13 minute read
El Arte en tiempos de
El Arte en tiempos de epidemia
MARINA SOLER
Advertisement
www.lacamaradelarte.com
Quién nos iba a decir apenas hace unos meses que esta sería nuestra nueva realidad. Que nuestro modo de vida cambiaría de manera radical. Que ya no podríamos darnos besos ni abrazos, y que unas mascarillas ocultarían nuestro rostro
a diario. Que perderíamos miles de vidas, y que el confinamiento cambiaría tanto nuestro modo de pensar, haciéndonos más conscientes del momento presente, y aprendiendo a valorar cada detalle del día a día.
Triunfo de la muerte, Pieter Brueguel el Viejo
No cabe duda de que, a lo largo de la Historia, el arte ha sido un reflejo de su tiempo. Y esto no es excepción en el siglo XXI. Las epidemias han asolado a la humanidad de manera cíclica a lo largo de los años, y los artistas del momento han sabido reflejarlo en sus creaciones. Si nos remontamos al
siglo XIV, la peste bubónica fue una de las epidemias más mortales que se recuerdan.
Este mal, de origen desconocido y de una gran virulencia, asoló a Europa, sesgando millones de vidas a su paso. Pieter Brueghel el Viejo supo plasmarlo en su obra Triunfo de la muerte (1562-1563).
Dos siglos más tarde, esta epidemia asoló la ciudad de Venecia, y una de sus víctimas fue el afamado Tiziano, quien murió en 1576 a causa de este mal. Años después, ya en el siglo XIX, el artista francés Alexandre Jean-Baptiste Hesse le rendirá un homenaje en la obra Homenaje fúnebre a Tiziano,
muerto en Venecia durante la peste de 1576. La imagen gira en torno a este hecho; aún así, aparecen más muertos a su alrededor, que son completamente ignorados por el cortejo fúnebre del artista, por lo que concluimos que esta es una representación fría, no transmite el sentimiento de pérdida y desesperación que se estaba experimentando en aquellos fatídicos momentos.
Homenaje fúnebre a Tiziano, muero en Venecia durante la peste de 1576, Alexandre Jean-Baptiste Hesse
Otra obra a destacar dentro de este
contexto es Corral de apestados (1798-1800) de Francisco de Goya, en la que hace una feroz crítica a las condiciones en las que se encontraban muchos enfermos, rodeados de
miseria. Los enfermos aparecen recluidos en
un mismo espacio, todos juntos, esperando la muerte, y sin recibir ningún tipo de atención.
Corral de los apestados, Francisco de Goya y Lucientes
Ya en el siglo XX encontramos al pintor noruego Edward Munch, precursor del Expresionismo alemán, y quien en algunas de sus pinturas refleja toda la angustia vivida por la gran epidemia de principios de siglo: la llamada gripe española. Esta enfermedad, con gran virulencia entre los años 1918 y 1920, acabó con la vida de casi 100 millones de personas en todo el planeta, siendo una de las más terribles de la Historia reciente.
Una de las obras que refleja con gran crudeza todo lo vivido es Autorretrato después de la gripe española (1919), en el que se muestra convaleciente tras haber padecido la enfermedad en sus propias carnes.
Autorretrato después de la gripe española, Edvard Munch
Y llegamos a la actualidad, a 2020, el año en el que el Covid-19 llegó a nuestras vidas para quedarse (de momento). Algo que ha cambiado tanto nuestro modo de vida,
irremediablemente, tiene su reflejo en el arte. Así, por ejemplo, encontramos la obra del artista inglés David Hockney, Do remember they can not cancel the spring, creada en su iPad, transmitiendo un mensaje de esperanza para todos: que esta situación acabará. También Tracey Emin, siguiendo la línea autobiográfica de su célebre obra My bed (1998), creará un diario personal en colaboración con la Galería White Cube,
donde hablará de su propia experiencia. Do remember they can not cancel the spring, David Hockney También abarca el mundo del arte urbano. En la ciudad de Los Ángeles encontramos a artistas como Hijack (@hijackart) (su nombre real es Jacques Guetta), quien diseña la imagen de dos soldados llevando toda clase de objetos que ahora nos acompañan en el día a día: rollos de papel higiénico, gel hidroalcohólico y mascarillas. Asimismo, Corie Mattie (@coriemattie), artista local,
crea esta imagen donde puede leerse “Cancel plans. No humanity”, mientras vemos a una mujer con bata y mascarilla, de la que brota la palabra “hope”. Por último, hablaremos de Ponywave (@ponywave), que pinta en Venice Beach bajo el título Stay safe a dos personas besándose con mascarilla, mostrando así que,
a pesar de todo, el amor siempre permanece.
