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Nยบ 84 Julio 2018 EDITORIAL

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REFORMA UNIVERSITARIA

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CRES 2018

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EDITORIAL

III CONFERENCIA REGIONAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CRES-2018 Con la presencia de aproximadamente diez mil participantes, se realizó en Córdoba-Argentina, la III Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y El Caribe, dentro del marco de la celebración de los cien años de la Reforma Universitaria de Córdoba, en la que el movimiento reformista de inicios del siglo XX (1918) experimentaba un proceso de cambio o transición de una sociedad tradicional a una sociedad moderna; cambio que incidió directamente en el quehacer universitario que pretendía una transformación radical de la sociedad y de la cultura. La protesta estudiantil tenía como finalidad el cambio del régimen político de la universidad, la renovación del profesorado y la modificación de los planes de estudio, que se consideraban retardatarios en comparación a las universidades de Buenos Aires y La Plata. Este movimiento reformista dejó huellas que se extendieron en la geografía latinoamericana y han perdurado hasta el presente y las podemos resumir en lo expresado en la Conferencia Plenaria Inaugural de la CRES 2018, por parte del académico brasileño Boaventura de Sousa Santos: “Los dolores que quedan son las libertades que faltan para continuar el manifiesto de 1918”. La CRES o Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe, se realiza cada diez años con el fin de analizar y debatir sobre el sistema educativo en la región y a la vez delinear un plan de acción para la próxima década, orientado a reafirmar el sentido de la educación superior como un bien social, un derecho humano y una responsabilidad del Estado. La primera Conferencia Regional se realizó en La Habana-Cuba en 1996 y tuvo como resultados la aplicación de criterios de comparabilidad entre las diversas agencias acreditadoras de la calidad de la educación superior en América Latina y El Caribe, cuyo objetivo fue el de reconocer los estudios y títulos de las distintas instituciones universitarias en la región, facilitando los procesos de internacionalización de la educación superior y la integración regional a través de la movilidad de estudiantes y docentes; y la promoción del ejercicio profesional en una Latinoamérica cada vez más unida en lo económico, científico y cultural. La segunda CRES se realizó en Cartagena de Indias-Colombia, en el año 2008, organizada por el Ministerio de Educación Nacional de Colombia, se enmarcó en la concepción de la educación superior como bien público y como instrumento estratégico de desarrollo sustentable y de cooperación interinstitucional e internacional en la integración regional hacia la conformación de un Espacio Común del Conocimiento y la Educación Superior en América Latina y el Caribe. La tercera Conferencia Regional de Educación Superior 2018, para América Latina y el Caribe, fue organizada de manera conjunta con la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la UNESCO-IESALC, el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina (CIN) y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la República de Argentina (SPU); se realizó en torno a siete ejes temáticos: 1) La educación superior como parte del sistema educativo; 2) La diversidad cultural e intercultural; 3) Internacionalización e integración regional; 4) El rol de la educación superior de cara a los desafíos sociales; 5) La investigación científica, tecnológica y la innovación como motor de desarrollo humano, social y económico para la Región; 6) El papel estratégico de la educación superior en el desarrollo sostenible; 7) A cien años de la reforma universitaria de Córdoba. Hacia un nuevo manifiesto de la Educación Superior Latinoamericana. Ejes temáticos que fueron analizados en las diferentes conferencias simultáneas realizadas en el campus de la Universidad Nacional de Córdoba. Como Universidad Politécnica Estatal del Carchi (Ecuador), aspiramos que la planificación y seguimiento de las resoluciones tomadas en la CRES 2018, que serán plasmadas en un nuevo manifiesto, garanticen la calidad y transformación de la educación superior en la región, y permitan el desarrollo humano sostenible, basado en la justicia, la libertad, la solidaridad y el respeto por los derechos humanos.


