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REVISTA EDITADA POR LA CARRERA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE

AÑO XI Nº 73 TRUJILLO, JUNIO DEL 2011

TRANQUERAS Y MÁS TRANQUERAS

¿Estamos a salvo de los ladrones?

Por Ana Rita Cabeza

Alguna vez tuvimos playas // RETRATO FUERA DE ÉPOCA. Se busca un hipster // PUEBLO DE PECADORES. Zaña: la historia recontada // MARE NOSTRUM.

Además: El compulsivo señor TOC. Un reportaje de Fátima Madi Luck

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10 años de periodismo inovador

TRUJILLO, junio DEL 2011

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Director Luis Eduardo García Comité Editorial Richard Licetti luis Felipe Alvarado Coordinadora de Edición Ana Rita Cabeza Diseño y Diagramación Richard Moreno Concepto portada Diego Torres columnistas Richard Licetti Alfieri Díaz JAVIER RODAS Redactores Emilie Kesch Ángela Mariñas Boris Baltodano kattia Quintanilla marietha frantzen Orieta Brusa julissa tafur greta granados Fátima Madi Luck Mayra Florián Ana Lucía Gómez Colaboradores César Miraval Jorge Luis segura sofia moreno caja oscura

Revista editada por la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada del Norte

Las opiniones vertidas en los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente las opiniones y juicios de díatreinta.

DIATREINTA 3 Luis Eduardo García leg@upnorte.edu.pe

Carta del director

Informar y editorializar

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urante el último proceso electoral los medios de comunicación tomaron partido por una candidata sin calcular el daño que le hacía a la democracia ya su propia credibilidad.

Unas semanas atrás, consultado por un diario peruano, el maestro colombiano Javier Darío Restrepo sostuvo que un medio tiene el derecho y el deber de expresar sus preferencias políticas en su página editorial. Si lo hace al revés; es decir, si utiliza la información como una manera de opinar «esto es completamente dañino para la democracia y para la credibilidad de los medios».

Añadió que un periódico «que sale con propaganda a favor de un candidato sólo sirve para envolver zapatos, no para hacer historia».

La verdad es que la información es lo más valioso que tiene un periodista para tener credibilidad y, sobre todo, para orientar a los ciudadanos, quienes necesitan de la información para hacerse una idea de la verdad y para pedirle cuentas al poder en el que van a depositar su confianza. Estos principios, que parecen muy claros y justos, están muy lejos de practicarse en la realidad periodística peruana. ¿Por qué es tan importante distinguir entre información y opinión? La primera, según Alex Grijelmo, “es todo aquel texto periodístico que trasmite datos y hechos para el público al que se dirigen, ya sean nuevos o conocidos con anterioridad. La información, en sentido estricto, no incluye opiniones personales del periodista ni, mucho menos, juicios de valor». La segunda, de acuerdo a Manuel Jesús Orbegozo «… significa expresar por escrito el concepto, la significación o los pareceres que se tienen respecto de las causas o consecuencias de un acontecimiento transformado en noticia…».

No es que los periodistas no puedan opinar. Sí pueden y deben, para esto disponen de los espacios que los medios impresos asignan a los columnistas y articulistas (que son generalmente profesionales que no trabajan en planta). Los medios, a su vez, expresan su punto de vista corporativo en el llamado «editorial», que es una especie de tribuna

oficiosa donde un periódico expresa su punto de vista en torno a un tema importante y actual. ¿Y cómo debería manejar la información un periodista? Sin duda como una actividad simple y discreta: «mostrar los hechos tal como son, situados dentro de un contexto, para que se entienda, sobre todo cuando todos los gobiernos tienden a presentar la realidad de acuerdo con sus intereses» (Javier Darío Restrepo). Cuando esto ocurre, un medio se convierte en un vehículo de propaganda donde la única verdad es la que el propagandista quiere imponer a los demás. Se olvida que esta, además de ser real, debe ser creíble.

En el ejercicio de la libertad informativa es donde se realiza uno de los objetivos más nobles del periodismo: ser un servicio social y, por lo mismo, una fuente de orientación para los ciudadanos. Este es su mayor capital, su mayor fuerza, su mayor valor y su razón de ser. Un medio creíble es un soporte para la democracia y una garantía para que los electores puedan dormir tranquilos mientras el poder actúa.

En el Perú no solo los medios y los periodistas borraron en los últimos meses las fronteras entre información y opinión, sino que tomaron partido y defendieron posiciones políticas con uñas y dientes. Esto fue así porque los intereses profesionales pasaron a un segundo plano y primaron intereses económicos, empresariales y comerciales. En nuestro país existen 74 diarios que hacen un tiraje total de más o menos un millón y medio de ejemplares. ¿Del total de estos diarios cuántos sesgaron su información a favor de Keiko Fuijimori y cuántos a favor de Ollanta Humala? Hasta donde sé, solo tres medios apoyaron al candidato de Gana Perú.

Los demás cerraron filas alrededor de la hija de uno de los presidentes más corruptos de nuestra historia. En cuanto a la televisión, el favoritismo fue vergonzoso. Pese a esta situación tan desigual, el voto de Humala se mantuvo más o menos estable. ¿Esto quiere decir que los medios pueden llegar a saturar la mente de los ciudadanos y generar un efecto inverso?. Parece que sí, de acuerdo a lo que expresaron los resultados finales de la elección.

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Ser o no ser un hipster

Escribe // Marietha Frantzen Fotos // Lourdes G贸mez

Para que un hipster sea un hipster no basta con que se vista con ropa de segunda mano o cubra sus delicados ojos con lentes marca chancho; es preciso que desarrolle una actitud frente a la vida. Ser 茅l mismo, por ejemplo.

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a actual obsesión de los jóvenes por pertenecer a un grupo social donde puedan ser aceptados y vistos como individuos “diferentes” se ha convertido en una batalla por saber quién es el más irreverente, rebelde y anti mainstream de todos. Clamamos por ser considerados cultos, observadores realistas y críticos, pero hasta donde todo el mundo sabe esta es la generación más ignorante de todas.

Mientras que en generaciones anteriores la juventud desafiaba la disfunción y decadencia de sus mayores, hoy tenemos en los hipsters a una subcultura que refleja la condenada superficialidad de nuestra era.

Los también llamados inconformistas nacen como género en las décadas de 1930 y 40, jóvenes blancos que adoptaron el estilo de vida de los músicos de jazz: manera de vestir, jerga, actitud relajada, humor sarcástico, pobreza autoimpuesta, etc. Años después, los hipcats, o posteriormente llamados hipsters, emulaban a sus antecesores sin conocer los orígenes de esta cultura.

En el Perú puede que no existan hipsters de verdad, puesto que han copiado, en principio, la forma de vestir de esos rebeldes originales: vaqueros pitillo, leggings de algodón spandex, polos vintage, lentes falsos y también keffiyehs (pashminas o palestinas), inicialmente usadas por los estudiantes y manifestantes judíos occidentales para expresar su solidaridad con los palestinos. Sin embargo, hoy el keffiyeh se ha convertido en un cliché de moda hipster completamente sin sentido.

Muy pocos de estos chicos hipster saben, por ejemplo, del origen etimológico wolof de la palabra o de su relación con el hot jazz y la Generación Beat. Mucho menos se han tomado el trabajo de buscarlos en Wikipedia.

Son chicos que tienden a lo “alternativo” a la “antimoda” y, como describe Robert Lanham, autor del libro The Hipster Handbook, son aquellos de pelo estilo monptop (a lo Beatle) que caminan meciendo sus apolillados libros de bolsillo, fumando cigarrillos europeos o hechos por ellos mismos, pavoneándose en zapatos anticuados y con una biografía del Che Guevara asomándose por sus morrales.

Si antes las universidades estaban plagadas de estudiantes con participación activa en la sociedad, sentido de protesta y cultura, hoy podemos encontrar a gente que si bien ha leído alguna vez algo medianamente interesante en su vida, creen que por saber una serie de datos curiosos y tener habilidades en algún tipo de arte son la nueva generación bohemia.

Estos pseudo artistas son los que frecuentan los bares underground de las ciudades, escuchan música alternativa —sin tener una idea muy clara de lo que están escuchando realmente—, ven cine independiente —pasa lo mismo que con la música— ponen cara de intelectuales —ceño fruncido, voz grave y pausada— y discuten de política, cultura y sociedad. Vitalizante y constructivo.

Dejemos un poco la crítica destructiva y veamos los motivos por los que un hipster es un hipster. Para muchos de ellos, se trata de ponerle un alto a la cul-

tura consumista emergente, valorando todo lo que pueda catalogarse como independiente, tanto en cuanto a pensamiento (filosofía existencialista) como artístico (música y cine que son valorados antes de que sus ídolos se hayan hecho famosos). Originalmente (hipsters europeos y norteamericanos) valoraban mucho la intelectualidad, aunque esta visión ha decaído un poco. Generalmente, se inclinan por materias relacionas a las artes liberales, música o ingeniería. En términos de rechazar el materialismo, tienden a vestirse con ropa de segunda mano compradas en tiendas de descarte.

Existe, dentro de todo, cierta incongruencia al hablar de sus gustos específicos. Por ejemplo, una característica típica de un hipster es portar una cámara analógica del tipo Holga o Polaroid. Muy vintage. No obstante, es habitual verlos con equipos como ipods o ipads, computadoras portátiles y todo tipo de artilugio electrónico. Muy geek. ¿No nos da la sensación de bipolaridad o indecisión estilística?

