De Saulo a Pablo

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SAULO o también llamémosle PABLO, son nombres que nos indican prácticamente doble personalidad para una misma persona. SAULO se ha venido incrustando en la mente de todo creyente y lector bíblico como la persona más vil, cruel, depravada, macabra, orgullosa y todas las características de un hombre malvado. Sin embargo PABLO se ha inclinado a la interpretación de un hombre cuyo conocimiento es espiritual, santo, profundo, perdonador, preocupado y defensor de la iglesia. Pero, ¿Podrán ser estos nombres los que cambien a esta persona?, ¿Son realmente ciertos los datos ofrecidos en las escrituras sobre el cambio que ha tenido este hombre?, ¿Hasta qué punto de realidad ha llegado su mensaje actualmente? Registramos su conversión y sus primeros andares por el cristianismo, como Dios en un encuentro sobrenatural y único ha querido escoger al hombre más vil y peligroso para ser el más sincero y protector de quien el mismo buscaba para exterminarlo de las consciencias humanas.

San Pablo – El Greco


HECHOS 9:1-31 1Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote 2y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. 3En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. 4Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5— ¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—. 6Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer. 7Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz pero no veían a nadie. 8Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. 9Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada. 10Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión. — ¡Ananías! —Aquí estoy, Señor. 11—Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, 12y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista. 13Entonces Ananías respondió: —Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén. 14Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre. 15— ¡Ve! —Insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. 16Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre. 17Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» 18Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado; 19y habiendo comido, recobró las fuerzas. Saulo pasó varios días con los discípulos que estaban en Damasco, 20y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. 21Todos los que le oían se quedaban asombrados, y preguntaban: « ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?» 22Pero Saulo cobraba cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías. 23Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para hacerlo desaparecer, 24pero Saulo se enteró de sus maquinaciones. Día y noche vigilaban de cerca las puertas de la ciudad con el fin de eliminarlo. 25Pero sus discípulos se lo llevaron de noche y lo bajaron en un canasto por una abertura en la muralla. 26Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera discípulo. 27Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con libertad en el nombre de Jesús. 28Así que se quedó con ellos, y andaba por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en el nombre del Señor. 29Conversaba y discutía con los judíos de habla griega, pero ellos se proponían eliminarlo. 30Cuando se enteraron de ello los hermanos, se lo llevaron a Cesarea y de allí lo mandaron a Tarso. 31Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.

Nueva Versión Internacional


EL NOMBRE DE PABLO La palabra griega Páulos; del latín Paulus, un nombre romano que significa "pequeño". El gran apóstol a los gentiles. En la Biblia se lo presenta como Saulo, del griego Sáulos, del hebreo Shâzûl, "pedido [a Dios]", o "prestado [a Dios]"; Hechos 7:58) y se lo menciona por ese nombre en la narración de Hechos (hasta Hechos 13:9). Era de la tribu de Benjamín (Romanos 11:1), y tal vez le pusieron el nombre por Saúl, el primer rey de Israel, quien también era benjamita (1 Samuel 9:1, 2; Hechos 13:21). HECHOS 7:58 58 lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo. HECHOS 13:9 9 Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: Ha habido bastante especulación acerca de por qué en medio de Hechos se comienza a llamar Pablo a Saulo, y de allí en adelante sólo se lo nombra como Pablo, excepto el relato que él mismo hace de su conversión (Hechos 22:7, 13; 26:14). Una respuesta sencilla y plausible sería que él, como otros (Hechos 1:23; 13:1; Colosenses 4:11), tuviera más de un nombre: un nombre hebreo, Saulo, y un nombre romano grecizado, Páulos o Pablo. Quizás usara el nombre hebreo en su hogar y en sus contactos con los judíos, pero su nombre greco-romano estaría en armonía con la influencia y el ambiente helenísticos de la ciudad donde nació, y con su envidiable estatus de ciudadano romano. Más tarde, cuando comenzó su obra entre los gentiles, era ventajoso para él que se lo conociera como Pablo. Es digno de notar que hasta Hechos 13 se menciona a Pablo sólo en relación con su contacto con los judíos. Pero en ese capítulo comienzan sus actividades entre los gentiles, como también el uso de su nombre gentil, Pablo.