REFORMA UNIVERSITARIA

Dr. Juan Carlos Villacreses SECRETARIO GENERAL

A CIEN AÑOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA DE CÓRDOBA

En el marco de la conmemoración de los 100 años de la Reforma Universitaria de Córdoba se desarrolló en el mes de junio del año en curso en la ciudad de Córdoba-Argentina la III Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe (CRES-2018); evento que reunió, entre otros, a rectores y rectoras, académicos y académicas, estudiantes de la educación superior del continente, quienes a través de un debate participativo trataron sobre el estado actual de la educación superior, sus fortalezas y debilidades, su historia y evolución, así como sobre las mejoras y logros que se desean alcanzar en la próxima década, con vistas a los objetivos de desarrollo sostenible y a las definiciones de la agenda “Educación 2030” de la UNESCO; en ese contexto, la CRES 2018 fue organizada sobre la base de siete ejes que debatieron los siguientes temas: El papel estratégico de la educación superior en el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe.- El desarrollo sostenible debe responder a las necesidades del presente, sin comprometer las

posibilidades de que las generaciones futuras satisfagan las suyas. La educación superior tiene un papel estratégico para el logro de los objetivos del desarrollo sostenible, interpretando las demandas de los pueblos de América Latina y el Caribe. Esto demanda articular los lineamientos para que la educación superior se transforme y comparta con otros agentes sociales la responsabilidad de contribuir a este compromiso. La educación superior como parte del sistema educativo de América Latina y el Caribe.- La demanda creciente por acceder a la educación superior exige que esta se haga cargo de múltiples necesidades y, por tanto, que diversifique su oferta en distintos tipos de instituciones, de programas, de modalidades de enseñanza–aprendizaje, de estrategias formativas. Se deben diseñar políticas y mecanismos que no se limiten a evaluar sino también a promover la calidad y apoyar a las instituciones para que sean ellas las que, en ejercicio de una autonomía responsable, asuman el compromiso de avanzar de manera soste-

nida en su capacidad de respuesta a las necesidades de los estudiantes y del entorno social en que se desempeñan. Educación superior, internacionalización e integración de América Latina y el Caribe.- En la región, la internacionalización debe propugnar una cooperación interinstitucional basada en una relación solidaria entre iguales, con énfasis en la cooperación Sur-Sur y la integración regional. En este contexto, la internacionalización se constituye en una herramienta clave para transformar la educación superior, fortalecer sus comunidades y promover la calidad y pertinencia de la docencia, la investigación y la extensión. Asimismo, se precisan políticas públicas que apoyen el proceso de internacionalización mediante el establecimiento de marcos organizacionales que faciliten la integración académica regional, la movilidad de estudiantes y académicos, el reconocimiento de trayectos formativos internacionales, la dimensión internacional de los programas académicos y la colaboración internacional en investigación, entre otros. Educación


superior, diversidad cultural e interculturalidad.- Las políticas y las instituciones de educación superior deben contribuir proactivamente a desmontar todos los mecanismos generadores de racismo, sexismo, xenofobia, y todas las formas de intolerancia y discriminación. El reto no es solo incluir en las instituciones de educación superior a mujeres, personas con discapacidad, miembros de pueblos indígenas y afrodescendientes e individuos de grupos sociales históricamente discriminados, sino transformarlas para que sean social y culturalmente pertinentes. Estos cambios deben asegurar la incorporación en las instituciones de educación superior de las cosmovisiones, valores, conocimientos, saberes, sistemas lingüísticos, formas de aprendizaje y modos de producción de conocimiento de dichos pueblos y grupos sociales. El rol de la Educación Superior de cara a los desafíos sociales de América Latina y el Caribe.- De cara a tantos desafíos sociales que enfrenta la región, la educación debe construir su calidad y universalidad en el servicio a la comunidad local, en miras al desarrollo humano de cada entorno, articulando tradición e innovación de punta, congregando la pluralidad de competencias, habilidades y conocimientos que las personas construyen, en la convergencia de la actividad especializada, la vida cotidiana, las sabidurías populares y una auténtica inteligencia ética y estética en armonía territorial más allá de cualquier impacto. Es decir, la educación superior es co-creadora de conocimiento e innovación, haciendo de estos, como saberes articulados a prácticas sociales, herramientas de independencia intelectual, transformación social y construcción de estructuras políticas más justas, equitativas, solidarias y, sobre todo, subsidiarias de valores compartidos autóctonos. La Investigación científica y tecnológica y la innovación como motores del desarrollo humano, social y económico para América Latina y el Caribe.- No habrá justicia en la región si no hay libertad de pensamiento y expresión para la sociedad en su conjunto; y, no existirá libertad de pensamiento si nuestros

