burocracia sin


incentivos para promover los intereses de nadie más que de sí misma. Prevenir el daño: Mill investiga de qué manera una persona puede tratar de evitar daños. Primero admite que una persona no debe esperar a que ocurra una lesión, sino que debe tratar de prevenirla. Luego afirma que los agentes deben considerar si lo que puede causar daño puede causar daño exclusivamente. Da el ejemplo de vender veneno. El veneno puede causar daño. Sin embargo, señala que el veneno también se puede usar para bien. Por lo tanto, la venta de veneno es permisible. Sin embargo, debido al riesgo que conlleva la venta de veneno o productos similares (por ejemplo, alcohol, tabaco), no ve peligro para la libertad de requerir etiquetas de advertencia en el producto. Con respecto a los impuestos para disuadir a los agentes de comprar productos peligrosos, hace una distinción. Afirma que gravar únicamente para disuadir las compras es inadmisible porque prohibir las acciones personales es inadmisible y «el aumento de los 54


costos es una prohibición para aquellos cuyos medios no alcanzan el precio aumentado». Sin embargo, ya que un gobierno debe gravar hasta cierto punto para sobrevivir, puede elegir tomar sus impuestos de lo que considere más peligroso. Repetir ofensas al público a través de la acción privada Mill amplía su principio de castigar las consecuencias más que la acción personal. Sostiene que a una persona que es empíricamente propensa a actuar de forma violenta (es decir, perjudicar a la sociedad) por la embriaguez (es decir, un acto personal) le debe estar restringida de forma exclusiva la bebida. Además, estipula que los infractores reincidentes deberían ser castigados más que los infractores por primera vez. Sobre el Vicio: es ambiguo en este tema, diciendo que hay argumentos de ambos lados, pero básicamente no se puede prohibir el vicio privado pero si la promoción del mismo como en el caso de los proxenetas o casa de juego.


Suicidio y divorcio: Mill afirma que la sociedad puede intervenir en el caso de que un individuo decida no tener más la libertad de decidir, o sea puede evitar un suicidio. En el caso del matrimonio y siendo este un contrato entre dos personas, la sociedad no puede oponerse a

la disolución de esa sociedad. Educación: Mill cree que la educación administrada por el gobierno es un mal porque destruiría la diversidad de opiniones para todas las personas a las que se les enseñaría el plan de estudios desarrollado por unos pocos. La versión menos maligna de la educación administrada por el estado es la que compite contra otras escuelas privadas. En contraste, Mill cree que los gobiernos deberían requerir y financiar la educación privada.

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El Capitalismo: Por Darío Mayor El Capitalismo, odiado por mucho y venerado por otros. El Capitalismo es un sistema socioeconómico basado en la propiedad privada de los medios de producción y el libre mercado.

Este sistema fue denigrado a través del tiempo de manera muy injustificada, pero antes de desarrollar los temas vamos a ver que es el libre mercado y que es la propiedad privada.

Propiedad privada: Son los derechos de las personas y empresas a obtener, poseer, controlar,


emplear, disponer y dejar en herencia, capital, cosas y otras formas de propiedad.

Libre mercado: En economía, un mercado es un conjunto de transacciones de procesos o intercambio de bienes o servicios entre individuos. Al referirse libre mercado es cuando el mercado está prácticamente no regulado ni intervenido por algún ente externo.

Bases del capitalismo Ya aclarado estos dos términos fundamentales del Capitalismo podemos ver

que practicante uno depende del otro y viceversa. El capitalismo como lo dice la palabra se basa en el capital (conjunto de recursos, bienes y valores disponibles para 58


satisfacer una necesidad o llevar a cabo una actividad definida) como medio de crecimiento económico. El Capitalismo entiende que el valor de intercambio de la cosas (precios) es subjetivo, que está en la mente de la gente, en cuanto la gente valora los bienes o servicios y son las cosas lo que le dan valor al trabajo y no al contrario como expresaba Marx entre otros. Cada persona cuando consume un bien o servicio le está dando una señal al mercado, esa es una señal que le indica al mercado donde reasignar los recursos (autoragulación). Como en el mercados hay una gran cantidad de personas mandando señales es imposible procesarlas para luego tomar decisiones políticas, ésta razón es la cual se debe dejar que el mercado funcione de la forma más libre posible. El Capitalismo al respetar la propiedad privada y el libre mercado no denigra las capacidades del individuo sino todo lo contrario pone la responsabilidad sobre él. El libre mercado le da la responsabilidad al individuo premiando al más eficiente.


