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ARTES APLICADAS ARTES APLICADAS en el Art Nouveau

En el arte modernista, la escultura la mayor parte de las veces estuvo integrada a la arquitectura, ya que esta alianza era la que permitía, justamente, renovar la estética del siglo XIX. En este aspecto, el art nouveau nos recuerda al arte medieval. sus dos capacidades: la apatía y el sobresalto.

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Sin embargo, sí hubo expresiones de esculturas modernista exenta (es decir, independiente), a pesar de no haber sido el interés fundamental del movimiento. Al igual que el resto de las artes, se destacó por la línea ondulante y sinuosa, en función de crear un efecto dinámico. También se aprecia la asimetría, el gusto por elementos exóticos, el eclecticismo y la sensualidad.

El árbol de la vida, friso de tres partes sobre paneles de mármol como mosaicos , una técnica en la que la imagen está hecha de muchas pequeñas piezas de cerámica, vidrio, piedra, incluye piedras semipreciosas, perlas y azulejos dorados ustav Klimt, fue el más célebre artista austriaco de esos tiempos (la fama de Schiele sería póstuma) y a la vez el más nado, complejo y hermético. Eran años en los que Viena estaba empezando su decadencia como capital artística mundial, pero Klimt brilló por su estilo entre Simbolismo y el Art Nouveau.

París, Navidad de 1894.

En la imprenta, Alphonse Mucha se encontraba corrigiendo unas impresiones cuando de pronto entró en el local una gura vestida de blanco. Alphonse la reconoció de inmediato; no necesitaba presentación: se trataba de la gran actriz Sarah Bernhardt.

A la “Divina Sarah” no le gustaban los carteles promocionales de Gismonda, su última obra teatral, y estaba buscando a un artista que diseñara otros a su gusto. Y al parecer ese artista iba a ser él. Alphonse evidentemente aceptó el encargo, no sin cierto nerviosismo. Pero salió victorioso de ese trance: Mucha diseñó para la actriz un cartel innovador y completamente rompedor que esperaba que fuera del agrado de la diva. Y, en efecto, así fue. Cuando lo vio, Bernhardt quedó absolutamente entusiasmada. El cartel le gustó tanto que contrató al artista para los siguientes seis años. De este modo, Mucha pasaría del anonimato a encargarse del diseño de vestuario y de la escenografía de la compañía de Sarah Bernhardt en un abrir y cerrar de ojos.

El 1 de enero de 1895, aquel cartel era ya una preciada pieza de coleccionista que todo el mundo quería tener en su casa. No era extraño ver por la noche a la gente recorrer las calles para arrancarlos de las paredes, e incluso la propia imprenta vendía ejemplares a escondidas, hasta que la diva lo descubrió y puso n al “negocio”.

Cartel publicitario de Alphonse Mucha realizado en 1894 para la obra de teatro “Gismonda”, protagonizada por Sarah Bernhard.

El estilo del artista checo no se parecía en nada al de otro famoso artista de carteles como Toulouse -Lautrec, y el cartel que Mucha hizo para Sarah Bernhardt, pintado en colores pastel, convertía a la actriz en una especie de diosa: la elevaba sobre un pedestal y la disponía bajo un arco. A partir de entonces, la cartelería de Mucha se convertiría en una auténtica obsesión para los parisinos. “Gustó tanto porque era muy fresco visualmente, utilizaba los colores de una manera distinta y alargaba la gura que, además, quedaba digni cada, muy bella”, explica al respecto la artista japonesa Tomoko Sato, conservadora de la Fundación Mucha desde 2007 y especialista en su obra.

Mientras que Mucha retrató a Sarah Bernhardt sobre un pedestal, las mujeres que el artista acostumbra a representar en su obra se caracterizan por la gran femineidad de sus gestos, el cabello suelto, una ropa muy ornamentada, sus sinuosos movimientos en medio de la naturaleza... La especialista en el arte de Mucha Tomoko Sako también cree que el artista checo “rompió las barreras entre el arte comercial y el arte elevado”.

