District of Columbia v. Heller (District Court)

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JUZGADO FEDERAL DE PRIMERA INSTANCIA PARA EL DISTRITO DE COLUMBIA SHELLY PARKER, et al., Demandantes, v. DISTRITO DE COLUMBIA, et al., Demandados.

) ) ) ) ) ) ) ) ) )

Acción Civil No. 03-0213 (EGS)

OPINIÓN DEL JUZGADO I. Introducción Los

accionantes

en

el

presente

caso

son

seis

residentes del Distrito de Columbia que desean poseer un pistola o un arma de largo montado en sus residencias con fines de defensa personal pero que, no obstante, no lo hacen, pues “temen ser arrestados, penalmente procesados y demás”. (Demanda, n. 1, 3, 5 y 6). El accionante Heller ha solicitado

autorización

para

poseer

una

pistola

en

su

residencia la cual le fue denegada. (Demanda, n. 2). Los otros cinco accionantes no han requerido tal autorización. Ninguno de los accionantes ha afirmado ser miembro de la Milicia del Distrito de Columbia. Los

mismos

alegan

que

el

Código

D.C.

§

7-

2502.02(a)(4)1, que prohíbe el registros de pistolas, el Código D.C. § 7-2507.022, que prohíbe la posesión de armas 1

“Un certificado de registro no será emitido para...(4) una pistola que no haya sido válidamente registrada en el Distrito con anterioridad al 24 de septiembre de 1976”. “Se entenderá por pistola a toda arma de fuego originalmente diseñada para ser disparada con una sola mano”. Código D.C. § 7-2501.01(12) (2003). 2

“Excepto en lo que respecta a las fuerzas del orden descriptas en el § 7–2502.01(b)(1), cada registrante deberá guardar cualquier arma en su posesión descargada y desarmada o armada con un seguro del gatillo o dispositivo similar, a menos que dicha arma se mantenga en su lugar de negocio o se utilice para fines recreativos lícitos en el Distrito de Columbia”.


2

No. 03-0213

en la residencia o tierra de su propiedad, y el Código D.C. §§ 22-45043 y 4515, que prohíben el porte de armas dentro de

la

propia

(“leyes

de

residencia control

de

o

tierra

armas

propia

del

sin

licencia,

D.C.”)

deben

ser

invalidados en forma permanente por ser contrarias a la Segunda Enmienda, la cual establece el fundamental derecho de los individuos a portar armas. Los accionantes requieren al Juzgado la declaración de la causa como de puro derecho y la emisión de una sentencia declarativa a su favor. La parte demanda en el presente juicio está integrada por el Distrito de Columbia y el señor Anthony Williams, Alcalde del Distrito. Los mismos alegan que la Segunda Enmienda

no

concede

el

derecho

individual

al

porte

de

armas. Los demandados presentan al Juzgado y requieren se haga lugar a una moción de desestimación de la demanda. II. Estándar legal Al considerar una moción de desestimación, el Juzgado interpreta los hechos expuestos en la demanda como ciertos y realiza todas las inferencias razonables a la luz de aquello

que

sea

más

favorable

al

accionante.

Véase

Swierkiewicz v. Sorema, 534 U.S. 506 (2002). Una moción de desestimación

será

concedida

y

se

archivará

la

demanda

únicamente si no puede darse credibilidad a tales hechos. Véase Sparrow v. United Air Lines Inc., 216 F.3d 111, 1114 (D.C. Cir. 2002). Al analizar una Moción para declaración de la cuestión de puro derecho, el Juzgado debe primeramente determinar si existen genuinas cuestiones materiales de hecho. Shields v. Eli 3

Lilly

&

Co.,

895

F.2d

143,

1465

(D.C.

Cir.

1990,

“(a) Ninguna persona podrá portar armas en el Distrito de Columbia sea abiertamente o en forma encubierta sin licencia expedida de acuerdo a las leyes del Distrito de Columbia...Quien infrinja esta disposición será sancionado de acuerdo a lo establecido en el § 224515...”.


