AUGE Y CRISIS DE UNA CIUDAD COLONIAL, LA NUEVA POBLACION DE BELLAVISTA

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AUGE Y CRISIS DE UNA CIUDAD COLONIAL

LA NUEVA POBLACIÓN DE BELLAVISTA. 1746-1826. Isaac Sáenz Mori Arquitecto. Universidad Ricardo Palma, Lima. Maestría en Historia. Universidad Mayor de San Marcos, Lima. Doctorando en Arquitectura. Universidad de Sevilla, España.

1.- El puerto del Callao y el pueblo de Bellavista.A mediados del siglo XVIII un devastador sismo asoló la ciudad de Los Reyes y otro maremoto inundó el Callao, el puerto más importante del Pacifico Sur. Como resultado la ciudad del Callao perdió virtualmente la totalidad de su población y sólo quedaron en pie algunos fragmentos de sus murallas y parte de las torres de las Iglesias. No hizo falta la tan temida incursión de piratas y corsarios para que colapse el puerto. Muy pronto este panorama desolador fue evolucionando con la voluntad virreinal de construir una nueva ciudad. Esta vez ya no en las cercanías del mar sino a un tercio de legua del antiguo puerto. El Virrey Conde de Superunda dispone la fundación de un pueblo alternativo al vecino puerto del Callao, siendo Luis Godín, matemático francés de la Academia de Ciencias de Paris, quien elabora el proyecto con el nombre de Plan del Pueblo y Bodegas de Bellavista y quien se encargó asimismo de las obras de reconstrucción de Lima y del diseño de la ciudadela del Real Felipe y demás baluartes del Callao. El gobierno virreinal estaba interesado asimismo en reorganizar este espacio estratégico del territorio colonial y sus actividades tras los desastres acaecidos. El Virrey se encargó de organizar la nueva ciudad para la población civil, mientras que diseñaba una ciudadela militar en el vecino puerto del Callao. La Nueva Población toma el nombre de San Fernando de Bellavista, bajo la advocación de San Simón y San Judas. El nombre de la ciudad aludía a las virtudes del clima y a su favorable localización, a mayor altitud que el puerto y con un dominio visual sobre los extensos prados que lo rodeaban, emplazándose en las tierras altas de la hacienda de Aguilar. El emplazamiento guardaba relación con los objetivos planteados y, entre ellos, con la función residencial. Se prohibió expresamente el poblamiento del puerto, que quedaría fortificado y las actividades comerciales y defensivas definirían sus funciones esenciales. Por su parte, la nueva fundación de Bellavista cumpliría las siguientes funciones: 1) Constituir un centro de almacenaje, para los comerciantes limeños, libre de eventuales desastres naturales, como parte de las actividades mercantiles de escala intracolonial y transoceánica; 2) Constituir un núcleo residencial dirigido a la gente de marina, que antes ocupaban el Callao1 y 3) por ultimo, constituir un centro poblado de apoyo al puerto del Callao en sus funciones comerciales y militares. El núcleo del Curato del Callao pasó a Bellavista, donde se edificó una parroquia. A partir de entonces, el Presidio del Callao, donde se estableció una capilla, constituyó una viceparroquia dependiente del Cura de