Muy pronto empresas de todo tipo se rifarían los servicios del gran cartelista, quien diseñó envoltorios para la famosa marca de chocolates Nestlé, carteles publicitarios para la prestigiosa marca de champán Moët-Chandon y también para promocionar la cerveza Bières de la Meuse, originaria de una zona a pocos kilómetros de la Abadía de Orval. Todos ellos, carteles de promoción que se hicieron famosos en toda Europa. Sabedor de la fama que estaba adquiriendo su obra, Mucha publicó un manual en el que plasmó el proceso de creación de setenta y dos de sus litografías.

Pero Mucha no solo pretendía realizar carteles publicitarios. Entre sus numerosos intereses artísticos se encontraba también un tipo de arte muy particular: la joyería. En 1899, Mucha (que en 1898 se había unido a la logia masónica del Gran Oriente de Francia) colaboró con el famoso joyero francés Georges Fouquet para diseñar una pulsera en forma de serpiente, hecha de oro y esmalte, para la actriz Sarah Bernhardt (su pasión por los diseños de joyería quedaría plasmada en un libro que publicó en 1902 titulado Documents decoratifs, en cuyas páginas se sucedían las láminas que reproducían elaborados broches con algunas incrustaciones de piedras de colores).

En 1900, Fouquet hizo un importante encargo a Mucha: le pidió que decorara el interior de la nueva joyería que iba a inaugurar en el número 6 de la rue Royale de la capital francesa. El resultado nal puede considerarse el súmmum de la belleza decorativa del art noveau. Pero la tienda insignia de Fouquet abrió justo cuando las tendencias artísticas y decorativas empezaban a cambiar, por lo que el local al nal fue desmontado tal cual y poco después remodelado en busca de un estilo decorativo más tradicional. Por fortuna la decoración original se conservó y hoy en día puede contemplarse en el Museo Carnavalet de París.

En 1909, en el momento culminante de su carrera, Mucha decidió trasladarse a Praga, y en 1918 fue testigo de cómo su Checoslovaquia natal se convertía en un país independiente.

Mucha se implicaría entonces en el diseño de los primeros billetes y sellos del nuevo país. Pero todo terminaría unos años después, cuando las tropas nazis invadieron Checoslovaquia el 15 de marzo de 1939.

Los vehementes y agresivos discursos de Hitler amenazando a la población convencieron al artista, que creía rmemente que el arte era un vehículo que servía para unir y no para separar, de retomar los pinceles y empezar a pintar un tríptico dedicado a la humanidad, obra que nunca llegó a terminar. Mucha fue detenido por la Gestapo, encarcelado y torturado, aunque nalmente fue puesto en libertad. Pero pocos días después, el 14 de julio de 1939, el gran genio de los carteles moriría de una neumonía.

Fue uno de los artistas más interesantes de la época victoriana en el Reino Unido. El hijo perfecto del n-de-siècle. Muerto a la tierna edad de 25 años, tuvo tiempo de escandalizar, fascinar e in uir en los artistas de la época. Su estilo modernista, mezclado con su humor crítico e incisivo, dio lugar a una obra artística satírica, estética, moderna, hipnótica… maravillosa.

Beardsley destacó pronto como «niño prodigio» en la música y más tarde en otros campos creativos. Tenía pinta de que iba a ser arquitecto, pero las artes plásticas entraron en su vida y todo se fue al garete. Ingresó en la Escuela de arte de Westminster y ahí empezó su aventura. Sus ilustraciones empezaron a tener fama por su estilo innovador. Libros y revistas quisieron ilustrarse con su arte. Por supuesto también ilustró la obra de su amigo Oscar Wilde.

Beardsley tenía un estilo modernista, basado en la naturaleza, con formas orgánicas y un gran decorativismo. Salvando las distancias, era un Alfons Mucha más joven y radical. Usó mucho la tinta (blanco y negro) y en su obra se aprecia una gran in uencia del grabado japonés.

Tocó variadas temáticas: religiosa, mitológica, histórica, caricatura…Y en todas ellas hay una carga de erotismo (destaquemos sus escandalosas ilustraciones para Lisístrata y Salomé).