No sabemos qué pasara con esta tendencia en los próximos años. El tipo de ropa que encontramos en las grandes tiendas por departamentos está muy ligado a este estilo, razón por la que podríamos encontrar a un potencial hipster en las calles trujillanas. Craso error seria entonces juzgarlo solo por su apariencia física. ¿Qué ser en medio de la vorágine de moda? Es la pregunta ganadora en el juego de nuestra generación. No tenemos una idea clara de lo que quiere la sociedad de nosotros ni nosotros de ella. Sabemos algunas cosas, copiamos otras muchas, adoptamos y adaptamos otras más. Existen felizmente algunos jóvenes conscientes de la irracionalidad de copiar un estilo que poco tiene que ver con ellos. Son los que eligen ser ellos mismos.

He allí entonces la respuesta del millón de dólares: ser uno mismo.

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Mar adentro

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a noche que el mar se llevó el campo de fútbol, 300 personas mataron la pasión que los unía al balneario de Buenos Aires. Dicho campo estaba ubicado en donde actualmente se encuentra el muro de contención. Anteriormente existían 200 metros de arena en la playa. Hoy no queda nada.

De 1984 a 1990 se realizó el campeonato llamado “Santiago Morillas” en honor a uno de los primeros fundadores, en el cual participaban 30 equipos de distintas parte

de Trujillo que llegaban a conocer el tan exclusivo balneario y a pasar las horas contemplando el tranquilo mar de ese entonces.

Tal era la acogida de las familias trujillanas que los organizadores del campeonato varias veces se vieron obligados a cerrar las inscripciones, pues el número de equipos sobrepasaba el permitido, según cuenta el organizador Luis del Vecchio Morillas. Agrega que nunca vio tanta desesperación por formar parte de dicho torneo.

Han pasado casi 30 años desde que Morillas inauguró la primera edición. La idea surgió al contemplar los otros campeonatos de vóley femenino y mixto que

se desarrollaban los fines de semana en honor a un miembro de la familia.

Para él, esta era la oportunidad perfecta de rendir homenaje a uno de los primeros fundadores del balneario, su abuelo Santiago Morillas Calicia, quien había creado el restaurante “Morillas” en la década de los 40. Pese a que no hay registro de la historia de los fundadores de Buenos Aires, el restaurante Morillas fue uno de los primeros en el balneario.

La primera edición se desarrolló en el verano de 1984, con la participación de seis equipos conformados por doce jugadores, todos mayores de 30 años. Cada

partido era único, se sentía no sólo la emoción de ver jugar a un equipo que representaba al restaurante organizador u a otra institución, sino también a una familia entera que se unía en el grito de GOOOL. Tal fue el éxito que desató dicho campeonato, que se crearon temporadas de invierno. De lunes a sábado, a partir de las 6 de la tarde y hasta cerca de la medianoche, el balneario estaba repleto de familias, equipos, e incluso comerciantes ambulantes de papas, picarones, anticuchos y demás potajes que saciaran el hambre producido por un buen partido.

Por suerte, nunca tuvieron problemas con la luz, debido

La bravura del mar destruyó primero las canchas de fútbol, luego se tragó casas y finalmente las playas. El otrora balneario exclusivo de Buenos Aires, donde se fundó el famoso restaurant Morillas en los años 40, es ahora un tímido recuerdo en medio del chocar incesante de las olas.

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Escribe // Mayra Florián Guerrero Fotos // Archivo a que en la zona se contaba con alumbrado que los mismos pobladores fueron colocando.

Entonces no existía temor a la oscuridad y a deambular a altas horas de la noche por la playa. Hoy esto puede ser fatal. Sin embargo, la felicidad no duró mucho. El temor de los jugadores y pobladores surgió a finales de la década de los 80, cuando el mar empezó a salirse y llegaba a inundar el campo donde decenas de personas se reunían para jugar el deporte más popular del mundo.

Desde ese momento, y por temor del organizador, se suspendió el campeonato de invierno. Jamás se imaginó que esa suspensión se prolongaría hasta la fecha.

Una noche el mar soltó toda su fuerza y destruyó la cancha de fulbito, de la cual sólo hay recuerdos. Muchos de los equipos que llegaron a vivir la pasión sobre la arena de Buenos Aires se fueron a otras playas llamados por nuevos campeonatos deportivos y por playas grandes y limpias.

«Nunca se volvió a realizar un campeonato en el balneario», sostiene Luis del Vecchio, quien ha vivido toda su vida allí y es testigo diario de la braveza del mar.

Actualmente, Buenos Aires no tiene ni un metro de playa, los niños deben mirar desde el muro de contención cómo

las olas golpean fuertemente.

Otros más osados se atreven a sacar arena del fondo del mar y la trasladan en las “zonas seguras” para jugar.

Aunque varios pobladores del sector acusan a las autoridades de no haber tomado importancia al problema de la erosión costera, se sabe que desde sus inicios la Municipalidad de Víctor Larco, la cual estaba ubicada en la segunda cuadra de la avenida Larco, no tenía el dinero suficiente para poder costear una obra que protegiera a los moradores y a la mismísima institución edil que también fue víctima de la violencia del mar, hasta que fue abandonada y se trasladó frente a la Plaza de Armas, a unas tres cuadras lejos de la bravura que los amenaza.

Pese a que muchos pobladores se encuentran protegidos literalmente por el muro de contención, a diario deben de percatarse cuánto ha avanzando el mar, las proporciones con las que llega a la primera cuadra Víctor Larco, hace presumir que ni el muro ni la vivienda de los pobladores seguirán en pie hasta el próximo año.

Han pasado 21 años desde que se destruyó la loza deportiva. Ni una sola estructura de deporte volvió a construirse en el borde de esas playas. Los niños de Víctor Larco no son niños. Ellos deben inventarse la arena y la alegría para jugar.

Actualmente, Buenos Aires no tiene ni un metro de playa, los niños deben mirar desde el muro de contención cómo las olas golpean fuertemente.

Balnearios en extinción Buenos Aires ha sido el primero. Las Delicias y Huanchaco no tardarán en seguirlo. El mar no discrimina a pobres ni a ricos. Nueve familias adineradas del sector exclusivo El Triángulo de Las Delicias han sufrido las consecuencias de querer cambiar el curso de la naturaleza que amenaza con eliminar los apenas diez metros de playa.

En Huanchaco los más afectados son los pescadores artesanales, y muy alejados, los centenares de comerciantes, casas de hospedaje y demás actividades de turismo que han vuelto a este distrito en uno de los preferidos de los extranjeros. Esto se debe a que la principal materia prima de los caballitos de totora —los totorales—, están desapareciendo como consecuencia de una erosión costera que no va a dar marcha atrás.

Por suerte, y casi a punto de hundirse la promesa, llegó la draga, después de dos días de vencerse el decreto de urgencia emitido el 18 de marzo, y que se anuncia como la salvación de todo el litoral liberteño. Ojalá sea cierto.

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¿Qué hay detrás de la imagen de un árbol torcido, que recibe a duras penas una dosis de agua y nace, crece, se reproduce y muere ante la mirada indolente de los que necesitan el oxígeno para vivir?

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Escribe // Julissa Tafur Fotos // Claudia Edwards

Filosofía de lo torcido

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ecuerdo que hace no tenía de qué preocuparme pues los algunos años, árboles crecen así y sus troncos se van en el colegio, me hacia un lado por el aire o por el movenseñaron una imiento de sus ramas. Sus respuestas frase que repetía no me convencieron y, por esto, decidí ir hasta el cansancio: por más datos. “las plantas son Un martes de mayo me encaminé seres vivos que nahacia el Jardín Botánico para tratar cen, crecen, se rede encontrar explicaciones a las dudas producen y mueren”. Solo la aprendí para que tenía. En ese lugar me encontré con obtener una buena nota en el examen, Manuel Asencio, un jardinero que trabapero no me di cuenta de la importancia de ja para el SEGAT (Servicio de Gestión aquella frase, hasta ahora.

Ambiental de Trujillo), quien me sorUn día estaba caminando por las agitaprendió por la sabiduría y convicción das y peligrosas calles de Trujillo y me fijé con que me habló. El señor Asencio me en un detalle que nunca había notado: el comentó que cada árbol, especialmente tronco de los árboles. Observé a los que se los de tronco débil, necesitan una vara encontraban cerca de mí y noté que tenían o palo que los acompañe durante su un denominador común: estaban torcidos. crecimiento para que crezcan derechiMe sorprendí mucho al darme cuenta que tos como soldaditos de plomo. A estos existen tantos árboles en Trujillo con esta palos se les llama tutores. Los árboles característica. A partir de entonces, cada desde que se plantan son como las día que pasaba por las avenidas Larco, personas: necesitan tener una especie Húsares de Junín y España veía troncos de tutor que los guíe para que crezcan muy inclinados o ramas con formas monde manera adecuada y llenos de salud. struosas cuyo único propósito era seguir Según el diccionario de la RAE, la tucon vida. ¿Es correcto que un árbol, un tela en el caso de los seres humanos ser vivo a fin de cuentas, crezca de una consiste en la autoridad que, en defecto manera tan desordenada? Es como si un de la paterna o materna, se confiere hombre creciera con una joroba en su espara cuidar de la persona y los bienes palda y tomáramos este hecho como algo de aquel que, por minoría de edad o por normal. otra causa, no tiene completa capacidad Urgida por la necesidad de saber por civil. Por extensión, esas varas o palos qué los árboles en Trujillo crecen de de los que habla mi informante hacen forma tan irregular, empecé a indagar. más o menos lo mismo con los árboles Primero recorrí algunos parques de la pequeños e indefensos. urbanización Primavera y pregunté a dos Don Manuel me dijo asimismo que cujardineros, quienes son como los confidenando un árbol tiene muchas ramas o es tes de las plantas y de los árboles. Ambos muy frondoso puede tener una tendenrespondieron, sin mucha seguridad, que cia a inclinarse hacia un lado. Por esto,

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Un día estaba caminando por las agitadas y peligrosas calles de Trujillo y me fijé en un detalle que nunca había notado: el tronco de los árboles.

