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Fantasmas
Diseñado por: Citlali C. Sandoval
El origen de los fantasmas data desde épocas remotas, se ha hablado de ellos en casi todas las culturas. Desde siempre han existido testimonios y relatos sobre estos seres, siendo elemento de historias, mitos y leyendas muy populares.
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A lo largo de la historia, la gente ha creído en lo sobrenatural cuando se encuentra ante un hecho incomprensible.
Etimológicamente, la palabra fantasma se deriva del griego phainesthai, que significa: aparecer, mostrarse, hacerse visible, brillar. Para los griegos, fantasma significaba reflejo y hacía alusión a las imágenes que podemos crear en nuestra mente. En psicoanálisis, esta palabra se utiliza para hacer referencia a una serie de imágenes mentales o recuerdos, que logran perturbarnos.
Actualmente, la forma más común en la que se utiliza la palabra fantasma es para referirse a la personificación de espíritus o almas que se manifiestan entre los vivos, de forma perceptible y generalmente, en los lugares que frecuentaban mientras vivieron o asociados con personas cercanas. Creer en fantasmas es la creencia paranormal más común del planeta.
Al tocar este punto, será inevitable dejar de hablar sobre la muerte, experiencias cercanas con espíritus y demás creencias que se extienden hacia otras dimensiones. Es un tema que va ligado a lo espiritual y religioso. Quien cree en fantasmas, es casi seguro, que creerá que existe una vida después de la muerte.
Algunos grupos consideran a los fantasmas como almas que penan porque no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el otro. La creencia general supone que un alma no encuentra descanso porque ha dejado una tarea inconclusa.
El alma puede aspirar a encontrar el cielo, el infierno o el purgatorio, dependiendo de cómo fue su vida en la tierra.
Es común que alguien que pierde a un ser querido lo siga viendo en forma de fantasma. Es una manera de tranquilizarse y resignarse, de saber que a pesar de lo sucedido, pueden seguir teniendo un acercamiento y comunicación. De acuerdo con las creencias espirituales, culturales y religiosas de cada quien, será la manera en la que se encontrará con un fantasma.
La mayoría de los fantasmas que la gente ve están en ellos mismos, son proyecciones mentales para manejar ciertas situaciones; dependiendo de sus creencias tratan de buscar la respuesta más lógica. A pesar de que esta sea una creencia universal, cada quien tiene su propia imagen acerca de un fantasma y lo describe de manera única y personal.
En la mayoría de las culturas, los fantasmas se asocian con una sensación de miedo, otras veces esta creencia es confortante porque se les ve como protectores. Es común que estos seres sean perceptibles en la oscuridad y en la soledad. En la noche hay sombras, luces, silencio y se escuchan sonidos que normalmente en el día no se logran escuchar. Todo esto ayuda a la visión de fantasmas.
En el cerebro existe un proceso que completa lo que falta según nuestros conocimientos. Es necesario para dar un sentido lógico a las cosas que parecen no tenerlo. Generalmente, la cultura en la que nos encontramos inmersos nos enseña a creer en fantasmas. Nuestros padres y nuestros abuelos nos han enseñado a ponerle nombre a todas las cosas que desconocemos o no llegamos a comprender. En este caso, los fantasmas son una serie de acontecimientos fácilmente explicables, pero mal interpretados, que, por la imaginación, sugestión o diversas creencias, terminamos considerándolo como un acontecimiento paranormal.
El cerebro tiene la función particular de reconocer rostros y puede formarlos en donde parece haber alguno, podemos formar rostros en las nubes, rocas y en cualquier parte que no tenga una textura uniforme. Al ver una sombra o algo difícil de reconocer, nuestro cerebro tratará de reconocer formas lo más parecido a lo que conozca. Cuando esto sucede en sujetos que tienen la representación social de un fantasma, lo más lógico es que piensen que se acaban de encontrar con uno. Sucede algo similar con los sonidos, cuando alguien está esperando escuchar algo en particular, es muy probable que el cerebro interprete esos sonidos y la situación se convierta en un encuentro con el más allá. Entre las características que un sujeto presenta al estar frente a un fenómeno que considera paranormal están: sentirse vigilado, sensación de frio, escuchar extrañas frecuencias o ver cosas inexplicables, etc. Pueden ser consideradas como aspectos de la sugestión, de cuadro de paranoia, de alucinaciones, etc.
Así pues, cuando alguien afirma que vio un fantasma es de suponerse que vio una luz, una sombra, escuchó un ruido o algo se movió; si el sujeto no investiga y trata de darle una explicación coherente, dirá que acaba de acercarse a un hecho paranormal. Las personas que se guían por la curiosidad, al tener una experiencia de este tipo prefieren investigar y finalmente encuentran una respuesta lógica a lo que sucedió.
La creencia de fantasmas se extiende por todo el mundo, pero algo no debe de ser verdad porque mucha gente lo crea. Creer que existen almas divagando entre los vivos es creer en la existencia de una vida después de la muerte, esto nos tranquiliza.