Juan Carlos Simoni Cabrera, Coordinador Facultativo
Virgilio Suárez Salas, Coordinador Extensión
Ricardo Ruiz Garvia, Coordinador A. Urbanismo
Euler Montaño Moscoso, Coordinador A. Construcción
Alejandra Iriarte Ibáñez, Coordinadora A. Morfología
Federico Escobar Salas, Coordinador Diseño Industrial
Consejo Asesor de la FADU 2023-24:
Katherine Jordán Arza
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Juan Trabucco
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ISSN: 2789-083X
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Printed in Bolivia
EDITORIAL
A modo de acompañar y festejar los 40 años de la fundación de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, UPSA y la creación de la carrera de Arquitectura, EsquicioInvestigación 4, como instrumento de difusión del trabajo de los investigadores que conforman C.I.U.D.A.D. Centro de Investigaciones de Urbanismo, Diseño Industrial, Arquitectura y Diseño de Interiores, presenta el resultado de las investigaciones realizadas durante la gestión 2024.
Los trabajos que se incluyen en la presente publicación de Esquicio-Investigación pertenecen a cuatro docentes e investigadores -tanto miembros de C.I.U.D.A.D, como independientes- y abarcan diversas temáticas; Juan Trabucco, desde Buenos Aires – Argentina, examina dos cuestiones vitales para comprender el impacto de la modernidad a mediados del siglo XX en la Argentina: El campo político desplegado por el peronismo y su entrelazamiento con la producción moderna de la arquitectura, y el campo intelectual involucrado con la explicación de la primera cuestión desde el pensamiento en las ciencias humanas y el pensamiento disciplinar de los arquitectos. Por su parte Moisés Crespo nos invita a reflexionar respecto a la incorporación de la Inteligencia Artificial en la labor educativa y la formación de los nuevos profesionales en el campo de la arquitectura. La participación de el arquitecto Daniel Ramos Correas (arquitecto chileno de formación y residencia Argentina) en la propuesta de la planificación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, durante los años 1947 y 1948, es analizada y puesta en valor por el arq. Daniel Osinaga. Finalmente, el Mgs. Arq. Virgilio Suárez Salas, desarrolla su investigación sobre la planificación territorial de la provincia jesuita de Chiquitos y relieva su aporte al estado boliviano durante el siglo XVIII.
Como producto del centro estudiantil de C.I.U.D.A.D., la estudiante María Fernanda Suárez, centra su estudio en la importancia del arte y la cultura en la conformación de la identidad cruceña, por lo que se hace necesario su conservación y promoción entre sus habitantes.
La convocatoria permanente a la presentación de proyectos de investigación por parte de docentes y estudiantes cierra la presente publicación, en la búsqueda de promocionar trabajos que enriquezcan el conocimiento del diseño, urbanismo y arquitectura de nuestra región, además de fortalecer el área de investigación de la FADU-UPSA.
Mgs. Arq. Juan Carlos Simoni
Director C.I.U.D.A.D. FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO
CONTENIDOS
EDITORIAL 4
6 INVESTIGACIÓN DOCENTE
7 Peronismo o peronismos, arquitectura del Movimiento Moderno o modernidad en la Argentina de mediados de siglo
Dr. Arq. Juan Trabucco
19 Transformación educativa en arquitectura: integración de la inteligencia artificial en la labor docente
Arq. Moisés Crespo Unzueta
25 Primer Plano Regulador de Santa Cruz de la Sierra. Arq. Daniel Ramos Correas 1947-1948
Arq. Daniel Heli Osinaga Miranda
55 La planificación territorial de la Provincia Jesuita de Chiquitos y su aporte al Estado
Boliviano, Siglo XVIII
Mgs. Arq. Virgilio Suárez Salas
71 INVESTIGACIÓN estudiantil
73 El arte y cultura como elemento identitario en la sociedad cruceña María Fernanda Suárez Hinojosa
Centro de Investigaciones de Urbanismo, Diseño Industrial, Arquitectura y Diseño de Interiores C.I.U.D.A.D.
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra
Consejo Científico de Pares:
Juan Carlos Barrientos Mercado
Álvaro Cuadros Bustos
Gastón Mejía Brown
Lauren Müller de Pacheco
Alcides Parejas Moreno
Pedro Querejazu Leyton
Marion K. Schulmeyer Dávalos
Juan Trabucco, Argentina
Fernando Vilaplana Vilajós, España
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ARQUITECTURA - DISEÑOURBANISMO
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Editorial UPSA
ISSN: 2789-083X
INVESTIGACIÓN DOCENTE
Peronismo o peronismos, arquitectura del Movimiento Moderno o modernidad en la Argentina de mediados de siglo
Dr. Arq. Juan Trabucco
Arquitecto UB (Buenos Aires), Magister UFRGS (Porto Alegre), Doctor en Arquitectura por el DAR (Concepción del Uruguay, Buenos Aires), Profesor Titular por Concurso Universidad de Concepción del Uruguay. Docente investigador categoría 2 en la Universidad de Concepción del Uruguay (2022). Área de investigación: Proyecto de Arquitectura, la Historia y la Teoría de la Arquitectura. Investigación: "El borde río-ciudad en el área central de Buenos Aires: Paisaje y proyecto arquitectónico". Ha realizado varias presentaciones de artículos y en congresos nacionales e internacionales. Correo electrónico: trabuccojuan@gmail.com
El presente artículo forma parte de una investigación más amplia en la que se indagan las formas en que el conocimiento proyectual ha ido adquiriendo mayor complejidad y cantidad de estrategias en el contexto de la producción y la enseñanza de la arquitectura. En este trabajo se examinan dos cuestiones vitales para comprender el impacto de la modernidad a mediados del siglo XX en la Argentina: El campo político desplegado por el peronismo y su entrelazamiento con la producción moderna de la arquitectura, y el campo intelectual involucrado con la explicación de la primera cuestión desde el pensamiento en las ciencias humanas y el pensamiento disciplinar de los arquitectos.
La modernidad llegó tardíamente al territorio argentino. Su llegada comienza a notarse luego de la crisis económica del 29 y la aparición de la industria sustitutiva de importaciones. La industria sustitutiva alcanzó su intensidad económica y social a la vez que el primer peronismo se desarrolló, gobernó y fue proscrito, entre 1943 con el GOU1 y 1955 con la Revolución Libertadora Luego los acontecimientos que acompañaron la modernidad se sucedieron entre el gobierno militar de la Revolución Libertadora en 1955, la implementación de una democracia con peronismo proscrito entre 1958 y 1963, los nuevos gobiernos militares hasta 1973 donde se abrió nuevamente la posibilidad de un régimen democrático. En este complejo contexto político se podría decir que transcurrió la modernidad arquitectónica.
Para comprender mejor como examinar la modernidad en la arquitectura, entre tiempos peronistas y gobiernos militares, se desarrolló un estudio del modo en que estos fenómenos fueron explicados. Se parte de la hipótesis de juzgar que los modelos interpretativos de procesos temporales construidos por disciplinas humanísticas como la historia, la sociología y las ciencias políticas, alimentan distintas maneras de examinar la modernidad arquitectónica que transcurrió en paralelo con dichos acontecimientos. El esclarecimiento de estos paralelismos permitirá restituir a nuestra disciplina una parte importante de la complejidad que posee, permitiéndonos alcanzar una mayor efectividad en el esclarecimiento de las condiciones de posibilidad que acompañaron una parte importante de los derroteros de la modernidad arquitectónica.
Para adentrase en este tema-problema se vuelve necesario indagar sobre distintas teorías interpretativas del campo sociopolítico desarrollado en esta extensión de tiempo. Se expondrán tres modos de explicarlo, y a su vez se los relacionará con tres aproximaciones históricas construidas por arquitectos que estudiaron la relación que existió entre la arquitectura y esos momentos. Se adoptaron tres autores que entre 1962 y 1990, plantearon distintas explicaciones del populismo que se desarrolló en esta extensión de tiempo, haciendo foco en el fenómeno político y social del peronismo: Gino Germani, Murmis y Portantiero, y Juan Carlos Torre. A su vez, se relacionaron con dichos autores, tres estudios históricos referidos a la arquitectura moderna y el papel que jugó en el enrarecido contexto sociopolítico de esos momentos. Cada autor fue elegido con la intención de encontrar relaciones asociadas con el modo de explicar el proceso histórico que involucra estas décadas, entre lo ocurrido en la política y lo ocurrido en la arquitectura moderna. Con este objetivo se establecieron tres pares
1 GOU, sigla que define una agrupación de militares autodefinidos como Grupo de Oficiales Unidos o Grupo Obra de Unificación.
historiográficos que resultaron complementarios. Gino Germani fue relacionado con Federico Ortiz y Ramón Gutiérrez, Murmis y Portantiero con Francisco Liernur, y Juan Carlos Torre con Roberto Fernández. De esta forma se logró definir un campo cultural de alimentación interdisciplinar entre la sociología y la historia de la arquitectura.
Un esfuerzo de modelización analógica independiente del lugar y las personas: El problema del Modelo Sustitutivo planteado por Gino Germani en, Política y sociedad en una época de transición2 se expone bajo una sociología pensada para alcanzar un modelo, que en su caso sería el de nación democrática. El texto La arquitectura en la Argentina: 1930-19703, escrito conjuntamente por los arquitectos Federico F. Ortiz y Ramón Gutiérrez en 1972, está ordenado todo él en función de la búsqueda de un modelo arquitectónico capaz de sustituir al modelo europeizante y académico del liberalismo que imperó entre fines del siglo XIX y finales de la década del 20´. La búsqueda optimista de Germani, y la búsqueda ya no tan optimista de Ortiz y Gutiérrez4 , hacen que ambos textos sean relacionables. El texto de Germani, escrito en 1962, 10 años anterior al de estos arquitectos, deja bien en claro que funcionaría como un antecedente sociológico fundacional para entender los prolegómenos del peronismo. Luego de analizar el texto de Ortiz y Gutiérrez se desprende como objetivo de su trabajo, la necesidad de debatir sobre la ausencia y la necesidad de construir un modelo casi ideal que sea capaz de representar la arquitectura y su relación con la sociedad de la manera más acabada posible. Hay en ellos una poderosa voluntad dialéctica que intenta conciliar, aunque más no sea como ideal inalcanzable, opuestos culturales que emanan de la tensión EuropaArgentina. Todo el texto intenta estructurar sistemas objetivos que sean viables para conducir reflexiones, capaces de sostener los trazados preliminares de un modelo “a medida” para nuestro país. En el desarrollo del libro, la década del 40 y los siguientes 5 años de la década del 50 marcan una inflexión en la historia de nuestro país. El peronismo ingresa como un elemento no del todo previsto que hace imposible, de ahí en más, imaginar cualquier aspecto del país sin antes tener que lograr decodificar la lógica de este fenómeno social. Para Ortiz y Gutiérrez, el peronismo abortó o por lo menos pospuso unos 15 años el surgimiento de la arquitectura
2 GERMANI, Gino (1962), Política y sociedad en una época de transición, Editorial Paidos, Buenos Aires.
3 ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón (1972), La arquitectura en la Argentina: 1930-1970, En Revista Hogar y Arquitectura Nº 103 Madrid.
4 “Vivir cuarenta años con la personalidad dividida, sin una definición clara de carácter, es mucho para un país. Sin embargo, hemos aguantado; hemos sobrevivido; no nos hemos desintegrado. Quizá sea este un milagro argentino”, ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón, Op. cit., p. 5.
moderna como expresión oficial del Estado. El peronismo, inicia una nueva etapa, luego de que durante los 30´ las elites políticas e intelectuales comenzaran a tantear la construcción de nuevos modelos alternativos basados en la definición del ser argentino. Esta etapa, preocupada por definir una realidad explicativa del país, al que ve como expresión de un nacionalismo pujante, se concentrará en dos tipos de arquitecturas opuestas a la arquitectura moderna; y también arquitectónicamente hablando, opuestas entre sí. Ortiz y Gutiérrez las definen como, por un lado, una arquitectura monumentalista propia de los regímenes totalitarios fascistas, destinada a los grandes temas del estado y otra arquitectura rústica y pintoresca denominada estilo californiano asociada con la vivienda y con los equipamientos menores de tipo educativo, recreativo y asistencial5
En oposición, según los autores, la opción moderna que comenzaba a contemplar ya para fines de los 30 una visión respetuosa de las formas propias y la tradición del lugar, fue abortada por ser considerada expresión de lo antinacional. Para entender esto, es necesario, según los autores, desmadejar el complejo hilo conductor de los nacionalismos que se van sucediendo desde la década del 30, con las visiones antiliberales, cristianas e hispanizantes planteadas por personas como Cesar Pico6, la incorporación de los nacionalismos fascistas y la construcción final de un nacionalismo populista propio del peronismo. Estas corrientes políticas se encuentran superpuestas, dando lugar a conjunciones de discursividades que desde fuera de la arquitectura actúan como realidades heterónomas que condicionan la construcción del campo interno, alejándolo de una idea homogénea. Es por ese motivo que, en aquel momento, en la producción arquitectónica coexistieron y a veces se fundieron concepciones arquitectónicas y del proyecto de muy distinto origen. Desde la tradición académica de naturaleza ecléctica podrán coexistir herramientas de control formal derivadas de repertorios neogriegos, neoclásicos, neocoloniales, californianos, etc. Es a partir de esas opciones ya ensayadas por el gobierno desde antes del peronismo y en el peronismo
también, que, la arquitectura actúa desde la lógica de los historicismos del siglo XIX haciendo que los rasgos formales de determinados períodos históricos actúen como emblemas de los valores que representarían la argentinidad buscada por ese tipo de estado o gobierno.
Lámina 2: Baste observar la sucesión de edificios académicos que alegorizan distintas concepciones de argentinidad a partir de determinadas estilísticas: Palacio del Congreso, Vittorio Meano (1896), Casa de Ricardo Rojas, Ángel Guido (1927) y Hotel Provincial de Mar del Plata, Alejandro Bustillo (1937-1950).
Las posiciones adoptadas por algunos arquitectos que adhirieron a estas visiones políticas de argentinidad se presentarán como las opciones finalmente perdedoras que rivalizarán con tomas de posiciones variables de modernidad que entre 1930 y los primeros años de los 70 terminarán conquistando el campo interno de la producción arquitectónica.
Lámina 3: Los 4 primeros premios para el concurso para la Biblioteca Nacional (1962) permiten observar el extenso abanico de posiciones modernas: Primer Premio: Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga; Segundo Premio: Justo Solsona; Tercer Premio: Mario Soto y Raúl Rivarola; Cuarto premio: Mario Roberto Álvarez.
5 ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón, Op. cit., pp. 37, 41 y 43. 6 “Existe una sociedad supranacional hispánica, clima de convivencia de todos los españoles cis y trasatlánticos…”, ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón, Op. cit., p. 5.
Esta tergiversación de lo arquitectónico, denunciada por Ortiz y Gutiérrez, se presentaría imposible de superar, sin antes entender que existe en la realidad social argentina una tensión entre la Argentina-Europa y Buenos AiresInterior del país, que requiere inevitablemente un marco democrático capaz de dirimir o por lo menos
Lámina 1: Fundación Eva Perón, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1949) y Barrio Juan Domingo Perón en Saavedra, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1949).
suavizar el amplio espectro de luchas por definir una hegemonía discursiva de argentinidad en el campo externo. De este juego de posiciones tomaron parte no solo los peronistas; también los sectores liberales, conservadores, religiosos, socialistas, comunistas, etc. Es en este punto donde nuevamente se encuentran las visiones de Ortiz y Gutiérrez con la resultante del pensamiento de Gino Germani; lograr una realidad democrática en oposición a toda opción totalitaria. En palabras textuales de sus autores, refiriéndose a los conflictos de la segunda presidencia de Perón (Federico F. Ortiz y Ramón Gutiérrez, 1972), Los enconos, cuanto los intereses sectoriales, impidieron lograr la confluencia de estos postulados (soberanía económica, justicia social y defensa de las libertades públicas) y comprender la imposibilidad de obtener justicia sin libertad y libertad plena sin justicia7 (p. 35). En lo arquitectónico, lograr estos postulados implicaría alejarse de las estilísticas buscando un procedimiento proyectual más abierto, menos canónico y más crítico; capaz de articular la maraña compleja de imaginarios sociales que estaban en juego en ese momento. No consistía tanto en abandonar las ideas de argentinidad, sino mucho más, en hacer posible que las distintas concepciones fueran capaces de articularse redefiniendo el concepto mismo de modernidad. Es necesario aclarar que, en el esfuerzo por construir esta salida para la arquitectura, más relacionable con la tradición y a la vez más unida al mundo, a Ortiz y Gutiérrez les resulta muy adecuada la explicación que Germani hace del peronismo. Explicación en la que se construye una comparación analógica entre el peronismo, y el fascismo y nazismo europeos. Para Germani los componentes basados en el temor y en la sensación de no haber una salida democrática, son los que despiertan los sentimientos atávicos o mitos colectivos que terminan promoviendo y apoyando algún tipo de totalitarismo popular y nacionalista. En Alemania la opresión del pueblo alemán en manos de los judíos y por el otro lado la amenaza comunista. En Argentina la oligarquía explotadora de los humildes y también la amenaza comunista8. Ortiz y Gutiérrez complementan esta apreciación de Germani agregando dos mitos que actuaron como mitos reparadores. Por un lado, la idea de una Argentina inmensamente rica, el mito del cuerno de la abundancia; y por el otro el mito de una Argentina neutral que ya nada tenía que ver con el escenario mundial, del que podía darse el lujo de prescindir9. Luego Germani ve en estos regímenes la presencia variable de una buena dosis de irracionalidad. Este factor está muy unido a los imaginarios colectivos, los que no se rigen por la construcción moderna de una realidad racional. En situaciones extremas de temor y desorientación social la precipitación de estos
imaginarios puede llegar a conformar un factor de riesgo democrático. Esto ocurre cuando el mito desencadena la reacción irracional, el sistema democrático, o antes aún, los derechos y garantías ciudadanas se diluyen10 . Ortiz y Gutiérrez ven en esta cuestión la explicación del fracaso de toda opción de racionalidad arquitectónica, en pos de un exagerado expresionismo cargado de una figuración emblemática. Esas arquitecturas sobredimensionan su función simbólica a partir una realidad sustitutiva. Finalmente, Germani explica que existe un escenario de crisis en todo el mundo; pero que el problema fundamental no está en reconocer su existencia, sino en interpretarla. Esa crisis sin duda es la crisis de la modernidad, en la que los presupuestos modernos colapsan: la riqueza económica y el desarrollo tecnológico no resuelven las asimetrías sociales y ponen en crisis el ideal de igualdad, el mundo permanece en constante estado de guerra a pesar de haber abrazado los ideales modernos. De los tres ideales planteados en la Revolución Francesa, el que más se encuentra en crisis es el referido a la idea de Fraternidad; que no logra anclarse como discursividad efectiva. Con la crisis de las normas tradicionales el hombre, supuestamente moderno, tiene graves problemas para asumir su libertad de elección. En este contexto aparecen los reclamos sociales, que luego se consolidan en opciones totalitarias que, desde una actitud antirepublicana, proponen resolver estos tres problemas.
Ortiz y Gutiérrez, preocupados por llevar adelante una construcción dialéctica que requiere de opuestos, exageran respecto de la negación que el peronismo pueda haber hecho de la arquitectura moderna. De esta manera, bajo sus intenciones, los hechos que acompañaron al peronismo marcarían un diagnóstico histórico inequívoco que conduciría a una situación de Apocalipsis, la Revolución Libertadora del 55 y luego el frustrado intento de transición democrática. Según Ortíz y Gutiérrez, fue en este complejo proceso, entre avances y retrocesos democráticos, cuando la arquitectura moderna ingresó en la oficialidad. Pero esto, como lo demuestran varios autores posteriores, no fue así. Francisco Liernur, Anahí Ballent, Adrián Gorelik y Roberto Fernández entre otros, trabajan demostrando que el peronismo también incorporó elementos modernos, que, aunque no se desarrollaron con la misma intensidad de las otras arquitecturas, también formaron parte de la oficialidad. De esta forma se demuestra la existencia de un trasfondo más complejo y menos lineal, que Ortiz y Gutiérrez no llegaron a desarrollar. No deja de ser bastante sugestivo que en el terreno de la sociología pasara algo similar. Murmis & Portantiero11 primero, y
7 ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón, Op. cit., p. 35.
8 GERMANI, Gino, Op. cit., p. 243.
9 ORTIZ, Federico F. y GUTIÉRREZ Ramón, Op. cit., p. 29.
10 GERMANI, Gino, op cit, p. 245.
11 MURMIS Miguel y PORTANTIERO Juan Carlos (1971), Estudios sobre los orígenes del peronismo, Editorial Siglo XXI, Argentina.
luego Juan Carlos Torre12, demostraran que Germani no consideraba ni las complejas relaciones interclases que acompañaron al peronismo, ni el papel fundamental de las viejas estructuras sindicales, ni el sentido oportunista que acompañó la compleja negociación de Perón rumbo al poder. Esta realidad más compleja, signada por la coexistencia de posibles historias y la construcción de alianzas de clases, es la que desde la sociología Miguel Murmis & Juan Carlos Portantiero y Juan Carlos Torre desarrollarán, los primeros a inicios de los 70´y el segundo a inicios de los 90´. Ambos autores, formados en contacto con Gino Germani, le reconocerán su valor intelectual, pero solo para desarrollar nuevas explicaciones del fenómeno peronista, poniendo en duda varios supuestos germanianos y desde ya, alimentándose de las nuevas teorías neomarxistas, fundamentalmente del concepto de hegemonía de Antonio Gramsci y del concepto de alianza de clases del marxismo estructural.
En la búsqueda de los indicios de modernidad en el campo social:
La arquitectura moderna tuvo episodios razonablemente significativos en los dos primeros gobiernos del peronismo. Ortiz y Gutiérrez los consideraron secundarios, Francisco Liernur se concentrará en su libro, Trazas de Modernidad13, en objetivar esos episodios, explicar porque existieron y demostrar hasta qué punto fueron decisivos para explicar el cambio arquitectónico de la tradición estilística de las primeras décadas del siglo XX a una modernidad madura a partir de la década del 50´. Lo que implica un mínimo de variaciones en las estrategias de proyecto que según Liernur se produjo por medio de la inscripción de ideales de naturaleza socio-política impulsadas por el peronismo. Liernur decide comenzar su Capítulo XII, Buenos Aires 1948. Tristes subtrópicos: La juventud es voraz14, haciendo hincapié en el nuevo hábito contraído por los argentinos ya desde la década del 30 con el Plan Regulador para Buenos Aires dirigido por Carlos María Della Paolera: planificar. El peronismo hizo de esta actividad uno de sus más esmerados recursos: plan de cinco años, de seis y hasta de diez. Esta herramienta que permite establecer líneas de acción, es también la que fue aceptada en 1946 a partir de la designación de Guillermo Borda como secretario de Obras Públicas y Urbanismo de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires; y con él el Plan de regulación urbana para Buenos Aires a cargo de Jorge Ferrari Hardoy, basado en los lineamientos de Le Corbusier15.
A partir de este razonamiento que señala Liernur respecto de la planificación, surge un primer componente estratégico. Planificar será el primer puente entre el campo heterónomo representado por el poder público y el campo disciplinar de los arquitectos. La planificación será una estrategia capaz de articular ideales sociales seguidos por el peronismo con ideales de proyecto modernos a partir de las estrategias de proyecto disponibles. A partir del momento en que el Plan recibe un respaldo político, este se transforma en una estructura de referencia que justificará las luchas políticas de los arquitectos modernos por participar en él. En la interpretación de Liernur, las tomas de posiciones y estrategias desplegadas por algunos arquitectos activos en la implementación de distintas interpretaciones de modernidad, estuvieron afectadas por políticas que desde el gobierno peronista se conformaron como parte de la red del dispositivo moderno. La idea de traza, empleada en el título del libro, forma parte de las palabras que están históricamente entrelazadas con el dominio disciplinar del proyecto desde los albores de la Era Moderna: trazado, planta, planificación.
12 TORRE Juan Carlos (2006), La vieja guardia sindical y Perón, Editorial Eduntref, Buenos Aires.
13 LIERNUR, Francisco (2008), Trazas de Futuro, Editorial Universidad del Litoral, Santa Fe.
14 LIERNUR, Francisco, Op. cit., p. 341.
15 LE CORBUSIER (1930), Op. cit.
Lámina 4: Plan Director de Buenos Aires, Le Corbusier, Ferrai Hardoy y Juan Kurchan.
Es en definitiva la expresión específica de una herramienta de proyecto que permite trazar estrategias, un lenguaje específico para entendidos dispuestos a demandar un porcentaje de las decisiones en la construcción del futuro, o sea, de la modernidad. Enfrentando estas dos naturalezas discursivas, una moderna y si se quiere internacional, y otra peronista y de algún modo local. Los arquitectos modernos involucrados en el Plan para Buenos Aires, respondieron interpretando las estrategias de proyecto modernas presentes en el plan propuesto por Le Corbusier. En sus propuestas se tomaba partido por una interpretación de una argentinidad ArgentinaEuropa; que suponían Perón podía llegar a comprender y aceptar. En relación con estas demandas ejercidas por los arquitectos modernos y su mayor o menor eco en la clase política del peronismo, Liernur se encarga de dejar bien claro, que Perón no estaba solo. El poder que detentaba estaba unido a una red de relaciones complejas formada por actores con ideologías diversas; que entre otras cosas contribuyeron a desestabilizar el éxito del Plan corbusierano para Buenos Aires. Primero eliminando toda posibilidad de participación del propio Le Corbusier, autor intelectual del plan, y luego concretando la disolución del proyecto en 194916. Liernur explica cómo de este primer episodio de modernidad arquitectónica, es que se puede decir que aun cuando fue frustrado, quedaron huellas firmes en ambos campos. A pesar de este final signado por un peronismo antimoderno, lo que quedará del plan es su prestigio y algunas buenas intenciones que de aquí en más se limitarán a ser uno de los imaginarios técnicos
16 LIERNUR, Francisco, Op. cit., pp. 342 y 343.
más poderosos en la toma de decisiones urbanas que afecten a Buenos Aires. El plan se transformará en una especie de meta-planificación que será aceptada en forma parcial para definir con mayor o menor felicidad algunas intervenciones urbanas concretas como Barrio Sur, Barrio Catalinas Sur, Catalinas Norte, Plan Puerto Madero, los futuros códigos de edificación, etc.
Lámina 5: Aeropuerto para Buenos Aires, Amancio Williams (1945).
Lámina 6: Barrio Sur, Antonio Bonet, 1956-1957; Barrio Catalinas Sur, Nicolás Susta, Miguel Garrone y Estanislao Kocourek, 1962-1965.
Lámina 7: Catalinas Norte, Arquitectos del Plan Regulador: Eduardo Sarrailh, Francisco García Vázquez. Jorge Goldemberg, Odilia Suárez, Clorindo Testa, Itala Fulvia Villa, 1959-1962.
Lámina 8: Plan Puerto Madero, Corporación Puerto Madero, Juan Manuel Borthagaray, Carlos Marré, Pablo Doval, Rómulo Pérez, Cristian Carnicer, Eugenio Xaus, Enrique García Espil, Antonio Tufaro y Mariana Leidemann, 1992.
La modernidad urbanística y arquitectónica, primero impulsada por el peronismo y luego truncada, deja como estigma en la interpretación de la modernidad arquitectónica de los siguientes arquitectos una necesaria aproximación crítica. Aproximación que por fuerza debió volverse desconfiada y muchas veces de contraproposición; necesaria para interactuar con ese territorio social en el que la modernidad aún no ha sido alcanzada; y en el que los líderes políticos no serán del todo predecibles. Este episodio de tan solo tres años efectivos de proyecto moderno en el mundo de la oficialidad peronista, sin concreciones en el momento, sin embargo, afecta a la ciudad construyendo una influyente cartografía paralela. Estos hechos demostraron el papel decisivo que desempeñó el peronismo, quizás a pesar de él, en relación con la incorporación de la arquitectura moderna en el Estado. En el texto de Liernur la explicación de este problema funcionará como herramienta de refutación de las explicaciones de Ortiz y Gutiérrez. Liernur explica cómo en torno al Plan y el papel fundacional del mismo, que era obra intelectual de Le Corbusier, se construyó un campo en el que la lucha de poderes y tomas de posición oscilaba entre, por un lado las relaciones y la jerarquía que podían llegar a adquirir arquitectos argentinos como Ferrari Hardoy al inicio o Amancio Williams a posteriori, en relación con un Le Corbusier cada vez más demandante de su nombramiento como director del Plan; y por el otro, la aceptación política que podían llegar a tener estos mismos arquitectos en el gobierno peronista. Entre medio de esta lucha se desplegaban un número discreto de arquitectos nacionales e internacionales y políticos nacionales que intermediaban, equilibrando y desequilibrando el poder. Además de la lucha por el Plan y sus actores, Liernur explica como también estaban en juego para los arquitectos, oportunidades de reconocimiento internacional que podrían provenir principalmente de Le Corbusier y su papel protagónico en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM). También explica como en el campo heterónomo, para los políticos, el problema de la arquitectura y el urbanismo moderno no dejaba de ser una cuestión secundaria en relación con los objetivos políticos más asociados con logros cuantitativos que se podían medir en cantidad de metros cuadrados o cantidad de viviendas. Una vez aceptado que debía tomarse en cuenta la modernidad, aunque más no sea como imagen simbólica, para los políticos comenzaba una discusión extradisciplinar del valor simbólico de la arquitectura. Vale decir, si tal forma edilicia es referible o no a tales valores socio-políticos. Finalmente, el autor culminará exponiendo documentalmente en el apartado 7, titulado La ruptura17, un final en el que Le Corbusier rechazado por la dirigencia política abandona físicamente toda posibilidad de formar parte del campo
17 LIERNUR Francisco, Op. cit., pag. 367 a 374.
interno que interactuaba con el gobierno argentino. Le Corbusier decide cortar su relación con los arquitectos argentinos allegados al Plan, y por extensión con todo lo que implique argentinidad. A continuación, un fragmento de la carta que envía a Jorge Ferrari Hardoy (como se citó en Liernur, 2008):
…Señores Ferrari Hardoy, Bonet y Kurchan, no les oculto que desde 1929 -es decir 20 años- he pensado siempre que mi trabajo daría frutos en Buenos Aires y que esa ciudad podría convertirse en una prestigiosa Capital de los tiempos modernos. No serán ustedes, sin embargo, quienes realizarán esto, porque carecen de la envergadura necesaria.