Cuando un producto tiene un precio alto y la gente lo sigue demandando quiere decir que ese producto es más rentable que otros, por ende el mercado va a asignar recursos hacia ese producto y quitando recursos hacía otro menos rentable. En todo este proceso de reasignación de recursos en función de la oferta y la demanda, aparece una persona denominada empresario (otro término denigrado injustamente por ignorancia). El empresario busca oportunidades donde los costos tienen menor valor respecto a los precios finales para sacar tajada de eso. Ésta persona invierte (riesgo) para mejorar la producción en función a la demanda, si acierta gana y si no acierta quiebra o disminuye su capital. El empresario para mejorar su patrimonio no tiene más remedio que atender las necesidades de su prójimo arriesgando su propio capital. ¡Los empresarios, en el Capitalismo, son benefactores sociales!

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Lo que no es el liberalismo. Por Mariano A. Flores Ya hemos hablado sobre los principios liberales. Ahora a romper algunas falsas creencias populares sobre lo que es el liberalismo. La más común es la definición de neoliberalismo. Quienes profesan este concepto no solo no saben lo que es (Jamás pueden definirlo con certeza). Tampoco saben lo que es el liberalismo. Sin embargo, según ellos, parece ser una versión redoblada del liberalismo. Más mala aún que éste. El concepto de neo liberalismo fue acuñado por primera vez por Alexander Rustow en 1938. Como una posible tercera vía entre el liberalismo clásico y el socialismo. Cabe destacar que si bien los movimientos liberales post Segunda guerra mundial abogan por un notable retroceso del estado, esto no significa que sea una tercera vía, es simplemente la regresión desde las ideas socialistas (y nacional socialistas y


fascistas, primas hermanas del socialismo) en forma progresiva hasta volver a una doctrina Laissez Faire. Las ideas que predominaron en esa época son las ideas socialdemócratas, fundamentadas en la errónea teoría de John Maynard Keynes, que abogaba x un capitalismo donde el estado pudiese “contrarrestar los ciclos económicos generados por el libre mercado”. Es eso a lo que Rustow se refería y no al liberalismo clásico. De hecho, el liberalismo no vuelve a sus orígenes puesto que la teoría clásica expresaba la idea de valor-trabajo tomada luego por Karl Marx como base de su doctrina y avanza por medio de la teoría marginalista del valor subjetivo dando lugar a lo que se conoce como Economía Neoclásica. Se suele argumentar que el concepto de “neoliberal” fue utilizado por el economista neoclásico Milton Friedman en su libro “Neo liberalism and it´s prospects” Pero se refería a la teoría neo clásica y no a la socialdemocracia planteada por Rustow. 62


Otra idea muy generalizada es que el liberalismo es una doctrina en favor de las empresas y en detrimento de los consumidores que es el pueblo según los populistas, el proletariado o los trabajadores según los socialistas. La realidad es que la intervención del estado para brindar discrecionalmente privilegios y monopolios es propia del sistema mercantilista, que existía desde antes del liberalismo. De hecho, la teoría liberal clásica viene a oponerse a esta idea y no solo a la opresión monárquica (centro del mercantilismo) sino también a la explotación de quienes trabajaban. (Irónicamente los socialistas plantean al liberalismo como una doctrina de explotación). Lo más notable es que estos sistemas donde existen empresas privilegiadas son justamente los sistemas donde el estado tiene un poder que excede sus funciones naturales. Después de todo un empresario (o un loobista o prebendario, más específicamente)