No. 03-0213

3

citando RPCF P.56 (c)). Tal moción ha de ser concedida únicamente si la parte solicitante ha demostrado la no existencia de genuinas cuestiones de hecho y que la misma esté legitimada a obtener un pronunciamiento respecto a una cuestión de derecho. Véase Celotex Corp. v. Catrett, 477 U.S. 317 (1986). III. Análisis jurídico A. Análisis de la Corte Suprema del derecho de la Segunda Enmienda Los accionantes requieren se acepte la moción para la declaración de la cuestión como de puro derecho alegando que las leyes de control de armas del Distrito de Columbia son

inconstitucionales

Enmienda

a

demandados

la

por

Constitución

presentan

una

ser de

contrarias los

moción

de

Estados

a

la

Segunda

Unidos.

desestimación

de

Los la

demanda habida cuenta que los accionantes no han demostrado que su posesión

de armas de

fuego cuente con

relación

razonable con la preservación o eficiencia de una bien regulada Milicia. La Segunda Enmienda dispone: Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas. CONST.

DE LOS

ESTADOS UNIDOS, 2da Enmienda. La Corte Suprema de

los Estados Unidos no ha considerado un caso derivado en forma directa de la Segunda Enmienda desde su decisión en el caso United States v. Miller, 307 U.S. 174 (1939). En el caso Miller, el juzgado de primera instancia hizo lugar a la moción de desestimación de la acusación bajo la Ley Nacional

de

Armas

de

Fuego

por

transporte

interestatal

ilegal una escopeta de doble cañón calibre 12 no registrada con un cañón de algo más de 450mm, bajo el argumento que la


4

No. 03-0213

Ley

era

“contraria

a

la

Segunda

Enmienda

a

la

Constitución”. United States v. Miller, 26 F.Supp. 1002 (1939). La Corte Suprema de los Estados Unidos, entendiendo en la apelación contra la desestimación, sostuvo que En ausencia de cualquier prueba que demuestre que la posesión o uso de una “escopeta con cañón de algo más de 450mm” tenga en este tiempo alguna relación razonable con la preservación o eficiencia de una bien regulada milicia, no puede afirmarse que la Segunda Enmienda consagre el derecho a poseer y portar tal instrumento. Ciertamente no está en conocimiento de la judicatura que tal arma sea parte del equipo militar o que uso pueda contribuir a la autodefensa. Id. 178. La Corte hizo notar que, en su originaria redacción la Constitución de los Estados Unidos reservaba a los estados “la Autoridad para entrenar a la Milicia de acuerdo a la reglamentación que expida el Congreso” Id. (con cita de la CONST.

DE LOS

ESTADOS UNIDOS, art. 1, §8). Igualmente, la Corte

razonó que ha sido “con el obvio propósito de asegurar la continuidad y hacer posible la efectividad de tales fuerzas se

incluyó

la

declaración

y

garantía

de

la

Segunda

Enmienda. Por lo que ella debe ser interpretada y aplicada en tal sentido”. Id. 178. La Corte pasó a explicar la naturaleza y propósito de la

Milicia

Enmienda.

en “El

el

tiempo

de

sentimiento

aprobación del

de

tiempo

la

Segunda

desfavoreció

fuertemente a los ejércitos permanentes; la visión común era que la adecuada defensa de la nación y las leyes podría verse

asegurada

civiles

a

través

primariamente,

de

la

soldados

Milicia de

formada

ocasión”.

Id.

por 179.

Cuando se llamaba a servicio a la Milicia, se esperaba que éstos concurrieran a las armas, que se proporcionaban ellos mismos. Id.


No. 03-0213 Si

5

bien

la

Corte

Suprema

resolvió

el

caso

Miller

sesenta y cinco años atrás, recientemente se ha instalado el debate acerca de si tal caso ha de ser entendido como interpretando

la

Segunda

Enmienda

en

el

sentido

de

1)

constituir un derecho colectivo de loes estados para armar a la Milicia; 2) un limitado derecho individual a poseer armas únicamente como miembro de la Milicia estatal, o 3) un derecho individual a poseer armas para uso fuera de la Milicia. Este Juzgado entiende el caso Miller al igual la vasta mayoría de los Tribunales de Apelaciones, rechazando un derecho individual a portar armas fuera y aparte del uso que se le diere en la Milicia. Véase id. 179-182; United States v. Emerson, 270 F.Supp. 203, 218-19 (5to. Cir.). Al hacerlo, este Juzgado

incorpora por referencia la Sección

III

judicial

(2)(A)

Historia

primaria

de

la

Segunda

Enmienda y III (2)(B) Moderna jurisprudencia relativa a la Segunda Enmienda del voto del juez Reggie Walton en el caso Seegars

v.