Concluyo que si yo hubiera estado en el lugar de ustedes y a la edad que ustedes tienen, en la reunión del Consejo donde se expresaron ciertos juicios en relación a Le Corbusier, que ha sido para ustedes maestro y educador, me hubiese levantado y hubiera abandonado la reunión y hubiera vuelto a mis asuntos renunciando a la dirección del Plan.
He aquí lo que hubieran hecho personas honestas y con un poco de delicadeza. Ustedes me han sorprendido muy dolorosamente. Están preparando ustedes mismos la cosecha con su accionar, y será la cosecha de la debilidad y de la falta de coraje.
Les envío mis saludos de todos modos.
Ustedes son unos pobres diablos.
Le Corbusier18 (p. 371)
Continuando con este examen en paralelo, entre discursividades de proyecto y discursividades de origen, se ha encontrado particular relación entre el discurso de Francisco Liernur y la explicación sociológica de los inicios del peronismo que construyeron Murmis y Portantiero. La visión que Liernur tiene de las relaciones que se tejen entre los distintos actores del Plan está muy próxima del discurso de alianzas de clases planteado por Murmis y Portantieri. Liernur presenta a los diferentes arquitectos y políticos siempre sometidos a alianzas, muchas veces conflictivas. Las alianzas que se tejen entre arquitectos y actores sociales dan lugar a la aparición de tácticas y estrategias. Se define en ese momento una realidad compleja en la que existen nuevas posiciones tomadas. Las posiciones de los arquitectos modernos comienzan a afectar el espacio público, sentando las bases del inicio de una acción de idas y vueltas entre ambos campos. Las tomas de posición modernas dentro campo y las tomas de posición de agentes políticos y gubernamentales que en ese momento representan el poder público, ambas,
18 LIERNUR Francisco, Op. cit., p. 371.
modificarán drásticamente las futuras posiciones a adoptar por otros agentes en ambos campos. A partir de esa primera experiencia de modernidad truncada dentro del peronismo, se inicia una transformación irreversible en las relaciones que a partir de ese momento se entablarán entre arquitectos y esfera pública. De este modo queda explicitado cómo el racimo de problemas que han sido fijados en el modelo se vuelve vital: Capacidad de respuesta del campo disciplinar a las discursividades heterónomas, efectividad del arquitecto ante la diversidad de demandas, prestigio del arquitecto en el campo social, prestigio del arquitecto en el campo disciplinar, posibilidades de continuidad y ruptura en el campo disciplinar, nivel didáctico alcanzable y capacidad del arquitecto para moverse dentro de ciertos aspectos externos al campo disciplinar. Todos estos problemas están presentes en este momento crucial. Piénsese que los arquitectos involucrados debieron sostener un estatus quo que por sus diferentes creencias políticas y también en relación con el régimen peronista y su heterogeneidad ideológica, se ponía permanentemente al borde del colapso. Le Corbusier mismo en su accionar se presentaba muy variable en sus posturas ideológicas; por momentos socialista, por momentos muy próximo a la derecha. Probablemente adaptando su discurso al ritmo de las negociaciones. Ferrari Hardoy más próximo al socialismo terminó trabajando con el régimen peronista, Amancio Williams simpatizante intelectual del nacionalismo cristiano compatible con una fracción del cuerpo militar que hizo el golpe de estado en el 43´ (GOU) trabajó con un grupo de arquitectos dominantemente socialistas, otros arquitectos como los italianos que trabajaron en la Argentina, Luigi Piccinatto y Ernesto La Padula, simpatizaron y trabajaron para el régimen fascista de Mussolini. El peronismo reunió un amplísimo espectro de ideologías políticas, pero la arquitectura moderna a medida que se internacionalizaba también se diversificaba ideológicamente. Los mecanismos de lucha por el poder que regularon a Le Corbusier no fueron muy diferentes que los mecanismos empleados por Perón; ambos practicaron la alianza de clases en la búsqueda de una hegemonía. Por otro lado, Liernur, a diferencia de Ortiz y Gutiérrez, se aparta de la generalización. Liernur sabe y explica lo importante que es entender que el peronismo no era un peronismo. Esta cuestión es determinante para comprender las idas y vueltas ocurridas con el nombramiento de Le Corbusier. Los momentos de indeterminación política, reducidos a casi cero por Gino Germani, son profundizados y utilizados como una forma de explicación más compleja del fenómeno peronista por autores como Murmis y Portantiero y también Juan Carlos Torre. La compleja maraña de personas y grupos sociales, políticos y culturales que componían los sindicatos, en Germani son reducidos a la clase obrera migrante del interior de las provincias, mientras que en los otros autores se analiza con más detenimiento sus agrupaciones,
sus actores y sus negociaciones. De manera análoga, la arquitectura del peronismo es reducida por Ortiz y Gutiérrez a las arquitecturas monumentalistas propias de los regímenes totalitarios fascistas, destinadas a los grandes temas del estado y a las arquitecturas rústicas y pintorescas denominadas estilo californiano y asociadas con la vivienda y con los equipamientos menores de tipo educativo, recreativo y asistencial. De manera opuesta, Liernur se dedica a explicar que el peronismo era menos reductible, y agrega el episodio de la arquitectura moderna; sin por ello negar la existencia de los otros dos episodios mencionados por Ortiz y Gutiérrez. Se puede concluir que en ese lapso de tiempo lucharon por el control hegemónico del campo disciplinar tres estrategias de alianza entre discursividades heterónomas y discursividades de proyecto: arquitectos monumentalistas de tipo académico aliados con la concentración de poder político, arquitecturas populares de origen exótico aliadas con la realidad asistencial del peronismo y arquitectos modernos aliados con la planificación moderna de un país. Queda una pregunta que hace falta responder, ¿Cuál puede ser la razón que justifique rastrear un conjunto de esfuerzos fallidos? Normalmente los emprendimientos que no se concretan con éxito, suelen estar condenados al olvido. Sin embargo, en los casos en que las frustraciones del pasado siguen presentes adquiriendo la forma de desafíos en nuestro pensamiento, cobra sentido la exploración arqueológica, el esfuerzo de desempolvar y volver a reflexionar sobre lo sucedido. Esta es la razón principal que hace que Liernur en el 2008 vuelva a pensar una vez más un proyecto que a pesar de estar inconcluso, gobierna en parte los deseos y los temores que impulsan nuestras prácticas desde aquellos tiempos hasta hoy. La reflexión sobre el Plan de Buenos Aires, permite descubrir cómo se construyó una praxis compleja y activa que fue capaz de construir reflexiones y hábitos de modernidad en décadas de arquitectos en permanente interacción con la sociedad. En ese campo complejo, se verifica un constructo elaborado, que ni es sustitutivo, ni es obsecuente de nuestra realidad cultural. Iniciándose con el Plan la construcción de un palimpsesto19 espacial cuyo destino sigue siendo tensionar lo local con lo global; lo ideal con lo concreto20.
20 GARCÍA VÁZQUEZ, Carlos (2004), Ciudad hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI, Editorial Gustavo Gili, Barcelona.
El Plan conforma una estrategia hecha de herramientas de proyecto capaces de articular las discursividades de modernidad, unidas a estrategias de modernidad de pretensión universal por ser un producto de origen corbusierano y finalmente cohesivo y estructurante del campo disciplinar formado por los arquitectos argentinos. Es una parte visible que será tomada en cuenta, ya sea para aplicarla en forma literal o como en la mayoría de los casos sobresalientes para ser interpretada y discutida, pero nunca ignorada. Esta plataforma de despegue ineludible, es una de las que afectará la producción arquitectónica de las siguientes décadas con mayor intensidad. El episodio fallido del Plan, ha tenido importancia en la futura construcción de variaciones discursivas siempre inevitablemente referidas a esta primera adopción fallida de modernidad en el territorio público-estatal.
La historia entra en el mundo de las múltiples narraciones:
Roberto Fernández en su libro La ilusión proyectual: una historia de la arquitectura argentina 1955-199521 , nos presenta una lectura histórica que se aparta drásticamente de la concepción de la historia como un relató único. En su introducción nos explica cómo es posible escribir varias historias. O quizá, cómo es imposible integrar todas ellas en una única historia. Para sostener esta cuestión presenta la siguiente argumentación. Explica cómo los acontecimientos históricos que tradicionalmente se pueden ir hilvanando en determinados capítulos como la historia social, la historia política, etc., están a veces adelantados y otras atrasados, dando lugar a la ruptura de la noción de periodicidad tan importante para sostener un único discurso. Complementa esta cuestión explicando cómo existen en el devenir dos fenómenos contrapuestos:
21 FERNÁNDEZ, Roberto (1996), La ilusión proyectual: una historia de la arquitectura argentina 1955-1995, Editorial Mar del Plata: Universidad, FADU.
la reticencia al cambio como inercia tendiente a la conservación de ciertos hechos y conductas, y la anticipación como voluntad de proyección sobre el futuro a partir de ciertos hechos y conductas. Con la aceptación de la imposibilidad de integrar de manera natural, surgen narraciones históricas referidas a diferentes campos que, en el caso de lo arquitectónico, Fernández enumera cuidadosamente, para así poder iniciar en los siguientes capítulos sus historias críticas. Aunque nos deja ver, para evitar la mala interpretación proveniente de algún tipo de generalización, que esa enumeración puede llegar a ser bastante más extensa, aceptando un cierto nivel de indeterminación y condición provisoria en la cuestión. Señala por razones operativas la posibilidad de agrupar en historias más disciplinares e historias menos disciplinares o extradisciplinares. A partir de esta cuestión explica que, para la construcción de algún relato, y en este caso se refiere a relatos propios de cada sujeto narrador, es necesario trabajar con una actitud crítica que sea capaz de seleccionar, subrayar y recortar los hechos. Tratando de encontrar referentes teóricos que alimenten esta manera de ver la historia, y no teniendo citas de bibliografías referidas a esta cuestión, se parte de suponer que autores como Michel De Certeau en su texto La escritura de la historia22, Roger Chartier en su texto El mundo como representación: Historia cultural: entre práctica y representación23, entre otros, permitirían profundizar más en la concepción histórica de Fernández. Si en Liernur la estrategia más estudiada se relaciona con las alianzas, lo que en el modelo significa capacidad de respuesta del campo disciplinar a las discursividades heterónomas y prestigio del arquitecto en el campo extradisciplinar; en el estudio de Roberto Fernández se comprobará que la estrategia que más explora estará referida a las posibilidades de continuidad y ruptura en el campo disciplinar, el nivel didáctico alcanzable en cada discursividad y la capacidad del arquitecto para moverse dentro de ciertos aspectos externos al campo disciplinar. Por oposición, el texto de Ortiz y Gutiérrez enfrenta los avatares sociales desde el problema que para ellos es central; y que consiste en el prestigio del arquitecto en el campo interno.
Antes de iniciar sus historias críticas Fernández define tres hipótesis que serán conducentes en su trabajo. La primera hipótesis parte de concebir que el escenario de los arquitectos y sus producciones se mueve en un alto nivel de ambigüedad, muchas veces oportunista, ecléctico y signado por conductas adaptativas. La segunda hipótesis parte de concebir que la sociedad argentina, en particular la sociedad urbana, atribuye una dimensión cosmopolita a su cultura. En esta segunda hipótesis
22 DE CERTEAU, Michel 2006 (1975), La escritura de la historia, Editorial Universidad Iberoamericana, España.
23 CHARTIER, Roger 1999 (1988), El mundo como representación: Historia cultural: entre práctica y representación, Editorial Gedisa, Barcelona.
Lámina 9: Sucesión compleja de ampliaciones en el área central de Buenos Aires, entre el borde del damero fundacional y la situación actual del Río de La Plata. Mapeo realizado por el autor.
se examina la dimensión cultural que se encuentra involucrada en las discursividades provenientes de externalidades como el arte y la literatura en particular. La tercera hipótesis parte de concebir que la realidad política del país que se desea democrática, está minada de impaciencias y contramarchas que atentan contra la posibilidad de algún tipo de normalidad democrática24 Partiendo de las tres hipótesis, su texto se ordena como una sucesión de historias críticas que se clasifican en función de tres territorios: contexto de la profesión o la capacidad del arquitecto para responder a distintas demandas relacionadas con el poder público, los autores o la capacidad del arquitecto para responder a distintas demandas relacionadas con residencia y servicios sociales y las obras, y las ideas de los arquitectos entendibles como prácticas reflexivas entorno a las discursividades de proyecto desplegadas.
En relación con el primer territorio, el contexto de la profesión, considera cuatro ejes: la arquitectura y su relación con el Estado, la profesión del arquitecto, los concursos de arquitectura y la acción urbanística. Respecto del segundo territorio, el de las obras y autores, considera otros cuatro ejes: vivienda colectiva, vivienda individual, edificios para el equipamiento social y diseño de objetos. Finalmente, para el tercer territorio, el de las Ideas, considera tres ejes: la enseñanza, la difusión y el pensamiento.
Cuando se considera el modelo teórico empleado en el presente trabajo, se comprueba que los tres ejes propuestos por Fernández atraviesan el modo en que los arquitectos han contribuido en el desarrollo de un conocimiento proyectual. Luego de explicada la estructura y contenidos principales del libro de Roberto Fernández surge de manera clara, la relación entre su forma de concebir lo histórico y lo explícitamente expuesto por Juan Carlos Torre en el Prefacio a la segunda edición de su libro, La vieja Guardia Sindical y Perón – Sobre los orígenes del peronismo25, en esta segunda edición publicada 16 años después de la primera en el 2006. Juan Carlos Torre, a diferencia de las concepciones sociológicas de Gino Germani y de Murmis y Portantieri, construye un estudio histórico del peronismo. El autor establece una disquisición acerca del sentido histórico de su trabajo, partiendo de aclarar que su concepción de la historia se encuentra alejada de la concepción determinista y aceptando que la construcción histórica excede la visión materialista heredada del siglo XIX. Aclara al respecto, que la construcción histórica además de cargarse de la condición subjetiva del que la construye, excede la mera explicación de los hechos, incorporando también dentro de su sustancia el valor de la reflexión especulativa acerca de un cierto número
24 FERNÁNDEZ, Roberto, Op. cit., p. 7.
25 TORRE, Juan Carlos, Op. cit., p. 11.
de desenlaces no ocurridos; los que también tienen valor histórico26. A partir de esta manera de entender la historia es que cualquier fenómeno que haya ocurrido, peronismo o arquitectura moderna, cobra su verdadera trascendencia. Una trascendencia nueva que logra separar el episodio de la historia lineal, liberada de los autores que suelen realizar un esfuerzo negativo o de esterilización, al construir una relación demasiado directa entre los fenómenos y la interpretación de los mismos. Esa forma de proceder hace que la historia surja más como una consecuencia de la interpretación que como una reflexión sobre acontecimientos que eliminen toda otra interpretación; esterilizando la sustancia histórica. Esta forma de proceder está presente en la construcción histórica de Juan Carlos Torre, pero también de Roberto Fernández y Francisco Liernur. Se encuentra en consonancia con el mundo de los acontecimientos, los avatares y las marchas y contramarchas; que son enteramente habituales en nuestro mundo. Para Torre, Perón, los sindicatos, los militares, los industriales, los periódicos, las organizaciones, etc., todos ellos se encuentran sujetos a una indeterminación que pasa desapercibida una vez ocurridos los hechos. En el mismo prefacio, Torre señala esa indeterminación adoptando la siguiente definición (Torre, 2006), sobredimensionamiento del lugar político de los trabajadores organizados27 (p. 13). La noción de sobredimensionamiento implica un error de cálculos, ya que ignora la imposibilidad de controlar los hechos que gobierna el mundo de los acontecimientos. En Liernur esa indeterminación es aquella que hace que proyectos fallidos, como el Plan Regulador de Buenos Aires y sus actores, sigan determinando, lo mismo que en Fernández se correspondería con la imposibilidad de encontrar una periodicidad que permita construir o correlacionar los hechos de manera cristalina. Una vez establecido el supuesto, basado en el sobredimensionamiento de la clase trabajadora desde la década del 30, Torre despliega detalladamente los acontecimientos que lo explican. Paso a paso, capítulo a capítulo, desarrolla la madeja de opiniones, decisiones y acciones en manos de los principales actores del acontecer político. Todo esto ocurre en 7 años de la década del 40, capítulo por capítulo, hasta llegar al último capítulo en el que analiza lo que denomina, La disolución del Partido Laborista y la cooptación de la CGT. El origen del peronismo es para el autor, los orígenes del peronismo, que a su vez podría ser entendible como “las posibilidades del peronismo”. De la misma manera, para Roberto Fernández, la historia de la arquitectura es las historias no integrables en una única periodización de distintos aspectos, disciplinares y también extradisciplinares, que construyen un saber crítico. En relación con las anteriores explicaciones del peronismo, a partir de Juan Carlos Torre, se podría decir
26 TORRE, Juan Carlos, Op. cit., p. 12.
27 TORRE, Juan Carlos, Op. cit., p. 13.
que Germani construye su interpretación del peronismo apoyado sobre la explicación mítica que el peronismo construye de sí mismo. El centro de las explicaciones se ubica en esa clase de trabajadores migrantes que conducidos por Perón serían los protagonistas, para algunos del surgimiento de un nuevo orden, para Germani de la manipulación y el “dejarse manejar” de una clase irracional y en condiciones ideales para ser sometida a un totalitarismo filo-fascista. Germani actúa como un referente no explícito, pero sin embargo bastante influyente en la explicación que Ortiz y Gutiérrez hacen de la arquitectura en el peronismo. En líneas generales Juan Carlos Torre retoma la tesis de Murmis y Portantiero, pero para centrarse en una permanente reflexión sobre la fragilidad de las alianzas, verificando que la mayoría de las veces las alianzas ocurrían entre actores unipersonales; personas de carne y hueso que distaban mucho de poder ser absorbidas por una inevitabilidad histórica. La precariedad con que los acontecimientos ocurren opaca el esfuerzo objetivista de los autores anteriores. Esta precariedad de las alianzas se presenta expuesta en el estudio de Francisco Liernur, que titula el texto que se analizó: Buenos Aires 1948. Tristes subtrópicos: “La juventud es voraz”, en alusión directa al desenlace dramático de un juego de alianzas en el que Le Corbusier pierde28. Juan Carlos Torre, a diferencia de Juan Carlos Portantiero y Murmis, estructura un discurso histórico apoyado sobre actores de carne y hueso, su historia está unida a los individuos mucho más que la historia sociológica de raíz estructural parsoniana de Gino Germani y que la historia neomarxista más unida a procesos de lucha de poder aún abstractos planteados por Portantiero y Murmis. Juan Carlos Torre, el más contemporáneo de los tres autores, se autoexplica. Es consciente del sentido de la historia como un conocimiento social, que se entronca en la subjetivación del narrador.
Nos aclara el valor que tendrá entonces el poder seguir profundizando en aspectos abortados dentro del debate peronista que sin embargo no pueden ser excluidos y forman parte, por un lado, de la búsqueda histórica destinada a comprender el peronismo, y por el otro de aspectos que para el autor contribuyen a entender nuestro presente. Es necesario resaltar, volver a pensar en función de un presente aun no resuelto, aun emocionalmente involucrado con los acontecimientos del primer peronismo. Ese torbellino de “n” posibilidades es lo suficientemente importante como para desafiar la validez interpretativa y excluyente de los hechos finalmente acaecidos.
Reflexión final:
Algunos historiadores buscaron presentar el peronismo como una fuerza innovadora, un producto local de autogeneración espontánea que se pretendía auténtico, unido exclusivamente a la realidad del país, en lo posible separado de la decadencia urbana de la gran “Ciudad Puerto” y el viejo orden. Esta mítica nos hace imaginar una autoexplicación del peronismo en analogía con aquel momento de fervor nacionalista en que se creía posible alcanzar la identidad nacional. Entre esa imagen de identidad nacional que el tiempo demostró como un imposible y la imposibilidad de ver el peronismo como un caso genérico del populismo, es que deberemos reflexionar. De igual manera, debemos entender que la arquitectura moderna argentina estará impregnada de este particularismo antigenérico, que hará que los resultados no solo estén unidos a la región en términos físicos; sino también en cuestiones propias de la sociedad y entre varias de esas cuestiones, con los dilemas sociales y políticos dominantes de los últimos 80 años: democracia y golpes de estado, populismos e ideologías tradicionales, ideas de sociedad, concepciones de modernidad, etc.
28 “He visto los planos fijados por Reidy para el morro de Santa Teresa en Río de Janeiro y he protestado de manera amigable contra la manera impertinente en que mis planos son empleados sin que se haga ningún acuerdo conmigo. La juventud es voraz… Reclamo simplemente el mínimo reconocimiento por el trabajo ejecutado. No puedo más que repetir mis conceptos anteriores; cuento con usted para que llegue a un buen acuerdo. Espero verlo en Bergamo.” Aclara al pie Liernur: Carta de Le Corbusier a Ferrari Hardoy, 22.06.49. LIERNUR, José Francisco y PSCHEPIURCA, Pablo (2008), La red austral. Obras y proyectos de Le Corbusier y sus discípulos en la Argentina (1924 -1965), Cap. XII Buenos Aires 1948. Tristes subtrópicos: “La juventud es voraz”, Universidad Nacional de Quilmes.
TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA EN ARQUITECTURA: INTEGRACIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA LABOR DOCENTE
Arq. Moisés Crespo Unzueta
Docente investigador C.I.U.D.A.D. FADU-UPSA. Especialista en software CAD, modeladores paramétricos, herramientas BIM y diseño gráfico. Ha sido conferencista nacional e internacional participa en proyectos de investigación e innovación tecnológica.
Actualmente, desarrolla proyectos multidisciplinarios enfocados en la aplicación de Inteligencia Artificial, Metaverso, Realidad Virtual, Realidad Aumentada y recorridos virtuales 360°. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia-Departamental Santa Cruz (ANCB-SC), Miembro de RedDOLAC (Red de Docentes de América Latina y del Caribe), certificado como KNX Partner y Google Educator. Correo electrónico: moisescrespo@upsa.edu.bo Orcid: 0000-0001-8909-0636
Resumen:
En Bolivia, la enseñanza de la arquitectura ha reconocido la necesidad de modernizar sus métodos para enfrentar los desafíos actuales, donde las tecnologías avanzadas desempeñan un papel crucial. Este estudio responde a la necesidad de integrar herramientas tecnológicas en la docencia, con el objetivo de mejorar la calidad educativa y preparar a los estudiantes para un entorno profesional dinámico. El proyecto se centra en explorar cómo estas tecnologías pueden transformar la enseñanza en arquitectura, proporcionando a los estudiantes habilidades clave para su carrera futura. Además, promueve la innovación y la investigación académica mediante la incorporación de tecnologías avanzadas en el proceso educativo. La integración de la IA en la enseñanza de la carrera de arquitectura representa una oportunidad significativa para mejorar la calidad educativa y preparar a los estudiantes para futuros desafíos. Esta experiencia innovadora sugiere que es una estrategia efectiva para fomentar el aprendizaje activo y el desarrollo de habilidades relevantes.
In Bolivia, architecture education has recognized the urgent need to modernize its teaching methods to address the challenges imposed by the contemporary world, where advanced technologies play an increasingly crucial role. This study responds to the necessity of integrating technological tools into teaching to enhance educational quality and prepare students for a constantly evolving professional environment. The project's primary objective is to explore how these technologies can revolutionize architecture education, equipping students with essential skills for their future careers. Additionally, it seeks to foster innovation and academic research through the incorporation of advanced technologies in the educational process. The integration of AI in architectural education presents a significant opportunity to enhance educational quality and prepare students for future challenges. This innovative experience suggests it is an effective strategy for promoting active learning and the development of relevant skills.
Keywords: Architecture Education, Advanced Technologies, Educational Innovation, Active Methodologies.
Introducción
La arquitectura, como disciplina, se encuentra en constante evolución, influenciada por los rápidos avances tecnológicos y las exigencias de un mundo cada vez más globalizado. En Bolivia, la educación en arquitectura enfrenta el reto de adaptarse a estos cambios para preparar de manera adecuada a los estudiantes, dotándolos de las competencias necesarias para desarrollar en un entorno profesional en constante transformación. En este sentido la necesidad de actualizar los métodos de enseñanza dentro de la carrera es evidente, y la incorporación de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), se perfila como una solución viable para enriquecer la experiencia educativa y potenciar el aprendizaje de los futuros arquitectos.
Debido a la liberación masiva de ChatGPT a finales del 2022, la Inteligencia Artificial Generativa ha demostrado su impacto en diversas industrias, incluida la arquitectura. En el ámbito educativo específico de la carrera de arquitectura, la IA ofrece la oportunidad de guiar a los estudiantes en el desarrollo de habilidades clave, relacionadas con la exploración creativa y la colaboración efectiva con herramientas de IA. Este enfoque integrador no solo mejora la comprensión y retención del conocimiento, sino que también fomenta una participación más activa y un aprendizaje más comprometido.
Este artículo, titulado "Transformación Educativa en Arquitectura: Integración de la Inteligencia Artificial en la Labor Docente", se enfoca en la implementación de la IA en la enseñanza de diversas materias de la carrera de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FADU) de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), en Santa Cruz, Bolivia. La propuesta surge en respuesta a la necesidad de actualizar los métodos educativos para enfrentar los desafíos contemporáneos, contando con el apoyo y la visión de las autoridades académicas para proyectar y preparar a los estudiantes para un entorno profesional en constante cambio.
Marco Teórico
El Cuadro de Sobreexpectación (Hype Cycle) de Gartner es un modelo conceptual que describe las etapas típicas por las que pasa una tecnología emergente, como la inteligencia artificial (IA), desde su introducción hasta su adopción generalizada. Este ciclo destaca la evolución de las expectativas públicas y el uso real de la tecnología, identificando cinco fases principales:
Fase 1 - Lanzamiento: un potencial avance tecnológico pone en marcha las cosas. Las primeras historias de prueba de concepto y el interés de los medios de comunicación generan una publicidad considerable. A menudo, no existen productos utilizables y la viabilidad comercial no se ha demostrado.
Fase 2 - Pico de expectativas sobredimensionadas: la publicidad temprana produce una serie de historias de éxito, a menudo acompañadas de decenas de fracasos. Algunas empresas toman medidas; muchas no lo hacen.
Fase 3 - Abismo de desilusión: el interés se desvanece a medida que los experimentos y las implementaciones no se cumplen. Los productores de la tecnología se tambalean o fracasan. Las inversiones continúan solo si los proveedores que logran sobrevivir mejoran sus productos a satisfacción de los primeros usuarios.
Fase 4 - Rampa de consolidación: más ejemplos de cómo la tecnología puede beneficiar a la empresa comienzan a materializarse y a entenderse mejor. Aparecen productos de segunda y tercera generación de la mano de los proveedores de tecnología. Más empresas financian proyectos piloto, pero las empresas conservadoras siguen siendo cautelosas.
Fase 5 - Meseta de productividad: la adopción generalizada comienza a despegar y los criterios para evaluar la viabilidad del proveedor están definidos con mayor claridad. La amplia aplicabilidad y relevancia de la tecnología en el mercado está claramente dando sus frutos.
Bajo este modelo conceptual, muchas tecnologías relacionadas, como la Inteligencia Artificial Generativa, se encuentran en alguna de estas etapas. Por ejemplo, ChatGPT que fue liberada por OpenAI a finales del 2022 ha experimentado un Pico de Expectativas Sobredimensionadas con el auge de herramientas como GPT y DALL-E, y ahora está transitando hacia la Rampa de Consolidación, donde su adopción se vuelve
más realista y se enfoca en aplicaciones prácticas en diferentes sectores.
