DEUS EX MACHINA Ensayos sobre las nuevas tecnologías desde la filosofía Víctor Marcos Hernández textosdebabel.ediciones
DEUS EX MACHINA1 EL OJO COMO MOTOR PERSPECTIVISTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRAS ESTRUCTURAS MENTALES ARTIFICIALES2 Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo… Ludwig Wittgenstein El mundo que conocí ya no existe, y el que ahora padezco se está desvaneciendo… Carlos Monsiváis Mientras estábamos ocupados, parecía que el mundo había empezado a desmoronarse… Superman
El trabajo de Marc Depaepe permite una serie de reflexiones en torno a la educación desde la perspectiva historiográfica, ya que él maneja dicha perspectiva en el desarrollo de su texto, llevando a cabo un repaso de cómo se ha ido construyendo el pensamiento educativo a través del tiempo, y para esto va a plantear una serie de ideas que nos llevan a esa evolución escolar, evolución ya no natural, sino artificial a causa de la estructuración de los conceptos que la construyen. El autor se acerca a la realidad escolar desde la perspectiva historiográfica, y nosotros nos acercamos a su texto desde una lectura-pensamiento-escritura-interpretación, es decir, una forma de hermenéutica. Lo que él llama perspectivismo sería una posición frente a lo que se lee, una forma de leer o acercarse a la realidad, es decir, como él mismo señala, “Nuestra observación de la “realidad” se lleva a cabo literalmente desde un “punto de vista” 1
Con este título tratamos de hacer referencia a la paradoja de la unión de lo artificial con lo natural, que es de lo que tratará nuestro análisis y que nos ha parecido el punto más importante del trabajo estudiado. Significando Dios que surge de la máquina para nosotros es la metáfora de surgimiento de la naturalidad humana a partir de su relación con la tecnología, la unión de la carne con la máquina, y que representa, desde nuestra perspectiva, una de las más importantes ideas que se pueden llegar a construir para reestructurar todos nuestros paradigmas, reconstruir todas nuestras estructuras mentales. Nuestra época es de un mundo sumergido en la realidad virtual orgánica, es decir, que permanece sobre el mundo mismo. Pero al mismo tiempo creemos que el único lugar donde habitan estas metáforas, la máquina humana, el cuerpo artificial, la carne tecnológica, es en el lenguaje, en la imagen que se construye con palabras, en la metáfora. 2 Las estructuras mentales, desde nuestra perspectiva, es la conformación del pensamiento, de las ideas, de la forma en que utilizamos los conceptos, y de hecho, para nosotros los conceptos son como herramientas mentales que permiten la construcción de nuevos pensamientos, de nuevas ideas, y estas ideas o pensamientos, terminan siendo como cajas de herramientas. A partir de los conceptos como herramientas es como se amplía el horizonte de conocimiento, de ahí que pensemos en la tecnología como factor importante para la transformación del horizonte de conocimiento, de nuestras estructuras mentales.
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determinado (biológico, histórico, social, cultural, ideológico)”3. Este perspectivismo que Depaepe maneja lo llegará a sustentar dentro de su mismo texto con Nietzsche, “solo existe un conocimiento perspectivista, puesto que no se puede pretender que un “ojo” no tenga enfoque, que convirtiera el ver en no “ver algo”. Pero “cuantos más ojos, distintos ojos seamos capaces de usar para una misma cosa, más completo será nuestro “concepto” de esta cosa, nuestra “objetividad””4. La idea de Nietzsche trata acerca del cómo nos acercamos a la realidad y cómo la pensamos e interpretamos, pero no debemos pensar que un día vamos a poder comprender, de forma absoluta, lo llamaría lo real; lo que Nietzsche hace realmente es señalar la imposibilidad de comprensión en el hombre acerca de lo que son verdaderamente las cosas, y utilizamos otra lectura suya para ejemplificar nuestra posición, “Si pudiéramos entendernos con el mosquito, nos daríamos cuenta de que también él navega en el aire con este mismo pathos y siente en sí el centro volador del mundo”5. Pero ahora veamos algo. En el párrafo anterior se ha dicho que si existieran muchos ojos (muchas perspectivas desde el perspectivismo), entonces podríamos acercarnos de mejor forma a la realidad, pero al mismo tiempo, cada ojo representaría una perspectiva ante el objeto analizado. Ahora pensemos por un momento: nadie puede decir que tiene la respuesta absoluta; pueden darse muchos significados para interpretar un concepto, y quizá todos estén bien, y al mismo tiempo, quizá todos estén mal, precisamente porque cada “ojo” tiene su propia perspectiva al responder. Para clarificar todo lo dicho anteriormente nuevamente leemos a Nietzsche cuando nos dice que al hombre “le cuesta reconocer que el insecto o el pájaro perciben un mundo totalmente diferente al del hombre, y que plantear la pregunta sobre cuál de las dos percepciones (o perspectivas) es la más correcta carece de sentido, ya que para valorarlo se requeriría del parámetro de la percepción correcta (u objetiva), parámetro que no existe. En sí, me parece que la percepción correcta (u objetiva) – es decir, la expresión adecuada (un lenguaje absoluto que hable o diga lo totalmente verdadero, sin posibilidades de que exista un error) del objeto en el sujeto – resulta ya un 3