Observé a los que se encontraban cerca de mí y noté que tenían un denominador común: estaban torcidos.

es necesario cortar las ramas de estos desde que son pequeños para evitar que crezcan con formas horripilantes e invadan los espacios de otros. Otras causas son el exceso de humedad y la misma vejez. Es decir, los árboles, como los seres humanos, a veces y por distinta razones se van por las ramas. Don Manuel también me comentó que el riego y la poda son elementos importantes en el crecimiento de un árbol y que, si se realizan correctamente, evitan el problema del inclinamiento tipo Torre de Pissa.

Creo que las ciudades más acogedoras son las que más árboles tienen. Allí están Nueva York, París, Madrid y las grandes capitales europeas. Algunas ciudades latinoamericanas tienen, por ejemplo, un gran parque con cientos de hectáreas destinadas a la siembra y conservación de árboles. ¿Por qué en Trujillo no hay un lugar de esta magnitud? ¿Pueden lugares como Man-

siche, el Jardín Botánico o algún parque grande de una urbanización desempeñar la función de gran pulmón de la ciudad? Creo que no.

Por un lado, no observo que existan muchos árboles pequeños con su tutor al lado. Tampoco veo que haya jardineros cuidando el crecimiento de estos en todos los parques de Trujillo. Sí hay jardineros, pero no los suficientes. Por otro lado, tampoco existe un riego adecuado. Muchas veces, los trabajadores del SEGAT solo se encargan de traer enormes cisternas y regar desordenadamente las áreas verdes de la ciudad. Todo esto hace que los árboles estén descuidados y, por consiguiente, crezcan torcidos y no derechos, como debería ser. Tal vez esto último no se pueda lograr completamente porque la naturaleza de sus troncos es inclinarse hacia un lado, como la de los seres humanos necios que crecen torcidos porque no hay más remedio. No es solo cuestión

de impulsar campañas de arborización en Trujillo, sino también de contar con el equipo humano y material para que cada árbol se desarrolle de la mejor manera posible.

Estoy en el taxi camino a la universidad. Paso por la avenida Valderrama y sigo viendo los mismos árboles con los troncos hacia un lado y con ramas que forman imágenes un poco feas para el ojo humano. En ese momento recuerdo una frase que se relaciona con este tema: “Árbol que nace torcido jamás su tronco endereza”. Supongo que los árboles nos expresan como ciudad, que si están torcidos es porque algo en nuestra esencia colectiva está igualmente torcido o inclinado hacia un lado. Hay que considerar a los árboles no solo como seres decorativos, sino como lo que son: los pulmones de la ciudad. Sin ellos, el aire estará más enrarecido y la vida en general cobrará menos valor.

DIATREINTA 11 Por Richard Licetti

rlv@upnorte.edu.pe

Buen viaje, comandante Humala Ha ganado Ollanta Humala. No voté por él.

Tampoco lo hice en las elecciones de 2006. Estoy seguro de que jamás votaría por Humala. No es nada personal. Ni nada contra su mujer, su padre, su madre, ni su hermano Antauro. Son sus ideas, esa convicción en un nacionalismo que no por casualidad ha fundado y conduce y disemina cuando tiene un auditorio dispuesto a escucharlo. Es esa cercanía con Hugo Chávez y el séquito latinoamericano, que no se destruirá porque ha hecho un juramento ante los Vargas Llosa y conspicuos intelectuales peruanos que deben haberle creído de buena fe. Es ese entorno incendiario que no se rinde a la pretensión de arrastrar a este país hacia alguna forma de totalitarismo. Es la inexistencia de la palabra libertad y todo lo que se derive de ella en sus discursos e ideario. Es el temor a perder el todavía frágil progreso de las últimas dos décadas y la oportunidad de perfeccionarlo y consolidarlo.

Creo sin embargo que la derrota no debe convertirse en ningún caso en el pretexto para alimentar una animosidad furibunda. De modo que, sintiéndome perdedor, extiendo al comandante Humala, vencedor inobjetable en la contienda del 5 de junio, en mi condición de ciudadano atribulado por lo que ocurre y ocurra con el Perú, algunas propuestas que como muchas otras ojalá tuviese a bien atenderlas: Despójese del nacionalismo tal como usted lo entiende. No existe ninguna razón para temer que la apertura del Perú al mundo resulte perjudicial. Todo lo contrario. Desde que nuestra economía tiene aspiraciones universales el empresariado peruano se ha fortalecido e ingresa a otros mercados con muy buen pie. Por si esto fuese insuficiente, el orgullo de pertenencia –el orgullo de ser peruano- se ha extendido no-

tablemente entre nuestros compatriotas. Finalmente, escuche a Mario Vargas Llosa, hoy su mentor, para quien las consignas nacionalistas constituyen el refugio vil de las satrapías.

Si en verdad ha decidido revisar aquello en lo que hasta hace un tiempo creyó, tome prudente distancia de los personajes que quisieran ver en usted al mandatario radical que les hace realidad el sueño al caballazo. Opte por la ponderación, el sentido común, la dimensión de estadista. Es esta actitud la que podrá depararle un lugar en la historia.

Desmárquese también de Chávez y la patota bolivariana. Con toda seguridad no perderá gran cosa, a menos que la megalomanía que los mueve haya terminado impregnándolo. En todo caso compare a Alan I y Alan II. El primero padecía del mismo síndrome. ¿Hay algo que valga la pena recordar de él?

Empiece a hacer un mayor uso de la palabra libertad. Descubra el gran significado que tiene y entienda que si la convierte en premisa y fin de su gobierno usted se irá el 2016 con el reconocimiento de los peruanos.

A propósito de lo último, mi hija Valeria me planteaba poco después de saberse el triunfo de Humala si imaginaba un escenario en que éste se iba por todo lo alto después de un quinquenio memorable. Le respondí que era posible –nunca presidente alguno ha recibido el país en tan buenas condiciones y con tantas expectativas-, y que en verdad sería lo mejor que nos pudiese ocurrir a los peruanos. El viaje está por iniciarse y todos seremos sus pasajeros, comandante Humala. Que sea el mejor para todos.

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El compulsivo señor TOC ¿Recuerda a Jack Nicholson en la película Mejor imposible como un señor que camina sin pisar las líneas de la vereda, se lava las manos con un jabón nuevo cada vez o vuelve a cerrar las puertas tantas veces como se lo permite un aparente olvido? Esa manera de ser se llama TOC y era hasta hace poco un enigma.

A

fecta a más de 100 millones de personas en todo el mundo.

No distingue sexo, raza, estrato social ni religión. La OMS (Organización Mundial de la Salud) lo incluye entre las 20 primeras enfermedades más incapacitantes y entre las cinco enfermedades psiquiátricas más comunes. Se puede presentar en la infancia, adolescencia o adultez. El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) ha existido desde

siempre —El cuento del rey Midas, presenta al protagonista como un claro ejemplo— y se caracteriza por tener dos componentes: la obsesión y la compulsión; de ellos, su nombre.

Una obsesión es un pensamiento o idea que invade la mente humana sin que la persona pueda suprimirla o evitarla. Una compulsión es la acción que se realiza para apaciguar ese pensamiento, aunque no siempre sea coherente con éste. En el Perú no se han hechos estudios en los que se determine el porcentaje total de casos con TOC; sin embargo, se estima que en Lima el 1,5% de sus habitantes padecen de este trastorno.

Texto y fotos // Fátima Madi Luck

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Juego peligroso Emilia Linares es una joven universitaria de 22 años que desde los 13 años sufre de TOC. Al principio, no sabía que los pensamientos que tenía y los comportamientos que realizaba con frecuencia, eran parte de su enfermedad. Es más, ni siquiera imaginaba que estaba enferma. Recuerda que justo antes de almorzar o de cenar, se ponía a saltar debajo del marco de su puerta. Su “juego” —como ella lo llamaba— consistía en que sus dos pies debían caer exactamente en los lados paralelos de una loseta. No le importaba el tiempo que le demorase ni los gritos desesperados de su madre para que vaya a la mesa. En la mente de Emilia solo existía la obsesión de “si no lo haces correctamente, algo malo le puede suceder a tu familia”. Por eso, su compulsión era de saltar las veces que hacían falta, para evitar que esa supuesta tragedia ocurra y calmar así la ansiedad que le producía.

El ritual que ejecutaba antes de las meriendas duró solo unos meses. El tiempo pasó y parecía que los saltos y los pensamientos que la torturaban se habían esfumado. Sin embargo, otras obsesiones y compulsiones aparecieron 9 años después.

Ahora el conteo de las cosas, el ponerlas en una proporción que su mente establece y el tocar a las imágenes religiosas son las compulsiones que más la asaltan. Por ejemplo, cuando enchufa un electrodoméstico tiene que hacerlo cuatro veces — una vez por cada miembro de su estirpe— o cada vez que cuelga una prenda en un gancho de ropa o que la dobla para guardarla en una gaveta, debe hacerlo las veces necesarias hasta

estar segura de que la pieza ha sido colgada o doblada con cierta simetría. Esto lo hace con cada artefacto que enciende y con cada prenda de vestir que usa. Asimismo, indica que todos los ganchos de su ropero deben apuntar hacia adentro y que los cuellos de sus blusas deben estar hacia un mismo lado. De lo contrario, como su vieja obsesión señala, «algo malo le puede pasar a su familia».