Bellavista2. Así pues, el surgimiento y desarrollo

de Bellavista esta estrechamente relacionada con la

redefinición funcional del vecino puerto del Callao. Mientras al Puerto le correspondían funciones comerciales y militares a Bellavista se le asignaba una función residencial y de apoyo al comercio. Por otro lado, el emplazamiento de una plaza retirada de la playa era una necesidad que venia de mucho tiempo atrás. Ya Jorge Juan y Antonio de Ulloa habían explicado el problema de la plaza del Callao que por su ubicación requería constantes trabajos de rehabilitación a causa del embate de las aguas del mar durante el invierno y que generaban gastos continuos en la real hacienda3. El emplazamiento del nuevo pueblo de Bellavista venía a solucionar este problema, aunque las protestas iniciales por los comerciantes no se hicieron esperar, pues implicaba molestas en el desarrollo de sus actividades. 2.- El Consulado de Lima y la gestión de la ciudad.La fundación de Bellavista se inscribe en una etapa de importantes cambios en la construcción de la ciudad colonial. Entre ellos la aparición de nuevos actores y gestores en la manufactura urbana. Uno de ellos fue decididamente el Tribunal del Consulado. Su influencia tuvo importante relación con la evolución urbana de la ciudad. La institución sostuvo económicamente un conjunto de proyectos tanto en la ciudad como en el puerto. En Lima se edificaron un conjunto de obras relacionadas directamente con el desarrollo de la actividad mercantil que efectuaban sus miembros. El acondicionamiento de las vías de transporte y las puertas de la ciudad eran obras que redundarían en el óptimo funcionamiento del comercio. En este contexto se ejecutan algunas de las obras más importantes efectuadas durante el periodo borbónico en el virreinato peruano: la Nueva Población de Bellavista y la Alameda y Puerta del Callao. Bellavista se emplazaba en el eje Lima-Puerto del Callao, un eje de gran dinamismo, que se iniciaba en la portada del Callao, tras una legua de recorrido y exactamente a la mitad del eje se llegaba al Pueblo de La Legua, un asiento que servia de descanso a los viajeros habituales y donde había mesón y una capilla, consignada a Nuestra Señora de Monte Carmelo, protectora de los marinos4. A dos tercios del puerto se emplazaba la Nueva Población de Bellavista, en un entorno rodeado de campos, chacras y haciendas, en lo que constituía el valle de La Legua. En el extremo final de esta ruta se encontraba el Puerto, Plaza Militar y Apostadero del Callao. (Ver Mapa No 1). El Virrey Ambrosio O´Higgins quiso destacar la magnificencia de este eje, que constituía el ingreso a la Capital del Virreinato, construyendo un gran paseo o alameda. La obra se iniciaba con la una portada monumental de tres puertas, que correspondían a las tres secciones en que se dividía el Paseo5. En sus más de 13000 varas de longitud se diseñaron 5 óvalos, uno de los cuales se localizaba en las inmediaciones del pueblo, denominándose entonces Bellavista y que articulaba la Nueva Población con el magno escenario urbano borbónico propuesto por el Virrey.

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3 4

BNL, Manuscrito C312. Relación que suscribe el Conde de Superunda, Lima, 1761, f. 117 AAL, Curatos diversos, Legajo 36, Expediente 36.X, 1816, f. 14 r.

ULLOA, Jorge Juan y Antonio. Noticias Secretas de América, pp. 138-139

CDIP, Tomo XXVII, Volumen 2º, p. 105 5 CDIP, Tomo I, Volumen 8, pp. 425-431


Mapa No 1.BELLAVISTA Y SU ENTORNO. Principios del siglo XIX. Museo Naval de Madrid, Bandeja XXXVI, Carpeta A, No 2. Tomado de DE LA PUENTE CANDAMO, José. Historia Marítima del Perú, Tomo V, Volumen 1. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 1975, p. 220

Pero la obra emblemática de la participación del Tribunal del Consulado en la construcción del urbanismo del periodo borbónico tiene que ver con la fundación de Bellavista. Los terrenos del pueblo que, sumaban una extensión de 7 fanegadas y un quinto y un costo de 3160 pesos, fueron adquiridos por la institución, vendiéndose los solares a los comerciantes que establecieron sus bodegas y almacenes y cuyo reparto estuvo a cargo del mismo Cónsul de la institución Pedro Gutiérrez Cosio. Los adjudicatarios debían contribuir con la fábrica de la Casa Cural, la Iglesia, el Cabildo y la Plaza Mayor.6 El Tribunal del Consulado que financió tanto la ciudad de Bellavista como el Paseo del Callao, tuvo en estos proyectos sus obras-símbolo. El gremio mercantil limeño expresaba a través de ellas su poder y jerarquía económica y política en el sistema colonial peruano. Asimismo ambos proyectos esenciales de uno de los momentos culminantes del desarrollo urbano colonial peruano.

