Vestigium. Revista Académica Universitaria. Vol. 2, No. 2

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Editorial Revista Vestigium 04 Presidenta Dra. Amparo Parra de Arango Rector Dr. Carlos Fernando Parra Ferro Editor José Ignacio Duarte Garcia Departamento de Promoción y Desarrollo Académico Comité Editorial José Ignacio Duarte Garcia David Arturo Acosta Silva Director de Arte Carlos Soto Coordinadora de Diseño y Diagramación Diana Marcela Grosso Noguera Taller de Diseño Digital Escuela de la Imagen Corporación Universitaria Unitec Diseñadores Andrea Enriquez Milena Díaz Mahecha Jeisson Rojas Vargas Artista Invitado Carlos Soto Corrección de estilo David Arturo Acosta Silva Preprensa e Impresión Artes Gráficas Unidas 2178989

Una de las funciones sustantivas de toda Universidad es la investigación. A partir de ella se fortalecen las estructuras de las organizaciones, se enriquecen los procesos educativos y se generan alternativas de desarrollo para los pueblos. Unitec, consciente de la importancia de la investigación y de la responsabilidad que le compete en la formación de las juventudes colombianas, ha venido trabajando en esta materia desde hace varios años. La estructuración del Sistema Institucional de Investigaciones de Unitec (SIIU), la creación de los Centros de Investigación de las Escuelas, la vinculación de personal investigador, la asignación de recursos importantes para los proyectos formulados, entre otras acciones, son los resultados concretos de la gestión de sus directivas en esta materia. A estos logros se le suma la edición de la revista Vestigium como órgano de difusión de los avances en investigación en la institución. Hoy queremos, orgullosamente, presentar a la comunidad académica del país un nuevo número de esta publicación, que poco a poco se ha ido convirtiendo en referencia obligada de docentes, estudiantes y del público en general. La diversidad de aspectos tratados, la sencillez en la descripción de las temáticas, la calidad de nuestros colaboradores y el diseño y diagramación del documento mismo, hacen de este número una edición especial dedicada a rendir culto al arte y la belleza del conocimiento.

Departamento de Promoción y Desarrollo Académico Corporación Universitaria Unitec Calle 76 # 12-58 Bogotá, D. C. Colombia jduarte@unitec.edu.co www.unitec.edu.co

Resaltamos el trabajo del Profesor John Wertheimer, Ph. D. de la Universidad de Princeton y catedrático del Davidson College, quien nos orienta, en su artículo, sobre cómo podemos hacer de la investigación una de las mejores herramientas de enseñanza en clase.

Los escritos publicados reflejan exclusivamente el pensamiento de sus autores y no necesariamente una posición institucional. Queda prohibida la reproducción total o parcial del material publicado sin autorización de sus editores.

Igualmente, llamamos la atención sobre el compilado de “Orientaciones institucionales para la presentación de artículos”, otro trabajo importante y muy útil, que ha sido resultado del estudio minucioso que los autores han hecho de muchos modelos propuestos, recomendados y utilizados para la elaboración y publicación de documentos en revistas indexadas.

Publicación Semestral Año 2 - Revista No. 04 ISSN:17948940

Esperamos que el esfuerzo realizado hasta el momento contribuya al enriquecimiento de la labor investigativa, no sólo en nuestras instituciones, sino en todos aquellos espacios que han sido creados para hacer ciencia en nuestro país.

Ing. Jorge Coronado, M. Sc. Vicerrector Académico Corporación Universitaria Unitec


Contenido El seminario de investigación colaborativa. Técnicas en el procesamiento digital de imágenes: una constante exploración de nuevos campos. La resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje de algoritmos Epílogo sobre la aplicación de un concepto: dramaturgia en el cine y la televisión. Un marco referencial en la creación del Sistema Institucional de Investigación de Unitec (SIIU).

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Escribir una novela, un proceso de investigación.

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Parámetros de tiempo para control y diagnóstico.

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Hacia una correcta interpretación de ‘servicio’.

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El diseño os salvará.

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Orientaciones institucionales para la preparación, elaboración y presentación de artículos publicables.

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Artículo disponible sólo en la versión impresa por decisión de los titulares de los derechos de autor.


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Técnicas en el procesamiento digital de imágenes: una constante exploración de nuevos campos.

El procesamiento digital de imágenes es el resultado de la interacción de varias áreas de estudio –como el análisis matemático y el tratamiento de señales– guiadas por diferentes técnicas de programación y optimización. Este artículo busca mostrar, a aquellas personas que deseen comenzar a trabajar con imágenes, un modelo matemático sencillo que permita visualizarlas como señales bidimensionales y entender su comportamiento de una forma básica al ser procesadas por medios digitales. De la misma forma, exponer algunas de las nuevas tendencias que se trabajan en la actualidad sobre este tema. El principal objetivo del procesamiento digital de imágenes es proponer y visualizar la viabilidad de diferentes soluciones a un problema específico, aplicándolas sobre una función en un espacio bidimensional (imágenes) o, en algunos casos, tridimensional (secuencias de imágenes). Usualmente, encontrar una solución óptima implica el planteamiento de un algoritmo; éste, se basa en una teoría que debe ser comprobada haciendo un extenso trabajo experimental a través de un software de simulación y grandes cantidades de imágenes de prueba.

Introducción

Debido a la gran cantidad de información que contienen las imágenes digitales (millones de píxeles), el procesamiento de ellas no fue de interés por parte de la comunidad científica hasta la década de 1970, cuando aparecieron herramientas adecuadas para realizar el trabajo en tiempos de ejecución relativa-

mente reducidos [1]. Estas herramientas (hardware) fueron el resultado de la creación de los circuitos integrados (1953), los cuales, de igual forma, se deben a la invención del diodo (o válvula de dos terminales) a comienzo del siglo XX (1905), evento con el cual se da inicio formal a la electrónica como un área de estudio particular de las ciencias aplicadas. Los circuitos integrados permitieron fabricar a bajo costo y con una pequeña dimensión física, herramientas especializadas que se utilizaron, en un comienzo, como hardware específico en los sistemas de televisión y en las grandes producciones del medio audiovisual [1, 2]. Sin embargo, el procesamiento de imágenes ha cobrado un auge inusitado en las últimas décadas; las razones: la aparición de computadores cada vez más robustos, eficientes y veloces, y la creación de los dispositivos conocidos como DSP (procesadores digitales de señales). Hoy en día, el procesamiento digital de señales supera ampliamente al procesamiento de señales por medios análogos, por sus bajos costos y reducido tiempo de procesamiento. Los medios análogos han pasado a un segundo plano y el mundo tiende a digitalizarse1: la música en mp3, las cámaras digitales, la televisión de alta definición, etc.

¿Qué es el procesamiento digital de imágenes? Una imagen puede modelarse como una función bidimensional f(x,y), donde x y y son coordenadas es-

w

Mauricio Díaz Melo Ingeniero Electrónico Magister en Ingeniería Electrónica Coordinador del Centro de Investigación de la Escuela de Ingeniería Corporación Universitaria Unitec


Técnicas en el procesamiento digital de imágenes: Una constante exploración de nuevos campos.

paciales y el valor de la función en ese punto representa la energía o intensidad de luz recibida. Cuando los valores de x, y y f(x,y) son todos valores finitos, podemos hablar de una imagen digital [1,3]. El procesamiento de este tipo de imágenes por medio de computadores digitales es lo que se conoce con el nombre de procesamiento digital de imágenes. Una imagen de este tipo está conformada, por lo tanto, por una gran cantidad de elementos) denominados píxeles, palabra importada y finalmente aceptado en nuestro medio. El procesamiento de imágenes trae consigo un interés, como consecuencia del avanzado grado de desarrollo del sentido de la vista en los seres humanos y la dependencia casi exclusiva de él para nuestra supervivencia. Es por esto que las imágenes juegan un papel sorprendente –desde el punto de vista de representación de conceptos– en la percepción humana. David Marr, matemático y neurocientífico, publicó un famoso documento titulado Visión [4], el cual serviría de punto de referencia a nivel mundial. En él describe a la visión como “el proceso que produce desde las imágenes del mundo exterior una descripción que es útil para el observador y no es confundida con información irrelevante”. Según esta definición, las imágenes juegan un papel primordial en este proceso. Diversos autores difieren en el rango de alcance del procesamiento de imágenes, puesto que no existen fronteras bien definidas con otros tópicos como la visión computarizada o el análisis de imágenes. Esto implica, muchas veces, categorizar mal un proyecto o trabajar en diferentes áreas que se encuentran estrechamente unidas. Una forma de definir un sistema que procesa imágenes digitales es diciendo que

éste recibe como entrada una imagen y genera como salida una imagen; por otra parte, un algoritmo de análisis de imagen recibe una imagen de entrada y produce una salida que es un descriptor (de cualquier clase) de la imagen de entrada (por ejemplo el valor medio de los niveles de intensidad). Finalmente, un sistema puede ubicarse dentro del área de la visión computarizada si se encarga de simular la forma como funciona el sistema visual humano para imitarlo por medio de algoritmos en ejecutados en un hardware específico. Esta rama pertenece, por sí misma, a la inteligencia artificial, cuyo objetivo es emular la inteligencia del ser humano.

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12 Fundamentos básicos de las imágenes digitales.

Antes que nada es importante comprender el funcionamiento básico del sistema visual humano, a pesar de que el campo de las imágenes digitales está desarrollado a partir de modelos matemáticos y formulaciones probabilísticas. Este análisis y comprensión básicos pueden jugar un papel primordial en la escogencia de una técnica u otra, ya que muchas veces la apreciación subjetiva del usuario final predomina sobre cualquier evaluación o medición objetiva y cuantificable que pueda hacerse [1, 5]. El ojo humano posee dos clases de receptores: los conos y los bastiones. Estos componen una distribución discreta en el fondo del globo ocular y captan la luz que ha sido apropiadamente enfocada. Existen en promedio entre 6 y 7 millones de conos en cada ojo; se localizan en la parte central de la retina, denominada la fóvea y son altamente sensitivos al color (sin conos veríamos en blanco y negro). El número de bastiones es mucho mayor –entre 75 a 150 millones– y se distribuyen sobre la superficie de la retina. Esta distribución y la característica de que estén conectados a una sola terminación nerviosa disminuyen la cantidad de detalle que puedan inferir estos receptores. Los bastiones brindan un panorama general de la escena (un bosquejo) definiendo formas básicas y tienen la capacidad de ser útiles en condiciones precarias de iluminación. Estos receptores se conectan al nervio óptico, el cual no es otra cosa que la terminación (axón) de las neuronas que se encargan de trasmitir la información al cerebro. Más allá de este punto, en lo referente a la construcción de la imagen en el cerebro, es poca la informa-

ción que se posee, a pesar de los grandes adelantos en las últimas décadas. Actualmente la discusión se centra en la formulación de un modelo neurobiológico completo que pueda describir de manera integral el sistema de visión humano. Este sistema de visión se ve hoy en día reflejado en las formas más comunes de adquisición de imágenes digitales, mediante el uso de arreglos de sensores o CCD (Charge Coupled Devices). Estos son dispositivos electrónicos compuestos por millones de celdas, cada una de las cuales es excitada por una onda lumínica determinada, generando en conjunto una imagen. Las cámaras digitales (de fotografía y video) poseen mínimo un CCD el cual actúa como el alma del dispositivo (haciendo el papel de los conos y bastiones). Un CCD es un circuito integrado conformado por capacitores que almacenan una determinada energía eléctrica que representa una energía lumínica. Uno de los problemas más comunes en un sistema de procesamiento de imágenes tiene que ver con la adquisición de la señal. El tipo de dispositivo y las condiciones de adquisición juegan un papel predeterminante en el sistema. Por ejemplo, a menudo la calibración y modelamiento de la cámara es un requisito previo a un estudio para obtener resultados importantes. De esta forma se minimizan los efectos del ruido producido por algunos componentes eléctricos. Una vez adquirida la imagen, ésta se asocia a un espacio de color, entrando en juego la teoría del color y los diferentes espacios que se utilizan para representar la imagen adquirida. Por ejemplo, la mayoría de sistemas que utilizamos a diario trabajan con un espacio de color denominado RGB, el cual se representa mediante un cubo. En el espacio tridimensional RGB, cada vértice del cubo representa un color primario (espacio aditivo) rojo (R), verde (G) y azul (B). Los vértices restantes representan los colores secundarios (o primarios en el espacio sustractivo), amarillo (Y), cyan (C), magenta (M), blanco (W) y negro (B). Los puntos a lo largo de


Técnicasenelprocesamientodigitaldeimágenes:unaconstanteexploracióndenuevoscampos.

la diagonal entre el vértice blanco y negro conforman los colores atonales (escala de grises). Existen otros modelos como el CMYK (cyan, magenta y amarillo) o el HSI (tono, saturación, intensidad). La escogencia del determinado espacio de color es una tarea muy importante para el éxito del sistema a diseñar. Para efectos prácticos, los algoritmos descritos en este artículo aplicarán para imágenes en tonos de grises, la cual se encuentra promediando los canales RGB, teniendo en cuenta que sus aplicaciones se pueden extender fácilmente a imágenes en color. color.

Las transformaciones en escalas de grises buscan mejorar características como el contraste y la luminosidad, alterando los valores de los píxeles mediante la relación que se describe por S=T(r). La transformación T traslada los valores de los píxeles r en valores de píxeles en S. Dado que estos son valores digitales, usualmente estas transformaciones se realizan con tablas predeterminadas, previamente almacenadas en memoria para ahorrar tiempo de cómputo. Algunas de las transformaciones más comunes se muestran a continuación:

Técnicas en el dominio espacial L-1

g(x,y)=T [ f (x,y)], donde f (x,y) es la imagen de entrada, g(x,y) es la imagen procesada y T es un operador en f , definido como una transformación NxM NxM dimensiones. Esta transformación igualmente involucra un conjunto definido de píxeles vecinos. Algunas transformaciones sobre los niveles de escala de grises pueden servir para mejorar los detalles en imágenes, por ejemplo, en imágenes radiológicas (figura 1).

Negativo Niveles de gris en la salida , s

La expresión dominio espacial hace referencia a la modificación directa de los píxeles que componen una imagen. Un sistema que hace este tipo de procesamiento se pude denotar mediante la siguiente expresión:

n-ésima raíz

3L/4 Log

n-ésima poetencia

L/2

L/4 Log inverso 0

0

L/4

L/2

3L/4

L-1

Niveles de gris en la salida , r Figura 2. Algunas transformaciones en niveles de gris usadas para mejorar la imagen. Gráfica tomada de [1]

Otra alternativa válida para el procesamiento de imágenes en el dominio espacial consiste en hacer uso del histograma. Este se define como una función de probabilidad que almacena la repetición de un suceso. En una imagen digital, cuyos niveles de gris están en el rango [0,L_1], es una función discreta )=n donde rk es el k-ésimo nivel de gris y nk es h(r k k el número de píxeles en la imagen que tienen ese valor de intensidad. (a)

(b)

Figura 1. (a) Imagen radiológica original. (b) Imagen obtenida usando una transformación negativa.

La manipulación del histograma es la base de muchas transformaciones en el dominio espacial. Las operaciones que se pueden realizar con este pueden brindar mejoras a la imagen en contraste, brillo o sim-

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14 plemente dar información estadística que pueda ser utilizada en otros procesos.

(a)

sólo involucra una imagen). Las más usadas son AND, NOT, OR y operaciones como substracción, suma, multiplicación. Por ejemplo, en el campo de la astrofotografía aficionada, es común tomar secuencias de fotos y promediarlas para obtener mejores resultados. De igual forma, debido a las características del ruido producido por los CCD, es común restar de la imagen que se quiere una fotografía tomada al vacío reduciendo el efecto de la perturbación. Otro ejemplo comúnmente usado es la substracción. La diferencia entre dos imágenes y f (x,y) y h (x,y) puede expresarse como:

h (x,y)=f (x,y)_h (x,y) Esta operación se emplea a menudo en video para determinar los elementos en movimiento en una secuencia de cuadros (figura 4). (b)

(a) (c)

(b)

(d)

Figura 3. Procesamiento por medio del histograma. (a) Imagen con alto brillo. (b) Imagen con bajo brillo. (c) Imagen con bajo contraste. (d) Imagen con alto contraste.

Otra de las alternativas utilizadas para el procesamiento en el dominio espacial consiste en la utilización de operaciones matemáticas y/o lógicas entre imágenes para obtener los resultados deseados. Estas operaciones se realizan entre dos imágenes, píxel a píxel (con excepción de la operación NOT que

(c)

Figura 4. Operaciones matemáticas entre imágenes. (a) Imagen enésima. (b) Imagen enésima+N. (c) Valor absoluto de la diferencia umbralizada entre la imagen enésima y la imagen enésima+N


Técnicasenelprocesamientodigitaldeimágenes:unaconstanteexploracióndenuevoscampos.