1. @hijackart 2. @coriemattie 3. @ponywave
Pero sin duda, y dentro de este mismo contexto de street art, debemos nombrar a
una figura capital del arte actual: Banksy. El artista no ha quedado impasible ante esta situación, y ha hecho diversas creaciones. En una de ellas, llenó el cuarto de baño
de dibujos de ratas, en una clara alusión a una de las mayores epidemias sufridas por Igualmente no se ha olvidado del personal sanitario, auténticos héroes en esta crisis, y ha realizado a carboncillo la obra Game changer en la que un niño, lejos de elegir a un superhéroe como juguete, se decanta por una enfermera. Por último, y más recientemente, utilizó el propio metro de Londres. Subió a
la humanidad y aquí nombrada: la peste. También encontramos en la ciudad de Bristol,
llena de obras suyas, una reinterpretación de La joven de la perla de Johannes Vermeer; ha aparecido con una mascarilla quirúrgica azul, aunque no se sabe con total seguridad si el propio artista británico ha realizado
dicha modificación. su cuenta de Instagram (@banksy) un vídeo
donde aparece, presuntamente, el propio
artista llevando un traje especial para llevar a cabo la desinfección; luego, con la misma plantilla, dibuja una serie de ratas por todo el vagón. El vídeo aparece colgado con la frase “if you don’t mask, you don’t get”, que recuerda la necesidad de llevar mascarilla. La obra fue limpiada horas después.
Ya en último lugar, no podemos olvidar el papel que ha jugado Internet, especialmente las redes sociales, para mantener el arte vivo y cerca de nosotros. Así, encontramos el perfil de @covidartmuseum, impulsado
por tres amigos de Barcelona. Se describe a sí mismo en la biografía como “el primer museo de arte nacido en cuarentena”.
Y es que esta cuenta se ha dedicado a reunir cientos de obras que reflejan este Game changer, Banksy Otro buen ejemplo de cómo el arte se ha adaptado a estos nuevos tiempos es la completamente interactivo, que nos permite contemplar obras de instituciones de prestigio como el MoMA o el Musée d’Orsay desde la comodidad de nuestro hogar, y estar sometidos a ningún tipo de restricción. momento excepcional. Encontramos desde
creaciones totalmente originales hasta reinterpretaciones de obras icónicas de la Historia del Arte (buen ejemplo de ello es La Gioconda). Algunas de ellas son en clave de humor, y otras muestran el lado más trágico de toda esta situación, desde lo que ha supuesto el confinamiento y el distanciamiento social, hasta la trágica
creación de VOMA (Virtual Online Museum of Art), el primer museo en línea de carácter
pérdida de seres queridos. Tras este breve recorrido, podemos llegar a la conclusión de que, a día de hoy, el arte sigue siendo reflejo de la realidad en la que se encuentra. Y que, a pesar de las difíciles circunstancias en las que
nos encontramos, sin saber a ciencia
cierta cuándo acabarán, el arte puede convertirse en una vía de escape, capaz de
reconfortarnos.
La Copla y sus autores: RAFAEL DE LEÓN
JUAN VILLAGRÁN
Redactor / colaborador
Rafael de León, perteneciente a aristocrática familia de Sevilla, donde tuvo la suerte de nacer, con el título de abogado, cultura extraordinaria, verdadera sensibilidad
de poeta -algunos afirman que es de la escuela lorquiana-, y dinamismo arrollador, apareció en Madrid en año 1934, dispuesto a conquistar la gloria escénica como letrista de canciones y comediógrafo.