Ashcroft,

297

F.Supp.

2d

201

(D.D.C.

2004

enmendada 29/01/2004). La

Corte

Suprema

ha

tenido

oportunidad

en

dos

ocasiones para proceder al reexamen del caso Miller y en ambas se ha negado a modificar su postura. En el caso Lewis v.

United

States,

la

Corte

concluyó

que

una

ley

que

penaliza la tenencia de armas de fuego por un criminal convicto “[no] viola ninguna libertad constitucionalmente protegida”. 445 U.S. 55 (1980) (citando a Miller y tres fallos

de

tribunales

basadas

en

la

rechazó

una

inferiores

Segunda

apelación

que

Enmienda). contra

un

rechazaron demandas

Más fallo

tarde, de

la

un

Corte

tribunal

estatal que sostuvo que la Segunda Enmienda no confiere el derecho servicio

a de

portar la

armas

Milicia

sin por

que

ello

“falta

de

se

relacione

cuestión

al

federal


6

No. 03-0213

sustancial”. Burton v. Sills, 394 U.S. 812 (1969). Si la Corte hubiera creído que la Segunda Enmienda creaba un derecho individual que estaba siendo violado, no habría arribado a tales conclusiones. Los

accionantes

sugieren

que

el

caso

Miller

simplemente propuso un test destinado a separar las armas “cubiertas” por la Segunda Enmienda de las “no cubiertas” por ella. Cf. Fraternal Order of Police v. United States, 173

F.3d

cuestión

898, del

906

(D.C.

potencial

Cirt

1999)

significado

(que

presentó

del

test

del

los

accionantes

la

caso

Miller). Aun

cuando

los

argumentos

de

no

carezcan de fundamento, si la Corte Suprema verdaderamente hubiera creído que el caso Miller debía ser entendido como una vía alcanzar un objetivo de mayor envergadura del que se pretendió, con toda seguridad habría aprovechado una de las oportunidades que tuvo en los últimos sesenta y cinco años para conceder certiorari y corregir la equivocación. Este Juzgado, por tanto, mantiene sus reservas respecto a aceptar

la

lectura

que

los

accionantes

hacen

del

caso

Miller. B. Análisis de los Tribunales de Apelación del derecho de la Segunda Enmienda Los accionantes se basan primariamente en el fallo dictado por el Quinto Circuito en el caso United States v. Emerson Enmienda

como

fundamento

establece

un

de

su

alegato

fundamental

que

derecho

la

Segunda

individual

a

portar armas, sin importar la membresía o servicio en la Milicia organizada. 270 F.3d 203 (5to. Cir. 2001). En el caso Emerson el Quinto Circuito sostuvo que la prohibición de portar armas mientras se estaba sujeto a una orden de restricción resultaba razonable. Id. 260. Los dos jueces


No. 03-0213

7

que formaron la mayoría arribaron a la conclusión que la Segunda Enmienda protege el derecho individual a poseer y portar

armas

para

los

efectos

de

su

defensa

personal,

defensa de la propiedad, caza deportiva, y para asegurar al mismo la posibilidad de ser llamado en caso de necesidad para resistir la opresión y tiranía del gobierno federal y del ejército federal, siempre que tales armas no sean del tipo no concebible en el contexto de la Milicia estatal. United States v. Emerson, 270 F.3d 203, 260 (citando al caso Miller). Al hacerlo, los dos jueces que formaron la mayoría reconocieron que eran los únicos entre todos los circuitos en reconocer un derecho individual a poseer y portar armas bajo la Segunda Enmienda y reconocieron que Miller no fue tan lejos como para adoptar tal postura. Id. 218-20, 227 (y los casos allí citados). El tercer juez, concurrente con el resultado, criticó la interpretación de la

Segunda

Enmienda

realizada

por

la

mayoría

como

manifestaciones irrelevantes pues la existencia del mandato individual a portar armas no era necesario para la decisión del tribunal. Id. 272-74. Curiosamente, al hallar un derecho individual a portar armas, los dos jueces que formaron la mayoría ignoraron precedentes

del

propio

Quinto

Circuito.