Técnicas en el dominio de la frecuencia La manipulación de señales en el dominio de la frecuencia se debe fundamentalmente al trabajo realizado por el matemático francés Joseph Baptiste Fourier, publicado a principios del siglo XIX, denominado La Théorie Analitique de la Chaleur (La teoría analítica del calor). Fourier, a quien hoy debemos muchos de los avances en aplicaciones tan cotidianas como las comunicaciones (radio, televisión y los principios más básicos de la telefonía inalámbrica), nunca se imaginó los alcances que tendría su controvertida y discutida teoría. Fue discípulo de Laplace, otro de los grandes matemáticos franceses de la historia. Y fue precisamente él mismo (su maestro) quien primero puso en duda las teorías propuestas por Fourier [6, 7]. La idea básica –y mayor contribución de Fourier– fue representar una señal periódica (una señal que se repite cada intervalo de tiempo (T) como una combinación de funciones senoidales, lo cual, para sus colegas de la época, era algo inconcebible; este planteamiento recibió el nombre de la serie de Fourier. Por ejemplo, una función

con discontinuidades o cambio abruptos, sencillamente era imposible que fuera representada con una función “suave” como es una senoidal, o por lo menos eso se creía. A pesar de las diversas discusiones que se presentaron, no fue sino hasta después de la muerte de Fourier que un matemático de apellido Dirichlet pudo demostrar bajo qué condiciones se podía representar una señal como una combinación de señales senoidales, validando de esta forma el trabajo iniciado por Fourier. Posteriormente surgió el análisis por medio de la transformada de Fourier, el cual no es más que una extensión de la teoría planteada originalmente, pero para señales que no sean necesariamente periódicas. A partir de estas formulaciones se comenzó a hablar del dominio de la frecuencia, ya que la transformada de Fourier puede verse como un cambio en el dominio de la función:

Tiempo (t)

Transformada de Fourier F

Frecuencia(w)

Surge entonces el problema de visualizar la frecuencia. ¿Qué es la frecuencia? Podríamos decir que es el inverso del período, como nos enseñaron en las clases de física de la educación secundaria. Pero, entonces, ¿qué es el período? El período es una medida relacionada tiempo; puede ser más fácil definir el período ya que se encuentra asociado al tiempo, y de este último tenemos un conocimiento intuitivo, más no exacto de lo que pueda ser; y si nos remitimos a la relatividad el asunto se vuelve aún más complejo. Desde el punto de vista matemático, se define el período de una señal como aquel valor para el cual f (t)=f (t+T) para todo t, es decir, que la señal no tiene cambios con respecto a su variable independiente (en este caso, tiempo). Vale la pena analizar la definición de frecuencia para algunas señales específicas. Por ejemplo, en una señal de audio la frecuencia está asociada a las notas de la escala diatónica; la nota LA se asocia a una frecuencia de 440 Hertz (Hz). Cuando hablamos de la luz (comportándose como una onda y no como una partícula) podemos asociar los colores (luz visible) a frecuencias específicas,

15


8

ubicando los colores en el espectro electromagnético en frecuencias que van desde 350THz el (violeta) hasta los 384THz (rojo). Pero en una imagen (señal bidimensional), ¿qué puede representar la frecuencia? Para responder esta pregunta, haremos algunos planteamientos matemáticos, a pesar de que la finalidad de este documento no es profundizar en estos aspectos. La transformada de Fourier para una señal unidimensional se define como [1]: _ j2 ux

8

f (u)= f (x)e

(a)

dt

8

Donde j = _1. La trasformada inversa o ecuación de síntesis que determina f (x) a partir de su trasformada está definida como: j2 ux

du

8

f (x)= F(u)e

8

8

Para las señales bidimensionales como las imágenes estas ecuaciones pueden extenderse a las variables u y v . _ j2 (ux+vy)

(b)

dxdy

8

8

F(u,v)=

f (x,y)e

8

8

8

f (x,y)=

8

y la transformada inversa, F(u,v)e

j2 (ux+vy)

dudv

Sin embargo, al trabajar con imágenes discretas, nuestro interés estará enfocado a la representación discreta de la transformada y su efectiva implementación de sistemas de procesamiento digital. Para esto se hace uso de la transformada discreta de Fourier (DFT), cuya implementación mediante de FFT (fast Fourier transform) permite obtener algoritmos útiles y eficientes. La DFT bidimensional de una imagen f (x,y) de tamaño MxN está dada por: 1 F(u,v)= MN

M_1 N_1

ΣΣ ƒ(x,y)e

Y su inversa por: M_1 N_1

ƒ(x,y)=

_ j2π(ux/M+vy/N)

x=0 y=0

ΣΣ F(u,v)e

Figura 5. Transformada de Fourier de un pulso bidimensional. (a) Pulso bidimensional. (b) Magnitud de la transformada de Fourier como imagen. (c) Magnitud de la transformada de Fourier como un función bidimensional

_ j2π(ux/M+vy/N)

u=0 v=0

Es importante visualizar que el resultado puede ser un número complejo, por lo tanto, su resultado se expresa en función de la magnitud y de la fase. Teniendo esto en cuenta es posible visualizar la transformada de una función pulso bidimensional, como se muestra a continuación:

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(c)

La gráfica de la figura 6(c) muestra la magnitud de la DFT bidimensional de la imagen que representa un pulso. Como se podría esperar, ésta es una función impulsiva que va decreciendo de acuerdo a la forma definida por la función sinc(x)= sin x . Hagamos x otro experimento; con la misma imagen vamos a


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Técnicasenelprocesamientodigitaldeimágenes:unaconstanteexploracióndenuevoscampos.

reconstruir la señal original haciendo, primero, la magnitud igual a cero y, después, la fase igual a cero. De esta forma obtenemos: (a)

Figura 7. Respuesta en frecuencia del filtro “bordes definidos”.

(a)

(b)

Figura 6. Reconstrucción de la figura 5 (a) usando la transformación inversa. (a) Manteniendo la fase y anulando la magnitud. (b) Manteniendo la magnitud y anulando la fase.

Es claro que la figura de la fase 7(a) es de una gran importancia ya que conlleva la mayor parte de la información. Mientras que al hacer la fase cero y conservar la magnitud, la imagen sintetizada es una imagen plana que no brinda ninguna información (figura 7(b)). A partir de esto podemos deducir que la fase de la transformada de Fourier en imágenes está relacionada con la información de bordes de los objetos y, por lo tanto, con la inteligibilidad de la señal.

(b) Figura 8. (a) Imagen original. (b) Imagen con bordes defini-

Este trabajo en el dominio de la frecuencia permite el diseño de sistemas específicos que atenúen un determinado rango de frecuencias (filtrado), realizando labores como la atenuación o el realce de bordes, la reducción de ruido o, en general, el mejoramiento de la imagen. Por ejemplo, visualicemos cómo podemos utilizar la DFT para procesar una imagen fotorealística. Cuando trabajamos con la fotografía ‘lena’ (una imagen estándar para la realización de pruebas en procesamiento de imágenes dadas sus valiosas características de textura y tonalidad) podemos procesarla mediante el empleo de un filtro pasa altos que mejora el contraste de la imagen. Este filtro tiene la siguiente respuesta en frecuencia:

dos.

La imagen de la figura 8(b), por lo tanto, tiene unos bordes mejor definidos y un mejor contraste.

Técnicas multiresolución (wavelets) A pesar de que el análisis de Fourier ha sido desde hace mucho tiempo la base del procesamiento basado en las transformaciones de dominio, desde finales de la década de los setentas numerosos matemáticos en el mundo entero han trabajado en la búsqueda de otra transformación que permita mantener al mismo


18 tiempo información temporal y espectral. Estos esfuerzos han dado sus frutos y de ellos ha surgido la teoría denominada análisis multiresolución. Dentro de esta área, y como caso específico, se puede ubicar la transformada Wavelet (ondita) y su caso particular para las señales discretas, la Discrete Wavelet Transform (DWT). Esta transformada está haciendo hoy en día aún más fácil la compresión, transmisión y análisis de muchas imágenes. A diferencia de la transformada de Fourier, cuyas funciones bases son de forma senoidal, la trasformada wavelet está basada en pequeñas ondas (onditas) de variada frecuencia y duración limitada. Uno de los grandes matemáticos de nuestro tiempo, Gilbert Strang, profesor del MIT, compara estas dos transformaciones diciendo que, mientras la DFT nos proporciona solamente las frecuencias o notas de una obra musical, la DWT proporciona todo el pentagrama completo, es decir, las notas (frecuencia) y el momento específico que cada una de ellas ocurre (información temporal) [8].

de la denominada función de escala y (x,y) se conoce con el nombre de función wavelet. WΦ son los coeficientes de aproximación y W i se denominan coeficientes de detalles horizontal, vertical y diagonal, de acuerdo al valor i . A continuación se muestran los coeficientes de una transformada wavelet de 3 niveles y la imagen reconstruida a partir de ellos. Los coeficientes se distribuyen desde la parte superior izquierda, donde se encuentran los de aproximación. Alrededor de estos están los coeficientes de detalle de tercer nivel, horizontal (derecha), vertical (inferior) y diagonal (diagonal). Los coeficientes que se visualizan en la parte más exterior son los de detalle de primer nivel.

La herramienta denominada teoría multiresolución [9] unifica e incorpora diversas técnicas y, como su nombre lo implica, está relacionada con el análisis de las señales o imágenes en más de una resolución. Matemáticamente la transformada wavelet bidimensional se define de la siguiente forma:

WΦ( j0 ,m,n)= W i( j,m,n)=

M_1 N_1

ΣΣ ƒ(x,y)Φj0 ,m,n (x,y)

1 MN x=0

y=0

M_1 N_1

ΣΣ ƒ(x,y) j,m,n (x,y) i= H,V,D

1 MN x=0

{

y=0

Donde Φ(x,y) corresponde a diferentes versiones

Figura 9. Transformada Wavelet usando la función wavelet Haar con tres niveles.


Técnicasenelprocesamientodigitaldeimágenes:unaconstanteexploracióndenuevoscampos.

Como se mencionó anteriormente, la transformada wavelet ha abierto nuevas alternativas en los procesos de compresión de imágenes. Dentro del proceso de codificación de una señal cualquiera es muy común trabajar con una representación de ésta en un espacio que decorrelacione los diferentes datos. Esto se logra encontrando una transformación que genere unos coeficientes (espacio de características) que no posean información redundante, reduciendo de esta forma el tiempo de procesamiento y los requerimientos del sistema [10]. En el área de compresión de imágenes se ha incrementado el uso de transformadas multiresolución como las wavelets para la creación de nuevos estándares entre ellos el JPEG2000 y el MPEG4 [11, 12]. Una transformada multiresolución ofrece interesantes características que permiten un análisis más global de este tipo de señales. En especial el estándar JPEG2000 toma cada día más y más fuerza en el mundo de las imágenes gracias a su alta capacidad de compresión una con mínima pérdida de información fotorealística. Surge como un natural sucesor del estándar JPEG. En video, las bajas capacidades de los canales inalámbricos y la alta demanda de buena calidad hacen incesante la búsqueda de un estándar que brinde estás dos características a la vez. El análisis wavelet tridimensional surge entonces como una alternativa que busca implementar mediante los algoritmos de compresión MPEG4 y MPEG7 video de alta calidad y baja tasa de bits, para de esta forma buscar los límites en aplicaciones tales como la televisión de alta definición o la televisión digital.

Referencias [1] Gonzales R., Woods R., Digital Image Processing. 2a ed. New jersey: Prentice Hall, 2002. [2] Proakis J., Tratamiento digital de señales: principios, algoritmos y aplicaciones. 3ª ed. Madrid: Prentice Hall, 1998. [3] Pratt W., Digital Image Processing: PIKS Inside. 3a ed. Los Altos (EE. UU.): John Wiley & Sons, 2001. [4] Marr D., Vision: A Computacional Investigation into the Human Representation and Processing of Visual Information. San Francisco (EE. UU.): W. H. Freeman and Company, 1982. [5] Jain A.K., Fundamentals of Image Processing. Englewood Cliffs (EE. UU.): Prentice-Hall International, 1989. [6] Soliman S., Continuous and Discrete Signals and Systems. 2a ed. New jersey: Prentice Hall, 1998. [7] Oppenheim, A. V. et ál., Señales y sistemas. 2ª ed. México: Prentice Hall, 1998. [8] Strang G., “Wavelets”, American Scientist. No. 82. (Abril, 1994), pp. 250255. [9] Strang G, Nguyen T., Wavelets and Filter Banks. Massachusetts: Wellesley, 1997. [10] Antonini M., Barlaud M., Mathieu P., Daubechies I., “Image Coding Using Wavelet Transform”, IEEE Transactions on Image Processing. Vol. 1, No. 2. (Abril, 1992), pp. 205-220. [11] Skodras A., Christopoulos C., Ebrahimi T., “The JPEG200 Still Image Compression Standard”, IEEE Signal Processing Magazine. (septiembre, 2001), pp. 36-58. [12] Bailly, G., Elisei, F., Odisio, M., Pelé, D., Caillière, D. and Grein-Cochard, K. “Talking Faces for MPEG-4 Compliant Scalable Face to Face Telecommunication”, Proceedings of the Smart Objects Conference, 2003.

El procesamiento de imágenes se ha tornado hoy en día en un área de basto conocimiento y en un campo de desarrollo aún más grande. Siendo así, y de acuerdo al proverbio anónimo, si “una palabra dice más que mil palabras”, muchas cosas más podríamos expresar con una imagen procesada. Notas 1

El verbo que describe correctamente este comportamiento debe ser “dis-

cretizar” más que digitalizar, a pesar de no ser aceptado por la Real Academia de la Lengua Española. Una función discreta sólo toma valores específicos de la variable independiente, mientras una función digital toma valores finitos de la variable dependiente.

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La resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje de algoritmos

RESUMEN

El siguiente artículo presenta una propuesta de enseñanza y aprendizaje, la cual, desde la perspectiva de la resolución de problemas, permite encontrar alternativas que se plasman a través de un algoritmo. Dicha propuesta es el fruto de una investigación efectuada en la Corporación Universitaria Unitec bajo la asesoría y dirección del Dr. Paulo Emilio Oviedo.1

Introducción La práctica educativa en el presente milenio se ve abocada a retos acordes con el avance en las comunicaciones que cada vez hacen más amplio el círculo de convivencia ciudadana, nacional e internacional. Nos encontramos ante un mundo sin fronteras que moviliza muy diversas formas de abordar el conocimiento, fruto de investigaciones, en ámbitos inconcebibles en siglos anteriores. Es así como la ciencia y la tecnología están aunando esfuerzos para colocar a las naciones en espacios de competitividad creciente, donde las personas desplieguen sus habilidades y experticia en la carrera hacia la globalización de modelos de mayor productividad. Ante este panorama, corresponde a las instituciones de educación superior y para lo superior preparar a

Liliana Janeth Barrera Rodríguez Ingeniera de Sistemas, Especialista en Dirección de Empresas, Magíster en Docencia. Jefe de Programa de Sistemas, Electrónica y Telecomunicaciones. Corporación Universitaria Unitec María Teresa Davis Díaz Psicóloga, Especialista en Educación y Desarrollo Cultural, Magíster en Docencia, PTC Area Socio-Humanística. Corporación Universitaria Unitec

los jóvenes en el desarrollo del ser, del saber, del hacer y del convivir, para su ingreso y permanencia exitosa en la sociedad científica y del conocimiento. Es el docente el llamado a asumir el mayor compromiso exigido por la sociedad y refrendado por la Ley General de Educación; ésta, en su capítulo 1, artículo 1, expresa: “La educación superior es un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral, (…) y tiene por objeto el pleno desarrollo de los estudiantes y su formación académica o profesional.”2 Por tanto, el proceso de enseñanza que desarrolla el docente debe responder a las necesidades de sus estudiantes para, de esa manera, viabilizar el aprendizaje significativo que los capacite para responder a las salidas ocupacionales de su profesión, cada vez más exigentes. Cabe entonces proponer a las instituciones de educación la adopción de estrategias de enseñanza y de aprendizaje innovadoras que, contrarias o complementarias a las tradicionales, promuevan en los educandos la movilización de sus estructuras cognitivas


La resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje de algoritmos

en beneficio de la autoconstrucción de conocimientos y hacia posturas éticas de convivencia.

Diagnóstico En el segundo periodo lectivo del año 2002, la Corporación Universitaria Unitec presentó ante Icfes seis nuevos programas profesionales universitarios entre los cuales se incluyeron tres programas de la Escuela de Ingeniería: Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Electrónica e Ingeniería de Telecomunicaciones. Al realizar la estructuración de estos programas, una de las problemáticas más analizadas fue la dificultad que presentaban los estudiantes para resolver problemas propios de la profesión. Por esa razón se incluyó como módulo de los tres planes de estudios el de Creatividad y resolución de problemas y, además, se planteó la necesidad de analizar las causas que determinaban esta dificultad desde el primer semestre, especialmente en los módulos que contribuyen a la enseñanza y el aprendizaje de métodos para resolución de problemas como son los de Métodos de programación e Informática I. En razón a esa necesidad, el grupo investigador se propuso identificar las causas referidas a la enseñanza y el aprendizaje en la resolución de problemas a través de algoritmos. Para lograr lo anterior, se decidió identificar los índices de deserción y repitencia apoyándose en los datos cuantitativos almacenados en la base de datos de la Institución, realizar conversaciones y recolectar testimonios de los docentes que tenían a su cargo los módulos ya mencionados, aplicar una encuesta a estudiantes y docentes para

determinar las causas que incidían en la problemática y, desde allí, elaborar una propuesta de enseñanzaaprendizaje que pudiera ser aplicada en el desarrollo de estos módulos en los dos programas académicos adscritos a la Escuela de Ingeniería de Unitec, lo cual ayudara a disminuir los índices de deserción y repitencia mediante la resignificación del rol del docente y de los estudiantes en el aula de clase. De esa manera, la investigación se realizó con estudiantes de primer semestre de las carreras tecnológicas de Sistemas así como de Electrónica y Telecomunicaciones, las cuales requieren generar una comprensión y actitud favorable hacia la lógica y la práctica, a través de métodos eficaces que faciliten su aplicación en la resolución creativa de problemas. En el análisis de los datos de la Institución se encontró lo siguiente: en el segundo periodo lectivo del 2002, la Escuela de Ingeniería contaba con una población total de 455 estudiantes, de los cuales 292 correspondían al programa de Tecnología en Sistemas y 163 al de Tecnología en Electrónica y Telecomunicaciones. La población tomada en la investigación fue situada en el segundo periodo lectivo de 2004, siendo la población total de la Escuela de 522 estudiantes, de los cuales 284 correspondían al programa de Tecnología en Sistemas y 238 al programa de Tecnología en Electrónica y Telecomunicaciones. El análisis de los índices de repitencia y de deserción de los estudiantes de la Escuela de Ingeniería se realizó por separado en los dos programas académicos y en cada una de las jornadas tomando como rango de análisis los

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22 periodos comprendidos entre el segundo periodo de 2002 y el segundo periodo de 2004. Con relación al Programa de Tecnología en Sistemas, en la jornada diurna, la población total en el segundo periodo de 2002 era de 124 estudiantes y de 123 en el segundo periodo de 2004; por su parte, en la jornada nocturna, correspondían a 168 en el segundo periodo de 2002 y a 161 estudiantes en el segundo periodo de 2004, lo cual evidenció una estabilidad respecto al número de estudiantes activos. Por otro lado, la participación de los estudiantes que ingresan a primer semestre es significativa respecto a la población total en cada una de las jornadas del programa. Los índices de deserción encontrados para el primer semestre superan los encontrados en los semestres posteriores, oscilando entre el 13 y el 56% para la jornada diurna y entre el 20 y el 38% para la jornada nocturna. Al centrar el análisis de los datos sobre el módulo de Métodos de programación, se calcularon los índices de deserción, que representan estudiantes que abandonaron sus estudios y que lo reprobaron o aprobaron; oscilaban entre el 7 y el 36% en la jornada diurna y entre el 25 y 38% para la nocturna. Con respecto a la repitencia de éste por parte de los estudiantes, se encontró que los índices variaban entre el 19 y el 41% en la diurna y entre el 14 y 36% en la nocturna. Lo cual permite afirmar que la deserción y repitencia es alta y refleja los resultados obtenidos por los estudiantes de I semestre y que justificó plenamente el diseño de la propuesta. En cuanto al Programa de Tecnología en Electrónica y Telecomunicaciones, para la jornada diurna la población total en el segundo periodo de 2002 fue de 77 estudiantes y de 115 en el segundo periodo de 2004; para la jornada nocturna, por su parte, fueron 86 en el segundo periodo de 2002 y 123 estudiantes en el segundo periodo de 2004, lo cual refleja crecimiento en el número de estudiantes activos del programa como consecuencia del aporte de los estudiantes que ingresan a 1er semestre y debido al corto tiempo de implementación de este programa en Unitec. Los índices de deserción encontrados para el primer semestre superan los encontrados en los semestres

posteriores, oscilando entre el 7 y el 35% para la jornada diurna y entre el 20 y el 60% para la jornada nocturna. Al centrar el análisis de los datos sobre el módulo de Informática I, relevante para la investigación, se encontró que los índices de deserción oscilaban entre el 21 y el 33% en la jornada diurna y entre el 22 y 47% para la nocturna. Con respecto a la repitencia de esta materia por parte de los estudiantes se encontró que lo índices variaban entre el 16 y el 50% en la diurna y entre el 24 y 43% en la nocturna. En los estudiantes que matricularon los módulos Informática I y Métodos de programación en ambos programas, los resultados de deserción y repitencia fueron igualmente altos, lo cual evidenció la necesidad de implementar una nueva forma de abordar los módulos que permitiera lograr en mayor medida el aprendizaje de los estudiantes, y mucho más si se tiene en cuenta que dichos módulos constituyen la base fundamental para desarrollar las habilidades y competencias que le facilitan al tecnólogo desempeñarse exitosamente en la resolución de problemas que correspondan a su campo profesional, es decir, en el contexto institucional referido tanto a su perfil profesional como ocupacional. De las conversaciones y testimonios de los docentes a cargo de los módulos se patentizó que los estudiantes no llegan a soluciones coherentes; es decir, dado un problema no logran su comprensión, ni aplican las estructuras cognitivas correspondientes mediante el desarrollo de los procesos cognitivos de razonamiento, resolución de problemas y creatividad, quedando inconclusa la actividad intelectual esperada, lo cual es evidente porque no logran los resultados propuestos.


La resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje de algoritmos

Por otra parte, la evaluación que hacen los estudiantes de los docentes que tienen a su cargo la actividad pedagógica y educativa en el proceso de su enseñanza, da cuenta de vacíos metodológicos que inciden en el desarrollo de las estrategias que favorezcan un ambiente propicio para comunicar los contenidos curriculares de los módulos antes mencionados y de las consecuencias que esto genera sobre los resultados que se obtienen en los módulos siguientes del de Programación, los cuales parten de las bases y fundamentos obtenidos allí. La forma de enseñar transmisionista y magistral y el aprendizaje repetitivo, los cuales aún permanecen en la actividad educativa, son un problema que limita la posibilidad de acrecentar las competencias del estudiante para el abordaje del conocimiento y el desarrollo de habilidades para pensar y actuar, orientadas éstas a la resolución creativa de los problemas que generan los retos impuestos por la acelerada expansión de tecnologías en la sociedad contemporánea. Los datos provenientes de las dos encuestas aplicadas –una a estudiantes y una segunda a docentes– se analizaron teniendo como referente la base teórica del trabajo realizado y se encontró que la enseñanza de algoritmos adolecía también de los mismos defectos contraproducentes para alcanzar los objetivos que se buscaban, puesto que no se incentivaba la participación activa del estudiante en la construcción colectiva del conocimiento, ni la generación de círculos de estudio que pudieran favorecer la socialización de los procesos de aprendizaje; asimismo, no se tenían en cuenta sus aprendizajes previos para realizar una conexión significativa con ellos en su estructura mental para consolidar un aprendizaje significativo (y, por ende, el desarrollo de las competencias cognitivas), quedando el aprendizaje de algoritmos inconexo en la resolución de problemas reales o artificiales de al-

guna complejidad propios de diversos procedimientos en la ejecución de sus tareas ocupacionales. De los resultados obtenidos surgió, entonces, la necesidad de disminuir los índices de deserción y repitencia en los módulos ya mencionados mediante la reflexión y resignificación del quehacer docente para orientar a sus estudiantes con estrategias didácticas que faciliten su participación activa en el proceso de aprendizaje y que desarrollen competencias cognitivas, habilidades y actitudes favorables hacia la construcción de nuevos conocimientos. Por otro lado, los resultados académicos en los módulos en los periodos investigados testimonian la problemática encontrada toda vez que el número de estudiantes con calificaciones finales en rangos de 3.0 a 3.4 es muy alto, lo cual demuestra una baja transferencia de conocimientos y competencias para resolver problemas a través de algoritmos, base fundamental de los contenidos propuestos. Para lograr los objetivos formativos de las tecnologías correspondientes a la Escuela de Ingeniería, dichos módulos pretenden desarrollar en el estudiante la habilidad de proponer algoritmos que representen soluciones a problemas. Este propósito no se evidencia, pues los estudiantes muestran grandes dificultades en la comprensión y resolución de problemas, sin mostrar identificación de la información pertinente ni aportar formas alternativas en la formulación de procedimientos innovadores. En el aprendizaje de algoritmos el estudiante debe afrontar diversas dificultades tales como: de contexto, ligadas a las creencias de los estudiantes, estructura y tipos de problemas y el actuar del docente; de proceso, sobre el análisis, comprensión del problema y proceso de resolución; y aquellas que corresponden a las capacidades que como solucionadores desarrollan y mejoran a través del aprendizaje significativo. El desarrollo y aplicación de procesos de pensamiento lógico y creativo se convierte en una imperiosa necesidad en el proceso enseñanza-aprendizaje de la Escuela de Ingeniería ya que se constituye en una habilidad fundamental del futuro tecnólogo, el cual debe manejar altos niveles de procesos lógico-mate-

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máticos para el desarrollo de algoritmos, programación, sistemas de información y sistemas electrónicos y de comunicaciones. Es así como la actividad educativa en la Escuela de Ingeniería necesita que el quehacer docente (con sus saberes y metodologías de enseñanza y aprendizaje) se comprometa en la formación de los futuros tecnólogos, de forma que se fortalezca a partir de los resultados que arrojan las evaluaciones que sus estudiantes hacen de su desempeño, a fin de que la mortalidad académica de los estudiantes en los módulos disminuya y su aprendizaje sea significativo.

Fundamentación teórica de la propuesta

Surge la resolución de problemas como una estrategia metodológica a favor del desarrollo integral del estudiante, convirtiéndose en una herramienta valiosa que facilita su trabajo activo, puesto que la búsqueda sistemática y las estrategias subyacentes (tanto de enseñanza como de aprendizaje) permiten seleccionar y evaluar soluciones alternativas a situaciones donde el uso del pensamiento lógico, la creatividad, la comprensión y el análisis encuentran el escenario propicio para su desarrollo y aplicación en la construcción del conocimiento. Así, la resolución de problemas “supone una concepción dinámica de la educación basada en la comprensión. El estudio en torno a la enseñanza y el aprendizaje de la resolución de problemas debe abogar por la renovación y el enriquecimiento del concepto de problema para promover cambios conceptuales, metodológicos y actitudinales de los estudiantes.”3 La resolución de problemas se centra en presentar a los estudiantes situaciones abiertas en los sabe-

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res que aborden, de manera que le exijan una actitud dinámica y decisión por encontrar sus propias respuestas. El ejercicio docente basado en ésta permite desarrollar en los aprendices el dominio de procedimientos así como la aplicación de sus conocimientos almacenados con la finalidad de emitir respuestas a situaciones variables y diferentes. La resolución de problemas hace referencia a tres dimensiones cognitivas: la comprensión del problema, los procedimientos para la resolución y los factores que influyen en ella (como son la experticidad y las fijaciones cognitivas). Por lo tanto, “[o]rientar el currículo hacia la solución de problemas implica buscar y diseñar situaciones lo suficientemente abiertas como para inducir en los estudiantes una búsqueda y apropiación de estrategias adecuadas para encontrar respuestas a preguntas no sólo escolares, sino también de su realidad cotidiana. Sin procedimientos eficaces –sean destrezas o estrategias– el alumno no podrá resolver problemas”.4 Sin embargo, enseñar a resolver problemas no se reduce a facilitar en los estudiantes la aplicación de habilidades procedimentales, sino también en desarrollar en ellos el hábito y la actitud de abordar el aprendizaje como un problema al que es necesario hallarle respuesta. Se incluye en el aprendizaje, además, plantearse problemas y problematizar la realidad para encontrar respuestas que se conviertan en enriquecimiento personal, profesional y social. En la resolución de problemas se conjugan también los hechos mismos y los conceptos,5 lo cual marca la diferencia entre un ejercicio repetitivo donde no hay compromiso significativo del procedimiento y de las estrategias aplicadas y la resolución de un problema que se refiere a la aplicación factual y conceptual en las propuestas metodológicas que se apliquen en el proceso. Aunque es una diferencia sutil tiene gran relevancia a la hora de enfrentar al estudiante con situaciones nuevas que requieran, igualmente, nuevas y creativas soluciones y no fórmulas repetitivas que se apliquen cuando las situaciones son similares. Para la investigación se tuvo en cuenta una perspectiva constructivista, puesto que ésta brinda un marco


La resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje de algoritmos

conceptual desde el cual se considera que su estudio facilita el indagar acerca de cómo el estudiante procederá a proponer situaciones novedosas, estructuradas por él mismo, en la aplicación de procesos y procedimientos para solucionar problemas a través de algoritmos, cuyo aprendizaje sea significativo por encontrarse en su radio de interés ocupacional. La teoría del procesamiento de información permitirá analizar las etapas que el estudiante realiza para solucionar el problema y así identificar qué parte del proceso presenta mayores dificultades y aciertos; de esta forma, el sistema estudiante-ambiente-problema-docente, visto desde una perspectiva sistémica, permite encontrar algunas respuestas.

y a la actividad de expresar un algoritmo en forma de programa se le denomina programación. Cada paso en el algoritmo esta expresado por medio de una instrucción en el programa. Por consiguiente, un programa consta de una secuencia de instrucciones, cada una de las cuales especifica las operaciones que debe realizar la computadora.”7 Los procesos de pensamiento divergente permiten la generación de enfoques alternativos a la solución de un problema y están relacionados, principalmente, con la fase de inspiración y con la creatividad.

Vale decir que las teorías sobre resolución de problemas no son excluyentes entre sí, sino que aportan diversos puntos de vista sobre dicho proceso, a saber: “una orientación perceptual conducente a explicaciones teóricas que hacen énfasis en la reorganización de la situación problema por quien soluciona el mismo, la utilización de explicaciones introspectivas y el interés en el efecto de las variaciones, durante la presentación del problema, antes que en la dificultad de la solución.”6 De la misma manera que el asociacionismo al referirse a la misma temática hace descripciones asociativas en términos impersonales de estímulos y respuestas para lo cual cobra especial interés el aprendizaje basado en reforzamiento, olvido y generalización. Las estrategias de resolución de problemas incluyen los métodos heurísticos, puesto que son estrategias generales de resolución y reglas de decisión utilizadas por los solucionadores, basadas en la experiencia previa con problemas similares, indican las vías o posibles enfoques a seguir para alcanzar una solución y requieren conocimiento declarativo, procedimental y estratégico. Los algoritmos son procedimientos específicos que señalan paso a paso la solución de un problema y que garantizan el logro de una solución siempre y cuando sean relevantes al problema. “Cuando el procesador es una computadora, el algoritmo ha de expresarse de una forma que recibe el nombre de programa. Un programa se escribe en un lenguaje de programación

Elementos de la propuesta Ésta consta de tres fases, a saber: La fase de planeación y organización constituyó la esencia de la propuesta, incluyendo objetivos, el fundamento conceptual, su articulación con el currículo de cada programa académico expresado mediante el modelo de microcurrículo adoptado en Unitec en su rediseño curricular, la guía de seguimiento al proceso de enseñanza y aprendizaje de algoritmos usando como estrategia didáctica, la resolución de problemas que se describe mediante ejemplos y se

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26 3

complementa con problemas propuestos.

vestigación”. Itinerario Educativo. No. 42 (junio-diciembre, 2003), p. 59. 4

La segunda fase (la inducción) contempló la socialización de la misma en la comunidad académica de la Escuela y buscó la participación y motivación de los docentes mediante diversas estrategias conducentes a capacitarlos en la aplicación de la propuesta y para establecer compromisos y tareas para su aplicación. La fase de ejecución comprendió el proceso de implementación en el aula por parte de los docentes que garantizara la participación y motivación de los estudiantes para validar la propuesta mediante el seguimiento y evaluación de los resultados a lograrse en el proceso de enseñanza y aprendizaje en el desarrollo de tales módulos. Posteriormente, se realizó la retroalimentación de todo el proceso, la cual buscaba irradiar la aplicación en otros módulos de la resolución de problemas como una estrategia didáctica que posibilitara el aprendizaje autónomo y significativo de los estudiantes. Es la “Propuesta de enseñanza y aprendizaje de algoritmos basada en la resolución de problemas” la respuesta a la necesidad de implementar alternativas de enseñanza y aprendizaje de algoritmos, tendiente a disminuir los índices de deserción y repitencia en los primeros semestres de la Escuela de Ingeniería.

Paulo Emilio Oviedo, “La resolución de problemas como actividad de in-

Juan Ignacio Pozo et ál., La solución de problemas. Madrid: Santillana,

1999, p. 15. 5

Cf. ibíd.

6

P. Oviedo, óp. cit., p. 46.

7

Luis Joyanes, Fundamentos de programación: algoritmos y estructuras de

datos. México: McGraw-Hill, 1996, p. 2.

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Corresponde, entonces, a las instancias educativas de Unitec, la inducción e implementación de la propuesta y su respectiva evaluación, para consolidar un estilo de enseñanza y de aprendizaje que corresponda a las exigencias del mundo moderno y a las misiones propias de la educación superior que se caracteriza por enseñar a que el estudiante aprenda a aprender, aprenda a ser, aprenda a hacer y aprenda a convivir.

1

de datos. México: McGraw–Hill, 2001. REPÚBLICA DE COLOMBIA. Ley general de educación. Ley 115 de febrero 8 de 1994. OVIEDO, Paulo Emilio. “La resolución de problemas como actividad de investigación: una perspectiva de desarrollo pedagógico.” Itinerario educativo. No. 42 (junio-diciembre, 2003). PARRA, Jaime. Artificios de la mente. Bogotá: Círculo de Lectura Alternativa, 2003. POZO, Juán Ignacio et ál. La solución de problemas. Madrid: Santillana, 1999. RINCÓN, Aurora. La solución de problemas: una estrategia didáctica que

Notas

fomenta en los estudiantes la participación y el desarrollo de capacidades

Liliana Barrera Rodríguez, Edgar Chamorro Gutiérrez y Maria T. Davis,

dad de la Salle, 2002.

“Propuesta de enseñanza y aprendizaje de algoritmos basada en la resolución de problemas”. Trabajo de grado (Magíster en docencia) Bogotá: Universidad de La Salle, 2006. 2

JOYANES A., Luis. Fundamentos de programación: algoritmos y estructura

Ministerio de Educación (Colombia), Ley General de Educación. Bogotá:

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como el análisis, síntesis y aplicación de conocimientos. Bogotá: UniversiTHARGARD, Paul. Mind. Cambridge (EE. UU.): The MIT Press, 1998. TORRES, Alfonso. Estrategias y técnicas de investigación cualitativa. Bogotá: Editorial Guadalupe, 1996. VERLEE WILLIAMS, Linda. Aprender con todo el cerebro. Bogotá: Editorial Martínez Roca, 1997. ZULUAGA, Olga lucía. Pedagogía e historia. Bogotá: Foro, 1988.


Epílogo sobre la aplicación de un concepto: dramaturgia en el cine y la televisión

Epílogo sobre la aplicación de un conceptO: dramaturgia en el cine y la televisión Si revisamos el currículo de muchas escuelas de cine y televisión en el mundo, casi siempre aparecerá, además de alguna materia destinada al aprendizaje de las técnicas del guión, otra llamada Dramaturgia, Dramaturgia cinematográfica, Dramaturgia televisiva o Dramaturgia audiovisual. Sin embargo, cuando analizamos los contenidos del proyecto pedagógico temático de la misma, se aprecian, en sentido general, ciertos vacíos en cuanto al objeto de estudio de esta disciplina del saber artístico. ¿Por qué ocurre esto? Ante todo, por una asimilación desactualizada del concepto, que intentaremos explicar en las siguientes líneas. Existe una conciencia generalizada entre los realizadores audiovisuales de que tanto la televisión como el cine le deben mucho al teatro en el área de la dramaturgia. La historia de ambos medios, desde sus inicios, nos muestra innumerables ejemplos de colaboración inter-lenguajes (audiovisuales-teatral), prestaciones de conceptos y de especialistas. Muchos de los grandes directores, actores y escritores cinematográficos y/o televisivos empezaron (o empiezan) su vida en el teatro. Entre las aportaciones fundamentales que la dramaturgia le ha legado al cine y la televisión, se en-

Adyel Quintero Díaz Doctor en Ciencia sobre Arte Profesor de Tiempo Completo Áreas: Dramaturgia, Guión y Dirección de Actores Programa de Cine y Televisión Escuela de la Imagen Corporación Universitaria Unitec cuentran diferentes posibilidades de tejer el material dramático, ya sea desde una armazón composicional que atiende a la forma básica del mito y los cuentos en la cultura occidental (principio, medio y fin), a partir de la deconstrucción de esta arquitectura, mediante analogías estructurales del esquema esencial de la tragedia definido por Aristóteles en su Poética, a través de los marcos formales desarrollados por los géneros, etc. Todas estas estructuras narrativas han tenido una influencia fundamental en la definición del rostro dramatúrgico del cine y la televisión contemporáneos, por lo que, efectivamente, para el profesional de estos medios resulta de capital importancia su conocimiento. Piénsese no más en el caso de las telenovelas o culebrones, que tanto le deben al melodrama desarrollado por Gilbert de Pixérécourt (1773-1844) y otros dramaturgos en la Francia de los siglos XVIII y XIX. Todavía las telenovelas repiten aquellos viejos patrones del género entre los cuales se encuentran: apelación constante a los sentimientos del público, maniqueísmo, uso de la música como elemento dramático que anuncia la entrada y salida de personajes, efectismo y finales felices con matrimonio incluido. La dramaturgia de la telenovela, además, se erige a partir de los cánones y las estructuras clásicas del llamado teatro aristotélico: “La obra expone un conflicto. Está

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28 construida en escenas que se encadenan estrechamente las unas con las otras, según un orden a la vez lógico, psicológico y cronológico: la naturaleza no da saltos, sigue un progreso lineal. (...) La atención va creciendo ya que permanece mantenida en desvelo por la solución”.1 El cine también nos muestra innumerables ejemplos de sus fuertes vínculos con el teatro, no sólo por la gran cantidad de textos teatrales de William Shakespeare, Tennessee Williams, Edward Albee –entre otros–, por los espectáculos musicales de Broadway que han encontrado sus versiones en la pantalla grande, sino además por los numerosos principios técnicos, salidos del teatro y empleados hoy en día por la mayoría de los textos dedicados a analizar las técnicas del guión cinematográfico. Vale destacar, en ese sentido: la estructura en tres actos, los tipos de conflictos, las formas genéricas (comedia románica, comedia de situaciones, drama psicológico), etc.

