LAS LEGITIMAS DE LA PROTESTAS. “Se añora lo que se ha perdido, aquello de lo que no se puede disfrutar. Es lógico que diga esta evocación nostálgica de tiempos anteriores quien ha cumplido ya años y, junto con la juventud perdida, echa de menos otras costumbres y otras circunstancias que considera preferibles a las presentes.” (Instituto Cervantes.)
No sabemos a ciencia cierta, si es el tiempo, el que hace mella en las mentes, sobre las claridades que se tenían y se defendían incluso con la vida. O es que, como dicen los inventaron la sicología del trabajo… “Hay que supercar la inmadurez juvenil…” Partidarios como son de que la gente, termine siendo instrumento necesario para la producción. El caso es que por estos días de revueltas no solo juveniles, sino climáticas, alguna gente con mucha influencia en los medios, repite la insistente máxima de los corazones marchitos, no solo por el tiempo, porque hay corazones rebosantes de sangre caliente, irrigando verdes esperanzas entre cuerpos de muchachos mayores de cincuenta años… Recuerdo que con la aparición de la guerrilla del M-19, los mismos, otrora revolucionarios de los años cincuenta, decían, palabras más, palabras menos, que ese proceso no era tan legitimo como la gran gesta de los campesinos de Marquetalia, porque no era rural y porque tenía en su conformación “hasta Hippies marihuaneros…” A su vez, me contaban los abuelos, que en las páginas de los períodicos conservadores de los años sesenta, se decía que “Tirofijo” no era un guerrillero sino un “Chusmero vulgar”, abigeo y “roba gallinas”, lejos de tener la intelectualidad y porte heroíco de Fidel Y San Ernesto de la Higuera. Estos mismos, hacia mediados de la década del 40, fueron calificados como una mala copia de los ideales del Partido comunista que enrutó a Mao Tsetung, hacia la revolución cultural China. Pero ya en esta pretérita etapa, la prensa
capitalista norteamericana deslegitimaba esta, frente a la justificada caída de los Zares rusos, por cuenta de los Bolcheviques. La crítica, el celo y el desprestigio entre similares, es terrible, pero de cierta manera entendida como un esfuerzo a veces inconsciente, por incorporarse a la historia humana, desde su propia experiencia, considerada como inmejorable. Sin embargo, la gente enemiga de todos los cambios, a fuerza de no poder negar el derecho y el valioso esfuerzo de los pueblos, por quitarse el yugo oprobioso de la explotación, a regañadientes ha acuñado estas frases, queriendo aparentar un progresismo mentiroso, que defiende revoluciones y revolucionarios, que por razones de tiempo o de distancia, no pueden afectar su hacienda o su arrogancia de clasista. “Esos muchachos de las últimas protestas, no tienen una claridad política, como cuando yo estudié en la Universidad, que cantabamos consignas llenas de sentido…” Sí es cierto, sumercé…, pero esas mismas consignas, con todo y que fueron fruto de engullirse la doctrina y los manuales del Partido, no llegaron al corazón de quien debían llegar, para cambiar el curso de una historia cada día más triste. Bien sea por su lejanía a los valores y prácticas de lo que ustedes denominaban “Las masas”. O por la rabiosa respuesta de una oligarquía que se blindó a sangre y fuego, llevando al martirio a muchos de los – las camaradas. La frase “Los tales muchachos de la “primera Línea”, además de no tener buenos modales, se emborrachan, consumen y expenden Drogas…” Llegó a las salas de redacción de “Notireacción” y en menos de una semana, usted, “Ciudadano de bien”, cambió la justa indignación por el crimen de un – una jóven, que solo pedía oportunidades, personales y familiares, por la más alta exigencia de pulcritud, como condición para otros -no para usted, porque usted mira, critica y espera, sin mover un dedo- para obtener su creencia si quieren hacer una revolución. Olvidando inconscientemente, que este mismo gobierno que puso ese “Grito en el Cielo”en ese noticiero, hace parte del cartel de Drogas más grande del mundo. Situación, ante la que usted, ni siquiera se ha preocupado, mucho menos indignado. Las revoluciones, cuando las hacen los pueblos, no son inmaculadas, porque la misma condición de marginalidad de quienes se liberan, tiene valores y practices antagónicas a los establecidas por quienes ostentan el poder, por eso molestan a los administradores públicos de la pulcritud, a las jerarquías que suben o bajan el pulgar, cuando algo les favorece o no. Desde este punto de vista, toda valoración por parte de la maquinaria creadora de opinion (Los Medios Masivos.) será siempre negativa. Adicionalmente el avance desgraciado de la globalización de la probreza y la concentración de poder económico en pocas manos, se ha acelerado, condenando a cada vez más sectores sociales a una miseria