Todo nuestro análisis está basado en el texto de Marc Depaepe, “Perspectiva histórica de la continuidad y el cambio en la historia de la escuela: ¿una paradoja de la “nueva” historia cultural de la educación?” en Pensar críticamente la educación escolar: perspectiva y controversias historiográficas, Juan Mainer (coordinador), Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2008. Señalamos que a partir de ahora únicamente señalaremos la cita en el trabajo de Depaepe como sigue, ejemplo: Depaepe pag. 175, ya que nos basamos en su texto durante todo el desarrollo de nuestro análisis. 4 Depaepe pag. 182 5 Friedrich Nietzsche, Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral, http://www.lacavernadeplaton.com/articulosbis/verdadymentira.htm
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absurdo contradictorio: porque entre dos esferas totalmente diferentes, como son el objeto y el sujeto, no existe ninguna causalidad, ninguna corrección, ninguna expresión, sino, cuando mucho, un comportamiento estético; me refiero a una transferencia apenas esbozada, a la traducción trastabillante a un idioma totalmente desconocido”6. Todo esto que venimos comentando acerca de la perspectiva del ojo con respecto a la realidad, se relaciona con la lectura de Depaepe al encontrar que él señala una imposibilidad de construir la historia definitiva de la educación, y lo sostiene con su parágrafo, “Estoy convencido de que si no somos capaces de apreciar la relatividad de las categorías que utilizamos, corremos el riesgo de no ganar nada y de perderlo todo”7. Diríamos que aquí, apreciar la relatividad de las categorías que utilizamos no es otra cosa que lo que venimos mencionando acerca del “ver”, de la posición del “ojo” o “pensamiento” al momento de valorar los elementos de lo real, y hemos fundamentado nuestro discurso tanto en el texto de Depaepe como en los textos de Nietzsche, porque hemos encontrado en ambos autores una crítica que permite “mirar” la relatividad de nuestras categorías o de nuestros conceptos claves o herramientas conceptuales como parte de aquello que nos permite entender el mundo al conformar una perspectiva. Además, Depaepe va a mencionar la estructuración artificial de la historia, “la realidad histórica no es una realidad especificada a priori, sino una realidad que solo existe en la interpretación, por lo tanto, a posteriori. El historiador construye el pasado dentro de los límites de la tradición historiográfica […] parten de una colección de datos, construida de forma artificial, que están agrupados (y reagrupados) en un texto, y este texto… mediante su propia estructura y construcción, encierra en sí mismo una… (unidad de significado)”8. Esta construcción de la historia, o la artificialidad del dato histórico, la plantea Popkewitz de la siguiente forma, “Los cambios en el significado de la historia no son una progresión en el entendimiento humano, sino cambios en los principios de clasificación y razonamiento que son socialmente construido”9. Este fragmento nos habla sobre la artificialidad que va a transformar todo el pensamiento del hombre.
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Ibid. Depaepe pag. 173 8 Depaepe pag. 175 9 Thomas S. Popkewitz, “La producción de la razón y el poder: historia del curriculum y tradiciones intelectuales”, pag. 101, en Historia cultural y educación : ensayos críticos sobre conocimiento y 7
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La construcción del dato histórico para darle sentido a la realidad también forma parte del perspectivismo, que es la mirada del ojo que construye, en su palabra, la realidad de lo analizado. Pero además hemos mencionado que el perspectivismo nunca podrá llegarse a ser la objetividad por excelencia, e incluso, está en contra de la objetividad absoluta, más bien es la suma de muchas subjetividad: la objetividad es un ojo que mira globalmente el cosmos y su palabra es absoluta y puede nombrarlo todo, pero ni existe ese ojo absoluto ni existe esa palabra que tiene el poder de nombrarlo todo. También se ha mencionado los ejemplos de Nietzsche en cuanto a la mirada del mosquito, que como el hombre mismo, percibe su volar y su ser en sí mismo como el centro del universo, y la perspectiva del insecto y del ave como otras tantas perspectivas que señalarían su idea como la más cercana a la realidad. El texto de Depaepe, entonces, nos permite quebrar con toda idea de lo absoluto, de lo objetivo, y permite que el pensamiento se construya de otra forma por medio de lo subjetivo. Depaepe va a mencionar la idea de paradigma, que es la construcción de una cierta percepción y que se toma como medida para entender lo real. El paradigma, desde nuestra perspectiva, se conformará en base a las experiencias, a las herramientas conceptuales, a las ideas que se tengan en mente, al conocimiento que se haya construido, incluso a la cultura a la que se pertenezca. Depaepe menciona acerca del paradigma de Kuhn, “usó el término “paradigma” en el sentido de una aproximación modelo, una “matriz disciplinaria” de entidades coherentes de leyes, teorías, aplicaciones e instrumentos que corresponde al consenso de un grupo determinado de científicos sobre los conceptos básicos existentes de la disciplina que los une, los problemas que deben estudiarse en ella y el modo en que se debe tratar todo esto”10. Como se puede observar, el paradigma, para Kuhn, es la construcción de una perspectiva sostenida por muchas miradas científicas. Más adelante Depaepe menciona que “La transición entre un paradigma y otro, sostiene Kuhn, trae consigo una situación de crisis de la que puede surgir una nueva forma de ciencia “normal”… esta transición no es un proceso acumulativo. Se trata más bien de un “sobre” que encierra los puntos de partida para la redefinición del campo de especialización”11.