Pero si bien es cierto que el cine y la televisión han bebido tanto del arte teatral, también es verdad que supieron adaptar la herencia a sus respectivos lenguajes, teniendo a su vez una marcada influencia en la renovación de la teatralidad contemporánea. El diálogo entre cine, teatro y televisión ha posibilitado la apertura hacia creaciones escénicas de naturaleza híbrida, donde tanto el sonido como la imagen se han sometido a una experimentación constante. El llamado teatro multimedia constituye una notable muestra de ello. Me atrevería a asegurar que los próximos años conocerán un mayor desarrollo de este intercambio: las artes escénicas del futuro serán cada vez más audiovisuales y viceversa, de modo que cuando hablemos de dramaturgia sea redundante colocar el apellido audiovisual, pues el concepto podrá ser asumido como: el arte y técnica de la escritura de obras o construcción de sentidos a través del sonido y la imagen, ya sea en el cine, el teatro o la televisión. Obviamente, esto supone una apertura mucho mayor del campo de estudios de la disciplina; ya no nos estaremos refiriendo solamente al guión; es decir, a una dramaturgia del texto, sino a la obra como totalidad y a todos los procesos productivos que conducen a ella. Algunos estudios semióticos se han adelantado en ese camino y, en vez de hablar de escritor, prefieren utilizar el término de escriptores, el cual encierra no sólo al guionista, libretista o dramaturgo propiamente, sino también a todos los demás participantes en el proceso de producción de sentidos de una obra dramática: escenógrafo, actores, director, musicalizador, luminotécnico, director de fotografía, editor, etc. En la Antigua Grecia, la palabra drama significaba acción. Partiendo de esto, el célebre teatrista Eugenio


Epílogo sobre la aplicación de un concepto: dramaturgia en el cine y la televisión

Barba, infiere que dramaturgia es algo así como trabajo, obra de acciones. Sin embargo, veremos que este es un concepto más moderno. Hasta la primera mitad del siglo XX, dramaturgia designaba, tal y como se lee en el “Diccionario del Teatro” de Patrice Pavis, al “arte de la composición de obras teatrales, a la Técnica o ciencia del arte dramático que busca establecer los principios de construcción de la obra, ya sea inductivamente, a partir de ejemplos concretos, o deductivamente, a partir de un sistema de principios abstractos.”2 Semejante concepción responde a un criterio logocentrista, que sitúa al texto en el germen de todo teatro. No obstante, la irrupción de la vanguardia y la aparición de la figura del director teatral, unido a otros factores que propiciaron el desarrollo de la cultura escénica, trajeron consigo un viraje de perspectiva en el teatro occidental del pasado siglo. Las relaciones entre texto y escena empezaron a mutar durante la segunda mitad del XX, sobre todo, para consolidar un nuevo principio: la no tiranía del texto sobre la escena. El cambio de perspectiva motivó una nueva mirada sobre algunas definiciones clásicas del teatro. Eugenio Barba, comenzó a hablar de dramaturgia en términos de “tejido de acciones operantes, entendiendo por acciones operantes las que operan directamente sobre la atención del espectador, sobre su comprensión, sobre su emotividad, sobre su sinestesia”. Estas acciones se definen también como “todas las interacciones entre los personajes, o entre los personajes y las luces, los sonidos, el espacio.”3 En ese sentido, Barba hablaba de la existencia de una dramaturgia del actor, una dramaturgia del director, una de los componentes de la escena. Posteriormente, nos legó una definición más sintética y sistematizadora, al afirmar que dramaturgia es montar la atención del espectador. Podemos apreciar que ninguna de estas definiciones privilegia el estatus dictatorial del texto, sino que se atienen principalmente a la naturaleza del arte como una representación que ubica la sede de su montaje en el espectador para el cual transcurre. A través de esta mirada es que el término podría resultar más seductor para otros medios escénicos.

Sin embargo, y volviendo a nuestra idea inicial, el concepto que se suele emplear al hablar de dramaturgia en el cine o la televisión es el que atiende a una perspectiva logocéntrica del arte teatral. Así es que un taller de dramaturgia cinematográfica o televisiva se convierte, la mayoría de las veces, en un estudio de los principios técnicos sistematizados por la escritura teatral en Occidente, los cuales son aplicables y heredables a los medios audiovisuales. Esto no me parece desacertado. El problema está, y he ahí los vacíos mencionados en cuanto al objeto de estudio, en que se menoscaban ciertas zonas temáticas que, a partir de las definiciones más modernas del término dramaturgia, podrían aportar muchísimo a la generación de ideas sólidas que contribuyan al avance de los lenguajes audiovisuales y al fortalecimiento de las orientaciones estético-artísticas de nuestra cultura. Por ejemplo, la propuesta barbiana de una “dramaturgia centrada en el montaje sincrónico (simultaneidad) y diacrónico (concatenación) de las acciones físicas y vocales de los actores, y el desarrollo de una dramaturgia que en lugar de ilustrar una realidad anterior al espectáculo (un texto dramático, un argumento dado, una historia o simplemente la realidad del mundo exterior), lo recrea mediante un proceso de composición capaz de revelar las corrientes subterráneas que corren por sus profundidades y determinan su morfología”4 resultaría muy atractiva para la creación, verbigracia, de filmes de corte experimental, pues estamos hablando de estructuras cuya progresión es independiente del contenido narrativo y a partir de las cuales se llama al espectador para que se vuelva un participante cada vez más activo de la dramaturgia: ahora no sólo debe descifrar la historia, el personaje, sus implicaciones y mensajes ideológicos, sino que todo esto realmente es enmascarado bajo un forma dramática que comenta la tradición, la confronta y la pone bajo un lente nuevo que permite su disección-examen-análisis. La estructura dramática pareciera enseñarnos, en este caso, algo sobre nosotros mismos y es eso lo que debemos descubrir. Esta vocación por una dramaturgia que gira sobre sí y sobre su historia permite una reflexión antropológica acerca de la mímesis (representación de la realidad) en nuestra cultura y genera un autotexto per-

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30 manente (comentario sobre cómo yo digo de esto) que es el encargado, en últimas, de darnos claves para construir el sentido. Y semejante sentido estará relacionado, seguramente, con la idea de revelar los mecanismos de la ficción para explicar cómo nuestro pensamiento dramático es un reflejo de lo que somos en tanto cultura, historia, ideología y cosmovisión. Sin embargo, estos experimentos –derivados de una conceptualización más contemporánea de la dramaturgia– han tenido su desarrollo en la escena teatral de los últimos años; pero, a pesar de su divulgación mediante espectáculos y textos, no han llegado a los realizadores del medio audiovisual, quienes siguen repitiendo en sus guiones y en los textos que se escriben acerca de sus técnicas de escritura, los viejos cánones y modelos que la tradición dramatúrgica occidental ya ha reevaluado y reorientado. Falta, entonces, un diálogo mucho mayor entre cine, teatro y televisión con el fin de producir nuevas propuestas que, no sólo se apropien de la tradición, sino que dialoguen con ella, mediante la ironía, sin ingenuidades y que atiendan a las formas más recientes de narrar, de representar la realidad y de hablar sobre la condición humana, presentes en la creación dramática. Así, tendría más sentido una Dramaturgia cinematográfica, Televisiva, Audiovisual o como se le quiera llamar, porque de esta manera podremos, desde las escuelas de cine y televisión, generar un nuevo pensamiento dramático, capaz de modelar propuestas que logren renovar los lenguajes audiovisuales y enriquecer nuestra relación activa y transformadora con la cultura. Dicha renovación de lenguajes no depende, exclusivamente, de esto, pero una aplicación

del concepto más actual de dramaturgia, cambiaría la perspectiva de enseñanza de la materia y la abriría hacia zonas claves para el logro de semejante propósito.

Notas 1 Bertolt Brech, “Teatro épico y teatro dialético”, en Bertolt Brech, Compilación de textos. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1989, p. 44. 2 Patrice Pavis, Diccionario del teatro: dramaturgia, estética, semiología. Traducción de Fernando de Toro. Barcelona: Paidós, 1980, s. v. dramaturgia. 3 Eugenio Barba, “Dramaturgia”, en El arte secreto del actor: diccionario de antropología teatral. Traducción Yalma- Hail Porras y Bruno Bert. México: Librería y Editora Pórtico de la Ciudad de México, 1990, p. 76. 4 Lluís Masgrau, “Odin Teatret: la dualidad de la ficción.” Conjunto, No. 100 (enero-junio de 1995), p. 44.

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Un marco referencial en la creación del sistema institucional de investigación (SIIU)

Un marco referencial en la creación del

Sistema Institucional de Investigación de Unitec (SIIU)

El presente documento tiene como fin último presentar ante la comunidad académica uniteísta el proceso que ha seguido el comité central de investigación1 en la creación del Sistema Institucional de Investigación de Unitec, pero no simplemente como un recuento de hechos o como la mera descripción del proceso sino también como un intento para resignificar el trabajo investigativo que se realiza y se realizará dentro de la Institución. La ley colombiana no podría ser más clara: una universidad es considerada en nuestro país como tal, si y sólo si, realiza procesos de investigación científicos o tecnológicos de alto nivel.2 En consecuencia, puede que una institución desarrolle miles de trabajos de grado al año o que forme a cientos de investigadores, pero sólo recibirá el calificativo de ‘universidad’ hasta tanto realice realmente investigaciones.

David Acosta, Filósofo, Candidato a Magister en Docencia, Coordinador del Centro de Investigación de la Escuela de la Imagen Corporación Universitaria Unitec Desde luego esta imposición no respondió a agendas del gobierno de la época en la que fue promulgada la ley, ni a preferencias particulares de un ministro. Lo cierto es que la investigación es considerada universalmente como uno de los pilares de la universidad, y nuestra ley no hizo más que acogerse formalmente a tal patrón, no como un acto de sumisión, sino porque se entendió que en nuestro país la investigación puede ser el motor en la generación de evolución, progreso y desarrollo en cualquier campo. Pero ¿realmente qué implica lo anterior? ¿Qué debe ser entendido por ‘investigación de alto nivel’? Abordemos la respuesta a las anteriores cuestiones de la siguiente manera: consideremos el caso hipotético de uno de nuestros estudiantes; él está muy por encima del promedio de

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sus compañeros, es un líder positivo y se lo supone como poseedor de una inteligencia superior. Acaba de terminar un Trabajo de Investigación Dirigida sobre, digamos, mecánica cuántica; él ha logrado entender la teoría, sintetizar sus conceptos claves y desarrollarlos claramente en su trabajo. Su tutor considera que esta investigación es de alto nivel ya que ha logrado trabajar un tema en el que casi el 100% de la población mundial fallaría y que, además, es estudiado por algunos de los grupos de investigación de mayor nivel en el mundo. Ahora, pensemos en un grupo de investigación (un docente y un par de alumnos), el cual, respondiendo al llamado de una compañía, ha creado mediante un proceso investigativo una mejora a un enrevesado software de manera tal que ha solucionado el problema que éste poseía y directamente el de dicha compañía que lo utilizaba. El nivel de complejidad del software ha hecho que la compañía considere que tal investigación es de una elevada calidad. Por lo tanto, estas dos investigaciones han ganado el apelativo “de alto nivel” e incluso, si realizáramos una encuesta dirigida a un público general, seguramente la gran mayoría las consideraría como tal; pero, dentro del contexto educativo contemporáneo, ¿realmente estamos autorizados para caracterizarlas como tal? Obviamente, nuestra respuesta no puede basarse en el sentido común, ni en preconcepciones, ni en convenciones medianamente seguidas y mucho menos en visiones subjetivas. Existe para ello no sólo, como veíamos, un estándar nacional, sino también uno in-

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ternacional.3 Y es a partir de éstos que la respuesta a nuestra anterior cuestión es negativa: ninguno de nuestros ejemplos califica como una investigación de alto nivel por dos razones: primera, ninguna está generando conocimiento universalmente nuevo (entendiendo lo anterior como aquel resultado que cuenta con un apreciable elemento de novedad) y la resolución de un vacío de conocimiento científico o tecnológico;4 segunda, ninguna ha sido validada frente a la comunidad científica de su área. Tales características marcan a la investigación científica o investigación en sentido estricto.5 Nuestros hipotéticos investigadores obviamente defenderían sus proyectos planteando que siguieron la rigurosidad del método científico, que solucionaron problemas sociales (directa o indirectamente) y que sus resultados fueron plenamente objetivos, por lo que sus investigaciones deberían ser tomadas como tal; y lo son, pero no de la manera en la que usualmente han sido entendidas: estas son investigaciones formativas, en las que su realizador, al verse abocado a trabajar con el método científico y a estructurar sus modelos cognitivos frente a las características de dicho trabajo, se va formando como un verdadero investigador; sin embargo, y sin restarle importancia y trascendencia, este es un trabajo que no tiene los alcances del científico. A decir verdad, y refiriéndonos a puntualmente a nuestros ejemplos, las únicas investigaciones hechas por estudiantes que son consideradas internacionalmente como tales (salvo excepciones que cumplan con los criterios que anotábamos) son aquellas realizadas dentro de procesos de doctorado y los únicos desarrollos de software que son caracterizados como investigaciones en sentido estricto son aquellos que representan avances científicos que dan lugar a un aumento considerable en el acervo del conocimiento.6


Un marco referencial en la creación del sistema institucional de investigación (SIIU)

En este contexto, las instituciones de educación superior comprendieron que su punto de referencia, su paradigma y sus prioridades habían cambiado, ya que muchos procesos de investigación que antes podrían haber sido caracterizados como investigaciones de alto nivel, luego de la ley (y, sobre todo, luego de las aclaraciones del Consejo Nacional de Acreditación sobre el tema) simplemente ya no lo eran. De tal forma, iniciaron un proceso (por demás desigual) para encontrar un balance en sus actividades y así adaptarse y adecuarse a las nuevas exigencias. Si bien es cierto que el camino apenas comienza a ser recorrido, hoy en día ya hay cerca de 2400 grupos de investigación reconocidos en Colciencias (frente a los 100 que existían en 1991), cubriendo todos los seis campos científicos, más de 1500 investigadores de alto nivel y 162 revistas colombianas indexadas. Obviamente las cifras parecen irrisorias frente a las de los países con tradiciones investigativas mucho más amplias, sin embargo, representan un avance significativo incluso comparadas con las de apenas tres años atrás.8

segunda instancia, produjo el Documento marco de investigación institucional: fundamentos, lineamientos estratégicos y operativos de la función investigativa de la Corporación Universitaria Unitec, en el cual se precisaron los fundamentos, las políticas, los programas y las acciones tendientes al fortalecimiento de lo investigativo en la Institución y se sentaron las bases del trabajo al desarrollar, por ejemplo, al proponer la línea institucional de investigación (Empresa, tecnología y emprendimiento), las dos líneas operativas de investigación comunes a todas las escuelas (la línea de desarrollo humano y la línea de cultura emprendedora) y al establecer el esquema organizacional de la investigación, en cabeza de la Vicerrectoría Académica y complementado con el Comité de Investigación y los Centros de Investigación. A estos últimos les correspondió, junto a dicha Vicerrectoría, el diseño y desarrollo del Sistema Institucional de Investigación de Unitec. Esto marcó el comienzo de una nueva etapa para la investigación dentro de la Institución ya que significó oficialmente el primer avance en el verdadero camino hacia ésta.

El proceso de creación del SIIU El caso de Unitec Frente a este panorama, la Corporación Universitaria Unitec tomó la decisión de crear un sistema de investigación que respondiera a sus responsabilidades luego de obtener su estatus de institución universitaria y que sirviera como soporte a la hora de desarrollar investigación en sentido estricto. El primer y más importante paso hacia dicha meta se materializó en el Proyecto Educativo Institucional: fundamentos, principios y políticas institucionales, aprobado por el Consejo Directivo de la Institución a través del acuerdo 004 del 11 de noviembre de 2005, en el cual se establecieron los principios generales para el desarrollo del ámbito investigativo en Unitec. De esa forma, la investigación quedó consagrada como un elemento esencial dentro del proceso de formación de los estudiantes uniteístas y como una de las capacidades que les debe proveer su paso por la Institución. En

Un objetivo poco sensato hubiera sido el pretender crear un sistema de investigaciones completamente nuevo; así que el primer paso que dio el grupo base fue realizar un estudio sobre los diferentes modelos y sistemas que se manejan en este campo. De tal manera, se recopiló información de 30 de las principales universidades en investigación del mundo9 y de las 20 más representativas del país. Asimismo, de forma paralela, se revisó el marco normativo nacional (la Constitución Política y las leyes de educación y ciencia y tecnología), la Bitácora 2019 y los diferentes documentos de Consejo Nacional de Acreditación, con el fin de que el modelo, si bien tuviera un corte internacional, siguiera todas las perspectivas y lineamientos nacionales. Este proceso de recopilación y análisis de información proveyó al grupo base no sólo de una visión global del campo de la gestión y administración de la

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34 investigación y de un estado del arte de la misma, sino también de una claridad sobre todos los elementos a tener en consideración a la hora de abordar la construcción de un modelo de investigación que fuera acorde a la realidad de la institución, que no desconociera todas sus potencialidades y que se presentara como un sistema completo y coherente con las políticas y prácticas nacionales e internacionales. Esta visión de conjunto permitió generar una metaestructura de trabajo para la construcción del SIIU, esto es, una estructura proyectiva en la que se organizaron todos los referentes conceptuales y los procesos teóricos y prácticos necesarios para tal empresa. Estos elementos luego serían consolidados en 7 núcleos del trabajo principales: I. Sensibilización y formación en y para la cultura investigativa en la institución

VII. Niveles del trabajo investigativo

IV. Recursos y financiamiento de la investigación

Finalizado este proceso de planeación, el grupo se dio a la tarea de socializar la propuesta ante los entes rectores de la Institución a fin de obtener su aprobación: ante la Rectoría y el Departamento de Promoción y Desarrollo Académico en primera instancia, más tarde ante el Comité de investigaciones ampliado y, finalmente, frente al Consejo Académico. De esta forma, el Sistema alcanzó su institucionalización definitiva y comenzó su proceso oficial de desarrollo.

Retos del SIIU III. Ética, regulación y evaluación de los procesos investigativos

II. Administración y gestión de la investigación

solidación del SIIU y su posicionamiento en el ámbito nacional; y, finalmente, en la cuarta (2009-2010) se esperan obtener vínculos con instituciones en un plano internacional y, asimismo, lograr la meta general del Sistema: el reconocimiento por Colciencias de al menos tres grupos de investigación.

V. Promoción y difusión de la investigación

El SIIU es entonces una realidad en formación. Pero los retos que enfrentará no son nada despreciables; tendencias culturales, preconcepciones y otras limitantes presentan obstáculos para los cuales, más que las estrategias que se puedan generar, se necesita de la disposición de toda la comunidad académica uniteísta. Revisemos algunos de los más importantes: 1. Creación de una cultura investigativa.

VI. Relaciones de cooperación intra e interinstitucionales

En otras palabras, estos núcleos reunieron todas y cada una de las acciones necesarias para la creación, desarrollo y consolidación del SIIU. Tales acciones serían luego organizadas en un plan de trabajo a cinco años, el cual cuenta con cuatro etapas principales: la primera (que culminará al comienzo del segundo semestre de 2006) tiene como objetivo el desarrollo del cuerpo teórico del sistema; la segunda (la cual terminará al finalizar el segundo semestre de 2006) pretende comenzar el trabajo puntual del SIIU; la tercera (2007-2008) busca la con-

Antes que todo debemos tener presente que una cultura investigativa, si bien es una meta en sí misma, no se crea por medio de resoluciones institucionales, de cursos y seminarios o de cualquier otra actividad exclusiva. Es decir, ésta es la concreción del sistema entendido como un todo, más que la suma de un par de actividades. Implica, por lo tanto, que las diferentes acciones y estrategias han cumplido con los objetivos trazados y que el sistema ha llegado a su madurez. Es, finalmente, un producto que, superada la fase crítica inicial, se nutrirá a sí mismo. Sin embargo, dicha primera fase implicará superar dos de los más grandes escollos a los que se ve


Un marco referencial en la creación del sistema institucional de investigación (SIIU)

enfrentada la investigación en nuestro país: primero, los imaginarios sobre la investigación; y, segundo, vencer la apatía de alumnos y docentes. Una manera eficaz de acabar con los imaginarios (algunos de los cuales describiremos más adelante) y las preconcepciones es mediante la formación y la práctica investigativa; es decir, la formación en investigación permite generar nuevas valoraciones al proveer conocimientos y elementos de juicio concretos, mientras que, por otro lado, la práctica (entendida como el trabajo directo en investigación) permite que los sujetos puedan vivenciar sus bondades. Una ventaja adicional de estas actividades es que directamente permiten disminuir la apatía. Sin embargo, ésta tiene raíces más profundas. En el nivel docente, por ejemplo, una de las limitaciones hacia la investigación es el factor económico; infortunadamente, en nuestro país pocos pueden dedicar su tiempo a una actividad sin esperar recibir algún tipo de retribución. Si bien lo anterior es una verdad inapelable, también lo es que quien investiga por dinero lo está haciendo por las razones equivocadas. Puede que ciertas investigaciones puedan generar algún tipo de dividendos, pero esto es más la excepción que la regla. Otro factor que perpetúa la apatía es la escasa consolidación de la cultura académica en nuestro país. Las discusiones académicas son pobres, las publicaciones reducidas, las redes de investigadores limitadas, los egos excesivamente frágiles, el respeto y el reconocimiento social nimio y las conexiones con el mundo académico internacional pocas. Así, en general, no hay un verdadero sentido de lo académico. Esta situación ha sido creada por una miríada de factores, en los que los docentes no hemos tenido directa ingerencia y cuyo control no está en nuestras manos. No obstante, lo anterior no quiere decir que este panorama no pueda ser corregido y ésta es, precisamente, otra de las potencialidades de la investigación; ésta es uno de los caminos más expeditos hacia la formación de lo académico. Un sistema investigativo mantenido correcta, completa y coherentemente, permite la confrontación sana de ideas (y, por ende, la formación y sostenimiento de redes de conocimiento), el crecimiento profesional y, lo más importante, el avance del conocimiento.

