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Clandestinidad

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Al trabajo

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CLANDESTINIDAD A la memoria de Modesto Sejas

Don Modesto nos prevenías: “Los militares o civiles pro capitalistas, gendarmes de la propiedad privada nos buscan. Es hora de tomar las precauciones del caso”. El revolucionario profesional, repetías severamente: “no tiene nombre, no tiene apellido, ni domicilio conocido”.

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A don Modesto cuando le preguntábamos cuál era su nombre, respondías con un ademán que tus manos subrayaban y rozaba tu frente y cerca de tus ojos y nadie entendía.

No sólo eras el gran camarada que pensaba en los nuevos líderes de un mañana mejor. ¡Eras un verdadero padre! Que pensaba en sus hijos luchadores, dando el tiempo, libros y trabajo para que esos jóvenes den saltos en su vida revolucionaria y laboral.

Compañero Modesto Sejas Rubén recuerda con gran cariño, ¿cómo expresabas tu alegría y con lágrimas al saber que él ya era abogado?

Don Modesto mi hermano, Rolando te recuerda con inmenso agradecimiento por el apoyo brindado

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en sus momentos de flaqueza.

Camarada Modesto, yo, te agradezco por tu afecto y tus consejos. Siempre recuerdo tu cuarto repleto de libros y tu gran amor para con los luchadores de siempre.

Camarada Modesto, tu lucha está recordada y escrita en libros del período de la Reforma Agraria, cuando planteaste junto a otros, valientemente la necesidad de la revolución agraria y la implantación del gobierno de obreros y campesinos.

Pero, ya sé, no debemos decir todo y menos delatar nuestra organización. A trabajar en la clandestinidad permanente era el lema para triunfar.

Camarada Modesto, tu lucha vive en nosotros.

Si yo ya estoy en las calles, otros tomaran nuestro papel.

¡Gracias por hoy, mañana y siempre!

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