Las funciones de la inteligencia artificial pueden abarcar desde tareas sencillas, como la identificación de patrones, hasta otras de mayor complejidad. Según su capacidad, la IA se clasifica en tres categorías principales: IA débil (ANI), IA general (AGI) e IA fuerte o súper inteligencia artificial (ASI). Estas categorías se distinguen por el grado de autonomía y la complejidad de las tareas que son capaces de ejecutar.
IA débil, también conocida como IA limitada o estrecha, se especializa en realizar tareas específicas y no tiene consciencia ni comprensión general del mundo. Un ejemplo común es Siri o Google Assistant, que pueden responder preguntas o realizar tareas sencillas basadas en comandos predefinidos, pero carecen de la capacidad de aprender más allá de su programación inicial.
IA general es una inteligencia que posee la capacidad de realizar cualquier tarea cognitiva que un ser humano pueda hacer. A diferencia de la IA débil, la IA general puede razonar, aprender de experiencias previas y adaptarse a nuevas situaciones. Sin embargo, esta categoría aún no se ha desarrollado completamente en la práctica.
IA fuerte o super inteligencia artificial es una hipotética forma de inteligencia artificial que no solo puede realizar cualquier tarea cognitiva humana, sino que también tiene consciencia y autoconsciencia. Este tipo de IA aún es objeto de especulación y no ha sido logrado tecnológicamente.
Entonces dentro de esta clasificación, la inteligencia artificial generativa, como la utilizada en modelos de lenguaje avanzados como GPT (Generative Pretrained Transformer), se ubica dentro de la IA limitada. Aunque puede generar texto coherente, creativo y responder preguntas complejas, no tiene consciencia ni comprensión general del mundo. Se limita a producir resultados basados en patrones de datos entrenados,
por lo que sigue siendo una IA especializada en tareas específicas, aunque con un alto nivel de complejidad en su funcionamiento.
Inteligencia Artificial Generativa en la Educación
El uso de tecnologías avanzadas en la educación ha sido objeto de numerosas investigaciones en las últimas décadas, destacando su potencial para transformar y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. En el ámbito de la arquitectura, la integración de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial (IA), no solo facilita la comprensión de conceptos complejos, sino que también promueve la creatividad y la innovación en el diseño arquitectónico.
En el contexto educativo, la IA generativa ofrece la posibilidad de guiar a los estudiantes en el desarrollo de habilidades clave, relacionadas con la exploración creativa y la colaboración efectiva con herramientas de IA. De acuerdo con estudios recientes, la IA puede mejorar significativamente el rendimiento académico al adaptar los contenidos y métodos de enseñanza a las necesidades individuales de los estudiantes (Luckin, Holmes, Griffiths, & Forcier, 2016).
Metodologías Activas y Aprendizaje Basado en Proyectos
El aprendizaje basado en proyectos (ABP) es una metodología activa que promueve el aprendizaje a través de la realización de proyectos prácticos y realistas. Esta metodología es particularmente relevante en la carrera de arquitectura, donde los estudiantes deben desarrollar competencias técnicas y creativas para resolver problemas en diversos aspectos del proceso de diseño. El ABP se basa en la premisa de que los estudiantes aprenden mejor cuando están activamente involucrados en su propio aprendizaje y pueden aplicar sus conocimientos en contextos prácticos. La integración de la IA en el ABP puede potenciar esta metodología, proporcionando herramientas que faciliten la exploración y el desarrollo de proyectos arquitectónicos innovadores.
Tecnologías Avanzadas en la Arquitectura
La arquitectura ha sido una de las disciplinas más beneficiadas por los avances tecnológicos. El uso de herramientas como el software de Diseño Asistido por Computadora (CAD), el modelado BIM, el diseño paramétrico y la impresión 3D ha revolucionado la forma en que los arquitectos diseñan y construyen edificaciones. La IA, en particular, ofrece nuevas posibilidades para el diseño generativo, la simulación y el análisis de datos, permitiendo a los arquitectos explorar una amplia gama de soluciones de diseño de manera eficiente.
La tecnología avanzada disponible en la industria de la construcción ha reducido significativamente los tiempos de edificación. La prefabricación y la industrialización de elementos como losas, vigas, columnas, fachadas y recubrimientos han minimizado el trabajo realizado en el sitio, transformando la fisonomía de las ciudades con una rapidez sin precedentes.
La IA, definida como la capacidad de una máquina para imitar funciones cognitivas humanas como el aprendizaje y la resolución de problemas, ha demostrado su impacto significativo en diversas industrias, incluida la arquitectura. Además, las aplicaciones de la IA en arquitectura incluyen la optimización de procesos constructivos, el desarrollo de edificios inteligentes y la mejora de la sostenibilidad en los proyectos arquitectónicos. Estos avances no solo mejoran la precisión y la eficiencia del diseño, sino que también amplían las fronteras de la creatividad arquitectónica (Kalay, 2004).
La era digital ha transformado por completo el escenario en el que se desarrolla la arquitectura. Los procesos constructivos están superando límites insospechados, y los retos que presenta la revolución 4.0 se están cumpliendo, lo que se traduce en un crecimiento significativo en este campo derivado de las nuevas tecnologías.
Teorías del Aprendizaje y la Tecnología
Las teorías del aprendizaje constructivista, propuestas por autores como Piaget y Vygotsky, sostienen que el aprendizaje es un proceso activo y social, en el cual los estudiantes construyen su propio conocimiento a través de la interacción con su entorno y con otros individuos. La integración de tecnologías avanzadas en la educación puede apoyar este enfoque constructivista, proporcionando herramientas y recursos que faciliten la construcción activa del conocimiento. Además, el conectivismo, una teoría del aprendizaje más reciente propuesta por Siemens (2005), destaca la importancia de las redes y la conectividad en el aprendizaje en la era digital, subrayando el papel de la tecnología como facilitador del aprendizaje colaborativo y distribuido. Según Siemens (2005), en la arquitectura, la capacidad de utilizar herramientas tecnológicas avanzadas no solo mejora la precisión y eficiencia del diseño, sino que también permite a los arquitectos conectar, colaborar y aprender de una manera más efectiva, expandiendo las fronteras de la creatividad arquitectónica.
Impacto de la Tecnología en la Educación en Arquitectura
La incorporación de tecnologías avanzadas en la educación en la carrera de arquitectura tiene el potencial de transformar la forma en que se enseñan y aprenden
los conceptos de diseño y se realiza las investigaciones. Las herramientas tecnológicas no solo permiten a los estudiantes visualizar y manipular modelos tridimensionales, sino que también facilitan el análisis y la optimización de sus diseños en función de diversos criterios. Según Cuff (1991), la tecnología puede ampliar las capacidades creativas de los estudiantes de la carrera de arquitectura, permitiéndoles explorar soluciones de diseño más innovadoras y sostenibles.
Desafíos y Consideraciones
La transformación educativa en arquitectura, mediante la integración de la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas, ofrece una oportunidad significativa para mejorar la calidad de la enseñanza y preparar a los estudiantes para un futuro profesional dinámico y tecnológico.
Sin embargo, junto con los beneficios que estas tecnologías aportan, surgen desafíos que deben ser enfrentados. Uno de los principales obstáculos es la necesidad de desarrollar competencias digitales tanto en estudiantes como en docentes, para aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas disponibles. Además, es esencial que la tecnología se utilice de manera efectiva, evitando que reemplace la interacción humana y los métodos de enseñanza tradicionales. Encontrar un equilibrio entre el uso de tecnologías avanzadas y las metodologías pedagógicas clásicas es clave para maximizar el aprendizaje.
Otro reto importante es ampliar la capacitación y el soporte técnico, implementando programas de formación extensivos y continuos para estudiantes y docentes, con el fin de facilitar la adopción de estas tecnologías y adaptar metodologías pedagógicas innovadoras. Asimismo, es importante promover la colaboración interdisciplinaria para explotar al máximo el potencial de las tecnologías avanzadas.
Las instituciones educativas también deben invertir en la infraestructura tecnológica adecuada para sostener el uso de estas herramientas. Para facilitar la transición hacia el uso de tecnologías avanzadas, es recomendable adoptar un enfoque gradual, comenzando con proyectos piloto y expandiendo la integración tecnológica de manera progresiva. Esto permitirá ajustar las estrategias y abordar los desafíos específicos a medida que surjan.
Bibliografía
Cuff, D. (1991). Architecture: The Story of Practice. MIT Press.
Kalay, Y. E. (2004). Architecture's New Media: Principles, Theories, and Methods of Computer-Aided Design. MIT Press.
Luckin, R., Holmes, W., Griffiths, M., & Forcier, L. B. (2016). Intelligence Unleashed: An Argument for AI in Education. Pearson Education.
Siemens, G. (2005). Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age. International Journal of Instructional Technology and Distance Learning, 2(1), 3-10.
Primer Plano Regulador de Santa Cruz de la Sierra. Arq. Daniel Ramos Correas 1947-1948
Arq. Daniel Heli Osinaga Miranda
Arquitecto, graduado de la Universidad de Mendoza, Argentina en 1995.
Durante su carrera ha desarrollado paralelamente la práctica profesional, la docencia universitaria 1996 a 2025, la participación institucional y la investigación; desarrollando proyectos, consultorías, construcciones, encuentros, workshops sobre temas relacionados con la arquitectura, el urbanismo, diseño industrial, desarrollo de la creatividad, el patrimonio cultural, el paisaje natural-cultural y la ciudad en sus diferentes escalas. Docente investigador C.I.U.D.A.D. FADU-UPSA. Correo electrónico: danielosinaga@upsa.edu.bo
Introducción
En el presente trabajo de investigación se busca poner en valor el trascendental aporte del Arquitecto Daniel Ramos Correas al desarrollo urbano de Santa Cruz de la Sierra, así como destacar las gestiones administrativas y políticas del Dr. Osvaldo Gutiérrez y el rol del Ingeniero Ludovico Ivanissevich en la planificación de proyectos para el progreso de la ciudad. En el contexto de la década de 1940, Santa Cruz de la Sierra experimentaba un proceso de expansión y modernización que demandaba intervenciones en infraestructura básica como la provisión de energía eléctrica, agua potable, y sistemas de desagües, además de la pavimentación de sus calles.
Si bien estos aspectos de infraestructura habían sido abordados por el equipo de Ivanissevich, quedaba pendiente un proyecto de urbanización y un plan regulador que diera orden al crecimiento de la ciudad. Ivanissevich, quien había conocido el trabajo de Ramos Correas en Mendoza, reconoció en él al profesional idóneo para desarrollar esta tarea. En consecuencia, se gestaron una serie de intercambios de correspondencia entre Ivanissevich, Ramos Correas, y las autoridades locales, en los que se abogó por la realización de vuelos Aero fotogramétricos y el uso de técnicas innovadoras para establecer un esquema urbanístico moderno y acorde a las particularidades de Santa Cruz de la Sierra. Este plan regulador no solo buscaba ordenar el crecimiento urbano, sino también preservar la identidad arquitectónica y cultural de la ciudad, defendiendo su esencia y evitando que se convirtiera en una urbe genérica.
A través de esta investigación, se documenta el esfuerzo conjunto de estos visionarios y se evidencia cómo sus contribuciones sentaron las bases de un proyecto de desarrollo urbano integral y respetuoso del patrimonio de Santa Cruz de la Sierra. Este trabajo también representa un justo reconocimiento a quien propuso el diseño de la ciudad con anillos —llamados "cinturas" por Ramos Correas— y cuyo planteamiento urbanístico se conoce como el Plan Ivanissevich. Sería adecuado: “reconocer formalmente este proyecto como el Primer Plano Regulador de Santa Cruz de la Sierra del Arq. Daniel Ramos Correas 1947 a 1948”.
Quisiera expresar mi agradecimiento al Arq. Víctor Hugo Limpias, quien amablemente me puso en contacto con el Ing. Federico Rodríguez, hijo del secretario del Comité de Obras Públicas, Ing. Arquímedes Rodríguez. Gracias a la preservación de la correspondencia de este comité, hoy podemos conocer los detalles aquí documentados. También agradezco a Pablo Beckerman, hijo del exdecano de la Facultad de Arquitectura de Mendoza, Arq. Ricardo Beckerman, y actual encargado de la Biblioteca de la Universidad de Mendoza, quien encontró y me facilitó los planos que ahora podemos analizar.
Memorándum de 1904 - La Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, se funda el 1903. A la cabeza de Cristian Suárez Arana se elabora un documento con visión de País desde la Llanura. Fue dado a conocer en septiembre de 1904. Escrito por Plácido Molina Mostajo, Ángel Sandoval Peña y José Benjamín Burela.
En el momento de la redacción, la población de Santa Cruz de la Sierra era de 18.000 habitantes, de los cuales el 55% sabía leer y escribir: “Con una visión endógena, la intelectualidad cruceña de la época plantea el uso de la cuenca del río de La Plata, la integración de amplísimos territorios interiores para la construcción de un mercado interno y un estado nacional, contraria a la visión exclusivamente exógena de la oligarquía minera.
La pérdida del Litoral, dejó a Bolivia sin puertos al Pacífico. Volver al Atlántico traerá progreso, el progreso vendrá paulatinamente, se obtendrá con esfuerzo. Pedimos ferrocarril, porque tenemos derecho a pedirlo, no para beneficio del Oriente, sino para el bienestar de la República; porque nuestra conciencia y buena fe nos obliga a demostrar la verdad, Santa Cruz, septiembre de 1904.”
El petróleo acelera la revolución industrial y surge el supercapitalismo: En la última mitad del siglo XVIII, se desató en el mundo la fiebre del petróleo, era el “oro negro”. Inicialmente, se dio la producción y comercialización del querosén y, en 1910, con la aparición de los motores a combustión interna y automóviles, comienza la utilización creciente de las gasolinas y el diésel. La super empresa líder fue la Standard Oil de New Jersey, propiedad de Rockefeller, escoltada por otras dos Standard: la de New York y California, así como la gigante Anglo-holandesa Shell Royal Dutch; a ellas se unieron tres grandes más: la Brithis Petroleum, Texaco y Gulf Oil. En Latinoamérica, la Standard Oil y la Shell Royal Dutch habían penetrado en toda el área.
En Bolivia, la Standard Oil obtuvo una concesión en el oriente de más de 9 millones de hectáreas a lo largo de la faja subandina, la cual colindaba en el sur, por Bermejo, con su concesión en Argentina. En 1920 la compañía norteamericana “Standard Oil”, que obtuvo una concesión petrolera, inició una política expansiva para controlar la región platense, enfrentándose a la inglesa “Shell Royal Dutch”, que dominaba la boca del Río de La Plata. Presionó entonces sobre el gobierno boliviano para convencerlo de que la posesión del chaco podría proporcionarle su salida al mar a través de los ríos Pilcomayo y Paraguay, lo que lo compensaría de la pérdida de su litoral sobre el Pacífico.
Hostilidades: Los hechos de armas se iniciaron el 5 de diciembre de 1928, cuando fuerzas bolivianas atacaron los fortines Boquerón y Mariscal López. Una comisión de neutrales, reunida en Washington para estudiar un pacto de no agresión entre ambos países, logró la firma de un protocolo de conciliación el 3 de enero de 1929, el que evitó momentáneamente el comienzo de la guerra, pero no impidió que continuara la penetración boliviana en la región del chaco.
Inicio de la guerra: El 10 de mayo de 1933, Paraguay realizó la declaración formal de guerra a Bolivia.
Hans Kundt, militar alemán que lideró tropas bolivianas, llegó a Bolivia el 1911 para reorganizar el ejército. Intentó dividir a sus tropas para atacar a los paraguayos, pero su estimación de la posición del enemigo fue errónea. Kundt fue destituido por el general Enrique Peñaranda.
José Félix Estigarribia fue el principal conductor militar del Ejército paraguayo durante la Guerra del Chaco. Sus estrategias ofensivas permitieron a Paraguay recuperar territorio ocupado por Bolivia.
Finalización de la Guerra: Las arduas negociaciones del grupo mediador reunido en Buenos Aires y presidido por el canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, con representantes de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Estados Unidos, a la que se incorporaron los cancilleres paraguayo y boliviano, concluyeron el 12 de junio de 1935 con la firma de un protocolo ratificado en 1938, que dispuso el fin de las hostilidades sobre la base de las posiciones alcanzadas.
En 1937, el gobierno boliviano decretó la expropiación de todos los bienes de la Standard Oil, por haber infringido las leyes y no cumplir el contrato de concesión. Los hechos concretos fueron: la exportación clandestina de petróleo producido en Bermejo, Tarija, hacia la Argentina; defraudación de regalías e impuestos; incumplimientos en el abastecimiento nacional de combustibles y, el más grave, que durante la guerra con el Paraguay saboteó el suministro de combustibles al ejército nacional.
El teniente coronel German Busch que, como jefe de Estado Mayor, impulsó dos históricas medidas durante
el gobierno del Gral. Toro: La creación de una empresa estatal petrolera, que se denominó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), mediante Decreto Ley del 21 de diciembre de 1936 y la declaratoria de caducidad de las concesiones de la Standard Oil por Decreto del 13 de marzo de 1937.
Dionisio Foianini Banzer, boliviano del oriente, hombre con gran sentido de patria y visión hacia el futuro, a pesar de la presencia y gravitación del Paraguay en el río de su mismo nombre, consolida para Bolivia un triángulo con 48 km de costa soberana, fue uno de los puntales para que en la batalla diplomática entre 1935 y 1938 se conserve por todos los medios los campos petroleros al alcance de los paraguayos, en 1936 funda Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y en diciembre de 1938 las tropas del Ejército paraguayo se retiran a distancia prudente y Bolivia recupera su territorio.
El Dr. Dionisio Foianini revela que la recién creada YPFB fue el ejército de profesionales y patriotas que libró la última batalla, con la que Bolivia conservó las áreas petrolíferas en disputa. El enclaustramiento de Bolivia había producido la susceptibilidad del Paraguay que buscaría la nación boliviana la salida al mar por la Cuenca del Plata. Así se desencadena la guerra sin que las causas estén claras para ambos países. El astuto Dionisio Foianini indicó que, al retirarse la Standard Oil, el país debía importar petróleo por puertos del Pacífico y así se realizó el cese de hostilidades y se inició el sometimiento de ambos países a un arbitraje de derecho sobre el conflicto. Es aquí donde comienza la batalla por la línea final, donde los trabajadores de YPFB, en todo nivel, se lanzaron a la búsqueda de información de las zonas en litigio con presencia de petróleo. Este material permitió obtener una línea mínima, no sujeta a modificaciones, que fue enviada a la comisión reunida en Buenos Aires. La decisión de Germán Busch era inamovible, si no era aceptada “Reiniciamos inmediatamente las Hostilidades” según sus propias palabras. El 21 de julio de 1938 se produce el repliegue paraguayo, se recuperan 100.000 km2 a lo que hoy es la frontera, salvaguardando
el petróleo e iniciando la paz fraternal con el Paraguay, quienes por las gestiones personales de Don Dionisio Foianini cedieron de buena voluntad en el área de Bahía Negra del Río Paraguay, lo que hoy se conoce como el triángulo Dionisio Foianini y donde se encuentra Puerto Busch, nuestra única salida al mar con soberanía.
El teniente coronel Germán Busch Becerra promulgó la Ley de las Regalías Petroleras, también conocida como Ley del 11%, el 15 de julio de 1938: Esta Ley estableció que el 11% de la producción bruta de petróleo de cada departamento se destinaría a los tesoros de las circunscripciones productoras. Las compañías o entidades fiscales explotadoras debían depositar los fondos en los tesoros departamentales cada semestre. La Ley fue fundamental para el desarrollo y la modernización de Santa Cruz y el país en general.
Plan Bohan: fue un informe que recomendó el desarrollo económico de Bolivia, a partir de sus recursos naturales. El Plan fue elaborado por la Misión Económica Norteamericana, que llegó en diciembre de 1941 a Bolivia, liderada por Merwin L. Bohan y presentada en 1942.
El Plan Bohan se basó en las siguientes recomendaciones: Desarrollar la agricultura, especialmente en Santa Cruz; construir un sistema carretero, comenzando por la carretera Cochabamba-Santa Cruz, producir azúcar, arroz, trigo, algodón y lácteos, desarrollar campos petroleros probados, explorar nuevas áreas petroleras, construir ductos para el mercado interno y la exportación, redistribuir tierras a quienes pudieran explotarlas.
El Plan Bohan se considera un hito en la historia de Bolivia, ya que fue la primera propuesta formal para
desarrollo económico del país. Sus componentes: Corporación Boliviana de Fomento, ingenios azucareros, Banco Agrícola, carretera Cochabamba -Santa Cruz. El objetivo de la Corporación Boliviana de Fomento (CBF) fue de impulsar el desarrollo agroindustrial del país, que incluía la construcción de ingenios azucareros. Fue constituida como una Sociedad Anónima, para controlar la empresa y asegurar la recuperación de los empréstitos comprometidos al gobierno boliviano.
Ley de 1º de diciembre de 1943: Artículo 1º.- Para financiar las obras de agua potable, luz y fuerza eléctrica, pavimentación y alcantarillado en la ciudad de Santa Cruz, y obras públicas en las capitales de provincias del Departamento nombrado, se crea en calidad de fondos acumulativos, los siguientes recursos. (listado con 19 incisos). Presidencia de Enrique Peñaranda C.
Ley de 24 de noviembre de 1945: Artículo 1º.- De conformidad al artículo 8º de la Ley de 1º de diciembre de 1943, se crea en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, un Comité de Obras Públicas, para que intervenga en la ejecución, control y manejo de los recursos emergentes de la Ley mencionada sobre empréstito de ochenta millones de bolivianos (Bs. 80.000.000--), con destino a obras públicas de captación de aguas potables, luz y fuerza eléctrica, alcantarillado y pavimento en la capital Santa Cruz y provincias, y otros que se votaren y consignaren con el mismo fin u otras obras públicas de dicha ciudad.
Decreto Supremo N.º 786, Enrique Hertzog, presidente Constitucional de la República: Decreta designación de Ministro de Agricultura, Ganadería y Colonización al Dr. Osvaldo Gutiérrez, La Paz 14 de mayo de 1947. Dr. Enrique Hertzog presidente de la República, dio inicio a las obras del camino Cochabamba-Santa Cruz y el ferrocarril Yacuiba-Santa Cruz. Se acordó la conformación de la comisión mixta Argentina-boliviana, construcción del ferrocarril emergente del empréstito acordado por la Argentina a Bolivia de 600.000 pesos argentinos.
Dr. Osvaldo Gutiérrez Jiménez: Nació el 4 de junio de 1906 en Santa Cruz. Su niñez transcurrió entre Santa Cruz e Itaguazurenda. Cuando estaba en la ciudad, vivía en la casa familiar, ubicada en la esquina de las calles
Junín y 21 de mayo. Sus padres viajaron a Europa, se establecieron en Rue Saint Germain, en pleno centro de París. Durante su permanencia encargaron el diseño de la casona familiar que se construiría en la calle Junín, en Santa Cruz y también encargaron el diseño del mausoleo familiar, que se levantaría en el Cementerio General. Regresaron por Buenos Aires con un cargamento trasladado en una caravana, en la cual traían mobiliarios finos, un piano, cúpulas de plomo, mármol de Carrara, sanitarios de loza, vitrales y otros enseres de diferentes tamaños y usos. Al fallecer su señor padre, Osvaldo tenía 8 años. Contrató la madre Julia Jiménez al constructor yugoslavo, don Juan Knez para que desarrolle el proyecto de la casa familiar. La casa fue finalizada el 1917. La casa familiar era la más imponente y señorial de Santa Cruz. Tenía treinta cuartos, seis salas de baños con sus accesorios, y contaba con amplios salones de baile. Santa Cruz contaba con 25.000 habitantes y las casas no pasaban de lo que se conoce como el primer anillo. En la década de los años 50 la casona Gutiérrez fue vendida al Estado Boliviano. Primeramente, fue utilizada como un centro de salud, conocido como “La Sanidad”. Actualmente es el museo de Historia, dependiente de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.
Salió Bachiller del Colegio Nacional Florida el año 1924, a la edad de 18 años, e inmediatamente se fue a Santiago de Chile. Su hermano Adolfo de 25 años vivía allá. La madre falleció a los 58 años y este hecho afectó a Osvaldo Gutiérrez Jiménez, ya que era muy apegado
a ella. Se vio forzado a regresar, ya que ella le enviaba los recursos para sus estudios en Santiago de Chile. Se quedó hasta el 1928 y decidió regresar a continuar con sus estudios. Recorría todo el territorio chileno tomando fotografías profesionales a clientes. Las placas de las fotos las entregaba a una empresa británica con oficinas en Santiago, que las enviaba a procesar a Londres. Una vez que los retratos volvían procesados, don Osvaldo recorría nuevamente el país para entregar el producto a sus clientes y cobrar el saldo. Se graduó el 23 de noviembre de 1931 con el título de Químico Farmacéutico de la Universidad de Chile y se quedó a trabajar en Santiago como ayudante de farmacia. El año 1932 tuvo que regresar a Bolivia apresuradamente, porque estalló la guerra del Chaco, que enfrentó a nuestro país con Paraguay. En la contienda se peleaba por la tenencia de la zona donde justamente estaba la hacienda principal de la familia, Itaguazurenda. Llegó a Santa Cruz y se alistó en el ejército. Tenía 26 años, también se alistaron sus hermanos de 33, 30, 25, 21 y 18 años. El mayor no entró al ejército por ley de la República, el hijo mayor se quedaba a cuidar los bienes de la familia. Sin embargo, apoyó al ejército boliviano en labores logísticas desde la hacienda. Por su formación como farmacéutico, lo destinaron al hospital de Charagua. En el ejército no había médicos disponibles, así que a él lo ascendieron rápidamente de sanitario a teniente sanitario. Se desempeño como principal responsable del hospital durante los tres años que duró el conflicto. En 1935 el ejercito paraguayo tomó Charagua por dos días. El centro de comando de la operación lo establecieron en Itaguazurenda. El hermano mayor no se encontraba cuando llegaron los paraguayos, él estaba en el campo. Al atardecer llego y se encontró con que la hacienda había sido tomada por los enemigos. Entró a la casa y vio sentados, en la mesa larga del comedor, a varios oficiales paraguayos. En la cabecera había un oficial de alto rango, que curiosamente se parecía mucho a él. Se trataba de un capitán de apellidos Yegro Gutiérrez, quien era descendiente de un Gutiérrez que terminó asentado en Paraguay. Es muy posible que hayan sido parientes entre sí. Tanto el ejercito paraguayo como el boliviano arrasaron con todo lo que había en la hacienda, dejando pagarés, que a la fecha no fueron reembolsados.
Desmovilización, después de la guerra: Al terminar la contienda, Osvaldo Gutiérrez regresó a caballo hasta Caimbeti, una propiedad que había heredado de sus padres, y que tenía unas 800 cabezas de ganado. Como era de esperar, ya no quedaba ningún animal vivo ahí, todos sirvieron de alimento al ejército boliviano. Ni siquiera había pagarés para reclamar. Viendo el campo desolado, el decidió venderlo a los vecinos. Con el dinero de la transacción se fue a Santa Cruz.
En 1937 la farmacia Gutiérrez fue fundada, un 17 de abril. Era unipersonal y estaba ubicada sobre la calle 21
de Mayo entre Junín y Ayacucho. La farmacia se había convertido en poco tiempo en un negocio próspero y reconocido. Esta y la farmacia nacional de la familia Foianini eran los únicos establecimientos de preparación y venta de medicamentos en la ciudad de Santa Cruz.
En 1944 hubo cambios para la familia Gutiérrez. Fue nombrado diputado por la provincia cordillera, fue nombrado prefecto en el gobierno de Villarroel, renunció al cargo y se postuló para senador por Santa Cruz. En las elecciones del 1947 se eligieron a tres ciudadanos como senadores por el departamento de Santa Cruz:
El Dr. Bailón Mercado y el Dr. Osvaldo Gutiérrez por el partido liberal, junto al Dr. José Gil Soruco por el partido de la Unión Republicana Socialista. La posesión de dichos cargos fue llevada a cabo el 10 de marzo de 1947. En el Gobierno de Enrique Hertzog fue nombrado ministro de Agricultura, Ganadería y Colonización, el 14 de mayo de 1947, cuando el presidente recompuso su gabinete. La familia Gutiérrez se trasladó a La Paz.
Ing. Ludovico Ivanissevich: Este Ingeniero de origen croata nacido un 14 de febrero de 1889, llegó a Argentina con pocos meses de haber nacido. Se recibió de ingeniero civil con medalla de oro el 1910, de la Universidad de Buenos Aires. Inicia su actuación profesional en Mendoza, destacándose por las construcciones antisísmicas y el uso del ladrillo armado.
