El mapa de pendientes se elaboró a partir de imágenes de elevación con resolución 3 x 3 m. Con ayuda de las herramientas de Análisis 3D y Análisis Espacial, se calculó las pendientes para el área de estudio en unidades porcentuales.
Luego, se procedió a clasificar los valores en cinco tipos de pendientes, tal como se indica en la tabla 8. La clasificación seleccionada es la que mejor se adapta para representar las condiciones del área de interés, debido a que la topografía del terreno es muy irregular y con esta se visibiliza de una mejor manera en los mapas el relieve del terreno.
Pendiente Grados 0-8 8 - 16 16 - 27 27 - 45 > 45
Porcentaje 0 – 15 15 – 30 30 – 50 50 – 100 > 100
Clase Baja Moderada Fuerte Muy fuerte Extremadamente fuerte
Tabla 8 Clasificación utilizada para elaborar el mapa de pendientes. Fuente: Suárez Díaz, 1998
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Cobertura Vegetal
El tipo de vegetación, sobre todo de los taludes, es muy importante para determinar su estabilidad, ya que tiende a determinar el contenido de agua en la superficie y, además, da consistencia por el entramado mecánico de sus raíces. Actúa como controlador de infiltraciones; tiene un efecto directo sobre las aguas subterráneas y actúa como secador del suelo al tomar el agua que requiere para vivir. Intercepta la lluvia, por lo que disminuye el poder erosivo del agua de escorrentía.
Las raíces unen los materiales de suelos inestables a mantos más estables, cumpliendo una acción de refuerzo muy importante. Esto se puede observar claramente cuando en la zona de raíces se encuentra la superficie crítica de falla. Las raíces forman una red densa entretejida en los primeros 30 a 50 cm de suelo, formando una membrana lateral que tiende a reforzar la masa de suelo más superficial y sostenerla en el sitio. Las raíces individuales actúan como anclajes que estabilizan los arcos de suelo que se extienden a través del talud.
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