Alrededor

de

treinta años antes, este circuito tuvo, en dos ocasiones, ante sí procesos penales en que procesados alegaban que sus derechos

fundamentales

a

portar

armas

de

acuerdo

a

la

Segunda Enmienda fueron violados. En ambos casos el Quinto Circuito confirmó las condenas por posesión de escopetas no registradas. Aplicando el caso Miller, el Circuito sostuvo que la posesión de armas por parte de los acusados carecía de relación con la “preservación o eficiencia de una bien regulada Milicia” y que la Segunda Enmienda no otorgaba a los particulares el derecho a poseer armas de fuego. United


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No. 03-0213

States v. Williams, 446 F.2d 486 (5to. Cir. 1971); United States v. Johnson, 441 F.2d 1134 (5to. Cir. 1971). Este cambio de postura del Quinto Circuito resulta preocupante a la luz de la regla del mismo que indica que un

panel

subsiguiente

está

impedido

de

pronunciarse

en

forma contraria a la decisión de un panel anterior a menos que el criterio sea modificado por una decisión del pleno o de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Véase United States v. McFarland, 264 F.3d 557, 559 (5to. Cir. 2001); Montesano v. Seafirst Commercial Corp., 818 F.2d 423, 42526 (5to. Cir. 1987). Los

dos

jueces

que

formaron

la

mayoría

buscaron

mitigar la apariencia de un cambio de postura insertando una nota de pie de página en el caso Emerson en la cual distinguían los casos anteriores como siendo casos “que se limitaban a la aplicación del caso Miller a situaciones virtualmente idénticas”. Emerson, 270 F.3d 227, n. 21. Al hacerlo,

ambos

jueces

dejaron

tales

casos

de

lado

sin

cualquier intento real por distinguirlos. Así, este Juzgado no pone cualquier énfasis en la estabilidad de la doctrina del caso Emerson incluso en el Quinto Circuito. Desde seguir

el

caso

siendo

el

Emerson, único

el

Quinto

circuito

en

Circuito

adoptar

parece

tanto

su

estrecha construcción del caso Miller como no dispositivo de la naturaleza del derecho garantizado por la Segunda Enmienda,

o

su

postura

que

ella

consagra

el

derecho

individual a portar armas. Véase Thomas v. City Council of Portland,

730

F.2d

41,

42

(1er.

Cirt.

1984)

(“La

jurisprudencia consolidada es clara en el sentido que la Constitución

Federal

no

consagra

el

derecho

a

portar

armas”); United States v. Toner, 728 F.2d 115, 128 (2do. Cir. 1984) (en la cual se da nota que el porte de armas no es un derecho fundamental); United States v. Graves, 554


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9

F.2d 65, 66, n.2 (3er Cir. 1977) (dicta) (Miller controla la

cuestión

de

los

derechos

individuales);

Love

v.

Pepersack, 47 F.3d 120, 122 (4to. Cir. 1995) (La Segunda Enmienda “no confiere cualquier derecho individual a portar cualquier tipo de arma de fuego”); United States v. Napier, 233 F.3d 394, 403 (6to. Cir. 2000) (que no halló razón para apartarse

de

su

precedente

según

el

cual

la

Segunda

Enmienda no confiere un derecho individual a portar armas); Stevens v. United States, 440 F.2d 144, 149 (6to. Cir. 1971)

(Puesto

que

el

derecho

derivado

de

la

Segunda

Enmienda se aplica únicamente a las Milicias estatales, “no puede

existir

una

pretensión

seria

a

cualquier

derecho

constitucional de un individuo a poseer un arma de fuego”); Gillespie v. City of Indianapolis, 185 F.3d 693 (7mo Cir. 1999) (La Segunda Enmienda “no concede un derecho a poseer un arma de fuego más allá del rol que puedan jugar en mantener la Milicia estatal”); United States v. Nelsen, 859 F.2d 1318, 1320 (8vo Cir. 1988) (que halló como a ausencia de queja plausible para impugnar una ley “podría menoscabar a una milicia estatal”); United States v. Hinostroza, 297 F.3d 924, 927 (9no Cir. 2002); United States v. Graham, 305 F.3d

1094,

1106-07

(10mo

Cir.