6

VARGAS UGARTE, Rubén. Historia del Perú, Tomo IV, p. 266

significaron referentes


3.- Reformas, Nuevas Poblaciones y estructura urbana.Durante el siglo XVIII

se fundaron un gran número de

ciudades a lo largo del territorio colonial

denominadas Nuevas Poblaciones. Estas fundaciones se encontraban insertas en un conjunto de medidas que buscaban consolidar y expandir la presencia del estado virreinal en el espacio colonial, así como generar el crecimiento de las colonias a través del fomento del comercio, la industria y la agricultura. Otro grupo de ciudades, bajo esta tipologia urbana, surgieron de un proceso de refundación tras sucumbir por diversos desastres naturales, generando un replanteamiento del territorio con la reubicación de su emplazamiento original, modalidad común en el desarrollo urbano colonial iberoamericano. La fundación de Bellavista, responde a esta tipologia de Nuevas Poblaciones establecidas en el Perú colonial, bajo la modalidad de poblaciones de nueva planta, vinculándose directamente

a las políticas reformistas en términos de

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regeneración del territorio. Su mismo emplazamiento, dinámico y privilegiado, en el eje Lima-Callao significaba la posibilidad de desarrollar diversas actividades económicas. De hecho, Bellavista fue aprovechando paulatinamente sus ventajas comparativas, de acuerdo a los ideas de sus impulsores y, que en general, se pensaron para las Nuevas Poblaciones fundadas en las colonias hispanoamericanas. Por otro lado, las reformas tardo coloniales también impactan en las ciudades en términos de gestión y de administración, y con menos incidencia en la estructura urbana. En el caso de Bellavista el trazado urbano adopta el formato regular cuadriculado de las primeras ciudades hispanas del siglo XVI., pero adaptándose a la trama rural del entorno, conformado por diversos elementos como canales de regadío, caminos y el perímetro de las propiedades colindantes, constituyéndose de esta manera manzanas irregulares en los contornos de la población (Ver Plano No 1). La organización espacial repitió el modelo de la ciudad colonial bajo las normas estipuladas en las Ordenanzas de Felipe II de 1573. Algunas características en común con este periodo fundacional urbano tienen que ver con la adopción de una trama reticular; la organización espacial a partir de una plaza regular y/o central (donde se emplazará la Iglesia Parroquial); las particularidades del sitio: clima saludable, abundancia de agua y alimentos y situación favorable, pues se trataba de un paraje bien articulado con el valle, el puerto y la ciudad de Lima.

7

SAENZ MORI, Isaac. “Territorio y urbanismo borbónicos. Las nuevas poblaciones durante el siglo XVIII en el Perú colonial” En: Revista Aquitextos No 16, URP. FAU, Lima, 2003, p. 44


PLANO No 1 PLAN DEL PUEBLO Y BODEGAS DE SAN FERNANDO DE BELLAVISTA. 1746-1747

Por el contrario, algunas características

que diferencian Bellavista de la ciudad colonial temprana y

que se vinculan directamente a las políticas reformistas, se relacionan con la ausencia de planificación del suelo urbano para las órdenes religiosas, prohibiéndose expresamente la construcción de monasterios por parte del clero regular. El paisaje urbano por consiguiente se encontraba dominado por la presencia de las grandes bodegas del pueblo, antes que por las edificaciones de carácter religioso. Aun los permisos de establecimiento, concedidos a las órdenes de San Juan y los Jesuitas, fueron para cumplir funciones esenciales ligadas específicamente al crecimiento de la ciudad como la enseñaza y el servicio médico. Así pues, fue predominante la propiedad laica del suelo y los predios urbanos, encontrándose en manos de los comerciantes o eran de propiedad real. Aunque las órdenes establecidas muy pronto fueron cesadas, quedaba demostrado que, a pesar de la política

de la administración colonial por

prescindir del clero regular, las órdenes

continuaban constituyendo entidades esenciales en la construcción de la ciudad. 4.- El desarrollo de la ciudad borbónica.Los años siguientes a la fundación de la ciudad significaron tiempos de crecimiento y de integración tanto con el Puerto del Callao como con la capital, siendo sus funciones urbanas variadas: residenciales, comerciales, recreativas y militares. Algunos de los viajeros ingleses que recorrieron el Perú y que pasaron por la Capital y sus suburbios llamaban Buena Vista a este pueblo. A propósito de tal denominación, uno de ellos,