Desde el primer momento destacó por su originalidad -según afirmaba el también autor de coplas, Álvaro Retana- y maestría, dando a la copla andaluza un estilo gracioso, vehemente, personal, no tardando en tener seguidores. Palpitaba en él una deslumbrante fantasía que justifica considerarle cómo el Federico García Lorca
de las variedades selectas -por eso esa afirmación de algunos- en encuadrarlo en ese gran taller de la autoría. Cabe destacar su encomiable concepto de lo que que
debe ser la copla española -sentimiento y vibración del arte del pueblo, estética y medida de la canción ligera, sin temas vulgares, ni "fraselogias", represiva-, le separaron puestos de preferencia entre los copleros más principales. De esa forma
revelaba hasta en las menos importantes de sus producciones un espíritu exquisito
y novedoso, fue inmediatamente el autor solicitado y querido por las "estrellas" y "lucero" de mayor refulgencia del momento. Acostumbró a las "cancionistas" a cultivar un
repertorio desprovisto de ordinariez, con calidad literaria, sin pedantería y procede
señalarle como uno de los letristas más sobresalientes de su tiempo. Grande de los grande, a la hora de rellenar hojas en blanco y dejar escritos en vestiduras de poemas que aturden
pensamientos.
Rafael de León, de gran linaje y grandes apellidos, de gran familia sevillana. Sus primeras colaboraciones fueron con Antonio García Padilla y Salvador Valverde, también cómo León, poetas sevillanos, y no tardó en conectar con otras dos figuras de la gran Sevilla, cuna de tantos ingenios peregrinos, en la pintura y la escultura, la poesía y la música: Antonio Quintero (natural de Jerez de la Frontera) y Manuel Quiroga (de Sevilla). A estos tres sensacionales autores se debe la entronización del folclore andaluz. Esas coplas compuestas a lo grande, a lo sublime y a los entresijos del amor. Ellos dejaron y forjaron con admirable garbo y sutileza espectáculos que revolucionaron totalmente las variedades (dicho por todos los entendidos de ayer y de hoy) en decadencia, las vivificaron, imponiendo en los escenarios, un arte flamenco antes confinado en "tascas" y "colmados" para recreo de gente "bullanguera" y "
borrachona".
El estilo delicioso de Farina, Raquel Meller, Merceditas Cerós, La Goya, Pastora Imperio... hallábase alicaído (según cronistas de la época) por falta de estrellas con la personalidad y mérito de estas difuntas, retiradas o caducas, y Quintero, León y Quiroga fueron mágicos que con sus creaciones forjaron nuevos astros, distintos a aquellos, pero igualmente en posesión de un atractivo suficiente para mantener en los escenarios el arte ligero (así lo manifestaba Retana, creador y distinto a todos). Ahí fue el momento de la revolución de Conchita Piquer, Lola Flores, Antoñita Moreno (la folclórica que más cantó a España y sus regiones), Mari Paz, Juanita Reina, Gracia de Triana y tantas otras...que sin la orientación de estos geniales y fecundos autores no sabemos si habrían logrado adquirir notoriedad y prestigio.
A Rafael de León, Antonio Quintero y Manuel Quiroga se debe en sumo grado el triunfal
mantenimiento en los escenarios durante
más de cuatro lustros del folclore, sin que
ello signifique que otros compositores y letristas no merezcan así mismo un entusiasta
aplauso por sus brillantes aciertos -Monreal, Solano, Castellano, Legaza, Freír e, Ochaíta, Valerio, Perelló, Merenciano, Campoleón-, tanto en espectáculos cómo en canciones. El primer éxito resonante de Rafael de León, como autor de canciones andaluzas,
lo constituyó "María de la O", escrita en colaboración con Salvador Valverde (otro grande), música da por Manuel Quiroga y estrenada con ovaciones de plaza de toros por
la gran Estrellita Castro. ¡Todo un lujo! Copla grande y de real recorrido. Algo muy grande en el mundo de lo coplístico, diría yo. Y que se te enreda en las cavilaciones diciendo así:
¡María de la O/ que desgrasiaíta gitana, tú eres, teniéndolo tó!