escolarización / coord. por Thomas S. Popkewitz, Barry M Franklin, Miguel Angel Pereyra-García Castro, 2003, ISBN 84-87682-44-8 10 Depaepe pag. 183 11 Depaepe pag. 184
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Nosotros utilizamos la idea del paradigma kuhniano para continuar con la conformación de nuestro lenguaje de análisis. El paradigma es la construcción de una estructura mental. El hombre construye una serie de estructuras mentales que conforma lo que llamaríamos su mundo lingüístico, es decir, aquel mundo mental que le permite comprender el mundo que le rodea e interpretarlo de tal forma que puede llegar a llamar mundo de lo real a lo que percibe, piensa e interpreta. La realidad, diríamos, es un cúmulo de datos que tenemos ya asimilados y que nos permiten comprender el mundo, y al hombre mismo. Pero como señala el párrafo anterior, para cambiar una idea paradigmática, es decir, una idea que nos permita medir y comprender el mundo de lo real, es necesario experimentar una crisis de conocimiento, o lo que llamaríamos, un conflicto cognitivo, es decir, un conflicto de conocimiento, que se traduciría como qué es aquello que está frente a mí y cómo llamarle. Cuando he logrado saber qué es aquello y cómo le he de llamar, entonces puede ser que mis estructuras mentales paradigmáticas sean transformadas, o definitivamente desechadas. Existen elementos de todo tipo que nos llevan a esta crisis o conflicto cognitivo. Un ejemplo: en nuestros días la tecnología es la que nos permite una transformación o reemplazo de nuestras estructuras mentales paradigmáticas. Lo explicaríamos como sigue: La tecnología ha permitido que el horizonte del conocimiento del hombre se amplíe en sus posibilidades, es decir, el hombre ha construido un dispositivo lo suficientemente poderoso como para estructurar todo un entorno cultura, y este dispositivo ha llevado a la transformación de la epistemología humana: la tecnología transforma la cosmovisión del hombre. Pero, ¿qué importancia puede tener hablar de la tecnología en todo esto que hemos venido desarrollando? Responderíamos en el orden siguiente: si leemos en Nietzsche “"¿Preguntáis qué ha sido de Dios?" gritó. "¡Os lo voy a decir. ¡Lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! ¿Cómo fue esto? ¿Cómo pudimos vaciar el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar todo el horizonte? ¿Qué hicimos al desatar esta Tierra de su Sol? ¿Hacia dónde se desplaza ella ahora? ¿Adónde vamos? ¿Nos vamos alejando de todos los soles? ¿No estamos cayendo continuamente? ¿Hacia atrás, hacia un costado, hacia adelante, hacia todos lados? ¿Existe todavía un arriba y abajo?”12; desde este
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Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, aforismo 125 http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-25032009000400004&lng=es&nrm=iso
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lenguaje poético que se presenta para analizar, desde nuestra perspectiva, el paradigma de Dios en el mundo, y a partir de este paradigma, en su muerte (la muerte de Dios es la muerte de la posibilidad de analizar de forma absoluta la realidad y la imposibilidad de dar una respuesta acertada, total, sobre lo que es la realidad, es decir, Dios había sido, hasta ahora, el paradigma absoluto para medir lo real), mencionar que han muerto todas las posibilidades de entender de forma absoluta, entonces diríamos que esta es la forma de explicar aquello que ya mencionamos más arriba, (al hombre) le cuesta reconocer que el insecto o el pájaro perciben un mundo totalmente diferente al del hombre, y que plantear la pregunta sobre cuál de las dos percepciones (o perspectivas) es la más correcta carece de sentido, ya que para valorarlo se requeriría del parámetro de la percepción correcta (u objetiva), parámetro que no existe. Parece que nos alejamos de lo que Depaepe ha desarrollado en su discurso, pero no es así, al contrario, estamos tratando de analizar el punto central de su texto, que para nosotros es la artificialidad matizada, la artificialidad de la escuela como elemento histórico natural. Como él mismo señala, “Todas las disciplinas científicas – incluida la historia de la educación – están constantemente sujetas a cambios”13. Es, también, lo que ya señalábamos con Popkewitz, cambiar la comprensión de la historia no es una evolución del pensamiento humano, sino simplemente una forma distinta de ordenar los datos, y él mismo da un ejemplo, “No fue sino hacia finales del siglo XVIII cuando las pirámides se convirtieron en objetos de investigación. Para preguntar