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Profesiones: Horizonte 2050 Profesiones: Horizonte La química, una profesión esencial para construir el futuro

Antonio Macho Senra Decano-presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos

El futuro de nuestra sociedad, su progreso, su prosperidad, su avance, su crecimiento debe asentarse en profesiones como la química; una actividad versátil, con una in finita capacidad de adaptación a las circunstancias y de asumir retos constantes. Disciplina en permanente cambio, v iva y dinámica pues debe prepararse cada día para afrontar nuevas realidades. Sus p rofesionales son conscientes d e que desarrollan su actividad en un entorno exigente que r equiere formación y preparación continua para asumir r etos permanentes.

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Conectar realidad y conocimiento

La profesión química es un a actividad científico-técnica y esta característica le imprime un protagonismo relevante en la construcción de nuestra sociedad, con la vista puesta en el horizonte 2050 de las profesiones. ¿Por qué? Por ser u na profesión que aúna y conecta talento con realidad. Se d esarrolla en el ámbito, a veces intangible, de la ciencia, d e la innovación, de la investigación y, al mismo tiempo, su hábitat está en el entorno tangible de la técnica, la práctica, la empresa o de las necesidades de la sociedad. La química, por sí sola, es una profesión, una actividad que tiene una clara vocación d e transferencia del talento hacia el mundo de la iniciativa, hacia un ecosistema empresarial g enerador de riqueza y basado en la innovación constante. Vivimos una época de profundos cambios, acelerados por el impacto de la pandemia de la COVID-19. Durante estos meses de pandemia, la profesión química demostró su cap acidad de adaptación y de servicio. Sus profesionales han estado y están en primera línea, al considerarse ésta una p ro fesión intrínsecamente unida a la salud de las perso nas. Ahí están, a modo de ejemplo, los miles de químicos que d esarrollan su actividad en especialidades hospitalarias como análisis clínicos, bioquímica clínica, microbiología y parasitología, radiofarmacia, genética clínica. Y también d esempeñando su actividad en retaguardia, buscando y desarrollando nuevos fármacos.

La Agenda 2030 como hito fundamental

La química y sus profesionales son fund amentales para q u e con su ayuda consigamos culminar con éxito la Agend a 2 030 y que los Objetivos de Desarrollo Sostenible ( ODS), encargados de abordar esos grandes retos globales, sean una realidad. Esa hoja de ruta elaborada para alcanzar u n objetivo social común, un desarrollo global y humano sostenible, se conseguirá con ayuda de la química. Pues d ispone de los medios y los profesionales adecuados para p ro mover una agricultura sostenible y seguridad alimentaria; para garantizar la disponibilidad de agua y su sa -

2050, un horizonte no tan lejano

Alfredo Sanz Corma

Presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España

neamiento; para desarrollar energías asequibles, seguras, accesibles y sostenibles; para promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación; para crear ciudades resilientes y seguras; para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; para luchar contra el cambio climático; para conservar los océanos y sus recursos o para proteger y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres.

La química en la relocalización industrial

La pandemia impactó de lleno en la globalización. La falta de suministros básicos y de materias primas para nuestras empresas tiñe de números rojos algunos sectores de nuestra economía. Hoy la apuesta generalizada la capitaliza la producción Km 0. La química está posicionándose también en este nuevo escenario, donde la formación universitaria será fundamental para desarrollar nuevas iniciativas de cercanía, nuevos procesos de producción, nuevos productos que antes llegaban de terceros países. Nuestra sociedad demandará trabajadores con un elevado grado de especialización que garantice la competitividad de las empresas. La formación estática y encorsetada tiene los días contados y los planes de estudio de nuestras universidades deberán estar al servicio de un mercado laboral cada vez más exigente y especializado. Es preciso encajar oferta formativa y demanda empresarial, con un ecosistema empresarial cada vez más competitivo.

Acto profesional químico y bienestar futuro Ante la evidencia que demuestra el protagonismo de los químicos, la organización química colegial no está dispuesta a renunciar a derechos adquiridos con esfuerzo, a lo largo de los años y reconocidos por ley. Hoy la química es una profesión regulada reconocida en el anexo VIII del Real Decreto 1837/2008. Y deberá seguir siéndolo, porque el ámbito de actuación de sus profesionales está ligado a la necesaria protección de los intereses de la sociedad. Los químicos a través de su actividad profesional, garantizan y velan por la seguridad de las personas, la salud y el medio ambiente. Y lo seguirán haciendo, pese a quien pese. El Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos tiene muchos objetivos pero sólo una gran misión: defender la profesión química y a consumidores y usuarios, controlando y vigilando la buena praxis de sus profesionales, como garantía de los servicios que prestan. Es la corporación colegial quien avala que están en manos de profesionales altamente cualificados para el ejercicio de sus funciones. Condición fundamental y prioritaria, pues trabajamos en beneficio del bienestar de la sociedad, destinataria final del acto profesional químico.