Julian Mellet indicaba que este pueblo era de uno de los lugares tradicionales de esparcimiento y recreación extraurbana de Lima, especialmente durante los meses de verano cuando se convertía en un lugar de baños. Pero asimismo, se frecuentaban sus cafés, hoteles y juegos. El juego precisamente constituía una de sus principales diversiones y donde el oro circulaba generosamente. Este importantes ganancias a los dueños de cafés y posadas donde se Bellavista un pueblo donde era notoria la abundancia.

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dispendio de dinero generaba

efectuaban estos juegos y hacía de

Junto a Lurín, constituían los dos centros más

importantes de juego en los valles periféricos de Lima. Los servicios esenciales como la curación y la enseñanza, como hemos visto estuvieron a cargo de religiosos regulares. Hasta 1770 funcionaba el Colegio que la Compañía de Jesús había establecido durante los primeros años del pueblo. Ese año, tras la expulsión de los Jesuitas, la Junta de Temporalidades ordenó el cambio de uso del Colegio de Bellavista, construyéndose en su lugar un Hospital General destinado a servir a la población del pueblo, así como a la guarnición del presidio del Callao y a la tripulación de las embarcaciones de guerra del puerto. La administración del nuevo hospital se confió a la Religión de los Betlehemitas, entregándoseles la Hacienda de Bocanegra para solventar sus gastos9. Hacia 1775 por Real Orden se les separa de la administración por servicio negligente, según informe oficial, y el Hospital vuelve a control real, bajo un Contralor y otros dependientes regulares. Bellavista muy pronto se integró a la economía urbana de Lima y desarrolló un conjunto de actividades y funciones urbanas. Diariamente partían diferentes acémilas conduciendo los efectos almacenados en sus bodegas hacia la Plaza de la Capital. En el informe del Intendente Gabriel de Arias de 1777, se indica que hacia 1755 se consumía en el Pueblo de Bellavista, Playa y Presidio del Callao 8500 cargas de alfalfa por un valor de 1000 pesos diariamente. Asimismo se vendía leña y caña quemada a 42 pulperías y bodegones en Bellavista y Playa del Callao por un valor anual de 2184 pesos10. Así pues, las actividades se fueron diversificando: el arrieraje y el aprovisionamiento de pastos para las acémilas que trasportaban bienes y personas en la ruta de Lima-Puerto del Callao se fueron consolidando como las principales actividades de su población y los alrededores durante el siglo XVIII. A fines de siglo el pueblo contaba con una Iglesia Parroquial, un camposanto adyacente y el Hospital Real con una escuela anexa gratuita y permanente. El Callao por su parte deviene ahora en un pueblo anexo del Curato de Bellavista, cuya población en conjunto alcanzaba 1436 habitantes, según estadística parroquial, y se encontraba constituida por una población heterogénea, donde españoles, indios y castas presentaban un relativo equilibrio, presentando asimismo predominio del sexo masculino sobre el femenino y una población relativamente joven. (Ver Cuadro No 1).

Cuadro No 1 8

MELLET, Julián. “Impresiones sobre el Perú en 1815”. En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen I, pp.89-90 B.N.L., Manuscrito C3003, 1784 10 VEGAS de CACERES, Ileana. Economía rural y estructura social en las haciendas de Lima durante el 9


Población de Bellavista y puerto del Callao según estados y clases. 179011 Clases

