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2.1.2.3. Aplicación de los SIG para la gestión de residuos sólidos
Hoy en día muchos países han optado por incorporar nuevas tecnologías de seguimiento y control, desde el contenedor en la vía pública, hasta las rutas empleadas para la recogida y entrega en los vertederos, que son parte de las piezas que componen el rompecabezas en la planificación de la optimización en todo el sistema que implica la gestión de residuos. Es por esto que los SIG son parte importante permitiendo el monitoreo y gestión en tiempo real (Carrasco, 2017). Mejorar los procesos de recogida de los residuos comienza a ser fundamental, debido a la gran de generación de basura, y la dispersión de los centros poblados son retos con los que se enfrenta; por lo tanto, el uso de SIG permite reducir los costes de transporte y recogida, así como los gases de efecto invernadero (Carrasco, 2017). El incremento de los residuos sólidos aunado a una gestión poco eficiente ha generado una serie de inconvenientes ambientales que, dada su dimensión territorial, requiere del compromiso de los entes encargados de brindar y garantizar el bienestar socioambiental de las poblaciones. Una herramienta para lograr este cometido son los SIG; esta herramienta permite el manejo de información en todos los procesos implícitos y su monitoreo constante, se pueden conocer localizaciones, instalaciones, asignación de equipamientos e infraestructuras, transporte y garantizar así una gestión sostenible (Vergara, Navarro, Arismendi, Suárez y Camacho, 2020). A continuación, se presenta el método de recolección por acera que es el utilizado en las ciudades de Ecuador.
2.1.3. Método de recolección por acera El método de recolección por acera consiste en tomar la basura desde la vereda, la cual debe estar en un envoltorio o recipiente adecuado, siendo esto responsabilidad del usuario. Al ser recolectada la basura, se la traslada al vehículo encargado de la recolección; en este punto, el contenido es vaciado en la sección de carga o tolva del automotor. Luego, se regresa el recipiente a la acera para que las personas puedan reutilizarlo y lo reingresen ya vacío a sus hogares (Márquez, 2010).