A corazón abierto: cuentos de lejana cercanía

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A corazón abierto: cuentos de lejana cercanía

Valeria Muñoz Vásquez Selección de textos literarios del Taller de Escritura Creativa Abril - Julio de 2020


A corazón abierto: cuentos de lejana cercanía © 2020 Selección de textos literarios Taller de Escritura Creativa Valeria Muñoz Vásquez Abril-Julio 2020

Primera edición digital: agosto 2020 Todos los derechos reservados © 2020 © De los autores © Del prólogo © De los textos

El Farolero Ediciones De las Brevas E9-20 y Av. El Inca Editora: Valeria Muñoz Vásquez Ilustración portada: Shutterstock_Alex74 Ilustración interna: SaphiStudio Concepto gráfico y diagramación: SaphiStudio-Esmeralda Bolaños


Prólogo El trabajo literario que se presenta en este libro digital responde a un proceso creativo desarrollado en los Talleres de Escritura de El Farolero Ediciones, cuyo principal objetivo ha sido promover un espacio de acercamiento a la literatura desde el desarrollo de la imaginación y la libre escritura. Estamos convencidos que la lectura y la escritura constituyen herramientas fundamentales para el desarrollo del pensamiento crítico, la apropiación de la realidad de manera intuitiva y para la vida misma. Los textos trabajados durante los tres meses, que ha durado este proceso, han fortalecido los talentos e iniciativas artísticas propias de un grupo de adolescentes que ha sucumbido a la pasión por la escritura y que, hoy, fortalecen lazos a través de sus creaciones. En este libro encontraremos variedad de textos: cuentos, fábulas, poemas vanguardistas y contemporáneos, mitos, relatos de terror, cuentos fantásticos, diálogos teatrales: un sinnúmero de propuestas estéticas auténticas y bien trabajadas.


Los chicos han ido generando un gusto estético por diversos estilos y aplicando variadas técnicas de escritura que les han dado herramientas para crecer con sus historias y construirse en su humanidad plena. Como todo en la vida, la escritura es una habilidad que demanda dedicación y perfeccionamiento continuo. Así, lo ha asumido este comprometido grupo de jóvenes escritores que a través de esta publicación ven materializado su universo creativo. En el trayecto, hemos descubierto, que más allá de las diferentes oportunidades de acceder al aprendizaje, más allá de lo invasivas, que a momentos pueden ser las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la lectura y la escritura aún motivan y calan en la sensibilidad de estas nuevas generaciones. Y esto nos ofrece esperanza. La producción literaria de este taller deja huella imborrable en la vida de todos quienes hemos participado, no solo por la magia que nos produjo cada historia, cada vivencia y cada texto escrito, si no porque emerge en un momento crítico de la historia de la humanidad, en medio de una pandemia que nos obliga a replantearnos el mundo que conocíamos. Sin duda, recordaremos esta, como una nueva oportunidad para renacer junto al arte y la literatura. Este medio maravilloso que nos da vida.

Valeria Muñoz Vásquez


A corazón abierto:

cuentos de lejana cercanía

Lorien Beltrán Mejía …………………………………………… 6

Arlet Cabrera Bolaños …………………………………………… 20 Guillermo Cazar Salazar …………………………………………… 34 Santiago Ederer Blanco …………………………………………… 46 Ariana Valenzuela Muñoz …………………………………………… 62


Beltrán Mejía

LORIEN

(Quito, 2004)

Bosque dorado, ese es el significado de mi nombre, Lorien. Soy una chica de dieciséis años con un alma de escritora. Desde mi niñez las historias y la creatividad han crecido conmigo; el arte se ha vuelto parte de mí y me ha hecho la persona que soy hoy en día. ¿Quién soy? Soy una hija, una mejor amiga, una adolescente y una joven escritora que espera cambiar el mundo con sus escritos.

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Poesía Autorretrato Soy un búho misterioso, un cuadro personificado y un peluche lleno de memorias. A veces me imagino como una veloz patineta, un inexplorado cuerpo celeste y un calcetín en medio de un mar de ropa. Siento que soy la joven Ana Frank y también un fantasma que escucha, pero que también necesita ser escuchado. Y busco ir al corazón de la luna, a mi escuela lejana y viajar hacia mi memoria. Soy un libro que flota en la inmensidad de la galaxia. Soy luz, soy amor y soy destello cuando estoy con mi mamá. Todo eso soy.

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Cuento En algún lugar del mundo Había una vez una Rosa, pero no la que conocemos de la historia del Principito. Nuestra hermosa Rosa era astuta, única y audaz; aun así, su vanidad, egoísmo y celos opacaban su belleza, y su mayor enemigo era la soledad. Nuestra Rosa no era una rosa común. Ella se encontraba en todas partes: desde la torre Eiffel hasta la casa de mi vecino. Sus bellos pétalos volaban en el tiempo y el espacio y eran arrullados por el dulce silbido del viento. Su oficio era el de escuchar y jugar; escuchaba las preocupaciones de los adultos y jugaba con la creatividad de los niños. Hacía todo esto sin nunca olvidar la parte más importante de su oficio: el poder soñar. A pesar de que Rosa siempre acompañaba a todos, había un gran vacío en su corazón. Su capacidad de soñar se iba perdiendo al sentirse sola y abandonada. Cada noche miraba a las estrellas y finas lágrimas salían de sus ojos. Su otra mitad estaba muy lejos de sus pétalos y su reencuentro era incierto… Rosa esperaba y esperaba a su otra mitad, esa que llenaría su vacío, que la salpicaría de vida y la salvaría del abismo. Pasaron semanas, meses y años. Mientras el tiempo pasaba Rosa se encerró en una cúpula de cristal, aislándose del mundo. Con el verano nuestra Rosa empezó a marchitarse, con el otoño llegó la perdida de sus pétalos, y por último la llegada del invierno fue lo peor: Rosa perdió su último 8

rastro de luz y se desvaneció con los copos de nieve, sin saber que la única persona que necesitaba para llenar su vacío era ella misma. ¡Pum! El Principito despertó de un salto. No sabía si había sido una pesadilla o una visión, pero enseguida supo que se enamoró de la inexistente Rosa con la que soñó, a la que jamás encontraría, su tan anhelada rosa… Mientras tanto Rosa volvía a florecer inesperadamente en algún lugar del mundo.


Diálogo teatral Vecinos, arañas y limonada Puck:

Buenas… buenas, Oberón, aquí te dejo la lasaña.

Puck: Bueno, ¿aunque no prefieres limonada?

Oberón: ¡Una araña! ¿Dónde está? ¡Cómo osas traerme una araña!

Oberón: ¿Qué si no prefiero un hada? Hace mucho tiempo dejé de tomarlas. ¿Cómo esperas que ahora me tome un hada?

Puck:

Uy pana, en verdad que estás sordo. Oye, ya que estamos aquí que te parece si me regalas un poco de vino.

Puck:

¿Sabes qué?, mejor me voy con el vecino. ¡Ya nada!

Oberón: ¡Al vecino! ¿Cómo te voy a regalar al vecino, si nunca fue mío? Puck:

Amigo, no hablo del vecino, hablo del vino ¡Además ni siquiera tienes vecino, pana!

Oberón: ¡Ana! ¡Yo no me llamo Ana!, y después dices que yo soy el viejo aquí, mejor tráeme algo de agua.

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Fábula

Cuento de terror

Miedo a soñar

Presencia

Loba era una gata muy astuta, con muchos talentos ocultos. Amaba pintar bellos cuadros con sus patitas, realizar patinaje artístico en el piso de la cocina, nadar de una forma muy veloz en la bañera, y grabar muy buenos tik toks. El problema de Loba, como se cuenta al principio de esta fábula, era que todos sus talentos estaban ocultos. Loba prefería enterrarlos antes que las personas descubrieran su potencial. Ese miedo a ser reconocida por los demás y fallar, la acompañó por muchos años y no se dedicó a lo que en realidad amaba hacer; más bien, decidió quedarse acostada en su casa y ver cómo todos sus sueños iban desapareciendo.

Esa noche todo estaba oscuro, sentía como cada célula de mi cuerpo pedía ayuda ¿Quién era? ¿Qué era? No tenía fuerzas para sentir, era un fenómeno, un fenómeno suelto en un mundo de extraños. Al menos no estaba sola, estaba acompañada por esa misteriosa presencia que estuvo conmigo durante toda mi vida. Esa extraña presencia me miraba fijamente con sus ojos huecos y sus frías e indelebles manos me acariciaban el rostro.

Un día, Loba vio que su amigo, un gato llamado Cleo, estaba pasando por lo mismo que ella: también tenía un sueño que le daba miedo cumplir. Loba decidió que iba a ayudarlo, no iba a permitir que su amigo pasara por lo mismo que ella. Alentó a su amigo y lo convenció a realizar su sueño. En ese instante, Loba se dio cuenta que aún no era tarde para ella: el miedo a que las personas conocieran su talento y lo rechazaran se desvaneció, pues finalmente entendió que era su momento de soñar y lo hizo. Ahora vive feliz en el centro del mundo convertida en artista.

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¡Ring! La alarma sonó. Me percaté que había tenido otra vez ese extraño sueño de siempre, pero no tuve mucho tiempo de pensar en ello porque tenía que terminar de empacar mis cosas. Mi hermano y yo nos mudábamos a un pequeño pueblo llamado Stull, en la región de Kansas. Stull era un pueblo con una historia un poco particular. A partir de los años 1970 comenzó a emerger la creencia de que estaba invadido por presencias demoníacas ya que, según cuenta la leyenda, fue enterrada ahí una bruja que había tenido una aventura con el mismísimo diablo. A pesar de las sospechosas leyendas del pueblo, era lo único que mi hermano y yo podíamos costear, por lo que compramos una casa ahí. Al llegar bajé del auto y me vi frente a un cielo descomunal, el color celeste del cielo había sido reemplazado por un color gris verdoso y sus nubes tenían un color gris muy oscuro llegando a negro. Era un cielo muy extraño que me provocaba un sentimiento de tristeza, pero también de curiosidad.


Mi casa se veía un poco vieja, tenía un estilo republicano, como si hubiera estado en ese pueblo desde hace siglos atrás. Miré a mis alrededores a ver si tenía algún vecino, pero todo el pueblo se veía desolado. La soledad que se sentía ahí era casi insoportable. Esa noche mí hermano y yo nos dormimos temprano, la luz se había ido en todo el pueblo y no se podía hacer nada tras el fin del crepúsculo. Al cerrar mis ojos la volví a ver, esa misteriosa presencia con cuerpo de mujer me miraba fijamente. Intentaba abrir su deforme boca para decirme algo, pero lo único que salía de ella era un grito desgarrador, un grito que hacía que mi corazón se detuviera y que mis extremidades se inmovilizaran. Me desperté en un mar de sudor. No voy a mentir, la mujer en mis sueños siempre me dio un poco de miedo, pero había algo en su mirada que me daba una extraña calma, como si la conociera. Ella me ha acompañado desde que era muy pequeña y a veces me gustaba pensar que era una especie de ángel guardián. Los días pasaron y empecé a ir a mi nueva escuela, donde los pocos compañeros que tenía contaban historias terroríficas acerca del pueblo. Decían que había una choza escondida en la que residía la bruja de la leyenda. Todos tenían miedo de esa misteriosa choza, pero a mí me daba mucha curiosidad. Un día en el que regresaba de la escuela camino a mi casa oí unos gritos infernales, esos gritos desgarradores que durante años

escuché en mis sueños. Miré a mi alrededor y no había ni un alma. Volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza y fue cuando decidí seguir el espectral sonido. Era como si esos gritos me llamasen. Caminé y caminé, cada vez más lejos de casa. El descomunal cielo estaba más oscuro de lo normal y los gritos no cesaban. Cada vez me acercaba más a los gritos y finalmente encontré su origen. Me vi parada frente a una pequeña estructura de madera, era la choza de la que tanto hablaban. Algo dentro de mí me decía que me alejara, que huyera, pero mi miedo era como un interruptor que estaba apagado y opacado por la curiosidad. Me fui acercando más y más a la choza, el mundo pareció detenerse a mi alrededor. La choza tenía un muy fuerte olor a mercaptano, el hedor era tan fuerte que tuve que taparme la nariz. Había una puerta tan pequeña que solo una niña como yo podía entrar, era como si la choza fuera diseñada para mí. Una vez dentro de la choza, me percaté de que era mucho más grande de lo que parecía, la madera que la componía estaba carcomida por las polillas y el moho. Avancé un poco más y las mismas polillas que habían carcomido la madera habían sido destrozadas. Seguí avanzando y me encontré con las patas, las alas, los ojos y el tórax de las polillas dispersado por el suelo. Era una escena horrible, sentía como si los restos de las polillas me suplicasen para que las ayudara, pero en vez de hacerlo seguí caminando, como si estuviera buscando algo.