no puede pedir a un gobierno un privilegio que este no pueda otorgarle. Es decir, El liberalismo es lo opuesto a lo que se le atribuye desde el socialismo. De hecho, defiende mejor los intereses de sus detractores, ya que exige que solo progrese aquella empresa que sirve satisfactoriamente a los consumidores. Son los sistemas socialistas y fascistas los que crean monopolios que empobrecen a la gente. Otra idea muy pero muy difundida es la de que el liberalismo promueve la desigualdad social o económica. Sin embargo, la historia nos demuestra que antes del liberalismo el 99% de la población mundial era extremadamente pobre. Solo los reyes y nobles Vivian relativamente bien. El liberalismo viene a acabar con esa concentración de recursos. Para poner a todos en el mismo estrato ante la ley, y permitir así que el 90% de la población mundial haya abandonado la pobreza en solo 200 años 64


luego de varios miles de años de un nivel igual. Es cierto que unos progresan más que otros. Pero es este, justamente, el incentivo para buscar el mayor progreso. La “competencia salvaje” de la que se habla no es más que el motor de todo el progreso de nuestra civilización. Hoy en día una persona pobre consume las mismas calorías que un rey en el siglo XIV, y tiene mejores condiciones de higiene. Vive más y más saludable que un rey de hace 200 años. Tiene el mismo acceso a la información que un rico. Nada ha cerrado más la brecha de la desigualdad que el liberalismo. También solemos leer que el liberalismo (o el capitalismo, nombre que le asigno Marx al sistema económico donde los recursos se distribuyen por un proceso de mercado) es un sistema sin corazón donde el dinero vale más que la naturaleza misma. Esto también es incorrecto. La base del sistema liberal no es el dinero (EL dinero existe por la ineficiencia práctica del sistema de


trueque, pro no significa que es este no exista el proceso de mercado) sino el intercambio de valores. Y el medioambiente puede ser más valorado que el dinero. De hecho, la materia prima es tan importante como el capital. Tenemos sobrados ejemplo de como el capitalismo es el único sistema que aporta soluciones ambientales como energía renovable cada vez más económica, la revolución digital reduciendo el uso de pulpa de celulosa de los árboles, la posibilidad de producir más comida para más gente en menos espacio. De hecho, la optimización en el uso de recursos como tierra y agua hace que se busque agotarlos menos. Así como también la re nutrición de los suelos utilizados para la agricultura. Como contraposición tenemos al sistema socialista donde al no utilizar eficientemente los recursos, secaron el 90% del mar de Aral (Durante la existencia de la 66


URSS) sin lograr generar alimentos para acabar con las vastas hambrunas que los azotaban. O la contaminación nuclear en Pripiat, Ucranía luego del accidente nuclear de la central nuclear de Chernobyl. O la gran contaminación aérea que se da bajo el régimen comunista chino. Bastan todos ejemplos para comprender que el liberalismo no es el demonio que sus opositores han planteado sino un sistema exitoso basado en el respeto de los derechos ajenos.


Humor La Jueza a la denunciante: — ¿Y cuándo se dio cuenta usted, señorita, de que había sido violada? — Cuando me rechazaron el cheque. ------------------------------------------------------------Entre dos asientos, uno vacío. Uno de los espectadores comenta: — ¡Increíble! ¿Quién puede tener un asiento para la final del Mundial y no usarlo? — Bueno, el asiento es mío y lo compré hace dos años para venir con mi esposa, pero ella falleció. — ¡Oh!, ¡disculpe! Pero... ¿no pudo encontrar a alguien que lo acompañará? ¿Un amigo?, ¿Un pariente?... — No. Están todos en el velorio. ------------------------------------------------------------68


En un país afectado por una guerra civil, Abdul al Kaizar hace tres goles en cada partido de fútbol de la liga local. Aprovechándose de la situación, un dirigente argentino de fútbol lo contrata por un precio muy conveniente. Abdul viaja, de inmediato se concentra por cuatro días con su nuevo equipo, debuta, hace tres goles y conquista a la hinchada. Contento, desde la concentración llama por teléfono a su esposa quien, sin dejarlo hablar, le dice: — Aquí todo está mal. Ayer mataron al abuelo y anoche una banda armada quiso entrar a casa. Antes de eso quisieron violar a nuestra hija y en la calle me robaron todo lo que tenía encima. ¡Y todo por tu culpa! — ¿Pero por qué es culpa mía? — ¿Y quién nos trajo a vivir al Gran Buenos Aires? -------------------------------------------------------------