2002);

United

States

v.

Bayles, 310 F.3d 1302, 1307 (10mo Cir. 2002); United States v. Wright, 117 F.3d 1265, 1273 (11er Cir. 1997) (La Segunda Enmienda se limita a la “posesión o uso de armas que se relacione razonablemente a la Milicia activamente mantenida o entrenada por los Estados”). En

respuesta

Tribunales cuando

la

de

a

los

Circuito,

Corte

numerosos los

Suprema

precedentes

accionantes haya

alegan

utilizado

la

de

los

que

aun

correcta

interpretación del término “Milicia” al decidir el caso Miller, la definición de “Milicia” utilizada en varios de tales precedentes resulta estrecho en demasía. Antes que un pequeño grupo de personas organizadas por el estado para


10

No. 03-0213

tomar las armas contra un tiránico gobierno federal, los accionantes alegan que la “Milicia” tal como referida en Miller fue concebida y entendida en ese tiempo para incluir a

todos

los

individuos

privados

que

fueran

capaces

de

actuar para la defensa común (p.ej.: todos los hombres capaces). Contestación a la Moción de Desestimación, p. 8 (con cita del caso Miller, 307 U.S. en 178-9). El Undécimo Circuito consideró amplia la definición de Milicia presentada por los recurrentes, pero concluyó que Miller

“sugería

fuertemente

que

únicamente

las

Milicias

activamente mantenidas y entrenadas por los Estados pueden satisfacer el requerimiento de una ‘milicia bien ordenada’ de la Segunda Enmienda”. United States v. Wright, 117 F.3d 1265, 1273 (11er Cir. 1997). En respuesta a la conclusión del Undécimo Circuito, los

accionantes

afirman

que

los

Fundadores

sospechaban

ampliamente de cualquier Milicia organizada y no pudieron haber

pretendido

únicamente

para

las

Milicias estatales

entrenadas el derecho a portar armas. Contestación a la Moción

de

Desetimación,

n.

19.

Los

accionantes

alegan

igualmente que la Segunda Enmienda no fue construida como un derecho de los Estados a armar una Milicia pues ello habría estado en conflicto con el art. 1, §8, cláusula 16 (El

Congreso

tendrá

facultad:...16)

Para

armar

y

disciplinar a la milicia nacional...). Moción para cuestión de puro derecho, n. 32. Este Juzgado no está persuadido que “una milicia bien regulada” implique a todas las personas capaces en forma separada

a

su

enrolamiento

a

la

Milicia.

Tal

como

lo

entiende el Undécimo Circuito y lo pone en claro el texto de la Segunda Enmienda, la Milicia no constituye algo libre para todos. Antes bien, una Milicia “bien regulada”, fuerza de combate, implica, en verdad, algún tipo de organización


No. 03-0213

11

a nivel estatal o local. Véase Wright v. United States, 302 U.S. en 583, 588 (1938) (“Toda palabra tiene cuenta con su debida fuerza y su significado apropiado; pues es evidente a partir de todo el instrumento, que no se utiliza palabra alguna

cuyo

uso

no

resulte

necesario

o

que

haya

sido

innecesariamente agregada. Todas las discusiones que han tenido

lugar

con

constitución,

han

relación

al

demostrado

a lo

construcción correcto

de

de

la esta

proposición; y asimismo el talento, prudencia y previsión de

los

ilustrados

caballeros

que

la

redactaron.