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Parecía que la choza no tuviera fin y que no iba a encontrar nada, cuando de repente la vi, era la mujer con la que me encontraba cada vez que cerraba mis ojos, la mujer que me había observado toda mi vida, esa presencia misteriosa que no lograba sacar de mi cabeza. En ese momento supe que definitivamente tenía que huir, la mujer estaba de espaldas y no me podía ver, pero en vez de tomar eso a mi favor, me fui acercando más y más. Era como un imán para mí, del cual no podía escapar. Llegué a estar tan cerca de ella que podía oír su respiración entrecortada. En ese momento ella se percató de mi presencia y volteó, al verla supe que no era mi ángel guardián… Sus oscuros y huecos ojos me dejaron sin respiración, su boca estaba llena de las indefensas polillas que me suplicaron que las ayudase. Empecé a retroceder, las polillas semi carcomidas me decían que corra, y lo hice. Empecé a correr cada vez más y más rápido pero la mujer empezó a perseguirme, la choza no tenía fin y mis piernas ya no aguantaban más. Por un momento perdí a la extraña presencia, pude ver la puerta de salida. Estaba a poco de llegar a mi salvación, pero de repente resbalé y caí sobre los restos de polillas. Finalmente, una gran sombra se vino encima de mí. Era como si me encontrara de nuevo en mi sueño, solo que ahora era real. Sentía como cada célula de mi cuerpo pedía ayuda ¿Quién era? ¿Qué era? No tenía fuerzas para sentir, era un fenómeno, un fenómeno suelto en un mundo de extraños. Al menos no estaba sola, estaba acompañada por esa 12

misteriosa presencia que estuvo conmigo durante toda mi vida. Esa extraña presencia me miraba fijamente con sus ojos huecos y sus frías e indelebles manos que acariciaban mi rostro… No recuerdo lo que pasó después, pero a partir de ese momento me quedé en la choza, por alguna razón no quería salir de ahí. La mujer había desaparecido y aunque la buscaba no había rastro de ella. Pensaba que solo había estado dos días ahí y que pronto volvería a casa; hasta que una tarde vi como unos policías entraban a la choza y sacaban algo, me aproximé a uno de ellos para preguntarle qué había pasado y me ignoró, por lo que decidí acercarme a un oficial que estaba cargando un objeto indescifrable, pero al acercarme me di cuenta de que lo que cargaba no era un objeto, era un cuerpo, mi cuerpo. Entonces entendí todo, la mujer que siempre estuvo ahí, en mis pesadillas, observándome, no era un ser desconocido. Nunca me pregunté cuál era su nombre o por qué sentía que la conocía, no lo hice porque en el fondo siempre supe la respuesta, entonces por primera vez en mi vida sentí lo que era terror, la mujer de mis pesadillas, la cual también era la bruja de la choza y estaba destinada a convertirse una y otra vez en ese terrorífico monstruo, era yo.


Poesía

El país del sub

Caligrama a mi abuelo

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Micro Cuento

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Mi abuelo Manuel fue un hombre de infinitos ojos color de avellana y un cabello como el viento. Tenía un don especial para pintar mi vida de colores y provocar amor en todo.

Este es el país del sub, un mundo incógnito situado debajo todo lo que conocemos como nuestro hogar. En el submundo caminamos y volamos sobre el subcielo, debajo del subcielo se encuentra el subocéano donde se hallan las criaturas más fantásticas y debajo del subocéano se encuentra el subbosque lleno de sus hojas doradas. El submundo es un fantástico lugar sin fin, en el cual toda clase de especies habitan. El Kraken juega en el subocéano con el Leviatán, y las sirenas vuelan en el subcielo guiadas por las hadas. Este inefable mundo nunca tiene fin y cada subespacio que lo conforma es un pequeño lugar lleno de posibilidades.

Amaba plasmar las palabras más hermosas en sus cuentos y odiaba tener la incertidumbre del mañana. Sólo él era capaz de hacer que venciera mis monstruos más profundos. No era un superhéroe, pero tenía poderes para con solo una mirada entender mi alma. Por eso hablar de mi abuelo es hablar de la luz. Para ti, siempre, abuelo.

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Cuento Iceberg Infinitos La vida nos tiene preparada dosis de dolor que va administrando sin previo aviso y no existe un antídoto para hacer que el dolor desaparezca. — No sé qué decir… — Tranquila, no tienes que decir nada. — Es injusto, tú no deberías ir, nadie debería ir, Francisco. — Sé que hablar de lucha da miedo pero, aunque temamos sentir dolor, esto puede ser la antesala de algo bueno que está por llegar. — ¡Cómo puedes siquiera decirlo! ¿Que podría traer de bueno todo este conflicto? — Mira, sé que todo esto es muy difícil, pero no dejemos que la tristeza empañe este momento, ¿sí? — Está bien, lo siento, pero esto me duele mucho. — No lo sientas, ¿Pero sabes algo de lo que jamás debes desprenderte?

— Te entiendo, pero una vez me dijiste que todo este miedo y odio hay que convertirlo en amor ¿no? — Mira quién es ahora la optimista. — Hasta en esta situación me sacas una sonrisa. — ¡Bip! En un momento todo nuestro mundo de fantasía desapareció y volvíamos a estar rodeados de humo. El maquinista tocó su silbato. — Escúchame bien, quiero que vuelvas. — Lo prometo, ya tengo que partir… Por muy lejos que se pretenda llevar la lucha siempre hay límites que son demasiados dolorosos para cruzar y este momento era uno de esos.

— ¿De qué?

— Francisco sé que nunca te lo he dicho, pero yo te…

— La esperanza, siempre te ayudara a superar los golpes recibidos en el camino.

— No lo digas, ya lo sé, me lo dirás cuando nos volvamos a ver ¿no?

— Tú eres quien me da esperanza y me duele sepárame de ti.

— Sí lo haré…

— A mí también me duele mucho, el estar separado de ti me quita mucho de mis esperanzas ¿sabes? — Francisco, no digas eso, tú siempre eres el optimista. 14

— Lo sé, pero en momentos como este, al ver al mundo lleno de odio, logro perder mi optimismo.

— No me olvides, hasta pronto. — No lo haré… Contuve mis lágrimas. Una estación, un tren. En ese momento sentí que el inicio y el final de nuestra historia se tocaban, como un círculo infinito.


Mito El origen El Cobrilión es un ser místico originado antes de la existencia de cualquier otra forma de vida. Este ser mitad colibrí, mitad camaleón tiene un dorso de sempiternos colores que cambian dependiendo de su humor e hipnotizan a cualquiera que los vea. Su lengua infinita puede recorrer el mundo entero y atrapar a cualquiera en ella. Sus diminutos ojos admiran las distancias más lejanas y ven el alma de las personas. Sus increíbles alas desprenden vida con cada aleteo. El Cobrilión es el creador de la existencia y alberga tanto el bien como el mal.

alas arroparon los bosques con gigantescos océanos de agua cristalina. Todos los colores que surgían en el torso del cobrilión se dispersaron y se volvieron coloridas flores y magníficos planetas; por último, sus ojos escaparon de su rostro y aquellos luceros se volvieron el sol y la luna. El Cobrilión se volvió la luz y la oscuridad, el bien y el mal, la combinación del ying y el yang.

Siglos atrás, antes de la existencia de lo que hoy conocemos como hogar, en medio del cosmos nació un extraño ser verdoso con la capacidad de cambiar de color e hipnotizar a todas las aureolas boreales con sus colores. El ser verdoso divisaba un destino solitario para su alma, pero esa percepción cambió un día cuando una radiante estrella se vio hipnotizada hacia él; mientras se acercaba, poco a poco esa estrella fue adquiriendo unas grandes alas de colores y un gran pico, casi tan largo como la lengua del ser verdoso. Esa extraña estrella pudo ver el alma de ese ser verdoso y su alma era tan pura que decidió que ambas almas se fusionarán. A partir de ese suceso, la estrella dejó de ser una estrella y el ser verdoso dejó de serlo y se convirtieron en un Cobrilión. Al fusionarse se volvieron un mundo, en el que el torso del Cobrilión se convirtió en tierra, césped, árboles, montañas y bosques; sus 15


Poesía El origen, la forma y la nada Un mundo inmerso en gigantescas barreras. Almas disfrazadas de ojos, planetas ocultos en círculos. Millones de formas encubiertas viviendo en la sombra de la nada. Desde milenios atrás, desde el origen del ser y el inicio del existir. Las semillas se han transformado en flores, los prados se han vuelto bosques, la fusión y la transformación nos han hecho humanos. Gaia y Yaku, en conjunto se han ocultado viviendo en un camuflaje infinito, casi indestructible.

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Un manto invisible en el que Frida Khalo, Carlo Magno y nuestra propia alma se refugian también. Ese manto en vida se ha convertido y la vida ha danzado dentro de un bolso amarillo pintando el cosmos con colores anaranjados e incitando a la diosa Helena a camuflarse en un animal amado mientras el verdadero yo, vuela exiliado y todas nuestras sombras atrapadas en un cuadro viven para buscar amparo.


Poesía libre La cólera del encierro Antes de saber de ti vivíamos en un movimiento sin fin. Tú presencia no se percataba y tú nombre desconocido estaba. Eras como el viento, podías fluir, viajar y sentir: entre cada una de nuestras almas vivir conociéndonos y manifestándonos sin fin. Sigilosamente en nuestros hogares nos acompañabas, a nuestras familias abrazabas. Y nosotros, sin saber nada viviendo nuestra vida cotidiana jugábamos en nuestra rueda mecánica planeando cada engranaje que nos faltaba. Tras silencioso aguardar quisiste avanzar, dejar tu capa de invisibilidad para que cualquiera que este truco de magia apreciara nunca más te olvidara. Tú semejanza con el viento desapareció y en un incendio se tornó. De la nada al todo, de la sombra a la oscuridad una semilla que creció sin parar.

Te involucraste en la sociedad. En las radios de ti se escuchó hablar. Los programas te entrevistaban sin cesar y los hospitales se hicieron tu hogar. La diosa Feme en tu musa se transformó. La etimología de la fama te interesó, tu sed por la extensión y el rumor tu fuente de energía se volvió. Abriste tus alas y volaste más allá por cada espacio de nuestro hogar. El mapa se abrió ante ti: ríos, bosques, desiertos te vieron pasar.

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La luna se ocultó y el sol salió tu presencia siguió, nos controló, nos encerró e incluso nos encolerizó.

Miles de almas confusas vieron tu andar y cada pequeño rincón no te pudo olvidar mientras tu musa con decepción te vio llegar y celebrar por tu popularidad universal. De tu mano caminaron el principio y el fin. El principio para el planeta y el fin para los individuos que se apegaban a ti. Tú inmarcesible presencia nuestro pequeño capullo rompió. Nuestro renacer vio y el renacer en encierro, adiós, e incertidumbre se tornó. La situación en brillantes capullos a algunos volvió, a otros los oscureció y a muchos marchitó.

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Un baile sin fin, una danza que nos llamó, nos perdió y nos absorbió. Baile infinito junto a ti, junto a todos que nos cansamos de danzar y aun así, tú no nos dejas descansar. Un propósito podrías tener, una lección quisieras dar o una venganza por nuestro sufrido hogar nos quieres soltar. Sabemos que te quieres quedar y que un boleto de vuelta no vas a comprar. Brillando has de estar sintiendo felicidad mientras nosotros, en silencio, te hemos de contemplar intentando descifrar tu andar disfrazados en numerosos planetas que alrededor tuyo rotarán.


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Cabrera Bolaños

ARLET

(Quito, 2005)

Mi nombre es Arlet Cabrera y desde mi punto de vista, soy un dragón, pero no uno cualquiera. Yo no tengo escamas, pero si una armadura de desafíos e ideas. Tampoco creo fuego, lo que creo es una explosión de arte y creatividad. Lo que sí tengo, son alas, alas que me ayudan a cortar cadenas, a dejar volar mi imaginación, a superar cualquier obstáculo, alas que me lleven a tocar las estrellas y lo más alto de mis pensamientos. Todavía tengo mucho que aprender; me espera todo un vuelo por delante y, para decir verdad, tengo miedo de que algún día caiga en medio vuelo, y de olvidar cómo volar. Sé que con el tiempo ya no seré el mismo dragón de ahora, puede que sea uno mejor o viceversa. Pero si ahora me preguntan, quién soy. Yo soy un dragón. 20


Poesía

Autorretrato Soy un dragón, una guitarra y una marioneta. A veces me imagino como un submarino, como una estrella y como un peculiar sombrero negro. Siento que soy Mary Shelley y eso a lo que tanto le tememos en la oscuridad. Soy un libro varado en un mar de lágrimas, recuerdos y pensamientos. Soy lo que da color a la vida con mi mamá. Todo eso soy.