sobre estas piedras necesitó primero una autorreflexión, por la cual la gente pudiera preguntarse cómo el conocimiento y las instituciones se construyen socialmente más que estar dadas teológicamente. Antes de ésta época las pirámides eran bloqueas de piedra, inadvertidos, en el desierto… A principios del siglo XVIII las pirámides eran lugares por los que pasaba la gente y escribía graffitis. Las pirámides no se convirtieron en hechos de estudio histórico hasta que los europeos se comenzaron a hacer preguntas acerca de éstas, primero como ejemplares de una civilización, y luego como artefactos de las tumbas de quienes podían pagarse tales entierros”14. Y más adelante Popkewitz vuelve a mencionar, “A medida que historizamos (es decir, que transformamos el dato que está ahí en dato histórico con significado) la
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Depaepe, pag. 173 Thomas S. Popkewitz, Op. cit. pags. 99, 100
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colocación de las pirámides egipcias en una narrativa con respecto al desarrollo, nos damos cuenta de que las interpretaciones históricas no son únicamente positivistas y que han sido concebidas alrededor del dato. […] ¿Cómo ha sido construido este razonamiento? La razón histórica implicó un nuevo espacio epistemológico que percibe al mundo como estructuras organizadas que tienen vínculos y funciones relacionadas con otras en el surgimiento de las sucesiones”15. Llegamos entonces al punto central de Depaepe y es el de la escuela. En algunos momentos se ha intentado visualizar a la escuela como un objeto dado de forma natural en el mundo, como un elemento social necesario y de una esencia casi divina. Vemos esto con las palabras de Depaepe, “La educación vino a ser la versión secularizada del mensaje eclesiástico de la salvación: a modo de rito excepcional de iniciación, la escuela prometía progreso y salvación para el individuo y la nación. […] Esta difundía y encarnaba como institución valores tales como la moldeabilidad del individuo y de la sociedad, la consiguiente creencia en el progreso, así como la racionalidad científica de este sueño modernista”16. Pero entonces entra en juego otra perspectiva, otra idea sobre la escuela, “La escuela no existió siempre, de ahí la necesidad de determinar sus condiciones históricas de existencia en el interior de nuestra formación social… En realidad esta maquinaria de gobierno de la infancia no apareció de golpe sino que ensambló e instrumentalizó una serie de dispositivos que emergieron y se configuraron a partir del siglo XVI. Se trata de conocer cómo se montaron y afinaron las piezas que posibilitaron su constitución” 17. Aquí tenemos dos perspectivas diferentes en cuanto al surgimiento de la escuela como dato histórico: la primer perspectiva menciona que la escuela era dada de forma divina para mantener el mensaje de la salvación del hombre por medio del progreso, la otra perspectiva menciona a la escuela como una construcción en algún momento de la historia para construir un cierto individuo social, y es vista como maquinaria de gobierno para la humanidad. En cuanto a estas dos perspectivas, lo que leemos es acerca del dato histórico y la interpretación del mismo, y aquí vemos la construcción de la perspectiva escolar, y la construcción de la escuela como mito. Al decir la construcción de la perspectiva escolar, hacemos referencia
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Ibid. pag. 101 Depaepe, pags. 186, 187 17 Fernando Álvarez-Uria y Julia Varela, “La maquinaria escolar”, en Arqueología de la escuela, Ediciones La Piqueta, Madrid 1991, pag. 14 16
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al hecho de que la visión de la escuela como construcción se manifiesta en determinado momento, teniendo una fecha precisa; en cuanto a la construcción de la escuela como mito, la idea es la de la escuela como elemento natural dado por una evolución divina en la sociedad. Hasta aquí los ejemplos sobre la construcción del dato histórico. Pero volvamos a la tecnología, que hoy en día es una de las formas que mayor influencia tiene en el pensamiento del hombre posmoderno. Evandro Agazzi, en su ensayo El impacto epistemológico de la tecnología, nos habla de la tecnología como sigue, “La tecnología y la ciencia moderna están estructuralmente conectadas […] Son situaciones artificiales […] la tecnología es un elemento estructural del conocimiento científico moderno, porque en éste son necesarios, por un lado, conceptos, y por otro, tecnologías que conecten los conceptos con sus referentes. El impacto tecnológico sobre el