PEQUEÑOS DATOS BIOGRAFICOS  Pablo fue hebreo por nacimiento, educación y sentimientos; tal es así que, a pesar de sus contactos tempranos con la cultura y las filosofías griega y romana, se pudo llamar "hebreo de hebreos" (Filipenses 3:5).  Era de la tribu de Benjamín (Romanos 11:1), y tal vez le pusieron el nombre por Saúl, el primer rey de Israel, quien también era benjamita (1 Samuel 9:1, 2; Hechos 13:21).  Poco se sabe de su familia. Su padre era un ciudadano romano “28—A mí me costó una fortuna adquirir mi ciudadanía —le dijo el comandante. — Pues yo la tengo de nacimiento —replicó Pablo.” (Hechos 22:28), y quizá fariseo “6Pablo, sabiendo que unos de ellos eran saduceos y los demás fariseos, exclamó en el Consejo: —Hermanos, yo soy fariseo de pura cepa. Me están juzgando porque he puesto mi esperanza en la resurrección de los muertos. (Hechos 23:6).  No se sabe cómo el padre obtuvo su ciudadanía romana, pero había ciertos procedimientos mediante los cuales un destacado judío podía llegar a ser ciudadano romano. Presumiendo que la lograra de esa manera, entonces podemos suponer que Pablo procedía de una familia de cierta importancia. Tenía por lo menos una hermana “16Pero cuando el hijo de la hermana de Pablo se enteró de esta emboscada, entró en el cuartel y avisó a Pablo.” (Hechos 23:16).  Pablo nació en el Asia Menor, en la próspera metrópolis de Tarso “39—No, yo soy judío, natural de Tarso, una ciudad muy importante de Cilicia —le respondió Pablo—. Por favor, permítame hablarle al pueblo.” (Hechos 21:39); una ciudad notable por su filosofía, ciencia, educación y cultura; una cultura donde se mezclaban elementos griegos, romanos y judíos.  La fecha de su nacimiento no se puede determinar con precisión. De acuerdo con una tradición del siglo II d.C., la familia de Pablo había vivido originalmente en Giscala de Galilea, pero la ciudad fue capturada por los romanos y los miembros de su familia llevados como esclavos a Tarso el año 4 a.C., donde más tarde obtuvieron su libertad y la ciudadanía romana. Si es así, Pablo nació después de esos acontecimientos, porque era romano de nacimiento (Hechos 22:28). Cuando aparece por 1a vez (Hechos 7:58) se lo califica como "un joven" (griego neanías). Sin embargo, este término, que se usaba para hombres que tuvieran entre 20 y 40 años de edad, poca ayuda nos ofrece para determinar la edad de Pablo.


EDUCACION Y DEDICACION Probablemente Pablo asistiera a una escuela en relación con la sinagoga de Tarso. En esta ciudad políglota aprendió no sólo el hebreo y la lengua que hablaba su pueblo, el arameo (Hechos 21:40; 22:2), sino también el griego (Hechos 21:37) y tal vez el latín. HECHOS 21:40; 22:2 40Con el permiso del comandante, Pablo se puso de pie en las gradas e hizo una señal con la mano a la multitud. Cuando todos guardaron silencio, les dijo en arameo: 2Al oír que les hablaba en arameo, guardaron más silencio. HECHOS 21:37 37Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante: — ¿Me permite decirle algo? — ¿Hablas griego? —Replicó el comandante—. También aprendió a hacer carpas o tiendas, quizá de su padre, con lo que más tarde se pudo sostener (Hechos 18:1, 3; 20:34; 1 Corintios 4:12; 1 Tesalonicenses 2:9; 2 Tesalonicenses 3:8). Tomando un detalle de Ronald Hock habla sobre el oficio de Pablo: “Más allá de lo que suponemos, Pablo era Pablo el que hacía tiendas. Su producto ocupaba mucho de su tiempo… su vida era la de alguien que trabaja en un taller… de estar inclinado sobre una mesa de trabajo como esclavo y trabajando hombro con hombro junto a esclavos”. HECHOS 18:1-4 1Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto. 2Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco habían llegado de Italia, porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma. Pablo fue a verlos 3y, como hacía tiendas