Cada

palabra ha sido sopesada con la debida deliberación y su fuerza y efecto han sido plenamente comprendidas”). C. Guía de la Corte Federal de Apelaciones para el Distrito de Columbia Los

fallos

dictados

por

la

Corte

Federal

de

Apelaciones para el Distrito de Columbia hasta la fecha proveen cierta guía respecto a su posición con relación a la

naturaleza

del

derecho

protegido

por

la

Segunda

Enmienda. En una nueva audiencia celebrada en el marco del caso Fraternal Order of Police v. United States, la Corte confirmó una ley que prohibía la posesión de armas de fuego a personas convictas de violencia doméstica delito menor contra la Segunda Enmienda ante una acción basada en la Segunda

Enmienda

interpuesta

por

el

Sindicato

de

la

Policía. Fraternal Order of Police v. United States, 173 F.3d 898, 906 (D.C. Cir. 1999) (en adelante, “FOP II”). Al hacerlo, el Circuito asumió sin decidirlo, con base en la falta de objeción de las partes que el test de Miller era aplicable a los hechos en cuestión. Id. Fue más allá al expresar

cierta

confusión

como

el

significado

del

test

realizado en Miller. El circuito procedió luego a evitar por completo las cuestiones relativas a la naturaleza del derecho protegido por la Segunda Enmienda en los términos


12

No. 03-0213

alegados

por

respecto,

el

que

FOP,

en

sin

plantear

“diversos

evidencia

estados”,

los

alguna

al

oficiales

de

policía pueden ser llamados al servicio de la Milicia. Id., véase

igualmente

Fraternal

Order

of

Police

v.

United

States, 152 F.3d 998, 1002 (D.C. Cir. 1998) (en adelante, “FOP I”). El circuito no consideró necesario proceder a un análisis

profundo

de

la

acción

basada

en

la

Segunda

Enmienda a la vista de la falta de evidencia presentada con relación a la relación de tales oficiales de policía con cualquier Milicia. FOP II, 173 F.3d en 906. Aun no siendo concluyentes,

los

comentarios

del

circuito

en

FOP

II

sugieren a esta Corte que, si presentadas con la cuestión, el

Circuito

se

inclinó

por

rechazar

la

noción

que

la

Segunda Enmienda protege un derecho individual a portar armas ausente un nexo sustancial entre la persona y la habilidad de los estados para mantener la Milicia. Id. (“FOP

nunca

indicó

como

las

restricciones...afectarían

materialmente a la Milicia”). Los accionantes alegan que en FOP II se encuentra implícita la idea de que si una porción significativa de “ciudadanos

ordinarios”

se

vieran

afectado

por

la

prohibición de portar armas, tal como se exponen en las leyes de control de armas del Distrito, entonces la misma tendría

impacto

material

respecto

a

la

Milicia.

Contestación de los accionantes a la moción de rechazo, 12. Este Juzgado, así como el circuito del Distrito de Columbia, análisis

no

observa

profundo

accionantes

han

la

necesidad

habida

cuenta

demostrado

ser

de que

proceder

con

ninguno

de

miembros

o

un los

mantener

cualquier relación con la Milicia. En el único otro caso en este circuito en el cual se planteó Circuito

una

acción

rechazó

la

basada

en

pretensión

la

Segunda con

base

Enmienda en

que

el el


No. 03-0213

13

recurrente no formuló dicho argumento en primera instancia. Véase United States v. Drew, 200 F.3d 871, 876 (D.C. Cirt. 2000)4. D. Las decisiones de la Corte Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia La

Corte

Columbia

ha

Federal tenido

de

Apelaciones

ocasión

de

del

resolver

Distrito una

de

cuestión

relacionada a la Segunda Enmienda en un caso en el cual una ley del Distrito relativa al porte de armas sin licencia fue cuestionada. Aun cuanto los accionantes estuvieran en lo correcto al alegar que el fallo de la Corte Federal de Apelaciones juzgado,

del

este

Distrito

Juzgado

de

Columbia

considera,

no

sin

obliga

embargo,

a

este

que

las

opiniones de dicho tribunal resultan persuasivas. En este caso,

la

Corte

Federal

de

Apelaciones

del

Distrito

de

Columbia se situó con aquellos circuitos que rechazaron la estrecha

construcción

del

Quinto

Circuito

en

Miller,

y

sostuvo que “la Segunda Enmienda protege a la colectividad antes

que

un

derecho

individual”.

Sandidge

v.