Entre las otras compulsiones que más realiza, se encuentra el repetido contacto con las imágenes religiosas. Las toca —hace una señal de la cruz sobre ellas— cuatro, cinco hasta ocho veces. No puede palparlas menos de esa cantidad, porque como los integrantes de su familia son cuatro, si las toca tres veces, para ella significa que uno de ellos corre el riesgo de morir.

También tiene la compulsión de asegurarse de que los cierres de sus pantalones o de sus carteras estén cerrados (confiesa con cierto humor que ha roto un par de ellos). Lava sus dientes y los platos cuatro veces. No escucha canciones que hablen sobre defunciones, accidentes o tragedias, ya que piensa que alguna de esas desdichas va a ocurrir en su entorno.

Tampoco se viste de negro, pues para ella es una forma de llamar a la muerte. Al tender su cama, sitúa la etiqueta del edredón a un costado. Procura no encender su cocina por miedo a dejar la llave del gas abierta. Coloca la silla de su escritorio exactamente al frente de éste y sus demás pertenencias, como sus libros, en el mismo lugar. Evita marcar con el puntero del ratón sobre la letra F de

Entre las otras compulsiones que más realiza, se encuentra el repetido contacto con las imágenes religiosas. Las toca —hace una señal de la cruz sobre ellas— cuatro, cinco hasta ocho veces. No puede palparlas menos de esa cantidad, porque como los integrantes de su familia son cuatro, si las toca tres veces, para ella significa que uno de ellos corre el riesgo de morir.

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No escucha canciones que hablen sobre defunciones, accidentes o tragedias, ya que piensa que alguna de esas desdichas va a ocurrir en su entorno. Tampoco se viste de negro, pues para ella es una forma de llamar a la muerte. un texto, porque piensa que así llama a los fallecimientos o sobre la letra M porque convoca a la muerte. Siempre que llama por teléfono, no puede hacerlo a las tres de las tarde (no le agrada esa hora). Espera a que pasen unos minutos para cumplir con la llamada. Cuando elige su ropa lo hace según sus “presentimientos” —obsesiones en este caso—, si tiene cierto pálpito negativo con una prenda, simplemente no la toma.

Emilia calcula que al día realiza 20 compulsiones y que una actividad que usualmente la hace en 10 minutos, por su TOC, le puede tomar entre 30 a 40 minutos en concluirla. Sabe que tales pensa-

mientos y rituales son ilógicos, pero no puede evitarlos.

Jura que cuando intentó hacerlos, un acontecimiento negativo sucedió en su familia.

Hace unos días, les contó a sus padres sobre su enfermedad. Estos se sorprendieron mucho y le ofrecieron todo su apoyo; no obstante, pasaron algunos días y parece ser que se olvidaron de su mal, pues no le preguntan sobre él ni les interesa saber si ha buscado ayuda profesional.

Ella cree que la indiferencia de sus progenitores es debido a que no saben la magnitud de su padecimiento o por el poco conocimiento que tienen sobre éste.

Afirma que no ha profundizado en su investigación

sobre el TOC, ya que se deprime cada vez que lo hace y, que en una oportunidad, le dio un ataque de pánico. A pesar de ello, no pierde las esperanzas de librarse algún día de él. Además, es consciente de que si no recurre pronto a un especialista, sus obsesiones y compulsiones aumentarán como lo han venido haciendo en estos últimos tiempos, al igual que sus relaciones laborales y personales podrían verse afectadas. Por último, aconseja a todas las personas que presentan este tipo de trastorno, dar la debida importancia a esta enfermedad, sin olvidar de tomarla con un poco de humor para poder sobrellevarla.

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Mala suerte A sus 27 años, Micaela Risco no le encuentra sentido a su vida. Desde hace un año, ha tenido pensamientos suicidas, sin embargo, por miedo nunca intentó realizarlos. Dice que siente mucho temor cada vez que la idea de despedirse de este mundo se le cruza por la cabeza. Y asegura que éste se triplica cuando piensa que su familia puede ser otra vez víctima de un infortunio por su culpa.

Micaela recuerda que hace 10 años, un familiar muy cercano a ella fue atacado por un perro callejero. Ella se encargó de curar su herida durante varias semanas.

Cree que a partir de este hecho es cuando empieza su TOC. Después de curar religiosamente a su pariente, iba de inmediato al baño a lavarse las manos con agua y jabón —a veces incluso con alcohol y lejía—. Esto de alguna manera sosegaba su obsesión de contaminarse con la saliva del animal y contagiarse de rabia. La idea de infectarse la acompañó cerca de un año. A los 18 años, se obsesionó con el temor a contraer SIDA. Evitaba conversar con personas desconocidas, no iba a baños públicos ni se sentaba en el lugar que antes había sido ocupado por otros.

Investigaba constantemente en libros o en Internet sobre esta enfermedad y sus precauciones. En una ocasión estuvo a punto de hacerse un análisis de sangre, pero no lo hizo por miedo a que la aguja esté infectada de este virus.

Al cumplir los 19 años, estos temores desaparecieron.

No obstante, regresaron 7 años más tarde, luego de

A los 18 años, se obsesionó con el temor a contraer SIDA. Evitaba conversar con personas desconocidas, no iba a baños públicos ni se sentaba en el lugar que antes había sido ocupado por otros. que su familia y ella vivieran ciertas situaciones adversas.

Su tío se lastimó el tobillo, el negocio de sus padres fue asaltado y ella sufrió un accidente automovilístico.

Micaela asoció estas desgracias al uso de la sal. Creía que como ella había tocado el salero hace algunos días, esta “racha de mala suerte” –como ella lo define- había sido producida por su culpa.

Entonces, evitó el contacto con las personas y objetos que ella creía estaban contaminados por la sal. Cada vez que cogía el contenedor de este mineral, se lavaba las manos o cada vez que comía comidas muy sazonadas, se lavaba los dientes más de tres veces. Este temor a la sal fue aumentando progresivamente hasta el hecho de no mencionarla o escribir su

nombre; pensaba que comportándose de esa manera, neutralizaría el efecto de la mala suerte. De vez en cuando, también lavaba su oreja después de que otra persona haya utilizado el teléfono, pues si no lo hacía, recibiría malas noticias.

Con el tiempo, abandonó su trabajo, dejó de realizar sus actividades de interés, perdió el apetito y le era difícil conciliar el sueño.

Recién a partir de que pensamientos suicidas rondaron por su cabeza, Micaela se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Le contó a su familia sobre su enfermedad y juntos decidieron buscar ayuda especializada. Ahora, ella está recibiendo tratamiento farmacológico y espera que al cabo de unos meses, pueda ver resultados favorables.

Noción y acción Entre los miles de personas con casos de TOC, muchas de ellas no saben que tienen este problema psiquiátrico y otras —conscientes de él— lo ocultan por vergüenza. Es fundamental que un individuo con este mal, reciba todo el apoyo de sus familiares y amigos. Se recomienda que estos no justifiquen ni participen en sus rituales u obsesiones, pues en vez de ayudarlo, estarían reforzando tales conductas patológicas. Hoy, esta enfermedad cuenta con tratamientos eficaces como la farmacoterapia y la terapia cognitivo conductual, las que se adecúan a las características propias del paciente y de las que se han obtenido grandes resultados.

DIATREINTA 16

Tranqueras en Primavera

“

A mí me robaron, me vaciaron toditita mi casa (…). Yo vivo acá 40 años, a todos los vecinos les roban, a todas las casas les han robado. Para nosotros esto de las tranqueras es un auxilio”, dice Margarita Fontela Noriega.

Por su parte, Marcela Camacho Cépesa cuenta, “A mi hija, hace poco, le han robado la cartera. Nunca la habían asaltado y ahora le ha pasado dentro de la tranquera (…) Lo que ocurre es que los ladrones cambian de

modalidad de robo, ahora entran en moto”. Estas y otras declaraciones semejantes son el común denominador de los vecinos de la urbanización Primavera.

La mayoría de las calles de este lugar llevan el nombre de un músico clásico.

Pero debido al crecimiento económico y al incremento de los índices de criminalidad, esta antigua zona residencial de la ciudad se ha convertido en una especie de territorio cercado, de reino bajo control, de tierra de todos y de

nadie. ¿Se puede vivir libremente en un lugar donde los nombres de las calles evocan al mismo tiempo la libertad creativa y la sensación de encierro?

Es público que Trujillo es considerada la segunda ciudad más peligrosa del país.

La inseguridad ciudadana es una realidad, todos lo saben.

Cada día bandas armadas procedentes de los barrios más pobres toman por asalto calles, plazas y hogares o, en su defecto, cobran cupos a los micro y grandes empresa-

DIATREINTA 17

Escribe Ana Rita Cabeza Alfaro Fotos de Claudia López

Chopin, Tchaikovski y Vivaldi ya no podrán salir de Primavera. Por culpa de los ladrones, han quedado prisioneros de unas tranqueras de fierro feas, amarillas y oxidadas.

SUPERVISIÓN MUNICIPAL

rios para que puedan realizar sus actividades económicas. Frente a este fenómeno, las autoridades locales han depuesto las armas y esperan que ocurra el milagro o la decisión política que acabe de un solo golpe con este mal.