de campaña al igual que ellos, se quedó para que trabajaran juntos. 4Todos los sábados discutía en la sinagoga, tratando de persuadir a judíos y a griegos. Pablo comenzó su ministerio en Corinto trabajando en la elaboración de tiendas durante la semana que permaneció con Aquila y Priscila. “Cada día de reposo” – implicando algo rutinario- Pablo ministraba en la sinagoga. Después de un período de tiempo indeterminado, Silas y Timoteo trajeron una ofrenda de Macedonia17 que permitió a Pablo dejar el trabajo de las tiendas y replantear su tiempo para ministrar de otras formas. Aunque la forma de operar de Pablo en su apostolado era la elaboración de tiendas, él también aceptaba apoyo financiero, de forma que pudiera tener más tiempo para discipular y entrenar líderes. Además, al aceptar el apoyo de las iglesias les permitía a las mismas participar con Pablo en su ministerio. Fue un estudiante tan brillante y un defensor tan ardiente de las doctrinas y tradiciones del judaísmo que aventajaba a muchos de sus pares en el aprendizaje y el celo (Gálatas 1:14); y en su odio fanático por los cristianos aventajó por lo menos a su maestro (Hechos 8:3; 9:1; 5:34-39). Puede haber poca duda de que los líderes de la nación judía esperaban grandes realizaciones de él. GALATAS 1:14 1 4En la práctica del judaísmo, yo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi celo exagerado por las tradiciones de mis antepasados. HECHOS 8:3 3Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel. HECHOS 9:1 1Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote


APARIENCIA PERSONAL Y SALUD Parecería que, aunque Pablo impresionaba intelectualmente, físicamente no se destacaba. Sus enemigos dijeron de él que su "presencia corporal [era] débil, y la palabra menospreciable" (2 Corintios 10:10). 2 Corintios 10:10 10pues algunos dicen: «Sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como orador es un fracaso.» La tradición lo describe como un hombre bajo, un tanto jorobado y de piernas encorvadas ("chueco"). Los actos de Pablo (obra apócrifa del siglo II) lo describen como pequeño de estatura, calvo y gordo, con cejas espesas, nariz aguileña, y constitución física vigorosa, rebosante de “gracia y atractivo”. Parece haber sufrido de algún tipo de enfermedad crónica (2 Corintios 12:7-10; Gálatas 4:13); muchos creen que era una enfermedad relacionada con sus ojos, basando su conclusión en que generalmente dictaba sus cartas (2 Tesalonicenses 3:17), menciona que escribía con letra grande (Gálatas 6:11) y dice que los creyentes de Galacia estaban dispuestos a arrancarse los ojos para dárselos, si hubiese sido posible (Gálatas 4:15). 2 Corintios 12:7-10 7Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. 8Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; 9pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. 10Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Gálatas 4:13 13Como bien saben, la primera vez que les prediqué el evangelio fue debido a una enfermedad, Gálatas 4:15 15Pues bien, ¿qué pasó con todo ese entusiasmo? Me consta que, de haberles sido posible, se habrían sacado los ojos para dármelos. 2 Tesalonicenses 17Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Ésta es la señal distintiva de todas mis cartas; así escribo yo. Gálatas 6:11 11Miren que les escribo de mi puño y letra, ¡y con letras bien grandes!


LA CONCERSION Hechos 9:1-3 1Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote 2y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. El Diccionario Ilustrado de la Biblia dice de Pablo: A pesar de la esmerada preparación cultural y religiosa de que Dios había provisto a P., le faltaba todavía la experiencia transformadora que haría de él un discípulo dedicado y apóstol fiel de Jesucristo. Primeros contactos con el cristianismo. El primer contacto de Pablo con el cristianismo que se conoce tuvo relación con la muerte de Esteban. Algunos suponen que Pablo fue uno de los de Cilicia que, con otros, no pudo vencerlo en el debate (Hechos 6:9, 10; 21:39). Hechos 6:9 9Con él se pusieron a discutir ciertos individuos de la sinagoga llamada de los Libertos, donde había judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia. Hechos 21: 39 39—No, yo soy judío, natural de Tarso, una ciudad muy importante de Cilicia — le respondió Pablo—. Por favor, permítame hablarle al pueblo. Aparentemente no arrojó piedra alguna sobre Esteban, pero "consentía en su muerte" “1Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban.” (Hechos 8:1) y cuidó la ropa de los testigos (Hechos 7:58). La acción de masas que resultó en el apedreamiento de Esteban señaló el comienzo del primer período de persecución


