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Figura 2. Sistema de Salud de Colombia en 2010 (Guerrero et al, 2011
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Figura 2. Sistema de Salud de Colombia en 2010 (Guerrero et al, 2011)
2.2 Criterios para la localización de servicio públicos
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De acuerdo con Ramírez (2002), el interés colectivo es el principio para la definición de la ubicación optima de un servicio público. Sin embargo, este término “colectivo” puede ocultar intereses privados o intereses de grupos políticos. Por ello, es importante promover el uso de modelos de localización de equipamentos que en general siguen dos criterios socioespaciales (Jiménez, 1995). El primer principio denominado eficiencia espacial o territorial hace referencia a la cantidad total de desplazamientos que debe hacer una población para acceder a un servicio. Las variables asociadas a este primer criterio se pueden medir en costos y/o en tiempos de recorrido (Bosque Sendra, 1992). Este primer criterio está relacionado con la ubicación según los sitios con mayor densidad poblacional.
El segundo criterio a considerar para la definición de la localización de un servicio es la equidad o justicia espacial. Este criterio incluye la disponibilidad de recursos en iguales condiciones de tiempo y distancia (equidad geográfica) y el acceso en iguales condiciones de pago (equidad personal y social) (González y Regidor, 1988). Para el caso de estudio específico en La Calera es aplicable la evaluación de la equidad geográfica ya que se asume que la salud es un servicio ofertado por la Administración Pública y por lo tanto es financiado
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por la población. En este caso la población tendría los mismos derechos a usar el servicio y se deben suministrar las condiciones de acceso (Bosque y García, 2000). La equidad geográfica se valora por la facilidad de acceso y depende de las distancias que separan a cada individuo de la instalación más próxima, del tamaño de la oferta existente en dicha instalación y de la disponibilidad temporal de los servicios (Bosque Sendra, 1992 y Ramírez, 2002).
Adicionalmente, según la ley 1523 de 2012 en el artículo 38 “Por la cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres y se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres” se debe efectuar un análisis de riesgos que permita determinar si la localización del proyecto cumple con las condiciones de seguridad para la localización de instituciones de salud. Para el caso específico del área de estudio, se tendrá en cuenta el análisis de riesgo que se presenta en el plan desarrollo de la región (Gobernación de Cundinamarca, 2020a) que considera la pendiente del terreno y la cercanía a los ríos como riesgos a considerar para la ubicación de construcciones.
2.3 Evaluación multicriterio
De acuerdo con Goepel (2013) es importante utilizar métodos analíticos y herramientas para la toma de decisiones que permitan tener en cuenta la variedad de criterios y argumentos que soportan una decisión. Esta variedad de argumentos puede controlarse al introducir un método de decisiones de criterios múltiples (MCDM) el cual debe ser fácil de entender por los usuarios. La evaluación multicriterio (EMC) es una herramienta metodológica que permite incluir varios criterios para soportar la toma de decisiones. Esta herramienta permite explorar diferentes alternativas que pueden incluir múltiples criterios y objetivos en conflicto (Veintimilla, Cruz, Cáceres, y Zurita, 2017).
Gómez y Barredo (2006) definen la EMC como un grupo de técnicas para apoyar el proceso de toma de decisiones. Estas técnicas se basan en la elección de variables que deben ser inventariadas y clasificadas para luego analizar su influencia positiva o negativa sobre el objeto de decisión. La influencia de estas variables se analiza con métodos de ponderación y compensación, asignado un peso a cada variable para generar diferentes modelos para luego ser analizados y comparados (Molero, Grindla, y Asensio, 2007).
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El concepto de EMC involucra varios conceptos, aproximaciones, modelos y métodos, para soportar a los tomadores de decisión. Es útil para describir, evaluar, ordenar, jerarquizar, seleccionar o rechazar objetos según los criterios definidos por Veintimilla et al. (2017). A continuación, se describen los principales componentes de la EMC resaltados por Gómez y Barredo (2006).
Los objetivos permiten identificar los parámetros de la evaluación.
Los criterios permiten definir los pesos de las variables según las alternativas y restricciones identificadas. Los criterios deben ser medibles y la aplicación de un criterio limitante permite descartar alternativas que no cumplan el objetivo.
La regla de decisión permite integrar los criterios para su valoración. La definición de la regla de decisión permite generar un modelo de decisión para selección de alternativas mediante dos procedimientos. El primer procedimiento denominado función de selección permite clasificar las alternativas de acuerdo con un criterio medible. El segundo procedimiento denominado función heurística, permite seleccionar las alternativas que más se ajustan a los criterios definidos.
La evaluación consiste en normalizar, ponderar y clasificar en jerarquías los resultados obtenidos.
La extensión jerárquica permite satisfacer varios objetivos dadas las jerarquías y los objetivos complementarios. El resultado es la clasificación de alternativas con los valores más altos de cumplimiento de los criterios definidos para satisfacer simultáneamente los múltiples objetivos.
La solución puede ser de dos tipos. Una solución priorizada, con objetivos conflictivos y conociendo las jerarquías. O una solución compromiso, dados objetivos conflictivos y jerarquías desconocidas.
La organización de la EMC implica generar matrices para organizar las alternativas con base en los criterios definidos.
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