En 1915 Ingresa a Obras Sanitarias de la Nación, y como jefe de la Zona Cuyo dirige la construcción de redes colectoras de Mendoza y Godoy Cruz. También la provisión de agua de San Rafael, San Martin, Junín, Rivadavia, Tunuyan, San Juan y Jachal. En 1925 se convierte en superintendente general de irrigación de Mendoza y proyecta el embalse de Potrerillos. Desde el 1926 al 1940 fue director técnico de Obras Sanitarias de la Nación en Buenos Aires. En 1929, el presidente constitucional de Bolivia, Hernando Siles, creó la Junta impulsora para el servicio de agua potable en la ciudad de La Paz. El 25 de enero de 1930, se emitió un decreto supremo que fijó las atribuciones y el personal directivo
de la Junta Impulsora. Posteriormente se realizó el “Proyecto de mejoramiento de la provisión de agua a la ciudad de La Paz”, informe que fue presentado por el Ing. Ludovico Ivanissevich y publicado en 1930. El 1930 el Gobierno Boliviano lo contrata para proyectar la provisión de agua a la ciudad de La Paz. En 1937 es nombrado para inaugurar la cátedra de Ingeniería Sanitaria en la Universidad de Buenos Aires. 1940 lo contrata el gobierno Mendocino, dirige la modernización de obras de riego: Diques Cipolletti, T. Benegas, Alto Tunuyan, sistematización de riego de 4 ríos: Mendoza, Tunuyan, Diamante y Atuel. 1941 presidente del primer congreso argentino del agua 1947 al 1948 plan Ivanissevich para Santa Cruz de la Sierra. 1955 dique de Santa Fe, proyecto premiado multipropósito. Fallece el 1957.
Marzo de 1947 diario “El Universitario”, El Ingeniero Ludovico Ivanissevich: Comunicaciones del Ingeniero Arquímedes Rodríguez recibidas en la Prefectura del Departamento, para hacer saber el estudio de la provisión de energía eléctrica, aguas corrientes para la ciudad y sus contornos, desagües de cloacas y de las calles y pavimentación. Es decir, se trata de la urbanización de la ciudad y establecer el plano regulador de la misma, con las obras públicas a realizarse.
Vendrá acompañado de dos ingenieros civiles y un dibujante, con el instrumental indispensable para practicar los estudios y trabajos. Viene en comisión, el Ing. Arquímedes Rodríguez, que se ha empeñado como el Ing. Mora, en la realización de estos estudios, que, desde ya, tienen la seriedad y el prestigio profesional del Ing. Ivanissevich.
No es demás, que el público conozca la importancia técnica, profesional y docente del Ingeniero Ivanissevich: -Es especializado en hidráulica y ha sido catedrático de esta materia, en la Facultad de Ciencias, Exactas, Física y Naturales de Buenos Aires. Inspector General Técnico de Obras Sanitarias de la Nación; Ingeniero director de los estudios reguladores de los diques de los ríos Mendoza y Tunuyan, en esta provincia; donde se construyeron usinas eléctricas. Finalmente, en 1930, la Junta Impulsora de Aguas de La Paz (Bolivia), lo llamó para hacer los estudios respectivos, y en siete meses, dejó instalada la planta de purificación de las aguas y estableció un plan para la ampliación y provisión del servicio de aguas corrientes en la misma ciudad.
A grandes rasgos, tal es el técnico que esperamos y que en pocos días más, estará entre nosotros.
7 de marzo de 1947 diario “La Universidad”, Hacia una nueva urbanización de la ciudad de Santa Cruz, por Leonor Ribera Arteaga (vicepresidente de la “Sociedad de Estudios Históricos y Geográficos de Santa Cruz”).
Es ya innegable el rol trascendente que desempeña la ciudad en el curso de la historia de un pueblo, cuando se aprovecha su medio geográfico y propias características para convertirla en fuerza creadora de riqueza y de valores psicológicos y fisiológicos, ligados a la persona humana.
De ahí que me permita traer al seno de esta “Sociedad de Estudios Históricos y Geográficos”, la consideración de un importante tema bajo el título “Hacia una nueva urbanización de la ciudad de Santa Cruz”.
Pensamos que la transformación del medio físico en que se desenvuelve nuestra vida ciudadana es uno de los problemas de más palpitante actualidad en el terruño. Su solución es exigida, entre otras razones, por las siguientes:
a) Aumento de los servicios públicos y de la locomoción mecánica que ha intensificado la circulación y el tráfico.
b) Acrecentamiento de la población.
c) Necesidad de una organización urbana para la lucha contra las epidemias y enfermedades infecciosas; para la defensa militar y para la protección contra los agentes y fenómenos de la naturaleza.
d) Afluencia de corrientes inmigratorias.
e) Construcción de ferrocarriles que impulsarán a nuestro comercio e industria.
f) Centros nuevos que han de crearse de acuerdo con la reforma del régimen de vida social, como decir: construcción de barrios obreros, casas de beneficencia, etc.
g) Intensificación de la actividad constructiva.
h) Ubicación adecuada de escuelas, hospitales, cementerios, hornos incineradores, campos de deportes, provisión de aguas sanas y abundantes, avenidas, paseos públicos, etc.
i) Conveniencia de una aproximación mayor posible entre la vida natural o del campo, con la urbana.
Sentadas estas premisas, cabe reconocer que el plan de una nueva urbanización de la ciudad de Santa Cruz ha de contemplar las condiciones topográficas de nuestro suelo, su clima, ubicación geográfica, materiales de construcción, costumbres, desarrollo económico y social, todo ello sin perder de vista las proyecciones del hoy y del mañana.
Dos son los principios directores que, con sujeción a las normas de la moderna ciencia del Urbanismo, rigen la estructura del plan que se sugiere, Lo primero es la DISTRIBUCIÓN DE LAS DISTINTAS ZONAS DE POBLACIÓN, su subordinación y mejor emplazamiento, o lo que se llama la “organización económica de la ciudad”, y el segundo, es EL ENSANCHAMIENTO URBANO.
La organización económica de la ciudad no sería otra cosa, en realidad, que aplicar los postulados incontrovertibles de Durkeim, quien demostró los operativos de la especialización y de la división del trabajo o de la separación de las funciones en la vida moderna, a fin de que cada elemento tenga su lugar definido y se eviten los senderos inútiles y las pérdidas de tiempo.
El ensanchamiento urbano se vincula con las necesidades higiénicas, el bienestar social, la aproximación mayor posible entre el campo y la urbe, aumentando el número de parques y paseos públicos, es la evolución que se opera en tal orden, trata de transformar las ciudades en jardines para el desarrollo racional de los juegos y deportes de los niños, de los adolescentes y de los adultos.
Como la base de toda seria reforma urbanista en primer término, un plano regulador, habría que comenzar por este, para estudiar en vista de dicho trabajo todos los problemas relacionados con la nueva urbanización de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Aspecto que no será posible descuidar es el de la legislación social que ha experimentado notable desarrollo desde 1925 a favor del bienestar de los obreros, principalmente por lo que toca a las disposiciones sobre sindicalismo, zonas industriales, barrios del proletariado, inquilinato, etc.
Ligada nuestra época, en gran manera a la faz económica de los hechos, tiene que adelantarse fundamentalmente a los propósitos positivos y prácticos, que se persiguen con la iniciativa de referencia. Hay pues que disponer y organizar la ciudad procurando que cuente con todas las facilidades para dar salida a los productos de su agricultura y ganadería; permitiendo el desarrollo progresivo de las comunicaciones y medios de transporte; dando accesible entrada a las corrientes inmigratorias, ya que Santa Cruz ha de ser, a breve plazo, el punto convergente de todas las rutas continentales. Y lo será si consideramos, por una parte, la construcción de los ferrocarriles del Brasil y la Argentina, que nos comunicarán con el Atlántico y por otra, de que la conferencia Interamericana de Cancilleres de la Habana, declaró camino estratégico continental el ferrocarril Arica-Santa Cruz-Santos, que vinculará al Pacífico con el Atlántico.
Empero, habría que conciliar los propósitos positivos y prácticos a que nos referimos, con la conservación de nuestro medio original, sus tradiciones, patrimonio artístico y paisajismo, porque siendo la ciudad como si dijéramos el cuadro en que se forma el centro de una cultura, debe tener un alma y personalidad definidas. Debe tenerla, en efecto, no solo para estimular, con
singulares rasgos, la creación intelectual de sus gentes (arte, filosofía, etc.), sino hasta como recurso de atracción para el turista y el inmigrante.
Podemos decir que con la comisión de estudios que vendrá a Santa Cruz, presidida por el Ingeniero Ludovico Ivanissevich, para ocuparse de la provisión de aguas, pavimentación, luz y alcantarillado, se nos ofrece la oportunidad de encarar decididamente el problema de la nueva urbanización de nuestra ciudad. La ocasión es tanto más propicia si se tiene en cuenta que el Ministerio de Agricultura, ha propuesto al Comité de Obras Públicas de Santa Cruz, la contratación de los servicios de la Brigada Topográfica de dicho ministerio, que trabajaba en la zona de Cabezas y Abapó, para el levantamiento del plano regulador de nuestra ciudad.
Hechas estas breves consideraciones, el que os habla propone a la “Sociedad de Estudios Históricos y Geográficos”, lo siguiente:
1. Dirigirse a la Prefectura, Alcaldía Municipal, “Asociación de Ingenieros”, y Centro “Acción Cruceña”, pidiendo a estas instituciones que de común acuerdo procedan a sentar bases para ir hacia una nueva urbanización de la ciudad de Santa Cruz.
2. Pedirles que aparte de la Comisión de técnicos, encargada de presentar el respectivo anteproyecto, planos de conjunto y parcelarios, proyectos parciales relacionados con el fin propuesto (traída de aguas, electricidad, gas, vías férreas, teléfonos, etc.) se provean los medios para acumular, con toda amplitud, los materiales del caso, conscientes en los datos, sugerencias e informaciones que deban facilitar los médicos, abogados, paisajistas, economistas, historiadores y por cuantos quieran exponer sus críticas, sus observaciones y sus deseos en torno a tal necesidad.
3. Solicitar a la Alcaldía Municipal que, mediante sus respectivas secciones técnicas, forme, compile y publique en folleto especial, que debe difundirse lo mayormente posible, una legislación orgánica que dé normas científicas y estéticas para nuestra edificación, tipos de construcciones en cada zona y subzona, consultando nuestras propias modalidades de diversa índole.
Señores consocios: Por la vasta función pública que desempeña la ciudad en la vida moderna; por la estimuladora influencia que ejerce en sus habitantes según como esté organizada; por los múltiples problemas sociales que viene a resolver y, en fin, por ser ella un poderoso elemento coadyuvador de la historia y la geografía de un pueblo, interesémonos en que sea una realidad, lo más próxima, la nueva urbanización integral de la ciudad de Santa Cruz.
Plan Ivanissevich: Las gestiones realizadas por el Dr. Osvaldo Gutiérrez como Senador de la República por Santa Cruz y como Ministro de Agricultura, Ganadería y Colonización fueron estratégicas para el desarrollo urbano de Santa Cruz.
El 14 de abril de 1947 escribe una carta al ing. Ludovico Ivanissevich en calidad de Senador por Santa Cruz, donde solicita al citado Ingeniero su opinión sobre el relevamiento fotogramétrico y su procesamiento. Así mismo le pide una cuantía del volumen de cemento que se precisaría para los trabajos de pavimentación en Santa Cruz.
El 03 de mayo de 1947 el Ing. Ludovico Ivanissevich escribe agradeciendo las atenciones recibidas a él y a su esposa, mencionando a la esposa del Dr. Osvaldo Gutiérrez, a su retorno a Buenos Aires el 26 de abril. Sugiere que las fotogrametrías se realicen con la fuerza aérea boliviana y el procesamiento en Argentina. Con relación al volumen de cemento, la sugerencia es montar una fábrica de cemento cerca de la ciudad, ya que los caminos no son los adecuados para llevar más de 10.000 toneladas de cemento.
El Senador por Santa Cruz en persona había viajado a Buenos Aires a contactar e invitar al ingeniero Ludovico Ivanissevich para que desarrolle los proyectos para provisión de agua potable, alcantarillado, luz y fuerza eléctrica y pavimentación para el desarrollo de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en el marco de las leyes vigentes: Ley del 1º de diciembre de 1943, Ley del 16 de mayo del 1945, Decreto Supremo Nº 322, de 17 de mayo de 1945, Ley de 24 de noviembre de 1945 y Decreto de 24 de septiembre de 1946, dictado por la Excma. Junta de Gobierno.
El Comité de Obras Públicas de Santa Cruz estaba presidido por el Prefecto: Dr. Celso Castedo Barba, alcalde de Santa Cruz Don Héctor Suárez R., secretario departamental el Dr. Marcelo Terceros Banzer, Tesorero Departamental Don Rodolfo Wichtendahl, y el secretario el Ing. Arquímedes Rodríguez, quien resguardó toda las cartas y telegramas de los años 47 y 48 respectivamente.
El ministerio de obras públicas había aprobado el contrato para el encargo ingenieril, tema que se señala en carta que el Ing. Ludovico Ivanissevich responde al Ing. Arturo Auderut Barbeito el 20 de mayo de 1947.
El 21 de mayo de 1947 el ing. Ludovico Ivanissevich escribe al Arq. Daniel Ramos Correas una carta en la cual le informa que el Comité de Obras Publicas había aceptado la proposición de proyectar la planificación general urbana de Santa Cruz (confección de plan regulador) mediante pago de 10.000 pesos en moneda nacional (Diez mil pesos moneda nacional) por todo
concepto. Y al final le solicita que viaje a la brevedad posible y que le pida el adelanto que vea conveniente.
El Arq. Daniel Ramos Correas responde con un telegrama el 25 de mayo de 1947. Recibí su carta del 16 de abril último. Completamente conforme. Viajare brevedad posible.
Arq. Daniel Ramos Correas: nació en Talcahuano, Chile, el 12 de mayo de 1898. Era hijo de José Antonio Ramos, de nacionalidad chilena e Ingeniero en Minas de profesión y de Elcira Correas, perteneciente a una tradicional familia mendocina, directamente emparentada con Dolores Correas, esposa de Juan Lavalle.
Al fallecer su padre, con ocho años, se radica en Mendoza con su familia materna. Realizó la escuela primaria en el Colegio San Luis Gonzaga de Mendoza.
Curso el bachillerato en Santa Fe, en el Colegio de la Inmaculada y luego estudio en la Escuela de Arquitectura dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, recibiendo su título el 12 de febrero de 1925. Discípulo de los académicos Karman y Villeminot, fue dibujante de Gastón Mallet mientras estudiaba en Buenos Aires.
Sus dotes artísticas le permitieron, al volver a Mendoza, desarrollar su obra en variados estilos desde las iniciales obras historicistas y pintoresquistas (1924-1930), hasta las netamente modernas, a partir del 1945. En entorno suburbanos nunca abandonó el pintoresquismo, lenguaje que le permitió lucir un buen manejo en el uso de los materiales del lugar y el conocimiento de las condiciones bioclimáticas.
Su labor paisajística se desarrolló particularmente entre 1938 y 1943 cuando fue director de Parques y Paseos de Mendoza. La obra paisajística de Daniel Ramos Correas marca un hito en el tratamiento del paisaje en la región, tanto en escala urbana como en la regional.
Fue el promotor del Concurso Internacional para el Plan Regulador de Mendoza (1940), En 1944 viajó a Europa donde residía su hermana María Angélica y se establece un tiempo en París. Allí afirma y confirma sus conocimientos, los amplia y perfecciona. Se impone de las tendencias actuales de la época e incrementa su cultura en diversos aspectos.
En 1947 a 48, Ramos es contratado para el estudio del Plan de Urbanización, Ampliación y Verdes de Santa Cruz de la Sierra Bolivia.
Recibió en 1951 el premio “Ayuntamiento de Madrid” en la 1º Exposición Bienal Hispanoamericana de Arte por sus realizaciones paisajísticas en Mendoza (en Madrid).
En 1957 fue convocado por el Comité de Reconstrucción de San Juan para efectuar trabajos de paisajismo urbano y un plan de obras públicas.
Tuvo una importante participación en la creación de la División Mendoza de la Sociedad Central de Arquitectos (1953), que luego se convertiría en la Sociedad de Arquitectos de Mendoza.
Fue presidente de la Comisión Especial para el Planeamiento Urbano y Código de Edificación de la Ciudad de Mendoza (1959/61) y actuó interinamente como intendente municipal en 1963. En su carrera docente fue profesor y vicedecano, y uno de los fundadores en 1961 de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza, junto a Enrico Tedeschi. Esta experiencia didáctica de avanzada, creada sobre la base de las escuelas modernas de EEUU, sellaría una amistad de por vida con Tedeschi.
En 1965 recibió en Washington la distinción de Honorary Fellow del American Institute of Architects. Fue miembro fundador de la Sociedad de Arquitectos, Regional Cuyo y presidente de la Unión Argentina de Sociedades de Arquitectos (1963-1967).
Integrante de una familia tradicional mendocina, fue beneficiado por lazos sociales que le abrieron puertas y le otorgaron una posición de privilegio en la provincia, el país y también el extranjero. Su participación en los gobiernos conservadores (1938-1943) le brindó la posibilidad de acceder a la función pública como Director
de Parques y Paseos de la Provincia desde donde pudo realizar su mejor obra paisajística y además decidir en aspectos urbanísticos fundamentales de la época como el Plan Regulador (1940), creación del Centro Cívico, la remodelación de la Plaza Independencia, la ampliación del Parque General San Martín, el equipamiento del Parque O´Higgins y la revisión de la red primaria.
En el ejercicio liberal de la profesión trabajó durante décadas para la floreciente burguesía mendocina. Construyó las residencias de los padres y de los hijos, los locales comerciales de sus negocios, sus casas de renta, los chalets de fin de semana en el suburbio agrícola o en sus fincas vitivinícolas. A lo largo de toda su trayectoria, proyectó y dirigió numerosas obras religiosas: iglesias, capillas, conventos, asilos, monasterios, hasta un auditorio para su antigua escuela Jesuita en Santa Fe.
Ramos contribuyó con su prédica a la construcción de una “cultura del árbol” en las ciudades oasis de Mendoza y San Juan, promovió la valoración y el cuidado de la arboleda pública y la de los espacios verdes en un medio donde la vegetación es un bien escaso. Falleció en Mendoza el 9 de mayo de 1991.
Los ingenieros al mando de Ludovico Ivanissevich habían viajado a Santa Cruz y estaban desarrollando los trabajos referidos a provisión de energía eléctrica, provisión de agua potable, desagües cloacales, desagües pluviales, pavimentación. Pero no habían sido contemplados los trabajos de Plano regulador y Urbanización. Por lo que el mencionado ingeniero sugirió que el Arq. Daniel Ramos Correas sea contratado para desarrollar estos temas. Ivanissevich estuvo trabajando en Mendoza, donde conoció el trabajo del citado arquitecto. Por este motivo es que el Ing. Ivanissevich escribe el 16 de abril una carta explicando el trabajo a realizar.
El 28 de mayo de 1947 el Ing. Ivanissevich responde al Dr. Osvaldo Gutiérrez una carta del 23 de abril pasado. Felicitándolo por el nombramiento como ministro de Agricultura, Ganadería y Colonización. Y vuelve a mencionar el tema de los vuelos Aero fotogramétricos para elaborar los planos de la ciudad y menciona los planos de curvas de nivel que la Dirección Nacional
de Riegos realizó y menciona que la comisión mixta ferroviaria boliviano -brasilera precisaba esos planos de relevamiento de las pendientes de la ciudad.
Ese mismo día el Ing. Ivanissevich escribe una carta al señor Prefecto del departamento, Dr. Celso Castedo Barba, pidiéndole que insista en los vuelos Aero fotogramétricos que el Dr. Osvaldo Gutiérrez en calidad de ministro habría conseguido que se programen para ser realizados por la Fuerza Aérea Boliviana, ya que el LAB no los había podido realizar. Remarcando la importancia de los mismos para la ciudad y para la comisión mixta ferroviaria boliviana- brasilera.
El 10 de junio de 1947 escribe el ing. Ivanissevich al Dr. Osvaldo Gutiérrez en calidad de ministro. Para obtener las placas que el Lloyd Aéreo Boliviano tomó el 1946. O para que se prosiga con las gestiones para que la fuerza aérea boliviana realice los vuelos Aero fotogramétricos. También le agradece por las gestiones con relación a la fábrica de cemento, ya que el presidente Hertzog comprometió la ejecución. También le comenta del Arq. Daniel Ramos Correas, menciona que el urbanista llegó a Santa Cruz y que le informará periódicamente. Se despide enviando saludos de su esposa a la esposa del ministro y a sus hijos.
El 19 de julio de 1947, el Ing. Ludovico Ivanissevich escribe al Sr. Prefecto del departamento y presidente del Comité de Obras Públicas, Dr. Celso Castedo Barba: respondiendo a las atentas comunicaciones del 18 y 26 de junio, en las cuales los miembros del comité de obras públicas comentan la impresión favorable que les causó el urbanista Arq. Daniel Ramos Correas. Por la labor desarrollada hasta el momento. Quien se propone ir a Santa Cruz en el mes de septiembre nuevamente llevando algunos anteproyectos y trabajos de gabinete concernientes a su misión. Así mismo el Arq. Daniel Ramos Correas desearía que se determine con alguna seguridad el emplazamiento del nuevo Aeropuerto, ya que ha oído decir que se proyecta al norte de la ciudad. La precedente información le parece fundamental, porque sin perjuicio de los estudios definitivos que en este orden se concreten, en la oportunidad correspondiente, la ubicación de las vías del ferrocarril, se vincula con ese Aeropuerto del futuro, que por razones estratégicas le han dicho que se proyecta a construir del lado opuesto al existente. Menciona que el adelantó 3.000 pesos al citado Arquitecto. Y vuelve a mencionar el tema de las Aero fotogrametrías que la Fuerza Aérea Boliviana haría.
El 13 de agosto de 1947 el Ing. Ivanissevich escribe al señor Prefecto del departamento y presidente del Comité de Obras Públicas Dr. Celso Castedo Barba. Remitiéndole los análisis de agua del río Piray, aguas arriba de Santa Rita, del mismo río aguas debajo de Santa Rita, de la quebrada de espejos, del río Surutù, del río Güenda,
del Pozo de la Tenería de don Lino Banegas y finalmente del Pozo de la Cervecería Cruceña. Estos siete análisis se practicaron en el laboratorio de obras sanitarias de la Nación, entidad especializada en Argentina. Los análisis demuestran claramente la superioridad del agua del río Piray.
El 27 de septiembre de 1947 el Ing. Ivanissevich agradece al Ing. Francisco Mora, jefe de la Comisión Mixta Yacuiba-Santa Cruz, por las atenciones brindadas a un ingeniero que pasó por la ciudad de Yacuiba.
El 30 de septiembre de 1947 escribe el Ing. Ludovico Ivanissevich al señor Prefecto del departamento y presidente del Comité de Obras Públicas, Dr. Celso Castedo Barba. Agradece por los cheques recibidos y por los planos del Aeropuerto de Santa Cruz y la ampliación proyectada por Panagra –Empresa que administra dicho Aeropuerto– facilitado por la Gerencia General del Lloyd Aéreo boliviano, que serán entregados al especialista en temas urbanos, el Arq. Daniel Ramos Correas. Así mismo el citado Arquitecto espera las fotografías aéreas que le prometieron antes de su segunda visita a Santa Cruz. Él se refiere a un entendimiento que había establecido con el Comité de Obras Públicas y sugiere que se le cumpla.
El 31 de octubre de 1947 escribe el Ing. Ludovico Ivanissevich una carta al Arq. Daniel Ramos Correas, en la cual le comenta haber recibido del Prefecto y presidente del Comité de Obras Públicas una copia del plano general del Aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra, pero que aún no han llegado las fotografías prometidas. El Sr. Prefecto explica que hubo días nublados y con mucho viento, pero que se realizarán a la brevedad posible. Y que se sigue gestionando la obtención del equipo para la toma de Aero fotogrametrías de la ciudad. Compromiso asumido por la Fuerza Aérea Boliviana.
El 27 de diciembre de 1947, escribe una carta corta el Ing. Ivanissevich al Arq. Daniel Ramos Correas, en la cual indica que hasta la presente fecha no ha tenido noticias de las fotografías aéreas, pero que en una carta recibida el 25 de noviembre último, le comunican que ya hay 48 fotografías aéreas y que solo faltan las terrestres, para enviar el conjunto de las mismas. Finalmente le pide que le avise si le llegan las fotografías antes de que él se entere.
30 de diciembre de 1947, escribe una carta el Ing. Ivanissevich al ministro Dr. Osvaldo Gutiérrez. Comentando que las cotizaciones de fábricas de cemento portland solicitadas a Europa, estados Unidos y otros, precisan más tiempo, plazos exagerados y finalmente un proveedor de equipos italianos con capacidad de 80 a 100 toneladas diarias, le envío los datos como le envié al prefecto y presidente del Comité de Obras Públicas.
El 16 de enero de 1948, escribe una carta el Ing. Ludovico Ivanissevich al Prefecto Accidental del departamento, Don Ángel Monasterio. Acusando recibo de los negativos de las fotografías aéreas tomadas en Santa Cruz por un profesional contratado, cumpliendo la brigada aérea con lo comprometido. Estas fotografías las estuvo pidiendo reiteradas veces el Arq. Daniel Ramos Correas, para preparar dicho esquema fundamental del Plano Regulador de la futura ampliación y modificación de la ciudad. Sin definir el Trazado probable de las calles futuras, dentro de las zonas colindantes poco urbanizadas, no era posible completar los proyectos de las redes distribuidoras de energía eléctrica y agua potable.
El Arq. Daniel Ramos Correas me telegrafía que apenas reciba las fotografías que le he remitido, propondrá un croquis fundamental para que podamos terminar nuestro trabajo, y emprenderá viaje a Santa Cruz de la Sierra, como lo tenía prometido, para ilustrar al Comité de Obras Públicas y probablemente a la población misma, en alguna conferencia de divulgación sobre lo que él considera que debe constituir la “Defensa” de Santa Cruz.
Entiende efectivamente el Arquitecto Daniel Ramos Correas que el núcleo central de la parte céntrica, densamente urbanizada, de Santa Cruz de la Sierra debe mantenerse en lo posible, con un mínimo de modificaciones, porque tiene una característica propia y un sello individual y tan diferente de todas las demás ciudades de Sud América, que constituiría un verdadero crimen alterar esas condiciones de alguna manera considerable.
Todo esto será debidamente explicado con croquis y dibujos, por el Arq. Daniel Ramos Correas, pero en su esencia la idea central es como queda dicho: “Defender a Santa Cruz”, y tratar de que no se la convierta en una ciudad más de las tantas que pueden visitarse en Sud América sin características especialmente definidas.
30 de abril de 1948, escribe una carta larga el Ing. Ivanissevich al Prefecto del departamento. Se dirige a quien quiera que dirija el Comité de Obras Públicas y enumera las veces que se pidieron los vuelos Aero fotogramétricos para contar con planos reales. El antes Senador por Santa Cruz y después ministro de Agricultura, ganadería y Colonización, Dr. Osvaldo Gutiérrez medió para que la Fuerza Aérea Boliviana realice este trabajo. Durante la visita del Arquitecto Daniel Ramos Correas al señor Prefecto, realizó una exposición, sobre sus puntos de vista y agregaba: el pedido indispensable del levantamiento Aero fotogramétrico de la ciudad. Base aérea N.º 3 de Bolivia, o utilizar al instituto Aero fotogramétrico de Buenos Aires, O en último caso la comisión Mixta boliviano -brasilera. De todas maneras, el
Arq. Daniel Ramos Correas se propone emprender viaje a Río de Janeiro a mediados del próximo mes de mayo, para asistir a una convención Rotaria, que se llevará en esa ciudad y después seguirá a Santa Cruz de la Sierra el día 26 de mayo. Llevará copias de los diferentes planos que se han terminado hasta ahora y gran parte de la memoria escrita, para complementar la comprensión de dichos planos.
7 de mayo de 1948, escribe el Ing. Ludovico Ivanissevich al Prefecto Accidental, Sr. Ángel Monasterio. El Arq. Daniel Ramos Correas ha considerado muy imperfectas e insuficientes las fotografías que se le remitieron para que pudiese adelantar su trabajo; pero se ha servido de ellas a la espera de que se preparasen los relevamientos Aero fotogramétricos. De esta manera ha preparado el esquema fundamental de la urbanización de esa ciudad con varios planos que someterá a consideración del Comité de Obras Públicas durante su visita el 26 del corriente que durará cerca de una semana.
20 de mayo de 1948, escribe el Ing. Ivanissevich al Prefecto y presidente de la Comisión de Obras Públicas, Sr. Ovidio Santisteban. Referente al viaje del Arq. Daniel ramos Correas, aclara que llegará el día 25 de mayo y no el 26 como estaba programado.
21 de mayo de 1948, escribe el Ing. Ivanissevich al Arq. Daniel Ramos Correas, una nota dirigida al Hotel Regente de Río de Janeiro. En la cual le confirma que informó del adelanto de su viaje a Santa Cruz y le pide que solicite los planos Aero fotogramétricos cuando esté en la citada ciudad. Así mismo le envía unos planos terminados o casi por terminar de las ingenierías.