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Cuento con dos finales Mi país de nunca jamás Una vez existió un Peter Pan. Pero no el de la historia que conocemos. Este Peter era yo: testarudo, valiente y convencido que tenía la particularidad de siempre ser un niño. Yo me dedicaba a ayudar a niños de orfanatos y también a los infantes del Hospital de Solca contando todo tipo de historias y haciendo ver el lado divertido de todo, dándoles ánimo de seguir adelante. Tenía una vida aparentemente normal, compartía tantas risas con los ellos, pero mi único problema era que yo sufría de depresión y lo más raro es que no sabía el porqué. Con ellos recordaba cómo mi niñez había sido dura, sin apoyo de nadie. Soy huérfano y tengo ese sentimiento de aflicción que todo el tiempo me abruma: día y noche y no sé cómo apaciguarlo. Yo no recibía terapia alguna ya que con los niños sentía que me alejaba del mundo real, de todos mis problemas. Era el único momento en que se podría decir que me sentía en paz. Cuando me encontraba mal solía decirme a mí mismo que pronto llegaría al País de Nunca Jamás, donde todo se podía hacer realidad y donde lo imposible podía ser posible.

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Final 1 Noté que alguien me veía, y en seguida desperté, todo había sido un sueño y yo estaba en una pijamada con mis amigos. Wendy y el capitán Hook me veían fijamente conteniéndose la risa en las otras camas. Yo no entendía qué era lo que estaba pasando hasta que de repente me bajo de la cama y ¡Boom! Campanita me revienta un pastel en la cara y todo yo quedo manchado de crema. ¡Feliz cumpleaños! me gritan todos. Vaya sorpresa que me habían preparado. Yo, muy feliz y agradecido eché una carcajada. Recogí todos los pedazos de pastel que habían quedado en el piso y los lancé hacia Wendy y al capitán Hook.


Lo que había sido una pijamada se convirtió en una guerra de pastel y todo quedó totalmente manchado. Jamás olvidaré esa noche tan alocada y desbordante de emoción. Así como jamás olvidaré las personas que me hicieron feliz. Este es el final del cuento, mis niños, así fue como surgió una gran amistad y gracias a ellos tuve una hermosa niñez, espero que ustedes también encuentren a alguien que los haga realmente felices y alguien con quien puedan compartir todo tipo de aventuras y risas. Con amor, Papá

Final 2 Y así los días iban pasando hasta que hoy decidí que todo eso iba a ser diferente. Abrí mis ojos y me di cuenta de que todo esto era nada más que una ilusión. Mi vida no era la que yo creía que era, yo no era quien creía ser. Todo este tiempo viví una vida que no era mía, todo este tiempo tenía un nombre redundante en mi cabeza: “Campanita”. ¿Quién eres? Supongo que eres alguien importante para mí.

y cómo te sentías. Creo que tenía una cierta obsesión contigo porque realmente olvidé quien era. Solo recuerdo mi nombre Peter… Peter Pan. Con esta carta me despido de ti, solo te quiero pedir una cosa. Vive, vive todo lo que yo no viví, aprovecha cada momento, da lo mejor de ti cada día. Recuerda que si te caes siempre habrá una manera de levantarse. Siempre da una sonrisa al mundo y verás cómo el mundo te la devuelve porque te mereces eso y mucho más. Todo esto lo hubiera querido hacer yo si no hubiera desperdiciado mi vida, de tal manera, para no soportarla. Hubiera querido que alguien me diga todo esto que te estoy diciendo a ti, pero ahora tres metros bajo el suelo veo que ya es imposible. Espero que algún día llegues a leer esto Campanita, pero todavía es muy pronto para ti. Espero verte en el País de Nunca Jamás. Peter Pan

Campanita todo este tiempo viví tu vida, me hice una imagen de todo lo que hacías 23


Diálogo teatral ¿Una araña en la limonada? Puck:

Hola Oberón, te informo que tu tía te envía un cordial saludo.

¡Aaaag…! no me escuchas bien, mejor para no perder la paciencia no te digo nada.

Oberón: ¿Dices que un guía me está diciendo velludo? ¿Pero que se cree?

Oberón: ¿Y yo cuándo te he pedido limonada?

Puck:

Puck:

No, Oberón, olvídalo. ¿Te parece si vamos a cenar porque ya se está haciendo de noche?

Oberón: ¡Pero qué barbaridad dices! No tememos coche. Puck:

Ya sé eso… no tememos coche porque lo atoraste en la montaña. ¿Recuerdas?

Oberón: ¡Dónde! ¿Está encima mío? No puede ser… quítame de una vez la araña.

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Puck:

Tú sí eres un caso perdido.

Oberón: ¿Dices que la araña ha huido? ¿Y a la limonada? Puck:

¡Renuncio! mejor me voy a la montaña para así ya no tener que lidiar con usted, ni con nada.


Fábula Negro azabache Blacky es un gato común. Tiene unos grandes ojos verdes amarillentos y su pelaje es negro azabache. Lo que el mundo no sabe es que él tiene una vida secreta. Cuando no está en casa se junta con una pandilla de gatos llamados “Los ásperos”. Él es el líder de la pandilla y siempre que se juntan para hacer “bandalidades” y se meten en varias peleas. Él es un gato muy lanzado y cree que por ser de ese color característico y por su aspecto, según él, amenazante, cree que todo el mundo está en sus patas. Para Blacky era muy común meterse en todo tipo de peleas callejeras y clandestinas; incluso, algunas veces, participaba de peleas justicieras en bares de mala junta. Cierta vez, él y "Los ásperos" encontraron a dos conejitos en un monte y se burlaron de ellos. Los conejos eran: uno pardo y el otro gris, de un tamaño ligeramente más pequeño que los gatos. Blacky se les acercó y les tentó a iniciar una pelea. Repentinamente, el conejo gris retó a Blacky a un duelo y él, sorprendido, porque nadie había hecho eso antes, aceptó. Todo comenzó con Blacky que no paraba de empujar al conejito y él no hacía nada para defenderse. El gato se cansó y dijo que le daba pena y que no iba a pelear con alguien tan pequeño, suave y esponjoso. Entonces, le dio la espalda y muy orgulloso, lentamente, se retiró hasta

que ¡PUM! alguien lo atacó por la espalda y le dio su merecido. Blacky asustado se fue corriendo a su casa, no le faltaron patas para ello y de ahí en adelante no volvió a subestimar jamás a alguien ni por su físico ni por su intelecto. Ahora se repite en su mente lo que aprendió esa noche: jamás subestimes ni sobrevalores a alguien sin conocerlo. 25


Cuento de terror Saciedad Esa noche todo estaba muy oscuro, la luz de la luna no reflejaba sobre mi ventana. Los gatos maullaban y se los escuchaba a lo lejos. Era una noche de ventisca: las ramas de los árboles se meneaban bruscamente. Yo intentaba dormir, pero no olvidaba aquella mirada, esa, justo del momento antes de que todo sucediera. De pronto, un trueno cayó sobre mi jardín y abrí mis ojos, sentía que alguien me veía y estaba ahí conmigo. Prendí la lámpara de mi velador. No había nadie. Sin embargo, ese sentimiento de compañía me perseguía. Me levanté de mi cama y dirigí la vista hacia la esquina del cuarto y ahí estaba ella: quieta, mirándome, consumiendo mi capacidad de movilidad. Volví rápidamente a mi cama y me tapé con las cobijas. La noche siguiente sucedió lo mismo. Yo no sabía lo que ella hacía aquí pero no me atreví a decir ni una sola palabra hasta que sonrió como si tuviera un propósito. Se acercó poco a poco. Con un rayo de luz logré verla. Estaba despeinada y tenía las extremidades desbordantemente grandes. No tenía cara, solo una boca desde la frente hasta el mentón, cuando se reía, mostraba dos filas de colmillos desordenados. Me quedé estupefacto. Tenía miedo, pensaba que todo esto era una pesadilla y si me dormía pasaría todo. Intenté acostarme, pero su fría y huesuda mano me agarró por el cuello, sus uñas puntiagudas apuntaban hacia mí y sentía que pronto me desgarraría por completo. 26

¡Qué quieres! —grité, cerrando los ojos. Me soltó, lentamente abrió su inmensa boca y se levantó el labio superior con una mano, mostrando todos sus dientes. Un escalofrío recorrió sobre mi cuerpo, sentía que el corazón se me salía por la boca. Cada vez mis latidos eran más fuertes y más rápidos. Escuchaba gritos, gritos de mujeres desesperadas, tristes, con miedo. Lo más singular era que venían de mis recuerdos, algunos remotos, otros cercanos. No me atreví a abrir los ojos, pero una fuerza me impulsó a hacerlo, como si ella me estuviera manipulando. Al inicio todo era obscuro y los gritos se detuvieron. Una extraña luz brotó de su esófago iluminando a una misteriosa figura que yacía dentro de su boca. Repentinamente chasqueó los dedos y en un abrir y cerrar de ojos me convertí en la silueta que había visto antes. Volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza y fue cuando vi a las mujeres que causaban los gritos alrededor mío. Volteé a ver y ahí estaba ella. Eran sus ojos, era su grito, era su mirada: la misma que me perturbaba aquella noche de insomnio. Pero, ¿cómo? Esta no puede ser ella. Ya estaba…muerta, —dijeron las mujeres que me rodeaban, dejando todo en silencio. Intenté escapar, sin embargo, me fue inútil. — Papi, ¿por qué lo hiciste? era solo una niña. ¿Recuerdas cómo te miré suplicándote que no lo hagas?, ¿por qué?, ¿por qué?


En ese momento mi sangre se congeló. Sentía como lentamente mi interior se desgarraba y me corroía como un ácido en las venas. Inmediatamente todas las mujeres empezaron a gritar — ¡Nos matase! — ¡Asesino! — ¿Cuántas más tendrán que morir para saciar tu sed? — ¡Nuestra sangre está regada en tus manos! ¡Esto no puede ser! Nada de esto es real ¡Todo es una mentira! ¡Todas ustedes están muertas! Cerré y froté mis ojos y cuando los abrí ya estaba fuera, viendo la repugnante boca del monstruo. Estaba enfadado, agarré una botella que tenía a mi alcance, la rompí y empecé a clavarla en su cabeza, mientras más daño la hacía, me daba más placer, más felicidad, más libertad. Sentí que estaba empapado de una sustancia un poco espesa y caliente, pero… ¿qué era? Bajé la mirada y era mi sangre. Finalmente, una sombra se vino encima y me di cuenta que la botella la tenía clavada en mi cuello, no había ningún monstruo en la habitación. Sentía el calor de mi sangre corriendo por el cuello, por mis manos, por mi pecho. Sentía cómo mi corazón dejaba de latir. Sentía…sentía … sentía saciedad.

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Poesía

Cuento Iceberg

Caligrama para el abuelo especial para en c ad a

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Mi rey Jorgito fue de cálida sonrisa y de voz armónica. Tenía un don especial para cantar al mundo. Amaba sacar la esencia de las personas y odiaba estar distante de sus seres amados. Sólo él fue capaz de hacer que me gusten los días fríos. No fue un super héroe, pero tenía el poder de encontrar regocijo En cada momento. Por eso hablar de mi abuelo es hablar de amor infinito y eternidad.

El otro lado Me despedí de todos con una nota y llegué a la estación del tren. Estaba muy nervioso, pues tenía que llegar al otro lado. Tomé asiento, solo tenía que esperar a que llegue el tren. Y en eso, una señora mayor se sentó a lado mío. — Hola muchacho —me dijo. ¿A dónde te diriges? — Al otro lado —respondí. — ¿Y dónde queda eso? —preguntó. — Eso no le concierne —dije firmemente y al notar que la señora no respondió, me alivié. Después de mucho tiempo, el tren había llegado. — Hay mucha fila, mejor espero a que se suban todos —pensé. Pasado un tiempo me di cuenta de que ya no había gente. — El tren ya mismo arranca, será mejor que me apure. — ¿Serías tan amable de ayudarme con mi maleta joven? —exclamó ella con voz temblorosa. — No puedo señora, estoy muy apurado y puedo perder mi oportunidad —respondí y enseguida corrí hacia donde estaba el tren. Al frente mío, se ubicaba un guardia. — Su boleto por favor —me dijo —no le puedo dejar pasar sin él. — Yo no necesito boleto —exclamé. — Retírese por favor —me respondió.

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— Eso no va a pasar —le dije en tono burlón.

Noté que el tren ya estaba moviéndose.

— Probablemente, los pasajeros de ese tren, experimenten un poco de turbulencia al inicio de su viaje —me dije. Lo más seguro es que sean las rocas de la estación, sí, claro, las rocas.

— Tengo que llegar al otro lado. —grité, empujando al guardia fuertemente.

Decidí ir a sentarme y esperar a que llegue mi tren.

Estaba molesto. Por un lado, me había liberado del problema, pero por otro, él había ocupado mi lugar: mi boleto para cruzar.

— Ahora sí, no dejaré que nadie me quite la oportunidad —pensé. Pero viendo el lado positivo, veré al guardia en mi destino: en el otro lado.

— Le dije que se retirara por favor —agregó, dándome un pequeño empujón.