Así como en otras ciudades del Perú los pobladores, hartos de la inoperancia de las autoridades políticas, policiales y judiciales, hacen justicia con sus propias manos, en Trujillo la ola de asaltos ha motivado que muchos ciudadanos, como los

de la urbanización Primavera, tomen ellos mismos la iniciativa y se protejan como mejor les parece, así sea trasgrediendo los mismos límites de la legalidad. Una de estas formas es la colocación de tranqueras.

Cada mañana, Trujillo despierta con una nueva tranquera, que podría significar: una nueva calle cerrada, una vía menos de libre tránsito o un obstáculo para la delincuencia. Depende de cómo queramos ver las cosas.

Una situación tan ambigua como la descrita, debe, de alguna forma, estar dentro de la agenda de nuestras autoridades locales. En Trujillo existe la Sub-Gerencia de Participación Vecinal, que es la encargada de supervisar las juntas vecinales, las mismas que proponen y deciden colocar estas vallas en las calles. Por lo tanto, esta entidad municipal debería contar con un registro de las tranqueras colocadas. Claro que esta situación se podría dar siempre que haya algún tipo de reglamento que permita su colocación.

Hasta ahora sigue vigente la ordenanza N° 003-2008MPT, INFRACCIONES Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS, la cual prohíbe «realizar construcciones no autorizadas que limiten el libre tránsito vehicular y/o peatonal, como tranqueras y/o rejas». La sanción para esta infracción es la retención de equipos, demolición o inmovilización.

Entonces, si existe una ordenanza que prohíbe las tranqueras y/o rejas por qué siguen colocándose.

Volvemos a la inseguridad ciudadana. Los vecinos están seguros que estas son la única manera de protegerlos de la ola de asaltos que mantiene en zozobra a Trujillo. La sub-gerencia mencionada podría quitar todas las tranqueras, como de hecho ha ocurrido en la urbanización Primavera Sin embargo, como más puede la fuerza de los hechos los vecinos han vuelto a colocarlas y lo seguirán haciendo mientras la inseguridad persista.

DIATREINTA 18

Cada mañana, Trujillo despierta con una nueva tranquera, que podría significar: una nueva calle cerrada, una vía menos de libre tránsito o un obstáculo para la delincuencia.

Depende de cómo queramos ver las cosas.

LAS TRANQUERAS

El 20 de febrero de este año, el gerente de la Sub-gerencia de Participación Vecinal, Hernán Wilfredo Aquino Dionisio, a pedido de la alcaldesa del territorio vecinal N° 15 Urb. Primavera, María Blume, quien cuenta con el respaldo de más de 70 vecinos, quitó cuatro tranqueras de esta urbanización. Cinco días después, los vecinos organizaron vigilias pidiendo que vuelvan a colocarlas. La primera semana de abril, estas volvieron a donde estaban.

Sin embargo, Primavera no es el único sector de la provincia que tiene tranqueras. ¿Por qué solo a ellos les quitaron las tranqueras?, ¿por qué ahora y no antes? El gerente da la más simple de las respuestas. «Se procedió a quitar las tranqueras de este sector y no de otros porque aquí, no todos los vecinos están de acuerdo y, aquellos que se oponen, hicieron el pedido a la sub-gerencia basándose en la ordenanza que prohíbe estas cercas», señala Hernán Aquino.

En otros sectores, ningún vecino se ha quejado formalmente al respecto. Por lo cual, cualquier acción oficial contra las tranqueras carecería del respaldo de los moradores.

Ahora, si la colocación de tranqueras está prohibida y en la Urb. Primavera ya las habían retirado, ¿cómo fue que los vecinos lograron recuperarlas?

Primero hay que dejar en claro la exis-

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tencia de los dos lados de la moneda. El primero, está presidido por la alcaldesa del sector, quien está totalmente en desacuerdo con cerrar las calles. El segundo, es encabezado por Karla Saavedra, Marlene Sandoval y Margarita Fontela. Estas personas aseguran que el Gerente de la Municipalidad, Luis Valdez, Provincial de Trujillo les ha dado autorización para colocarlas. No obstante, este dice desconocer el conflicto existente entre los vecinos de la urbanización. En todo caso, su principal preocupación es informarles a los ciudadanos que, al estar en un estado de derecho, es la municipalidad la encargada de brindarles seguridad. Con autorización o no, la Urb. Primavera hoy cuenta con 17 tranqueras.

Según los mismos vecinos, las tranqueras les favorecen porque gracias a ellas los vehículos de asalto no pueden salir fácilmente de la zona. En honro a la verdad, habría que decir que también los perjudican porque evitan que tanto el serenazgo como la baja policía recorran la zona para cumplir, cada una, con su trabajo; retrasan a las ambulancias y bomberos cuando acuden a una llamada de auxilio; elevan indirectamente las tarifas de los taxis, que deben hacer un rodeo de la urbanización para llegar a su destino. A esto se suma el hecho de que para evitar el pase de vehículos muchos vecinos deben caminar hacia

sus casas y, durante este recorrido, son asaltados por delincuentes que operan en motocicletas.

MEDIDAS TOMADAS POR LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ (PNP)

El Jefe de la División de Patrullaje Preventivo, comandante Luis Antonio Morales Marchenares expresa que «de pronto ha disminuido la cantidad de robos en las casas, pero han aumentado los robos al paso». La causa: la poca accesibilidad a las calles debido a las tranqueras. La policía ha tenido que implementar un sistema de patrullaje a pie, pues existen zonas con tranqueras cerraras permanentemente. Las rondas se realizan en tres turnos, cada uno con dos efectivos.

Por declaración del regidor municipal Carlos Ríos se conoce de un proyecto de ordenanza para reglamentar las tranqueras de marras. «Es comprensible que las personas, para tener mayor seguridad, hagan uso de estos artefactos, pero es necesario que también tengamos en cuenta la libre circulación de la vía pública; y es por eso que no solamente se está pronunciando la Comisión de Seguridad Ciudadana si no también la de Transporte y la comisión que se refiere del uso del suelo. Debemos tener en cuenta que esto

debe estar debidamente normalizado, y si en algún momento estas tranqueras se van utilizar tiene que haber una persona que esté permanentemente en este lugar a fin de facilitar la entrada y salida a las urbanizaciones», dice el regidor. ¿Qué han dicho al respecto las comisiones municipales que menciona el regidor? Pues han hecho observaciones y por esta razón el proyecto ha regresado al área de Transportes de la Municipalidad con la finalidad de que los gerentes y funcionarios hagan las correcciones respectivas, entre en debate y pueda finalmente ser aprobada. Es decir, más de lo mismo: burocracia y entrampamiento.

En una sociedad como la nuestra, debemos admitir que la mayoría de las personas tiende a pensar primero en sí mismo, luego en aquellos a quienes estima y rara vez piensa en esos otros, a los que tal vez no conoce pero que de alguna forma u otra son afectamos con nuestras decisiones.

Quizás el propósito de quienes iniciaron la colocación de tranqueras fue protegerse. Sin embargo, la aglomeración de las mismas dificulta la circulación tanto humana como vehicular. Además, así como han ido disminuyendo los asaltos a casas han ido aumentando los asaltos al paso. Entonces, ¿de qué seguridad hablamos?

DIATREINTA 20

Escribe // Kattia Quintanilla Fotos // Rafaela Mesones claudia L贸pez

Oficios

anacr贸nicos

DIATREINTA 21

¿Qué encanto tiene coser un terno para un solo cliente cuando se fabrican en serie, reparar un zapato cuando los hay descartables o escribir una carta un papel cuando el chat tiene millones de seguidores?

H

ace mucho tiempo existió un Trujillo muy diferente al que conocemos hoy; con menos tráfico en las avenidas, un centro histórico al que las personas acudían a pasear los fines de semana y, por supuesto, necesidades y costumbres distintas a las actuales.

Con el paso de los años, la llegada de “lo moderno” y la tecnología ese Trujillo se fue confinando al exilio de la memoria. Como consecuencia, muchos de los personajes que tenían un papel importante y reconocido en aquellos tiempos han ido perdiendo su valor.

Esta es la historia de quienes han decidido seguir practicando un oficio a pesar de los malls, los TLC, el dinero plástico, las mercancías desechables y la incuria del tiempo.

Detrás de su máquina de escribir, entre sonidos de teclas y rodillos se encuentra el Sr. Fernando Castillo. Él es parte del grupo de mecanógrafos que se reúne todos los días desde las nueve de la mañana en la calle San Martin, frente al Banco de la Nación.

Para este hombre un requisito en este oficio es el buen manejo de la redacción, y para eso, como mínimo, se debe haber terminado la secundaria. Él dice que sus clientes ya conocen su forma de trabajar y por eso acuden a pedir sus servicios. Diariamente gana entre 20 y 30 soles, dependiendo del tipo de documento que le pidan hacer. Sin embargo, para lograr este dinero debe trabajar cuatro horas más cada día en comparación a lo que ganaba hace una década. Eso sí, pese a la fatiga, él dice que nunca descuida la calidad de su trabajo. Varios de sus compañeros ya han fallecido o se han retirado del oficio. Fernando se considera un superviviente y no piensa abandonar lo que he ha dado de comer durante mucho tiempo.

Si de oficio de sobrevivientes se tra-

ta, en Pizarro y en el pasaje ubicado al costado del Mercado Central hay más. Allí se han apostado desde hace años los talleres de algunos zapateros. Según la definición que da la enciclopedia SALVAT, un zapatero es aquel que hace y vende zapatos, sin embargo esta definición parece hoy un anacronismo. Es difícil competir con una industria de zapatos chinos, como dice el Sr. Segundo Aguilar, quien heredó el oficio de su padre y lo practica desde hace 43 años. En su local ubicado en la urbanización de Ricardo Palma tiene cinco máquinas, las que le quedaron de la época en que era fabricante de zapatos y tenía catorce asistentes.