15 de junio de 1948 diario “La Universidad” publica con el título: Las futuras obras públicas urbanas de Santa Cruz serán grandiosas. El H. Comité de Obras Públicas, creado por la Ley de 24 de noviembre de 1945 para que intervenga en la ejecución y control de las obras de agua potable, alcantarillado, pavimentación y servicios eléctricos de Santa Cruz, tiene ya en su poder los planos terminados de dichas obras proyectadas por la comisión de estudios del ingeniero Ivanissevich, contratada por el Comité para efectuarse. Plano Regulador de la ciudad: El anteproyecto respectivo, ya aprobado por el H. Comité, puede ser consultado en la oficina de Obras Públicas.
5 de julio de 1948, escribe el Ing. Ivanissevich al Arq. Daniel Ramos Correas. Acabo de recibir del señor Prefecto de Santa Cruz fechada al 8 de junio de 1948 una nota en la que explica la citada autoridad, que una vez que el Comité de Obras Públicas escuchara las explicaciones del Arq. Daniel Ramos Correas, se acordó aprobar el Pre Plan de Urbanización y elevar al Ministerio de Obras Públicas los planos y demás antecedentes relativos a la provisión de energía eléctrica. Con referencia al
levantamiento Aero fotogramétrico de la ciudad y sus alrededores, pedido por Ud. y explicada su importancia, se pedirá el cumplimiento de la cláusula 5ta del contrato que tenemos celebrado y que los mosaicos Aero fotogramétricos serán utilizados. Le ruega finalmente que se adelanten los trabajos finales.
13 de julio de 1948, escribe el Ing. Ludovico Ivanissevich al Arq. Daniel Ramos Correas. Solicita se concluya con los elementos finales del Pre Plan y comenta que el Comité de Obras Públicas, decidió que se dé fin a los trabajos de nuestros proyectos, sin contar con el aporte de los planos Aero fotogramétricos, que han sido imposibles de conseguir en tiempo oportuno. ¿Le consulta si los postes de las luminarias de la plaza principal son los que el diseñó? Ya que en el diario “La Universidad” se publicaron detalles.
24 de julio de 1948 diario “La Universidad” publica El Comité de Obras Públicas de Santa Cruz: Con escepticismo el pueblo cruceño oye hablar de las proyectadas obras públicas que deben ejecutarse -algún día- en esta ciudad. Y este estado de ánimo es justificado, por cuanto que transcurren muchos años desde la financiación de los recursos destinados a la implantación de los principales servicios urbanos y la fase inicial -la de los estudios- aún no ha sido superada.
La contratación de los técnicos argentinos encargados de esta tarea preliminar constituyó un soplo de esperanza en nuestro decaído espíritu. El común de las gentes creyó que con el arribo de los ingenieros de la hermana República del Plata se materializaría ese supremo anhelo que abrigamos desde antaño los cruceños: contar con los más elementales servicios urbanos. Pero olvidábamos que el nuestro es un país de dificultades. Cuando se pidió el concurso de las Fuerzas Aéreas Nacionales para el levantamiento del plano Aero fotogramétrico de la ciudad, se adujo falta de combustible.
2 de octubre de 1948 diario “El Universitario” Del Ing. Arquímedes Rodríguez. Los estudios de las obras de mejoramiento urbano de Santa Cruz de la Sierra están totalmente concluidos y preparados los proyectos definitivos correspondientes de los cinco ordenes de obras que integran el plan de conjunto a saber: 1.-Provision de energía eléctrica, 2.- provisión de agua potable, 3.- Desagües cloacales, 4.- Desagües pluviales, 5.- Pavimentación. Y finalmente se ha preparado el Plano Regulador del ordenamiento urbano de Santa Cruz de la Sierra. A fines de mayo pasado vino a Santa Cruz el Arquitecto especializado en Urbanismo, Daniel Ramos Correas- colaborador de esta Comisión Técnica de estudios que preside el Ing. Ludovico Ivanissevich- Trayendo el Pre-Plan de Urbanización de la ciudad con el objeto de darlo a conocer a las autoridades y a los técnicos locales
para recoger las observaciones y sugerencias que el mismo pudiera merecer.
26 de octubre de 1948 diario “La Universidad”, El nuevo plan de Urbanización: Nuestros lectores, ya están informados por las ediciones anteriores de este Inter diario, del nuevo plan de urbanización que el Ing. Ivanissevich ha enviado dentro de los estudios que ha hecho el Arq. Daniel Ramos Correas. Se trata de modernizar nuestra vieja ciudad, adaptando lo actual y preparando las cosas para el porvenir con la llegada de los ferrocarriles de la Argentina y Brasil. Para entonces, que no está lejos, habrá mayor población, el ritmo de la vida será más rápido y activo, el volumen de las operaciones comerciales, será mayor; habrá varios bancos y muchas industrias. Nuestra ciudad en pocos años se habrá transformado y nuestra sociedad, habrá adquirido una fisonomía y una psicología nuevas.
19 de marzo de 1949 diario “La Universidad”, Estación Ferroviaria de Santa Cruz: Importante reunión realizada en el Ministerio de Obras Públicas, La ubicación de la estación en Santa Cruz tiene mucha importancia, fuera de que también debe considerarse a esta obra como una contribución al progreso urbano de la ciudad. Reunión importante: El Ing. Gumucio en su exposición dijo que la cabeza de la estación será ubicada en la avenida de circunvalación exterior del plano de urbanización de Santa Cruz, en una superficie apropiada al este de la ciudad y que tendrá una extensión de 1300 metros cuadrados, sin contar los terrenos adyacentes donde se construirán los patios de maniobras, galpones y barrio obrero ferroviario y cuya extensión abarcará 22 kilómetros cuadrados aproximadamente. Los ingenieros Eudoro Galindo, Julio Gumucio, Carlos Knauth y Luis Mendoza, concordaron plenamente, asimismo está de acuerdo el Senador Osvaldo Gutiérrez. En consecuencia, el señor Guillermo Gutiérrez Vea Murguía, ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, nos informó que, de esta manera, se ha llegado a un arreglo satisfactorio sobre la ubicación de la Estación Ferroviaria de la ciudad de Santa Cruz; asunto que, desde años atrás, vino hasta el presente sin ninguna solución y entendimiento favorable. (De “El Diario” de La Paz).
15 de noviembre de 1949 diario “La Universidad” Sesión del Comité de Obras Públicas. El Plano Regulador Ramos Correas y la Estación Central. Se puso a votación la aprobación del informe de la Comisión del Comité de Obras Públicas, para establecer la Estación de trenes, sin alterar el Plano Regulador Ramos Correas, fue aprobado por unanimidad.
Finalmente, fue votada la recomendación para convertir de inmediato en Ley el Plano Regulador del Arq. Daniel Ramos Correas, fue aprobado en sala, con el voto disidente del Dr. Salomón. A moción del Ing. Adalberto
Parada Suárez, se designó al Ing. Orlando Parada, Asesor Técnico del Senador Osvaldo Gutiérrez, personero del Comité de Obras Públicas de la Nación, cuando se discuta lo relativo a la ubicación de la Estación Central en el Plano Regulador del Arq. Daniel Ramos Correas.
Por último, se acordó transmitir todos estos acuerdos a la representación por Santa Cruz en las cámaras legislativas; al Ministerio de Obras Públicas; a la Comisión Mixta Argentino-boliviana y a la Comisión Mixta Boliviano – brasilera.
¿Laguna o Centro Cívico?, Dr. Rony Pedro Colanzi Zeballos: En el año 1950. Mediante resolución municipal, se quiso hacer un Centro Cívico rellenando la Laguna El Arenal. Además, se pensaba derrumbar los Templos de San Andrés y San Francisco, para la construcción de dos avenidas: La calle Cochabamba y su continuación por la calle Aroma. Los vecinos se opusieron, los políticos de turno y los párrocos de las iglesias. No permitieron que se llevara adelante el proyecto.
A continuación, se presenta el trabajo realizado por el Arq. Daniel Ramos Correas. Planos de Santa Cruz del 1947 y la propuesta aprobada para el Plano Regulador Ramos Correas el 1948.
Arq. Daniel Ramos Correas 1947 - 1948
Ampliación y verdes
Pensamiento:
Daniel Ramos Correas sostenía que se debería exponer en alguna conferencia de divulgación sobre lo que él consideraba lo más importante: Constituir la “Defensa” de Santa Cruz
Entiende efectivamente el Arquitecto Daniel Ramos Correas que el núcleo central de la parte céntrica, densamente urbanizada, de Santa Cruz de la Sierra debe mantenerse en lo posible, con un mínimo de modificaciones, porque tiene una característica propia y un sello individual y tan diferente de todas las demás ciudades de Sud América, que constituiría un verdadero crimen alterar esas condiciones de alguna manera considerable.
En esencia la idea central es como queda dicho: “Defender a Santa Cruz”, y tratar de que no se la convierta en una ciudad más de las tantas que pueden visitarse en Sud América sin características especialmente definidas.
Año 1947 Trazado urbano Comité de Obras Públicas
Año 1947 Curvas de nivel realizado por Dirección de Riego
Año 1947 Relevamiento realizado por el Comité de Obras Públicas en abril
Primer esquema propuesto por el Arq. Daniel Ramos Correas año 1947
Santa Cruz de la Sierra año 1947: Contaba con 35.000 habitantes
PRE PLAN DE URBANIZACIÓN DE SANTA CRUZ
Ampliación y verdes 1947
Una política general de urbanismo a seguir.
- Realizar una divulgación general del planteamiento a los habitantes -propaganda- realizar un código municipal completo.
- Densificar al máximo el caso comprendido dentro de la primer cintura con viviendas, comercio, institutos de enseñanza y artesanías.
- Desplazar las industrias situadas a menos de 1 km. de la 2da. cintura, hacia la zona industrial (método progresivo y dando facilidades).
- Desplazar los institutos de enseñanza media y superior mediante facilidades a darles.
- Prohibir nuevas industrias, establecimientos de enseñanza, bancos, etc. fuera de sus zonas.
- Rectificar calles, plantar, plantar, plantar.
- Saneamiento, electricidad, agua corriente potable, pavimento, teléfono, gas.
- No urbanizar, ni permitir a los dueños del casco realizar escuelas.
- Realizar urbanización completa de la zona A lotar y vender con casas, obras realizadas.
- Realizar urbanización completa de las zonas B y C, lotear y vender lotes.
- Reformar los parques.
- Abrir al crecimiento las zonas urbanas a urbanizar en la segunda etapa.
- Nuevo plan regulador.
Etapa cero o de ajuste: Organizar los usos.
Etapa 1 o de crecimiento: Rectificar calles, dotar de servicios básicos a la población
Urbanizar sector A, lotear y vender casa y lote – Urbanizar sector B Y C lotear y vender. Reformar parques.
Etapa 2 o de crecimiento: Abrir al crecimiento las zonas urbanas de la 2da. etapa.
Etapa 3 rediseño: Nuevo Plan Regulador.
Ampliación y verdes 1948
El Arq. Daniel Ramos Correas plantea un eje de 40 mts. De ancho que estructura la ciudad (hoy calle Cochabamba), conectando la estación Central que debía de definir su mejor ubicación, ya que dos líneas férreas llegarían a la ciudad. A un lado de la Estación Central planteó la ubicación del Estadio, junto a la citada estación, la Terminal de ómnibus. Atrás de las instalaciones la zona industrial, rodeada de verde y de áreas deportivas. Plantea un paso a desnivel subterráneo para que las vías del tren no interrumpan al flujo vehicular este – oeste. Al extremo norte del eje remata en su propuesta con un parque urbano, donde plantea el centro de gobierno. Recordando con este planteo a la zona de casa de gobierno planteada por él en Mendoza años antes. En el eje rinde homenaje a Ñuflo de Chávez con un lugar conmemorativo. Deja el área de la plaza principal y sus alrededores como el centro comercial y bancario. Preocupación expresa, la de mantener la esencia de la Santa Cruz que quiere defender del deseo de urbanizar sin mantener la identidad. Después del parque urbano, plantea una zona de reserva para un gran parque norte. Al este define y diseña unidades vecinales con áreas verdes y equipamientos de apoyo a las residencias. Define dos cinturas (lo que hoy llamamos anillos). Al oeste define el área Hospitalar y dos áreas más, una para un parque botánico, zoológico y futura ampliación de la zona universitaria y la ciudad universitaria con área de enseñanza superior. Al sur resguarda una franja muy grande para el futuro crecimiento del aeropuerto. Se definen áreas muy claras, delimitadas y con los equipamientos necesarios. La arborización de la ciudad fue planteada y se evidencia la búsqueda de lograr el uso del elemento verde al ver la propuesta desarrollada.
Diseño de Park-Way 60mts. / Avenidas 26 Mts. / Avenida de Paseo 40 Mts. Perfiles de Gran Avenida 40 Mts. / Carretera de Circunvalación 50 Mts.
Diseño de Artefactos Lumínicos para Plaza Ppal. de Santa Cruz de la Sierra
PLAN DE URBANIZACIÓN DE SANTA CRUZ Ampliación y verdes
Arq. Daniel Ramos Correas 1947-1948
FUENTE: Biblioteca de UNIVERSIDAD DE MENDOZA y elaboración propia.
Anexo
El arquitecto Daniel Ramos Correas, al diseñar el plan de urbanización para Santa Cruz, Ampliación y Verdes en los años 1947 - 1948, probablemente optó por una orientación del este hacia arriba en sus planos, en parte como reflejo de su formación académica sólida y su sensibilidad afrancesada. Esta elección de orientación no solo respondía a influencias culturales y espirituales de relevancia en la tradición arquitectónica, sino también a una conexión profunda con las raíces históricas de la planificación urbana y la representación geográfica, tal como se apreciaba en Europa. Ramos Correas, influido por una perspectiva académica afrancesada, buscaba integrar en sus diseños una estética de respeto por el simbolismo y la armonía espacial, lo cual incluía la referencia al este como dirección de renovación y esperanza. Este enfoque, visible en los planos urbanos, muestra su intención de conectar el desarrollo de Santa Cruz con valores culturales profundos, alineando la funcionalidad urbana con una visión de respeto por la tradición y el orden simbólico.
Su producción arquitectónica: (texto extraído de revista Summa N.º 226 BsAs junio de 1986, Daniel Ramos Correas: el oficio de 60 años de buena arquitectura –Silvia Cirvini de Ponte, Jorge Ricardo Ponte, arqs.)
Hasta la década del 20, o para ser precisos, hasta finalizar la Primera Guerra Mundial, Francia y en menor medida Gran Bretaña constituían los focos de irradiación cultural para la adopción de modelos, costumbres y actitudes. En lo arquitectónico el Academicismo francés y un repertorio ya normalizado del Art Nouveau configuraron las fuentes de las que se nutrían profesionales y usuarios. Pero la situación cambió con la finalización de la Gran Guerra. La Belle Apoqué pasó, Europa comenzó a dejar de ser centro de las miradas, las expectativas de progreso se habían etiquetado y, por primera vez en la Argentina, los sectores populares ejercían el derecho de participación plena en la política de la mano del radicalismo de Yrigoyen.
Mientras se enseñaban los órdenes clásicos según Viñola o el gusto por el Clasicismo francés, los más jóvenes adherían a las nuevas tendencias. En primer término, a la llamada “restauración nacionalista”, verdadero movimiento cuyo mentor ideológico, Ricardo Rojas, proponía en lo arquitectónico un retorno a los modelos hispánicos o hispanoamericanos. Antiacadémica, antiliberal y favorecida por el ascenso del radicalismo al poder, esta nueva corriente aportaba un enfoque. En segundo término, estaba el Missión Style, combinación ecléctica de tipos coloniales españoles que tuvo origen y difusión en California (San Diego, San Francisco) a partir de 1914. Esta tendencia se difundió ampliamente luego en nuestro país con el nombre de “estilo californiano”. Y finalmente el Art Deco, corriente eminentemente
decorativa y ornamental, resultado del manejo geométrico de los planos. Tuvo gran difusión después de la Exposición de París de 1925 (de Arts Decoratifs et Industrielles). Tanto los viajes de la burguesía argentina a Europa y a EEUU. (nuevo centro de atracción cultural) como el cine, influyeron notablemente en la difusión del californiano y del Art Deco. Ramos Correas, egresado en 1824, adhirió a los tres. Discípulo de Rene Karman y de Villeminot, sus maestros no consiguieron, sin embargo, comprometer su obra con el Academicismo francés. Tampoco realizó este tipo de arquitectura oficial –monumental, imponente y triunfalista y que proliferó en la Argentina entre 1935/1950. En su obra, por lo tanto, pueden distinguirse tres periodos con características particulares:
1. Entre 1924 y 1930, que podríamos llamar “historicista – pintoresquista”
2. Entre 1930 y 1945, “lo paisajístico”
3. Entre 1945 y 1980, “lo moderno y contemporáneo”
Su accionar arquitectónico estuvo caracterizado por la adopción de una u otra tendencia por cuestiones de buen gusto o de moda. Su actitud es más bien la de un artista antes que la de un técnico o un teórico.
En el primer periodo adhirió a las más variadas corrientes del historicismo. Fue también la época de las grandes residencias (casa Arenas) y de la arquitectura monumental urbana que le diera prestigio por más de medio siglo (“Mercantil Andia”, ex Teatro Avenida, prácticamente demolido). En vivienda – realizó muchas en este periodo – afirmó el gusto local por el chalet, consiguiendo con la síntesis pintoresquismo + historicismo los mejores resultados. Así trabajó en Renacimiento español vertiente neoplateresca (casa Arenas); en estilo vasco (chalet Moyano, actual Consulado de Chile) y en versiones muy particulares de Neocolonial (casa López Frugoni y la de Francisco Gabrielli, o Tudor casa Gutiérrez 365). También utilizó en esta época el Art Deco como repertorio formal de moda y buen gusto. Asociado a los nuevos valores de confort, al uso de nuevos materiales y respondiendo a las expectativas de modernidad ya vigentes, fue la tendencia utilizada en los edificios para negocios, oficinas y departamentos (San Martín y Catamarca, Lavalle y San Martín, Las Heras y avenida España, etc.). En esta primera etapa Ramos Correas hizo gala de sus dotes de dibujante y su pasión por “lo ornamental”. Suele recordar aun hoy como realizaba con arcilla, en tamaño normal, los moldes para pináculos y la crestería zoomorfa de la “Mercantil Andina” y de la casa Arenas. (En su época de estudiante en Buenos Aires y siendo dibujante de Gastón Mallet realizó en escala 1:1, las columnas torneadas de la monumental escalera del chalet normando Atlántida de Carlos Dosse – ya demolido – sobre el Boulevard Marítimo en el Mar del Plata).
Su segundo periodo (1930/1945) va a estar signado por el viaje y estancia en Europa, donde por ese tiempo se sentaban las bases del International Style. A su regreso, advertimos algunos cambios en el campo de sus intereses y, fundamentalmente en su actitud profesional. En primer término, abandona definitivamente el historicismo que tanto prestigio le había aportado a su obra y adhiere muy prudentemente al Movimiento Moderno, aunque limitado a tipologías urbanas no residenciales; son de esa época la actual liga contra la
Tuberculosis y el Centro de Almaceneros, Minoristas y Anexos. Pero es esta, esencialmente, la época de sus grandes realizaciones paisajísticas, las cuales absorben toda su atención y en las que vuelca su creatividad. Nunca abandonaría el pintoresquismo en entornos suburbanos (chalets, clubes, construcciones del Parque), ya que muy simplificado en aspectos formales y evidenciando un buen manejo de los materiales del lugar y de las condicionantes bioclimáticas.
Una tercera fase es la que desarrolló a partir de 1945, los últimos treinta años de su vida profesional. La producción de Ramos Correas de arquitectura contemporánea es prolífica y variada, heterogénea y valiosa. Difundida la producción y postura de los grandes maestros y consolidados sus principios, esta arquitectura de alcance ecuménico tiene consenso y aceptación generalizada. Nadie esperaba una respuesta historicista para la Catedral de San Juan (aunque el
campanario recuerde un campanile). Son de esa época las numerosas obras de arquitectura escolar que realizará primero en Salta y los Valles Calchaquíes y luego en San Juan. En esta provincia fue contratado por el Comité de Reconstrucción para la realización de obras arquitectónicas y urbanísticas (puesta en valor de la Casa Histórica de Sarmiento, construcción de la Dirección Provincial de Turismo, escuelas- en número de veinte-, la Catedral, reestructuración de los espacios verdes, plazas,
etc.) En Mendoza realizaría el edificio de la Dirección General Impositiva (1956) en el predio contiguo al de la “Mercantil Andina”, su antigua obra. En su tercera y última etapa profesional ya no hace residencias particulares. Este tramo se caracteriza por estar imbuido de una austeridad formal casi extrema, rayando en lo ascético, relacionada sin duda, con un aislamiento suyo de la vida social activa. De profunda fe religiosa, dedica mucho de su vida profesional a colaborar con obras pías. Así proyecta y construye al Asilo de Mendigos San Vicente Paul, el convento de las Dominicas, San Nicolás y la Catedral de San Juan. Naturalmente, el consenso popular de su última producción no ha sido el de su etapa
pintoresquista a la que se lo asocia recurrentemente. Este cambio no advertido, ha sido en cambio valorado por un lector más entrenado.
En términos cuantitativos su obra arquitectónica, fuera de la paisajística y de la que está inserta en estos conjuntos, adquiere el siguiente volumen – al menos la identificada -, 54 viviendas; 8 edificios para departamentos; 29 edificios de tipologías varias (tiendas, clubes, arquitectura religiosa, escuelas, dispensarios, etc.; 7 edificios en otros sitios del país, más de 40 escuelas (San Juan, Salta, Valles Calchaquíes). Total, aproximado: 140 obras.
Ramos Correas en la Dirección de Parques, Calles y Paseos de la Provincia:
Durante la gobernación del doctor Rodolfo Corominas Segura se efectiviza el nombramiento en el cargo del director de Paseos Públicos del arquitecto Daniel Ramos Correas ya que dicho “profesional especializado” había presentado un plan orgánico de mejoras por introducir en el Parque General San Martín. Dicha planificación, según el Ejecutivo: (…) “satisface su aspiración de embellecer y mejorar el parque General San Martín y Cerro de la Gloria, ampliando y completando el trazado primitivo, emplazando obras nuevas que permitan hacer del Parque un lugar de gran belleza, no solo por el paisaje y la vegetación, sino también por su aporte a la cultura artística y deportiva. (…) “Que, al plantearse un parque, se debe concebir la realización de una obra que se acerque lo más sencillamente posible a la naturaleza, dando al visitante la impresión de hallarse ante ella y todo aquello que se incorpore debe guardar armonía y belleza que no desvirtúe el concepto básico. Que no obstante ello, se ha carecido de un verdadero plan regulador que llevara a la práctica esta concepción, haciéndose necesario, por lo tanto, completar el plan original sometido previamente a un estudio detenido y metódico para la armonización de las diferentes mejoras de que se hace pasible el Parque General San Martin, a fin de que ofrezca no solo una mayor belleza y atracción desde el punto de vista artístico, sino también su incorporación y a la ciudad sin transición violenta” (…) Diario Los Andes, Mendoza, 21/3/1940.
El Memorial construido con piedra local, luego de la intervención de la Dirección de Parques, calles y paseos
Fuente: MEOPyR, 1941.
El monumento a la gesta sanmartiniana en elaboración en el taller del escultor Juan Ferrari, 1910c.
Fuente: AGN.
Caminos del Cerro de la Gloria, luego de la intervanción de DRC
Fuente: MEOPyR, 1941.
La gestión de Ramos Correas significará la más importante refacción y remodelación del Parque trazado por el arquitecto Carlos Thays desde su creación en 1896.
Del ambicioso plan de veintidós puntos presentados al Ejecutivo, se concretaron, por citar los más importantes: teatro al aire libre “Pulgarcito”; inicio de la construcción del Teatro Griego (actual Frank Romero Day); traslado del jardín Zoológico, de las inmediaciones de la Rotonda a la ladera este del Cerro de la Gloria; reformas al pie del monumento al Ejército de los Andes en el Cerro de la Gloria; construcción del recinto para ofrendas en el camino al monumento; reformas en el acceso al Parque (inmediaciones de los portones y levantamiento de las balaustradas de cierre sobre Boulogne -ser-Mer);
perquisición de la zona comprendida entre Avenida del Libertador y la actual Carlos W. Lencinas, al norte del trazado original.
Plaza San Martín, Monumento, 2010
Croquis del espacio central proyectado por DRC para la plaza Independencia
Croquis del proyecto para el Memorial Sanmartiniano
Fuente: Archivo DRC (FADU-UM).
Fuente: AHTER, INCIHUSA CONICET.
Fuente: Archivo AHTER.
Foto hacia el espacio principal de la plaza Independencia. 1980c.
Portadilla de la publicación del Pre-Plan, editado en Uruguay en 1941
Fuente: Bereterbide et. al., 1941.
Láminas incluidas en el Pre-plan, que estudian los antecedentes históricos, geográficos, económicos de Mendoza
Fuente: Bereterbide et. al., 1941.
Cómo era y cómo sería Mendoza luego de la aplicación del Plan
Bereterbide et. al., 1941.
Técnicos y políticos reunidos por el Plan Regulador para Mendoza (1941c.)
Nota: Mauricio Cravotto y Juan Scasso (parte del equipo ganador). José Benito de San Martín (intendente de la capital), Daniel Ramos Correas (director de Parques y Paseos), Adolfo Vicchi (goberndor de Mendoza) y Frank Romero Day (ministro de Industrias, Obras Públicas y Riego).
Fuente: archivo CAM.
Fuente: Archivo AHTER.
Fuente:
Afiche de la tercera etapa: el Plan Regulador, edición de julio de 1942
Daniel Ramos Correas
1898. Nace en Talcahuano, Chile. Siendo niño se radica en Mendoza, donde vive hasta hoy (1986), 1924, Arquitecto, UNBA. Entre 1938 y 1943 actúa como director de Parques, Calles y Paseos de la Provincia de Mendoza. En 1944 viaja a París y se nutre del movimiento Moderno. En 1947-48 es contratado por el gobierno boliviano para el estudio del Plan de Urbanización, Ampliación y verdes de Santa Cruz de la Sierra, y en 1957 por el comité de Reconstrucción de San Juan para efectuar trabajos de paisajismo urbano. Por este tema
recibe en 1951 el premio “Ayuntamiento de Madrid” en la exposición Bienal Hispanoamericana de Arte (España), debido a sus notables realizaciones paisajísticas en Mendoza. Presidente de la comisión Especial para el Planeamiento Urbano y Código de Edificación de la ciudad de Mendoza (1959/1961), actúa interinamente como intendente municipal de dicha ciudad (1963). Ha sido, además profesor y vicedecano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza. En 1965 recibe en Washington la distinción de honorary fellow del American Institute of Architects.
Daniel Ramos Correas en la puerta de su casa
Bibliografía:
Cirvini de Ponte, Silvia, Inventario del Patrimonio Arquitectónico – Urbanístico de la ciudad de Mendoza, Mendoza, 1984 (inédito).
Cirvini de Ponte, Silvia, la acción profesional de agrimensores, ingenieros, arquitectos y técnicos en Mendoza (1943-1950) Mendoza, 1986 (inédito).
Ponte, Jorge Ricardo, Evolución Urbana de la ciudad de Mendoza (1561-1943), Mendoza, 1982 (inédito).
Material fotográfico: facilitado por el arquitecto Ramos Correas y colección particular Cirvini – Ponte
Fuente: archivo AHTER.
Fuente: Archivo AHTER.
LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL DE LA PROVINCIA JESUITA DE CHIQUITOS Y SU APORTE AL ESTADO BOLIVIANO, SIGLO XVIII
Mgs. Arq. Virgilio Suárez Salas
Arquitecto graduado en la Universidad Nacional de Córdoba. Docente y coordinador académico en la FADU de la Universidad Privada de Santa Cruz (desde 1984); Conferencista invitado en ciudad de México, Sucre, Buenos Aires, Salvador de Jujuy, Santiago, Asunción, Lima, Cochabamba y Tarija. Fundador y editor del boletín “EL JONE” (1980) y la revista “AB Arquitectura Boliviana” (19861989). Ha publicado en revistas y anuarios nacionales e internacionales. Ha escrito los libros: “Proyecto de Preservación del Centro Histórico Ambiental de Trinidad” (1980); “Chiquitos, Historia de una Utopía” (1992-2007); “Uso y Abuso del Patrimonio. Más Allá del Discurso… Aproximaciones. La Ciudad Histórica en el Siglo XXI” (2013); “Territorios Indígenas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (2021); “Textos Urbanos 1” (2024). Correo electrónico: virgiliosuarez@upsa.edu.bo
Introducción
El siglo XVI implicó a las emergentes potencias europeas, la ampliación fronteriza del mundo occidental conocido, e iniciar un proceso de apropiación con estrategias y nuevas instituciones que aseguren el éxito de las campañas de contacto y control integral del nuevo ciclo histórico, que supuso trasponer inesperadamente un continente desconocido. El inédito escenario exigió a las monarquías europeas plantear nuevas formas de conquistas, que superara las áreas de influencias territoriales hacia los centros urbanos tradicionales, y a la propia posibilidad de imponer el nuevo orden por la vía del poder y la superioridad tecnológica y militar. Sin embargo, frente a la inconmensurable empresa, por las naturales limitaciones de movilidad demográfica, gran parte del proceso de conquista del “nuevo mundo” obligó a que las coronas imperiales y el pontificado, a través de alianzas trasnacionales por la vía de tratados, bulas y normativas coyunturales, garanticen la extensión de la cultura europea de base confesional en la estructura formal en vías de consolidación, a través de la imposición evangelizadora a las poblaciones originarias en la otra estructura subyacente y complementaria, los pueblos de indios.