conocimiento científico es, pues, relevante en tres direcciones: control teórico de la experiencia, comprobación del éxito de la predicción y constitución del ámbito de objetos”18, y más adelante menciona algo que es importante para nosotros, “la técnica es precisamente esto y consiste básicamente en la construcción por parte del hombre de un "entorno artificial" para su vida. Por consiguiente puede afirmarse que, hasta un cierto punto, el reino de lo artificial es lo natural para el hombre, pues lo artificial es el signo distintivo del hombre frente a los demás animales (es decir, lo que caracteriza a su naturaleza propia). La manera típica de vivir del hombre es la manera técnica, no hay vida que pueda considerarse humana en un sentido específico que no posea los primeros rudimentos de la técnica. Además, la técnica no se limita a asegurar al hombre este mínimo para sobrevivir, pues cada necesidad típica de éste lo impulsa a producir otros aspectos artificiales que ensanchan el dominio técnico. Por eso, no es aventurado decir que todas las dimensiones culturales, entendidas en un sentido sociológico, se encuentran condicionadas por la técnica, y que el mundo del hombre, en su conjunto, es una cierta articulación de la técnica” 19. El análisis de Depaepe, como dijimos al principio, permite una serie de ideas que aquí estamos tratando de analizar, y en este caso, aun cuando en su texto lo que se está estudiando es a la escuela desde la perspectiva historiográfica, nosotros nos mantenemos en la perspectiva del análisis al sentido del texto, que es una cierta forma de hermenéutica. 18
Evandro Agazzi, El impacto epistemológico de la tecnología, http://www.argumentos.us.es/numero1/agazzi.htm 19 Ibid.
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Así, diríamos, el texto de nuestro autor, como ya señalábamos, trata sobre la artificialidad, pero sosteniéndonos del párrafo anteriormente señalado, la artificialidad es la naturalidad del hombre, “hasta cierto punto, el reino de lo artificial es lo natural para el hombre, pues lo artificial es signo distintivo del hombre… La manera típica de vivir del hombre es la manera técnica”. La escuela, entonces, naturalmente es artificial (jugaríamos nuevamente con la idea de la artificialidad y la naturalidad). Pero nos separamos completamente de la escuela y nos quedamos en la tecnología como elemento paradigmático. No que nuestra intención sea dejar de lado la escuela, pero creemos que ella está constituida por una serie de técnicas que terminan por construir una tecnología, y como en toda tecnología, la maquinaria escolar contiene diferentes dispositivos que van a construir al estudiante como un tecno-humano. Como le llamaría Depaepe, la escuela va a construir “cuerpos en máquinas”. Jugando un poco con la idea de la ciencia ficción como herramienta conceptual para pensar dentro de nuestro análisis, veríamos a la escuela como esa máquina que construye cuerpos robóticos, estudiantes artificiales, cyborgs; en la construcción de esos tecnohumanos los dota de una esencialidad artificial que dará como resultado un nuevo paradigma, una nueva estructura mental, construyendo una ontología tecnológica. Estructurando este pensamiento y utilizando la tecnología como metáfora para pensar en la escuela, nuestra perspectiva vuelve a cambiar, nuestros paradigmas se plantean de nuevo y la cosmovisión se transforma. Además, pensar en la escuela desde la perspectiva de la ciencia ficción (tratando de utilizar de manera rigurosa a la ciencia ficción) nos permite ir más allá del análisis a la escuela como elemento dado de forma natural dentro de la historia y lo vemos como una construcción hiperartificial. Esta perspectiva, que como todas, es artificial, la estamos construyendo a partir de nuestra idea sobre el “ojo” o sobre la “mirada”. El ojo como medio para ver, pensar, comprender e interpretar el mundo de lo real, permite que el mundo lingüístico, del que ya habíamos hablado más arriba, se estructure constantemente, y las estructuras mentales cambian casi de forma infinita. Ya hemos hablado de la perspectiva del mosquito, del insecto y del ave, en cuanto a las palabras de Nietzsche; diríamos, además, que el ojo tiene una perspectiva y esta se da en la forma de ver: el ojo observa, el ojo nos ayuda a medir, el ojo contempla el espacio, y diríamos que es el ojo el que nos lleva a pensar en el arriba, en el abajo, en el atrás, en el 9