United

States, 520 A.2d 1057, 1058 (D.C. 1987). La Corte Federal de Apelaciones del Distrito de Columbia sostuvo que la Segunda Enmienda únicamente protege el derecho de los estados a mantener y regular la Milicia prohibiendo al Congreso sancionar cualquier 4

El 14 de octubre de 2004 el juez Walton de este Juzgado emitió un fallo en el caso Seegar v. Ashcroft en el cual rechazó una demanda incoada por cinco ciudadanos del Distrito de Columbia contra las leyes de control de armas del distrito con base en la Segunda Enmienda. 297 F.Supp. 2d 201 (D.D.C. 2004) (Enmendada el 29 de enero de 2004). El 1 de octubre de 2003 la parte demandada un Memorial Complementario al juzgado llamando la atención del Juzgado respecto a la reciente decisión del juez Roberts de este Juzgado en el caso United States v. Cole, 2003 U.S. Dist. LEXIS 14029, registrado el 15 de agosto de 2003. Al denegar la moción de rechazo iniciada por un acusado de posesión de armas de fuego, el juez Roberts concluyó que “...con excepción de la Quinta Enmienda, las cortes de apelaciones han sostenido reiteradamente que los individuos no tienen el derecho fundamental a poseer armas de fuego”. Fallo del juzgado, 12.


14

No. 03-0213 legislación que interfiera con tal derecho...En suma, el derecho a portar y poseer armas no es un derecho conferido al pueblo por la constitución federal.

Id. (citando a United States v. Warin, 530 F.2d 103, 106 (6to Cir 1976); Cases v. United States, 131 F.2d 916, 921 (1er Cir 1942)). La

Corte

Federal

de

Apelaciones

se

vio

nuevamente

confrontada a una acción basada en la Segunda Enmienda en el caso Barron v. United States, 818 A.2d 987 (D.C. 2003). En Barron, un acusado en una acción penal recurrió su condena con base a diversos agravios incluida la noción que las leyes del distrito que prohibían el porte de armas sin licencia – D.C. Code §22-4504 y D.C. Code §7-2502, dos de las normas aplicables en este caso – resultaban violatorias de la Segunda Enmienda. Id. Aun cuando se haya revocado la condena con base a otras razones, la corte se

refirió

sumariamente y rechazó la cuestión de la Segunda Enmienda notando

que

“en

Sandidge...esta

corte

sostuvo

que

la

Segunda Enmienda protege los derechos de los estados a portar

armas,

no

los

derechos

de

los

individuos.

Por

consiguiente, la ley de porte de armas sin licencia no es contraria a la Segunda Enmienda”. Id. 994. IV. Conclusión Puesto que esta Corte rechaza la noción de que existe un derecho individual a portar armas en forma separada al servicio en una Milicia y habida cuenta que ninguno de los accionantes ha demostrado ser miembros de la Milicia, los mismos

carecen

de

legitimación

activa

para

iniciar

una

acción con base en la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Así, se rechaza la demanda y la petición para un juicio sumario se deniega por irrelevante. Aun

cuando

los

accionantes

planteen

reflexivas

e

históricamente interesantes argumentos en pro del derecho


No. 03-0213

15

individual, este Juzgado incurriría en un error al ignorar sesenta y cinco años de pacífica jurisprudencia de la Corte Suprema

y

el

diluvio

de

precedentes

de

las

cortes

de

circuito que rechaza el derecho individual a portar armas que no se encuentre en conjunción con el servicio a la Milicia. El fallo sigue a la presente opinión.

EMMET G. SULLIVAN Juez Federal 31 de marzo de 2004


16

No. 03-0213 JUZGADO FEDERAL DE PRIMERA INSTANCIA PARA EL DISTRITO DE COLUMBIA

SHELLY PARKER, et al., Demandantes, v. DISTRITO DE COLUMBIA, et al., Demandados.

) ) ) ) ) ) ) ) ) )

Acción Civil No. 03-0213 (EGS)

FALLO ____En los términos de la opinión del Juzgado emitida el día de la fecha, y por las razones allí señaladas este Juzgado FALLA en cuanto a la moción de rechazo planteada por la parte demandada HACIENDO LUGAR a la misma, e igualmente FALLA

en

cuanto

a

la

moción

de

juicio

sumario

planteada por la parte accionante RECHANDO POR IRRELEVANTE y asimismo FALLA, ORDENA y DISPONE que por Secretaría se dará debida cuenta del fallo final a favor de los demandados.

EMMET G. SULLIVAN Juez Federal 31 de marzo de 2004


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