De este modo se explica el nuevo rol de las órdenes religiosas con una presencia efectiva promedio de 15.000 a 20.000 miembros movilizados entre los siglos XVI y XVIII,1 los que llegaron controlar más de 14.000.000 Km2, a lo largo de la Cordillera de Los Andes, desde Tierra de Fuego (la Patagonia de ambas orillas), hasta las primeras estribaciones de Alaska.
Para este fin, los reinos ibéricos apelaron a las órdenes mendicantes que actúen al servicio de los poderes civiles como eficaces instrumentos de conquista del nuevo continente. La empresa misionera evangelizadora no solo se justificaba en sus aspectos geopolíticos, sino que también respondía al estado de extrema explotación y despiadado trato que sufrían los indígenas en manos de los operadores del nuevo imperio. Habían surtido efectos las reclamaciones hechas por Bartolomé de las Casas, José de Acosta, Luis de Molina, Francisco Suárez, Antonio de Vieira o Francisco de Vitoria, entre otros, una mayoría jesuita; dando origen a una legislación proteccionista a los indígenas a través de sendas bulas papales de Paulo III, Pío V y Urbano VIII.2 El propio de las Casas, en Cumaná, Venezuela (1520) fundaría la primera reducción exclusiva de indios. De esa manera surgían los “barrios de indios” o directamente “pueblos cercados”, donde los indios que trabajaban para los españoles se radicarían a vivir con sus familias para evitar la conflictiva cercanía entre ellos e impedir de ese modo mayores agravios.
Luego vendrían los ensayos de los franciscanos, hasta llegar a 1576 con la experiencia de Juli donde los jesuitas logran tres avances cualitativamente importantes: primero, que los indios estén directamente encomendados al rey en el trabajo en las minas reales bajo la tutela religiosa, a fin de evitar a los encomenderos; segundo, fiel a sus “Constituciones” se eximen de la jurisdicción eclesiástica de los obispos; y tercero, que en dichos núcleos se hable la lengua originaria de los “indios reducidos”.3
Las órdenes mendicantes con sus naturales diferencias entre sí, tuvieron la capacidad de crear y estructurar en materia territorial un sistema de ciudades misionales. La nueva estrategia aplicada en dos siglos aproximadamente, fue capaz de estructurar una red urbana a lo largo y ancho del continente como medio de evangelización y aculturación de las poblaciones indígenas, lo que permitió desarrollar un proceso de enorme trascendencia histórica, durante el período colonial del modelo hispano-portugués. El sistema misional resultó tan eficaz que se mantuvo vigente tras la independencia republicana del siglo XIX, incluso hasta mediados del siglo XX se observa la persistencia del sistema misionero, como lo demuestran los casos de las misiones franciscanas en el Chaco boliviano y las misiones de Guarayos en territorio cruceño.
1. Contexto regional las reducciones en Chiquitos arrancan a fines del siglo XVII, concretamente a fines de 1691 tras varios infructuosos intentos, con la fundación de la primera reducción San Francisco Javier; es decir, cuando estaban en su máximo apogeo los 29 pueblos de la provincia paraguaya, con una población que sobrepasaba los 100.000 indios, y en 1705 con la fundación de la Santísima Trinidad habría de completar los célebres “30 pueblos guaraníes”. Como también, con su coetánea del norte, se había desarrollado el sistema de Mojos y Baures, en un período de cuarenta años de 1675 a 1715, alcanzando el número de 16 pueblos.4
Una invariante común en el sistema de misiones, es la referida al alto grado de autonomía gestionaria de su territorio, tanto en los niveles religiosos, administrativos y prácticos, como lo corrobora el explorador francés D’Orbingy: «se ha hablado mucho de los establecimientos jesuíticos en el Paraguay, pero nunca se dijo una palabra de sus misiones muy considerables en Chiquitos... Las del Paraguay, pues, no deben ser tomadas como modelos de las misiones... Las cosas se produjeron muy distintas en Chiquitos, en donde los jesuitas entraron en 1691. Allí quedaron librados a su albedrío, mientras duró
Mapa 1.Chiquitos en el contexto sudamericano. Las Misiones Jesuitas en el siglo XVIII
su gobierno hasta 1767. Hicieron allí lo que se les antojó sin tener que someterse a ningún contralor y sin que ninguno de los vecinos los molestase».5
Este alto sentido autogestionario descarta las presuntas y artificiosas pretensiones territoriales que, posteriormente, los nacionalismos de países donde estuvieron las misiones pretenderán reivindicar, como producto del enfoque liberal dominante de los 200 años de vida republicana.
La política expansiva jesuita siguió dos patrones: primero, para ampliar y consolidar el territorio provincial, como en el caso paraguayo; y segundo, para sentar las bases del desarrollo que viabilice la integración de las nuevas provincias misioneras, como la de Mojos, obviamente por encima de las jurisdicciones territoriales de virreinatos o audiencias reales, así también para liberarse del mandato de los obispados de reciente creación. Otra constante es que la evolución histórica de Chiquitos estuvo directamente relacionada a los conflictos fronterizos, los que fueron afrontados gracias a su reconocida habilidad negociadora, en el transcurso de los 75 años de presencia jesuita, en ningún momento dejaron de explorar y de fundar nuevos pueblos. Este hecho reitera claramente que se trataba de una empresa altamente dinámica y sobre todo expansiva que pugnaba
Mapa 2.Chiquitos en el contexto de la jurisdicción republicana del Departamento de Santa Cruz
por ampliar sus propios límites. Con esta filosofía las misiones se convierten en fervientes seguidores de la doctrina de fronteras vivas o abiertas, propia y heredada de la dinámica imperial.
Por los avances exploratorios, geográficos (roces, logros y fenómenos históricos locales), en cuanto a la forma de afrontar el proceso de asentamiento, la organización y la implementación del sistema regional en materia territorial, es posible identificar tres fases: primero la planificación regional de un amplio arco geopolítico como parte de un plan transnacional, la apertura; segundo, la planificación simultánea de lo micro regional a fin de consolidar lo avanzado interiormente y seguir planteando las puntas de lanza; y tercero, la expansión interrumpida por la expulsión de los jesuitas, 1767.
2. La Planificación Regional
Esta fase abarca los pasos iniciales efectuados en las postrimerías del siglo XVII, de 1691 a 1699. Por consiguiente, comprende un lapso de 8 años, durante el cual se fundaron las reducciones de San Javier al noreste (1691), San Rafael al este (1696), San José al sur (1698) y San Juan al sudeste (1699), delimitando una forma de trapecio irregular, un amplio polígono territorial.
Como era de suponer, la razonable desconfianza e incomprensión de los pueblos originarios ante la desconocida situación presentada, caracterizarán la fase exploratoria en los primeros contactos con las naciones indígenas. Para afrontar esta coyuntura, será necesario apelar al vigor de la fe cristiana, a la paciencia y al abonado sacrificio de los misioneros,6 como también sumar a la campaña a los primeros indios convertidos.
Estos últimos asumen roles como miembros de los ejércitos cristianos en la “cacería de infieles”. De manera que ambos actores comparten las condiciones extremas de austeridad, penurias, pestes y un sinfín de enfermedades; es decir, se conocen en la convivencia diaria, hasta el punto que indios y padres tienen que aprender lenguas distintas para comunicarse entre sí. Los unos extremarán sus recursos para aprender el Chiquito y los otros serán obligados a hablar en Chiquitos, dado a que la comunicación y la liturgia debían hacerse con una lengua general adoptada.
En la implementación de los asentamientos se aplica una metodología abierta y gradual, que flexibiliza la dinámica de cambio debidamente controlada en el ajuste y viabilidad de los pueblos. De manera que las razones para consolidar el lugar definitivo de asiento, pueden agruparse en ambientales, demográficas y estratégicas. Los condicionantes naturales aparecen con las inundaciones imprevistas, la carencia de agua, etc., la poca fertilidad de los sembradíos experimentales: «La misión de los Caipotorurados ya descubiertos se prosiga, pues hay tan buenas esperanzas de su conversión; pero no sea, hasta que esté asegurada la cosecha de maíz, porque si no hay comida bastante para sustentarlos, es exponerlos a que huyan, y no vuelvan».7 En lo demográfico, la ubicación de los pueblos originarios preexistentes era clave, ya sea por su tamaño, afinidad o diferencias entre los mismos. En lo estratégico, se definía primero, por la seguridad y protección externa; segundo, para la conexión controlada del intercambio y abastecimiento a los centros españoles; y tercero, para formar parte de una red complementaria de centros poblados.
La primera reducción fue fundada por el padre Francisco José de Arce el último día de 1691, dedicándola al apóstol de las Indias y el Japón, San Francisco Javier 8 Situada sobre la orilla oriental del río Apere o San Miguel. Por su relativa cercanía a Santa Cruz de la Sierra, San Javier asume las funciones de ingreso y control. Mientras que las reducciones de San Rafael, San José y San Juan Bautista se constituirán en puntos de avanzada del “arco” territorial: al norte próxima a Mojos, al este cercano a los mercados y riesgos portugueses, al oeste con los centros mineros y al sur con el norte argentino y próximo a parcialidades indígenas no reducidas.
El caso de San Javier ilustra los criterios de planificación regional adoptados. Por encima de la importancia de los indios Piñocas, prevalecía la visión de largo alcance para categorizar las razones de protección externa y para atender la relación con la corona.9 Además se la posiciona como la principal puerta de entrada con el occidente, asignándole la función de control y contacto a manera de puerto fronterizo de los sistemas misioneros de Mojos y Chiquitos entre sí, y éstas a su vez con Santa Cruz de la
Sierra. Sobre el particular René Moreno escribe: «Doce leguas al oriente de Santa Cruz eran los Padres dueños absolutos de Paila, puerto comercial en el Guapay del uso exclusivo de las misiones de Mojos y Chiquitos, como era la única puerta de entrada a éstas. Tenía almacenes, estancia para reses de abasto de las canoas conductoras, la dotación competente de acémilas y carretas para el terrestre acarreo entre aquel río y la ciudad. Aquí tenían los jesuitas un colegio, que era hospicio de la Compañía y emporio de efectos de expendio o en tránsito para el Alto Perú».10 O sea que todo el intercambio comercial de bienes y personas desde y hacia las misiones, incluso el contrabando, debía seguir el mismo rumbo y el mismo itinerario.
Una vez lograda la apertura del bosque y la selva chiquitana, la fase exploratoria toma el rumbo hacia el mar interior sudeste, mirando siempre al levante y a la cruz del sur. Enmarcados en ese desplazamiento, distante de San Javier a 34 leguas (170 kilómetros), a 18 días de camino, los padres Juan Bautista de Zea y Francisco de Herbás fundan la segunda reducción, San Rafael en 1696.11
Dos años más tarde en 1698 serán los padres Felipe Suárez y Dionisio de Ávila los que fundarán San José, situado dentro de la serranía a 45 leguas (225 kilómetros) de San Rafael, luego trasladada a su actual ubicación donde está «el sitio de Santa Cruz de la Sierra la vieja, de la cual quedan vestigios de esta ciudad que algunos desmontes y montones de tierra».12
Cierra este ciclo la cuarta reducción, San Juan Bautista en 169913 a cargo de los padres Juan Bautista Zea y Juan Patricio Fernández, a 30 leguas al oriente de San José (150 kilómetros) al oriente, luego trasladada a orillas del arroyo Zapocó, consolidando un enorme polígono regional, en un extenso territorio cuyos puntos focales estaban localizados a largas distancias, con más de 100 kilómetros de separación entre ellas, como verdaderas puntas de lanzas
El patrón fundacional en Chiquitos no sigue el criterio de asentarse sobre las cuencas fluviales como en Mojos y Paraguay, donde la proximidad y la regularidad gradual fue la regla dominante. Por el contrario, las primeras cuatro reducciones adoptan el criterio de consolidar la dilatada llanura mediante un esquema perimetral que configura un escudo protector, que responde a dos objetivos: en lo externo, alejarse de las posesiones españolas y lograr una protección suficiente y coordinada a las incursiones portuguesas; y en lo interno, la confirmación de condiciones propicias para el desarrollo planificado hacia las profundidades del territorio que se había explorado e incorporado funcionalmente a través de una amplia red de senderos interiores.
El comentario de René Moreno, tal vez influenciado por la descripción geográfica hecha por Castelnau, se refiere a este período del siguiente modo: «Desde San José al sud hasta San Javier al norte, siete de los pueblos misionarios de Chiquitos forman, con su ubicación, diversos puntos sucesivos y concéntricos de un arco, arco que mide itinerariamente (sic) poco más de 139 leguas de Castilla. En esta forma de medialuna están desplegados delante de Santa Cruz, y tal como si ocuparan dichos pueblos el rango superior de un anfiteatro».14
La dirección hacia el este y al sur tiene sus propias explicaciones geopolítica e histórica. El interés de los jesuitas por abrir una vía directa al Levante contenía el objetivo de romper su aislamiento con las misiones paraguayas, en razón que, para llegar a éstas, debía recorrerse cerca de 550 leguas a través de Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero. El dilema de la compañía, en tanto autonomía e interdependencia estaba directamente ligado a su expansión; de esa manera es explicable que su interconexión no tuviera interés solo religioso, sino la posibilidad de contar con caminos seguros para abrir nuevos mercados, que abra el comercio de yerba mate a los centros mineros de Potosí y en contrapartida recibir los productos de Chiquitos. En 1691, inmediatamente después de fundar San Javier, los padres José Francisco de Arze y Pedro Lascamburu intentaron seguir el mismo recorrido -a la inversa, de norte a sur-, atravesando la chiquitanía hasta llegar a unos cerros llamados Ibitiratis como referencia del fracaso.15 Después de varios reveses en 1702, un nuevo intento a la cabeza de los padres Francisco de Herbás y Miguel de Yegrós parten desde Chiquitos en dirección sudeste, hacia las nacientes del río Paraguay, y frente la imposibilidad de continuar su avance clavaron una cruz de madera en un cerro que se presumía visible el referido río.16 Esta cruz con el tiempo se convertirá en el referente mítico que debía alcanzarse, una obsesión que pocos misioneros pudieron evitar.
En 1703 por Cédula Real, los jesuitas habían obtenido la autorización para abrir un camino que vincule Chiquitos con Paraguay. Sin embargo, será recién en 1715 que José Francisco de Arce, acompañado por Bartolomé Blende, vuelven a intentar desde la ruta sur. Salen de sus misiones guaraníes remontando el río Paraguay, hasta llegar a un lugar de máximo avance fluvial, donde Blende se quedó a cargo de la embarcación, y Arce, con la compañía de cinco indios, se internó en la selva, hasta que finalmente después de dos meses casi perdidos y abandonados a su suerte fueron rescatados por indios chiquitanos que lo condujeron a la misión de San Rafael donde se encontró con el padre Cea. Después de más de 20 años habían logrado su objetivo. 17
Sin embargo, Arce a los pocos días de haber llegado a Chiquitos con el apuro de comprobar los alcances obtenidos en su expedición, reinicia el camino de retorno hacia el punto donde había dejado a Blende, pero éste, al no poder controlar la situación del capitán del barco tuvo que embarcar de vuelta a Asunción; ante este desencuentro el padre Arze improvisó una pequeña embarcación y prosiguió aguas abajo, en cuyo transcurso los temibles Payaguas lo asaltaron y lo mataron, al igual que a Blende, unos días antes. 18
Con la muerte de Arce, se descartan los propósitos de contar núcleos permanentes al mediano plazo, indispensable para la intermediación a escala macroregional entre ambos sistemas misionales. El plan jesuita contemplaba la fundación de un puerto en la margen oriental de las nacientes del río Paraguay, frente a lo que hoy es Puerto Suárez; las acciones para pactar con las dos principales etnias enemigas de los españoles, los Payaguas y los Guaicurús -anulando sus alianzas con los portugueses-; y la construcción de fortificaciones en la zona de la laguna Xarajes.19 Las razones de estas acciones eran obvias: conseguir una vía expedita, segura y permanente que rompa el aislamiento de Chiquitos a corto plazo con las del Paraguay por el eje AsunciónCórdoba-Tarija, y a mediano plazo con Mojos y Baures.
La realidad de dichos fracasos, obligó a los jesuitas a suspender temporalmente los esfuerzos exploratorios que afanosamente buscaron para no tener relaciones con Santa Cruz de la Sierra. La provincia del Perú, encargada de las misiones de Mojos, no podía ampliar su acción a los chiquitos, pese a corresponderle por estar en la Gobernación de Santa Cruz de la Sierra. Por eso, el decimotercer prepósito general de la Compañía de Jesús, Tirso González de Santalla en 1696 desmembró la región de Chiquitos de la provincia del Perú y la pasó a la del Paraguay, a través de sus conexiones con Tarija y Córdoba. 20
En ese sentido, la empresa misionera se dedica a consolidar lo alcanzado, levantando de manera básica su infraestructura, lo que explica que gran parte de las construcciones en esta fase, se hagan de modo simple con materiales poco elaborados con maderas rústicas, palmeras en los techos, etc. La presencia del soporte físico se define prioritariamente para construir y sostener el programa evangelizador y no así por la perdurabilidad de representar el reino de dios en la tierra. El énfasis espiritual se refleja en la instrucción del padre Felipe Suárez: «Del lienzo, que se hace en el pueblo -San Rafael-, aunque se envíe menos a Tarija, vístanse a algunos pobres, niños y niñas, indios e indias, especialmente de los infieles, lo que se pudiere buenamente, porque primero son los templos vivos de Dios, aunque haya algunas menos alhajas en la Iglesia y Sacristía». 21 La maquinaria de la nueva empresa misionera comenzaba a funcionar.
3. La Planificación Simultánea: Microregional y Macroregional. Consolidación Interior e Interconexión Externa
En la primera mitad del siglo XVIII, entre 1708 y 1748 se fundan cuatro nuevas reducciones: Concepción, San Miguel y San Ignacio. La quinta misión es dedicada a la Inmaculada Concepción (1699-1709) fundada por el misionero mártir Lucas Caballero, ubicada a 18 leguas (90 kilómetros) de San Javier y a 26 leguas (130 kilómetros) de San Rafael.22 Los padres Francisco de Herbás y Felipe Suárez fundan San Miguel en 1721 cercana a San Rafael y a 47 leguas (235 kilómetros) de Concepción, su longitud 314° 50' y su latitud 16° 50'.23 Y Miguel Areijer hace lo propio con San Ignacio en 1748 próxima a San Miguel, San Ignacio se ubica entre los meridianos 60º 56’ y 60º 59’ de Longitud Oeste y el paralelo 13º 21’ y 13º 24’ de Latitud Sur.24
Esta fase enfatiza el dominio del territorio interior, aplicando un nuevo concepto ordenador de cambio de escala, de centros ubicados a corta distancia con un promedio de separación de 45 kilómetros, hoy conocida como planificación microrregional, o región integrada
En razón a que en la primera fase, de 1690 a 1699 se delimitaron las fronteras externas en puntos extremos, con distancias considerables, se dejaron grandes espacios vacíos en su interior; este hecho obliga al corto plazo un proceso inverso, por lo que se prioriza la corta distancia, la escala microrregional, por eso, se estructura un esquema triangular más cercano con San Miguel y San Ignacio como nuevas fundaciones, junto a San Rafael articuladas entre sí por distancias relativamente próximas y oscilantes entre diez y doce leguas, es decir,
entre 50 a 60 kilómetros, cuando la mayoría de los demás pueblos estaban distanciados por encima de las 40 leguas o 200 kilómetros.
La escala microrregional permite cumplir dos objetivos: al corto plazo; primero, consolidar a tres pueblos cercanos que se complementarán en cuanto a producción e intercambio de bienes; y segundo, establecer una primera red defensiva rápida contra la amenaza centenaria de las bandeiras luso-brasileñas que habían atacado reiteradamente a las misiones de San Javier y San Rafael.25
Desde el punto de vista estratégico, al configurar un primer escudo de auxilio inmediato –micro– y complementario al segundo escudo de avanzada -macro-, asegura que ambos escudos, y en especial los pueblos ubicados en los puntos más distantes y extremos , tengan asegurada una asistencia oportuna y organizada, no sólo de vituallas o elementos defensivos, sino también de los insumos y requerimientos propios de la empresa misional, como lo fue el flujo de bienes y enseres productivos y culturales.
El cambio de dirección hacia el territorio interior, si bien es justificable y altamente necesario en la estrategia global de fortalecimiento de lo alcanzado, puede considerarse también una respuesta obligada al Decreto Real de 1717 que ordena el cierre a las campañas exploratorias que pretendían abrir caminos jesuitas hacia el sudeste. 26
La corona argumentó esa medida por considerar que estos caminos -existentes o proyectados- representaban un serio peligro para la seguridad de Santa Cruz de la Sierra, porque podrían servir de acceso a las “bandeiras portuguesas”. Sin embargo, otros factores contribuyeron al cierre, como la evidente rivalidad de intereses entre las ciudades de Santa Cruz de la Sierra con Asunción, ya que para los cruceños Chiquitos formaba parte fundamental de su espacio geográfico y económico como natural extensión -de hecho, por jurisdicción e historia, lo era-, de un dinámico intercambio social y político, y en especial de una variedad de productos, que sin ser montos y cantidades extraordinarias, resultaban indispensables para su propia existencia, por lo que un camino al sudeste significaba un potencial riesgo que podía alterar su situación interna precariamente equilibrada.
El rechazo cruceño es compartido por la gobernación de Tucumán, porque una ruta alternativa de menor extensión podría afectar su importante rol de ser único punto de contacto y paso entre los extensos territorios del virreinato del Perú con los del Río de la Plata, y a su vez éstos con la gobernación del Paraguay y la capitanía de Chile. Por extraña coincidencia, la fecha
Mapa 3. Fase 1. Fundaciones de San Xavier, San Rafael, San José y San Juan
Mapa 4. Fase 2. Fundaciones de Concepción, San Miguel, San Ignacio de Zamucos y San Ignacio de Loyola republicana del Departamento de Santa Cruz
que se decreta el cierre de las exploraciones jesuitas en Chiquitos (1717), se produce a dos años de la muerte de su principal impulsor, el padre José Francisco Arce, acaecida en 1715.
En 1723, de acuerdo a la descripción de Fernández, se registran 6 misiones: comenzando desde el Sur, San Juan está de San José como nueve leguas; de San Joseph a San Rafael son treinta; de aquí a San Miguel ocho; de San Miguel a San Francisco Xavier cuarenta y dos, y de éste a Concepción, hay veinticuatro leguas. No desconoce el esfuerzo extremo que en simultáneo se hace para «fundar otro, con nombre de Nuestro Padre San Ignacio, hacia el Sur, en los Zamucos, que son más de mil doscientas almas, e inmediatamente los Ugaranos, que tienen la misma gente». 27
4. San Ignacio de Zamucos
En paralelo al rechazo del cierre de caminos al sur, los jesuitas continúan explorando el chaco boreal con el objeto de consolidar su presencia en esta zona a fin de alcanzar el anhelado propósito de conectarse con Paraguay; es decir, de acuerdo a las circunstancias en simultáneo aplican lo micro y macrorregional. La visión de los Jesuitas siempre fue “mirar al sur” extenderse hacia el Sur (y cortar cualquier contacto con Lima), persuadidos que estaban aproximándose al Chaco y dirigiéndose después hacia el Este, sería posible establecer un centro de aprovisionamiento en sus reducciones para facilitar la comunicación que se buscaba desde largo tiempo entre Tarija, Tucumán y Paraguay. Por ello, se entiende
el extraordinario esfuerzo fallido de San Ignacio de Zamucos.
La enorme importancia que los jesuitas le asignaron a este proyecto es que convocaron a sus mejores hombres. Inicia los primeros contactos en 1716 el padre Juan Bautista Xandra, acompañado de cien indios chiquitos con resultados negativos. 28
Luego en 1718 el nuevo Provincial Padre Juan Bautista de Zea ordenó al P. Miguel de Yegros, fuese con el hermano Alberto Romero a fundar la Reducción en territorio Zamuco.29 Al año siguiente (1719), Yegros es el encargado de relatar la dureza de la campaña, al extremo de la muerte de decenas de indios reducidos, junto al hermano Romero.
En 1720 los padres Felipe Suárez y Agustín Castañares luego de haber caminado noventa leguas, llegaron a un pueblo de Zamucos, sin poder reducirlos. En 1721 entraron los padres Jaime de Aguilar y Agustín Castañares y volvieron a fracasar.30 En 1722 entró el padre Jaime de Aguilar sin haber respondido a las expectativas esperadas. En razón a los reiterados fracasos, en 1723, salió el Padre Superior Francisco Hervas, con el padre Castañares, a fundar la misión entre los Zamucos, pero la fatiga de este viaje le costó la vida al padre Hervas ese mismo año.31
Finalmente, después de 8 años de campaña, el propio Castañares fue el responsable de fundar la reducción de San Ignacio el año 1724, ubicada a 80 leguas al sur de la reducción de San Juan Bautista -300 kilómetros-. Esta misión albergaba tres pueblos enfrentados entre sí: los Zamucos, los Ugaranos (también llamados Oraguaños) y los Zatienos, quiénes tienen lenguas diferentes a los de Chiquitos. Ese mismo año se agregaron los padres Domingo Bendiere y Juan de Montenegro, luego arribaría Antonio Guasp.
En 1738, llegó a Zamucos el padre Ignacio Chomé, enviado por el Provincial de Chiquitos, con la orden expresa de viabilizar una conexión directa y fácil con las provincias del Tucumán y del Paraguay, en razón a que las tentativas por la laguna habían sido infructuosas.32
La prematura muerte de su fundador Castañares y el acoso de los Ugaranes (a pesar de hablar la misma lengua zamuca), hizo que la situación en la misión resulte insostenible, lo que provocaría que veintiún años después de haber sido levantada, se decida abandonarla por recomendación de Chomé,22 autor de una legendaria descripción de la lengua hablada en dicha misión “Arte de la lengua Zamuca”.33 El 24 de octubre de 1745, los tres misioneros Ignacio Chomé, Miguel Streiger y Domingo Bandiera,34 se pusieron en marcha tomando el camino
de retorno a Chiquitos. A pesar del estrepitoso fracaso, numerosos indígenas reducidos fueron trasladados a las misiones de San Juan Bautista, Santiago y Santo Corazón, donde serían absorbidos (integrados) por el grupo étnico más grande (los chiquitos) hasta perder sus rastros originales, excepto el pueblo ayoreo.
Por el conflicto fronterizo boliviano-paraguayo (19321935), la situación geográfica de San Ignacio de Zamucos adquiere una especial relevancia histórica. De acuerdo a Chomé, San Ignacio de Zamuco se ubicaba sobre el grado 20 de latitud y entre el 59 o 58 grado de latitud. Sin embargo, existen diferentes localizaciones geográficas. José Aguirre Achá presenta tres mapas en donde la ubicación está en distintos lugares. Según uno de los mapas de San Ignacio habría existido cerca de las Salinas de Santiago; otro autor ubica San Ignacio de Zamuco entre el grado 19 y 20 de latitud y entre el 61 y 62 de longitud, muy cerca al cerro San Miguel, que se encuentra al Sur del Tuná, próximo a las Salinas de San José.35 Por su parte las exploraciones bolivianas tomaron dos rumbos, de este y sud se buscaba encontrar los restos de San Ignacio de Zamuco, encabezada por el Cnel. Ángel Ayoroa, a través de la ruta que siguieron los jesuitas vale decir a unos 16 kilómetros al Sur Este de la actual ubicación del Fortín Ingavi, en dirección al Fortín Aroma en las proximidades del río Timanes, demuestran la aproximación con que nuestro ejército ubicó San Ignacio de Zamucos. En estas exploraciones en 1931 formó parte también el entonces teniente Germán Busch que, con 17 soldados partió de Roboré hacia el Sur. 36
Con San Ignacio de Zamuco se demuestra la capacidad operativa de los jesuitas al fundar dos misiones simultáneamente en frentes territoriales extremos: San Miguel en la zona central norte y San Ignacio en el Sur, con la idea de tener una relación directa con el Paraguay.
En estas circunstancias la nueva provincia de Chiquitos contaba con siete pueblos -ya se había consumado el abandono de San Ignacio de Zamucos-, se encontraba organizado, en pleno estado de funcionamiento productivo, consolidado y compartido con los numerosos pueblos indígenas reducidos y gozando de un alto grado de prosperidad, es que se ve fortalecida con la llegada de un importante número de nuevos misioneros.37 La llegada de esta generación, formados en ciencias, artes y oficios, su paso obligatorio por la universidad y colegio de Córdoba y Tarija, y los talleres de Potosí, será de enorme utilidad para completar una adecuada formación profesional y tecnológica. Este arribo, sumado a la experiencia acumulada y amalgamada por los primeros padres, será fundamental en el perfeccionamiento del sistema y particularmente en la construcción del patrimonio urbano, arquitectónico y artístico, ya que no tenían que ocuparse prioritariamente, se entiende, de las
penurias y avatares que suponía la fase exploratoria, de los primeros contactos, ni de los esfuerzos que demandó la fundación y la puesta en marcha de los pueblos.