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Mito Fennec de Tasmania

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El Fennec de Tasmania es un ser cuya cabeza evidentemente es de un Fennec y su cuerpo es de un demonio de Tasmania. Él todavía no existe, pero pronto habitará en los bosques de todo el mundo, se alimentará de toda carroña que encuentre, pero sobre todo de humanos. Con sus características orejas logrará escuchar cosas a una muy larga distancia; además podrá aumentar y disminuir su tamaño, según su conveniencia ya que le van a servir para detectar peligro. Este ser tendrá una de las mandíbulas más fuertes del mundo y con su hilera de colmillos puntiagudos logrará derribar a cualquier humano que se interponga en su camino inyectándoles una sustancia ácida que corroe desde adentro de la piel. Tendrá dos ojos gigantes color azabache y su pelaje irá en degrade desde su cabeza de un color beige hasta un negro con una raya triangular que cruzará de la espalda hasta su pecho, esta va a variar de color según la cantidad de amenaza que sienta. A pesar de ser agresivo va a tener la capacidad de llamar la atención debido a su particular mirada y tamaño, que harán desbordar de ternura a quien se le acerque. Esto le servirá como una trampa natural para atacar.

dar un mensaje advirtiendo que, si no se hacía algo, en el futuro podría ocurrir un apocalipsis generado por ciertos animales debido a radiación o mutación genética.

En el año 2060 algunos de los pocos sobrevivientes del apocalipsis trataban de enmendar el daño que habían hecho. Hablaban de las abolladuras en la capa de ozono o las malas mutaciones que habían ocurrido. Por ello, crearon una máquina del tiempo y enviaron a una científica para

Dos años después de lo previsto, la científica llegó, pero vio que ya todo estaba destruido, casi no habitaba nadie. El mundo era un caos total. Veía que unos extraños animales se comían a las personas, las desollaban, era desastroso. Esta especie había tomado control sobre el mundo. A lo lejos vio una

Ella se negó, dijo que alguien le advirtió alguna vez que si se jugaba con el tiempo podría pasar algo peor y que podía ser la razón por la cual estaba pasando todo esto. Sin embargo, nadie le hizo caso, todos decían que era una locura y que se quitara esas ridículas ideas de la mente. Vio que no tenía el apoyo de nadie así que sin más que decir, aceptó la tarea. Una vez ya creada la máquina, la pusieron a funcionar y mandaron a la científica un año antes de que todo esto pasara. Todo iba bien, pero de repente la máquina empezó a comportarse extraño y en un abrir y cerrar de ojos, desapareció perdiéndose en el tiempo y a la vez, abriendo una pequeña grieta de espacio-tiempo en lo que hoy conocemos como Australia. Desgraciadamente dos animales se encontraban justamente en la selva donde la grieta estaba, absorbiéndoles a los dos y juntando sus moléculas y células, creando una nueva especie. Este animal fue a parar en el año 2021 donde todo comenzó.


Poesía Varados en el horizonte niña que le resultó muy familiar. Se la empezó a aproximar poco a poco, hasta que vio su rostro. Era ella, la científica, pero cuando tenía cinco años de edad. Sin pensarlo más, le dijo que tenía un mensaje que transmitirle: — Escúchame bien, las cosas se van a poner peor. En el año 2060 un grupo de científicos entre los que estarás tú, habrán sobrevivido a la hecatombe del mundo y te querrán enviar al año 2020 para tratar de arreglar todo este caos. Sin embargo, tú les vas a decir que no, porque esta visita al pasado fue la causa de todo este apocalipsis y jugar con el tiempo no es adecuado. Debes evitar a toda costa esto, yo sé que puedes y lo lograrás porque soy la científica en la que un día te convertirás, pero tú serás una mejor versión de mí. Sé más que una sobreviviente. Sé una heroína.

Y ahí estaban, en un varadero de estrellas, en un mar muerto, en un cementerio de sueños enterrados. Un náufrago sumido en desesperación, una dama vagando ciegamente. El amor de dos personas entre sí que los mantenía en constante psicosis. Las huellas de las personas ahogadas, bañaban las aguas de luz dorada, de miradas que reflejaban hipocresía, de tumbas de seres amados. Los laberintos de ideas que surgían en sus mentes, los cegaban hasta el punto de inconciencia arrastrándolos a una cárcel de amantes. Dejando su huella en el horizonte.

Y así, ella desapareció, sin dejar rastro. El mensaje había sido entregado, lo que no se sabía era que todo es un bucle de tiempo, que pase lo que pase, no cambiaría ni el pasado, ni el presente, ni el futuro. Nada podría evitar la creación de esta especie. Y así fue como se crearon estos animales, los conocidos “Fennec de Tasmania”, que en un año nos estarán esperando. Así que prepárense por que esta pandemia es solamente el inicio del fin.

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Cuento libre Visiones ciegas Aquel día, la lluvia me despertó. Me vestí y bajé al carro de mi padre. Yo estaba un poco nervioso ya que no me gustaba estar con él. Sabía que yo era una vergüenza desde que mi madre desapareció. Al llegar, el psicólogo me dijo que pase y me empezó a interrogar acerca de las cosas que veía y escuchaba. Cuando concluyó, me pidió amablemente que me retire para poder hablar a solas con mi padre. Mientras esperaba en la sala, escuché que me habían detectado esquizofrenia. Cuando mi papá salió, me vio con cara de asco, como si quisiera deshacerse de mí de alguna forma. El momento que llegamos a casa, me quise bajar, pero papá no me dejó. Me dijo que me quedara en el carro porque me iba a traer unas cosas puesto que me internaría en una casa con personas como yo. Le creí y esperé sentado. Para llegar allá, él me vendó los ojos y manos. Suponía que no quería que vea el camino, en ese momento se me congeló la sangre, me estaba imaginando lo peor. Sentí que el carro había parado, pero seguía con la venda en los ojos. Papá me agarró de la chompa y me obligó a bajar a un hoyo que se encontraba en el medio del bosque. Al instante me arrojó la mochila con mis cosas y dijo que regresaba en una o dos horas y que no me preocupara. 32

Pasaban los días y poco a poco se me acababa la comida. Sabía que él no iba a volver. Siempre pedía auxilio, pero nadie me escuchaba. Al pasar el tiempo, me fui acostumbrando al silencio, al frío, a comer cada vez menos. Hasta que un día ya no hubo nada. Tendría que soportar el hambre por varios días. Llegué a un punto en el que ya no pude más, estaba muy agotado, no tenía fuerzas y ahí fue cuando lo vi; era mi padre, pero actuaba de una manera un poco extraña. Cuando se me acercó, un sentimiento de ira se apoderó de mí. — ¡Padre! —grité— ¡me abandonaste! Me dejaste aquí solo, me estoy muriendo de hambre. ¡Dónde estabas! — ¡Si tanta hambre tienes comete esto! —me gritó, lanzándose hacia mí con un cuchillo en mano. En seguida, sentí un dolor que jamás olvidaré, era un dolor punzante en mis ojos, pero de repente, se apagó todo, no podía ver nada. Sentí que el cuchillo estaba en una de mis manos y en la otra, sostenía dos cosas circulares con un cordón extraño y húmedo en cada una, eran un poco calientes, gelatinosas y pequeñas. Al fin tenía algo que comer. Un momento… ¿qué era esto?, esto sabe a sangre... ¿por qué no puedo ver nada?… ¿estos eran… mis ojos?


Mientras los chorros de sangre corrían por mi cara, noté que estaba solo, no había nadie más en aquel hoyo. Mis fuerzas ya no podían más. El dolor era tan intenso que caí desmayado. Un tiempo después, desperté escuchando ruidos en el exterior. Y en seguida pedí auxilio desesperadamente. Oí que derrumbaron la puerta y se escuchaban voces de personas hablando de mí. — Este es el muchacho – dijo alguien. — Perfecto, tráela, está en mi carro —le respondió una voz que yo conocía.

Caminaba lentamente para no tropezarme, pero mientras más cerca estaba, más olía a podredumbre. Llegué a donde estaba y lo destapé. Inmediatamente volaron cientos de moscas y sentía como me devoraban lentamente, empezando desde los cuencos de mis ojos. — ¡Padre, ¿qué te hice para que me odies tanto? — Las personas como tú no tienen lugar en este mundo- me respondió- Tu madre también fue como tú, pero ya está en un lugar mejor y si no me crees, puedes preguntarle antes de que los gusanos acaben con ella. Está justo delante de tus pies.

Esa voz me es familiar, pero es imposible, él me abandonó, no pudo haber regresado por mí. — ¡Padre! Te esperé días enteros, ¿por qué tardaste tanto? — ¡Cállate! – gritó – ahí es donde perteneces. Ese hoyo de ratones ahora es tu casa. — No me hagas esto por favor —dije —sea cual sea el problema, lo arreglaremos, estoy seguro. — Es que no lo entiendes, tú eres el problema- respondió —y tu mamá también lo fue. Sentí que habían arrojado un bulto y me imaginaba que era comida, entonces me acerqué a donde había sonado donde cayó. 33


Cazar Salazar

GUILLERMO

(Quito, 2003)

Soy un orgulloso otaku que se baña dos o tres veces al día. Un medio gamer al que le gustan todos los deportes y también el lanzamiento de la jabalina, sobre todo. Mi alias favorito es: Dark Light. Me considero un escorpiano bastante apegado. Mis animes favoritos son: Mahouka Koukou no rettousei, Danmachi, Strawberry panic, SAO, etc. Me gustan los cubos rubik.

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Poesía

Autorretrato Soy escorpión, soy agua y una figura de acción. A veces me imagino como un avión libre o varado, como un sol vagabundo o un terno clásico. Siento que soy Santiago (el alquimista) y la fría oscuridad. Y busco ir al libre cielo y al calmo mar. Eso es familia. Soy un collar en un pantano. Soy la paz y la alegría con mi mamá. Todo eso soy.

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Cuento con dos finales Hasta el final de los tiempos Había una vez Bell Cranel. Pero no el de la historia de Danmachi. Este Bell era valiente, pero tímido a la vez. Se mostraba respetuoso ante sus mayores o superiores y cariñoso con la gente a quien quería. Deseaba ser un héroe de cabello blanco y ojos rojos, con una piel muy clara. Con una apariencia similar a la de un conejo de la mazmorra. Él se dedicaba a ser un rescatista, y localizador, se dedica a buscar y salvar gente que está perdida o en problemas dentro de los distintos biomas peligrosos o desconocidos. Esto lo hacía por todo el mundo, especialmente cuando estaba en Latinoamérica, un lugar lleno de una gran variedad de ecosistemas. Él es un rescatista con experiencia; sin embargo, como a cualquiera le puede pasar, tuvo un accidente: un día un león amenazó su vida, pero cuando estaba acorralado y tan solo esperando al momento en el que la muerte le llegara, apareció en su rescate una hermosa chica llamada Azhi, la cual logro apartar al león y salvar su vida. Bell quedó profundamente enamorado, pero, nunca volvió a hablar con ella porque a pesar de ser un profesional no podía acercarse por su timidez. Ella estaba en su grupo de rescatistas y él deseaba hablarle, pero había un compañero llamado Loog que amaba a Azhi, y siempre interfería cuando Bell tenía la oportunidad de acercarse. 36

Final gracioso: Bell después de mucho tiempo de intentos e interrupciones, decidió hablar de una vez por todas con Loog, ambos quedaron en hablar en un bar llamado “Graciosa Caridad” a las ocho de la noche. Loog: ¡Bell yo conozco a esa chica mucho más tiempo que tú. ¡Yo la amo más! Bell: Tal vez, pero yo también la amo. Ella se merece a alguien mejor que tú: un pobre tipo de mal genio. Loog: ¡Cállate! Ella me ama a mí, no a ti. Bell: ¡Claro que no, ella me ama a mí! Después de aclararse el uno al otro lo que sentían, Azhi apareció, habiendo oído todo lo que habían dicho. Desde ese día una hermosa pareja, la pareja de Bell y Loog, salvan juntos a la humanidad.


Final trágico: Bell en un rescate, tuvo la oportunidad de hablar con Azhi. Desde ese momento su amistad terminó haciéndose más y más grande hasta el punto en el que Loog ya no podía interferir. En otra expedición, Loog enfurecido se dirigió a un pantano cercano. Después de mucho tiempo Bell se preocupó porque, a pesar de todo, él lo consideraba un amigo. Salió a buscarlo en compañía de Azhi. Buscó y buscó hasta que a las siete de la noche lo encontró ensangrentado y sin habla. Cuando Bell se acercó a tomarle el pulso porque vio una pequeña respiración, notó que todo estaba lleno de sangre y con una sonrisa de león hambriento al ver una presa. Sacó un cuchillo y mató a Bell, atrapó a Azhi y la tuvo hasta el fin de los tiempos. El cuerpo diseccionado y frío de Bell aún reposa en su casa como trofeo.

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Diálogo teatral Una cena confusa Puck:

Un buen saludo para usted, mi señor

En ningún lado mi señor, no hay nada.

Oberón: ¿Qué me dijiste? ¿Que estoy muy velludo?

Oberón: ¿De qué limonada me hablas, Puck?

Puck:

Puck:

Nada esta noche, mi señor.

Oberón: ¿Cómo que empanadas para el coche? Puck:

Noo, mi señor, solo he venido a ofrecerle su vino y su olla para la cena de hoy.

