FORMACIÓN CIUDADANA
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El cambio en nuestras manos
¡Las vacaciones terminaron y, por fin, podemos volver a la escuela! Para mí no existe nada más sabroso, además, por supuesto, de la sandía. ¿Te pasa lo mismo? Es en verdad emocionante encontrarte de nuevo con tus amigas y amigos, conocer a tu nueva maestra o profesor y descubrir que hoy, el primer día de clases, se abre la puerta a un universo de cosas nuevas por aprender. Me sentía tan feliz que anoche no pude dormir. ¡Mi escuela es re bonita! Es mucho mejor que todas las que vemos en la televisión. ¿Sabes por qué? Porque nosotros, las y los estudiantes, decidimos que merecíamos una educación distinta, pero también que debíamos hacer algo al respecto. Habíamos visto noticias en las que jóvenes de otras comunidades se organizaban para exigir sus derechos, sin embargo no nos gustaba la forma en que lo hacían. Entonces una amiga de la clase a la que le gusta mucho investigar, nos contó que había escuchado sobre los gobiernos escolares y cómo éstos pueden ayudar a los adultos a mejorar las cosas. No tengo que contarte cuánto nos interesó la idea, tampoco que ese mismo día, después del recreo, le pedimos a la seño que nos dejara elegir a nuestro gobierno de aula.
Yo valgo porque soy OPTIMISTA
Estábamos en tercero, entonces, y con el liderazgo de nuestras compañeras y compañeros conseguimos mantener limpio el salón, que las mamás nos ayudaran a poner cortinas y que un papá carpintero arreglara la librera, también sembramos macetas con flores, para que todo se viera más bonito. Además nos ayudábamos entre nosotros para ser mejores estudiantes, nos preocupábamos si alguien faltaba a clases y le llevábamos la tarea del día. Nuestros papás y mamás estaban felices, la seño se sentía muy orgullosa y siempre invitaba al director a visitar nuestro salón. Por eso, al año siguiente, se decidió organizar el gobierno escolar a nivel de la escuela.
Yo valgo porque tengo LIDERAZGO
¡No tienes idea de lo importante que ha sido nuestra participación para el desarrollo de la comunidad escolar! Ahora hemos logrado grandes cosas: tenemos una hortaliza y vendemos lo que de ella cosechamos, cada aula cuenta con mejores y más variados recursos para auxiliar nuestro aprendizaje, hemos logrado que las autoridades se preocupen por capacitar a nuestras maestras y maestros constantemente. Pero no solo eso. Como muchos compañeros y compañeras tienen familia migrante, nos han enviado ayuda para comprar computadoras modernas, pintar y arreglar el edificio y contar con campos de juego. ¡Hasta hemos planeado una excursión! Entonces, otra vez te pregunto si te pasa lo mismo. Y si no, ¿qué esperan para elegir a su gobierno? ¡Las niñas y los niños tenemos el cambio en nuestras manos! Esta historia se inspiró en la Escuela Oficial Rural Mixta de la Aldea Pucpalá, del municipio de San Rafael la Independencia, Huehuetenango.
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