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La sirena varada

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La muñeca reina

La muñeca reina

El argumento de la obra es el siguiente: La Sirena Varada es una obra que profundiza en una de las aspiraciones más ambicionadas por el hombre: la de escapar a su realidad.

Narra la locura de un grupo de personas que deciden abandonarse a vivir en un mundo de sueños, donde el sentido común deja de existir. Es entonces cuando aparece el personaje principal de la obra, identificado únicamente como «Sirena». La historia de amor entre este personaje y el fundador de la comuna en la que vivían, y la imposibilidad del amor en un mundo irreal les lleva a enfrentarse a la realidad, por dura que esta sea.

El texto fue escrito en 1934, en plena II República española, y en ella vemos ciertos elementos fantásticos que le acerca a algo similar al realismo mágico que triunfaría en Latinoamérica en la segunda mitad del S.XX. Esto le granjearía críticas, ya que, en aquellos años, utilizar elementos tan ficticios podía ser interpretado como una evasión de la realidad. Sin embargo, Casona nos muestra cómo todo ello fracasa frente a la vida real, que continúa su curso sin detenerse ante nada.

La protagonista es identificada como Sirena, una mujer que, maltratada por la realidad, decidió esconderse en un mundo fantástico, consiguiendo que la totalidad de personajes secundarios se identifiquen con ella. El único personaje cabal es Don Florín, que es la figura que pone el contrapunto de cordura a la obra. Casona sabe realizar un buen tratamiento de sus personajes, como ya hizo en Nuestra Natacha y en tantas otras.

Pese a que el texto se puede enmarcar dentro de la comedia, esta es irónica, sarcástica y con una temática compleja. En muchos puntos es surrealista, dado el argumento, y en el tramo final se torna dramática. Huye del sentido común y de los convencionalismos para darnos una historia cuyo trasfondo no pudo ser más descorazonador: la fantasía está destinada a fracasar cuando se enfrenta a la realidad.

Y pese a ello, no puedo dejar de recomendar su lectura. Es enérgica, divertida y reflexiva, y dejará un poso en el lector. Es una de mis obras de teatro favoritas, por ese sabor amargo que deja al final. Sin duda, desde CLI os animamos a haceros con un ejemplar, que podéis comprar aquí.

inmóvil y sereno, enmarcado por una cofia de encaje, dibujado con tintes de color de rosa…».

Amilamia está representada por una muñeca-reina de porcelana, un «falso cadáver» entre las sábanas y junto al acolchado. La Reina de las fantasías del narrador ha adoptado la máscara inmóvil de la muerte. Casi un año después, el narrador descubrirá que si los padres de Amilamia continuarán para siempre atrapados en el culto de la muerte, él, más bien, podrá volver a la afirmación de la vida: «La verdadera Amilania ya regresó a mi recuerdo y me he sentido, si no contento, sano otra vez: el parque, la niña viva, mis horas de lectura adolescente, han vencido a los espectros de un culto enfermo».

Toda la obra de Carlos Fuentes se pregunta: ¿cuál es la edad del tiempo? El cuento «La muñeca reina» responde: aquella que muestra nuestro paso de niños vivaces a muñecas mortuorias de porcelana, de jóvenes perdidos en los libros a imágenes congeladas y frías en un féretro. La edad del tiempo es la edad de la muerte. ¿Qué hay detrás de las máscaras de las muñecas, de la inmovilidad de las fotos en el álbum? La vida, que, a través de los recuerdos, gracias a nuestra memoria, es capaz de vencer a la muerte.

Instalados en el tiempo, los seres humanos están condenados al fin; pero en el transcurso de ese tiempo tienen muchas oportunidades, fugaces todas, para liberarse de sus ataduras y trascenderlo.

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