países no generan conocimientos pertinentes para sus realidades e innovaciones sociales. Debemos reconocer que el conocimiento es producto del acervo intelectual y experimental de la humanidad, siendo por tanto un bien común, y por regla general de dominio público. La disputa política sobre ‘qué conocimientos’ es a la vez la disputa política sobre ‘qué sociedad’, ‘qué región’ queremos. No habrá transformación de los conocimientos sin un cambio en las relaciones históricas de poder en América Latina y el Caribe; no obstante, tampoco habrá cambio en las relaciones históricas de poder en la región sin una transformación de los conocimientos. A cien años de la Reforma Universitaria de 1918.- La educación superior es un bien público y social, un derecho humano y un deber del Estado. El conocimiento debe ser considerado un bien público social. El Estado debe regular el sistema de educación superior y debe prohibir a las instituciones de educación superior con fines de lucro. La autonomía es una condición imprescindible para que las insti-

tuciones ejerzan un papel crítico y propositivo de cara a la sociedad. Esta se asienta en los derechos de acceso a la toma de decisiones, de representación y de plena participación democrática que se expresa en el cogobierno, así como en la transparencia y la rendición de cuentas. Deben revisarse los procedimientos de acceso y establecer políticas de acción afirmativa basadas en género, etnia, clase y discapacidad, para ampliar la inclusión social. La educación superior pública debe ser gratuita, y para ser completa, debe ir acompañada de sistemas de becas para estudiantes de bajos recursos y provenientes de poblaciones marginadas. Vale destacar que hace ya 100 años, en el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria del 21 de junio de 1918, los estudiantes reformistas proclamaron que: “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”, y no podemos olvidarlo, porque aún quedan y son muchos, porque aún no se apagan en la región la pobreza, la desigualdad, la marginación, la injusticia y la violencia social.

Hugo Ruiz, rector de la UPEC, junto a Raúl Aguilera Méndez, Ministro de Educación de Paraguay; durante la Conferencia Regional de Educación Superior. Córdoba – Argentina.


CRES 2018 Mg. Liliana Montenegro VICERRECTORA

LA EDUCACIÓN SUPERIOR COMO PARTE DEL SISTEMA EDUCATIVO EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

La CRES 2018 marcó el centenario de la Reforma Universitaria de 1918, en defensa de la autonomía y democratización de la universidad pública, se convirtió en una oportunidad privilegiada para dar cuenta de los avances logrados en las últimas décadas, pero además permitió identificar las restricciones que enfrenta la región, así como las prácticas que tienden a paralizar la innovación y la actualización de la función formativa de la educación superior, y se identificó las estrategias para los próximos diez años con miras a lograr los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la Naciones Unidas. Se sostuvieron discusiones en diversos tópicos en torno a la calidad de la educación superior de Latinoamérica, en correspondencia con las siguientes interrogantes: ¿la calidad es considerada como un imperativo para el ejercicio del derecho social a la educación superior? ¿cuál es el rol del Estado frente a la educación superior como sistema de desarrollo social? ¿cuáles de las siguientes propuestas deben considerarse prioritarias en las políticas públicas e institucionales de

América Latina y el Caribe, aprendizaje colaborativo e interdisciplinar, formación de profesores, investigación educativa, contenidos curriculares e innovaciones pedagógicas? ¿qué transformaciones habría que promover en formación, capacitación permanente, adecuadas condiciones laborales y regímenes de trabajo, salario y carrera profesional, que pudieran impactar efectivamente en la calidad de la enseñanza y la investigación? ¿qué aspectos y atributos debería tener el concepto de calidad? Bajo estas consideraciones, este eje temático enfocó el debate en tres áreas, la primera puntualizó las características de la educación superior en la región, considerando los cambios experimentados en lo que va de siglo haciendo un exhaustivo análisis del contexto, y los desafíos que surgen de la evolución demográfica, las trasformaciones en la estructura social y productiva; así como la necesidad de atender las demandas sociales y la provisión de estos servicios, la diversificación de la oferta; entre otros temas con la finalidad de comprender la realidad de la universidad.

La preocupación del tema de la calidad de la educación superior nace desde hace más de veinticinco años, plazo en el que los países han diseñado y desarrollado diversas experiencias de control y aseguramiento de la calidad, es por ello que en el segundo apartado se plantea una visión de la calidad de la educación superior que combina la identidad institucional, expresada en las prioridades que se desprenden de su misión, con la pertinencia de sus propósitos, en tanto se hacen cargo de las necesidades y demandas del medio que la institución define como su ámbito de influencia en el campo social, disciplinario, profesional y normativo. La tercera sección tuvo por objeto determinar aspectos que es preciso mantener y reforzar, razón por la cual se considera reformular los procesos de aseguramiento de la calidad, con el propósito de que estos sean fundamentalmente una oportunidad para las instituciones y su capacidad para hacerse responsables por niveles crecientes de calidad en sus funciones sustantivas como son: gestión, investigación, docencia y vinculación con la


