MANUAL PARA LAS REUNIONES DE LOS CONSEJOS VICARIALES DE PASTORAL (2011)
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MANUAL PARA LAS REUNIONES DEL CONSEJO VICARIAL DE PASTORAL I. LA VICARÍA FORANEA La Vicaria Foránea es un espacio de corresponsabilidad1 eclesial, de programación, planificación y coordinación con la pastoral de conjunto de la Arquidiócesis. Así mismo ha de ser un ámbito de fraternidad, de comunión, de oración, de formación permanente, que posibilite el trabajo comunitario de las parroquias en las distintas áreas de servicios pastorales. II. EL VICARIO FORÁNEO El Vicario Foráneo es un sacerdote que trabaja y está comprometido con la Vicaria. Es el que preside, anima y modera la Vicaria Foránea a norma del derecho (c 553 § 1). El Vicario Foráneo es nombrado por el Sr. Arzobispo, después de oír el parecer de los sacerdotes de la Vicaría (c 553 § 2). III. CONSEJO VICARIAL DE PASTORAL (CVP) Es el espacio de encuentro mensual, o de acuerdo a la realidad de cada Vicaria, de los agentes de pastoral representantes de las parroquias de la Vicaria. Es el momento en el que se anima, dialoga, fomenta y coordina la acción pastoral de la Vicaria, mediante Comisiones pastorales correspondientes a las diocesanas. De cada reunión debe existir una memoria registrada en un libro de actas. IV.
PARTICIPANTES AL CONSEJO VICARIAL DE PASTORAL a. Preside el Vicario Foráneo o el Vice-Vicario Foráneo b. Participa el Vicario de Pastoral y el Secretario Ejecutivo de Pastoral (según las necesidades) c. Cada parroquia será representada en el Consejo Vicarial por: 1. El párroco, Vicarios y diáconos. 2. Representante por cada comunidad Religiosa. 3. Representantes de los movimientos laicales. 4. Dos profesores de religión. 5. Por lo menos dos miembros del Consejo Parroquial de Pastoral. 6. Catequistas y otros agentes.
V.
ESQUEMA DE LOS ENCUENTROS a. Bienvenida y oración (Encuentro personal con Cristo y los hermanos) b. Formación y reflexión teológico-pastoral c. Coordinar y asumir el trabajo pastoral parroquial, vicarial y diocesano. d. Celebrar y compartir la vida.
VI. CRITERIOS DE PARTICIPACIÓN Dependiendo de la realidad de la Vicaría foránea, se puede hacer más énfasis en una mayor participación, teniendo en cuenta los siguientes criterios:
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Corresponsabilidad eclesial que se fundamenta en este principio bíblico “la cabeza no puede pretender ser todo el cuerpo” (1Cor12,14-18) y pastoralmente “exige al presbítero huir de la prepotencia clerical, del paternalismo esterilizante, evitar descalificaciones infundadas respecto a laicos y consagrados, hacer dejación de su propia responsabilidad, favorecer un cierto talente democrático en temas no relacionados con el dogma y las costumbres establecidas por la Iglesia, que pueden ser conmensurados comunitariamente, respetando corrientes de opinión, promover una serena revisión crítica; respetar los ritmos de los demás, estando a la escucha de todos para mejor servirles en lo que necesita; discernir, promover y armonizar la pluralidad carismática y ministerial”. (Pbro. José Aníbal Rojas Bedoya. “De una Iglesia Comunión a un Presbiterio Comunión”).
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a. El compromiso pastoral de cada participante. b. Los participantes asumen un compromiso trienal en su vicaría. c. Se aconseja que los participantes sean elegidos en los consejos parroquiales con éstos criterios: 1. Compromiso de vida evangélica y pastoral. 2. Tener más de un año de experiencia pastoral en la parroquia. 3. Compromiso de asistencia regular a las reuniones parroquiales y vicariales. 4. Residencia fija en su jurisdicción parroquial.
VII. ECONOMÍA EN LAS VICARIAS FORÁNEA PARA LA PASTORAL Nuestras parroquias y nuestras familias son humildes y pobres, pero desde nuestra pobreza queremos compartir. Es importante dar con sacrificio y con amor para sostener nuestra vida como Iglesia en Cristo. Nuestra meta es llegar a ser, desde nuestra pobreza, una Iglesia local económicamente autogestionada y sostenible desde la participación de todos los agentes pastorales y la feligresía. El espíritu que motiva a todos los agentes en el sostenimiento de la Iglesia, tanto parroquial como diocesana, es el del amor sacrificado de Jesucristo y de la primera comunidad apostólica (Hch 2,4). Este punto debe ser analizado en las mismas Vicarías para ser definido por todos y así ser asumido con responsabilidad.
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