Españoles

Mestizos

Indios

Pardos

Negros

Total

Estados Casados

134

97

161

109

63

564

Solteros

82

57

50

52

62

303

Solteras

28

34

12

37

20

121

Viudos

5

7

9

4

--

25

Viudas

11

24

14

26

9

84

Párvulos

69

77

79

91

13

329

329

296

325

319

167

1436

Total

El censo de 1790, levantado por orden del Virrey Gil de Taboada y Lemos (Ver cuadro No 2) presenta diferencias notables con las estadísticas parroquiales. Mientras éstas consignan clases y estado, el primero se concentra sólo en las clases. En términos numéricos la diferencia central estriba en que en el primer documento virtualmente no se contabilizan españoles ni mestizos; mientras que indios y negros relativamente presentan números similares. La población acantonada en los Castillos del Callao y en las precarias viviendas del puerto, no obstante el mandato virreinal de no habitar las playas del Presidio, podrían completar las estadísticas oficiales.

Cuadro No 2 Población de la Doctrina de Bellavista y pueblo anexo del Callao según Censo de 1790

Clases

Población

Eclesiásticos

2

Españoles

4

Indios

328

Negros Libres

4

Esclavos

414

Total

752

12

Las funciones de apoyo al vecino puerto y las propias que se iban constituyendo se añade otra y que fue central en la organización de las ciudades durante el periodo borbónico: la función militar. En Bellavista y sus alrededores funcionarán la Real Fundería de Cañones de Bronce hacia 177813 y un almacén de pólvora, uno de los dos más importantes de la Capital junto a La Menacho hacia 1790 durante el gobierno de Gil de

11

12

13

siglo XVIII, pp. 232-236 AAL, Estadística: Callao.“Padrón General del Pueblo de Bellavista Puerto del Callao con distinción de clases y estados. 1790”, Expediente XIV, Legajo 3, f. 12 r. AGI, Estado, 75, N. 19/2/ f. 1r. y 2r. (fragmento 1)

CDIP, Tomo VII, Volumen I, Lima, 1971, p. 213


Tabeada y Lemos14. Asimismo durante el gobierno de Amat se formó una Tropa de Caballería en el valle de Bellavista, conformada por nueve compañías.15

5.- Guerras y decadencia urbana.Durante el conflicto bélico independentista que enfrentó realistas y patriotas, Bellavista funcionó como una plaza militar. El ejército realista abandona Lima en 1821, tras el ingreso de San Martín a la Capital, quedando en su poder la plaza del Callao. Hasta entonces el límite de la zona de control de los patriotas se encontraba en el campo de Maranga y tanto el Real Felipe como Bellavista estaban ocupados por las fuerzas españolas. El Coronel realista Manuel Quimper había sido destinado a Bellavista y tenia encomendada la defensa de los dos castillos del Callao y la orden de acudir con 40 hombres de caballería a su mando en caso de ataque a la plaza del Callao.16. Con la partida de las fuerzas realistas a la serranía peruana, Bellavista pasa a control patriota y hasta enero de 1826 funcionó en el pueblo y su entorno el cuartel del ejército libertador, bajo el nombre de Cuartel General de Bellavista17. Con el desarrollo de estas campañas militares, el pueblo de Bellavista se consolida como centro hospitalario, esta vez de carácter marcadamente militar. Aquí son destinados los enfermos y heridos del ejército y la marina realistas, llegando de diversos puntos del territorio virreinal. Así, en 1818 ingresaban al hospital 146 enfermos del Batallón de Cantabria, conducidos al Callao por la Fragata Especulación. Dada la estrechez del hospital para atender simultáneamente a todos los pacientes, el Hospital de Santa Ana colabora brindando las camas faltantes18. Bellavista se convierte en punto de encuentro consecutivo de enfermos, heridos y fallecidos, constituyendo una ciudad sanitaria-militar antes que una residencial (Ver Cuadro No 3).