De esta manera es posible que los siete pueblos mencionados cuenten básicamente en su inventario el conjunto urbano y arquitectónico definitivo: la iglesia de tres naves techada de teja y muros de adobe, columnas de madera labrada a lo salomónica, el colegio y el cementerio construido bajo cánones técnicos y formales de extraordinaria calidad artística, un sistema habitacional configuradas por viviendas resueltas con altos niveles tecnológicos, un sistema educativo integral, un aparato productivo conformado por talleres de carpintería, herrería, trapiches, atahonas, etc., notablemente desarrollados, un impresionante número de piezas ornamentales e industriales, instrumentos musicales, bibliotecas especializadas, estancias ganaderas, etc.
5. La expansión interrumpida. La expulsión Aunque temporalmente no existe mucha diferencia con la etapa anterior, abarca menos de una década entre 1754 y 1760, con tres nuevas fundaciones: Santiago, Santa Ana y Santo Corazón. Se diferencia radicalmente de las dos anteriores, por la nueva dirección que toman las últimas fundaciones, especialmente Santiago y Santo Corazón. El rumbo oeste se descartó desde un principio por la cercanía a la capital cruceña, y porque en los hechos el río Grande constituyó su límite natural a través de Puerto Paila. Asimismo, se consolida a San Javier, como puesto de intercambio de productos llegados de Chiquitos y de Mojos hacia y desde el occidente, hacia la Audiencia de Charcas, los centros mineros de Potosí y alrededores, por lo que se cierra virtualmente esta frontera. Este cierre es parcial, porque alrededor de la capital cruceña se fundan las reducciones de Santa Rosa del Sarah y Buena Vista, fuera del territorio de misiones que servían de fuelle y transición con Chiquitos y Moxos. En estos poblados se ejerce un mayor control por parte del Gobernador y del Obispo Cruceño.38
En cuanto al rumbo norte y noroeste, se establecieron los primeros contactos con los pueblos de Baures y Guarayos. Las razones para mantener una relación respetuosa entre ambos territorios de misiones como parte de la compañía, era necesario para establecer un adecuado marco de complementariedad, ya que eran precarias las condiciones defensivas frente a las malocas fronterizas, además de su visión geopolítica. De Chiquitos se puede citar un ejemplo de asistencia ocurrido en San Javier, respecto a las misiones jesuitas del norte: «hubiere comida el año que viene, no se deje con pretexto alguno la misión empezada a los Baures, y naciones vecinas suyas; pues, esta es nuestra primera y principal obligación».39
De Mojos, en una carta-relación, se puede leer datos referenciales de dónde y cuándo se fundaban los nuevos pueblos vecinos: «Por el mismo tiempo otra Reducción con San Joseph por titular, en la provincia de los llamados Chiquitos 40 leguas de Santa Cruz al Oriente sobre el río de San Miguel... Otra reducción, se había formado el año de 1696 en la montaña de los Chiquitos, cuarenta leguas distantes de Loreto hacia el Sud con la advocación de San Miguel de Parabas con los Chiquitos que quedaron dispersos después de la invasión del Mameluco».40 Es decir, Chiquitos mantenía relaciones con Mojos, estaban al tanto uno del otro, y se esperaba un eminente mejoramiento de las condiciones en ambos frentes para efectivizar su vinculación. Era el próximo paso.
Respecto a la frontera sur y sudeste con la cuenca chaqueña, tenía como precedente los reiterados fracasos en las reducciones levantadas, como consecuencia del clima inestable provocado por la beligerante actitud de los chiriguanos, que definió un amplio arco fronterizo infranqueable en todo el frente chaqueño. Los infructuosos resultados de los padres Felipe Suárez y Agustín Castañares en sendas exploraciones desde Chiquitos al Chaco; y de los padres Gabriel Patiño y Lucas Rodríguez que salen del Chaco hacia Chiquitos, en la búsqueda de una ruta directa que vincule los pueblos meridionales de Chiquitos -San José y San Juancon las misiones paraguayas a través de la cuenca del río Pilcomayo y el Chaco, contribuyen el cierre de este frente fronterizo.41
La última fase tiene el este, su nueva dirección, hacia la laguna Xarajes, donde los padres Francisco de Herbás y Miguel de Yegrós habían plantado la célebre “cruz de madera”. Nada casual, si se tiene en cuenta que nuevamente la infructuosa búsqueda iniciada en 1690 -después de 70 años- por el padre Arce de contar con una ruta directa que las uniera con las misiones paraguayas, volvía a ser considerado como un objetivo prioritario. Había transcurrido más de cincuenta años de las expediciones fracasadas, y las condiciones habían cambiado sustancialmente. Los avances de los misioneros respondían los requisitos planteados por Arce para acometer con éxito la nueva empresa.
Dos situaciones concurrentes contribuyeron a concretar el caro objetivo de vincularse al Sur. Por una parte, la frontera sudeste de Chiquitos se había ampliado considerablemente con la fundación de las reducciones de Santiago y de Santo Corazón. Y por otra parte, se fundaban nuevas misiones de la Provincia Jesuita de Paraguay, aguas arriba de Asunción, mirando al Norte.42
Desde el Norte las misiones de Mojos bajaban en forma gradual con nuevos pueblos. Y desde el Sur los poblados jesuitas fuera de las misiones paraguayas, habían
remontado el Norte de Asunción fundando en 1746 las reducciones de San Joaquín, en 1750 San Estanislao de Kotska y en 1760 la reducción de indios Mbayas, Nuestra Señora de Belén, sobre el río Ipane-Guazú, donde el jesuita José Sánchez de Labrador era su párroco. De esta manera las distancias se habían reducido notoriamente entre ambos sistemas y las condiciones de proximidad, especialmente de seguridad habían mejorado, porque los belicosos Payaguas y Guaycurús comenzaron a ser evangelizados y tener sus propias reducciones.
En 1754, los padres Gaspar Troncoso y Gaspar Campos fundan la octava misión, Santiago, y se mejoró de sitio en 1764 en la organización interna e infraestructura con el apoyo de los padres Patricio Patsi y José Pelayas. Se ubica a 318° 20' de longitud y 18° 50' de latitud.43
La impresión de D'Orbigny del lugar es gratificante: «La misión de Santiago, distante cuarenta y siete leguas al estesudeste de San José, ocupa una posición envidiable, cerca de la cima de las montañas de Santiago, sobre su pendiente meridional y no lejos de un valle sombreado. Además, la dominan al norte las crestas altas y recortadas en gradas de la cumbre de la cadena, que le confiere un aspecto de grandeza pintoresca ausente de las otras misiones de la provincia. Con excepción de la iglesia, dotada de una hermosa fachada, sólo posee casas indias, en una de las cuales tuvimos que alojarnos, a falta de colegio».44
Y fundamentalmente, Santo Corazón en 1760, la décima misión (undécima se tomamos en cuenta a San Ignacio Zamucos), a cargo de Antonio Guasp y José Chueca, sigue el eje este; en realidad es la más sudoriental, situado a la orilla de un arroyo mediano, tierras acomodadas para sementeras y es la más oriental de todos los pueblos, llegando a establecerse próximo a las posesiones brasileñas de Matto Grosso, a setenta y cinco leguas de distancia de San Juan Bautista.45
En su visita de 1831 D'Orbigny escribe: «Santo Corazón tiene una ubicación encantadora. Construida sobre una leve eminencia, cercana al río de su nombre, domina un valle boscoso que riegan otros dos riachos; el Bokis y el Kihusos, bajando de las montañas occidentales. Se halla casi rodeada de montañas cubiertas de vegetación. Al este, la cadena gredosa del Tarouch, de mamelones redondeados; al oeste y sur, la de Sunsas y sus contrafuertes, que se extienden a lo lejos, rumbo al noroeste. Sólo al norte ninguna elevación interrumpe la visual y el bosque se extiende sobre el horizonte. Los alrededores están sembrados de algodonales, maizales, campos de mandioca y toda clase de legumbres. El poblado representa poco por sí mismo. La iglesia es espaciosa, pero cubierta de rastrojo, igual que el colegio y casas de los indios que rodean la plaza».46
Esta fase retoma los principios de puntas abiertas de grandes distancias, a manera de corredores de avanzadas, que permita ampliar su área de influencia, como también aproximarse a las misiones del sur. La última misión se convierte en punto clave para dichos fines; en lo interno es un pueblo de frontera con roles estratégicos; en lo externo, es un punto de avanzada, al extremo que el año de la expulsión se estaba en los preparativos para seguir fundando un nuevo pueblo próximo a las orillas del río Paraguay.47
En cambio, en paralelo, la fundación de la novena misión, Santa Ana en 1755 hecha por Julián Knogler se inscribe en los criterios organizativos enunciados en la segunda etapa de reforzar el circuito de planificación de escala territorial micro. Se emplaza a 315' 15' de longitud y 16° 40' latitud.48 «Santa Ana, una de las misiones más recientes de la provincia, está ubicada en una pequeña colina rodeada de valles que los jesuitas convirtieron en hermosos laguitos, obstruyendo las entradas. Estos lagos rodeados de los árboles que crecen en las laderas próximas, aumentan el encanto del paisaje. En la actualidad, la misión está despoblada en parte; Ramos, su último gobernador, español, en el momento de la emancipación se llevó trescientas familias indígenas, actualmente retenidas por los brasileños en el poblado de Casabasco», cierra su impresión el ilustre naturalista francés.49
De este modo termina el ciclo fundacional de las misiones, o mejor dicho se interrumpe el proceso expansivo de escala macro mirando el Levante hacia las nacientes del río Paraguay y hacia el norte, esperando la natural conexión con Mojos.
Por la cuenca alta del río Paraguay, a fines de 1766, José Sánchez de Labrador inicia una modesta expedición, que a la postre resultaría ser de enorme significado por sus connotaciones geográficas e históricas.50 Sánchez de Labrador, parte de un pequeño pueblo fuera de las misiones, Belén -fundado por instrucciones del gobernador paraguayo-, y culmina con éxito su empresa el 16 de enero de 1767, al llegar a la misión de Santo Corazón de Chiquitos, donde es recibidos por los padres José Peleya y Javier Guevara.51
Tendría que pasar 60 años para que los misioneros demuestren la viabilidad de una ruta definitiva que uniera ambas provincias. De esta manera se cerraba una larga búsqueda que tanto esfuerzo había causado. Con este viaje, se logró ubicar con precisión el lugar donde habían colocado Yegrós y Herbás la cruz de madera, como también se despejaron una serie de dudas geográficas como la existencia imaginaria del mítico lago Xarajes, el Pantanal.
Los nuevos pueblos de la tercera fase alcanzaron los niveles de desarrollo relativo que los demás, en especial en los rubros productivos y de expresiones artísticas -música, arte y oficios- correspondiente al rubro evangelizador, sin embargo, en ninguno de éstos se construyeron los edificios correspondientes al programa sacral con la solidez, escala y calidad habitual de sus otros pares; todos se encontraban en su fase provisional, listos a ser reemplazados por sus versiones definitivas.
6. La Estrategia Urbana
Las misiones por encima de oficiosas comparaciones por su escala y trazado simple, o caprichosas simplificaciones
Plano1.Plantas urbanas de las 10 Misiones de Chiquitos
Plano2.Diagrama del Plan Maestro verificado en las ruinas de San Juan Bautista
académicas en cuanto a su estructuración física o diferencias ideológicas, constituyen un plan alternativo de organización territorial en sus jerarquías, regional y urbana de enorme trascendencia en la historia continental.
Se trata de un modelo modelo urbano colonial debidamente planificado, que fue llevado a la práctica globalmente, reinterpretando la rigurosidad del régimen indiano, de acuerdo a los condicionantes ambientales del ecosistema del lugar, respeta ciertos valores de la cultura indígena y reinterpreta la tradición ciudadana y humanista, en el marco de los ideales utópicos agustinos y socráticos (clásicos y medioevales) de la ciudad de dios en la tierra. Los criterios de planificación urbana aplicados son totalmente diferentes a los modelos españoles y de los demás pueblos de indios. Estas diferencias pueden agruparse en dos niveles: un grupo referido a las características físicas en su estructuración, y otro grupo referido a la superestructura cultural y simbólica.
La sacralización del espacio misionero es un paso estratégico que se naturaliza con el tiempo. Por un lado, para consolidar el poder autonómico y absoluto control de la nueva empresa. Y, por otro lado, para eludir los efectos del sistema colonial que se daba a través de la encomienda o la práctica de la “caza de infieles” -incluido abusos de por medio-, efectuado por españoles y mestizos que aseguraban el flujo de mano de obra necesaria para los establecimientos agropecuarios y especialmente para los centros mineros andinos; y en escala externa, para defenderse de las acciones de los recolectores de esclavos (bandeiras paulistas).
La estructuración física quedó determinada por la aplicación de ciertos conceptos urbanos rigurosamente
controlados en la fase de implementación. El dimensionado del poblado se delimita en directa proporción a la capacidad de autoabastecimiento y a una política pragmática del control territorial, debidamente coordinado en su escala micro y macrorregional. El crecimiento urbano se establece de acuerdo a un nuevo orden estrictamente regulado en torno a una estructura axial: sobre el eje longitudinal donde se ubica al conjunto religioso el pueblo no puede crecer. El control ambiental se dispone a través de una rigurosa zonificación y tratamiento del entorno inmediato mediante los huertos, chacras y sementeras, y adecuada regulación de los atajados que aseguran el aprovisionamiento de agua para el consumo potable, como también para configurar un microclima apropiado. Desaparece el clásico sistema cuadricular de manzanas, como forma de ordenar el crecimiento urbano, en su lugar se emplazan sendos bloques de viviendas de indios -colectivas- rodeadas en ambos lados de galerías, organizados en forma paralela y separadas sobre ejes longitudinales o transversales a la estructura ortogonal. Invariablemente se garantiza la aparición del núcleo edilicio sobre el eje longitudinal.
En todos los casos se construye una infraestructura cultural, económica e institucional -lo temporal- que debía expresarse como soporte físico de una sociedad altamente ritualizada -lo espiritual-, donde cada uno de los elementos urbanos tangibles e intangibles asumen roles y funciones específicos, ya sea para jerarquizar los circuitos procesionales, los recorridos pastorales, la disciplina laboral, el acceso urbano, etc., o para enfatizar el uso escenográfico del conjunto religioso y de la plaza, directamente enmarcados a su estructura significativa. Por tanto, el modelo o plan, podría entenderse como un sistema operativo genérico.
En lo ambiental el sistema operativo parte de un hecho de excepcional utilidad: el plano ideal del nuevo asentamiento se selecciona por métodos prácticos de observación y uso de la geografía regional y local, caracterizadas por suaves lomeríos, que se definen en su entorno por una serie de arroyos y meandros a manera de una red hídrica que de modo natural controlan sus niveles y gradientes a través de bajíos (lagunas y curiches), garantizando la provisión de agua y la producción agropecuaria, que reconoce los beneficios de un microclima saludable libre de inundaciones. Las colinas son el lugar propicio funcional y simbólicamente para fundar la nueva reducción. Entre otras razones porque desde el punto de vista ecológico es favorable, porque además permite ejercer el control del entorno en términos de dominio, seguridad y múltiples significados.
La nueva Jerusalén debía ser el punto culminante que ofrecía el perfil de las colinas chiquitanas, de acuerdo al imaginario misionero.
El control del entorno permite la conformación ambiental de un microclima urbano, adecuado para abordar con éxito la transición entre el medio natural y el medio cultural. En primer término, el control paisajístico mediante la recurrencia de elementos urbanos singulares, torreones, basamentos neoclásicos, capillas posas, etc., y principalmente los huertos o parquesjardines interiores. En segundo término, el dominio y la convivencia con la naturaleza lograda a través de intervenciones altamente selectivas y controladas de la producción agrícola en su entorno, especialmente las asentadas en el huerto y las chacras detrás del doble cuadrante del núcleo religioso, o las organizadas en torno al poblado, o el control hidráulico de los arroyos mediante los atajados aseguraban en forma permanente la provisión del líquido elemento.
La estrategia espacial misionera implica reconocer a la ciudad como parte fundamental en la construcción del nuevo mundo. Este enfoque establece que para obtener los niveles de productividad y sostenibilidad de la red urbana se debe cumplir una serie de requisitos previos. En lo geográfico debe garantizar la ampliación sistemática del territorio previamente explorado; el modelo debe tener un control programado de cada uno de sus elementos componentes arquitectónicos y urbanos, los que a su vez responden a otro sistema de elementos simbólicos, relacionado a la fe religiosa católica.
La ciudad genérica como sistema urbano, tiene la capacidad de desarrollarse de forma abierta y conectada, para cuyo efecto debe contar con un catálogo de partes estandarizadas, que respondan a principios básicos en lo social, cultural y político. La ciudad genérica forma parte de una red de flujos cambiantes, que responden de manera específica a las condiciones locales. La ciudad genérica se sustenta en su capacidad de estructurar un sistema urbano abierto que responde a razones comerciales (intercambio de bienes) y de control de rutas de amplios territorios; a razones económicas y agrícolas capaces de producir superávit que superen la manutención y tengan la posibilidad de sostenibilidad y crecimiento. La ciudad genérica implica adecuadas respuestas a las variables de seguridad y defensa. Y finalmente debe responder a su razón ser, la evangelización, los pueblos de indios.
La organización espacial del modelo operativo no surge de la plaza como habitualmente se lee en las descripciones bibliográficas, sino por el contrario, nace de dos líneas imaginarias, dos ejes que dividen e integran el territorio: por un lado, el eje poder dominante extendido en sentido longitudinal: y por otro. el eje de lo sagrado del mundo dominado extendido en sentido transversal.
El eje del mundo dominante -longitudinal-, es la representación del absolutismo capaz de establecer sus propios límites, en cuanto a pertenencia sagrada y comunitaria se refiere. Este eje divide al pueblo en dos partes: por un lado, lo sagrado o colectivo, y por el otro, lo civil o individual. Atraviesa todo el pueblo exactamente por su mitad, de borde a borde. Sobre uno de sus frentes se emplazan los componentes del programa religioso: campanario, iglesia, colegio, talleres, capilla mortuoria, hospicio, huerto, dispensario, ermitas, etc. Es el “Theatrum Mundi” de una nueva sociedad sacralizada (cuyo único espectador es dios desde el cielo) que concibe la existencia humana ritualizada, donde el nacimiento, bautismo, formación, trabajo, transcurso y muerte forma parte indivisible de la liturgia católica. En el conjunto por escala y configuración se destaca el campanario como punto de referencia en la composición urbana, acompañada de la presencia del templo, colegio y capilla mortuoria, unidas a través de singulares galerías. En su frente central se ubica la monumental plaza, mediando entre ella la aparición de las capillas posas y miserere en todas sus esquinas, desde donde nacen los pabellones o tiras destinadas a viviendas de indios, primero para los caciques y luego para los miembros de sus parcialidades.
El eje del mundo dominado -transversal-, la expresión del misterio y la sacralidad recurre a todos los elementos urbanos disponibles para utilizarlos en las manifestaciones ceremoniales. Este eje une los principales caminos de la reducción con la plaza a partir de un recorrido que comienza en el acceso principal al pueblo referenciado físicamente por la capilla Betania Prosigue el eje transversal hacia la plaza, donde se encuentra en el centro con la cruz en torno a cuatro palmeras, culminando en el campanario a manera de máximo referente totémico que da a la plaza entre el templo y el colegio y penetra hacia el patio principal del conjunto religioso, en cuyo centro se coloca una columna labrada para sostener el reloj solar o cuadrante como una forma de evocar el origen del pueblo, y finalmente este eje culmina en la vivienda del padre
La estructura axial se consolida de acuerdo a las posibilidades reales de concretar un adecuado control del tamaño y dimensión del poblado, ya que al llegarse a ciertos topes se afronta problemas de escala, organización y significación, en virtud a la capacidad de autosuficiencia económica, a la organización de la producción, a la capacidad de integración interétnica, y sobre todo a la cantidad establecida por las ciudades ideales griegas de Platón o Aristóteles; o directamente a los requerimientos de una política pragmática de riguroso control del territorio. Por esas razones, es explicable que ningún pueblo haya sobrepasado el tope máximo de 3000 habitantes. La necesidad de limitar
física y socialmente al núcleo urbano, no sólo por razones administrativas (autogestión), políticas (convivencia imperial) o económicas (productivas), sino también a la metodología reduccional adoptada, porque en dicho sistema resulta mucho más fácil y simple comprender lo bueno, lo cercano, lo finito, lo numerable; en tanto que las nociones de lo incomprensible, ilimitado e infinito implica la otra parte del modelo, es decir, lo referido a lo divino y lo celestial.
Las referencias físicas para delimitar la expansión urbana eran evidentes e infranqueables. En ese sentido, el emplazamiento fijo del núcleo religioso sobre el eje longitudinal, definía en forma clara el crecimiento físico del pueblo, sobre el doble cuadrante sagrado no era posible ningún asentamiento civil. Por esa razón el crecimiento del pueblo debía tomar los rumbos hacia los otros dos lados con referencias claras que no podían superarse: la capilla Betania, exactamente en el centro del eje transversal ubicada en la entrada principal a la reducción, separada de la plaza a 300 metros de distancia. En sentido longitudinal, el pueblo se extendía a lo largo de 1000 a 3000 metros de longitud promedio, a partir del eje de la plaza.
7. Conclusiones
A través de las misiones de Chiquitos queda incorporada y asegurada la soberanía plena, para la corona española, de un dilatado territorio que hasta ese momento se había mantenido inexplotado y con un relativo control. Asimismo, constituye uno de los ejemplos notables donde los recursos humanos y materiales de las llanuras selváticas centrales se incorporan al control Real con fuerzas no convencionales. Se ratificaba el ejemplo iniciado por los misioneros centroamericanos de descartar la espada y levantar sólo el brazo con la cruz.
El territorio que sirvió de marco geográfico, donde se fundaron las reducciones de Chiquitos, habría de producirse sobre un eje territorial o plataforma ecológica divisoria de aguas, y estaba constituida básicamente por un subsistema regional particularizado de sierras bajas, terrenos fértiles, temperatura subtropical media y templada, precipitaciones reguladas, bañados por sendos ríos medianos y pequeños y arroyos permanentes que tienen la capacidad de pertenecer simultáneamente a tres cuencas históricas y ambientales de alcance continental. Al Sur con la cuenca platense, en torno a los afluentes del río de la Plata a través del río Paraguay y sus principales tributarios, el bañado de otuquis (río Parapetí) y las lagunas del pantanal compartidas con Brasil. Al Norte con la cuenca amazónica, en torno a los afluentes del río Amazonas a través de los ríos Mamoré e Iténez. Y al Oeste con la cuenca andina, en torno a las primeras ramificaciones de los valles y montañas de mediana altitud -los valles mesotérmicos- y la cordillera de los Andes.
Esta situación la convierte en una zona altamente estratégica que facilitará el arranque de exploraciones y apropiación real de un espacio extenso arco defensivo en contacto con las tres principales cuencas ambientales sudamericana. Un evidente y amplio espacio vacío, con pocos puntos referenciales de poblaciones o fortificaciones destacables que se encontraba en una enorme franja en disputa, intermediando las posesiones españolas y portuguesas en Sudamérica.
En esas condiciones el sistema misionero estableció un régimen autónomo en lo organizativo, administrativo y económico, conviviendo al lado del riguroso control imperial ortodoxo y conservador, hasta que finalmente se desencadenará la expulsión de los jesuitas en 1767
Plano4.Plan Maestro del programa religioso aplicado en San José
Plano3. Plan Maestro del programa religioso aplicado en San Miguellas ruinas de San Juan Bautista
de territorio español, 8 años antes -1759- habían sido expulsados del reino portugués. Con esta expulsión el imperio español desde un punto de vista político, perderá presencia y en gran medida, disminuirá drásticamente el control relativo que tuvo, durante dos siglos, del corazón sudamericano, con consecuencias imprevisibles.
Repercusiones Internas
En lo interno, la expulsión repercutió políticamente sobre el cambio administrativo de los bienes confiscados. Este hecho pasó aparentemente desapercibido en la percepción política de los gobernantes de la época, debido a que a fines del siglo XVIII y principios del XIX al secularizarse los bienes materiales como las edificaciones, talleres, campos, estancias, ganado, etc., de propiedad jesuita; es decir, un sistema socioeconómico en pleno funcionamiento y producción, pasaron a ser administrados por circunstanciales enviados especiales de la Audiencia de Charcas y en menor medida por la naciente oligarquía criolla local. Estos, al no establecer y prever adecuadamente medidas o instituciones que protejan la explotación desmedida del indígena, o que regulen de manera eficiente, moral y éticamente la nueva gestión administrativa y productiva, dará lugar a que se inicie un proceso de degradación del sistema y surgimiento de nuevos intereses, claramente favorables a una clase social que hasta ese momento se había mantenido débil y marginal en lo político, económico y cultural.
En paralelo la gestión real y religiosa perderán el prestigio y credibilidad que habían gozado hasta ese momento, por la creciente injerencia de intereses criollos y una estática administración ejercida por sus sucesores. Involuntariamente, este hecho se verá comprometido dualmente con los movimientos liberales de la época, no solamente para oponerse a una corona con su Rey cada vez más lejano y menos presente, sino contra todo lo exógeno y contra todo aquello que pudiera significar cambios, en contrapartida, se fortalecerá una conducción política y social regional de neto corte conservador y paternalista.
Repercusiones Externas
En lo externo, al perderse el control efectivo del territorio de misiones, el vecino imperio con sus bandeiras, siempre de avanzada y con sus fronteras también siempre abiertas; es decir, latentes y oportunas a aprovechar cualquier desajuste de sus vecinos; en forma inmediata a la expulsión, con una débil oposición, conseguirán establecer en forma permanente su presencia por primera vez sobre el margen derecho de las nacientes del río Paraguay. En sólo ocho años logran consolidarse
en sitios que no lo habían hecho en los dos siglos precedentes. Entre 1770 y 1778 fundarán los fuertes militares, primero de Alburquerque, luego será Nueva Coimbra. En ambos casos en los márgenes occidentales del río Paraguay próximo a la Bahía Negra y a la reducción jesuita de Santo Corazón, y fundamentalmente con la fundación de Corumbá se consolidarán los adelantazgos del imperio luso en nombre del Emperador José I de Portugal y la gobernación de Matto Grosso.
Por otra parte, se institucionaliza el contrabando por la vía de las misiones de mojos y chiquitos, utilizando la infraestructura caminera y productiva existente, en unos casos para privilegiar algunos productos locales revendidos como importados de Europa, y en otros casos asignando únicamente roles de intercambio comercial de productos de ultramar, lo que derivará al corto plazo en la liquidación por completo de la capacidad productiva local levantada por los jesuitas.
Ambos factores son confluyentes para determinar el comienzo del fin, iniciando un lento como inexorable proceso de deterioro y decaimiento de las reducciones.
Durante gran parte del siglo XIX, se evidencia en gran medida el mantenimiento de los logros y estándares alcanzados durante el régimen misional. Será con la modernización del Estado republicano apuntalado por la tesis liberal que sus nuevas instituciones, como el empadronamiento municipal obligatorio, iniciará un segundo proceso de debilitamiento del poder indígena. En el marco del dualismo barbarie vs. civilización son encarados los movimientos económicos de la época: primero, se producirá con el efímero auge de la quina, y luego, con los dos auges de la goma (1900-1910 y 1945-1950), además de la instalación de nuevos establecimientos ganaderos. La suma de éstos hechos producirá cambios más profundos, en virtud a que el mercantilismo dominante de la época, privilegiaba las ganancias inmediatas, por lo que se abandonó en los hechos el respeto y defensa de los derechos del indio, iniciándose de esa manera, su sistemático debilitamiento, lo que generará movimientos, tomando dos rumbos migratorios: al interior del bosque, dará lugar al nacimiento de centenares de comunidades indígenas localizadas en lugares de difícil acceso, como San Antonio de Lomerío, Suponema, San Fermín y los diminutivos como San Javierito, San Juancito, Santa Anita, San Miguelito, etc., -y tantos otros que incluso en la actualidad resulta complicado llegar-; o en su defecto se desplazarán en las nacientes del río Paraguay en Matto Grosso, Brasil, iniciando otro capítulo histórico del Oriente Boliviano.
Notas
1 Gil Albarracín, Antonio. LAS ÓRDENES MENDICANTES Y SU MISIÓN EN AMÉRICA. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2006, vol. X, núm. 218. En: http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-45.htm
2 Tapia Morales, Carmen Susana: EL DISCURSO TEOLÓGICO DE ANTONIO VIEIRA COMO MECANISMO PARA OBJETAR EL SOMETIMIENTO INDÍGENA EN EL ESTADO DEL MARAÑÓN Y GRAN PARÁ. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, No 34, 2007, pp. 247-322. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. En: https://www.redalyc.org/pdf/1271/127112570008.pdf
3 Bayer, Wolfang. RELSE NACH PERÚ. Journal zur Kunstg eschichte und allgemeinen. Literatur. Nuremberg, 1767. En: Gutiérrez, Ramon. ARQUITECTURA DEL ALTIPLANO PERUANO. 1978. Resistencia, Chaco. pp. 52-59.