que devastó a la iglesia naciente; y Pablo, según parece, se destacó en esta persecución. En un arranque de odio fanático contra los cristianos (Hechos 26:11), intensificado por una conciencia acusadora (Hechos 26:14), los arrancaba de las casas donde los encontraba y los arrojaba a la cárcel (Hechos 8:3); los castigaba en las sinagogas (Hechos 22:19; 26:11) y daba su consentimiento para su muerte (Hechos 22:4; 26:10). Pablo cumplió esta tarea primero en Jerusalén (Hechos 8:1, 3; 26:10), pero luego siguió a los creyentes esparcidos hasta otras ciudades y los "perseguía sobremanera" (Hechos 8:4; 26:11; Gálatas 1:13). Hechos 26:11 11Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero. Hechos 26:14 14Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón." Otra traducción. Gálatas 1:13 13Ustedes ya están enterados de mi conducta cuando pertenecía al judaísmo, de la furia con que perseguía a la iglesia de Dios, tratando de destruirla. Su conversión La importancia que para Lucas tuvo la conversión de este apóstol se ve en las tres veces que la menciona. Pablo mismo comenta su conversión varias veces en las epístolas: iba camino a Damasco en persecución de los creyentes, cuando Jesús se le apareció. Las tres versiones de lucas fueron las siguientes:


1) Hechos 9:1-19 2) Hechos 22:5-16 3) Hechos 26:12-20 1 Corintios 15:8 8y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. En una de esas campañas de persecución el curso de la vida de Pablo cambió completa y espectacularmente. Al oír que había cristianos en Damasco, pidió cartas del sumo sacerdote -cartas de extradición- que lo autorizaran a arrestar y llevar a Jerusalén a cualquier cristiano que encontrase en dicha ciudad (Hechos 9:1, 2). Hay tres informes de la experiencia que tuvo en ese viaje (Hechos 9:1-9; 22: 4-11; 26:918); el primero está en tercera persona, los otros dos en primera persona (fueron contados por Pablo: uno a la multitud judía en Jerusalén; los otros, al rey Agripa y a su hermana Berenice). Mientras Pablo se acercaba a Damasco a mediodía con un grupo de hombres para ayudarlo en sus planes asesinos, lo rodeó una luz enceguecedora, más brillante que el Sol. Hechos 9:3 3En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Hechos 22:6 6»Sucedió que a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo relampagueó de repente a mi alrededor. Hechos 26:12 12»En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes. 13A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes.


Y todos caímos al suelo Fred H. Wight enseña en su documento “Usos y costumbres De Las Tierras Bíblicas”: “Métodos de viajar. Algunas veces se hacen los viajes a pie, pero con más frecuencia a lomo de animales, caballos, mulas, asnos, y cuando se viaja por el desierto, se usan camellos generalmente. Para evitar cl calor intenso, y para evitar averiguaciones de las tribus ladronas, el viaje se hace por las noches. El guía torna su dirección por las estrellas. El verano es el mejor tiempo para viajar a fin de evitar los muchos inconvenientes que se tienen en los meses de invierno. Cómo se miden a menudo las distancias en el Oriente. Al viajero por las tierras bíblicas, se miden con frecuencia las distancias por unidades de tiempo más bien que por términos de espacio. Se dice que una villa está a tres horas de distancia de otra, porque se necesita ese tiempo para viajar de la una a la otra. En los días del Nuevo Testamento las distancias al viajar se calculaban de una manera similar, era viaje de "tres días”, "camino de siete días”, etc. (Gén. 30:36; 31:23). En los tiempos del Nuevo Testamento, "camino de un día” se menciona y también "camino de un sábado” (Luc. 2:44; Hech. 1:12). Entre los judíos, el viaje de un día era de treinta a cuarenta y cinco kilómetros, pero cuando la compañía era grande era sólo de quince kilómetros; "la jornada de un sábado" era como de tres kilómetros.” Hechos 9:4 4Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Hechos 22:7 7Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Hechos 26:14 14Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?”


