SANTO TOMÁS: RESUMEN ESENCIAL Con Santo Tomás encontramos la figura más importante de la escolástica en el Siglo XIII. Desde la Universidad de París, este pensador se caracteriza por la introducción en el orbe cristiano de textos clásicos hasta entonces desconocidos. Santo Tomás estudia el saber aristotélico (preservado durante la primera Edad Media en estudios árabes y judíos) y lo integra en la visión del hombre y del cosmos de su tiempo, lo que le llevará a otorgar un papel a la razón hasta entonces desconocido en un mundo regido por la fe. Este pensador mantiene que la filosofía y la teología son dos ciencias distintas con objetos, métodos y criterios diferentes, y que cada una en su propio campo es autónoma y autosuficiente. Para Santo Tomás la filosofía, al igual que la teología, por sí sola, puede llegar a la verdad en los temas de que se ocupan. El filósofo, aceptando exclusivamente lo que puede demostrar mediante la razón; el teólogo, basándose en la autoridad de Dios, en la revelación y argumentando a partir de ella (la diferencia con los pensadores anteriores es clara, puesto que hasta el siglo XIII se pensaba que la razón no podía encontrar por sí sola la verdad y necesitaba de la “iluminación” de la fe –así claramente todos los pensadores cristianos inspirados en San Agustín-; la razón hasta Santo Tomás tenía un papel subordinado a la religión, la razón era “anchilla theologae”) Sin embargo, una vez realizada esta delimitación de dominios, Tomás de Aquino trata de concordar la razón y la fe. Afirma que, cuando el objeto de la filosofía y el de la teología coinciden, es decir, cuando se ocupan de los mismos temas, cosa que ocurre con frecuencia, necesariamente tiene que existir armonía entre lo que descubre el filósofo y lo que afirma el teólogo. Explica esta necesaria coincidencia señalando que es el mismo Dios el que ha creado al hombre como ser racional y el autor de la revelación, por lo que no puede existir una contradicción entre lo que Dios revela y lo que el hombre conoce con la razón que Dios le ha dado. AYUDA MUTUA DE RAZÓN Y FE EN SANTO TOMÁS La distinción y, al mismo tiempo, la necesaria armonía que existe, según Santo Tomás, entre la razón y la fe permiten establecer entre ambas unas relaciones de complementación, de ayuda mutua. De este modo la razón puede ayudar a la fe: -demostrando los premabula fidei (preámbulos de fe, verdades asequibles a la razón pero que de algún modo también son afirmadas por la fe); con esto también se logra hacer ver al hombre que es racional creer -ilustrando las verdades de la fe que son asequibles a la razón
-haciendo ver que los misterios, aquellas verdades de la fe que están por encima de la razón, no se oponen a la misma. Pero por otra parte la fe, a su vez, puede ayudar a la razón: -adelantándose a ella en la solución de los problemas, puesto que al hombre que utiliza sólo la razón para hacerlo, le costaría más esfuerzo -confirmando con la autoridad divina lo descubierto por el hombre -actuando como criterio extrínseco de verdad. PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS: LAS CINCO VÍAS La posición que mantiene Santo Tomás con respecto a las relaciones razón/fe le lleva a plantearse la demostración de la existencia de Dios. Tal empresa le parece necesaria y posible, y se realiza partiendo de la información ofrecida a los sentidos, a través de cinco vías: en ellas parte de la constatación de una realidad sensible que necesidad de una explicación, remontándose en una serie causal que tiene a Dios por cima. Además, y basándose en las mismas cinco vías, habla también filosóficamente de la naturaleza de Dios y de sus atributos, aunque reconocimiento las deficiencias y limitaciones de este procedimiento. (Se llama Teología Natural a esta preocupación racional por el tema de Dios, y siendo éste un modo de conocimiento posible, lo es limitado y accesible a pocos, por lo que para la salvación humana debe ser complementada con la Teología Revelada, con la fe) Las cinco vías son: -Vía del movimiento: existe movimiento sustancial en la naturaleza (todo nace y perece, se convierte en otra sustancia); las cosas se mueven y todo movimiento debe tener una causa exterior a él mismo. Como no se puede retroceder hasta el infinito, ha de admitirse la existencia de un primer motor que no es movido por ningún otro, y que es él la fuente del movimiento; este primer motor es Dios -Vía de la causalidad eficiente: basada como la anterior en Aristóteles, arranca del hecho de que todas las causas del mundo están a su vez causadas. Es necesario suponer una primera causa eficiente para poder explicar la existencia. Esta primera causa es Dios. -Vía de la contingencia. Fundamentada también en Aristóteles, se apoya en el hecho de la contingencia, en el hecho de que todos los seres de la realidad, aunque existen, podían perfectamente no haber existido ya que ninguno de ellos es necesario. Ahora bien, lo posible no tiene en sí mismo la explicación de su existencia y, si todos los seres fueran posibles, nada existiría en la actualidad; luego el hecho de que existan implica la existencia de un ser necesario, causa de todos los seres, que no puede ser otro que Dios.
-Vía de los grados de perfección. Fundamentada en Platón, considera detrás de la mayor o menor perfección de las cosas un ser perfecto en grado sumo. Este ser sumamente perfecto es el fundamento de todo lo que existe como valioso en el mundo, dado que todos los valores participan de él. Es Dios. -Vía del orden cósmico. La última de las pruebas, la teleológica, tiene su origen en los estoicos y se funda en el orden de las cosas. Todas las operaciones de los seres en la naturaleza tienden hacia un fin. La regularidad con que alcanzan ese fin muestra que no llegan a él por casualidad. Dios es la inteligencia ordenadora de la finalidad de las cosas Por muy distintas que parezcan las cinco vías todas ellas están unidas por partir de un hecho de la experiencia que no se puede explicar por sí mismo. Y, como a la hora de buscar un ser que explique la existencia de la realidad no es posible ir hacia atrás en una cadena sin límites, es necesario que exista Dios como causa de todas las cosas que no se explican por sí mismas. Además de conocer la existencia de Dios mediante la razón, es también posible obtener más conocimiento sobre este tema, pero siempre de un modo oscuro e imperfecto, puesto que Dios es infinito y la inteligencia humana, finita (conocimiento racional que se extraerá de las características de Dios apuntadas en las cinco vías). De este modo Dios es infinito, es inmutable, eterno, y posee todas las perfecciones (si bien sólo podemos referirnos a ellas por la vía de la negación y, cuando se diga algo positivo, hay que hacerlo en grado eminente). Así, Santo Tomás hablará de un conocimiento de Dios analógico.