Hace tan solo unos días (esa es la sensación que tengo) hablábamos del año 2020 como si faltaran décadas para llegar a él. Pero llegó y pasó y nos obligó a trasladar a 2030 los objetivos no cumplidos en nuestras agendas.

La subjetividad del paso del tiempo no es algo que vayamos a descubrir ahora, pero el listado de cosas pendientes comienza a alargarse y a pesar en nuestro equipaje; y más cuando nos enfrentamos a retos, como el cambio climático, que no admiten un compás de espera.

Los científicos debaten si estamos todavía a tiempo de frenar las consecuencias del calentamiento global que, en forma de sequías, desastres naturales y climas cada vez más extremos, hemos tenido como aperitivo.

En lo que sí se muestran todos de acuerdo es en la cifra de dos grados centígrados que, como planeta, podemos permitirnos en cuanto a aumento de la temperatura si queremos conservar y habitar en un mundo tal y como lo conocemos.

Las previsiones del Gobierno de rehabilitar cerca de 1,2 millones de edificios para el año 2030, llegando a los 7 millones en 2050 nos parecen acertadas

Reducir el consumo de energía de los edificios

Con este panorama, desde el Consejo General de la Arquitectura

Técnica de España no dejamos de insistir en el papel crucial que tendrá la edificación en esta batalla que todas las profesiones vamos a librar en los próximos años.

No por conocidos, dejan de asustar los datos que revelan que los edificios consumen cerca del 40% de la energía total y son causantes de algo más del 35% de las emisiones de efecto invernadero. Si tenemos en cuenta que el 75% de los edificios se construyeron antes de la entrada en vigor de las primeras directivas europeas sobre eficiencia energética y el 80% de ellos, seguirá en pie en 2050, nos damos cuenta de la verdadera dimensión del reto al que nos enfrentamos.

Solo la rehabilitación, integral y con criterios de eficiencia energética (no hablamos de pequeñas reformas con criterios estéticos, ni de otras rehabilitaciones importantes como las de dotar de accesibilidad a nuestros edificios) servirá para invertir este proceso y contribuir a la descarbonización de nuestro parque edificado, un auténtico despilfarrador de energía y contaminador incontrolado del aire que respiramos.

Desafíos crecientes en torno a la rehabilitación El camino no va a ser fácil e iremos superando dificultades como hemos hecho hasta ahora. La terrible crisis económica y de empleo que nuestro sector atravesó tras el estallido de la burbuja inmobiliaria o la más reciente pandemia de la covid-19, son solo dos ejemplos de ello.

A la vista ya tenemos incertidumbres que nos ocupan y preocupan pero que no nos hacen perder de vista nuestro verdadero objetivo. Los altos precios de la energía, la escasez de materias primas y de mano de obra especializada o los problemas de suministro son algunos de los escollos que deberemos enfrentar para consolidar un sector de la rehabilitación que dé respuesta a las necesidades sociales, económicas y medioambientales de los próximos años.

Fondos europeos y proyectos para el 2050 En la parte soleada del camino, encontramos importantes estímulos como la llegada de los fondos europeos para la recuperación que tienen en la transformación del parque edificado uno de sus objetivos fundamentales.

Las previsiones del Gobierno de rehabilitar cerca de 1,2 millones de edificios para el año 2030, llegando a los 7 millones en 2050 nos parecen acertadas, así como el presupuesto de 6.800 millones de euros que se destinará para lograrlo.

Nuestra profesión jugará un papel decisivo en esta apasionante andadura que hemos comenzado. Al igual que estamos aportando todos nuestros conocimientos y experiencia en aspectos puntuales como la Guía para elaborar el Libro del Edificio Existente, los diferentes estudios sobre las carencias de nuestro parque edificado en materia de calidad del aire interior y salubridad o la importancia de medir y cuantificar los consumos de energía y las emisiones contaminantes con nuestra Calculadora Energética, nos ponemos a disposición de la Administración y la sociedad para demostrar nuestro grado de compromiso y preparación para ser un eslabón fundamental en la cadena del proceso edificatorio.

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