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HUME: Hume es un filósofo empirista escocés del Siglo XVIII. El empirismo inglés afronta este problema fundamental de la filosofía moderna partiendo de la experiencia, y analizando la capacidad y los límites del conocimiento humano. Pero mientras Locke acepta el mundo, yo y dios, la crítica de la causalidad de Hume llevará al empirismo hasta sus últimas consecuencias negándolos. ->EL EMPIRISMO Si en el siglo XVII el racionalismo continental se plantea el problema del conocimiento confiando plenamente en la razón (así Descartes o Spinoza), el empirismo inglés de los siglos XVII y XVIII, afronta este problema fundamental de la filosofía moderna partiendo de la experiencia, y analizando la capacidad y los límites del conocimiento humano. Así lo hará primero Locke y, posteriormente y llevándolo el empirismo hasta sus últimas consecuencias, Hume. ->LOCKE acepta el planteamiento de Descartes en un sentido: conocer es tener contenidos mentales, ideas. Pero Locke rechaza las ideas innatas ya que para la epistemología empirista el único camino por el que las ideas llegan a la mente humana es la experiencia. De acuerdo con Locke la experiencia proporciona ideas simples. Estas ideas simples son en primer lugar de la sensación, y posteriormente de la reflexión (la mente humana reflexiona sobre las ideas simples causadas por la sensación). Además estas ideas simples se pueden combinar para llegar a ideas compuestas. Tanto las ideas simples e ideas compuestas tienen en su ORIGEN LA EXPERIENCIA. ->Locke pone las bases del empirismo pero no lo llevará a sus últimas consecuencias: admite, contradiciendo sus principios empiristas, la realidad de las cosas (como causa de las ideas), la existencia de Dios (como causa del mundo) y la del yo (del que existe un conocimiento intuitivo). Que estas tres sustancias serán inaceptables para el empirismo de Hume, ya que desde el escepticismo de Hume la realidad del yo, el mundo exterior y Dios no pueden ser legítimamente afirmadas. ->Para Hume, como para Descartes y Locke, conocer es conocer ideas. Pero Hume considera esta palabra demasiado confusa, y la sustituye por PERCEPCIÓN. ->Hume encuentra DOS tipos de percepciones. Según su intensidad, encontramos las impresiones (de gran viveza), y las ideas (imágenes debilitadas de impresiones). Para Hume toda idea deriva de alguna impresión, no existen ideas de las que no se haya tenido impresión, por lo tanto no existen ideas innatas. ->Además, Hume distingue dos tipos de conocimientos: relaciones entre ideas, y conocimiento de hechos. ·Las relaciones entre ideas (el ámbito de la lógica y las matemáticas) proporcionan conocimientos verdaderos. Por otra parte, distingue ·el conocimiento de hechos basándose en la experiencia. A partir de su análisis del conocimiento de hechos, Hume criticará la idea de causalidad, y desde aquí el empirismo radical de Hume extenderá su escepticismo hasta el yo, el mundo exterior, y Dios. CRÍTICA DE LA CAUSALIDAD ->Todos los conocimientos que el hombre posee, sean impresiones o ideas, se presentan con un “orden y regularidad”, según 3 leyes de asociación: SEMEJANZA, CONTIGÜIDAD ESPACIOTEMPORAL, Y CAUSALIDAD. ->A partir de aquí, Hume distingue dos tipos de conocimientos: relaciones entre ideas, y conocimiento de hechos. ·Las RELACIONES ENTRE IDEAS (el ámbito de la lógica y las matemáticas) proporcionan conocimientos verdaderos válidos universalmente, dado que se organizan según la ley de asociación de la semejanza y su verdad se puede descubrir por el simple análisis de los términos que lo componen. ·Pero además, Hume distingue el CONOCIMIENTO DE HECHOS cuya justificación está en la experiencia, depende de la contigüidad espacio-temporal y de la causalidad. La relación espacio-.temporal sí puede ser percibida, pero Hume encuentra en la causalidad un grave problema 1


ya que no existe ninguna impresión que justifique la conexión necesaria presente en la causalidad. La mente, al afirmar la causalidad, va más allá de lo que está inmediatamente presente. ->Hume considera que no existe ninguna experiencia de la causalidad. Sólo la experiencia, que muestra la constante conjunción de dos acontecimientos, permite inferir la causalidad: la constante unión de dos fenómenos nos lleva a pensar que hay una conexión necesaria entre la causa y el efecto. ->Pero, Hume considera que entre la causa y el efecto sólo existe contigüidad y sucesión constante: la conexión necesaria es un supuesto no justificado por la experiencia, dado que es imposible demostrar que el futuro será semejante al pasado. ->La causalidad es para Hume una creencia originada por la costumbre y el hábito. ->Una vez destruida la causalidad, caen el mundo externo, dios, y yo. Los hombres tienden a creer en la existencia de un mundo externo que causa las impresiones. ->Hume, sin la causalidad, considera que la existencia de un mundo exterior como causas de nuestras impresiones es algo que se acepta por puro sentimiento o instinto, no por argumentación racional ->En cuando a DIOS, dado que de él no hay impresiones, y tampoco se puede admitir su existencia por medio del principio de causalidad, hemos de admitir racionalmente que no podemos saber nada de él (tampoco su existencia). ->Y Hume tampoco advierte experiencia alguna del yo: se tienen impresiones, pero no hay impresión del “yo”. Y dado que la causalidad no tiene valor para Hume, tampoco se puede afirmar el yo como causa de las impresiones. El yo para Hume no es más que un haz de impresiones EL SENTIMIENTO MORAL Y LA SIMPATÍA La Ética de Hume está estrechamente relacionada con su epistemología. Si el hombre cuando nace es como una página en blanco, lo mismo puede decirse de los principios morales: como el resto de las ideas, los conceptos de bueno y malo tienen su fundamento en la experiencia. Hume rechaza cualquier sistema ético no basado en la observación. Y, desde dicha observación, llega a la conclusión de que calificamos como “buenos” aquellos comportamientos que, al ser vistos por los demás provocan agrado. Y, al contrario, los comportamientos que provocan desagrado constituyen lo denominado “malo”. Es por ello que para Hume no podemos fundamentar la moral en la razón, sino en el sentimiento: cuando se considera que una acción es mala, sólo se está diciendo que, dada la constitución de la naturaleza humana, se experimenta un sentimiento de repulsa al contemplarla. Así pues, Hume critica las concepciones racionalistas de la época por los que la virtud consiste en la conformidad con la razón. Hume considera que la razón es incapaz de influir en la conducta El bien es algo agradable, y el mal algo desagradable. La aprobación moral de una acción tiene por tanto su origen en el placer que experimenta el ser humano ante ella. Esta posición de Hume es conocida como el emotivismo moral. Al analizar qué acciones producen el sentimiento agradable, y por ello, la aprobación moral, Hume encuentra dichas acciones tienen algo en común: la utilidad para la sociedad. Es esta utilidad social la que provoca el agrado y, por tanto, la que se encuentra en el fundamento último de la ética. El hombre tiene un egoísmo natural por el que tiende al placer y a evitar el dolor. Pero, gracias al sentimiento de simpatía, busca el bien de la humanidad, al darse cuenta de que su interés privado está mejor protegido cuando se encuadra en el bien colectivo. El utilitarismo de Hume, por tanto, considera que el egoísmo se satisface mejor por medio del altruismo: es así que la ética de Hume supera el estrecho egoísmo individualista para abrirse a una dimensión social desde el concepto de simpatía.


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