Ahora tiene uno (a medio tiempo).

En realidad, lo que hace es reparar calzados. Mientras entrega un par de zapatos a un cliente se queja de su némesis (justicia) personal y de los madeinchina: cuestan menos y se rompen más. Lo peor es que cuando lo hacen, como no son de cuero, no se pueden reparar y, caballero, al tacho nomás; luego de eso, la persona se dirige a algún mall en busca de un par de descartables nuevos. Así es como los zapateros han quedado excluidos de lo que inicialmente era su labor y, por lo mismo, han debido adaptarse a las nuevas necesidades sociales.

Fidel Saldaña Pérez, electricista industrial, tiene el mismo problema.

Con la llegada de las maquinarias eléctricas fabricadas en China su trabajo se ha visto afectado. Su labor consiste en arreglar motores eléctricos industriales y domésticos. La firma del TLC con China fue el inicio de este bajón, afirma el. Al igual que en el caso de los zapatos, los electrodomésticos chinos una vez que se han malogrado es mejor botarlos y comprar nuevos, pues resulta mucho más barato que pedir piezas nuevas y repararlos. Por este motivo, la cantidad de clientes que atiende diari-

DIATREINTA 22

los madeinchina: cuestan menos y se rompen más. Lo peor es que cuando lo hacen, como no son de cuero, no se pueden reparar y, caballero, al tacho nomás; luego de eso, la persona se dirige a algún mall en busca de un par de descartables nuevos.

amente ha disminuido y las horas que debe trabajar para mantener sus ganancias han aumentado.

En la misma cuadra, sentado en una vieja banca de madera, leyendo un diario, se encuentra don Alberto Mendoza, barbero desde hace más de medio siglo. Ingresar en su local es como viajar al pasado. Cuatro grandes espejos cubren las paredes de los costados, varios objetos personales, como una radio cassettera rota y un pequeño reloj verde que ya no da la hora, ocupan una larga repisa blanca junto a varios frasquitos de diversos tamaños. Su herramienta principal de trabajo está guardada en un cajón, donde la esconde desde que hace unos años unos ladrones intentaron asaltar su local. Esta no es la única pérdida que ha tenido que enfrentar; con la llegada de las máquinas de afeitar descartables los clientes, que antes lo visitaban constantemente, han desaparecido. Él solía atender aproximadamente quince personas diarias, ahora, con suerte, atiende a 4 o 5. Los que aún lo buscan son adultos mayores que lo conocen desde hace varios años. En la actualidad visitar al barbero se ha convertido en una recuerdo. Pero esto no desanima a Don Alberto, quien todos los días abre su local a la misma hora y se sienta en la entrada a la espera de sus clientes más fieles.

En una calle no muy concurrida, entre Sandoval y Valle Goicochea se encuentra el pequeño local de don Agustín Bacca, quien lleva 35 años como sastre. Sentado

detrás de una Singer de segunda mano nos cuenta que hace algunos años él solía atender diariamente entre 15 y 20 personas que venían para que les confeccionara ternos y pantalones. Hoy en día debe conformarse con tener entre 5 y 6 clientes por día. La popularidad de la que gozaban antes los sastres se basaba en que vestían a cada cliente con ropa única y a la medida. Esto hoy ha desaparecido; la llegada de la ropa hecha con medidas predeterminadas ha confinado a los sastres a la condición de profesionales de culto. Aunque una prenda no encaje perfectamente en un cuerpo, esto no es problema, ya que lo más importante es que sea de marca. Para competir con esta voraz industria de producción en serie don Agustín ha agregado cuatro horas a su horario habitual de trabajo. Solo así ha podido adaptarse (¿o sobrevivir?) a las exigencias del mercado global.

Al igual que ellos, relojeros, carteros, remendadores, entre otros, han tenido que cambiar su modo de trabajo para enfrentar el cambio y la competencia despiadada creada por un Estado al que no le importa sus propias industrias y prefiere favorecer todas aquellas que son extranjeras. Los oficios y los que lo practican no han desaparecido aún, pero se encuentran en una situación en la que será difícil continuar. Ellos, los sobrevivientes, se aferran con uñas y dientes a sus oficios y sus herramientas, esperando —tal vez inútilmente— que el tiempo frene su metamorfosis destructora.

DIATREINTA 23 Por Alfieri Díaz

ada@upnorte.edu.pe

ALFIERRO

Lecciones de marketing político

L

as campañas electorales se arman según determinados hechos o coyunturas, sin embargo, dudo que la manera de hacer marketing político en las próximas elecciones municipales o generales, difiera mucho de lo que vimos en la campaña 2011. El proceso electoral que acaba de finalizar deja varias lecciones a tomar en cuenta para armar campañas en el futuro.

I. CONOZCA BIEN EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR.

Las elecciones han dejado de ser batallas ideológicas. Marxismo o neoliberalismo son términos que hoy pocos comprenden.

La izquierda en el Perú, con mayoría en el centro y sur del país y la Derecha, en Lima urbana (no marginal) y el norte, representan cada una un 20% del electorado, lo que equilibra la balanza. El desequilibrio y factor decisivo proviene del 60% apolítico, de quienes votan por simpatía o impacto emocional.

El apolítico peruano es de dos tipos: A) CONSERVADOR: aquel conformista con el status quo y se inclinará por elegir a quien garantice el establishment; B) DISCONFORME: aquel que cree necesario un cambio social-económico-político.

Un marketero antes de lanzar su producto -léase candidato-, debe estudiar el mercado y sintonizar con los gustos y necesidades de la masa apolítica, si hay un predominio conservador o disconforme, ya que no necesariamente la postura conservadora o disconforme permanece inmutable. El comportamiento de los electores varía según la coyuntura.

II. PREPARE UN BUEN PRODUCTO.

Las elecciones son una plaza donde los electores votan (compran) determinada marca sin derecho a devolución hasta que se cumplen cinco años como fecha de expiración. Para hacer un branding electoral efectivo debemos tener: A) UN CANDIDATO MEDIÁTICAMENTE CONOCIDO: Ni siquiera los outsider emanan de repente (lo de Fujimori en 1990 fue un fenómeno sui géneris y posiblemente irrepetible). Todo candidato debe haber ejecutado alguna acción mediática para que los electores lo recuerden. Levantarse en Locumba o ser hija de un ex mandatario sirven para estos casos. B) UNA BUENA PLANCHA: Seleccione personalidades con las menores máculas o procesos penales posibles. Procure que gocen de las simpatías de buen grupo del electorado. Intente extirpar a los otorongos de la lista congresal. Incluya como mínimo a un discapacitado, un deportista o un miembro de la farándula.

C) UN PLAN DE GOBIERNO SIN EXTREMISMOS: Posturas radicales, de Izquierda o de Derecha, ahuyentan votos.

Proponga cambios pero redáctelos de manera ambigua que tengan doble lectura o interpretación. No cometa el error de Humala de cambiar de plan de gobierno en menos de dos meses, eso espanta electores. D) UN BUEN EMPAQUE: Aplique photoshop en las fotos oficiales y diseñe un símbolo político (logotipo) legible y con colores vivos. Procure que el símbolo haga alusión directa al nombre del candidato antes que al

partido, no por narcisismo sino porque los peruanos ya no eligen partidos sino personas. No en vano la O de Ollanta y la K de Keiko fueron las que clasificaron a la Segunda Vuelta.

III. EN COMUNICACIÓN VALE TODO.

Deje de lado sus principios éticos y morales y prepárese a elaborar una estrategia manipuladora que consiste en: A) UN ESLOGAN FUERTE: centrado en un mensaje generoso, de solución de carencias y frustraciones, una promesa de venta con anhelos y aspiraciones. El eslogan de campaña debe ser fonético y legible, sin necesidad de que sea creativo o innovador. El Seguridad y Oportunidades de Keiko no era muy original pero sí bastante efectivo ya que hacía eco a un clamor popular. B) TELEGENIA Y ELOCUENCIA (PERO QUE NO HABLE DE MÁS): La sonrisa y el parloteo rinden dividendos, pero cuidado porque el pez por la boca muere y muchos candidatos han perdido sufragios por un calificativo o una frase de infeliz recordación propia o de personas de su entorno. Responda los ataques con altura y procure no pisar el palito porque en política quien se pica pierde. Si lidera las preferencias, lance puyazos de manera elegante y no busque la confrontación directa, recuerde que quien está arriba no tiene necesidad de responder a los segundones. Deje el trabajo sucio a otros aliados estratégicos fuera del Partido. Sirven para ese papel: periodistas, artistas, intelectuales y también cardenales. C) BAÑOS DE POPULARIDAD: No sólo lo exponga en los medios, hágalo pisar las calles y recorrer todo el Perú. El marketing directo es efectivo si el producto demuestra espontaneidad, que es de carne y hueso (como cuando le cogieron las boloñas a PPK), que plantee una comunicación horizontal. El candidato debe mostrarse receptivo. Bailar, cantar, libar, ponerse una prenda típica. Sonreír y disimular el desagrado si una mamacha sudorosa lo apachurra. Eso se llama mostrar autenticidad. D) PIEZAS PUBLICITARIAS EMPÁTICAS: La publicidad gráfica, radial, televisiva o interactiva, debe ser cálida y esperanzadora, contar con un buen jingle o cortina musical. Los testimoniales siempre funcionan y si muestran a premios nóbeles o expertos en economía apoyando las propuestas del candidato, mejor. E) MODERE LA GUERRA SUCIA: El excesivo ataque contra los rivales pueden ocasionar un efecto de victimización contraproducente. El terrorismo mediático es efectivo si no es descarada la venta o las preferencias de los medios hacia determinado candidato. El apoyo abierto de los medios a Vargas Llosa en 1990, Fujimori en 2000 y ahora a Keiko en 2011, los ha hecho perder. La audiencia es manipulable, pero no estúpida. F) EL DEBATE FINAL: una teleplatea ávida de circo le da a este evento más importancia que los propios analistas creen, es el momento de más alto rating de toda la campaña. Prepare a su candidato para morder, sin insultar, de manera inmisericorde a su contrincante. Recuerde que a los electores no les interesan las propuestas, se impresionan más por el contendor que esgrime el mejor ataque-defensa.