2. Formación en y para la investigación La investigación en sentido estricto necesita de unas bases conceptuales, procedimentales y actitudinales muy particulares, las cuales no son cubiertas usualmente en la formación profesional en nuestro país (salvo a nivel doctoral). Una consecuencia innegable de lo anterior (y que sería impropio no plantear) es que no todas las personas pueden ser investigadores, ya sea por actitud o aptitud. Mas, por otro lado, su efecto directo es que, para aquellos que sí cumplen con algunos de sus requerimientos, es necesario generar espacios y estrategias de formación investigativa a todo nivel; es decir, se deben cubrir las necesidades de instrucción y actualización tanto de aquellos que comienzan como de aquellos avanzados. Hablando del caso particular del SIIU, el más importante de los espacios que se han creado es el Seminario Permanente de Investigación. Su función principal es, desde luego, la formativa, pero no es la única; también busca permitir el intercambio de ideas fundamentadas en una visión científica, el fortalecimiento de la cultura investigativa, la generación de ideas, la integración de las diferentes áreas e incluso la formación de una sana camaradería entre los diferentes asistentes. De la misma manera, se encuentra el programa de semilleros de investigación, cuyo objetivo es la formación de los estudiantes como investigadores, pero no mediante el uso de la teoría, sino mediante la vivencia práctica. 3. Preconcepciones a. Investigar no es lo realmente importante Este prejuicio se basa en una idea de aparente solidez: si no se ha hecho investigación en los últimos doscientos años en Colombia y la educación superior en nuestro país no parece verse afectada de manera alguna, ¿por qué hacerlo ahora? Más allá de las cuestiones impuestas por la normatividad y que planteáramos al inicio de este escrito, la respuesta a esta concepción proviene de condiciones educativas mucho más profundas y fundamentales; revisemos sólo dos de ellas.

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36 Primero, a nivel de los estudiantes, la investigación es un pilar de su formación ya que les permite, por encima de cualquier otra cosa, obtener la habilidad de resolver problemas. Pero aquí es importante recordar de nuevo que investigar no es recolectar información, no es ‘cortar y pegar’, no es un trabajo sumatorio sino fundamentalmente creativo. Cuando los docentes les mandamos a “investigar” sobre un tema no estamos haciendo nada más sino perpetuar una visión incorrecta de lo que realmente implica la investigación. La investigación en sentido estricto involucra la búsqueda de salidas, la generación de nuevas alternativas, el transitar nuevos caminos, el pensar por sí mismo y, por lo tanto, la capacidad de resolver problemas. Es por ello que la investigación en sí misma es una alternativa de formación, ya que les permite a los estudiantes generar esa habilidad para ir más allá de aquello frente a sus ojos y que, aunque para muchos no sea obvio, les servirá en cualquier campo y en cualquier situación a lo largo de su vida profesional. Segundo, a nivel de los docentes, la investigación es importante ya que es la herramienta para cumplir con un triple deber: un deber hacia nuestros estudiantes (o hacia nuestra función docente, si se quiere), el cual implica estar constantemente actualizados en nuestra área disciplinar de trabajo y de esa forma evitar legar conocimientos caducos; un deber de nosotros mismos como profesionales, el cual se traduce en el colaborar en el avance de nuestro campo; y un deber hacia nuestra institución, al colaborar en la necesidad de generar producción intelectual. Recordemos que nuestra universidad no es un ente abstracto o meramente administrativo, sino que vive por nosotros. La ‘universidad’ no es la que escribe, la ‘universidad’ no es la que investiga; somos nosotros los que lo hacemos en su nombre. b. Ser docente es diferente de ser investigador

Uno de los presupuestos fundamentales del trabajo investigativo universitario, por lo menos a nivel internacional, es que un docente no es sólo aquel profesional experto en su área disciplinar, sino aquel capaz

de abordar con seriedad procesos investigativos, no como una imposición externa, sino como un compromiso intrínseco de su labor y una manera de mejorar ésta última. Así la investigación y la docencia son entendidas como actividades inseparables, las cuales no compiten entre sí.10 Infortunadamente, en nuestro medio el imaginario del investigador-científico-bata blanca impide entender que cualquier profesional serio y actualizado está en capacidad de formarse como investigador y, posteriormente, generar nuevo conocimiento y que la investigación científica no es exclusiva del laboratorio químico-físico. A manera de conclusión

Puede que las anteriores consideraciones les suenen a muchos como letra muerta, como ese lugar común en el que muchos caen repetidamente cuando no tienen nada más para decir. Sin embargo, todo aquel que realmente haya investigado, que realmente se preocupe de su permanente actualización, que realmente viva, actúe y participe en el devenir de su profesión no podrá estar más de acuerdo. Si bien la investigación no puede ser vista de manera ingenua como la panacea para todos los males educativos y sociales, debemos entender que, por otra parte, no es otro de los ridículos clichés educativos, no es otro requisito vacío que cumplir, no es un objeto para exhibir en vitrina y mucho menos es simplemente una utopía occidental (o primer-mundista, si se quiere). Simple y llanamente, es la herramienta para el desarrollo profesional y científico. Finalmente, todas las metas del SIIU anteriormente presentadas implican un trabajo fuerte mas no irrealizable. Lo que se debe tener en cuenta es que todas ellas han sido planteadas bajo una perspectiva realista. El SIIU no pretende lograr imposibles; no espera obrar milagros; su única esperanza es darle una estructura y un soporte a todos aquellos, pocos o muchos, docentes o estudiantes, que desean ser partícipes auténticos de ese constructo que ha sido llamado comunidad académica.


Un marco referencial en la creación del sistema institucional de investigación (SIIU)

Notas El comité está conformado por el Vicerrector Académico, Dr. Jorge Coronado, y los coordinadores de los centros de investigación: Mauricio Díaz, coordinador del Centro de Investigación de la Escuela de Ingeniería, Francisco Rodríguez, coordinador del Centro de Investigación de la Escuela de Ciencias Económicas y Administrativas, y David Acosta, coordinador del Centro de Investigación de la Escuela de la Imagen. 2 Véase Congreso de Colombia. Ley 30 de 1992. Capítulo 4, artículo 19. 3 Véase OECD. Frascati Manual. París: OECD, 2002. 4 Cf. OECD, óp. cit., p. 34, § 84. 5 Muchos prefieren la segunda denominación ya que la primera trae consigo el lastre de las preconcepciones e imaginarios sobre el ‘ser científico’. 6 Véase OECD, óp. cit., p. 31, § 68 y p. 46 § 137. 7 María del Rosario Guerra, Indicadores de gestión, Colciencias 2003-2006. [pdf]. Colciencias (Colombia). Disponible en Internet en la dirección: http://zulia.colciencias.gov.co/portalcol/index.jsp?ct=149&nct g=Indicadores&cargaHome=3&codIdioma=es 8 Véase, ibíd. 9 Tomando como referencia el análisis realizado por el Institute of Higher Education de la Shanghai Jiao Tong University en 2005. Disponible en Internet en la dirección: http://ed.sjtu.edu.cn/rank/2005/ARWU2005Main.htm 10 Thomas Tritton, “The Environment for Scientific Research by Undergraduates: Some Thoughts on Reading the Academic Excellence Study.” Journal of College Science Teaching. Vol. 32, No. 3 (noviembre de 2002), p. 208. 1

ditación (Colombia). Disponible en Internet en la dirección: http://www.cna.gov.co/cont/doc_aca/index.htm (Acceso febrero de 2006). TRITTON, Thomas. “The Environment for Scientific Research by Undergraduates: Some Thoughts on Reading the Academic Excellence Study.” Journal of College Science Teaching. Vol. 32, No. 3 (noviembre de 2002), pp. 207-210.

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Escribir una novela, Un proceso de investigación. Se ha creído que la investigación está reservada para los estudiosos, para aquellos que dedican su vida entera a descifrar códigos, a leer, a inferir conocimientos y a proponer teorías inalcanzables para casi todos los mortales. Siempre los hemos visto como seres extraños, algo salidos de la realidad, con la cabeza en la estratosfera; seres que al enfrentarse con situaciones mundanas quedan estupefactos y desorientados. Los números, los experimentos, las teorías, los ensayos, son los únicos hechos reales que conocen. No hay nada más falso, incorrecto y dañino para este mundo que necesita de buenas ideas, de creatividad, de nuevas formas de conocimiento. “La investigación es un proceso que, mediante la aplicación del método científico, procura obtener información relevante y fidedigna, para entender, verificar, corregir o ampliar el conocimiento.”1 Vista de esta manera, la investigación es una actividad que aplicamos en muchos momentos de nuestra vida y no un proceso que se estudia en laboratorios y grandes universidades. Por esta visión errada es que a nuestros estudiantes el tema les paraliza, no responden y rara vez emprenden un proyecto de esta índole. Cuando desmitifiquemos este concepto en las aulas, en los pasillos, en los comentarios de docentes y estudiantes, podremos enfrentar verdaderos retos del conocimiento, del descubrimiento. Cuando lo relacionemos con una actividad diaria en donde intervienen diversos factores y diferentes niveles, lo asimilaremos a los procesos de aprendizaje que emprendemos para mejorar nuestra vida. La investigación puede ser pura o aplicada y ser de tipo histórico, descriptivo o experimental; puede emplear diferentes métodos lógicos, deductivos, analíticos, de concordancia o de diferencia, sintéticos,

Carlos Roberto Soto Mancipe Maestro en Bellas Artes, Jefe del Programa de Diseño y Producción Gráfica Corporación Universitaria Unitec empíricos. La investigación cuantitativa nos ofrece la posibilidad de generalizar los resultados, otorgándonos el control sobre los fenómenos y un punto de vista de conteo y magnitud de estos. La cualitativa, por su parte, da profundidad a los datos, riqueza interpretativa, contextualización del ambiente. Pero, definitivamente, de todo proceso; su definición nos posibilita el planteamiento del problema y en su definición es fundamental identificar la pregunta que se quiere responder. Expresarla claramente, identificar sus variables, determinar los objetivos, son todos elementos indispensables para que los procesos de investigación nos lleven a descubrir, plantear o adquirir un nuevo conocimiento. No se pretende polemizar si realizar una búsqueda de información con un propósito determinado (por ejemplo, al contar una historia o escribir una novela) es o no un proceso científico –de hecho, no lo es–. Lo que sí es interesante es aceptar que la idea es la génesis del libro y que la cuestión está en cómo se plantea el problema (todos los grandes temas han sido tratados en novelas), cómo la estructuración de toda la argumentación se basa en la recopilación de datos verídicos, situaciones y variables, y la forma como se van obteniendo postulados que se verifican o se niegan a lo largo de la misma trama. Es un tejido de situaciones, una red que debe ser consistente, una genealogía que no debe tener fisuras y que debe manejar los tiempos no necesariamente en orden cronológico, pero sí con una lógica a toda prueba. El vocabulario, como en los postulados científicos, debe ser claro y exacto, no abrir espacio para la dualidad ni la falsa interpretación, incluso cuando se tratan


Escribir una novela, un proceso de investigación

temas de ficción –de mayor cuidado–. Consignar el resultado progresivo es desenmarañar los hilos de la historia con cuidado analítico y describir los personajes obliga a un conocimiento de múltiples temáticas, así como manejar algunas situaciones requiere de un trabajo interdisciplinario y de un saber en de diversas ciencias; nada de lo anterior se hace en solitario y sin conocer sobre lo que se está escribiendo. La psicología del protagonista, los alcances del antagonista, la veracidad de los espacios físico-temporales, la fidelidad del contexto, la palabra como recurso semántico en el logro de los objetivos (claramente establecidos en los planteamientos iniciales para estructurar la novela), la verificación de elementos históricos o sucesos reales, son algunos de los cuidados a la hora de escribir. Tener en cuenta las variables en personajes, lugares o hechos sin faltar a una situación de realidad o ficción, sin sacar de contexto a ninguno de los involucrados y poder concluir, planeado o no, con un final lógico, producto de la trama, es la tarea que debe emprender el novelista cuidadoso, un buen cuentista, un excelente poeta y, análogamente, el investigador responsable. Para aquellos investigadores puristas el tema será irrelevante pues la ciencia muchas veces se desliga de una realidad evidente en la búsqueda de problemas y soluciones de un nivel superior; pero en una comunidad académica el desarrollo de los diferentes niveles de complejidad, de distintos grados de investigación, del planteamiento de problemas más cotidianos que lleve a la solución de propuestas más inmediatas y que obligan a una comprensión más elemental, ayuda a fortalecer áreas del conocimiento a través de la misma búsqueda de la información que es, sin lugar a dudas, una parte fascinante de todo el trabajo.

que se van creando y que se vuelven como fantasmas presentes en el desayuno y la comida, que viven en los sueños y por los cuales se debe tener la conciencia que el planteamiento de sus vidas ficticias y noveladas, responden a la investigación midiendo lo “cuanti” o analizando lo “cuali”, es decir, proponiendo una tesis y procurando demostrarla, con lógica, con análisis, es decir, con investigación. Cada escritor tendrá la “forma” de enfrentar su labor, su ritmo, su disciplina, de ordenar y organizar la información (así como en toda actividad del conocimiento, con método y con rigor); nada distinto a muchos de los eventos que enfrentamos diariamente, en las diferentes materias que trabajamos como docentes o como estudiantes, pues todo proceso de formación requiere, sin ligar a dudas, de la investigación como fuente primaria de búsqueda, de análisis, de creatividad, de propuestas para una nueva manera de enfrentar nuestra propia vida. Notas 1

Mario Tamayo y Tamayo, El proceso de la investigación científica. 4ª ed.

México: Limusa, 2003, p. 37.

Referencias bibliográficas Hernández Sampieri, Roberto et ál. Metodología de la investigación. 4ª ed. México: McGraw-Hill, 2002. Tamayo y Tamayo, Mario. El proceso de la investigación científica. 4ª ed. México: Limusa, 2003.

Para aquellos que se preguntan cómo se escribe una novela, la respuesta siempre será incierta, pues no existen métodos formales, no se venden fórmulas de éxito, ni se encuentran en los anaqueles de las bibliotecas pócimas para la hilatura correcta de las situaciones. Sólo queda el camino de la investigación, de la verificación de las fuentes, de la trágica tarea de vivir de manera cotidiana con los personajes

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Parámetros de tiempo para control y diagnóstico INTRODUCCIÓN. Una de las actividades importantes a nivel de sistemas que se debe desarrollar en toda entidad que cuente con un recurso computacional de soporte para las labores que realiza, es el del mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos. Es indiscutible que a través de una excelente planeación y ejecución del mantenimiento preventivo se logra minimizar al máximo los mantenimientos correctivos y, consecuentemente, obtener una mejoría en el servicio al usuario, un incremento substancial en la disponibilidad de los recursos y una considerable reducción de los costos ocasionados por reparación, inactividad del sistema, compra y/o importación de repuestos, etc. Se hace pues relevante, el diseñar un procedimiento de control del mantenimiento, de tal forma que se puedan establecer con criterio técnico, la efectividad y validez del plan trazado al igual que la eficiencia del personal o de la compañía que tiene a cargo este tipo de servicio. Este control se puede realizar a partir de los siguientes parámetros: 1. Tiempo medio de respuesta. 2. Tiempo medio de compostura. 3. Tiempo para reparar. 4. Tiempo medio para diagnosticar. 5. Tiempo medio entre fallas. 6. Tiempo medio de puesta en funcionamiento. 7. Disponibilidad. En la Tabla No. 1 se presentan generalidades con respecto a estas variables.

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Jorge Coronado Padilla Ingeniero Electrónico, Especialista en Análisis de Datos, Magister en Ciencias de la Ingeniería Vicerrector Académico Corporación Universitaria Unitec

Caracterización de parámetros.

1. Tiempo medio de respuesta. Indica qué tan bien responden los proveedores del servicio en caso de emergencia. Permite llevar el control de su actividad en relación a los requerimientos de cumplimiento de la empresa. Se calcula como: RMT = donde:

n

Σi

T

R1 horas

n

_Tiempo de respuesta correspondiente al i-ésimo requerimiento de mantenimiento. n - Número total de solicitudes recibidas a la fecha.

T

Ri

Los tiempos TR se toman de la columna 6 “Tiempo i de respuesta” del formato de control que se muestra en la Tabla No. 2. 2. Tiempo medio de compostura. Indica cuan rápidamente es capaz el técnico de resolver el problema diagnosticado. Un tiempo medio de compostura (CMT) grande en relación a un CMT de otros técnicos o compañías de mantenimiento podría indicar un diseño defectuoso del equipo, técnicos en electrónica inadecuadamente capacitados e inclusive el hecho de que


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Parámetros de tiempo para control y diagnóstico

sistemáticamente se envíe personal inexperto para resolver problemas. Este parámetro puede reducirse mediante el empleo de equipo de interfaz redundante, trayectorias alternas de los circuitos, procedimientos adecuados de recuperación/retorno a versiones más recientes de software y la experiencia y cualificación del personal técnico. Se calcula como: CMT = donde:

n

Σi

T ci

n

horas

aislar y diagnosticar fallas en hardware, software y circuitos. Se calcula como: MTD = donde:

n

Los tiempos Tdi se toman de la columna 7 “Tiempo de diagnóstico” del formato de control (Tabla No. 2). 5 Tiempo medio entre fallas.

ci

Los tiempos Tci se toman de la columna 8 “Tiempo de compostura” del formato de control que se muestra en el anexo.

Σi

T di horas

T - Tiempo de diagnóstico correspondiente al i-ésimo di requerimiento de mantenimiento. n - Número total de solicitudes hechas a la fecha.

T

- Tiempo de compostura correspondiente al iésimo requerimiento de mantenimiento. n - Número total de solicitudes recibidas a la fecha.

n

Identifica el tiempo de funcionamiento del sistema o una máquina en particular. Debe ser un tiempo bastante alto. Depende de la elección original del equipo y de su tecnología.

Identifica qué tan hábil es el técnico para reparar la falla detectada en un equipo.

Siempre debe determinarse si se trata de una cifra práctica o una calculada. Se busca siempre una cifra calculada, ya que es mucho más exacta y realista. Algunas veces las cifras prácticas se elaboran sobre una base teórica por lo que no es posible depender por completo de ellas.

Puede modificarse este tiempo mostrando al técnico cuán aceptable o deficiente ha sido su tiempo de respuesta en el pasado.