Oberón: ¿Cómo que me vas a ofrecer a mi vecino con cebolla? ¿y por la pena de hoy? Puck:

Señor, ¿por qué mejor no se relaja en la montaña?

Oberón: ¿Paja en la araña? ¿dónde está la araña? ¡odio las arañas!

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Puck:

Mi señor, mejor váyase ya a la cama.

Oberón: ¡Pero no quiero ir a jugar con ninguna llama! Oberón: Mejor vete, Puck. Y antes de irte mete la araña en esa llama.


Fábula El pequeño de la casa El gato vago y loco, Shiba, a pesar de haber sido rescatado hace ya tres o cuatro años atrás y de tener una edad adulta, adora jugar y divertirse. Lo malo es que sus amigos, los otros gatos, no quieren jugar tanto con él. Con la Negra el odio es mutuo; el Shino es “el gato alfa” y solo se la pasa comiendo, durmiendo y peleando, la Dina juega de vez en cuando, pero a Shiba no le importa, siempre está jugando y molestado a los demás. Shiba quiere jugar con los demás ya que no tuvo una infancia correcta porque todo ese tiempo vivió en el Parque Italia, sin compañía de nadie más, y con un miedo constante a la muerte que no le permitía ser un niño; pero ahora que está a salvo, él nunca ha dejado de ser un juguetón, incluso como un adulto, y aprovecha cada momento para molestar a sus mayores. Pero también tiene su límite, ya que cuando molesta demasiado a los demás y ellos se ponen eufóricos y le empiezan a dar duro como en una pelea de Dragon Ball. Esto sucede con la Dina y la Negra; pero, con el Shino es otro cuento, ya que cuando él se enfada, solo hace falta que se ponga firme para que Shiba salga corriendo como Alvin, el de Alvin y las ardillas, después de hacerle una travesura a Dave.

Y aún con todo esto, él nunca ha dejado de hacerlo, y nunca dejará de hacerlo ya que ahora disfruta de esa infancia mágica que nunca tuvo. Moraleja: No importa que seas un adulto o casi uno, nunca hay que perder la niñez y la diversión.

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Cuento de terror La cabeza del mono Esa noche toda estaba muy oscuro. Avanzaba por el bosque entre aquellos viejos árboles conocidos pues ya había recorrido ese camino. Ya no le importaban los demás, solo seguía ese camino, pero siempre con una sombra detrás, que día a día, acto a acto, crecía. Solo los gritos lo calmaban. Esos gritos cubrían el gran dolor y miedo que sentía por esa sombra que crecía. Él sabía qué era aquella sombra, pues tenía la forma de una cabeza y sabía que solo los gritos ajenos a los de él, podían tapar los gritos de su sombra. En un tiempo que se alejó del bosque y se fue a otro lado, dejó de oír esos gritos que lo atormentaban; sin embargo, seguía provocando gritos, aún, cuando no los quería. Pasados unos pocos meses, él se dio cuenta que no podía estar sin esos gritos que le asustaban, pero que también lo acompañaban. Decidido a aguantar esos gritos, regresó al bosque de noche para oírlos. Sabía muy bien que dichos gritos le pertenecían a esa sombra. Cuando buscaba esa sombra, no la encontraba en aquel bosque. Buscaba y buscaba por ese sendero que tanto había recorrido. Pero al no encontrar esa sombra que tanto le hacía falta, el miedo aumentaba. Él sabía que, si era descubierto, los gritos, que calmarían a alguien más, serían los de él.

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Decidido a volver a estar con esa sombra, hizo una vez más lo que en el pasado ya había hecho. Fue donde ese hijo del mono, que alguna vez había sido su mascota. Se acercó lento, con una sonrisa de felicidad, pero no por verlo a él, sino porque sabía que pronto su sombra y los gritos volverían. Dejando inconsciente al mono, fue a donde estaba el anterior mono, y allí, padre e hijo reunieron cabezas ya que solo eso quedaba. Volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza y fue cuando él sentía mayor felicidad. Desde ese momento siguió juntando cabezas una a una. Probó con distintos animales, pero sin duda, para él, solo dos gritos valían la pena: los del mono y los de los humanos. Desde entonces solo recolecta esas cabezas. Finalmente, una gran sombra se vino encima y fue cuando él quedó atrapado por esa sombra que tanto placer le daba; en ese bosque que tanta alegría le daba. Y así sigue hasta el día de hoy.


Minicuento fantástico

Poesía Caligrama a mi hermano

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Este es el país del anti. Este país es antilegal, antibienestar, antiriqueza y sobre todo antimaltrato ambiental. En resumen, este país es el anti mundo actual.

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Mi hermano Edu es fuerte como un toro e igual de terco y alto. Tiene un don especial para colmarme la paciencia. Ama jugar con amigos todo el tiempo. Odia tener que pelear. Muchos lo molestan y por eso pelea. Solo él es capaz de hacer que yo pierda la cabeza. No es un superhéroe, pero tiene poderes para ser como un trébol de cinco hojas. A pesar de eso, hablar de mi hermano es hablar del cariño.

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a. S


Cuento Iceberg El recorrido Dos amigos se encuentran para ir a la estación del tren

silencio, con preguntas, solo para saber si ese era el tren correcto.

— ¡Michael No me dejes!

— Oye, Michael, quieres contarme tus problemas.

— Tranquila, Vicky, solo te esperaba porque se nos va el tren. — Ya lo sé, pero igual no me dejes así, sin decir nada.

— No importa.

— Ya perdón, pero esta será la última, te lo prometo.

Había pasado mucho tiempo desde que Michael le contaba sus problemas a Vicky, entre lágrimas y lamentos, furia y desesperación. Llego el tren de Vicky.

— Ajá. Eso dices siempre. ¿Por qué lo cambiarías ahora? — En serio… la última vez. — Jo. Está bien. Pero… ¿Te sientes mal? — No, al menos no mal. — Oh. Es que te vi bastante raro el día de hoy.

— Muy bien. Te voy a contar.

— Bueno eso es todo Vicky, ya sabes mis problemas, pero no te preocupes, mañana ya no existirán. — ¿Seguro que vas a estar bien Michael?

— No, era malestar, era una sensación de soledad se nos va el tren, ¡corre!

— Si, como te digo hoy se acaban mis problemas, hoy se van a ir todos mis problemas.

Al cabo de haber corrido durante quince minutos, llegaron a la estación, pero…

— Está bien, pero recuerda que siempre estoy para ayudarte a ti, querido amigo.

— Ya ves, llegamos tarde.

— Lo sé, y eres la razón de que haya durado tanto tiempo sin volverme loco, te quiero mucho Vicky. Adiós siempre me apoyaste, y te lo agradezco.

Entre dientes y con voz dolorosa: “Una vez más… Una vez más llegue tarde” — ¿Seguro que estás bien? — Solo estoy con problemas, pero mañana desaparecerán.

Una vez ya en el tren, Vicky quedó demasiado impactada en ese momento por los problemas de Michael, para darse cuenta de eso tan importante que pasó.

— Bueno. ¿Quieres sentarte?

Ya Vicky dentro del tren, Michael gritó:

— Bueno, vamos

— ¡Te quiero mucho, esto no es tu culpa. Cuídate. ¡Adiós!

— Mal no estoy, pero tampoco bien.

Una vez ya sentados, esperando el tren, habían pasado ya treinta minutos de 42

— Si quieres, pero mañana ya no van a estar.

Todo esto, mientras lloraba.


Mito Acuorpión Este es un animal capaz de estar en el agua y la tierra, pero pobre de aquel que lo vea y decida molestarle. Toda la gente que lo veía creía en un principio que era la unión entre un escorpión y un tiburón, solamente, pero los que los observaban, se daban cuenta de que realmente se trataba de la unión entre el tiburón, el escorpión y el toro. Descubrieron esto porque la actitud de este animal tenía un poco de todos estos animales. Además del pelo característico del toro, también tenía unos cuernos muy grandes y peligrosos y un cuero tan grueso que ni una bala lo atravesaría. Poseía, además, una gigantesca mandíbula, (para su tamaño) con dientes más afilados y punzantes que la mejor katana del mundo y unas branquias por las cuales podía estar bajo el agua sin problemas. Pero sobre todo se parecía al escorpión ya que era pequeño, tenía su cola, pero más grande, con una neurotóxica más peligrosa que cualquiera del mundo actual. Sus pinzas muy grandes y afiladas le permiten cazar a los tiburones blancos más grandes y peligrosos. Sus patas de escorpión eran de color azul grisáceo en el agua y en la tierra, de un color café, casi tan oscuro como el negro, pero se notaba que era café.

Este ser era lo más peligroso que puedes encontrar en este mundo, lo más tenebroso de toda época. Era inmortal y calmado, mientras no estuviese de mal humor, pues ahí si acababa con la vida de cualquiera. Su único enemigo natural el Rey Dragón Negro. El Tirano Rey Dragón Negro fue quien, por culpa de su tiranía e increíble crueldad, dio vida, como su antítesis, al Acuorpión que nació en el acto más atroz, cruel y vil del Gran Tirano. Cuando el Gran Tirano extinguió todo un bosque, un mar entero y un gran desierto, los primeros animales afectados por el monstruo fueron los que se juntaron y decidieron unirse para poder enfrentarse al Gran Tirano, y así nació el imponente e inmortal Acuorpión. La última vez que se le vio a este majestuoso animal fue en la batalla final con el Gran Tirano. Se cree que ambos murieron en esta.

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Poesía La realidad ¡Oh! Gato ahogado tú que no merecías crueldad Fuiste ahorcado! Pero, al humano sentencia alguna se le ha dado. ¡Oh! Pobre pez mutado tú de entre todos, fuiste manipulado. Cual oro, tu piel de antes, es ahora un gris pedante.

La caída

Y, ¿el humano? ni cuidado te ha dado.

En principio un amor asegurado.

Pobres aquellos cuyo sangrado es su llanto.

Más con el paso del tiempo este ha sido censurado.

Nunca imaginan el dolor del ahogado, y del mutado.

Pobre la mujer que, en el inicio, cual obra de Picasso llena de colores, había andado.

Y que Dios dé perdón, a los que con felicidad dicen ser humanos.

Y el hombre que, en el inicio, es un tachón en obra fallida. Todo se junta en un gran abismo de emociones. Con el deceso del tiempo se han ido cayendo a lo profundo del abismo, y solo ha quedado una cesura mal hecha.

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PoesĂ­a libre Parca En un campo lejano teje la Parca con hilos de sangre. De la paja sale una diana muerta. De la sangre, un sol carmesĂ­ que se derrama. Y a lo lejos la dura guadaĂąa. El final de un largo viaje.

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Ederer Blanco

SANTIAGO

(Buenos Aires, 2004)

Soy Santiago Ederer y siempre encontrĂŠ interesantes historias en la literatura y en al cine que rompen con la vida cotidiana y con narrativas convencionales. Trato de escribir ideas que entran en mi mente en todo momento y que llegan a interrumpir mi vida cotidiana hasta quitarme el sueĂąo por completo.

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Poesía Autorretrato Soy parte de este poema: Soy una cámara en un mugriento cuarto. Soy una persona invadida por un grupo de miradas. Soy una tarde en un café con mi mentor. Soy un gato sigiloso y aislado. Soy el otoño para caminar acompañado del viento. Soy un cine hipnotizador que me aparta de los recuerdos y las sensaciones. Soy el fuerte pudor de la mente más sucia. Soy un comunicador de ideas innecesarias. Soy el ocioso que necesita tiempo en el mundo. Soy una oveja que cuenta personas. Soy las palabras que contradicen mis ideas. Soy un conjunto de pensamientos casi infinitos. Soy el significado de palabras inexistentes. Soy las palabras con mucho acento y las letras con poca caligrafía. Soy la risa y celebración del fracaso. Soy el sonido ilegible de lo irracional. Soy un individuo perseguido por la voluntad. Mi final no será un punto, será una coma de alguien desconocido e igual. 47


Cuento con dos finales El nuevo Cupido Érase una vez, un Cupido que no tenía nada de Cupido. Este cupido no era ya un niño ingenuo que buscaba el amor y que vestía un pañal; en realidad era un adolescente sensual que buscaba el libertinaje y que vestía un pantalón negro con camiseta rosada de día mientras que en la noche vestía un traje de látex negro con un orificio en la entrepierna. Cupido no tenía alas, pero era capaz de “volar” con una petaca metálica llena del demonio verde de anís. El muchacho libertino vagaba por las calles nebulosas en búsqueda de tiendas artesanales modernas para conseguir afrodisíacos. Vagaba por las sex-shops para conseguir trajes de látex junto a juguetes extravagantes. Vagaba por librerías escondidas para comprar novelas o relatos del divino Marqués. Cuando terminaba de vagar, iba a su trabajo de medio tiempo en una cafetería (cada dos meses cambiaba de cafetería) y ponía los afrodisíacos en los cafés y postres de los clientes. Pero era precavido al hacerlo ya que elegía los platos para no ser descubierto. Cuando terminaba su turno, perseguía a la pareja que consumió el afrodisíaco (no le importaba si la pareja era amorosa, dos personas eran suficiente). Y cómo disfrutaba ver a cada tipo de pareja teniendo sexo, era tan libertino que había visto de todo, desde la convencional pareja heterosexual, hasta el más raro incesto jamás visto. 48

Pero el Cupido no era un simple pervertido que quería ver sexo, era uno que se atrevía a documentarlo con su videocámara y a ganar dinero con eso. El dinero ganado era usado para comprar licores de anís, comprar afrodisíacos y para ahorrarlo. Su padre era el ministro de Defensa Nacional y no se daba cuenta de lo que hacía su hijo, mientras que su madre estaba muerta. Su madre era terapeuta de parejas y cada vez que Cupido regresaba triste a su casa sufriendo de algún rechazo o desamor, iba a la oficina abandonada de su madre para leer acerca de afrodisíacos, técnicas sexuales orientales y otros textos. Una vez ahorrado todo el dinero necesario, Cupido había comprado una cantidad masiva de afrodisíacos e iba a cumplir uno de sus más grandes sueños generados por una visión que tuvo mediante uno de sus numerosos delirium tremens.