Archivo Nacional de Chile (ANCH). Santiago. JESUITAS EN BOLIVIA. Vol. 232.
Archivo Nacional de Sucre. (ANS). Catálogo de Mojos y Chiquitos. Reglamento Herboso (1768). Vol. 24-I. Folio 47.
4 López Menéndez, Felipe. COMPENDIO DE HISTORIA ECLESIÁSTICA DE BOLIVIA. Sección: Misiones de Moxos. Misiones y Misioneros. La Paz. 1965.
5 D’orbingy, Alcides: VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL. Buenos Aires, 1945, pp. 1255-1256.
6 Aunque no es posible diferenciar las causas de muerte por las campañas evangelizadoras o misiones exploratorias, se pueden indicar en el primer caso a los mártires padres Lucas Caballero, muerto en manos de los indios Puyzocas en su afán de fundar la reducción de Concepción; Antonio Fidelli, muerto por inanición en San José y el hermano Alberto Romero, muerto por indios Zamucos en el área de San Ignacio de Zamucos. En el segundo caso, la muerte del célebre padre José de Arce, junto a Bartolomé Blende ocurrido en el cauce medio del río Paraguay en manos de los indios Payaguás. En: Fernández, Juan Patricio. RELACIÓN HISTORIAL DE LAS MISIONES DE INDIOS CHIQUITOS. Edit. Uribe y Cia. Asunción, 1896 -reimpresión de la primera edición P. Herrán, 1726- II; pp. 80, 112-115 y 185.
7 ARCHIVO NACIONAL DE BUENOS AIRES. ANBA. Memoriales, Felipe Suárez.
8 Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. Parte Segunda. Imprenta de Coni Hermanos. Buenos Aires, 1910; p. 82.
9 ANS. Ob. Cit. Memoriales, Felipe Suárez.
10 Moreno, Gabriel René. CATÁLOGO DE MOJOS Y CHIQUITOS. Universidad Gabriel René Moreno -según edición de Santiago de Chile, 1888-. Santa Cruz, 1973, Introducción, V; pp. 16-17.
11 Ob. Cit; Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. pp. 82-83.
12 Ob. Cit; Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 83.
13 Ob. Cit; Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 83.
14 Ob. Cit. Moreno, Gabriel René. CATÁLOGO DEL ARCHIVO DE MOJOS Y CHIQUITOS. pp. 242-243.
15 «En 1691, en los inicios de la creación de la provincia de Chiquitos, los padres Pedro Lascamburu, saliendo de las misiones guaraníes, y José Francisco de Arce, recorriendo por primera vez la tierra de los chiquitos, intentaron la comunicación. El primero llegó hasta los cerros llamados Ibitiratis». En: Sainz Ollero, Héctor y Helio; y otros: JOSÉ SÁNCHEZ LABRADOR Y LOS NATURALISTAS JESUITAS DEL RÍO DE LA PLATA. Madrid, 1989, p. 280.
16 Fernández, JP. Ob. Cit. Capítulo VIII; pp. 180-182.
17 «En 1715, José Francisco de Arce, acompañado de Bartolomé Blende, a fines de enero comenzaron la navegación río arriba, y durante siete meses, a vela o a remo, sin encontrar ninguna señal que les indicase la entrada (a Chiquitos). Arce tomó entonces la decisión de internarse hacia el oeste, y abandonando el barco junto a 12 indios, anduvo durante dos meses por aquellas tierras». En esas precarias condiciones y prácticamente perdidos fueron encontrados por los indios de la misión de San Rafael, donde el padre Cea los estaba esperando. En: Sainz Ollero, y otros Ob. Cit., p. 281.
18 En el camino de regreso la tripulación del barco de Blende fue asaltada por los Payaguas, quiénes en esas circunstancias los mismos Payaguas le cayeron encima dando muerte al padre Arce y varios de sus seguidores. En: Fernández, JP. Ob. Cit, pp. 112-118.
19 En relación a la campaña exploratoria del padre Pedro Lascamburu, éste recomienda que «lo más acertado y lo mejor será que si el padre Arce quiere con sus Chiquitos esta comunicación... conquisten primero a los Guaycurús, Mbayás, Cuanás, Naparus y otros que tienen adelante; y después poco a poco se vengan allegando a los Itatines a fundarse, como estos dos pueblos se fundaron allá, sin ayuda de otros. Y por supuesto que aquí se ha escrito que los Chiquitos por si se han defendido de los portugueses con cuanta más facilidad podrán romper por los dichos Guaycurús y sus aliados; y después de vencidas las dificultades de allí, se procurase ayudarles con vacas y cabalguras». En: Lahmeyer Lobo, Eulalia María. CAMINHO DE CHIQUITOS AS MISSIONES GUARANIS DE 1690 A 1718. Colecao da Revista de Historia. Sao Paulo, Brasil, 1960; pp. 28-30.
20 En los siglos XVII y XVIII, las misiones jesuitas se encontraban en pleno apogeo. Tirso González formó parte de toda una trayectoria configurada por importantes misioneros en el continente europeo, el nuevo mundo y Asia. Recuperado: https://dbe.rah.es/biografias/15557/tirso-gonzalezde-santalla
21 ANBA. Ob. Cit., Memoriales, Felipe Suárez.
22 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 84.
23 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 85.
24 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 85.
25 Fernández en su RELACIÓN dedica todo el Capítulo V a este tema. En: Fernández, JP. Ob. Cit; pp. 92-103.
26 Por Real Provisión de la Audiencia de la Plata se manda cerrar el camino y comercio entre las misiones de Chiquitos y las del Paraguay, 1717. En: Colección de Manuscritos de Pedro de Angelis, I, 29, 5, 104. Biblioteca Nacional.
27 Ob. Cit. Fernández, Juan Patricio. RELACIÓN HISTORIAL DE LAS MISIONES DE INDIOS CHIQUITOS. p. 244.
28 Ob. Cit. Fernández, Juan Patricio. RELACIÓN HISTORIAL DE LAS MISIONES DE INDIOS CHIQUITOS. p. 145.
29 Ob. Cit. Fernández, Juan Patricio. RELACIÓN HISTORIAL DE LAS MISIONES DE INDIOS CHIQUITOS. p. 173.
30 Ob. Cit. Fernández, Juan Patricio. RELACIÓN HISTORIAL DE LAS MISIONES DE INDIOS CHIQUITOS. p. 245.
31 Vaudry, Jean-Baptiste (Miembro de la Sociedad de Geografía de París). ESTUDIO SOBRE LA FUNDACIÓN Y LA UBICACIÓN DE SAN IGNACIO DE ZAMUCOS. Imp. Arnó Hnos. La Paz, 1933. p. 5.
32 Ob. Cit. Vaudry, Jean-Baptiste. ESTUDIO SOBRE LA FUNDACIÓN Y LA UBICACIÓN DE SAN IGNACIO DE ZAMUCOS. pp. 5-6.
33 El manuscrito de Chomé con su trabajo sobre la lengua zamuco -depositado en la Biblioteca del Museo del Hombre de París- debió de escribirlo poco antes de 1745. Publicado en el Journal de la Société des Américanistes. Tomo 47, pp. 121 a 178. París, 1958. En: https://docplayer.es/98694207-Elarte-de-la-lengua-zamuca-ignace-chome.html
34 Ob. Cit. Vaudry, Jean-Baptiste. ESTUDIO SOBRE LA FUNDACIÓN Y LA UBICACIÓN DE SAN IGNACIO DE ZAMUCOS. p. 23.
35 Ob. Cit. Vaudry, Jean-Baptiste. ESTUDIO SOBRE LA FUNDACIÓN Y LA UBICACIÓN DE SAN IGNACIO DE ZAMUCOS. p. 25.
Incluso Wikipedia señala que sus ruinas se encuentran en el extremo sureste del Parque nacional del Gran Chaco Kaa-Iya en la zona del sitio hoy llamado San Ignacio en el municipio de Charagua provincia Cordillera, a pocos kilómetros de la frontera con Paraguay y del Cerro San Miguel o "Cerro de Irala".
36 Fr. Ofner, Luis M. SAN IGNACIO DE ZAMUCOS. Centro de publicaciones UPSA. Santa Cruz, 2001. pp. 25-26.
37 A través de Werner Hoffman, con sus dos libros: “LAS MISIONES JESUÍTICAS ENTRE LOS CHIQUITANOS” y “VIDA Y OBRA DEL P. MARTIN SCHMID”, ha sido posible conocer al padre Martin Schmid como uno de los principales autores en el campo artístico y arquitectónico de San Rafael, Concepción y San Javier. En cambio, sigue siendo escasa la documentación sobre los autores de las obras levantadas en las otras reducciones.
38 Se trata de puntos de contacto y control fronterizo establecido por los Jesuitas de Chiquitos y Moxos con las autoridades de Santa Cruz de la Sierra, y entre ambas con la Audiencia de Charcas. En: Moreno, GR. Ob. Cit., p. 322.
39 ANBA. Ob. Cit. Memoriales, Felipe Suárez.
40 Altamirano, Diego Francisco. HISTORIA DE LA MISIÓN DE MOJO. Capítulo II “A ejemplar de Loreto se fundan otras Reducciones” La Paz, 1891.
41 Sainz Ollero, y otros Ob. Cit., 7, Viajes por la cuenca del río Pilcomayo, pp. 277-280.
42 Ello se debe probablemente al hecho de ser pueblos más recientes y a no estar “integrados al sistema misionero”. En: Gutiérrez, Ramón. EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUITECTÓNICA DEL PARAGUAY. Resistencia, 1978. pp. 343-344.
43 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 86.
44 D'Orbigny, Alcides. VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL. Realizado de 1826 a 1835.Tomo III. Editorial Futuro. Buenos Aires, 1945. pp.1190/1191
45 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 87.
46 Ob. Cit. D'Orbigny, Alcides. VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL. p. 1199.
47 Ob. Cit. Gutiérrez, Ramón. Ob. Cit., pp. 343-344.
48 Ob. Cit. Sánchez Labrador, José. EL PARAGUAY CATÓLICO. p. 87.
49 Ob. Cit. D'Orbigny, Alcides. VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL. p. 1160.
50 «El triunfo definitivo en aquella ruta habría de conseguirse sesenta años después; el hombre que lo logró fue José Sánchez de Labrador en 1766. Muchas circunstancias que facilitaban el éxito de esta empresa se reunieron durante todos aquellos años. La provincia de Chiquitos era mucho más extensa que antes, y en 1760 los misioneros Antonio Guasp y José Chueca habían fundado el pueblo del Sagrado Corazón». En: Sainz Ollero, y otros Ob. Cit., 7, p. 282.
51 Ob. Cit. Sainz Ollero, y otros. VII, p. 28.
INVESTIGACIÓN ESTUDIANTIL
El arte y cultura como elemento identitario en la Sociedad Cruceña
Estudiante de la Carrera de Arquitectura
Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra
Investigación Documental CE112-B.
María Fernanda Suárez Hinojosa
Resumen
El estudio surge del reconocimiento del potencial transformador que tiene el arte y la cultura en la percepción y aprecio del entorno urbano. La elección de este tema se fundamenta en la convicción de que, para fomentar el amor por una ciudad, es crucial entender y valorar su cultura y patrimonio artístico. Se explora cómo el arte puede servir como catalizador para una conexión más profunda con el entorno urbano y, en última instancia, cultivar un sentido de pertenencia y cuidado hacia la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Se argumenta que aprender a abrazar el arte y apreciar la belleza que rodea el entorno urbano no solo enriquece la experiencia individual, sino que también fortalece el tejido social y promueve un desarrollo urbano sostenible.
Palabras clave: cultura, arte, comunicación, turismo, patrimonio, modernismo, arquitectura.
Abstract
The study arises from the recognition of the transformative potential that art and culture have on the perception and appreciation of the urban environment. The choice of this topic is based on the conviction that, to foster love for a city, it is crucial to understand and value its culture and artistic heritage. It explores how art can serve as a catalyst for a deeper connection with the urban environment and, ultimately, cultivate a sense of belonging and care towards the city of Santa Cruz de la Sierra. It is argued that learning to embrace art and appreciate the beauty surrounding the urban environment not only enriches individual experience but also strengthens the social fabric and promotes sustainable urban development.
La capacidad intelectual que el ser humano tiene es inmensa. Es de conocimiento general que desde los inicios de la existencia del ser humano la preeminencia que buscaba el ser humano para sobrevivir era a través de dos grandes factores: la comida y la comunicación. Gracias a la comunicación sea verbal, física, o visual, se ha logrado que el ser humano se exprese por medio de ella de muchas maneras.
Las que más podemos destacar como medio de transmisión a una sociedad son las letras, música y el arte. El arte ha sido una expresión fundamental de la humanidad, actuando como un espejo de nuestras culturas, valores y experiencias. Stamkou y Keltner (2020) resaltan que la interacción con el arte activa mecanismos psicológicos que permiten mantener una distancia segura mientras se exploran los contenidos de las obras artísticas. En este contexto protegido, el arte puede cuestionar las narrativas culturales a través de desviaciones perceptuales y conceptuales.
No solo mencionar al arte como medio crucial para nuestra sociedad, sino que éste va ligado junto a la cultura ya que sin ella no se entendería al entorno. Makhmudova (2022) describe a la cultura como un punto específico en el progreso histórico de una sociedad, el potencial creativo y las capacidades humanas, manifestándose en diferentes facetas de la vida y actividades de las personas, así como en la creación de riqueza material y espiritual.
Pero, ¿por qué se le debería de atribuir bastante importancia al arte? ¿Qué influencia y que beneficios ha traído el arte al mundo y específicamente a nuestra
sociedad cruceña? Su importancia trasciende lo estético; el arte desempeña un papel crucial en la manera en que comprendemos, interpretamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Esta importancia se manifiesta en varios aspectos de la vida social, cultural y emocional de las personas, moldeando nuestras identidades individuales y colectivas, así como nuestro entendimiento de la historia y el presente.
En este artículo, se analizará cómo la cultura influye en la sociedad y cómo esta influencia se manifiesta en áreas clave como la educación y las relaciones interpersonales. Además, consideraremos cómo los cambios en la cultura pueden desencadenar transformaciones significativas en la estructura y el funcionamiento de una sociedad, así como en la forma en que sus miembros perciben y responden a su entorno.
Cuerpo teórico
El arte como lenguaje universal y forma de comunicación Siendo el arte uno de los medios más antiguos para reflejar la historia de una sociedad, éste ha logrado con mucho éxito el poder contribuir la manera en como una sociedad puede ir adaptándose o comportándose. Es cierto que existe la barrera de comunicación si hablásemos de comunicación verbal, pero lo más interesante de todo esto, es que la comunicación visual es una manera de interpretación fácil para todas las culturas.
De acuerdo con Holridge y Macleod (2009) una obra artística tiene como propósito la comunicación, ya sea de manera directa o indirecta, expresando un mensaje. Se
enfoca en una narrativa específica y expone su temática de manera única. El enfoque hacia la información, junto con el conocimiento relacionado con el tema y la expresión artística, se caracteriza principalmente por ser dialogal, promoviendo así la interacción y el intercambio de ideas.
No obstante que para llegar a reflejar la comunicación visual se debe pasar por el mismo proceso de la comunicación. Con referencia a lo anterior Toursinov (2019) informa que el propósito de una obra de arte es comunicar un mensaje, ya sea de forma directa o indirecta, a través de una narrativa única que expresa su temática. Nuestra aproximación a la información, junto con el conocimiento sobre el tema y la expresión artística, se destaca por fomentar el diálogo, promoviendo la interacción y el intercambio de ideas. Entonces la información se transmite no en el espacio sino en el tiempo y sirve como medio de autoorganización de la persona.
El arte como reflejo de las experiencias, emociones y valores de la humanidad
Las experiencias que vivimos día a día son las que hacen que desarrollemos nuestro carácter y nuestro ser. Si esto lo relacionamos con el arte, se puede llegar a observar que, a través de las pinturas, monumentos, edificios, medios visuales, etc. afectan el cómo influye en la sociedad moderna.
El arte también ha sido un medio para expresar una amplia gama de emociones, desde la alegría y el amor hasta la tristeza, la ira y el miedo. Las obras de arte pueden evocar en nosotros sentimientos profundos que nos conectan con la experiencia universal de ser humanos. El arte se presenta como la materialización de conceptos humanos en formas tangibles y simbólicas, dando forma a emociones y pensamientos abstractos. Es considerado como una expresión fundamental y significativa de la humanidad, explorando aspectos esenciales de la experiencia humana como la creatividad, la expresión emocional y la búsqueda de significado y trascendencia. A través del arte, se abre una ventana única para entender y conectar con nuestra propia humanidad. (Kupareo, 1972).
Pazmiño (2019, p. 18) resalta que el arte permite conectarnos con nuestro interior y así sentir, escuchar y conocer nuestras emociones. El arte también puede servir como un medio para procesar y canalizar nuestras propias emociones. Muchas personas recurren al arte como una forma de expresar y dar forma a sus sentimientos internos, ya sea a través de la pintura, la escritura, la música o cualquier otra forma de expresión artística. La creación artística puede proporcionar un medio seguro y terapéutico para explorar y confrontar
emociones difíciles, así como para celebrar y compartir emociones positivas.
El empleo de las artes es particularmente relevante en terapias, ya que permite sacar a la luz lo que está latente en el inconsciente del individuo, y a partir de ese entendimiento, dirigir la intervención hacia oportunidades de crecimiento y desarrollo. (Lorenzo, 2022). Es de gran ayuda para la sociedad el poder atrapar el mensaje llevado por el artista y es a través de su visión que perciben qué es lo que quiere decir el artista. No olvidar que es un constante intercambio de comunicación visual.
El arte como promotor del turismo y la interculturalidad A través de sus diversas manifestaciones, el arte no solo atrae a visitantes a destinos específicos, sino que también facilita el intercambio cultural y la comprensión entre diferentes comunidades. El arte se convierte en un vehículo poderoso para fomentar la diversidad cultural, enriquecer las experiencias turísticas y fortalecer los lazos entre personas de distintas procedencias. Debido a esto, beneficia el impulso a crear e innovar nuevas experiencias que brinden riqueza cultural a la ciudad. Los principales medios de atracción turística en las ciudades son: la arquitectura, las esculturas, las ciudades que preservan su nicho histórico. Todo eso atrae al medio turista.
La arquitectura considerada como un punto de interés turístico es aquella que los visitantes anhelan explorar debido a su relevancia histórica, su atractivo estético, su singularidad u otros atributos destacados. (Zamudio, 2013). Al relacionar esto con la arquitectura y el arte cruceño, se podrá rescatar que en Santa Cruz de la Sierra sí existen patrimonios culturales que vale la pena promulgar a gran escala para atraer medios turísticos para que visiten nuestra tierra. El arte en nuestro lado oriental de Bolivia tiene más detalles y derivaciones del lado amazónico y tropical lo cual hace ver a los lugares turísticos de una manera natural y tropical. Se podría decir que hasta la ropa típica que se usa en Santa Cruz deriva del lado tropical con voladizos en las telas que muestran la frescura y tradicionalidad de nuestra tierra.
El arte y cultura como elemento identitario en la Sociedad Cruceña
En el corazón mismo de Santa Cruz, Bolivia, late un pulso cultural que trasciende el tiempo y plasma la esencia de una sociedad en constante evolución. En el marco de esta dinámica sociedad cruceña, el arte y la cultura no solo se manifiestan como formas de expresión, sino como fuerzas motoras que impulsan la cohesión social, la preservación del patrimonio y la construcción de identidades compartidas. Limpias (2011) describe a la arquitectura del oriente boliviano en como ésta refleja en sus espacios la identidad y la idiosincrasia de los
habitantes de Santa Cruz, así como sus limitaciones y potencialidades, sus anhelos y aspiraciones, permitiendo así comprender su mestizaje, arraigo y conexiones con el mundo.
Desde la segunda mitad del siglo XX con las surgentes tecnologías, todo ha ido evolucionando y adaptándose al nuevo concepto de “modernismo” y muchos países crearon sus nuevas culturas en base a la riqueza tecnológica que poseen. ¿Cómo es que Santa Cruz de la Sierra se adaptó al modernismo y como logró mantener su patrimonio cultural arquitectónico? Suárez (2013) afirma que no es aceptable dividir la ciudad en entidades separadas: por un lado, el centro histórico, y por otro, la ciudad dispersa. Por el contrario, la ciudad dispersa debe tener relación con el centro histórico, y este último debe estar conectado con la ciudad dispersa. Es decir que tiene que haber una correlación y armonía a la hora de combinar lo histórico con lo moderno.
El patrimonio cultural como legado histórico y cultural en Santa Cruz
El patrimonio cultural no solo es la herencia del pasado, sino también una identidad en proceso de formación continua. Los elementos emblemáticos narran la historia misma de la ciudad, que puede ser interpretada como un relato, explorando cada calle, plaza y edificio. La simplificación que resulta de seleccionar una o muy pocas obras como referencia puede causar aprensión en aquellos que se incomodan con la reducción. Sin embargo, simplificar es una tendencia natural, no solo inevitable sino también vital. A medida que el centro urbano crece en dimensión y complejidad, la necesidad de definición se vuelve aún más crucial. (Limpias, 1997). Comprendiendo esto, podemos ver que la manera de preservar la identidad cultural es un desafío ya que, con el surgimiento de lo contemporáneo y moderno, podemos apreciar con más detalle la importancia de saber adaptar y de saber cuidar la cultura y fomentar el arte cruceño en la ciudad.
Debido al enfoque conservacionista y otras asociaciones afines, el movimiento moderno ha sido despreciado y culpado como el principal responsable de la degradación del patrimonio arquitectónico. Sin embargo, se pasa por alto que actualmente obras de este movimiento también son valoradas como parte esencial de la memoria colectiva y están siendo rescatadas con un interés notable. (Suárez, 2013). Lo “antiguo” y lo “nuevo” no deberían de considerarse extremistas, por el contrario, esto genera que sea una ciudad fusionada que no busca deshacerse de la historia y cultura que tiene por detrás, sino que, a su vez busca contar el como ha ido desarrollándose hacia lo actual sin perder lo cultural.
Conclusión
El arte y la cultura son pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad vibrante y enriquecedora. Promover su expresión y disfrute no solo genera beneficios individuales, sino que también impacta positivamente en el ámbito social y cultural. En el caso de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, fomentar el arte y el patrimonio cultural no solo enriquece la vida de los residentes, sino que también puede tener un impacto significativo en el turismo y la identidad cultural de la ciudad.
A su vez, el arte y la cultura añaden capas de significado y belleza a los espacios urbanos, convirtiéndolos en lugares más vibrantes y atractivos tanto para los habitantes locales como para los visitantes. En Santa Cruz, donde la diversidad cultural es una característica distintiva, promover el arte y el patrimonio cultural puede fortalecer el sentido de pertenencia y orgullo entre los ciudadanos, así como preservar y celebrar la rica historia y tradiciones de la región.
Además, la combinación del modernismo con la historia puede dar lugar a una nueva cultura que atraiga a los turistas. Al integrar elementos contemporáneos con la riqueza del legado cultural, Santa Cruz puede crear una experiencia única que combine lo antiguo y lo nuevo, ofreciendo a los visitantes una visión fascinante de la evolución de la ciudad a lo largo del tiempo.
Fomentar el arte y el patrimonio cultural en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, no solo enriquece la vida de sus habitantes y fortalece su identidad cultural, sino que también puede atraer a turistas al ofrecer una experiencia única que fusiona lo moderno con lo histórico. Es fundamental reconocer el valor transformador del arte y la cultura en la percepción y aprecio del entorno urbano, y trabajar para promover y preservar estas expresiones en beneficio de la comunidad en general.
Es un camino hacia el progreso individual y colectivo, un puente hacia la comprensión intercultural y un motor para el desarrollo económico. Abracemos la riqueza del arte en todas sus formas y celebremos su poder transformador.
Referencias
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Kupareo, R. (1972). El Arte, valor humano por excelencia. Revista chilena de investigaciones estéticas, 1(1), 3743.
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Zamudio Vega, L. S., (2013). ARQUITECTURAY TURISMO. LA ARQUITECTURA COMO RECLAMO TURÍSTICO. Urbano, 16(28), 58-67.
Limpias Ortiz, V. H., (2011). 450 años de arquitectura cruceña. Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura, (15), 07-14.
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Suarez, V. (2013). Uso y Abuso del Patrimonio. (1). Fondo Editorial Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra.
C.I.U.D.A.D.
Centro de Investigaciones de Urbanismo, Diseño Industrial, Arquitectura y Diseño de Interiores
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra - UPSA
¿Qué es C.I.U.D.A.D.?
Es la Unidad de Investigación de la FADU-UPSA, que desarrolla y promueve investigaciones de diverso tipo, de carácter institucional, independiente o mixto, vinculados a temas de historia, teoría, tecnología y aplicaciones de arquitectura, urbanismo, diseño industrial, diseño de interiores y paisajismo.
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Entre sus programas se encuentra el PII-CIUDAD, cuyas primeras versiones implicó el desarrollo de varios proyectos independientes de investigación, presentados en diferentes eventos.
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Condiciones:
1. El proyecto debe ser formulado y presentado por un estudiante, quien además, será responsable de su planteo, ejecución y presentación. En casos excepcionales, podrán conformarse equipos de 2 o más estudiantes, siempre que todos ellos hayan previamente desarrollado y concluido satisfactoriamente una investigación individual.
2. La Facultad proporcionará a los estudiantes investigadores apoyo y orientación personalizada, a través de sus docentes investigadores, desde el inicio, durante y hasta la conclusión definitiva de la investigación.
3. El monto del financiamiento máximo de proyectos de investigación, en el marco de la presente convocatoria, no será mayor a 1.500 Bolivianos por proyecto, excepto en condiciones particulares establecidas sobre esta materia en el Reglamento de Investigaciones de la Universidad.
4. Los responsables del proyecto asignado, deben presentar un primer informe parcial de avance, al haber transcurrido el 50% del tiempo establecido en el proyecto, un informe segundo informe parcial de avance al transcurrir el 80% del tiempo del proyecto y un informe final al concluir con el proyecto.
5. La duración de los proyectos de investigación, no puede ser mayor a seis meses calendario, con excepciones a ser analizadas caso por caso.
6. En caso de incumplimiento de los objetivos y metas del proyecto o de no conclusión del mismo, por cualquier motivo no previamente anticipado o justificado, el estudiante responsable deberá devolver el total del monto ya entregado a la Universidad.
7. Los avances parciales y resultados finales de los proyectos de investigación, sean en abstracto o in extenso, serán publicados en la Revista de la Facultad (Esquicio u otra), no pudiendo el (los) responsable(s) de la investigación publicarlo por ningún otro medio, salvo autorización expresa y por escrito de la Facultad.
CONVOCATORIA PARA INVESTIGACIÓN DOCENTE “PII-09-CIUDAD”
La FADU-UPSA, en el marco de las políticas y estrategias institucionales y facultativas establecidas en el PAE-FADU-UPSA 2017, convoca a docentes de la FADU-UPSA, a participar del Programa Permanente de Investigaciones
Requisitos:
1. Ser docente titular de las carreras de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UPSA.
2. El tema a investigar tiene y debe concentrarse en alguna de las líneas de investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Temas multidisciplinares se analizarán y aprobarán excepcionalmente.
Condiciones:
1. El proyecto debe ser formulado y presentado por un docente, quien además, será responsable de su planteo, ejecución y presentación. En casos excepcionales, podrán conformarse equipos de 2 o más docentes, siempre que la complejidad y características así lo ameriten.
2. El monto del financiamiento máximo de proyectos de investigación, en el marco de la presente convocatoria, podrá llegar a 7.000 Bolivianos por proyecto, excepto en condiciones particulares establecidas sobre esta materia en el Reglamento de Investigaciones de la Universidad.
3. Los responsables del proyecto asignado, deben presentar un primer informe parcial de avance, al haber transcurrido el 50% del tiempo establecido en el proyecto, un informe segundo informe parcial de avance al transcurrir el 80% del tiempo del proyecto y un informe final al concluir con el proyecto.
4. La duración de los proyectos de investigación, no puede ser mayor a seis meses calendario, con excepciones a ser analizadas caso por caso.
5. En caso de incumplimiento de los objetivos y metas del proyecto o de no conclusión del mismo, por cualquier motivo no previamente anticipado o justificado, el docente responsable deberá devolver el total del monto, ya entregado, a la Universidad.
6. Los avances parciales y resultados finales de los proyectos de investigación, sean en abstracto o in extenso, serán publicados en la Revista de la Facultad (Esquicio u otra), no pudiendo el (los) responsable(s) de la investigación publicarlo por algún otro medio, salvo autorización expresa y por escrito de la Facultad.
INFORMACIONES:
Mgs. Arq. Juan Carlos Simoni juancarlossimoni@upsa.edu.bo