Copla de desenvoltura para no encubrir ni las migas, ni más. Copla de besos, frío y fuego, candela y desamparo. Pero por encima de todo...un castigo ¡Maldito el dinero que así de su vera a mí me apartó! Después seguía diciendo: "... serás más que reina, me dijo a mí el payo y yo lo creí..." Así quedaba escrita esa copla para la España nuestra. Copla que hasta engrandecía los lavaderos de aquel entonces. La copla de mi gente, la que trabajaba contigo de sol a sol y te hacía soñar con un día nuevo. Ese "María de la O", formó
tanto revuelo, fabricó tantos moratones
en el cuerpo, de los que siempre seguían con pasión la copla, que hasta "penita" daba verles al otro día. Copla inmensa. Copla
sin tapujos ni mentiras. Pero por encima de todo, fue el gran triunfo del gran Rafael de León. A este triunfo de Rafael de León,
Salvador Valverde y Manuel Quiroga siguió inmediatamente "Soleá", de los mismos tres
autores sevillanos.
Pero por mi parte, tengo que decir y afirmar otra cosa, tal vez la canción más sensacional
de Rafael de León, la que enfervoriza más al "patio" y otorga el aplauso del público a cualquier artista -mujer u hombre que la intérprete- sea el "Romance de la Reina Mercedes", compuesto en colaboración con
Antonio Quintero y musicado por Manuel
Quiroga. Y, es que cantar o interpretar esta copla, sea el artista que sea, es saberse acreedor de fortísimos aplausos y grandes ovaciones. Un dicho muy popular circula por las calles y dice así : "con buena lanza, bien se hiere", por lo cual no es de
sorprender que tanto Concha Piquer cómo Paquita Rico, Margarita Sánchez o el
mismísimo Tomás de Antequera -que de Antequera, nada de nada, de la mismísima
Valdepeñas, esa tierra maravillosa de
buenos vinos- arrebaten al auditorio este
romance, sobre todo si poseen facilidad
para el "lagrimeo" y se "arrodillan" al final del número en desesperada actitud.
Un romance encendido en asuntos y suficiente carga de reinado. Dice así: "Una Dalia cuidaba Sevilla, en el parque de los
Montpensier/ ataviada de blanca mantilla, parecía una rosa de té". ¡Esto era un gran leñazo coplístico!
¿Qué dirían los menesterosos de aquél entonces? Han sido tantos los temas hechos
por esa mano maestra, de no haber sido así, me parece, que la copla no sería tal cual. Pero para bien de ese público que la sigue, quiero y afirmó, que la copla, ha "quedao" siempre en buenísimas manos, grandes autores luchan contra viento y tempestades para dejar esto tan nuestro en el sitio que le corresponde.
Debe estar en ese pedestal...en el que siempre estuvo. ¡Qué caray! Y es que la copla, queridos amigos, no puede caer -no la dejemos caer ninguno-, ahí están y seguirán estando, esos temas hechos por Rafael de León -lo último
grande de este magistral autor y poeta-, para que los cantara la más "grande", Rocío Jurado. "Contigo", "A Pastora Imperio", “La Clavela " y tantos otros. Cosa fina. Cosa grande avalado siempre por el nombre de ese genio: Rafael de León. Cómo catedrales son sus coplas, sus versos...¿Quién se resiste a no cantarlas? ¿A quién no gusta llevar algo en su repertorio de Rafael de León?
Como siempre se dice, lo que nació "pa" el pueblo el pueblo se lo queda para hacerlo más
grande, si cabe. Por esa entrega desinteresada de autor y gran poeta...siempre se le cantará sus versos...sus coplas, siempre seguirá siendo maestro… D. Rafael de León:
Te quiero siempre: mañana
tarde, noche...¡Por los siglos, de los siglos! ¡Amén! Te Querré constante y sumiso, Y cuando ya me haya muerto Antes que llegue tu olvido, por la savia de un ciprés subiré delgado y lírico, hecho solamente voz para decirte en un grito: ¡Te quiero! ¡Te quiero muerto igual que te quise vivo!