sociedad. Para ello, es fundamental plantearnos cuáles son los principales problemas que están en discusión hoy en la región en materia de educación superior, con la preocupación primordial de cumplir adecuadamente las finalidades con educación de calidad para los ciudadanos de nuestros países. Por otra parte todos los análisis en este eje dieron paso a generar un proceso reflexivo que conducirá a un compromiso explícito y concreto de los gobiernos responsables en cuanto al diseño de políticas de las instituciones de educación superior, académicos y estudiantes, de los organismos de aseguramiento de la calidad; y de los actores sociales en general, con el desarrollo de una educación

superior que efectivamente abra oportunidades, permita el aprendizaje a lo largo de la vida y contribu-

ya al desarrollo personal y social de las personas y de la sociedad donde viven.

LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA Y LA INNOVACIÓN COMO MOTOR DEL DESARROLLO HUMANO, SOCIAL Y ECONÓMICO Mg. Yoskira Cordero COORD. CITT “La historia de la ciencia nos demuestra que toda teoría es perecedera. Con cada verdad que nos es revelada ganamos un mejor entendimiento de la naturaleza, y nuestras concepciones y vicisitudes cambian por completo”. Nikola Tesla.

Históricamente, desde el siglo XX hasta el presente siglo XXI, los gobernantes de cada país han acudido a la convocatoria de instituciones supranacionales y nacionales de distintos países, han ratificado sus compromisos en incluir lineamientos en el diseño de políticas públicas educativas que beneficie a la generación de estudiantes de todos los niveles, por una parte, porque la educación es un derecho humano y universal para cada ciudadano, por otra parte, porque existe la convicción de que al desarrollar al sector educativo, existe efecto positivo de mediano o largo plazo en el desarrollo de la economía de los países, y genera bienestar integral en las personas. En el año 2018, en la III Conferencia Regional de Educación Superior –

CRES 2018, en Córdoba Argentina, se convierte en referente para los próximos años por la renovación de compromisos de las instituciones de educación en el proceso de hacer efectivo los resultados que se esperan de los distintos niveles de educación y formación. Para el eje de investigación en CRES 2018, se estableció como principio: “Los conocimientos son un derecho humano universal y un derecho colectivo de los pueblos, un bien público social y común para la soberanía, buen vivir y emancipación de nuestras sociedades, y para la construcción de la ciudadanía latinoamericana y caribeña”. (p. 3) Cabe destacar los objetivos generales de la CRES 2018: Reflexionar sobre la Educación Superior en la perspectiva del desarrollo humano sostenible para el siglo XXI; Formular la Declaración de Educación Superior CRES 2018 como instrumento orientador para el desarrollo de la educación superior en la región; y establecer los lineamientos y hoja de ruta para la formulación del Plan de Acción para el período 2018-

2028. Luego de las experiencias expuestas por los representantes de las instituciones de educación de los distintos países, se obtuvo como producto, once objetivos estratégicos enmarcados en el eje de investigación, en las siguientes categorías: • Sustentabilidad • Democratizar el acceso • Investigación científica responsable - calidad • Ecosistemas de innovación • Conocimientos tradicionales y ancestrales • Estándares de pertinencia • Construcción de soberanía • Creación de capacidades científicas • Garantizar equidad, diversidad y acceso • Potenciar procesos de postgrado • Utilizar sistema de propiedad intelectual ¡Vamos por buen camino!, porque los proyectos de investigación institucionales que se encuentran en


CRES 2018

desarrollo en la UPEC, son propuestas alineadas a las categorías estratégicas compiladas en el encuentro CRES 2018, mencionamos síntesis de la naturaleza de los proyectos científicos de la UPEC, como: construcción de un modelo educativo sustentable; sistema de gestión de la Seguridad de la Información (EGSI), para la eficiente difusión de la información científica; fortalecimiento de la soberanía a partir de los análisis en la zona de integración fronteriza ecuatoriana – colombiana; ecosistemas de innovación a través del manejo integrado de la Phytophthora Infestans, lo cual podrá reducir las pérdidas en pre-cosecha; estrategias pedagógicas virtuales para disminuir el índice de deserción en estudiantes; inventario de reserva de orquídeas para potenciar rutas turísticas; desarrollo de técnicas en el procesamiento de la leche. La universidad atiende axiológicamente a valores de responsabilidad, ética, solidaridad, alteridad,