delante, y es la posición del cuerpo la que hace que el ojo vea de la forma en que ve, es decir, si estoy de frente a un objeto diré que estoy delante del objeto, pero si mi posición es detrás del objeto, diré que el objeto está frente a mí, dándome la espalda o que yo estoy detrás del objeto. El arriba para el ojo depende de la posición del cuerpo, y si yo estoy de cabeza, el arriba se transforma en el abajo. Lo ejemplificamos con dos imágenes:
Si observamos en la imagen, el hombre, que se encuentra al inicio la construcción de edificios, observa, “ve” de una forma normal, pero es todo el trazado dentro del dibujo el que lleva a que el ver del hombre se encuentre distorsionado, ya que, como podemos observar, todo está formado por paredes, azoteas, puertas de entrada y salida, pero llega un momento que una puerta de entrada puede ser de salida y que dicha salida conduzca al suelo de una de las construcciones, que será el techo de la otra construcción y en determinado momento el mismo suelo es el techo. Esta imagen lleva a un pensamiento crítico sobre la mirada, sobre lo relativo de nuestra posición en el ver, sobre la relatividad de los conceptos que utilizamos para entender la realidad, o el mundo de lo real, como lo hemos llamado. Esta imagen, como la anterior, también es una crítica a la manera en que vemos. Preguntaríamos, ¿qué podemos observar dentro del grabado de Escher? Vemos un grupo de personas que están unidas (tal parece que están unidas) en el espacio y el tiempo, que permanecen dentro del mismo “mundo”, pero al observar de mejor forma descubrimos que nuestra idea del mismo mundo, de la misma posición en el mirar, se quiebra en el momento en que vemos los dos cuerpos que bajan y suben. La separación de dichos cuerpos es imperceptible porque parece que no existe, pero ninguno de los dos invade el espacio del otro. Jugaríamos con dicha idea y diríamos que al pasar uno al lado del otro se causaría un efecto devastador. Pero, ¿qué más nos permite pensar que no pertenecen al mismo “mundo” aun cuando permanecen en el mismo espacio tiempo? Las posiciones que toma la luz, que también se vuelve elemento de análisis y rompe nuestra capacidad de percepción: los diferentes 10
momentos que vemos afuera de la casa de nuestro dibujo muestran al sol y la sombra que produce este de una forma totalmente imposible, ya que cada uno de los lugares de sol y sombra están en posiciones imposibles. El sol de en medio no podría reflejar el mundo de la izquierda ni el de la derecha, ya que las sombras no corresponden al sol medio, ni tampoco el sol izquierdo puede ser el sol derecho, ya que la posición de sus sombras haría imposible que un mismo sol alumbrara los dos lugares al mismo tiempo. Es por medio de estos elementos: el sol, la sombra, la posición de los dos hombres (uno subiendo y otro bajando en el mismo plano, en el mismo espacio y tiempo), que nosotros señalaríamos la imposibilidad de unir todos estos mundos. Pero, ¿qué relación tiene la tecnología con la forma de ver, con el ojo, y cómo afecta, relacionándose el ojo y la tecnología, al conocimiento? Volviendo a Evandro Agazzi, “Recuérdese, por ejemplo, la historia del aristotélico Cremonini, profesor de la Universidad de Padua en la época en que Galileo también se encontraba allí; éste último había observado los satélites de Júpiter y comenzado a desarrollar un primer esbozo de astronomía que preparaba el camino para aceptar científicamente la teoría copernicana. Son bien conocidas las dificultades suscitadas al respecto, al colisionar tal propuesta con el espíritu de la física aristotélica aceptada comúnmente entonces. Galileo invitó a Cremonini a mirar por el telescopio asegurándole que vería lo que él había visto, pero éste le dio una respuesta negativa, lo que se acostumbra a ridiculizar sobremanera, alegando que no quería hacerlo porque no deseaba confundirse en sus ideas. Pero de esta contestación no es justo reírse, porque un principio fundamental de la metodología científica de toda la tradición clásica era el siguiente: "non fit scientia per visum solum", no hay ciencia, o saber, sólo a través de la vista u observación. En verdad, este principio es realmente sagrado, pues si sólo se tiene confianza en la vista el error aparecerá cientos de veces. Por eso, el hecho de que, mirando a través del telescopio, se pueda ver algo, no me garantiza nada, ya que se ha de justificar ese conocimiento. Galileo no conocía por qué el telescopio le acercaba la realidad, pues no sabía la justificación óptica del mismo, la cual fue más bien desarrollada por Kepler. […] Este caso nos previene de que la observación científica no es una simple observación que se lleva a cabo abriendo tan sólo los ojos, sino que es una observación que pasa necesariamente a través de instrumentos”20. 20
Ibid.