El Hospital de

Bellavista constituía entonces, junto al de Santa Ana, uno de los dos centros hospitalarios militares de la ciudad de Lima y su entorno rural.19 En un principio estuvo bajo control de las fuerzas realistas y más tarde del ejército libertador, aunque en esta fase final atendió tanto a la población civil de la Plaza del Callao como a las fuerzas patriotas. Cuadro No 3 20

Registro del Real Hospital de Bellavista 1802-1817 Año

Número de

Fallecidos

Ingresos

14 15 16

1802

798

12

1804

816

27

FUENTES, Manuel A., Memoria de Virreyes..., Tomo VI, p. 312 VARGAS UGARTE, Rubén. Op. Cit., Tomo IV, p. 289

CDIP, Tomo VI, Volumen 1, p. 317 CDIP, Tomo VI, Volumen 8, p. 305 18 CDIP, Tomo VI, Volumen 1, pp. 210-212 19 CDIP, Tomo VI, Volumen 5, Lima, 1971, p. 217 20 DE LA PUENTE CANDAMO, José. Historia Marítima del Perú, Tomo V, Volumen 1, pp. 211-212 17


1805

792

17

1806

581

19

1807

802

8

1809

1129

23

1810

1486

35

1811

1096

33

1812

477

11

1813

552

6

1814

795

25

1815

975

39

1816

1815

22

1817

777

26

En esta última fase de la guerra el pueblo siguió prestando servicios médicos, consolidándose su función hospitalaria. Más tarde se une a esta función, la de campo santo. Aunque Bellavista ya contaba con un pequeño panteón, se construye un cementerio de mayor envergadura para los súbditos de Gran Bretaña, en 1838, conocido como el cementerio británico de Bellavista. Los efectos de la guerra prologada sobre la ciudad fueron catastróficos. Charles Samuel Stewart, viajero ingles, se refiere a Bellavista hacia 1829 como “los restos de una ciudad que en un tiempo fue un lugar grande y esplendido, pero ahora solo un montón de ruinas por la mezcla desoladora de la guerra y los terremotos”. Ciertamente el factor detonante de su decadencia tiene que ver con el primer factor antes que con el segundo. Samuel Haigh asegura que Bellavista fue enteramente demolido por el fuego proveniente del Callao. El efecto fue tal que después de estos ataques “no había casa habitable en todo el lugar, y las paredes sin techo, agujereadas por las balas…”21 Bellavista fue pues,

escenario de las últimas acciones bélicas de las guerras de independencia,

organizándose desde aquí, por parte de las fuerzas patriotas, el sitio terrestre de la Fortaleza del Real Felipe, tras el desconocimiento de la Capitulación de Ayacucho de las fuerzas acantonadas en esta fortaleza. La destrucción del pueblo se produce por el fuego de la artillería de las fuerzas del Brigadier José Ramón Rodil que defendían la ciudadela del Callao.22 Pero no solamente el fuego de las baterías destruyeron al ciudad, sino también las obras de defensa que emprendieron las fuerzas patriotas para fortificarse. Los diferentes viajeros que visitaron Bellavista post guerra se refieren a la ciudad en términos como: un montón de escombros, ruinas, desolación. Córdoba Urrutia señala que hasta antes de los conflictos bélicos el pueblo tenía alrededor de 4000 habitantes. Si el Callao fue destruido con el sismo y maremoto de 1746, Bellavista perdió su esplendor con las

21 22

CDIP. Tomo XXVII, Volumen 3, p. 60 STEWART, Charles Samuel. “Cartas sobre una visita al Perú en 1829.” En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen IV, p. 315


guerras de independencia. Hacia 1839, la ciudad contaba con 306 personas: 124 hombres y 176 mujeres y la ciudad arruinada23. Con las guerras de independencia Lima y el Estado peruano colonial en general, entran en un período crítico. Esta crisis alcanza a la clase mercantil limeña, cuyo protagonismo se sustentaba en el rol metropolitano que Lima tenía en el Pacifico24. Con la ininterrupción de la extensa red mercantil que partía de la Capital se produce la pérdida del predominio limeño. Con el ocaso del orden colonial, el Tribunal del Consulado, institución fidelista y protagonista de la construcción de esa

ciudad símbolo del gremio que fue

Bellavista, sufre una ruina

económica y muchos de sus miembros optan por la emigración a la ex-metrópoli. Bellavista ingresa a un nuevo ciclo, experimentando de manera particular este periodo negativo, pues las funciones que lo sustentaban decaen, mientras el Callao va recuperando paulatinamente sus antiguas funciones, entre ellas la residencial en desmedro de Bellavista, hasta adquirir un rol protagónico en el sistema urbano y territorial, similar al alcanzado en el sistema colonial peruano anterior a la fundación de Bellavista.