Final 1:

Final 2:

Cupido se había infiltrado a la cafetería de su colegio un domingo con una llave maestra y había llenado todo el bidón de agua de todos los afrodisíacos que tenía, incluso se atrevió a vaciar su petaca en el mismo bidón. Un trabajador de la cafetería se había servido agua y al notar un sabor, se lo reportó a su jefe. El director junto a un grupo de trabajadores había examinado el agua y al darse cuenta de que tenía alcohol, mandaron a registrar las mochilas de todos los estudiantes y Cupido fue expulsado porque habían encontrado su petaca. También había sido arrestado porque su padre descubrió algunos videos en la videocámara.

Cupido se había infiltrado en la cafetería de su colegio un domingo con una llave maestra, pero está vez decidió no pasarse con los afrodisíacos y tampoco le puso alcohol de la petaca. El siguiente día había comenzado como cualquier otro hasta que después del almuerzo la gente en su clase comenzó a actuar raro. Fue el baño y al caminar hacia su clase, vio orgías en todas las clases del pasillo, la suya tampoco era una excepción. Entró a la clase y al terminar la orgía se cayó de la camilla del hospital con un fuerte dolor de cabeza.

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Diálogo teatral La infinita espera de Estragón y Vladimir Personajes: Estragón, Vladimir (Estragón sentado en un rincón, trata de descalzarse. Usa las dos manos en su pie derecho y se esfuerza hasta rendirse). (Entra Vladimir tambaleándose y riendo). Vladimir: ¿Qué se supone haciendo?

que

estás

Vladimir: ¿Y dónde está su coche? Estragón: Todavía no llega, pero cuando llegue estaré contento.

Vladimir: ¿Y qué tienes en ese maletín?

Vladimir: Obviamente que estás en el cemento (Da otro sorbo de la botella y Estragón enojado se la quita para tirarla. Vladimir mira para abajo).

Estragón: ¡Calcetín pedazo de idiota!

Estragón: Lo siento.

Vladimir: Lo sé, lo sé, soy un genio lleno de ideotas.

Vladimir (enojado): ¿Cómo cas a querer sentarlo si todavía no llega? Genio.

Estragón: Trato de quitarme el calcetín.

Estragón: ¿Estás alegre? Vladimir: No voy a permitir que me digas así, valgo mucho más que un mequetrefe. (Vladimir se sienta junto a Estragón y saca de su roto bolsillo una botella de vino). Estragón: ¡Deja esa botella de vino! Vladimir: ¿Qué cosa del vecino? (Da un sorbo de la botella). Estragón: Que Godot no te puede ver tomando vino. Vladimir: ¿En serio, y dónde está Godot si ya vino? (se ríe).

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Estragón: Todavía no llega, llevo esperándolo toda la noche.

Estragón: Mejor duerme un poco. (Vladimir se apoya en Estragón y se queda dormido en su hombro).


Fábula El mono que se quería balancear Había una vez un mono que aprendió a balancearse para poder ser el animal más famoso en el circo. Había despertado lo más temprano posible para entrenar balanceándose en los árboles de la selva, dedicando casi todo su tiempo del día a entrenar. Finalmente se convirtió en el mono que mejor se balanceaba y todos los animales que lo veían lo admiraban y lo amaban. Después de un tiempo, el mono practicó el truco de comer una banana con la cola. Esto le tomó mucho más tiempo de dedicación que el truco anterior. Finalmente se dio cuenta que, al hacer su truco, perdía espectadores. Cuando lo hizo, los animales decían: “Queremos ver al mono que se balancea”, “esto no me sirve de nada, deja de hacer tonterías”, “haz lo único que haces bien, farsante”. Hasta el final de sus días fue recordado como "El mono que se sabía balancear" y los animales ni siquiera se sabían su nombre.

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Cuento de terror Plaza Ecrasam

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Es curiosa la plaza Ecrasam. De día está invadida por la gente y el tráfico, pero en la noche no se manifiesta una sola alma. También es curioso que de día los postes de luz son prendidos para evitar la incertidumbre de la niebla, pero de noche están apagados y ni siquiera sé si estoy en el paso peatonal o en la carretera. No puedo ver el otro lado de la calle, solo veo dónde estoy y unos centímetros de cemento. No me atrevo a mirar atrás porque a pesar de que no hay caminante alguno, siento un fuerte soplo en mi desnuda nuca. Además, papá me dijo que una vez vagaba por las calles y que al voltearse vio a un hombre viejo caminando con las piernas separadas y riendo mientras se exprimía los ojos con los dedos. Hace algunas horas vi a un policía que detenía a la gente y la llevaba a un callejón del que solo él volvía. Pero puede haber algo atrás, también puede haber algo adelante. Me detengo a mirar a los costados.

en el toque de queda hace una semana y ayer fue su funeral. Recuerdo que era un funeral simbólico y que le pregunté a mi madre:

No creo que sea para tanto la oscuridad e incertidumbre de la noche, pero ya estuve encerrado en la más pura oscuridad y ahora soy libre en la misma oscuridad. Es gracioso, antes tenía dificultad para respirar y ahora el aire frío invade mis poros nasales. Cuando estaba encerrado escuchaba las risas de los niños, ¿y ahora qué estoy escuchando? ¡Dios mío, son pasos! Pero están cerca y no los veo, no los percibo. ¿Será el toque de queda? Leopoldo salió también a caminar

— ¿Cómo que no existes?

— ¿Qué pasa si no respetas el toque de queda? — Te ponen una multa y se quita un punto a tus documentos. — ¿Y qué pasa si ya no tienes puntos? — Creo que tienes que renovarlos y te toma un mes hacerlo, mejor no arriesgarse. — ¿Pero ¿qué pasó con Leopoldo? — Si alguien lo sabría, el cuerpo estaría aquí. Sin estar convencido de lo que me dijo, me dirigí hacia un amigo de mi padre que solo había vuelto al país para asistir al funeral y le pregunté lo de los puntos. Él me respondió: — Cuando ya no tienes puntos, ya no tienes documentos y si no los tienes, no existes.

— Si existes como persona, pero no como ciudadano y cuando no existes como ciudadano de ninguna parte, tu existencia es negada en cualquier registro. — ¿Y eso qué tiene de malo? — Que te pasa lo mismo que a Leopoldo. — ¿Qué?


— El gobierno te puede ejecutar, tu muerte no será registrada y por lo tanto se negará tu asesinato. A Leopoldo no lo dejaron tirado porque primero dejó de existir legalmente y se deshicieron de su cuerpo para no dejar rastro. — ¿Y cómo lo sabes? — Lo sé porque antes de partir de este país, fui obligado a quemar los documentos confiscados de una de las víctimas. Después de haberme dicho eso, dos hombres con una gabardina negra y gafas esperaban a aquel señor en su automóvil. Hablaron con él, pero no pude escuchar nada y cuando entró al auto, los hombres se metieron también. Había un hombre de aspecto similar a los dos anteriores acercándose a mí, pero me alejé de él discretamente con la excusa de acercarme a mi familia, nos fuimos de ahí y cuando miré por la ventana del auto, vi a aquel hombre observándome sin retirar su mirada. Ayer en la noche miraba por la ventana de mi cuarto mientras estaba acostado lo que pasaba y mientras la curiosidad mataba mi sueño, me puse a atar cabos sueltos en mi mente de problemas similares en el pasado. Nunca me había fijado en que este problema no es nuevo, sino que vivió conmigo desde mi infancia. Me di cuenta de que este gobierno no tenía límites, me acordaba que

a veces faltaban compañeros en mi clase y que nunca volvían. No me había dado cuenta de que después de la primera semana, ya no mencionaban su nombre en la lista y que su pupitre era retirado o reemplazado por un niño nuevo. Pero lo que me carcomía toda la conciencia era que a ninguno de mis amigos les había pasado algo similar hasta lo de Leopoldo. Después de unas horas vi a dos policías cargando a un hombre inmóvil con la cabeza reventada probablemente por un cartucho de escopeta. Minutos después vi a otros dos policías llevando a un hombre esposado a un lugar que ya no se veía desde mi ventana. Finalmente dormí y estaba caminando en una superficie blanca de hielo en un ambiente blanco y nebuloso. Oí pasos marchando que no veía, pero que rompían el hielo. Se hizo un orificio y trataba de nadar, pero me agotaba la baja temperatura del agua. Se cerró el hielo y veía desde arriba a mi réplica Pensé que era un reflejo, pero comenzó a saludarme y le dije: — Sácame de aquí impostor. — Tú eres el impostor. Sacó de su bolsillo mis documentos y continuó. No eres nadie, tu madre no llorará y tu padre tampoco, me tendrán a mí. Me seguía ahogando y no sé por qué, pero quería pisar la profunda superficie, así que me dejé hundir y todo se hacía más oscuro. Forcejeaba un poco al ahogarme, 53


pero quería ver lo que había abajo. Me crucé con esqueletos y huesos incompletos que apartaba para bajar. No había nada y me cayó en la cara un pasaporte, otro pasaporte y otro más. No había superficie, pero había más y más pasaportes con nombres de gente desconocida, con nombres que jamás saldrían del hielo, con cuerpos que perdieron su forma, con gente ahogada en el vacío. Pero probablemente este también sea un mal sueño, una pesadilla. Abro los ojos con agresividad como hoy en la mañana para despertar, pero no pasa nada. Esos malditos pasos se aproximan, camino un poco más rápido, pero los pasos hacen lo mismo. No me atrevo a correr, si saben que sé que me están siguiendo, se rendirán en su sigilo. Llegaré hasta casa, abriré la puerta y aparentaré que esto nunca pasó. Pero ¿dónde está mi casa? Adelante solo hay niebla, más adelante también. Y los pasos siguen avanzando, se detienen mientras aprovecho la escasa distancia de ventaja que se me genera. Escucho un nuevo sonido, es un poco familiar, como cuando iba a cazar con papá. ¡Demonios! No creo que se trate de un animal salvaje, más bien... ¡Están cargando sus rifles! Sigo caminando con el mismo ritmo por el infinito camino de cemento y me comienzo a preguntar si sigo en la plaza Ecrasam. También recuerdo el mismo sonido que hacía mi hermano mientras exhibía su traje. Mi hermano que lo último que me dijo fue que me traería 54

algo del extranjero, que me mostraría su medalla de honor y que traería a casa el honor nacional. Después no lo vi a él, sino su nombre junto a muchos más marcado en una lápida blanca en los patios de Etreum. ¿Hermano, de verdad moriste o estás aquí buscándome para mostrarme tus medallas y tu antiguo rifle? ¿Hermano, de verdad te mandaron a vigilar el toque de queda, sabes que estás a punto de asesinarme? ¿Me salvarás de las garras de la muerte? ¿Me reconocerás después de tantos años? Sigo avanzando mi paso con el miedo de chocar con algún muro, probablemente los soldados tengan una linterna que los guíe hacia mí, pero no veo ninguna luz atrás, igualmente no me he atrevido a voltear atrás. Avanzo y veo un cadáver tirado, me percato de que es un cadáver porque no se mueve y, sobre todo, por el olor que expulsa, pero no sé si se trata de un hombre o una mujer porque no vale la pena frenar mi paso. ¿Por qué se me ocurrió salir a esta hora? Soy un maldito idiota, creyendo que superaré la muerte de Leopoldo al observar la hermosa noche, tan hermosa que ni la puedo ver, tan hermosa que me quita la paz interior. Antes me perseguían las risas de los niños y ahora me persiguen las risas de las botas. Pero no lo capto, los pasos se acercan más y no hay ninguna señal de que hayan acelerado. Avanzo y tengo la oportunidad de toparme con una silueta de luz, pero es obvio que no estoy muriendo, esta luz no tiene forma pura, sino que tiene un color amarillento


Poesía

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Abro mis ojos y estoy en mi cama, levanto las sábanas y están mojadas. Tengo la misma sensación que en la plaza al percatarme de que en cualquier momento la criada se llevara las sábanas para lavarlas.