justicia, entre otros valores. Entre los reconocimientos del sistema educativo1 “Recordando los 100 años de la Reforma de Córdoba como punto de partida de los principios de autonomía universitaria, cogobierno y compromiso con la sociedad” (p. 2). La UPEC tiene alineado sus objetivos estratégicos de la planificación institucional a las directrices de las políticas públicas educativas del Estado de Ecuador y a los compromisos asumidos por el Estado ante organismos de influencia supranacional en el ámbito educativo como la UNESCO, IESALC, BID, PNUD, OEI, estas instituciones dedican esfuerzos en que las instituciones educativas transiten a los desafíos del siglo XXI, insisten en que es imperioso redefinir la racionalidad de las políticas educativas para poder transitar a metas de calidad, innovación, ciudadanía, equidad e inclusión, entre otras. La acción investigativa de transitar hacia la perspectiva de pertinencia

http://www.cres2018.org/uploads/prpositivo_rene.pdf

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es mandato en la Ley de Educación Superior de Ecuador, y dicta en el artículo 107, se debe “responder a las expectativas, y necesidades de la sociedad, a la planificación nacional, y al régimen de desarrollo, a la prospectiva de desarrollo científica, humanística, tecnológica”. La investigación en la Universidad Politécnica Estatal del Carchi, desde su creación ha funcionado en la dinámica de un ecosistema de investigación, de tipo científico, innovador y/o artístico, además se ha fortalecido con las alianzas, convenios y redes nacionales e internacionales. Este ecosistema está articulado a la misión de la Dirección de Investigación de la universidad, que se fundamenta en “satisfacer las demandas sociales a través de la investigación”. “Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto, y pensar lo que nadie más ha pensado”. Albert Szent-Györgyi


Mg. Luis García DIR. VINCULACIÓN

EL ROL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR DE CARA A LOS DESAFÍOS SOCIALES

En el marco de América Latina y el Caribe, la Conferencia Regional (CRES 2018) es el evento más importante del sistema de educación superior, es una reunión de dimensión regional de académicos con el objetivo de analizar y debatir sobre la situación del sistema educativo en la región y delinear un plan de acción para la próxima década, este objetivo que nace con la necesidad de reafirmar el sentido de la educación como un beneficio social, contemplada en los derechos universales del ser humano y establecida como responsabilidad del Estado hacia su población. Estamos conscientes que la sociedad y la educación forman el carácter de la persona, por lo tanto la vinculación entre educación superior y la sociedad se refiere fundamentalmente a la relación de la educación con las necesidades de bienestar y calidad de vida de la persona, de desarrollo y progreso de la sociedad, y con los desafíos del mundo contemporáneo, en función tanto del dinamismo del desarrollo científico y tecnológico, como de la ampliación de los requerimientos de socialización y participación activa en la vida ciudadana, bajo esta premisa se puede afirmar que la educación participa en la vida y el crecimiento de la sociedad. La Universidad actual está llamada

a ser agente de calidad educativa, pero con un compromiso social que es la interacción con los sectores más vulnerables de la sociedad, y la comprensión de problemas con dimensiones sociales, económicas, científicas y culturales, estos compromisos dan cabida a las políticas institucionales que incluyen a sus procesos sustantivos como son: gestión institucional, academia, investigación y vinculación social. Las instituciones de educación superior deben responder a las demandas de los actores sociales del territorio, que cada vez se presentan en mayor cantidad. Hay que hacer énfasis en la propuesta de la UNESCO de considerar la educación superior un bien común, ya que para comprender la función social de la educación superior se establecen algunas alternativas tales como: extensión y cooperación con compromiso social; pertinencia, calidad e inclusión; igualdad y justicia social; diálogo constructivo con las organizaciones sociales; reconversión laboral y finalmente formación continua. De esta forma, se vuelve fundamental fortalecer y construir una sociedad inclusiva, sin discriminación étnica, cultural; una sociedad que consolide relaciones equitativas e interculturales entre personas, colectivos, comunidades, pueblos y