FUENTES DOCUMENTALES Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

A.A.L., Estadística: Callao, Expediente XIV, Legajo 3.Padrón General del Pueblo de Bellavista Puerto del Callao con distinción de clases y estados. Año: 1790 A.A.L., Curatos Diversos, Callao, Legajo 36, Expediente 36.X. Autos que sigue le cura de la doctrina de Bellavista Doctor Don José Antonio Vergara contra los capellanes castrenses…Años 1816-1817. A.G.I, Sección Mapas y Planos, Perú-Chile, 28. Plan del Pueblo y Bodegas de San Fernando de Bellavista, 1746-1747. AGI, Estado, 75, N. 19/2/. Virrey del Perú remite Estado Geográfico del Perú. 05 de noviembre de 1792. B.N.L. Manuscrito C312. Relación que suscribe el Conde de Superunda, Lima, 1761 B.N.L. Manuscrito C3003. Compulsa del expediente que trata sobre la aplicación a los padres betlehemitas del Hospital de Bellavista y su separacion de él” Año: 1784. C.D.I.P. Tomo VI, Volúmenes 1, 5; Lima, 1971 C.D.I.P. Tomo VI, Volumen 8, Lima, 1971 C.D.I.P., Tomo VII, Volumen 1, Lima, 1971 STEWART, Charles Samuel. “Cartas sobre una visita al Perú en 1829” En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen IV, Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1973 CORDOBA y URRUTIA, José Maria. Estadística histórica, geográfica y comercial de los pueblos que componen las provincias del Departamento de Lima, Lima: Sociedad Entre Nous, 1992 (1839) DE LA PUENTE CANDAMO, José. Historia Marítima del Perú, Tomo V, Volumen 1. Lima: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 1975 FLORES GALINDO, Alberto. La ciudad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima. 1760-1830. Lima: Editorial Horizonte, 1990. FUENTES, Manuel Atanasio, Memoria de Virreyes que han gobernado el Perú, Tomo VI, Gil de Taboada y Lemus, Lima: Librería Central de Felipe Bailly, 1859

23 24

CORDOBA y URRUTIA, Op. Cit., p. 117 FLORES GALINDO, Alberto. La ciudad sumergida, pp. 165-175


HAIGH, Samuel. “Bosquejo del Perú entre 1826-1827”. En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen 3. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1971 LAFOND, Gabriel. Remembranzas de Guayaquil, Lima y Arica. 1822”. En CDIP, Tomo XXVII, Volumen 2, Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1971. MELLET, Julian. “Impresiones sobre el Perú en 1815”. En: CDIP, Tomo XXVII, Volumen I, Lima, 1971 SAENZ MORI, Isaac. “Territorio y urbanismo borbónicos. Las nuevas poblaciones durante el siglo XVIII en el Perú colonial” En: Revista Aquitextos No 16, Lima: URP. FAU, 2003. ULLOA, Jorge Juan y Antonio. Noticias Secretas de América, Madrid: Historia 16, 1991 UNANUE, Hipólito. “Discurso historio sobre le nuevo camino del Callao. Año de 1801”. En: CDIP, Tomo I, Volumen 8, Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1974. VARGAS UGARTE, Rubén. Historia del Perú, Tomo IV, Lima: Editorial Milla Batres, 1981 VEGAS de CACERES, Ileana. Economía rural y estructura social en las haciendas de Lima durante el siglo XVIII, Lima: Fondo editorial PUCP, 1996

Abreviaturas: A.G.I. Archivo General de Indias, Sevilla. AAL: Archivo Arzobispal de Lima BNL: Biblioteca Nacional de Lima CDIP: Colección Documental de Independencia del Perú.


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