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Este es el momento en que dentro de nuestro análisis convergen el perspectivismo del que habló Depaepe, es decir, la posición del ojo para construir un punto de vista, y la tecnología como elemento de construcción epistemológica, de construcción de estructuras mentales, de conformación de nuestro mundo lingüístico. Vemos en la historia que nos cuenta Agazzi la relación de la mirada con la tecnología, y de cómo esta última influye sobre la primera, cuando menciona, “Galileo no conocía por qué el telescopio le acercaba la realidad”, y también se menciona que “la observación científica no es una simple observación que se lleva a cabo abriendo tan sólo los ojos, sino que es una observación que pasa necesariamente a través de instrumentos”. Pensaríamos en la tecnología unida al ojo y entonces recordamos una cita de Freud, “El hombre ha llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo…”21, y también recordamos otro fragmento de Mcluhan, “Todas las palabras (y los lenguajes) son artefactos”22. Al contemplar de este modo la tecnología, comenzamos a comprender por qué es un elemento paradigmático que reestructura nuestras estructuras mentales y nos permite construir mundos lingüísticos totalmente nuevos: se nos dice que “la computadora ha cambiado no sólo el arte, sino también nuestro modo de relacionarnos con el mundo”; además encontramos estas ideas: “Las máquinas con las que se construye la escritura influyen tanto en la estructura de la literatura como las influencias de otros autores. De hecho, podría ser que uno de los factores determinantes de la forma y el contenido de la literatura sean las máquinas en que se produce la textualidad, y que esta influencia sea mayor que la de la Tradición literaria. […] El software nos ha influido más que Pablo Neruda, T.S. Eliot o Platón. Las máquinas son nuestros verdaderos madres y padres intelectuales: construyen los patrones mentales y manuales con los cuales estructuramos el lenguaje. […] Bill Gates es nuestro Cervantes. […] Metafóricamente, escribir conectado a la red, interactuar con la internet mientras escribimos convierte a todos los que están conectados al mismo tiempo en un entramado de escrituras creándose simultáneamente. Todos, conectados a la terminal, nos convertimos en los tentáculos de un
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Sigmund Freud, El malestar en la cultura, Alianza Editorial, Madrid 1986, pag. 35 Marshall y Eric McLuhan, Leyes de los medios. La nueva ciencia, Alianza Editorial Mexicana, CONACULTA, México 1990, pag. 141 22
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gran pulpo hiperactivo que funciona todo el día, produciendo escritura, consumiéndola, subiéndola, bajándola, enviándola, almacenándola, perdiéndola”23. La tecnología ha extendido todos nuestros sistemas de pensamiento, y principalmente, desde nuestro análisis, la tecnología ha permitido que nuestro ojo se extienda en su mirar hasta llegar al infinito universo y al vastísimo microcosmos. Toda tecnología es una extensión de nosotros mismos, como ya lo vimos en Freud, el hombre, con la tecnología, se ha transformado en un dios con prótesis, y esta prótesis es todo aquello que ha creado, que ha inventado para acercarse la realidad a tal grado que pueda comprenderla, o dicho de otra forma, construir todo un lenguaje que pueda hablar de ella. Ese dios tecnológico que es el hombre, en su construcción de la tecnología, de su prótesis, también ha construido el lenguaje, tal como vemos en Mcluhan, el lenguaje como artefacto, como una tecnología más que transporta aquello que pensamos. Tanto la idea de Freud como la de Mcluhan nos permiten pensar en la poética del nuevo hombre, del hombre posmoderno, aquel hombre que no deja de ser hombre, pero al mismo tiempo se ha transformado en máquina, un hombre-máquina que extiende todos sus miembros, manos, pies, el pensamiento mismo, el ojo. “Como ya se indicó, todos los artefactos humanos son extensiones del hombre, proferimientos o locuciones del cuerpo humano o de la psique, privada o corporativa. Es decir, son habla, y son traducciones de nosotros, los usuarios, de una forma u otra: metáforas”24. La metáfora permite ir más allá de lo que tenemos frente a nosotros, nos permite pensar más allá incluso de la cosa misma, de la cosa en sí, y lejos de creer que perdemos la capacidad de aprehender aquello que nombramos, diríamos que lo nombra de una forma totalmente poética, porque el lenguaje es poesía, y en este caso, al hablar de los artefactos, de las tecnologías como extensiones de nosotros mismos, de nuestros cuerpos, estamos construyendo la poesía de la maquinaria por el lenguaje que construimos. “El Occidente, descarnado por nuestros medios eléctricos de información, actúa furiosamente, tratando de recuperar su caduca y orgánica primera naturaleza en toda una gama de modos estéticos, desde el feminismo hasta la fenomenología. Y dado que nuestra segunda naturaleza comienza enteramente en nuestros artefactos y extensiones y los campos y las
23
Heriberto Yépez, “Poética PC”, en La Tempestad. Revista de imágenes, letras e ideas, año 5, no. 27, noviembre-diciembre 2002, ISSN: 1405-6895, México, pags. 48-50 24 Marshall y Eric McLuhan, Op. cit. pag. 129
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narcosis que imponen, sus etimologías todas pueden encontrarse en la primera naturaleza, el cuerpo en estado salvaje”25. Mcluhan construye una lista artefactos
de o
tecnologías que extienden el cuerpo del hombre26,
y
en base a esa lista nosotros tratamos de ver algunas máquinas en su proceso de extensión del cuerpo del hombre hacia el mundo de lo real. “En tanto que las formas mecánicas extienden los miembros y los órganos, las tecnologías eléctricas, empezando por el telégrafo, extienden el sistema nervioso y el consciente y el inconsciente de una u otra manera y grado… La tecnología –segunda naturaleza – recupera la primera naturaleza en nuevas formas; es decir, la traslada de una naturaleza a otra; el usuario es el contenido y el proferidor. La tecnología, como extensión/expresión, es habla”27.