La cuerda

A vec

como el de una llama en una lampara. Las botas dejan de escucharse y la luz se queda en el mismo lugar. Me atrevo a voltear y veo la misma niebla que estaba adelante mío. ¡Al voltear me siento como un idiota! ¡Todo este tiempo he estado caminando en dirección contraria! Se escucha un sonido fuerte, siento muchos mordiscos en mi espalda, caigo al suelo bocabajo. Me volteo temblando de dolor y de la niebla emerge una mano peluda y gruesa que se mete en mi bolsillo y lo hurga. Saca de él mi billetera y se mete en el otro bolsillo. Mientras busca lo que hay, la siento pasear por mis costillas. Se mete a los bolsillos de mi pantalón y saca de allí algo que siempre llevo conmigo, la verdad es que no lo puedo recordar, solo puedo pensar en el dolor. La mano desaparece y las botas se alejan de mí. Me arrastro viendo un líquido que mancha el cemento. Toco ese líquido, lo chupo y sabe a sangre. Me apoyo en una pared y comienzo a perder el conocimiento.

A veces dura y a veces suave. Puede ser recta o curva. Usada para proteger vidas y quitarlas. Destructiva en la dinamita, constructiva en el tambor. Dorada al ser joven y café al ser vieja Y con diversos nudos. Puede arruinar su forma original con un círculo. Tiene un número casi infinito de trenzas.

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Cuento fantástico Autonia Autonia es una autocracia en la que un presidente siempre es reelegido por una autopapeleta que, da la oportunidad de votar, pero que elige por sí misma independientemente de los votos. No existen los automóviles porque los autozapatos dirigen a los ciudadanos a dónde tienen que ir independientemente de su decisión. Los ciudadanos tienen diferentes autolabores que son elegidas por las autogeneradoras de trabajo. En general, los trabajos se basan en mantener las máquinas que se encargan del autovisor, un invento que muestra programas de canales autoaprobados por el autogenerador de comunicación. No hay campesinos porque hay autoperegrinaje y no hay periodistas porque la información llega automáticamente a la tele. Los ciudadanos al dormir, se ponen un casco llamado el autoconsciente que se encarga de

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anular sueños contrarios al pensamiento de la patria. Para el ciudadano que no use casco, que desvíe el camino de sus autozapatos o que trate de obtener información de manera manual, se aplicará una sanción en el muro de la autorreflexión. Hay mitos de que la gente sale de ahí con una autocirugía cerebral o desaparecida, pero aquellos mitos son hechos por los traidores manuales que deben ser autoeducados por nuestros generadores. No existe la filosofía ya que habría que poner el cerebro en modo manual, no existen los discapacitados porque automáticamente rompen el sistema y las autoridades se encargan de combatir a aquellos enemigos. El presidente se encarga de la orientación ideológica de los generadores, de las autoridades y de las leyes que son escritas por un auto lápiz.


Cuento iceberg Cena con Mario Después de haber cenado con Mario, agarré mi maleta y corrí hasta la estación Cromovar. El tren todavía no llegaba y solo había un banco mugroso en el que una mujer de vestido amarillo estaba sentada. — ¿Por qué pone un pañuelo encima del banco? —le pregunté — No me voy a ensuciar —me respondió con aire de alteza. — Entonces esperé parada. — Si llevo aquí esperando una media hora. — Pero si este tren no se demora ni siquiera dos minutos. Entonces me senté y la mujer se apartó con una cara de asco. — ¿Qué hace? —le pregunté un poco movido. — Espacio para su maleta —me respondió nerviosa. — Ah, gracias – respondí con su misma hipocresía, sin exponer su clasismo. Puse la maleta cuidadosamente en el banco y la sangre comenzó a chorrear.

— Estoy apurado —respondí queriendo que dejara de meterse en lo que no le importaba. La mujer se acercó a la maleta con una cara de asco y le dije: — Si tanto asco le da, vuelva para el otro lado. — No. — Vete al otro lado o te meto en la maleta con el cerdo. — ¿Cómo se atreve a hablarme así? — Es mi manera de hablar, solo aléjate y todo estará bien. — Y lo sigue haciendo. — ¿Qué? — Alguien como usted no puede tutear a alguien como yo. — Está bien. Me levanté y la maleta comenzó a apestar. La mujer corrió a la salida. Fue un error no dejar que el cerdo se pudriera en su casa.

— ¿Pero, qué tiene ahí? —me preguntó. — Un cerdo fresco —respondí deseando que se callara. — ¿En una maleta? 57


Mito Lobijuela Enrique IV había muerto y fue enterrado a las afueras de Inglaterra junto a su antiguo amigo parasitario John Falstaff. Semanas después de su entierro, vino un grupo de ladrones que planeaban profanar su tumba. Eran tres hombres vestidos de negro y acompañados de un lobo que les era útil para comprobar si había alguna autoridad cerca. Habían ido sin linterna para pasar desapercibidos y con una palanca oxidada para abrir el ataúd. Cegados por la oscuridad, abrieron el ataúd equivocado, el ataúd de Falstaff, sanguijuela de Enrique en el pasado y víctima de abundantes sanguijuelas en el presente. Sanguijuelas excesivas esparcidas por todo su gigante y obeso cuerpo que chupaban la sangre podrida sin piedad y que al sentir nueva sangre, saltaron fuera del ataúd. Los cobardes ladrones corrieron en silencio dejando abandonado al lobo, víctima nueva de las sanguijuelas que se amontonaron en el mismo de una manera tan despiadada que parecía una colmena andante de sanguijuelas. Cualquier desdichado que visitase el cementerio ni se daría cuenta de que esa colmena se trataba de un lobo. En fin, el lobo trató de moverse y cayó después de minutos de vana resistencia y las sanguijuelas eran tan excesivas y la noche tan oscura, que no pudieron ver la furia del espíritu del difunto Harry. Espíritu que 58

confundió a las sanguijuelas con Falstaff y que imprudentemente las unificó con el desdichado e inocente lobo. Al siguiente día, con un alba perfecto, se levantó un lobo con un torso perfectamente sano, pero con una cara que carecía de orejas, boca, nariz y forma. Una cara que tenía un vacío profundo y que se adhería a cualquier objeto. La criatura corría rápidamente y sus víctimas podían ser de cualquier tipo, desde un insecto insignificante, hasta un transeúnte de alguna metrópolis de Inglaterra. La lobijuela tiene la capacidad de chupar la sangre de cualquier víctima cien veces más rápido que una sanguijuela común y ningún disparo la ha podido aniquilar a causa de la textura de su piel; e incluso, si se le dispara en la cabeza, siempre atrapará la bala con el vacío del que ningún objeto ha vuelto. La lobijuela ha tenido una edad mayor a la de cualquier criatura en el mundo, pero siglos después de su aparición, se comprobó que la criatura no era inmortal. Sus años de decadencia comenzaron a finales del siglo XIX al no tener la misma fuerza que en el pasado. Antes era una criatura que mataba a cualquier ser vivo en minutos y ahora lo máximo que ha hecho, fue herir y huir a una velocidad deplorable. En uno de sus intentos de alimentarse de


sangre ajena, fue asesinado por un asesino anónimo conocido por matar de maneras grotescas y repugnantes. De hecho, logró matar a la criatura con sus métodos poco ortodoxos o tradicionales, ya que literalmente despedazó a la criatura con un pequeño cuchillo. Los forenses vieron que el ser fue asesinado de una manera tan brutal, que era irreconocible y nunca se supo con certeza quien (o mejor dicho qué) fue la víctima. Los restos fueron quemados al ser considerados basura.

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Poesía

Cuento libre

Fobia al vacío

Baño en el aire

En la realidad existen deformes caminos que guían a una amenazante trampa, con falsos ensueños que invaden la mirada. Fingen ser estrellas que viajan a la eternidad. El caminante queda cegado en medio del paisaje.

Un avión está a punto de despegar y se escucha un aviso: "Buenos días, la tripulación agradece su presencia. Por favor recuerden que está prohibido fumar, es recomendable usar el cinturón de seguridad a pesar de que la señal no esté prendida en el vuelo y está prohibido volar con el celular Segond 7 Note".

En el camino plagado de un ambiente vacío los caminantes se unifican con miedo de perderse. El suelo que pisan pierde su propia forma y, finalmente, se deforma. Un caminante abandona su delirio en el camino, pierde el equilibrio y teme caer al puro vacío. Sin querer ser como Kierkegaard, se niega a saltar. Se dirige a la oz de la monotonía convirtiéndose en la única bestia que disfruta del eterno retorno. El ojo abierto a la realidad sangra. No puede lidiar con un camino lleno de púas, espinos que delatan un camino sin salida y nos gritan: “En el fondo del vacío todos somos animales anarquistas.”

Al escuchar el anuncio, Bruno esconde su celular, pone una almohada en su espaldar y duerme. Despierta y revisa la hora, el avión tiene tiempo en el aire. Se quita el cinturón y al estar aburrido agarra una revista. La cierra y agarra el manual de seguridad del avión que también lo cierra. Se para de su asiento y revisa que la gente esté dormida. Caminando de puntillas y sigiloso se acerca al baño. Un hombre sale del baño y Bruno cae al piso asustado. El hombre se aleja mientras lo observa. Bruno entra al baño y se baja los pantalones. En la cabina del vuelo: — Marcos cúbreme —dice el piloto. — ¿Por? —responde el copiloto. — El almuerzo. — Mierda vete, esas porquerías te están matando. El piloto va a su baño. Está ocupado y se dirige a uno de pasajeros. El primero está

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ocupado y el segundo no tiene seguro. Abre la puerta del segundo baño y ve a Bruno. Bruno asustado se para y suelta su teléfono. El piloto mira el desastre de Bruno y el teléfono se rompe. Desde el suelo, el teléfono expulsa humo mientras gira. Bruno avergonzado mira al piloto. El celular explota y se hace un hueco en el suelo. El vacío succiona a Bruno junto al piloto. El avión aterriza y un baño permanece con seguro.

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Valenzuela Muñoz

ARIANA

(Quito, 2004)

Amo estar en constante aprendizaje. Disfruto del ballet clásico, la literatura y la simplicidad de las cosas. Mi mayor aspiración es dejar una marca en el mundo, ya sea en el ámbito del periodismo, la literatura o el activismo. Gozo de pasar tiempo con mi familia, mis mascotas y llenarme de nuevas experiencias.

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Poesía Autorretrato Soy una paloma, una pluma y una muñeca. A veces me imagino como un barco sin puerto, un sol y una bufanda. Siento que soy Juana de Arco, y una bruja real. Y busco ir a la luna, a la Italia mía y a lugares inexplorados. Soy una perla en medio de la selva. Soy el todo con mi mamá. Todo eso soy.

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Cuento Caperucita se ha ennoviado Había una vez Caperucita. Pero no la de la historia de Caperucita Roja. Esta Caperucita era testaruda, desbordante de curiosidad y llena de ese espíritu aventurero característico de los niños. Y, evidentemente, no podía ser Caperucita sin tener su caperuza roja siempre consigo. Nuestra pequeña Caperucita se dedicaba a brindar servicios comunitarios para ancianos en una pequeña ciudad en la que había permanecido toda su vida, y de la que pensaba no salir jamás, pues, sencillamente, era su hogar. En la vida de nuestra pequeña amiga todo era color de rosa; sin embargo, había algo que la inquietaba desde hace varios meses atrás. Sentía que alguien la seguía cuando caminaba hacia el ancianato. Podía percibir ciertos pasos detrás de ella, e incluso, varias veces, logró divisar una silueta masculina a sus alrededores. Caperucita tuvo que empezar a ponerse alerta. No estaba en sus planes permanecer con esa incertidumbre asesina. Así que un día, tomó la decisión de tender una trampa a su perseguidor. Con la ayuda de su amada abuela, intentaría confundir a dicho personaje y de esta manera averiguar el porqué de su comportamiento misterioso. Entonces nuestra querida protagonista puso en marcha el plan. Disfrazó a su abuela, de manera que el perseguidor pensara que era la mismísima 64

Caperucita, mientras que ella los seguía cautelosamente a varios metros de distancia. Una vez que la misteriosa figura masculina cayó en la trampa, Caperucita se le abalanzó encima, haciéndolo caer de rodillas al suelo. Cuando estuvo lista para interrogarlo, pasó lo impensable. el perseguidor le implantó un beso, de aquellos que solo se ven en las películas de amor. Después de eso a Caperucita no le interesó nada más. Su lobo feroz resultó convertirse en el príncipe azul que siempre había anhelado, un príncipe llamado Max. Y bueno pues, colorín colorado, Caperucita se ha ennoviado.


Diálogo teatral Una cena para la reina Puck:

Bueno mi rey, ¿qué le parece si vamos a preparar la receta?

Puck:

Oberón: ¿Por qué me quieres poner a dieta? Puck:

¿Qué cosa dice señor? ¿Mejor, quiere que empiece por hacer limonada?