Se calcula como: MTBF = donde:

3 Tiempo medio para reparar.

Se calcula como: MTTR = donde:

n

Σi

T ri horas

n

T - Tiempo para reparar correspondiente al i-ésimo ri requerimiento de mantenimiento. n - Número total de solicitudes recibidas a la fecha. Los tiempos Tri se toman de la columna 9 “Tiempo para reparar” del formato de control que se muestra en la Tabla No. 2. 4 Tiempo medio para diagnosticar. Indica la eficiencia del personal técnico y está relacionado con la capacidad del personal para

n

Σi

T fi horas

n

T ƒi

Tiempo entre dos fallas consecutivas correspondientes al i-ésimo y (i+1)-ésimo requerimientos de mantenimiento. n - Número total de fallas presentadas a la fecha. Los valores de los tiempos se Tƒi toman de la Tabla No. 2, según corresponda. 6 Tiempo medio de puesta en funcionamiento. Indica cuán rápidamente se logra poner en funcionamiento el sistema una vez se ha reparado. Corresponde al tiempo requerido para activar la máquina y realizar las pruebas necesarias de funcionalidad.


42 Se calcula como: MTTF = donde:

Σ

MTBF MTTD MTTR MTTF -

T Fi horas

n

T

- Tiempo de puesta en funcionamiento correspondiente al i-ésimo requerimiento de mantenimiento. n - Número total de solicitudes hechas a la fecha. Fi

7 Disponibilidad.

La disponibilidad determina además, el porcentaje de tiempo de actividad de la máquina frente al tiempo real de utilización nominal del sistema. Este parámetro puede ser medido tanto para un equipo como para una red completa. Es adimensional y toma valores en el intervalo:

0 ≤D≤1 Se debe buscar que la disponibilidad del sistema tienda a su máximo valor (D 1) , lo que significaría que la máquina está dispuesta y totalmente habilitada para atender los requerimientos de los usuarios el 100% de las veces. Se calcula como: MTBF MTBF + MTTR

donde:

MTBF – Tiempo medio entre fallas. MTTR – Tiempo medio para reparar. La disponibilidad de una red (DR ) se calcula como: MTBF

N

D =

R

donde: N -

Σj

j

MTBF + MTTD + MTTR + MTTF j

Estos parámetros de tiempo se determinan para cada uno de los nodos (j) de la red.

Descripción y diligenciamiento del formato.

Parámetro que determina la condición de funcionalidad de un sistema o una red en particular. Es un coeficiente a través del cual se identifica qué tan apta se puede encontrar una máquina, en un momento determinado, para que pueda ser utilizada por un usuario.

D=

Tiempo medio entre fallas. Tiempo medio para diagnosticar. Tiempo medio para reparar. Tiempo medio para puesta en funcionamiento.

j

j

Número total de nodos en la red.

j

El formato para el registro de los parámetros de tiempo para control y diagnóstico, que se muestra en la Tabla No. 2, consta de 10 campos claramente definidos, a saber: a. Número de reporte. b. Reportado a mantenimiento. c. Llegada del técnico. d. Tiempo de respuesta. e. Tiempo de diagnóstico. f. Tiempo de compostura. g. Tiempo para reparar. h. Tiempo de puesta en funcionamiento. i. Tiempo entre fallas. j. Observaciones. 1 Número de reporte. Es un número entero que identifica el consecutivo de la solicitud o requerimiento de servicio generada por el usuario. Es importante anotar que el requerimiento corresponde, estrictamente, a los mantenimientos correctivos reportados y no a los preventivos programados. Este número se registra en la primera columna del formato. El último registro determina el total de correctivos realizados a la fecha. 2 Reportado a mantenimiento. Este campo está subdividido en dos partes a saber: a. Fecha. Corresponde al día, mes y año en el que se recibió la solicitud del usuario. Debe registrarse con caracteres numéricos según la estructura dd/mm/aa o dd.mm.aa; donde “dd” corresponde al día; “mm” al


Parámetros de tiempo para control y diagnóstico

mes y “aa” al año. Por ejemplo, la fecha “Agosto 30 de 2005” quedará registrada como 30/08/05 ó 30.08.05. b. Hora. Contiene la hora exacta (o por lo menos muy aproximada) en la que se generó el evento que produjo la caída del sistema. Debe registrarse con caracteres numéricos según la estructura hh:mm, donde “hh” corresponde a la hora y “mm” a los minutos. Por ejemplo, la hora “diez y treinta y cinco” quedará registrada como 10:35.

4 Tiempo de respuesta. Corresponde al tiempo que demora un técnico en hacerse presente en el Departamento de Soporte Técnico después de haberse reportado un equipo para mantenimiento. Se calcula como la diferencia que hay entre la hora en que se reportó el servicio (columna 3 del formato, T ) y la hora en que se presentó el técnico (columna 3 5 del formato, T ). 5

Nota: en lo posible debe manejarse el sistema de contabilización del tiempo europeo, es decir, el conteo del tiempo va de 00 hasta 24. 3 Llegada del técnico. Contiene la información correspondiente al momento en que el técnico de mantenimiento se reporta al Departamento de Soporte Técnico y comunica sobre el inicio de la prestación del servicio. Este campo está subdividido en dos partes: a. Fecha. Corresponde al día, mes y año en el cual el técnico de mantenimiento se hace presente para la prestación del servicio requerido. Debe registrarse con caracteres numéricos según la estructura dd/ mm/aa, o dd.mm.aa; donde “dd” corresponde al día; “mm” al mes y “aa” al año. b. Hora. Contiene la hora exacta (o por lo menos muy aproximada), en que el técnico de mantenimiento se hace presente para la prestación del servicio requerido. Debe registrarse con caracteres numéricos según la estructura hh:mm, donde “hh” corresponde a la hora y “mm” a los minutos.

T = (T5 – T3 ) horas r 5 Tiempo de diagnóstico. Tiempo requerido por el técnico para diagnosticar o identificar con claridad la causa de la falla presentada. Este tiempo debe ser tomado, de manera aproximada, por el técnico mismo o por quien tenga a cargo la supervisión del mantenimiento. Se registra en horas y minutos en la columna 7 del formato, siguiendo la estructura mencionada en ítems anteriores. 6 Tiempo de compostura. Tiempo requerido por el técnico para reparar la falla presentada. Este tiempo debe ser tomado, de manera aproximada, por el técnico mismo o por quien tenga a cargo la supervisión del mantenimiento. En caso de que el mantenimiento se prolongue varios días, el tiempo de compostura se calculará como la

43


44 44 diferencia de las fechas y horas de inicio y final del respectivo trabajo, tomando jornadas hábiles de 8 horas por cada día. El dato calculado se registra, en horas y minutos, en la columna 8 del formato anexo

El resultado obtenido para el tiempo entre fallas se anota en la columna 11, en horas y minutos, siguiendo la estructura mencionada en ítems anteriores.

7 Tiempo para reparar. Recibe también el nombre de tiempo de inactividad del sistema y se obtiene como la resultante de sumar los tiempos de respuesta (T ) y de compostura r (T ) para cada uno de los eventos de mantenimiento c requeridos.

TR = (TC + Tr )

horas

Los tiempos (T ) y (Tc ) se toman de las columnas r 5 y 7 respectivamente. El resultado se anota en la columna 9 del formato, en horas y minutos. 8 Tiempo de puesta en funcionamiento. Tiempo requerido para la realización de pruebas de funcionamiento una vez que el equipo ha sido reparado, antes de que se entregue al servicio del usuario. Es un tiempo que debe estimar el técnico o el funcionario de sistemas quien tenga a cargo la supervisión del mantenimiento. Se registra en la columna 10 del formato en horas y minutos. 9 Tiempo entre fallas.

Lapso de tiempo transcurrido entre dos fallas consecutivas del sistema o de alguno de sus nodos componentes. Se calcula como la diferencia de fechas y horas de dos fallas consecutivas.

Tƒ = (ti+1 - ti ) horas donde:

Tƒ - Tiempo entre fallas.

t i+1 - Fecha y hora en que se presentó la (i+1)-

ésima falla del sistema (última). t i - Fecha y hora en que se presentó la i-ésima falla del sistema.

t

t

Los valores de los tiempos i y i+1 se toman del ítem “Reportado a mantenimiento” y que se registran en las columnas 2 y 3 del formato anexo.

10 Observaciones. En este ítem se deben especificar comentarios aclaratorios acerca de cualquiera de los parámetros de tiempo registrados, detalles adicionales del proceso, el nombre de quien realizó el mantenimiento u otro comentario que se considere importante hacer. Debe ser un texto manuscrito, legible y no muy extenso. Las muestras consignadas en el presente formato se pueden tomar como base para determinar promedios, rangos, valores máximos y mínimos, etc., que permitirán caracterizar los procesos de diagnóstico de fallas y llevar un control del comportamiento del mantenimiento del sistema para períodos específicos de tiempo (meses, semestres o años). Igualmente, basados en la dinámica del proceso, se podrá predecir situaciones anormales de funcionamiento y posibles períodos de bloqueo del sistema.


Parámetros de tiempo para control y diagnóstico

Tabla No. 1 - Descripción de parámetros para control y diagnóstico de sistemas. PARÁMETRO DE TIEMPO N/N

DEFINICIÓN SÍMBOLO

NOMBRE EN INGLÉS

NOMBRE EN ESPAÑOL

1

RMT

Response Mean Time

Tiempo medio de respuesta

Tiempo transcurrido desde el momento que se contacta al personal de mantenimiento hasta que éste se hace presente en el lugar de servicio.

2

CMT

Compose Mean Time

Tiempo medio de compostura

Tiempo promedio requerido por el técnico para reparar la falla o resolver el problema.

3

MTTR

Mean Time To Repair (Inactivity Time)

Tiempo medio para reparar (Tiempo de inactividad del sistema).

Tiempo total promedio empleado por el técnico para reparar la falla o resolver el problema. Se obtiene como la suma de los dos tiempos anteriores.

4

MTTD

Mean Time To Diagnostic

Tiempo medio para diagnosticar

Tiempo promedio requerido por el técnico para diagnosticar o identificar el problema.

5

MTBF

Mean Time Between Failure (Function Time)

Tiempo medio entre fallas (Tiempo de funcionamiento).

Tiempo promedio transcurrido entre dos fallas consecutivas del sistema.

6

MTTF

Mean Time To Function

Tiempo medio para puesta en funcionamiento.

Tiempo promedio transcurrido desde el momento en que se repara el equipo hasta que se pone en funcionamiento. Tiempo asignado a pruebas de funcionamiento.

Tabla No. 2 Formato de registro de parámetros para control y diagnóstico NUMERO DE REPORTE 1

REPORTADO A MANTENIMIENTO

LLEGADA DEL TECNICO

FECHA

HORA

FECHA

HORA

2

3

4

5

TIEMPO DE RESPUESTA (Tr)

TIEMPO DE DIAGNOSTICO (Td)

TIEMPO DE COMPOSTURA (Tc)

TIEMPO PARA REPARAR (TR)

6

7

8

9

TIEMPO PUESTA EN FUNCIONAMIENTO (TF) 10

TIEMPO ENTRE FALLAS (Tf)

11

OBCERVACIONES

12

45 45

45


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Hacia una correcta interpretación

de ‘servicio’ El presente artículo busca proporcionar una base conceptual y diferencial a la hora de entender o emplear el concepto de ‘servicio’, el cual, por su característica de inseparabilidad producción/consumo, requiere de una capacidad de estructuración de servicio al cliente, en el que el soporte físico (elementos materiales), el personal en contacto (mano de obra) y el mismo cliente (beneficiario) juegan el papel más importante para que sea realidad. Por lo tanto, es importante tener la más acertada concepción de servicio, la cual, en muchos casos no es clara debido a los diferentes métodos de comercialización o enfoques que son utilizados. La tendencia de tratar el servicio como un producto, nos lleva a la necesidad de establecer la diferencia real que existe entre estos y los bienes tangibles, puesto que el mismo mercado nos obliga a establecer procedimientos debidamente estructurados que cumplan realmente con las expectativas de un consumidor

Lilia Cristina Beltrán Galindo Administradora de Empresas, Master en Dirección y Administración de Empresas Turísticas, PTC, Coordinador Área de Turísmo Corporación Universitaria Unitec entre éstos últimos y los bienes tangibles, puesto que el mismo mercado nos obliga a establecer procedimientos debidamente estructurados que cumplan realmente con las expectativas del consumidor. Por ejemplo, el lenguaje coloquial nos habla de “prestar un servicio a alguien” o de “hacer un servicio a alguien”; aquí podemos ver que los verbos prestar o hacer, implican una acción (proceso), mas no necesariamente un resultado; con esta valoración semán-

Producto y servicio La evolución de la mercadotecnia moderna junto con la globalización y la apertura de mercados hacen que sea necesario que los conceptos que utilizamos y que acostumbramos a manejar tengan una connotación precisa y un significado unívoco, para, de tal manera, evitar contradicciones y lograr ser realmente competitivos ante los cambios y necesidades que el mundo actual nos presenta. Sin embargo, la tendencia a tratar a los productos como si fueran servicios está cada vez más extendida, generando una confusión que nos lleva a la necesidad de establecer la diferencia real que existe

tica se puede observar la gran diferencia que existe entre la elaboración de un bien y la prestación de un servicio y su elaboración. Un segundo nivel aclaratorio nos lo brindan las características mismas de los servicios: primero, el servicio exige un nivel de participación del cliente en la producción (¿qué haría un hotel sin huéspedes?); segundo, no tiene una capacidad real de almacenamiento, ni de transferencia (si compro el derecho a usar una silla de avión, ¿la aerolínea la podría enviar empacada en una caja?); tercero, implica una impo-


Hacia una correcta interpretación de “servicio”

sibilidad de devolución y de transformación (cuando entro a cine y la película no superó mis expectativas, ¿la puedo devolver?). Lo anterior quiere decir que no existe una posibilidad real de desplazamiento; el servicio no se posee, tan sólo se usa. Por lo tanto, los únicos flujos que se discurren son la venta de derechos de uso, el pago de los mismos y los aspectos de promoción; pero la verdad es que no existe una canal de distribución para un servicio, sino tan sólo el canal de ventas. Esta es una simple introducción a un tema que es principio de estudio e investigaciones; las nuevas tendencias de los servicios son inevitables y, de hecho, comienzan a hacerse necesarias para su éxito y desarrollo. Por otra parte, “[e]xisten factores que crean confusión al pretender distinguir el sector servicios del sector de los bienes tangibles, uno de ellos consiste en la propia incapacidad, principalmente a nivel del consumidor, para dividir claramente lo que es un producto tangible de un producto servicio”;1 Por lo tanto, la aparentemente clara distinción no lo es siempre o de manera invariable; para poner dos ejemplos entre otros muchos posibles: primero, en un restaurante, ¿qué “compra” realmente el cliente?: ¿el producto físico (el alimento) o el servicio de que le preparen y le sirvan esos alimentos? Segundo, ¿qué “vende” un periódico?: ¿papel impreso o información (es decir, el servicio)? Otro factor que aún hoy en día lleva a la confusión que planteamos radica en el alto contenido de servicio que existe en todo producto físico. Por ejemplo, ¿qué compramos?: ¿un automóvil o el “servicio” que éste nos va a prestar? ¿Compramos cosméticos o belleza? Por otro lado, afirmaciones como “[t]odo producto físico implica la rendición de un servicio”,2 complican el concepto de una manera considerable cuando se analizan sectores aparentemente de bienes tangibles, cuyo éxito de mercado está fundamentado no sólo en la idoneidad de sus productos sino en la estructura de servicios que los soportan y esto, a los ojos del consumidor, forma parte intrínseca e integral

de los primeros. Por ejemplo, cuando se compra un objeto y los servicios post-venta o adicionales que ofrecen. Una posible explicación a la confusión que nos ocupa, puede ser de naturaleza meramente fortuita: el marketing se desarrolló inicialmente en el área de productos tangibles y el sector de servicios más tarde lo adoptaría, como era lógico, tal y como estaba concebido originalmente, con sus técnicas y terminología, así: - Cada uno de los servicios comenzó a ser llamado “producto”. - Las actividades de relación directa con el cliente pasaron a llamarse “promoción de ventas”. - Las técnicas de ventas se adoptaron como se habían desarrollado en área de productos tangibles. - Y dentro de muchas otras, la decoración de oficinas, póster, afiches, etc., comenzaron a llamarse actividades de merchandising. Al mismo tiempo, las personas que empezaron a ocupar puestos en el área de marketing de las empresas de servicios, provenían de esta misma área pero de empresas de productos tangibles, ya que era el único sector que había desarrollado personal capacitado en estas técnicas. Estos ejecutivos trabajaban con todos sus conocimientos, técnicas y antecedentes aplicados en el área de los tangibles. Pero más allá de estos hechos, lo cierto es que el marketing de las empresas elaboradoras y prestadoras de servicios “tiene un estructura más compleja que el marketing tradicional, va más allá de un precio, un producto, una distribución y una comunicación”,3 requiere de una servucción (estructuración de la capacidad de servicio al cliente) y dentro de sus elementos está el soporte físico, el personal en contacto, el cliente, dando como salida el mismo servicio. Su característica de inseparabilidad hace que le demos un valor agregado al equipo humano. La simultaneidad producción-consumo, la gran intervención del factor humano interno de la empresa, lo prolongado del periodo venta-consumo y la participación del cliente van creando una serie de condiciones que

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propician una fuerte carga emocional en la relación empresa-cliente, situación que no se produce con la misma intensidad en el sector de los bienes tangibles. A decir verdad, en el caso los productos tangibles estas características no dan un valor agregado intrínsecamente a lo que se consume, ya que si el consumidor necesita adquirir un bien, simplemente lo adquiere, lo usa y lo valora, independiente de si el vendedor lo atendió bien o mal; puede llegar a ser un valor agregado y necesario a la hora de distribuirlo, pero es en sí el producto que adquirió es el que realmente le da la satisfacción. Pensemos lo siguiente, ¿qué pasa si la atención que le prestaron fue la mejor, pero, cuando usa lo que adquirió, esto no sirve? No obstante, el principal factor que está provocando la aparición de claras diferencias operativas entre el sector de los bienes tangibles y el sector de los servicios radica en que en ésta última área el producto-servicio se elabora en el mismo momento del consumo. Los productos tangibles o físicos, desde su concepción hasta su consumo, atraviesan cuatro etapas fundamentales: diseño, elaboración, comercialización y consumo; estos pasos implican que las posibilidades de modificación del producto por parte del área de marketing y de venta personal son mínimas y, a su vez, que las responsabilidades respecto al producto físico después de elaborado también son mínimas. En contraposición, el caso de los servicios implica: primero, una etapa de diseño del producto, en la cual, aunque sea muy similar a la de los bienes tangibles, sólo intervienen tareas principalmente relacionadas con el aspecto físico, mecanismos de prestación, procedimientos de servicio y métodos y las normas que deben cumplirse para la prestación del servicio; segundo, una etapa de comercialización, que se refiere a la venta del concepto ‘servicio’ pero no del producto físico que está detrás de él; es por ello que “… durante mucho tiempo se ha dicho que, mientras las empresas de bienes tangibles vendían cosas, las empresas de servicios vendían ideas.”4 Y, por último, una etapa final de elaboración y consumo, las cuales son simultáneas. Para explicar lo anterior consideremos el siguiente

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ejemplo: una línea aérea puede diseñar, entre muchas otras cosas, sus itinerarios, sus rutas, el servicio en el mostrador, el servicio a bordo (los alimentos, bebidas, periódicos, toallitas, música, cine, etc.), la atención a la llegada (reservas de hoteles, alquiler de automóviles, sillas de ruedas, etc.), puede iniciar la comercialización de sus servicios (selección de agencias, entrega de tiquetes, publicidad, afiches, carteles, recuerdos, etc.), pero, hasta que el pasajero no llega al aeropuerto y presenta su tiquete en el mostrador de salida, no se inicia la elaboración del servicio. Es en ese momento en el que se inicia tanto la elaboración como el consumo del producto. En consecuencia, lo que existe anteriormente es el diseño del servicio, pero éste no está debidamente elaborado o producido. El producto-servicio se elabora después de realizada la venta e, incluso, después de pagado. La simultaneidad producción-consumo es un hecho conocido desde hace décadas en el área de servicios, pero en realidad hasta hace muy poco se han estudiado y tomado en consideración las consecuencias y repercusiones a la hora de darle un manejo y control especial al marketing de servicios.

