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270 MILLONES DE CONTAGIOS Y CONTANDO…
Luis Vicente García Giliberti Gerente General de VenamCham
Lamentablemente a inicios de diciembre 2021 se reportó que el mundo alcanzó una cifra que puede resultar terrible y gigantesca desde todo punto de vista: los casos de COVID-19 en el mundo sobrepasaron los 270 millones y los contagios siguen en aumento. Las razones son muchas, las explicaciones pocas y el futuro impredecible. Para ponerlo en perspectiva, esta cifra representa más de un 40% de la población de América Latina. O, si la cantidad de personas infectadas fuera un país, sería el quinto más poblado del mundo, detrás de Indonesia, según un análisis de Reuters.
Es cierto que las vacunas han debilitado el vínculo entre el aumento de casos y la gravedad de las enfermedades, pero muchas regiones del planeta no han -todavía- recibido las primeras dosis de las mismas. También es cierto que se había hablado en un inicio de que el alcanzar una inmunidad de rebaño cuando entre los vacunados y los contagiados se hubiese llegado al 70% de la población sería suficiente. Hoy se habla de que ante la existencia de tantas variantes y, en especial de la ómicron, lo letal que puede ser el virus en sus nuevas cepas, este porcentaje se debe aumentar.
Las variantes delta y ómicron resultaron ser más infecciosas y de más rápido contagio de lo que se había sido anticipado y, en particular, amenaza a aquellas regiones que hoy tienen unas bajas tasas de vacunación. Asimismo, se vio un resurgimiento en el número de casos lo cual trae consigo una sobrecarga en los sistemas de salud de los países más afectados, aunque ayer 14 de diciembre el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (C.D.C., por su siglas en inglés) dijo que la proporción de casos conocidos de la variante ómicron en los Estados Unidos había aumentado drásticamente en recientes semanas, algo similar como ha sido señalado por diferentes países en el mundo. Y, además, de una población sin vacunas, también vemos una gran cantidad de personal de salud que todavía mantienen un bajo porcentaje de vacunación, sobre todo en las regiones más desfavorecidas del mundo, lo que pone aún más riesgo en ellos y en los pacientes que tienen que ser atendidos.
Todo esto pone de relieve, de nuevo, la diferencia tan amplia entre las naciones, en especial entre los países más desarrollados y los países más pobres del mundo. Algunas regiones de África y de América Latina siguen sin recibir amplias dosis de vacunas, en parte por las deficiencias de la infraestructura local, por la falta de implementación de los planes del Estado o, en otras situaciones, por no disponer del monto que se requiere para adquirirlas. En todo caso, este aumento vertiginoso global de casos está poniendo de relieve que esta brecha es cada vez mayor y que al tra-
tarse de una pandemia, las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras y con complicaciones para el mediano y largo plazo. De acuerdo con una publicación realizada por Reuters, los casos están aumentando en aproximadamente un tercio de los países del mundo.
Pero el tema se agrava cuando vemos que ya hay naciones con un porcentaje de vacunados que sobrepasa del 50% de su población y en donde se está hablando de que para finales de año se deben aplicar dosis de refuerzos a los ya vacunados. De hecho, se supo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a mediados del mes de septiembre una moratoria sobre los refuerzos de la vacuna COVID-19 en estos países hasta que al menos el 10% de la población mundial haya sido vacunada. "Necesitamos una reversión urgente, de que la mayoría de las vacunas vayan a países de altos ingresos, a que la mayoría vayan a países de bajos ingresos", dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Pero, a pesar de estos esfuerzos y estos llamamientos a los líderes globales, ¿será alcanzable esta cifra en un corto o mediano plazo?
Se estima que al menos el 3,5% de la población mundial ha sido infectada desde que comenzó la pandemia, pero conocemos que la cifra real pudiera ser más alta debido a lo limitado de realizar las pruebas en muchos lugares remotos, que ciertas cifras reportadas por los organismos encargados no son las reales o que a muchas personas no se le ha detectado el virus al no presentar ningún tipo de síntomas que reportar. Según se ha indicado y observando la información publicada por la OMS, se tardó más de un año para que los casos de COVID-19 alcanzaran los 100 millones de contagios, pero los siguientes 100 millones se reportaron en tan solo un poco más de seis meses, según el análisis de Reuters, y los siguientes 70 millones en tan solo 4 meses.
Hoy estamos viendo de nuevo un número récord de pacientes con COVID-19, un mayor número de personas hospitalizadas a nivel mundial, en especial en África y Europa Oriental, y, según el Equipo de Respuesta COVID-19 de la Casa Blanca, las personas no vacunadas representan casi el 97% de los casos graves reportados con las últimas variantes. En otras zonas del planeta, aunque sea difícil de creer, hay un porcentaje de la población que ha decidido no vacunarse, mientras que países como la India e Indonesia están viendo un aumento significativo en los casos, las zonas más desfavorecidas en estados como Luisiana y Florida en los Estados Unidos están llegando a cifras récord, mientras que Brasil y México han reportado en estas últimas semanas un incremento en contagios superior al 10%.
Ya sabemos que, a pesar de las restricciones en los horarios de los comercios, las cuarentenas o los toques de queda en algunas naciones, la disminución de los viajes, los cierres de empresas, el distanciamiento social o el uso obligatorio de las mascarillas, el virus sigue encontrando su forma de propagarse. Según reportó el New York Times, “el virus es ahora una parte ineludible de nuestro mundo”.
Robert West, profesor emérito de psicología de la salud en el University College de Londres, señaló que debemos “entender que este virus ahora es endémico. Y que tenemos que pensar en estrategias a largo plazo para enfrentarlo como un fenómeno global". Sólo esperemos que las soluciones y estrategias lleguen más temprano que tarde.