En primer lugar debemos analizar que la distancia por tierra entre Jerusalén y Damasco de Siria era de aproximadamente 350 kms., un trayecto que necesariamente le tomaría unos veinte días como mínimo recorrer, y que más prolongado sería de regreso debido a que llevaría consigo a todos los cristianos que hubiese podido capturar. La distancia actual entre ambas ciudades es de 450 kms. entre ida y vuelta. Pablo y sus compañeros cayeron a tierra (Hechos 26:14), y una voz, que se identificó como Jesús de Nazaret, le preguntó: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?", y añadió: "Dura cosa te es dar coces contra el aguijón". Hechos 9:7 7Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz pero no veían a nadie. Hechos 22:9 9Los que me acompañaban vieron la luz, pero no percibieron la voz del que me hablaba. Hechos 26:16 16Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar. ¿OYERON O NO OYERON LA VOZ? Hechos 9:7 y Hechos 22:9 Samuel Vila responde en “Explicación Dificultades Bíblicas”: Para algunos ha sido un tropiezo lo relatado en los Hechos en orden a la conversión de Saulo. Se dice en el capítulo 9: 7, que (los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas no viendo a nadie». Pero dice Pablo mismo, capítulo 22: 9: «Los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz y se espantaron, mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo. » No faltará quien diga que aquí hay contradicción palmaria y evidente.


Sin embargo, no hay tal contradicción. Hasta nos atrevemos a afirmar que una persona versada en el original griego, podrá leer los dos pasajes sin notar contradicción alguna. Pero creemos que no habrá necesidad de explicar gramática griega para aclarar este asunto. Acordémonos tan sólo del uso y significado doble o triple de ciertas palabras de nuestro propio idioma, y pronto comprenderemos el caso. Los griegos, como los hebreos y nosotros, usaban la palabra oír en el sentido de oír y de entender o también “no perder ripio”, y aun de obedecer. Así es como los compañeros de Saulo pudieron oír y no oír, es decir, pudieron oír el sonido o el ruido, pero no entender o distinguir las palabras pronunciadas. Por otra parte, nos dicen los diccionarios griegos que la palabra voz también tiene dos significados: primero: sonido, tono; segundo: voz, a saber, sonido de palabras pronunciadas. Resulta, pues, que todos oyeron la voz en el sentido de sonido meramente; pero la voz, en el sentido de palabras pronunciadas, no la oyeron todos. Esto fue reservado a Saulo sólo. ¿QUÉ DEBO HACER DESPUES DE ESCUCHARTE? Abrumado por esta manifestación del Cielo, preguntó qué debía hacer. La voz le ordenó ser testigo para Cristo entre los gentiles (Hechos 26: 16, 17). Se le instruyó que entrara en Damasco, donde recibiría instrucción adicional. Entretanto, sus sorprendidos y atemorizados compañeros de viaje se habían levantado del suelo (Hechos 9:7), pero no entendían lo que pasaba, porque aunque veían la luz y oían la voz, no podían comprender lo que ella decía (Hechos 9:7; 22:9). Al incorporarse, Pablo descubrió que estaba ciego. Hechos 9:5-6 5— ¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—. 6Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer. Hechos 22:8 8“¿Quién eres, Señor?”, pregunté. “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”, me contestó él.


Hechos 26:15 15Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—. Un mandato del Señor Hechos 9:6, 8 y 9 6Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer. 8Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. 9Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada. Hechos 22:10 y 11 10“¿Qué debo hacer, Señor?”, le pregunté. “Levántate —dijo el Señor—, y entra en Damasco. Allí se te dirá todo lo que se ha dispuesto que hagas.” 11Mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco porque el resplandor de aquella luz me había dejado ciego. Hechos 26:16, 17 y 18 16Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar. 17Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a éstos 18santificados” En esas condiciones, fue conducido por sus compañeros al hogar de un cierto Judas, en Damasco, donde estuvo tres días sin comer ni beber (Hechos 9:8, 9, 11). Mientras oraba, Jesús se le apareció en visión a un cristiano llamado Ananías y le indicó que fuera a la casa de Judas, en la calle llamada "la Derecha", donde encontraría a Pablo, quien había recibido una visión acerca de su visita. Ananías, con todo respeto, le recordó a Jesús las persecuciones de Saulo, pero se le informó que el anterior perseguidor había sido elegido por Dios (Hechos9: 11-16). Siguiendo las instrucciones, Ananías encontró a Saulo y al imponerle las manos recuperó la vista en forma inmediata, recibió el don del Espíritu Santo y fue bautizado (Hechos 9:17, 18).