25
Ibid. Ibid. 27 Ibid. pags. 130, 131 26
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A modo de conclusión El perspectivismo de Depaepe lo hemos tratado de llevar hasta sus últimas consecuencias haciendo de la tecnología parte elemental de nuestra esencia de hombres, una forma de ontología u ontología tecnológica. Hoy la tecnología nos permite ir más allá de la realidad o mundo de lo real en que habitamos, y vemos al telescopio, al microscopio y a los lentes como metáforas que extienden al hombre en su ser orgánico y en su ser metafísico. La tecnología nos acerca la realidad haciendo que se produzca un cambio paradigmático en nuestra forma de percibir el mundo. Nuevas herramientas conceptuales surgirán de la conformación de este nuevo paradigma, nuevas estructuras mentales se formaran en nosotros, un nuevo mundo lingüístico debe surgir de todo esto, porque hoy vivimos una realidad virtual que ha llenado el mundo, y tal como señalaría Castoriadis, “El mundo –no solamente el nuestro– está fragmentado. Sin embargo, no sea cae a pedazos” (Cornelius Castoriadis, El mundo fragmentado); el mundo que hoy vivimos está sufriendo una transformación que ante nuestros ojos vuelve al mundo de lo real en algo evanescente (“El mundo que conocí ya no existe, y el que ahora padezco se está desvaneciendo”, Carlos Monsiváis). Quizá nuestros viejos conceptos sirvan para llevarnos a la formación de nuevos pensamientos, pero tal como señala Superman, aquel personaje de cómics, “Mientras estábamos ocupados, el mundo se desmoronaba”. El mundo se desmorona ante nuestros ojos, ¿será posible que conformemos un nuevo lenguaje que por fin nos lleve a aprehender el mundo de lo real? Depaepe propone los siguientes temas para la conformación de un nuevo lenguaje que reconstruya todas nuestras estructuras mentales: a) apreciar la relatividad de las categorías que utilizamos; b) todo se encuentra en un constante cambio; c) se observa la realidad desde cierto punto de vista, que es el perspectivismo; d) la construcción del dato histórico tomado como punto de partida para la construcción del dato de lo que es la realidad o el mundo de lo real; e) la construcción de lo real por medio de la artificialidad y esta como lo natural en el hombre; f) el desarrollo de nuevos conceptos nos permitirá un mejor acercamiento a la realidad; g) el paradigma kuhniano como herramienta conceptual para la construcción de nuestras estructuras mentales que darán como resultado nuevas formas de mundos lingüísticos; h) la importancia del lenguaje para el montaje de todo el conocimiento del mundo de lo real, ya que el lenguaje no es un elemento neutro, sino que sirve, 15
precisamente, para la construcción de la artificialidad de lo que se llama mundo de lo real. Nosotros proponemos tres preguntas epistemológicas: a) ¿Dónde está la cometa?28 b) ¿Qué hay en la caja?29 c) ¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?30
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Esta pregunta la tomamos a partir del libro II de El Emilio de Rousseau, donde se cuenta la historia de un padre que al vivir lejos había encargado su hijo a un preceptor y este preparó de tal forma al niño que cuando el padre pregunta a su pequeño hijo, aprovechando que había otros niños volando cometas, “¿Dónde están las cometas de esas sombras?”, el niño sin dudar, sin voltear a ver siquiera, contestó, “En el camino real”, que puede entenderse como el cielo, entre el sol y la tierra, entre ellos y el cielo. El padre estuvo complacido y dio una pensión vitalicia al preceptor. La perspectiva de esta historia, además de ser el punto central, la unión entre los primeros libros y los siguientes dentro de este libro de Rousseau, va hacia la forma en que se mira, la forma en que el ojo percibe y conoce. 29 Esta segunda pregunta la tomamos de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, donde el pequeño Príncipe pide que le sea dibujado un corderito, y el narrador cuenta cómo dibujó varios corderitos y ninguno le parecía bien al pequeño, entonces el narrador comenta que optó por dibujar una caja y en ella, dijo, estaba guardado el corderito que el Principito quería. Esta pregunta se dirige hacia el conocer mismo en cuanto a la abstracción, ya que la caja permitía al Principito decidir sobre la forma que debía tener el corderito. 30 Esta pregunta la hemos tomado del Sombrerero Loco, de Alicia en el País de las Maravillas, y para nosotros es una perspectiva sobre el lenguaje. Cómo hablamos, cómo construimos las imágenes, cómo utilizamos las palabras. La respuesta a la pregunta no radica en el mundo real, sino en el mundo lingüístico, en el mundo construido por el lenguaje.
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