En su vida, era un dandy. Un decadente como Wilde, un excéntrico, un Tristram Shandy. «Sólo tengo un objetivo – lo grotesco. Si no soy grotesco no soy nada», dijo en una ocasión. La tuberculosis, enfermedad de lo más romántica, acabó con él con sólo 25 años de edad.

Sus obras, cargadas de sensualidad, tienen un estilo pictórico absolutamente ecléctico y cada vez están más cargadas de abstracción y plásticas innovadoras como sus extraños puntos de vista, cortes poco habituales y un valor expresivo de la línea que anuncia el expresionismo

Klim nació en la época dorada del Imperio austrohúngaro (la edad de oro de la seguridad burguesa), que cuidaba ante todo a sus artistas. Se formó en Viena, muy interesada en la promoción de las artes decorativas, y se codeó con artistas, arquitectos y artesanos.

Antes de cumplir los 30, Klimt era ya uno de los artistas más prestigiosos de Viena pero a nales de siglo entra en la Secesión (el modernismo vienés) muy interesada en todas las disciplinas creativas europeas y muy hostil con el arte académico o cial. Por ello perdería cierta seguridad económica.

Nunca se casó, pero tuvo bastantes hijos (al menos 14). Las mujeres (preferiblemente pelirrojas) eran musas, amantes y catalizadores del simbolismo de Klimt. Símbolos de la vida y de la muerte; amenazantes y seductoras al mismo tiempo (las conocidas como femmes fatales). En este sentido su obra se cali có de «pornográ ca» por su lenguaje abiertamente sexual. Por esa época, por cierto, andaba el Dr. Freud por Viena.

Su pintura es extremadamente ornamental: abunda el oro propio del arte bizantino (era hijo de un grabador de oro), los motivos geométricos y la sensualidad con un exquisito equilibrio entre líneas curvas y rectas.

En su vida privada vestía con sandalias y túnica. Se obsesionaba artísticamente con las mujeres que posaban para él y acabaría teniendo aventuras con muchas de ellas, desde damas de la alta sociedad a prostitutas. Tras su muerte por neumonía hubo 14 demandas de pensiones alimenticias.

Víctor Horta nació el 6 de enero de 1861 en Gante, Bélgica. Tocaba el violín desde muy joven, después de graduarse de la escuela ingresó en el Real Conservatorio de Gante, pero fue desterrado de la disciplina y estudió allí solo durante un año.

Aparentemente, el padre de Víctor se cansó de las acciones de su hijo, como castigo, a la edad de 16 años, fue enviado a trabajar en un sitio de construcción con su tío. Allí, como recordó Víctor más tarde, tuvo una idea. Allí vio de un vistazo toda su vida abierta ante él.

Víctor Horta estudió arquitectura en la Academia de Artes de Gante. En 1878, el arquitecto Víctor Horta estudió en el extranjero en París, pero dos años más tarde regresó a Gante en relación con la muerte de su padre.

En 1881 se trasladó a Bruselas y se matriculó en la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas, donde su profesor fue el arquitecto Alphonse Barra, quien Víctor Horta tuvo un gran respeto por su maestro durante toda su vida.

Después de los primeros años de arduo trabajo, fue donde comenzó la carrera de Horta. En 1888, el arquitecto se convirtió en miembro de la logia masónica «Les Amis Philanthropes», en donde conoció a Emile Tassel, quien fue la que le encargó un pequeño «h eldemaotre».

Después de la nalización de este proyecto, la obra maestra de Art Nouveau «Hotel Tassel» se elevó a su punto máximo de popularidad, fue en el 1893 que el arquitecto Víctor Horta se convirtió en miembro de la logia masónica.

Los años posteriores fueron de mucho trabajo diseño La Casa Solvay, La casa Horta, La casa Frizon, La casa Ortrick, el Palacio de Bellas artes, entre muchas otras más.

Las principales mansiones que fueron diseñadas por el arquitecto belga Víctor Horta fueron catalogadas como Patrimonio de la Humanidad en 2000. Las mansiones incluyen la mansión y la casa Tassel, el arquitecto fue el primero en el mundo en diseñar en estilo Art Nouveau en 1893.

