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Badajoz, la última
lifestyle / turismo BADAJOZ la última frontera
MIRIAM REYES
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Historiadora del Arte
Badajoz es una de las ciudades más grandes e importantes de Extremadura. Y no sólo porque en ella se concentren la mayoría de edificios administrativos y sea donde la gente de los pueblos de alrededor vaya a “hacer los recaos”, sino porque su posición privilegiada la ha convertido en testigo de grande acontecimientos históricos.
Aunque se sabe que en época romana se ubicaron importantes villas en sus proximidades, la fundación de Badajoz es musulmana. Se cuenta que el rebelde y renegado Ibn Marwan, tras ser desterrado de la Mérida musulmana, hizo de Badajoz su refugio y fortaleza, convirtiéndose en capital de un reino independiente y naciendo uno de los buques insignia de la ciudad: su monumental Alcazaba.
Alcazaba de Badajoz
Torre de Espantaperros / Puerta de la Alcazabal
Esta Alcazaba es la más grande del mundo y la mejor conservada. La mejor forma de disfrutarla es recorrer sus murallas por el paseo de ronda, escalonado por numerosas torres albarranas, entre las que destaca la omnipresente Torre de Espantaperros, llamada así porque, según dicen, la campana que tenia ahuyentaba hasta a los perros. Además, parece ser que su estructura sirvió de inspiración para la sevillana Torre del Oro.
Iglesias, conventos, museos, parques, esculturas de pacenses ilustres… Badajoz está salpicadas por joyas repartidas por toda la ciudad, por lo que la mejor forma de conocerlas es recorrer sus calles y toparse de sorpresa con una espectacular fortificación abalaustrada del siglo XVII, la potente Puerta de Palmas frente al puente del mismo nombre, la escultura del cantaor flamenco Porrina de Badajoz o una de las edificaciones más curiosas con las que cuenta la ciudad: la Giraldilla, levantada en la década de 1930 y que reproduce en estilo neoárabe el famoso alminar andaluz.
Museo de Arqueología
La Piedad, de Luis de Morales Una buena opción cuando aprieta el calor veraniego o se cala el frío invernal es visitar algunos de los museos con los que cuenta. Si lo tuyo son las piedras, no puedes perderte el Museo Arqueológico, situado en la Alcazaba y que alberga piezas desde el Paleolítico Inferior hasta el siglo XVI, destacando las estelas de guerrero prehistóricas.
Que prefieres disfrutar de la delicadeza de la pintura, en el Museo de Bellas Artes encontrarás obras de grandes artistas como Zurbarán, Adelardo Covarsí, Goya y, como no del pacense más universal: el Divino Luis de Morales.
Pero si lo que te llama es el arte contemporáneo, no puedes dejar de visitar el MEIAC, situado en la antigua cárcel, este bestial edificio acoge obras de artistas tan internacionales como
Timoteo Pérez Rubio o Wolf Vostell.
Además de estos lugares tan apasionantes, Badajoz es famosa por dos sus fiestas: la Almossassa y su Carnaval. Entre los meses de septiembre y octubre, Badajoz acoge la Almossassa, una fiesta que recuerda su fundación, en la que se representa el momento de la entrada de Ibn Marwan en la ciudad.
Un gran zoco al más puro estilo árabe ofrece infinidad de especias, artesanía, joyas… todo acompañado por poetas, músicos y sensuales bailarinas que te transportarán siglos atrás.
Carnaval de Badajoz
Pero si hay una fiesta destacada, es el carnaval, fiesta de Interés Turístico Regional que une el concurso de murgas celebrado en el Teatro Lope de Ayala con un multitudinario desfile lleno de colorido y música. Además, puedes disfrutar del espíritu carnavalero todo el año visitando el museo dedicado a
esta fiesta.
Todos sabemos que la comida más importante del día es el desayuno, y aquí en Badajoz, es casi una religión. De buena mañana, una tostadita de jamón ibérico, cachuela o un buen plato de migas te darán más vitalidad que a Popeye un buen plato de espinacas.
Como tanto andar siempre da algo de hambre, qué mejor idea que sentarse en la Plaza Alta y disfrutar de un buen bacalao, influencia de la vecina Portugal, unas buenas chacinas, un ajo blanco o un gazpacho fresquito mientras disfrutas de la bicromía roja y blanca de este enclave único.
Y nada mejor para finalizar la visita que con un toque dulce. Puedes disfrutar de unas perrunillas, unas roscas fritas o las flores extremeñas con un buen café descansando
en cualquiera de sus coquetas plazas.
Plaza Alta de Badajoz