nacionalidades. La manifestación de estas relaciones repercute en el fortalecimiento del sentido de identidad y pertenencia con su comunidad, con su localidad y con el conjunto de la sociedad. Finalmente, es importante aclarar que la comprensión de la educación superior como bien común, necesariamente induce a un cambio en la concepción de las IES y a reformar las finalidades que persiguen la generación y divulgación del conocimiento, al abrirse el espacio de lo virtual y digital en el cual reside el conocimiento. Al dar este paso cobra relevancia un actor importante como es la sociedad: son las personas beneficiarias, directa o indirectamente, del conocimiento generado y transmitido por las IES en el territorio. Los llamados grupos de interés a los cuales refieren las legislaciones que han incorporado la responsabilidad social en la educación superior, y que implica considerar a la sociedad como un actor más a participar en la evaluación y acreditación de sus misiones. La necesidad de proponer una reforma universitaria en el 2018 no es tanto que en el seno de las IES deba darse un cambio, sino que la sociedad que debe implicarse y posicionarse sobre qué educación superior quiere y cómo esta debe ser decisiva en continuar mejorando las condiciones de vida.


CRES 2018 Mg. Víctor Salinas DOCENTE

EDUCACIÓN SUPERIOR, DIVERSIDAD CULTURAL E INTERCULTURALIDAD EN AMÉRICA LATINA La era de la invisivilización de nuestras raíces ancestrales y de la cultura afrodescendiente aparentemente está llegando a su fin. Aunque insuficientes aún, la región latinoamericana avanza de manera progresiva con importantes logros en el reconocimiento de sus derechos. Sin embargo, no ha sido fácil pues hablamos de siglos de indiferencia, olvido y hasta rechazo por sus prácticas culturales. Latinoamérica es testigo de cómo progresivamente desde mediados de los años ochenta, algunos países de la región han venido gradualmente impulsando diversas acciones incluyentes, que buscan fomentar la integración de estudiantes provenientes de comunidades indígenas y comunidades afrodescendientes. Dichas acciones, se reflejan en políticas tendientes a la creación de programas de becas y condiciones especiales para el ingreso al sistema educativo superior, representando un principio que determina ya no solo la inclusión, sino que permite confrontar

las características, condiciones y hasta contradicciones sobre la cual esta diseñado nuestro sistema educativo dominante. Lo anterior dicho nos plantea ya no solo el reto de inclusión progresiva, sino también la urgente adecuación de un sistema educativo acorde a las condiciones, características, demandas e inquietudes de quienes provienen de dichas comunidades. En función de ello, el camino por transitar para lograr incorporación efectiva de estudiantes pertenecientes a culturas distintas a la dominante e históricamente excluidas, es cada vez más retador, pues ya no solo se trata de asignar becas y cupos especiales, sino de diseñar y construir condiciones particulares y acordes a sus características culturales. No es menos cierto que la base sobre la cual, quienes tienen la responsabilidad de tomar las decisiones, se ajustan a formalismos técnicos como resultados estadísticos que reflejan una realidad social existente. Sin embargo, dichas

técnicas, solo reflejan una visión dominante de un problema determinado y al mismo tiempo, excluyen a quienes no están dentro de la mayoría, siendo obvio, por razones históricas, que nuestras raíces ancestrales, así como la herencia afrodescendiente no es una mayoría que sea reflejada en las estadísticas que orientan a los decisores en las políticas públicas. Lo planteado llama entonces a la reflexión, pues la muestra dada, es que la región está orientada ya no solo por estadísticas que únicamente representan a la mayoría, sino por otras realidades que simbolizan historias, vivencias, técnicas de hacer y creer, así como también, respeto por la naturaleza y respeto por la vida, es decir, una riqueza a ser preservada. Ello no pasa (únicamente) solo por las formas de reconocimientos ya existente, sino que requiere una mirada integral donde el saber no provenga de una visión dominante e impositiva, sino que se refiera a formas de trasmisión respetando una cosmovisión


de mundo diferenciada de la dominante, no occidentalizada y alejada de nuestras formas de interpretar el mundo. En el mismo orden de ideas, es importante entender las diversas dificultades a superar. Entre ellas, entender dos dimensiones absolutamente diferenciadas una de la otra, pero que, estando presentes en un mismo lugar pasan a ser un gran condicionante. Por un lado, la dominación o la sumisión de la racionalidad a los parámetros culturales dominantes, en donde se pretende que las formas, métodos y conocimientos sean desde la occidentalización de la ciencia. Es decir, sin tomar en cuenta que se incorpora un ser, cuya cosmovisión del mundo está también profundamente dominada por lo divino, por la naturaleza, por