DIATREINTA 24

Asiento reservado

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L

a clase por fin ha terminado. Ella sonríe y se despide de sus amigos del centro de idiomas.

Aún es temprano y no tiene apuro. Su madre le ha dicho que puede irla a recoger, pero ella quiere subir a un micro. Quiere sentirse más útil, puesto que siempre tiene a alguien que le ayude. Sufre de discapacidad motora. Logra coger un micro, no obstante antes que eliga algún asiento comun —porque se rehúsan a cederle el reservado— el vehículo acelera intempestivamente ocasionando una caída y un golpe en su columna. De nuevo. Ella gime y llora de dolor.

El transcurrir diario viene acompañado de historias similares.

Un anciano que debe permanecer apiñado y con los brazos prácticamente fuera del carro; ciegos, personas con muletas o alguna discapacidad motora e intelectual que

sufren accidentes en buses o en la calle porque nadie les cedió el asiento pronto; minusválidos que acuden a centros de trabajo y de estudio renombrados que se ven dificultados de llegar a sus respectivos oficinas o aulas porque la entidad no quiso o tuvo amnesia selectiva en lugar de colocar las rampas u otro medio que le ayude a movilizarse.

Diversas situaciones, ambientes, personas, todos con el mismo problema. Es la remanente indiferencia a personas que por su estado requieren de ayuda.

**

Según la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad «abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación.

Las deficiencias son problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas,

y las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales».

Asimismo, manifiesta que a nivel mundial un 10% de la población presenta algún tipo de discapacidad, siendo un aproximado de 650 millones de personas, lo que los convierte en la minoría con mayor número de individuos. Por este motivo, en el 2006 la ONU creó la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad con la finalidad de proporcionarles una mejor calidad de vida.

Perú, que ya en 1999 había promulgado la ley 27050, denominada “Ley general de la Persona con Discapacidad”, firmó el acuerdo el 30 de marzo del 2007, ratificado el 30 de enero del 2008 tras promulgar la ley modificatoria de la 27050, la 28164. En dichas leyes, el Estado se compromete en proporcionar y velar por su integridad, asimismo por sus

Escribe // Ana Lucía Gómez Tesén Fotos // Jorge Luis Segura “Well, that’s it for now. Take care”

En todas partes hay un lugar reservado para ellos, pero siempre está ocupado y nadie tiene ganas de cedérselos. Hay también rampas y otro tipo de facilidades materiales creados para hacerles más fácil su desplazamiento, pero no están en todos partes. ¿Para qué crear leyes que luego resultan solo un ejercicio de ficción?

DIATREINTA 26

derechos políticos, económicos, sociales y culturales, además de la adecuación progresiva de las ciudades con el fin de facilitar el acceso a dichas personas.

De otra parte, en el 2009 se creó la ley 29392, la cual se sanciona las infracciones contra la ley de las personas discapacitadas. Las multas van de las 0,5 UIT a las 12 UIT.

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Caridad Lozano Costa (61 años) y Cecilia Peralta (20 años) , ambas de la urbanización Vista Hermosa, tienen problemas con el transporte público. Ellas han tenido experiencias desagradables utilizándolo.

Es por eso que a pesar de la diferencia de gasto ellas prefieren tomar taxis.

A Cecilia tampoco le gusta

hablar del tema como tampoco ver paredes en construcción que “parecen se van a caer en cualquier minuto”.

Es un trauma para ella.

Cecilia es otra de las personas perjudicadas. En julio de 2002 una pared cercana al colegio “William Harvey” se desplomó y le cayó encima.

El resultado de este accidente fue una lesión en la columna. Debido a esto Cecilia, a quien los doctores en una primera consulta le dijeron que no iba a poder caminar nunca más, resultara con discapacidad motora. La discapacidad motora -presente en 34 mil peruanos- es una de los principales problemas de salud en el país.

Ceci, como su madre la llama, a pesar del tiempo que ha pasado y la rehabilitación que ha recibido necesita en ocasiones apoyo de algún

bastón o una persona. Aún tiene dificultades para caminar y mucho más cuando la apresuran.

Desde la caída que tuvo en el bus hace unas semanas, ella ya no quiere subirse a estos. Tiene mucho miedo que la caída se repita, su lesión se agrave y el dolor que le ocasione sea tan intenso que quiera volver a tomar calmantes que le destruirían los nervios.

Con Caridad la situación es similar. Ella es una mujer de avanzada edad, quien durante un tiempo a pesar de su edad usa buses para trasladarse. No obstante, esto cambió por el problema del asiento. En numerosas ocasiones ninguna persona se lo ha cedido. El reservado estaba ocupado una vez más por jóvenes y adultos que no lo necesitaban.

El asiento reservado, que es una de las primeras formas de expresión de ayuda a los discapacitados, se ha convertido en aquel sitio rojo cuyo rechazo se manifiesta en creaciones de blogs y páginas de “me gusta” en Facebook, en las cuales algunas personas expresan su disgusto por la existencia de una herramienta así.

“Acho, Mega Plaza,…asiento reservado”, o “Para los que se hacen los dormidos en el asiento reservado”, son algunas de las páginas con un aproximado de 200 fans en la web.

Las leyes están promulgadas, pero la indiferencia sigue allí. ¿Acaso se necesita mayor severidad con las multas para los que las incumplan? Queda a conciencia de cada uno.

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A nivel mundial un 10% de la población presenta algún tipo de discapacidad, siendo un aproximado de 650 millones de personas, lo que los convierte en la minoría con mayor número de individuos.

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Si existiera una máquina del tiempo que retrocediera 448 años, nos encontraríamos en un gran aprieto: el Perú necesitaba una capital. Zaña, un valle situado una hora al sur de Chiclayo, es la mejor opción, lástima que esté “maldita”.

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Dios se la agarró con Zaña

Z

aña era el paraíso norteño, sus ricas tierras y su posición estratégica que unía a la costa con la sierra cajamarquina hacían de ella la ciudad indicada para llevarse el premio mayor.

Todos los riquillos españoles que venían a vivir al Perú querían ir a la ciudad de moda (una especie de Dubái cholo). Así que, como era costumbre, llegaban cientos de barcos llenos de europeos con sus cachivaches para marcar territorio en esas tierras.

Los descendientes moche, antiguos pobladores que ya vivían en esa zona, habían escogido como morada principal las faldas de un cerro que estaba cerca al valle; sin embargo, los nuevos habitantes preferían ubicarse casi a las orillas del río para tener algo parecido a una playa privada. La emoción por sus nuevas casas fue tan grande que se olvidaron de pensar que vivir cerca a un río no era una opción inteligente ni en Zaña ni en la Conchinchina.

Y así, desde 1563, Zaña se fue volviendo más grande y a la vez rica, gracias al sistema de riego para ganar tierras que habían creado los descendientes moche, el cual sorprendió tanto a los españoles que copiaron el trabajo para cosechar en abundancia.

Texto y fotos // Greta Granados

Como era de esperarse, ellos necesitaban mayor cantidad de mano de obra, así que tuvieron la espléndida idea de traer a miles de esclavos —y qué mejor que africanos y asiáticos para este duro trabajo. De esta misma manera, los esclavos trabajaron en al área urbana construyendo siete grandes iglesias alrededor de la ciudad y también de servicio doméstico.

Se dice que por las mañanas la gente salía a rezar y a ver detalle a detalle cómo iban quedando los nuevos templos. Por las noches, los esclavos salían a hacer rituales, cantos y bailes de origen negro (como el Lundú africano), mezclado con coplas españolas y yaravíes, las tristes y depresivas canciones de origen andino.

Es así como los negritos aprendieron las técnicas de esta nueva cultura para transmitir su propio mensaje, bastante burlón y erótico, pero tenía la intención de responder simbólicamente su rechazo al clero, que era riguroso y conservador.

“Negrita te mueves tanto que al verte pasar yo peco. ¿Cuándo vas a hacer un seco para molerte el culantro?”. Cuando los pobladores escuchaban estos cantos mañosos, pensaban que los esclavos eran “obras del diablo”, y desde ahí comenzó el rumor de que ellos hechizaban la ciudad.

Por cosas del destino, comenzaron las tragedias y curiosamente todas en marzo de diferentes años.

DIATREINTA 30

Por las noches, los esclavos salían a hacer rituales, cantos y bailes de origen negro (como el Lundú africano), mezclado con coplas españolas y yaravíes, las tristes y depresivas canciones de origen andino.

Apocalipsis Religioso, 23 de marzo de 1606

Santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima aún no canonizado en esa época, visitó Zaña por pascuas y aquel Jueves Santo cae enfermo y muere. La comunidad entró en pánico y culpó de lo ocurrido a los esclavos. Se pensaba que fue por causa de sus hechizos.