En la época en que las casas pesadas de piedra eran la corriente principal, el estilo Art Nouveau, que utiliza curvas con motivos vegetales, nuevos materiales como vidrio y hierro en ese momento, llamó la atención. El arquitecto Víctor murió el 9 de septiembre de 1947 en Bruselas, Bélgica.

Antoni Gaudí Cornet fue un arquitecto catalán que ha sido muy reconocido internacionalmente como uno de los expertos más prodigiosos de su disciplina, además de uno de los máximos exponentes del modernismo. Su genialidad excepcionalmente rompedora fue artí ce de un gran lenguaje arquitectónico único, personal e incomparable difícil de etiquetar.

Antoni Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en Reus según unas biografías y en Riudoms según otras, una pequeña población cerca de Reus donde su familia veraneaba. Provenía de una familia de caldereros, hecho que le permitió al joven Antoni Gaudí adquirir una especial habilidad para tratar el espacio y el volumen mientras le ayudaba a su padre y a su abuelo en el taller familiar.

Su facilidad a la hora de concebir los espacios y la transformación de materiales prosperó hasta lograr convertirse en el genio de la creación en tres dimensiones las cuales posteriormente demostró ser.

En el año 1870 se trasladó a Barcelona para cursar sus estudios de arquitectura a la vez que se ocupaba con diversos empleos que le permitían pagarse los estudios. Fue un estudiante irregular, pero que ya manifestaba algunos indicios de genialidad que le abrieron las puertas para poder colaborar con algunos de sus profesores.

Cuando en 1878 culminó sus estudios en la Escuela de Arquitectura, el director, Elies Rogent, declaraba: «No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.» Era innegable que las ideas de aquel joven no eran una repetición de lo que se había hecho hasta el momento ni dejarían a nadie indiferente.

En el año 1870 se trasladó a Barcelona para cursar sus estudios de arquitectura a la vez que se ocupaba con diversos empleos que le permitían pagarse los estudios. Fue un estudiante irregular, pero que ya manifestaba algunos indicios de genialidad que le abrieron las puertas para poder colaborar con algunos de sus profesores. Cuando en 1878 culminó sus estudios en la Escuela de Arquitectura, el director, Elies Rogent, declaraba: «No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.» Era innegable que las ideas de aquel joven no eran una mera repetición de lo que se había hecho hasta el momento ni dejarían a nadie indiferente.

Una vez obtenido el título, Gaudí se estableció por su cuenta en su despacho de la calle del Call en Barcelona desde donde, con gran entrega, inició el inconfundible legado arquitectónico, gran parte del cual es considerado Patrimonio de la Humanidad.

Pero el encuentro, que resultó de las relaciones de amistad y mecenazgo más productivas de la historia, se produjo a mediados de 1878, cuando la casualidad quiso que el artista y Eusebi Güell, un impulsor de la industria nacional con un acentuado gusto por las artes, cruzaran caminos.

Durante su etapa de madurez, las obras maestras se fueron sucediendo las unas a las otras: la Torre Bellesguard, el Park Güell, la restauración de la catedral de Mallorca, la iglesia de la Colonia Güell, la Casa Batlló, La Pedrera y, nalmente, la Sagrada Familia. Curiosamente, el esplendor de la arquitectura gaudiniana coincidió, en una decisión personal del arquitecto, con un progresivo retraimiento de su gura.

Gaudí, que en su juventud había frecuentado teatros, conciertos y tertulias, pasó de parecer un joven dandi con gustos de gourmet a descuidar su aspecto personal, comer con frugalidad y alejarse de la vida social a la vez que se entregaba con más fervor a un sentimiento místico y religioso.

Gaudí murió el 10 de junio de 1926 atropellado por un tranvía mientras se encaminaba, como cada anochecer, hacia la Sagrada Familia desde la iglesia de Sant Felip Neri. Después del golpe, perdió la consciencia y nadie sospechó que aquél anciano indocumentado y de aspecto descuidado era el célebre arquitecto, y fue trasladado al Hospital de la Santa Cruz, donde posteriormente sería reconocido por el cura de la Sagrada Familia. El entierro tuvo lugar dos días después en la Sagrada Familia después de un multitudinario funeral: buena parte de los barceloneses salieron a la calle para dar el último adiós a Gaudí, el gran arquitecto más universal que la ciudad había visto.

