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El Interprete de los Deseos (Turjuman al-Ashwâq) y su comentario ocupan un lugar destacado y original en la inmensa obra de Ibn Arabî. Estas poesías amorosas y místicas están dedicadas a Nizhâm, Harmonía, una joven mujer de una belleza y de una espiritualidad excepcional y que tipifica la Esencia absoluta y la Presencia divina en la Manifestación universal en todos los receptáculos que comporta esta. Compuso los comentarios a raíz de las críticas que oyeron sus dos discípulos Badr al Habashî e Ismâ’îl Ibn Sawdakîn, por parte de ciertos doctores de la ley (ulemas), que decían que estos poemas atentaban a la religión y al pudor. Nos dice el Maestro: “El motivo por el que he escrito estos comentarios es que mis discípulos Badr al Habashî e Ismâ’îl Ibn Sawdakîn me lo pidieron después de oír a uno de los doctores de la Ley, que enseñaba en Alepo, negar que estos versos fuesen el fruto de los Secretos divinos y decir que el Maestro (Ibn Arabi él mismo) se escondía detrás de este modo de expresión a causa de la ética y de la religión. Redacté el comentario y el qâdî Ibn al-‘Adîm leyó algunos pasajes delante de mí y en presencia de una asamblea de jurista. Cuando el calumniador hubo oído la lectura, se arrepintió ante Dios y renunció a desaprobar su contenido y hacer comentarios pocos elegantes sobre estos secretos divinos”