Hechos 9:17-19 17Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» 18Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado; 19y habiendo comido, recobró las fuerzas. Saulo pasó varios días con los discípulos que estaban en Damasco, Hechos 22:13-16 13Se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo. 14Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca. 15Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído. 16Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre.”


PREPARACIÓN Y COMIENZO No se sabe cuánto tiempo permaneció en Damasco. El informe parece indicar que fue breve (Hechos 9:19). Sabemos que allí se asoció con los cristianos. También, en armonía con su carácter -y para asombro de quienes lo conocían- comenzó a predicar en las sinagogas al Cristo que había vilipendiado, pero que ahora adoraba (Hechos 9: 19-21). Tan poderosa y convincente era su predicación que ninguno podía derrotar su lógica o negar su poder (Hechos 9:22). Hechos 9:20-22 20y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. 21Todos los que le oían se quedaban asombrados, y preguntaban: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?» 22Pero Saulo cobraba cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías. En el relato de Hechos se omite el siguiente acontecimiento de la vida de Pablo, pero él lo menciona en Gálatas: allí cuenta que después de su conversión y su primera breve campaña de evangelización, se fue a Arabia (Gálatas 1:17) antes del viaje a Jerusalén (Hechos 9:26; Gálatas 1:18). Gálatas 1:17 17Tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui de inmediato a Arabia, de donde luego regresé a Damasco. Hechos 9:26 26Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera discípulo.


Gálatas 1:18 18Después de tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro, y me quedé con él quince días. La región exacta identificada como Arabia es desconocida (aunque muy probablemente haya sido el país de los nabateos), y tampoco se sabe cuánto tiempo estuvo allí. Este período de retiro le dio tiempo para meditar acerca del gran cambio que había ocurrido en su vida, y la soledad le permitió reexaminar, con oración y cuidado, todo el fundamento de su nueva convicción a la luz de las Escrituras, y así afirmar para siempre su fe en Cristo y su evangelio. Después de este tiempo de aparente inactividad, regresó otra vez a Damasco (Gálatas 1:17), donde se retoma la narración de Hechos 9. Parece que reanudó la predicación en las sinagogas con el mismo resultado de antes (Hechos 9:22). En consecuencia, los judíos hicieron planes para asesinarle (Hechos 9: 23, 24). En este intento fueron apoyados por el gobernador de la ciudad, quien servía bajo el rey nabateo Aretas (2 Corintios 11:32, 33). 2 Corintios 11:32, 33 32En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas mandó que se vigilara la ciudad de los damascenos con el fin de arrestarme; 33pero me bajaron en un canasto por una ventana de la muralla, y así escapé de las manos del gobernador. Como éste gobernaba esa región, tal vez entre el 37 d.C. y c 54 d.C., el incidente debió haber ocurrido en algún momento dentro de ese período. Sin embargo, los soldados que vigilaban las puertas para impedir que escapara de la ciudad vieron frustrados sus propósitos, porque algunos creyentes bajaron a Pablo en una gran canasta desde una ventana de una casa construida sobre el muro, permitiéndole así escapar de sus enemigos (Hechos 9:25; 2 Corintios 11:33) Hechos 9:25 25Pero sus discípulos se lo llevaron de noche y lo bajaron en un canasto por una abertura en la muralla.


PABLO SIGUE SU CURSO Aunque para la época en que Pablo fue a Jerusalén había sido cristiano por un tiempo, los apóstoles, al igual que Ananías antes que ellos, sintieron que aquello era difícil de creer. Sólo cuando Bernabé (“el Hijo de Consolación”, o “aliento”), a quien habíamos encontrado antes en 4:36, se responsabilizó por él, los discípulos estuvieron dispuestos a aceptar al ex perseguidor de la iglesia. Como ocurrió en Damasco, los opositores de Pablo pronto procuraban matarle y por su propia protección los hermanos lo mandaron lejos a su propio país, de donde Bernabé lo traería de vuelta según Hechos 11:25. Con esta pausa en la persecución, Lucas también pone fin a esta historia con un resumen general. Por supuesto, como resultado de todo lo que ha descrito hasta entonces, la compañía de los creyentes había crecido desde un pequeño grupo en un aposento alto hasta ser la iglesia... por toda Judea, Galilea y Samaria.



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