la relación entre la paz espiritual y el equilibrio con el otro. Por otro lado, la brecha existente entre las diversas formas de regulación que, si bien como se dijo al principio plantean un reconocimiento a la diversidad cultural existente por parte de algunos países del continente. Aún hoy, se debe seguir avanzando y profundizando cada vez más. Con ello se remite a la idea de que cada vez el Estado debe asumir un rol más protector, mediante políticas tendientes a ser más incluyentes, pertinentes y tendientes a evaluar con mayor pertinencia la calidad educativa. Dicho entonces, se hace fundamental para el fortalecimiento de la educación intercultural, orientar mayores recursos humanos y financieros por parte del Estado. Ello permitirá diseñar e implementar,

(entre otras) políticas de inclusión orientadas al fomento del respeto y aceptación hacia la interculturalidad, mismas que deberán tener un enfoque multidiverso y multicultural, prestando especial atención al componente de capacitación orientado a la aceptación de la diversidad. Otro de los factores que debemos destacar, es la necesaria transformación del sistema educativo en su conjunto, pues la rigidez de los mecanismos limita y hasta paraliza la incorporación de nuevos paradigmas de acción e inclusión. Dicho de otra manera, se hace fundamental profundizar en una reforma educativa que permita la convivencia entre los métodos de enseñanzas occidentalizados y otras formas que sean más incluyentes y adecuadas a las necesidades de la diversidad cultural.

EDUCACIÓN SUPERIOR, INTERNACIONALIZACIÓN E INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. Mg. Luis Sanipatín COORD. REDEC

Es una reunión de dimensión regional organizada de manera conjunta entre el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, la Universidad Nacional de Córdoba, el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina (CIN) y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación y Deportes de la República Argentina (SPU). Es el evento más importante del Sistema de Educación Superior de América Latina y el Caribe. Rectores y rectoras, directores y directoras, académicos, docentes, estudiantes y representantes de numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, se reúnen para analizar y debatir sobre la situación del sistema educativo en la región y delinear un plan de acción para la próxima década, orientado en la necesidad de reafirmar

el sentido de la educación como bien social, derecho humano y responsabilidad del Estado. Los nuevos modelos académicos buscan una educación inclusiva, equitativa y de calidad, por ello debemos insertarnos en una dinámica mundial del conocimiento y para ello es importante la

integración de las universidades que tengan como fin la cooperación, la construcción solidaria de saberes y la transferencia de recursos entre regiones, países e instituciones, porque el conocimiento no tiene fronteras, ni limites. Por ello se vuelve imperante la


CRES 2018

presencia transversal universitaria como proyecto estratégico del crecimiento económico, del desarrollo productivo y de la creación del empleo intensivo en conocimiento y tecnología en la región; porque el futuro del país, pasa necesariamente por el impulso de la economía del conocimiento que vincula universidad e investigación con empresa e industria. La universidad en el Ecuador se consolida sobre la base de los logros obtenidos y reconocidos por la sociedad y, sin duda, el camino de excelencia surge de la combinación de la eficiencia y eficacia, lo que permite orientar sus esfuerzos para lograr grandes impactos sociales con el compromiso permanente de mejorar la calidad de vida de la población.

Fotografías tomadas de la página www.cres2018.com

En este sentido la Universidad Politécnica Estatal del Carchi, está en el camino correcto y a la par de las mejores universidades de América Latina y el Caribe, porque hemos avanzado en todas las áreas y principalmente en la internacionalización, ya que promovemos el diálogo intercultural, respetando la idiosincrasia e identidad, fomentamos la organización de redes universitarias (ej. REDEC) y fortalecemos las capacidades nacionales e internacionales, mediante la colaboración interinstitucional y la interacción con pares académicos a todo nivel, esto propicia la transmisión del conocimiento como bien social estratégico, en favor del desarrollo sostenible de la región. En este contexto la internaciona-

lización es una herramienta clave para transformar la educación superior, fortalecer sus comunidades académicas y promover la calidad y pertinencia de la docencia, la investigación y la extensión. El cumplimiento de todos estos objetivos requiere estrategias sistémicas, integrales y transversales a toda política institucional, por ello se precisan políticas públicas que apoyen el proceso de internacionalización mediante el establecimiento de marcos organizacionales que faciliten la integración académica, regional, la movilidad de estudiantes y académicos, el reconocimiento de procesos formativos internacionales de los programas académicos y la colaboración internacional en investigación.



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