Es muy frecuente el uso del collage dentro de las obras de esta corriente, usando para ello comúnmente, recortes de revistas, periódicos, libros, fotografías, diversas propagandas, etc. Un ejemplo de ello son el collage de Eduardo Paolozzi titulado Bunk. O la obra de Richard Hamilton, titulado, “just what is it that makes today’s homes so di erent, so appealing” siendo esta última una de las obras de referencia de esta corriente artística. Una de las características más notorias es el uso del lenguaje gurativo, en especial mediante el uso de temas en donde se re eje la sociedad de consumo. Es frecuente tanto en pintura como carteles o anuncios publicitarios, como expresión del arte de la cotidianidad urbana en la que se vive. Ejemplo de ello es la obra de Andy Warhol “32 latas de sopa Cambell”, y las diversas obras en las que con frecuencia se usaban productos y utensilios cotidianos, como revistas, lámparas, planchas, productos de limpieza, herramientas, cigarrillos, comics, o botellas de refresco, así como aparatos como aspiradoras, refrigeradores, automóviles, radios y televisores.

El color en el Pop Art es fundamental. No se podría entender este estilo sin el uso de colores brillantes, chillones y vivos. El contraste de colores no es sólo una opción, sino más bien una obligación en este estilo. Ahora bien, tanta combinación de color corre el riesgo de salir mal, para ello se propone utilizar un fondo de color neutro para darle el toque de color con los elementos. Recuerda que el objetivo no es llegar a la psicodelia sino crear combinaciones equilibradas. Los colores más utilizados son: rojo, lila, amarillo, verde, fucsia, naranja, rosa y blanco. Este estilo de decoración también permite el uso de formas geométricas.

Todo esto hizo del arte pop un arte provocador, incitante, polémico. Por ejemplo, al cuestionar la idea de originalidad cuestionaban también la a la que se le rendía tributo desde el renacimiento. Cuestionaban asimismo el papel de los críticos, de los historiadores del arte, el concepto de los museos, los criterios de selección, los principios de la museografía... Pero más allá de todo lo que hace interesante al pop art, es evidente que nada surge por generación espontánea, y que, antes de que los artistas pop se formularan este programa estético, generaciones previas fueron creando las condiciones para esta auténtica revuelta de los signos artísticos.

Como no pretendía ser un arte intelectual, el arte pop fue también un movimiento cargado de humor y guiños cómplices al espectador. Lejos de las posturas infatuadas de los grandes teóricos e intelectuales del medio, los artistas pop ironizaban y reían del orden circundante. Quizá era un modo diferente de hacer crítica.

Su propuesta no satisfacía a muchos artistas que comenzaban apenas sus quehaceres artísticos, pero que no comulgaban con la perspectiva impersonal del arte abstracto. Además, éste se encontraba restringido para las elites, en las galerías y lejos de la comunidad ordinaria, hecho que pronto cambiaría con los artistas pop.

En Londres se fundó el Grupo Independiente en 1952 como precursores del arte pop, donde había pintores, escultores, críticos, escritores y arquitectos, entre los fundadores están y . En Londres se fundó el Grupo Independiente en 1952 como precursores del arte pop, donde había pintores, escultores, críticos, escritores y arquitectos, entre los fundadores están Richard Hamilton y Eduardo Paolozzi. Richard Hamilton es considerado como el primer artista pop con la creación de su obra pop, el collage “Qué es lo que hace de los hogares de hoy en día sean tan diferentes, tan llamativos”, en 1956, presentado en la exposición “Esto es el mañana”, en la Galería Whitechapel de Londres. Hacia 1961 el arte pop fue presentado formalmente en una exposición múltiple con obras de David Hockney, Derek Boshier, Allen Jones y Peter Phillips. El término pop art fue acuñado por John McHale en 1954, sin embargo es atribuido al crítico y curador británico Lawrence Alloway, por su ensayo e Art and the Mass Media, donde usó el término “popular mass culture”. Es importante señalar que muchas de las obras de arte pop británicas usaban como referencia elementos extraídos de la cultura popular estadunidense. Ambos grupos de artistas, tanto los estadunidense como los británicos se inspiraron en el impacto que la tecnología moderna y los medios de comunicación de masas tenían sobre la sociedad.