La importancia del personal en contacto

Un punto que es digno de toda valoración y conceptualización es la importancia del factor humano a la hora de producir y consumir un servicio. Por esta razón, mientras que en una empresa productora de bienes el papel que cumplen los empleados de la parte baja de la organización (la cual es casi siempre piramidal) es netamente operacional, en extremo limitado y, en muchos casos, incluso sustituido por tecnología y maquinaria especializada, en el caso de las empresas de servicios, este mismo personal tiene un altísimo grado de importancia, hasta el punto que la pirámide organizativa se debería invertir. El papel preponderante del factor humano significa que la más mínima falla de su parte puede trastocar


49

Hacia una correcta interpretación de “servicio”

Conocer al cliente en servicios todo el proceso; por ejemplo, se puede realizar el diseño de un servicio de una manera perfecta, de forma que el mercado se llene de expectativas positivas y éstas lleven muchos clientes a la adquisición de dicho servicio; sin embargo, frente a todo lo anterior, si en el momento que se realiza el contacto del cliente con la empresa, la recepcionista que le contesta el teléfono no le da la adecuado direccionamiento, o si no recibe el debido trato de parte de la persona encargada de la portería, o si los horarios no se acomodan a las facilidades de desplazamiento o, lo que es peor aún, se encuentra con que es atendido por un asesor que no tiene un completo conocimiento de lo que está ofreciendo, simplemente su percepción frente a las expectativas creadas cambiará completamente, al punto de calificar el servicio que aspiraba tomar como malo (independientemente, como veíamos, de que el diseño de éste haya sido perfectamente elaborado). Esto podría generar varias preguntas al interior de la empresa: ¿se creó un real procedimiento de servicio dependiendo la ubicación del personal en contacto para cada caso?, ¿la capacitación es y fue la adecuada?, ¿el clima organizacional es idóneo?, ¿se han realizado estrategias de marketing interno?, ¿existe un sistema de comunicación interna?, ¿hay un sentido de pertenencia por lo que se está haciendo dentro del equipo de trabajo? Puede que estos factores sean obvios y necesarios, pero ¿realmente son procedimientos estructurados? Cuando se definen las competencias, características y perfiles del equipo humano requerido, se debe tener en cuenta la capacidad de servicio al cliente de todas las personas que van a tener un nivel de visibilidad alto dentro del espacio físico y una relación con el cliente, factores a valorar y estructurar independiente de la categoría que el funcionario tenga dentro de la organización.

Es por ello que es importante tener un alto nivel de conocimiento del cliente, lo cual va más allá de saber únicamente dónde vive, su actividad laboral, su número de teléfono y el estado de su cuenta; ahora se habla del marketing relacional, el cual implica “…crear, fortalecer y mantener las relaciones de las empresas con los clientes” siendo así “…un proceso que gestiona los recursos de la empresa para crear la mejor experiencia posible y generar el máximo valor al cliente”;5 esta es una disciplina que ha empezado a manejar en los diferentes sectores económicos, utilizando una estructura organizacional con una base tecnológica adecuada de CRM (Custumer Relationship Management), la cual permite establecer esas relaciones. El sector de servicios requiere que se establezca una estructura de mercadeo relacional; ésta puede tener elementos completos, debidamente planificados y organizados, con el fin de obtener las mejores relaciones con el cliente y, de tal forma, crear su fidelización. Sin embargo, y subrayando nuestro argumento, “… de qué sirve que una compañía envíe una tarjeta diciendo que se es un cliente preferencial, un cliente VIP, si el mismo celador o cajero no tiene la gentileza de saludar cuando se visitan las instalaciones.”6 Recordemos que es posible estructurar un servicio a partir de las mejores técnicas y avances del mercadeo pero, si no hay un equipo humano verdaderamente formado para brindar y hacer un servicio, no será idónea la estructuración de la capacidad de servicio (que es finalmente lo que consume el cliente) y dicho equipo es el que lo hacen realidad. “Todos actúan en marketing; la diferencia está en que unos planifican y otros improvisan.”7 Así, debemos recordar que los servicios son diferentes en todo: proceso de estructuración, relaciones con la clientela, organización interna, imagen, etc. En consecuencia, llevar una adecuada administración de un servicio es la base del éxito de la operación y el negocio. Se debe buscar generar un clima de servicio y un sis-


50 tema de control de calidad cuyo principal beneficiario sea el cliente; no se trata de esquematizar procesos en los que se cae en convencionalismos y que finalmente no permiten se establezca un procedimiento claro de ofrecimiento de servicio. No solamente es llegar a la venta manipulando la ilusión o las necesidades de un cliente; es crear procedimientos de servicio definidos, capacitar, estar rodeado de un personal en contacto conciente de la importancia de su función y de su papel en la elaboración del servicio; además, adecuar un establecimiento físico de acuerdo a las necesidades tanto del equipo humano, como de el cliente y definir las características del cliente y cómo se puede llegar a él realmente. Es un momento de verdad, entendiéndolo como “…cada instante en que un cliente toma contacto con la persona o sistema que da el servicio”8

8

A Jan Carlzon, especialista mundial en liderazgo corporativo, le gustaba repetir: “tenemos 50,000 momentos de verdad cada día, y es responsabilidad de cada uno de nosotros (…) hacer que esos momentos de verdad sean a nuestro favor.”9

Colección «Nuevas Orientaciones en el marketing de servicios» Madrid:

Notas 1

Claudio L. Soriano (dir.), Biblioteca de Manuales prácticos de Marketing.

Colección «Nuevas Orientaciones en el marketing de servicios» Madrid: Diaz de Santos, 1990, p.5. 2

Jaime Viñals Rioja, Marketing de servicios destinados a las empresas.

Madrid: Diaz de Santos, 2000, p. 52. 3

Joseph Chias, El mercado todavía son personas, Madrid: McGraw-Hill,

1999, p.8. 4

Soriano (dir.), óp. cit. p.18.

5

Raúl Abad, “Marketing relacional, futuro relacional.” Publicidad y mercadeo.

Año XXV, No. 290 (abril de 2005), p. 49. 6

“Reflexiones sobre mercadeo relacional: entiendo luego vendo”. Entrevista

realizada a Ana María Palacio. Publicidad y Mercadeo. Año XXV, No. 290 (Abril de 2005). 7

Chias, óp. cit., p.11.

Martin Siebold, Consultor de IESC. Mercadeo en línea Administración de

Servicios. 9

Jan Carlzon, Thinking Heads. [En línea]. Disponible en Internet en la direc-

ción: http://www.thinkingheads.com/fichas/Ficha_Jan_Carlzon.asp (Acceso mayo de 2006).

Referencias ABAD, Raúl. “Marketing relacional, futuro relacional.” Publicidad y mercadeo. Año XXV, No. 290 (abril de 2005), pp. 48-49. CARLZON, Jan. Thinking Heads. [En línea]. Disponible en Internet en la dirección: http://www.thinkingheads.com/fichas/Ficha_Jan_Carlzon.asp (Acceso mayo de 2006). CHIAS, Joseph. El mercado todavía son personas, Madrid: McGraw-Hill, 1999. ANÓNIMO. “Reflexiones sobre mercadeo relacional: entiendo luego vendo”. Entrevista realizada a Ana María Palacio. Publicidad y Mercadeo. Año XXV, No. 290 (Abril de 2005), pp. 62-63 SORIANO, Claudio L. (dir.). Biblioteca de Manuales prácticos de Marketing.

Diaz de Santos, 1990. VIÑALS Rioja, Jaime. Marketing de servicios destinados a las empresas. Madrid: Diaz de Santos, 2000, p. 52.


El diseño os salvará

El diseño os salvará’ Hace algunos años, Giorgio Antei, profesor investigador de la Universidad Nacional, en una de sus tantas conferencias determinaba: “somos una cultura literaria creemos (...) que como diseñadores hay que hacer frases bellas…”. Tiene mucho de cierto esta aseveración; tenemos por cultura un enorme lastre literario que nos niega el sacar la cabeza en un mundo donde la imagen es ama y dueña de la comunicación visual. Desde las propias aulas universitarias, y digo esto con conocimiento de causa, se le da mayor o toda la importancia a la parte racional literaria del mensaje que a la parte gráfica, esa parte sublimal-emocional del ojo. Si bien esto ya es un problema en sí, el otro es que el diseñador en este país del Sagrado Corazón no es lo suficientemente visual, ya que un alto promedio de estos profesionales no sabe leer ni escribir; no es el sentido formal del método de la escritura o el pensamiento, sino que simplemente no sabe construir las ideas. Por ello nos saturamos en la fórmula tradicional de estar haciendo tanta literatura respaldada por una imagen. El ámbito laboral determina el consumo y la producción como medida del buen éxito, a su vez, las universidades determinan la calidad de su enseñanza en estándares semánticos. En suma, en la actualidad el diseño existe independiente de unos términos que, aunque sigan designándolo, ya no lo definen en su realidad, sea esta laboral o académica.

Maestro Marcelo Meléndez Peñaranda Maestro en Bellas Artes, P.T.C Coordinador Área de Diseño Programa de Diseño y Producción Gráfica Corporación Universitaria Unitecw ¿Por qué hablar de diseño en términos de imagen? Si nos basáramos en estudios de la propia mercadotecnia y la publicidad sobre la receptividad que tiene los medios gráficos, desde vallas hasta plegables de bolsillo, creo, no colocaríamos un título más. La práctica me indica que por lo menos el 80 % de quienes ven estas piezas no leen los avisos y sólo un 15 % lee los títulos. En consecuencia, estoy hablando de un cuestionamiento del énfasis que se da en hacer literatura publicitaria; la mejor publicidad es la que ha creado imágenes a través de la imagen. En diseño, una buena situación que rodee un producto es mucho más permanente que la literatura que se desarrolle alrededor de esa imagen. Nuestro medio destaca por su analfabetismo, el cual no implica el no saber leer, sino el leer muy poco; la gente no lee, sencillamente no le gusta leer. A esta patología se le suma un aprendizaje lleno de prejuicios y recetas del conocimiento, las cuales puede que ofrezcan garantías técnicas y opciones tecnificadas, pero que poseen una enorme distancia en identidad y formación. En lo más formal y objetivo de nuestro medio, todo está catalogado: desde su enseñanza en las aulas universitarias hasta su proyección empresarial; mas la inspiración y la innovación genuina todavía tienen

51


52 mucho que decir en este caos visual cada vez más saturado. Así, algunos diseños que son muy ingeniosos –y con frecuencia sencillos– triunfan de tal modo que proporcionan al cliente una imagen competitiva que sobrepasa el éxito limitado y temporal de los eslóganes de la publicidad o el marketing. Por lo tanto, el compromiso del diseño con el mensaje explícito es un compromiso creado sencillamente, porque el diseño, en todo su género, ha estado siempre a disposición de la comunicación comercial, a través de mensajes publicitarios. Por otra parte, el diseñador aquí en Colombia, en vez de tratar parecerse a sus colegas europeos o norteamericanos, debería estar en procura más por un lenguaje de la imagen propia de sus audiencias. En su ámbito el diseñador reconoce su propio paisaje, es más consecuente con su época, es capaz de devolver a su propia cultura el reflejo de sí misma. Poéticamente se puede decir: es el testimonio de su tiempo; y aquí es donde aparece el riesgo que nos condena: el bajar a los mismos niveles de un público consumidor, cuando el punto está en ayudarlo a reconocer su época, devolverle su propio paisaje en una forma vivencial; así, todo buen diseño apropia condición de uso y sentido humano. Un objeto, una imagen gráfica, puede dejar marcada la retención de un producto o una empresa en la mente del público y transmitir una clase y una calidad que enseguida se torna en la envidia de sus competidores. Una prueba fehaciente de lo anterior es la enorme y pobre copia de múltiples productos, de infructuosas imitaciones que intentan sacar partido del triunfo de un buen diseño. Nuestra Colombia goza de muy buena reputación en ese menester de la imitación, el cual, más allá de nuestra identidad folclórica y artesanal, no nos permite (fuera de dispersos y contados concursos y convocatorias) el encontrar ese propio paisaje. Ahora, toda esa carga literaria se reafirma en una educación casi omnipresente, con procesos de un continuo cambio e intercambio, material y simbólico,

que se extiende desde las personas próximas de la familia y la comunidad en la cual se nace y se crece, hasta la compleja extensión de las aulas universitarias, en las cuales la pretensión de la individualidad confunde el sentido del ser. Es la universidad un incesante fluir de saberes, acciones y deseos que constituyen la panacea del conocimiento y, si esto suena literario, el lenguaje, que es el vehículo para su comprensión, se distancia en significado al propio conocimiento, elaborando un constante murmullo que como arsenal procura toda una variedad de lenguajes mal entendidos y aplicados como certeras verdades. El diseño es conocimiento que valora la imagen como su propio lenguaje y es el lenguaje el punto crucial de la experiencia humana a lo cual su dominio y uso constituyen la posibilidad de progreso individual y colectivo. Por ello, hablar de desarrollo humano es hablar de educación y hablar de educación es hablar de lenguajes. Es entonces por prejuicio que hablamos de la historia del arte o de la cultura universal, como preceptos del pensamiento creativo, y sin el cuestionamiento de lo temporal, se incurre en la formulación de ideas trasnochadas y estrechamente concebidas, a lo cual, porque no valorar una historia del diseño, pues en esto que sentido tiene el decidir un concepto como premisa de pensamiento, si éste es inherente al conocimiento mismo, es este el talón de Aquiles una cultura literaria que en el diseño se establece como un conocimiento rancio cuyo empeño falso es reinventar la imagen, esta enseñanza que viene de los recursos con que cuenta, de hacer metódica la propia educación sin saber lo que enseña sin conocer su propio lenguaje. Por que todo aquello que es humano requiere un lenguaje particular para ser “construido”, no para ser enseñado. Referencias MCDERMONT, Jim. The Institute of Packaging. McGraw-Hill. s. d.


Orientacionesinstitucionalesparalapreparación,elaboraciónypresentacióndeartículospublicitarios

Orientaciones institucionales para la preparación, elaboración y presentación de artículos publicables Uno de los objetivos que la Vicerrectoría Académica se ha propuesto para el segundo período del 2006 y siguientes es el de crear una cultura de la producción intelectual entre los miembros de la comunidad institucional. Con este fin, se han establecido estrategias de trabajo que permitirán iniciar el proceso con los docentes, directivos y ejecutivos académicos, y con todos aquellos interesados que deseen apoyar e integrarse a este trabajo. Presentamos a continuación los lineamientos que se deben tener en cuenta para la elaboración y publicación de artículos en la revista Vestigium y demás revistas indexadas o de referencia, ya sean éstas de circulación nacional o internacional. Las normas que se mencionan obedecen a estándares internacionales actualmente vigentes.

Tipos de artículos.1

a. Artículos de investigación

Contienen una detallada descripción de los resultados de un proyecto, investigación y/o monografía realizada por el autor. Incluyen aspectos como: introducción, metodología, resultados y conclusiones. b. Artículos de reflexión

Son documentos en los cuales el autor, desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica, se refiere a los temas o resultados de investigaciones, proyectos o trabajos de otra naturaleza. Por lo tanto, corresponden a críticas que un autor realiza haciendo uso de fuentes originales.

Ing. Jorge Coronado Padilla, M. Sc., Vicerrector Académico David Arturo Acosta Silva, Ph. B., M. Ed. Ing. Mauricio Díaz Melo, M. Sc. Francisco Rodríguez, MBA Coordinadores Centros de Investigación Corporación Universitaria Unitec c. Artículos de revisión Son documentos que presentan, analizan e integran resultados tanto de investigaciones que han sido publicadas como de aquellas que no. Son realizados con el fin de dar una perspectiva u opinión general del estado de un dominio específico de la ciencia y la tecnología, de sus evaluaciones durante un período de tiempo, y donde se señalan las perspectivas de su desarrollo y de evolución futura. También hacen parte de esta categoría las revisiones bibliográficas minuciosas que presentan las novedades y/o avances en un área específica del conocimiento y que generan un significativo valor académico, científico, tecnológico o pedagógico. Se sugiere que dicha revisión bibliográfica abarque un buen número de referencias. d. Artículos cortos Son documentos de corta extensión que presentan los resultados preliminares o parciales de una investigación en desarrollo, la cual, por su naturaleza, requiere de una pronta difusión para el beneficio del o de los sectores pertinentes. e. Reporte de caso Se describen aquí los resultados de un estudio sobre una situación particular a fin de presentar las experiencias, técnicas, metodologías y demás consideraciones relativas a dicho estudio, junto con la literatura sobre casos similares. f. Revisión de tema Corresponde a aquellos artículos en los cuales el au-

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54 tor hace una revisión crítica de la literatura sobre un tema particular. g. Ponencias Son trabajos que han sido presentados en eventos académicos (v. g., congresos, coloquios, simposios, etc.) y que se constituyen en aportes originales al conocimiento. h. Traducción Son artículos donde un autor, previa autorización del titular de los derechos de autor, realiza transcripciones de textos escritos en otros idiomas y que están en el contexto de publicación de la revista. i. Investigación de aula Documento en el cual el autor publica el resultado de una experiencia en el aula, la cual ha tenido una perspectiva y una estructuración investigativa. j. Ensayo didáctico Plantea una tesis y adopta con argumentos una posición crítica frente a la misma. k. Reseña Artículo corto en el que el autor expone el contenido, las características, las ideas centrales y los antecedentes de un libro, así como su propio punto de vista frente a éste. l. Cartas al editor Son las diversas posiciones y opiniones críticas, analíticas o interpretativas que envían los lectores de una revista en relación a los artículos que han sido publicados. Se espera que estas cartas contribuyan al debate dentro de la comunidad académica y no que sean simplemente críticas prejuiciosas o malintencionadas. m. Editorial Documento escrito por el editor, alguno de los miembros del comité editorial o por un investigador invitado sobre cualquiera de los temas y consideraciones generales de la revista. Por lo tanto, la editorial suele presentar la posición oficial de la revista frente a las opiniones expresadas por los autores de los artículos publicados, expresa su sentir sobre alguna posición conceptual que se plantea y define lineamientos y

pautas a cumplir dentro de su publicación.

Estructura de los artículos.

