Setiembre 2016
EDITORIAL
E
n un contexto de retrocesos políticos y sociales en la región, de la mano de una contraofensiva conservadora y neoliberal , articulada desde el imperialismo, la violencia, criminalización y persecución de los dirigentes y luchadores y luchadoras campesinas e indígenas ha recrudecido.
La paz en la región está cada vez más amenazada, pues el proyecto conservador, que impulsa el retorno del neoliberalismo y la subordinación al capital financiero, solo promete desigualdad social y saqueo de los bienes naturales, nuestros pueblos difícilmente acepten estas reglas de juego Una de las buenas noticias fue el acuerdo definitivo entre las FARC y el Gobierno de Colombia, para avanzar hacia el fin de ese conflicto armado. Conflicto cuyo origen está anclado a las violaciones de los derechos campesinos, al despojo y la violencia de parte del capital y la oligarquía colombiana hacia las comunidades campesinas indígenas y afrodescendientes. Si bien este acuerdo es una buena noticia, no significa para nada un relajo en las luchas o en las dificultades que las organizaciones atraviesan. Por un lado resta aun establecer un proceso estable de diálogo con el ELN que pueda conducir a un acuerdo entre esta fuerza insurgente y el Gobierno Colombiano, por otro lado el escenario del desarme de las fuerzas insurgentes deja territorios susceptibles de ser arremetidos por el capital transnacional, nacional y las fuerzas paramilitares que aún siguen operando en la zona. Frente al desafío de poder dar garantías a la comunidad internacional, el gobierno colombiano solicitó que la FAO, la ONU y la Vía Campesina Internacional sean parte del proceso y garantes del cumplimiento de los acuerdos, principalmente del capítulo Agrario. El rol de la CLOC y de la Vía Campesina Internacional será clave, en términos de acompañar y señalar cada déficit y violación. En este sentido hay un largo camino recorrido que es bueno repasar. Por un lado la CLOC Vía Campesina viene luchando desde los territorios en todo el mundo por defender los derechos de los campesinos, en particular en Colombia, la CLOC Vía Campesina ha sido uno de los pilares de la Cumbre Agraria Étnica y Popular que ha colocado los derechos campesinos en la agenda pública nacional.