Apocalipsis Pirata, 4 de marzo de 1686

El pirata británico Edward Davis navegó por el Pacífico hasta llegar a Zaña luego de enterarse de su fama y riqueza. Acompañado de un ejército de 200 ex esclavos, hombres de diferentes nacionalidades se unieron a él por su libertad. Cuando llegó, arrasó con todas las riquezas, saqueó las iglesias, las casas y acumuló un botín de 300 mil pesos en joyas, ropa y plata.

Lo más anecdótico fue el desalmado rapto a la bella Mencia, una señorita adinerada que vivía en la ciudad. El pirata pretendía secuestrarla hasta que alguien se animara a pagar 1000 pesos por su vida. Su papá, el superman de la historia, consiguió el dinero y esperó el retorno de su hija sana y salva, pero nunca más la volvieron a ver. La gente murmuraba que ellos se habían enamorado y huido juntos a Inglaterra.

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Apocalipsis, ahora sí, 15 de marzo de 1720.

A principios de marzo, fuertes lluvias y truenos azotaban la ciudad.

El río Zaña amenazaba con salirse.

Los habitantes, aterrados con lo que estaba pasando, subieron a los lugares más altos buscando refugio, pero el 15 de marzo el río arrasó a la ciudad destruyendo todo lo que tenía a su paso: casas, cosechas, iglesias, etc. El esfuerzo de crear una ciudad de sueños terminó ese día, cuando las aguas desaparecieron el valle.

“Marzo de fatalidad, llegó el pirata de lejos. Marzo arruinó mi cuidad y al santo de Mogrovejo” –Luis Legoas López, cantante de Zaña.

Después de estas trágicas y sorprendentes situaciones, Zaña perdió todo lo que tenía. El poder político y económico se concentró en Lambayeque y miles de familias huyeron por temor a volver a pasar por esos desastres. Desde ese entonces, la ciudad quedó desolada y se convirtió el nuevo refugio para los descendientes de los esclavos. Por esto, al visitar Zaña puede verse en el rostro de cada uno de los pobladores de ese lugar una prueba de lo dicho anteriormente. Los lugareños poseen los rasgos de sus antepasados: están marcados por la historia.

Hoy, visitar Zaña es como si nos ubicáramos en el pasado. Sus grandes calles desoladas y viejas dan la nostalgia de que alguna vez ese lugar fue algo grande. Mientras vas caminando es inevitable cruzarte con sus pobladores, los cuales te observan meticulosamente como si fueras de otro planeta, y que con una sonrisa te dan el pase de confianza para seguir el camino.

Como en muchos pueblos del Perú, podemos verlos muy tranquilos y sin preocupaciones: tomando sol en plena tarde u oyendo música en su pequeña plaza. Se acostumbraron al asfixiante calor que existe. Su única diversión es ir al río para refrescarse y “limpiar los errores del pasado”. Quién imaginaría que este mismo caudal que evoca paz y tranquilidad cuando lo ves, fue el que provocó el desastre de la ciudad que iba a llegar a ser la más imponente del Perú. No todos los sueños se cumplen.

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Hip贸crita moral

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¿Cuál es la moral que desarrollan los jóvenes en medio de una sociedad que se asusta con los cambios, cree en lo políticamente correcto y se muestra ambivalente con los contenidos de los medios de comunicación?

Escribe Orieta Brussa

D

esde tiempos antiguos, la peor enemiga de la formación de los jóvenes ha sido la moral. De hecho, no hay educador a lo largo de la historia que haya dirigido sus discípulos hacia actos o valores contrarios a la sociedad.

Tenemos que hacer una salvedad para los espartanos que instigaban a los jóvenes al robo: el ladrón tiene que ser rápido, astuto y ágil. Estas eran también las virtudes de un buen guerrero.

Por supuesto, si los chicos eran descubiertos, le caía una zurra como para dejarlos medio muertos. Entonces no habían tutores, ni psicólogos.

Durante la moralísima Edad Media, inspirada y dominada por los principios de Santa Madre Iglesia, católica, apostólica y romana, asistir a la tortura de un hereje o de una bruja y ayudar a preparar la hoguera donde tenían que ser quemados vivos, era un acto de piedad cristiana, además de un escarmiento a la juventud porque no se atreviera a pensar.

Los viejos, generalmente, no son problema: largos años de entrenamiento los han vuelto respetuosos del poder, “morales” y acríticos.

Hasta más allá de la mitad del siglo XIX, en los progresistas y libertarios Estados Unidos de América se practicó la esclavitud. Por

las armas: el Banco Mundial es mucho mal letal que cualquier ejército. «Alrededor de 24.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre» (El Proyecto Hambre, Naciones Unidas). «La hambruna y las guerras causan sólo un 10% de las muertes por

lo tanto, era perfectamente moral tratar a los esclavos como animales. Después de la abolición de la esclavitud, el racismo se volvió praxis.

Bajo la dictadura de Hitler, idolatrar al Führer y odiar a los judíos era en armonía con los principios del nazismo enseñado en las escuelas de donde habían sido expulsados alumnos y profesores hebreos. La Juventud hitleriana conocía de memoria Mein Kampf y la base de la

hambre… La mayoría de las muertes por hambre se debe a desnutrición crónica».

(The Institute for Food and Development Policy). «Los que pasan hambre en el mundo son 923 millones» (ONU). ¿Se define inmoral el manejo de los recursos humanos y materiales por las grandes multinacionales? Al contrario: es necesario para su sobrevivencia, porque los que comen sigan comiendo y los que compran sigan com-

ideología del partido: creer en la existencia de una raza superior que tenía que dominar el mundo. Ellos mismos eran los elegidos.

Hoy en día hemos mejorado mucho. Las multinacionales matan por hambre para cuidar lo negocios. Ya no sirven

prando.

Se crítica la violencia en los medios de comunicación porque es dañina para los jóvenes, pero se acepta la violencia de un sistema económico que, teniendo los negocios como fin y objetivo de la humanidad, causa po-

Se crítica la violencia en los medios de comunicación porque es dañina para los jóvenes, pero se acepta la violencia de un sistema económico que, teniendo los negocios como fin y objetivo de la humanidad, causa pobreza, contaminación ambiental y, por consiguiente, destrucción de flora, fauna y graves desequilibrios climáticos.

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Hoy en día hemos mejorado mucho. Las multinacionales matan por hambre para cuidar lo negocios. Ya no sirven las armas: el Banco Mundial es mucho mal letal que cualquier ejército. breza, contaminación ambiental y, por consiguiente, destrucción de flora, fauna y graves desequilibrios climáticos.

De hecho, todo esto para los adolescentes, y hasta para los jóvenes, no es un problema. La educación actualmente se encarga de criarlos bien alejados de la realidad y del conocimiento. La historia, la geografía, la literatura, las matemáticas, la química, la biología, el arte, la economía y la política son para los jóvenes «como el ave fénix: que existe todos lo dicen, donde está nadie lo sabe» (Metastasio).

Los hemos privado de niñez, adolescencia y juventud. Y encima nos quejamos de que no tengan valores. ¿Cómo se aprenden los valores? ¿En una clase de OB o conociendo la historia y el desarrollo del pensamiento? ¿Poniéndoles como objetivo de vida el crecimiento económico o el crecimiento humano y social? Cuando niños, ya no desean ser actores, piratas, héroes, escritores, salvadores del mundo, futbolistas O astronautas. Quieren ser “profesionales de éxito”, o sea, gente con plata. En qué carrera, no importa. La adolescencia es también la edad de los sueños que hace parte de la formación del hombre futuro. Cuando un joven crece

con en la cabeza la plata como único objetivo, ¿qué especie de ética tendrá cuando sea adulto? Sin duda, tendrá mucha moral: será conformista, obsequioso con todo lo que le garantice sus comodidades y no lo obligue a pensar y alguien incapaz de tomar decisiones incómodas para la moral corriente.

Otro gran problema parece la pornografía en Internet. Esta es una llaga que infesta este medio de comunicación, nefasta, sobre todo, porque altera la percepción de una sana sexualidad. Pero tampoco es sano el culto del cuerpo con ajustes quirúrgicos; la publicidad sexuada; la educación de la mujeres todavía basada en un su misión de esposa y virgen-madre; los espectáculos en la TV donde niñas impúberes se mueven como vedettes experimentadas o disfrazadas de objetos eróticos. Los buenos moralistas se escandalizan por la pornografía y se quedan indiferentes ante la presión de los modelos

de la farándula y de la publicidad.

Hace años, en Italia hubo una famosa pornostar, Cicciolina, que recibía muchas cartas de adolescentes deseosas de sus consejos para seguir su carrera. No existía Internet, pero sí otros medios de comunicación de los cuales Berlusconi, empresario de éxito y reconocido mafioso, tenía la propiedad. Fue un buen modelo: Cicciolina en su carrera ganó más que cualquier profesional. Hasta se volvió congresista como la recordada Suzy Díaz.

Padres y profesores creen haber cumplido con sus deberes de educadores criando a los párvulos según el pensamiento único que, hace tiempo, criticaron Schopenhauer, Marcuse y Ramonet. La mayoría de adultos no imagina otro destino para la juventud y permite que la educación y los medios de comunicación la idioticen día a día.

Resultado: los jóvenes se han vuelto más reaccionarios que los viejos porque tienen “miedo” de cualquier cambio. Casi hemos podido tener como presidente a un viejo lobista porque el “ppcuy es lindo” y porque no saben que quiere decir “lobista”.

Y todo esto es «perfectamente» moral.

10 A単os de periodismo inovador

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