Oberón: ¿Que no te ayude en nada? Puck:

Lo sé mi rey. Dije olla. ¿Le parece si ponemos en el pollo un poco de vino?

Oberón: ¡Puck, estoy harto! No invitaremos también al vecino. Puck:

Me largo, su majestad. Iré a comer donde los chinos.

¡Por el duende santo! ¿Señor acaso no me escucha?

Oberón: Sí te escucho Puck, fuerte y claro. Puck: Entonces páseme la olla su majestad, la cena para Titania quedará espectacular. Oberón: ¿Para que una cebolla? Sabes que soy alérgico a ellas.

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Fábula Cosmo, el perro sin actitud Cosmo era un perro desganado, triste y sin emoción alguna por la vida. Él soñaba con conquistar a su compañera perruna Frida, sin embargo, ella no mostraba interés en lo absoluto por él. El único y verdadero amor de Frida eran las siestas y las sesiones de Netflix con sus dueños. Cosmo no sabía qué hacer y su actitud no era del todo favorecedora para la situación. Se pasaba el día aburrido mirando el vuelo de las mariposas que abundaban en el jardín e intentando atrapar con su diminuta mandíbula algunos intrépidos insectos que sobrevolaban sobre su cabeza. Mientras tanto Frida, que gozaba de un espíritu artístico y románticón detestaba ver a su compañero de patio haciendo cosas tan intracendentes. Sin lugar a dudas, a Cosmo le faltaba actitud. Todo se volvió patas arriba cuando llegó una nueva mascota a la familia: Bruno, un gato escuincle y sin un pelo de atractivo; sin embargo, sí que tenía algo muy poderoso: su actitud. Desde el momento de su llegada Frida babeaba por él, pues era un gato seguro y positivo. Por supuesto, Cosmo decidió odiar al intruso desde el primer día y se dedicó a hacer huecos en la tierra para esconder su cabeza y así evitar ver el continuo coqueteo de la traicionera Frida.

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Con el pasar del tiempo, Cosmo se dedicó a tratar de descubrir cuál era la magia que envolvía a ese gato bueno para nada. Hasta tomó un curso de motivación personal por correspondencia. Un día, específicamente en su cumpleaños, sus amos lo consintieron tanto, que dejó su amargura por detrás y decidió seguir los pasos de Bruno. Entonces se convirtió en el perro más feliz que alguien haya podido ver. Dejó de comer insectos, de esconder la cabeza y enfrentó a Frida. Pasó largas horas pensando en cómo decirle a su compañera de patio lo que sentía. Y, de repente, sucedió: Frida le prestó atención. Y finalmente, Cosmo supo que para conseguir lo que quieres, es necesaria, siempre una buena actitud. Desde entonces, Cosmo se volvió el centro de atención de la casa. Era el animal más activo, feliz y carismático de todos. Y cabe mencionar que Frida quedó rendida a sus pies por el resto de la vida. El gato al sentirse desplazado, cierto día, desapareció haciendo oír un lastimero aullido. Moraleja: Para conseguir lo que quieres, es necesaria una buena actitud.


Cuento de terror Gritos en la casa Esa noche todo estaba muy oscuro. Todos estábamos sentados charlando y disfrutando del fulgor de la fogata. Sabíamos de los antecedentes macabros de la casa, sin embargo, no fue hasta ese día que empezamos a corroborar las historias de aquel lugar. Éramos seis viejos amigos. El reencuentro causó en nosotros una emoción inimaginable; no prestábamos atención a nada más que a nuestra animada conversación. Poco a poco salieron a flote temas relacionados a la casa. ¿Por qué tenía un aspecto tan macabro? ¿Cuál era su historia? Fue ahí que decidí narrar la historia que mi abuelo siempre contaba: Hace muchos años, este terreno era un lugar bastante desolado, por lo cual, rateros y ladrones solían entrar y hacer de las suyas cuando quisieran. Cierto día, mi abuelo y sus hijos se encontraban dando sus paseos de la tarde por el enorme jardín, cuando de repente se toparon con un bulto. Al acercarse, desafortunadamente, cayeron en cuenta de que se trataba de una mujer. Había sido asesinada, cortada los pechos y abandonada en nuestro terreno. Desde ese momento, se empezaron a escuchar ruidos siniestros en la casa, y nunca nadie supo de dónde provenían. Al terminar de narrar la macabra historia, todos quedaron estupefactos. Y por el bien

de todos decidimos cambiar de tema. Entre bromas pudimos retomar nuestra alegre conversación sin más. En un momento de alegría y goce, nuestra atención se vio desviada por unos extraños ruidos provenientes de la casa. Al comienzo no le prestamos el debido cuidado, mas fue un error del cual nos arrepentiremos por el resto de nuestras vidas. Poco a poco el ruido se fue intensificando, y logramos entenderlo. Eran gritos. A pesar de que eran muy fuertes, decidimos ignorarlos una vez más. Muchos intentaron subir el tono de su voz y sus risas para disimular el terror que los embargaba. Todavía se los escuchaba en la lejanía. Fuimos ingenuos al imaginar que podíamos evadirlos, pues minutos más tarde se escuchó uno solo. Ese lastimero grito bastaba para erizar la piel de cualquiera que lo escuchara. Era fuerte y claro. Por un momento pensamos que se trataba de nuestra imaginación jugándonos una mala pasada. El momento en que volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza, fue cuando, la luz incandescente del fuego cesó, simplemente, se apagó. Y con ello, todo a nuestro alrededor, quedó sumido en oscuridad y nada más. Decidimos ver qué sucedía y entrar en la casa. De camino a la entrada, caminábamos uno cerca de otro, sintiendo cómo los 67


Poesía A mi padre

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No lo supe hasta que volví a la realidad. Todo el tiempo fui yo la que gritaba. El resto de amigos habían desaparecido o nunca estuvieron. Mi cuerpo era un despojo tirado en pleno campo. Un dolor incontenible venía de mis pechos. Sangre a borbotones saliendo de ellos. ¿Quién me hizo esto?

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Ya adentro, los gritos cesaron de repente. Una gran sombra se vino encima, y de pronto… Silencio.

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Por fin llegamos. El instante en el que procedíamos a pasar el portón fue eterno. Decidimos pasar todos juntos. Cada uno tomó la mano de la persona que tenía a su lado y… entramos.

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Eran agudos, indescriptibles.

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nervios nos devoraban, uno a uno. Las manos temblaban, la piel palidecía y los corazones se aceleraban a medida que nos acercábamos al lugar de dónde provenían los gritos.

Mi padre Christian es un hombre alto y con la primavera en su interior. Tiene un don especial para hacer reír a las personas. Ama superarse a sí mismo y odia cocinar por las mañanas. Sólo él es capaz de hacer que sonría a pesar de la tristeza y el enfado. Mi papá no es un superhéroe, pero tiene poderes para hacer que un día oscuro se transforme en uno claro y lleno de luz. Por eso hablar de papá es hablar de la admiración.


Cuento fantástico País del pro En el país del pro los habitantes están a favor de todo. Siempre buscan hallar el lado positivo de las cosas ya que están conscientes de que a largo plazo esto les producirá una felicidad permanente. En este pequeño país se encuentran las personas más exitosas que cualquier ser humano haya visto jamás, ya que con el paso de los siglos han podido demostrar que el positivismo ayuda a tener las energías necesarias para conseguir todo lo que se propongan.

La pro-vestimenta es alegre y llena de colores, mas lo que la hace diferente y única del resto es que nadie te juzgará nunca, pues todos estarán a favor de ella. La pro-comida está compuesta de alimentos saludables cargados de buenas energías y amor de todo aquel que la prepara. Y así se vive en el país del pro, un país donde lo único que no puedes hacer es dejar de ser feliz.

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Cuento iceberg Tren de la ironía Era martes y caía una ligera llovizna. Todas las decisiones tomadas a lo largo de su vida lo llevaron a estar ese día en aquella estación del tren.

El hombre, sin darle importancia reparó en el maletín inmenso que llevaba. Lo acercó con cariño y lo acarició como si fuera un hijo.

— ¿Puedo tener su boleto? —inquirió una femenina voz detrás de él.

Casi al acercarse el minuto de la partida. El supervisor se acercó y le djo al hombre del maletín:

— ¿Disculpe? Usted no tiene por qué pedirme nada— dijo él sin tener ningún boleto a la mano. — Es mi trabajo señor, su boleto, por favor —insistió ella.

— No es nada importante.

— Yo soy dueño de esta estación del tren y hago lo que se me antoje— mintió el hombre.

— Si desea, puedo colocar su gran maletín en el vagón de equipaje.

— Lo siento mucho señor, pero tendré que verificar eso.

— No, imposible. Yo lo llevo.

— Haga lo que quiera— dijo el hombre, al tiempo que escupía a los pies de la mujer. La mujer se sintió insultada y con voz de enfado contestó: — Se nota que no le han enseñado a respetar y eso de que sea el dueño de la estación del tren, tendremos que verlo. — Vaya, vaya revise lo que quiera, dijo el hombre, con tono burlesco. A mí poco me interesan las constataciones. La chica solo se dio media vuelta y caminó con paso ágil. Seguramente en busca de un supervisor.

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— Sabemos que ha tenido un inadecuado comportamiento con una de nuestras empleadas. Le rogamos ser más atento.

— Pero es demasiado grande y puede ocasionar molestia a los pasajeros. — No me interesa, es mía. Yo la llevo. — De acuerdo, pero ubíquela bien. Es tiempo de subir. Justo cuando el hombre se disponía a subir el maletín se abrió por una esquina y dos billetes fueron arrastrados por el viento. Al hombre se le hacía imposible no ir tras aquellos billetes prófugos, por lo que decidió aventurarse tras ellos. Cuando se encontraba ya a pocos metros de sus billetes, estos volaron intempestivamente hacia los rieles del tren. Él saltó.


Mito Desde el origen: la historia del Pandojo Tres horas después, el tren arribaba a la estación, los altavoces se encendieron y se escuchó: “Estimados pasajeros, a pesar de experimentar un ligero movimiento en la salida de la estación anterior, todos han llegado a su destino.”

El Pandojo es una animal mitad oso de anteojos y mitad panda. Se caracteriza por traer paz y seguridad a todo aquel que lo observa. Tiene una presencia imponente cubierta con manchas marrones y blancas que brillan cuando están extremadamente felices. Habita en una isla que no ha sido descubierta todavía por la raza humana, la cual está cubierta de naturaleza sin igual. El Pandojo se creó al mismo tiempo que el planeta tierra. Esto es ya que, en un comienzo los animales se encontraban vagando por el mundo, intentando encontrar un lugar que los hiciera felices. En esta búsqueda, dos animales que no se acoplaban a lo salvaje de sus iguales decidieron tomar caminos diferentes. Desde el momento en que se vieron supieron que la paz y seguridad que ambos poseían los unía por un hilo invisible. Fue entonces que se dieron cuenta de que debían estar juntos, y poco a poco del amor que estos dos animales se tenían, nacieron los Pandojos que viven en el mundo de hoy.

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Poesía El mundo ha perdido linealidad Ojos que observan atentos, buscando atacar cuando sea necesario. El desorden los absorbe y se sienten víctimas de los afectos. Miles de puntos deforman la realidad que nos hemos construido. El mundo ha perdido linealidad. En medio de este caos perdura el amor, el hombre y la mujer se juntan en uno: un sentimiento apenas conocido, podría caer al precipicio. Ambos intercambian besos dorados mientras miles de mariposas vuelan para alentar al amor. El amarillo es ahora el color del afecto y el rojo ha perdido actualidad. El hombre y la mujer han perdido linealidad para hacerse circulares. La esperanza navega entre los rayos del sol, se aleja, cada vez más, del mundo contaminado. A la distancia, dos figuras brillantes: el hombre y la mujer, otra vez. El principio y el final. 72


Poesía libre Volare Me asusta pensar, que un día no estarán que el mundo perderá color y el cariño será un vago recuerdo. Me asusta pensar que la edad podrá apagar lo que tanto tardamos en crear y los recuerdos solo en la memoria deambularán. ¿Pero qué nos queda, en una vida que nos marca un inicio y un final?

Prefiero pensar que la linealidad no existe y el eterno retorno es el camino a la inmortalidad. No me conformo con solo esperar. Mas es curioso pensar, que estos seres infinitos, llenos de luz y verdad aquellos que me vieron crecer y madurar serán, un día, fotografías cartas, palabras y algo más.

Nadie sabe lo que pasará, solo es seguro que son el mundo, son el infinito, son el vuelo, el todo… son mis abuelos.

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A corazón abierto:

cuentos de lejana cercanía

Este libro digital agrupa las creaciones de jóvenes de quince y dieciséis años que participaron en un Taller de Escritura Creativa en tiempos de pandemia. Gracias a esta oportunidad descubriremos la capacidad imaginativa de las nuevas generaciones que ven en la literatura un camino para expresarse y evidenciar su gran sensibilidad.

Autores Lorien Beltrán Arlet Cabrera Guillermo Cazar Santiago Ederer Ariana Valenzuela


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