Todo artículo referido a investigaciones que desee ser publicado en una revista indexada debe mantener un estándar de presentación a nivel internacional cuya estructura contempla los siguientes ítems: • Título. • Autor (es). • Resumen o abstract. • Palabras claves o key words. • Introducción. • Agradecimientos. • Materiales y métodos. • Resultados. • Discusión. • Conclusiones. • Bibliografía. a. Título. Debe contar con las palabras estrictamente necesarias para indicar el contenido exacto del trabajo sin dejar de ser descriptivo. De esa manera, no debería exceder las 20 palabras y únicamente usar mayúscula en la letra inicial o en los nombres propios (sin embargo, en algunas revistas se exige que todo el título vaya en letras mayúsculas). Los nombres y expresiones en otros idiomas (sean científicas o generales) y los símbolos se escriben en letra cursiva (por ejemplo: Modus Tollens). b. Autor (es). Se indicará el nombre del autor o autores (con nombres y apellidos completos), siguiendo el orden de importancia en la contribución de la investigación y/o en la elaboración del artículo. Al final del nombre se presenta la abreviatura del título académico de cada autor (Por ejemplo, Dr., Mg., M. Sc., Ph. D.) y en una nota a pié de página se especifican sus títulos completos, la institución a la que pertenece (programa o grupo de investigación), cargo actual, la dirección electrónica o dirección postal a donde debe ser dirigi-


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da la correspondencia y, si el artículo es investigativo, sus intereses en investigación. c. Resumen o Abstract. Todos los artículos deben presentar un resumen analítico en español y en inglés. En un máximo de 400 palabras, el autor realiza una condensación informativa y comprensiva de su artículo, investigación o monografía; es decir, indica su objetivo, el tema desarrollado, el problema abordado, las opciones teóricas o conceptuales, las bases empíricas utilizadas y los resultados logrados. No cita referencias. La versión en inglés que sirve como abstract debe ser idéntica a la versión en español. d. Palabras Claves o Key Words. Son palabras o frases (3 a 10), no usadas en el título, que identifican los aspectos principales del artículo y orientan al lector sobre el contenido del mismo. Se ordenan alfabéticamente y deben ir tanto en español como en inglés. e. Introducción. En la introducción se presenta el trabajo y se indica su tipología (artículo de investigación, de revisión, artículo corto, etc.); se ofrece, además, una información general sobre el contexto, los objetivos, los enfoques, el estado actual del tema, la importancia de su realización, la hipótesis de investigación (si la hay) y sus relaciones con otros trabajos. f. Agradecimientos Si así lo desean, los autores pueden darle un reconocimiento público a las instituciones, organizaciones o personas que financiaron o apoyaron su proyecto, así como presentar a los colaboradores que hayan hecho los aportes más significativos al desarrollo del trabajo.

De contener gráficos y/o cuadros, estos deben estar explicados claramente i. Discusión. Se analizan los resultados obtenidos de forma breve, limitándose a los aspectos más relevantes del trabajo. j. Conclusiones. Se presentan las conclusiones con base en los resultados obtenidos. k. Bibliografía. La literatura citada se deberá describir en el idioma en que fue consultada, junto con su traducción (si fuera el caso) y presentando la totalidad de los datos editoriales, claramente distinguidos. Ésta se incluye al final del artículo, enumerándosela consecutivamente de acuerdo con el orden en que aparezca en el texto (en algunas revistas se exige que las referencias bibliográficas se ordenen alfabéticamente) y debe cumplir con las normas bibliográficas. Es frecuente que las instituciones cuenten con una metodología de presentación de documentos establecida en la cual se determinen condiciones especiales para las referencias bibliográficas. En este caso, debe atenderse dicho estándar. Se debe evitar exceder las 25 referencias bibliográficas. A manera de ilustración, se presentan los siguientes ejemplos:2 Einstein, Albert. Sobre la teoría de la relatividad y otras aportaciones científicas. 2ª ed. Madrid: Sarpe, 1983.

g. Materiales y métodos. Se describen los materiales, los recursos utilizados y los procedimientos que se llevaron a cabo en el desarrollo de la investigación. h. Resultados. Se presentan (lo más detallada y precisamente posible) los resultados o productos de la investigación.

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Dos o tres autores Hernández, Roberto, Carlos Fernández y Pilar Baptista. Metodología de la investigación. 2ª ed. México: McGraw-Hill, 1998. Más de tres autores Alberdi, Javier et ál. Metodología de la investigación por muestreo. Madrid: Euroamérica, 1969. Sin autor Anónimo. Máxima seguridad en internet. Madrid: Anaya Multimedia, 1998. Organización o institución como autor Ministerio de Comercio Exterior (Colombia). Transporte: factor de competitividad. Bogotá: Ministerio de Comercio Exterior, 1996. Compilador (comp.) o editor (ed.) como autor Martínez, Eduardo, (comp.). La popularización de la ciencia y la tecnología: reflexiones básicas. México: Fondo de cultura económica, 1997. Capítulo de una obra colectiva Adorno, Theodor. “La industria cultural”. En Jesús Martín-Barbero y Armando Silva (comps.). Proyectar la comunicación. Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1997. Libros de referencia Rincón, Antonio. Diccionario conceptual de informática y comunicaciones. Madrid: Paraninfo, 1998, s. v. ‘Redes’. Diccionario Larousse Ilustrado, 11ª ed., s. v. ‘Diseño’. Cita de una fuente secundaria Pérez, Rodofo. El conflicto armado en Colombia. Buenos Aires: Planeta, 1974. Citado en Gabriel Benítez, Historia de América. 3ª ed. Bogotá: Norma, 1999. Booth, Wayne, Gregory Colomb y Joseph Williams. The Craft of research. 2ª ed. Chicago: The University of Chicago Press, 2003. Traducido al español bajo el título Cómo convertirse en un hábil investigador (Barcelona: Gedisa, 2001).

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Publicaciones periódicas Artículos de revistas Romero, Mauricio. “¿Usted ‘fusila’ o investiga?”. Enter. No. 54 (febrero de 2003), pp. 16-20 Artículos de periódicos Day, Sherri. “Muévete Starbucks, viene Juan Valdez”. The New York Times, Domingo 23 de noviembre de 2003, p. C1. Otros Tesis y otros trabajos de grado García, Pedro. “Análisis del impacto del Tratado de Libre Comercio en las empresas importadoras en Colombia”. Trabajo de grado (Administración de empre-sas). Bogotá: Corporación Universitaria Unitec, 2004. Ponencias Sánchez, Guillermo. “La administración de empresas frente al comercio electrónico”. Ponencia presentada en la 3ª Conferencia de la Asociación Colombiana de Comercio. Bogotá, Colombia, Junio 13-24 de 2004. Internet y documentos electrónicos França-Tarragó, Omar. La ética de la publicidad. [Word] Universidad Católica, Montevideo, Uruguay. Marzo de 2003. Disponible en Internet en la dirección: www.ucu.edu.uy.doc (Acceso 17 de octubre de 2004). Simonson, Mark. The Scourge of Arial. [En línea] EE.UU. Febrero de 2001. Disponible en Internet en la dirección: http://www.ms-studio.com/ articles.html (Acceso 23 de julio de 2004). Mann, Merlin. “Building a Smarter To-Do List.” 43 Folders [Web log] Artículo del 12 de septiembre de 2005. Disponible en Internet en la dirección: http:// www.43folders.com/2005/09/building_a_ smar.html (Acceso: octubre de 2005). Nótese que si el documento es una página web se la presenta como un documento ‘en línea’.


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Instrucciones y normas para la publicación de artículos.

1 Elaboración y presentación. • Los artículos se escriben en computador con una extensión no menor a 5 páginas y no mayor a 15 (2500-8000 palabras), a doble espacio, con un tamaño de letra de 11-12 puntos y alineación justificada. Se presentará en tamaño carta, con márgenes de 3 ó 3.5 cms en cada lado, sin sangrías ni encabezados e impresión por una sola cara. Todas las hojas del documento deben estar numeradas. • Los artículos deben ser inéditos y no estar siendo sometidos para publicación al mismo tiempo en otros medios de divulgación. Opcionalmente, el documento debe llevar la información de clasificación de la tipología del artículo según lo establecido por la revista y la clasificación dentro de una disciplina, especialidad y subespecialidad, según la clasificación hecha por Colciencias basada en los Códigos Unesco. • Si bien la profundidad y los alcances del artículo dependen del autor, el lenguaje que se utilice debe ser comprensible para el lector no especializado. • Los términos técnicos o especializados deben ir seguidos de una definición sencilla entre paréntesis; por ejemplo: “…en general se registra taquipnea (respiración rápida), cianosis (coloración azulosa de mucosas y partes más claras de piel)…”. 3 • En la medida de lo posible, se debe evitar utilizar

siglas, incluso si son de uso común. Cuando el autor considere completamente necesario su empleo, la primera mención debe se aclarada y, dado el caso, traducida; por ejemplo: “Se ha acuñado la expresión CAD (del inglés: Computer Aided Design, Diseño asistido por computador)”.4 • Las notas de pié de página serán de carácter aclaratorio y no bibliográfico, indicándoselas con números arábigos y siempre deberán escribirse después del signo de puntuación, si lo hubiere (exceptuando los dos puntos). Por su parte, las notas bibliográficas deben realizarse utilizando el sistema autor-fecha; por ejemplo: “… es así como se ha planteado, erróneamente, que la globalización no es un problema.” (Pérez, 2005, 45). • Las expresiones y ecuaciones matemáticas complejas deben realizarse empleando un editor de fórmulas (v. g. Mathtype o Word Equation Editor) y los símbolos especiales se deben identificar en forma apropiada, siempre siguiendo los estándares. Las letras utilizadas como símbolos se definirán cuando aparezcan por primera vez y luego se las presentará alfabéticamente al final del artículo en un apéndice denominado “nomenclatura”.5 • Se utilizará el sistema internacional de unidades (SI) y los símbolos correspondientes. En aquellas disciplinas que tienen su propio sistema de unidades, éstas podrán usarlo, pero en tal caso las cantidades y magnitudes irán seguidas por su equivalente en el SI, puesto entre paréntesis.6 • Ya que el texto es escrito en español, salvo casos excepcionales, toda la presentación, notación y em-

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pleo de signos debe apegarse a las normas de la Real Academia y no a las de otros idiomas. • Cualquier elemento gráfico (tablas, figuras, fotos, etc.) debe presentarse en archivos adicionales al del texto. Solamente pueden ser utilizados aquellos directamente realizados por el autor, aquellos para los cuales el autor posea los derechos o aquellos de licencias libres (Creative Commons). • Es preciso que el autor numere, titule y, dado el caso, presente la fuente de donde tomó, todas y cada una de las tablas, figuras y fotografías que utilice. Los elementos gráficos que inserte el autor en el manuscrito están sólo para ayudarle a medir el tamaño del documento y como guía para los editores; sin embargo, esto no implica que aparezcan publicadas de tal forma. • Los derechos de autor no son cedidos o transferidos a la revista, pero se entiende que ésta obtiene los derechos exclusivos de impresión y publicación. De la misma manera, cualquier violación de los derechos de autor (ya sea por plagio, por entregar un documento realizado por más autores a nombre de un único titular, etc.) es responsabilidad exclusiva del infractor y no de la revista.

2 Procedimiento para remisión, evaluación y publicación. • Las propuestas deben enviarse con una carta al editor de la revista, en la que se certifique que el autor o autores del trabajo están de acuerdo en someter el artículo a consideración del Consejo Editorial o quien haga las veces de evaluador o consultor. La remisión se hará a la dependencia u oficina responsable de la edición y publicación de la revista. • El material debe hacerse llegar en medio magnético u óptico (disquete o disco compacto), en formato Word de Microsoft™, especificando el nombre del archivo y el autor o autores correspondiente del trabajo. También se deben adjuntar dos copias impresas del artículo. • En el momento en el que el editor reciba el material notificará por correo electrónico el recibido y se iniciará el proceso de evaluación por pares. Sólo serán sometidos a evaluación los trabajos recibidos dentro del plazo estipulado. Los entregados en fecha posterior serán tenidos en cuenta para próximas ediciones. • Los artículos serán evaluados por pares académicos o árbitros anónimos, especialistas en la temática tratada en el artículo, para determinar la originalidad del conocimiento y su calidad, actualidad, pertinencia, estilo, aporte a la comunidad y coherencia global.


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• Los árbitros enviarán al editor o instancia respectiva, su valoración, la cual puede ser de aceptación, de aceptación con recomendaciones indicativas sobre el contenido, la forma o los métodos utilizados, o de rechazo.

próximo número de la revista.

• El concepto de los árbitros será notificado al Consejo Editorial, el cual es el encargado de tomar la decisión definitiva. En caso de aceptación, el autor deberá atender las respectivas correcciones de los evaluadores y el último concepto del Consejo para su publicación. Si el autor no está conforme con tales comentarios y correcciones, puede retirar su documento sin tener que otorgar ningún tipo de compensación a la revista. • Si se detecta que alguna parte del artículo es plagio, éste será irrevocablemente vetado. • A la versión final del artículo, revisada por los autores después del proceso de evaluación, se le debe anexar una carta en la cual se ratifique la voluntad de los autores de permitir la publicación y divulgación electrónica del mismo y, asimismo, su responsabilidad irrestricta por su contenido. De no ser así, se asume de hecho la aprobación por parte de los autores de estas condiciones. • Los autores cuyos artículos se publiquen recibirán gratuitamente, en contraprestación, dos ejemplares de la revista en que resulte publicado su trabajo. En el caso específico de Vestigium, ningún otro tipo de compensación (sea monetaria o de cualquier otra clase) es o será usada. • El Consejo Editorial se reserva los derechos de impresión, reproducción total o parcial, corrección, alteración (si fuese necesario) del material, así como el de aceptarlo, rechazarlo o vetarlo de manera definitiva. • Si el autor considera o encuentra que en la versión publicada de su artículo hay errores graves, debe comunicárselo lo antes posible al Consejo Editorial por medio de una breve carta firmada en donde de cuenta del error y del lugar exacto en el texto. Dicha corrección, si es de gravedad, será realizada en el

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60 REVISTAS Se describe a continuación tres tipos de revistas que son objeto frecuente de publicaciones por parte de investigadores, docentes y otros autores. 1. Revistas Indexadas7

Son aquellas publicaciones periódicas de carácter científico y tecnológico contenidas en las siguientes bases de datos: 1. Science Citation Index (SCI). 2. Social Science Citation Index (SSCI). 3. Art & Humanities Citation Index (A&HCI). Estas bases de datos son administradas por el Institute for Scientific Information (ISI) de Filadelfia, el cual publica el Journal Citattions Report el cual contiene una serie de indicadores estadísticos basados en las citas de artículos. Estos indicadores permiten asignar un factor de calidad –el Impact Factor– a cada revista y, por tanto, también al trabajo de cada investigador.

2 Revistas nacionales de circulación internacional8 Son las revistas editadas en el territorio nacional, con su respectivo ISSN, que pueden ser adquiridas fuera de las fronteras nacionales por medios comerciales o a través de la editorial. El carácter internacional del producto no lo mide simplemente el hecho de su diseño, planeación, elaboración o divulgación en un país extranjero, sino el impacto internacional y el grado de utilización, difusión o generalización en la aplicación del producto, construido en el exterior o en el país con difusión internacional. 3 Revistas internacionales9 Son las revistas editadas en el exterior, con su respectivo ISSN, que llegan al territorio nacional a través de los medios comerciales y, por lo tanto, pueden tener amplia difusión.


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Colofón

(dic/marzo, 2003/2004), 89-91. Anónimo. Ingeniería e Investigación. No. 52 (julio de 2003), p. 83. Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia. Especificaciones para publicar artículos. [en línea]. Disponible en Internet en la dirección:

El Comité central de investigaciones de la Corporación Universitaria Unitec10 espera que la información consignada en el presente documento sirva de referencia obligada a todos aquellos interesados en publicar artículos tanto en la revista Vestigium como en cualquier otra de circulación nacional o internacional.

http://www.acac.org.co/home/secciones.shtml?cmd%5B36%5D=x-38-4596 Escuela Colombiana de Ingeniería. Tipos de documentos. [Word]. Disponible en Internet en la dirección: www.escuelaing.edu.co/escuela/ediciones/catalogo/revista/formato_03.doc (Acceso: mayo de 2006). University of Chicago. Chicago Manual of Style. 14ª ed. Chicago: The University of Chicago Press, 1993. Zalamea, Fernando. Portafolio de investigaciones. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2000.

Invitamos al lector para que remita sus comentarios, preguntas y sugerencias a la siguiente dirección: Corporación Universitaria Unitec, Centro de investigación, Calle 76 No. 12-61/69, Sede C, Bogotá, D. C., o se comunique vía electrónica al correo siiu@unitec. edu.co Notas 1

Cf. Anónimo, “Reglamento e indicaciones de publicación.” Cintex, Vol.1

No. 10 (dic/marzo, 2003/2004), 89-91; y Escuela Colombiana de Ingeniería, Tipos de documentos. [Word]. Disponible en Internet en la direc-ción: www. escuelaing.edu.co/escuela/ediciones/catalogo/revista/formato_03.doc 2

Cf. David Acosta, Manual para la elaboración y presentación de trabajos

académicos escritos. Bogotá: Corporación Universitaria Unitec, 2006. Cf. Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia. Especificacio-

3

nes para publicar artículos. [en línea]. Disponible en Internet en la dirección: http://www.acac.org.co/home/secciones.shtml?cmd%5B36%5D=x-38-4596 4

Ibíd.

5

Cf. Anónimo. Ingeniería e Investigación. No. 52 (julio de 2003), p. 83.

6

Ibíd.

7

Tomado de Fernando Zalamea, Portafolio de investigaciones. Bogotá: Uni-

versidad Nacional de Colombia, 2000. 8

Tomado del Decreto 1279 de Junio 19 de 2002. Capítulo V, Artículo 24.

9

Ibíd.

10

El comité está conformado por los autores del presente documento.

Referencias Acosta, David. Manual para la elaboración y presentación de trabajos académicos escritos. Bogotá: Corporación Universitaria Unitec, 2006. Anderson, Laura. Handbook for proofreading. Chicago: NTC Business Books, 1990. Anónimo. “Reglamento e indicaciones de publicación.” Cintex, Vol.1 No. 10

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Carlos Soto traza una versión de la realidad, afirmándose en sus obsesiones. Comparte nuestra idea acerca del sentido de la vida acaso porque para él la pintura es una forma de conocimiento, el recurso para explotar lo que algunos llaman “universo interior”. Observar con detenimiento sus paisajes es un momento de revelación. En ellos se presentan una amalgama de discernimiento, de un lado el interés por la figuración basado en la reminiscencia del artista como testigo de escenas poéticamente vivénciales y reconstruidas por medio de la pintura; de otro lado, y no menos esencial, se hace presente en cada una de sus composiciones la lectura abstracta de las superficies, la textura de los elementos, el contraste de su paleta, las atmósferas de sus veladuras… elementos de fijación en sí mismo.


Carlos Soto sabe bien que toda pintura realista y, sobre todo, el paisaje, no es una copia del mundo sensible, sino más bien, una interpretación subjetiva y, por lo tanto, individual. Los temas del altiplano, introspectivo por naturaleza, son pretextos para la forma, la materia y la ejecución del cuadro. Sin embargo, podemos leer en ellos y percibir claves que nos acercan a la sal de la tierra, plantas y árboles con atributos mágicos, espiritualidad de páramo y cielos de fuego para entablar tratos con la esquiva eternidad. La visión de Carlos Soto reconforta en su oficio la expectación y certidumbre, que si bien tienen lugar en nuestra cotidianidad con una apariencia de normalidad, contradice la explicación racional del mundo. El pintor nos da prueba fehaciente de esta dimensión paralela, la imagen no como un simple substituto de la realidad sensible, sino como la expresión del universo interior.

Marcelo Meléndez P.

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