Tres mujeres juegan al golf y una de ellas envía la bola hacia un bosquecito. Cuando va a buscarla en medio de los árboles, ve una rana atrapada en una trampa. La rana le dice: — Si me liberas, te concederé tres deseos... La mujer libera a la rana y ésta la dice: — Antes de comenzar, debes saber que, pidas lo que pidieres, lo concederé también a tu marido, pero multiplicado por 10. — De acuerdo. Mi primer deseo es convertirme en la mujer más bella del mundo. — Que así sea, pero has de saber que tu marido será tan resplandeciente como un Dios... y nadie tendrá ojos más que para él, aunque tú seas la mujer más bella del mundo. — No lo considero un problema, pues siendo así mi marido sólo podrá cortejar a la mujer más bella del mundo y esa seré yo, así que concédeme el deseo. Súbitamente, la mujer rejuvenece y se transforma hasta alcanzar la perfección en sus 70


rasgos. Al mismo tiempo, su marido se transforma en Adonis en su club de póker. — Mi segundo deseo es tener una fortuna que nunca llegue a gastar. — ¿Eres consciente de que tu esposo tendrá una fortuna mil veces superior a la tuya? — Por supuesto, pero como todo lo suyo es mío, yo no pierdo nada. La espléndida y bella golfista cambia su apariencia portando joyas en abundancia y vistiendo los más bellos y caros vestidos del modista más admirado del momento, a la vez que en su casa aparecen dólares por doquier. Simultáneamente, su marido se convierte en el hombre más elegante y rico del mundo. Finalmente, la mujer pide su último deseo: — Ahora desearía tener un levísimo ataque cardíaco. -------------------------------------------------------------


Un hombre entra a un negocio de cosas viejas en San Telmo (un barrio de Buenos Aires). Minutos después, descubre una estatua que representa a una rata, en su tamaño natural, tan bien hecha que parece de verdad. Pregunta entonces: — ¿Cuánto cuesta esta escultura de rata? — Cien dólares la estatua y dos mil cien dólares la historia que la acompaña. Puedo dejarle las dos cosas en dos mil dólares. — No, gracias. Sólo me interesa la rata. Completada la transacción, el comprador se va con su escultura de la rata debajo del brazo. Mientras camina, aparecen algunas ratas reales y comienzan a seguirlo. El número de ratas va creciendo a medida que el hombre camina. 72


Finalmente, el hombre se dirige al Riachuelo. Una vez allí, utiliza toda su fuerza en arrojar la escultura al Riachuelo. Entonces, todas las ratas que lo seguían se lanzan al agua y se ahogan. Cuando ya no queda ninguna en tierra, el hombre regresa al negocio de antigüedades, donde el dueño lo reconoce y le dice: — ¡Ah! Seguro que ha vuelto para comprar la historia. Recuerde que son dos mil cien dólares. — No, no. Quiero saber si tiene una escultura de Cristina Kirchner. -------------------------------------------------------------


Acertijo Resolución acertijo anterior. El mismo color que el auto de mi padre. ¿y cual es ese color? Pregunta el profesor. Ud. Dijo una sola pregunta contestó el alumno.

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Uni2 El Partido Te invitamos a que te sumes a esta propuesta. En el siguiente link podes ver toda la informaciรณn. https://unidosargentina.org/index.ht ml

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Uni2 Santa Fe Coordinación Comunicacional. Jose Brunello

Columnistas Maria Marty. José María Arriola Mariano A. Flores. Serena Bentancur Fabiano. Ana Laura Bertero. Darío Mayor Miguel A. Morra

Contacto Facebook: https://www.facebook.com/Uni2-ArgentinaSanta-Fe-109998170725956 Instagram: https://www.instagram.com/uni2santafe/


Archivo Nº 1 “Las sociedades que esperan su felicidad de la mano de sus gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la Naturaleza” Nº 2 “No hay asamblea que convierta en virtud lo que es delito” Nº 3 “Es un déspota todo aquel que cree que ser un opositor al gobiernos es ser un traidor a la patria”

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