El arte pop no se desarrolló en Estados Unidos hasta la década de los 60, y estando inmersos más profundamente en la cultudel consumo, sus representantes fueron mucho más transgresores e irónicos que los británicos. Podemos decir que y son dos de los principales representantes del pop art temprano estadunidense. Más tarde las pinturas de , y , harían una nueva aportación al arte pop que se a anzaba en Estados Unidos. Y con Roy Lichtenstein el arte pop adquirió un nuevo tinte, pues él incluyó las tiras de cómics en sus obras e hizo un gran uso de la parodia.

La ebre del arte pop se extendió no solo por América, alcanzó Europa, y más tarde también a Asía; se reprodujo principalmente en España, Italia, Bélgica y Japón.

España tuvo prolí cos representantes del arte pop, como , que criticaba el impacto de los medios de comunicación en la sociedad, y despreciaba el modelo de hacer arte preestablecido y academicista.

Entre 1963 y 1981, los artistas y , formaron el Equipo Crónica que creó grandes obras del pop art. Entre ellas destacan , donde usan el cuadro de Las Meninas de Velázquez, contextualizado en una sala ambientada en los 70, con elementos extras como un pato in able, una pelota y otros tipos de cuadros. Por otra parte, en Italia surgió en 1964, de la mano de la en Roma, con artistas como los líderes del movimiento pop art en Italia fueron notablemente y , quienes se caracterizaron por su fuerte crítica política y social en sus obras.

El pop art logró una aceptación pública y un éxito comercial mayores que los que ningún otro movimiento artístico moderno, sobre todo por emplear una iconografía familiar en un estilo gurativo. Pese a su popularidad, fue un fenómeno fundamentalmente británico y estadounidense, aunque surgieron tendencias a nes en otros lugares.

Se considera a Richard, siendo el, pintor, grabador, profesor, galerista y escritor como uno de los pioneros del Pop art. Es famoso por sus montajes, que re ejan la cultura y la publicidad contemporáneas. Las pinturas y los grabados de Hamilton exploran distintos aspectos de la cultura popular, así como las relaciones entre las imágenes producidas de espontaneidad y su austeridad, pero se suelen reconocer su ingenio, sus innovaciones técnicas y su alto nivel intelecutal. Hamilton tuvo una gran in uencia sobre muchos pintores británicos, incluido David Hockney.

David ha sido un personaje llamativo y popular desde la década de 1960. Este pintor, dibujante, grabador, fotógrafo y diseñador ya había alcanzado el éxito internacional, y es sin duda el artista británico más famoso de su generación. Se le conoce sobretodo por sus cuadros de piscinas californianas, sus enormes retratos dobles de amigos y sus collages fotográ cos. Las principales características de su obra son un peculiar tratamiento del color y de la luz y su continua batalla contra las convenciones de la perspeciva. Su obra es a menudo autobiográ ca y homoerótica.

El pintor Robert Raushcenberg fue una de las guras más in uyentes en el alejamiento de expresionismo abstracto. Se le conoce especialmente por la invención de la combine painting, forma artística que combinaba, a menudo de un modo extravagante, materiales y objetos diversos, como pintura al óleo con imágenes impresas y objetos de consumo tridimensionales.

A partir de la década de 1960 empezó a trabajar solamente en dos dimensiones, creando serigrafías a partir de collages de imágenes de prensa. Aunque de entrada parecían abstractas, vistas de cerca las imágenes se relacionaban entre sí para ilustrar rasgos de la vida moderna.

El escultor y artista grá co de origen sueco, uno de los artistas más in uyentes y originales de los que trabajan en EE.UU, es famoso por sus esculturas gigantes de comida y sus estructuras blandas de objetos rígidos, como máquinas de escribir. Su obra, a veces caprichosa, a menudo provocativa, tiene in uencias dadaístas y surrealistas. El trabajo de Oldenburg con decorados y vestuario para las artes escénicas despertó su interés por el medio tridimensional. Más tarde, se centró en la creación de proyectos gigantescos para diversas ciudades.

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