casi extrema, a una desesperanza y deseos de venganza, que no permiten, ni el porte Cubano, Ni la intelectualidad de los movimientos emancipatorios de los años setentas, ni siquiera la pose hippie de finales del siglo XX. “Esa horda de desadaptados…” Tal como los llaman todavía, después de haberse diluído momentaneamente, su presencia en las calles, plazas y ciudades, es la marcha cada vez más creciente de una pobreza, fruto de la avaricia y la delincuencia gubernamental. Es el resultado de la corrupción y la injusticia rampantes que devoran a diario lo que quedó de este que otrora fuera, un país medianamente decente. Su desorden y atrabiliarias maneras de comunicarse, su irrespeto hacia la propiedad privada y riesgo extremo, ausente del miedo a la sanción, la detención, la tortura y no en pocas veces a la muerte, denotan su desesperación, al filo de una elección sin muchas posibilidades, como las que sí temenos, quienes sin ser millonarios, poseemos una cama limpia para descansar y una sencilla comida diaria. Legítimas o no, adecuadas o inconvenientes, elegantes o vulgares, ordenadas o Anárquicas, estas recientes protestas sociales, son el signo de un malestar mundial, leído de manera mal intensionada, por la delincuencia gubernamental, como influenciado por “Fuerzas externas que quieren destabilizar la democracia…” Y esa será su perdición, porque al negar e invisibilizar esa ola gigantesca que crecerá y crecerá, no tendrá salvación, desapareciendo debajo de su paso, junto con los críticos puristas, pertenecientes a otras revoluciones, y con los explotadores que exigen legítimas y pulcras protestas.
Agosto 28. 2021.
MI PATRIMONIO, NO ES TU PARIMONIO. Al tenor de la protesta social, en el inicio del año 2021, se dieron muchas especulaciones leguleyas, por parte de los pseudociudadanos de bien, que en su afán de desestimar una de las escasas vías, que las clases poderosas, han dejado a los sectores populares: Luchar-esta vez de forma simbólicacontra el patrimonio, representado en estatuas, edificios u otros bienes públicos, tomados por sectores estudiantiles, campesinos, obreros e indígenas, como testimonios de episodios vergonzosos como la conquista, la esclavitud, la colonia y en general, casi la totalidad de nuestra oprobiosa suerte como pueblo…
La prensa oficialista, como vehículo de los reaccionarios sectores –poseídos y desposeídos- (Porque hay pobres con síndrome de acaudalados…) Hizo gala de desusados y patrioteros argumentos, en los que se instaba a la caída de “todo el peso de la ley…” sobre los “vándalos”, poniendo además de moda el término, que ha desplazado a “terroristas”, “enemigos de la democracia”, por el daño hacia lo que calificó de “tesoros de la cultura…” El primer olvido o asunto ignorado, es el mismo significado de “Vándalo” en su más simple acepción aparecida en las redes sociales traduce: "perteneciente a la tribu germánica que saqueó Roma en 455 d.C." y viene del germánico *wandjaz = "vagabundo". Y esta valiosa traducción lleva a concluir que esas tribus germánicas no hicieron otra cosa que defenderse del –tal vez, más implacable invasor en la historia antigua-.
Los textos de historia antigua, casi al unísono coinciden en la desventajosa sevicia con que las legiones latinas arrasaron el ámbito del Mediterráneo, la parte del Oriente próximo y algunas regiones de África y en su afán por la posesión de más territorio, subieron a territorios del norte, en busca de lo que según su versión (La versión del colonizador…) eran pueblos salvajes, pero que los estudios, cada día más completos, determinan como culturas con una identidad, cercana al culto de la naturaleza y el apego a una economía agraria, alrededor de la cual, se dieron valores y prácticas socio - culturales, ligadas a la tradición oral de una organización matriarcal, que entre otros valores, conservó la botánica, la magia y con ella las fabulosas historias contadas por Druidas, con personificaciones creadas en su relación con zonas boscosas y lacustres. En su afán por un desprestigio, aprendido en la revisión minuciosa de telenovelas de traquetos y series juveniles españolas, los pseudo - ciudadanos de bien, se contradicen con sus propias teorías. Como esa de que el daño a estatuas de torturadores y esclavistas, es fruto de la “Ignorancia indígena…” Ignorancia que hizo posible la conservación y la interacción equilibrada de los recursos naturales de todo el continente por miles de años. Contrario al crimen histórico insuperado, que deberá cargar el colonialismo europeo, que borracha su propio ego, se autodeterminó, como “la cultura más avanzada…”, dejando una estela de muerte y destrucción que en este momento tiene un saldo de más del 50% de especies animales y vegetales, irremediablemente extinguida, en menos de 200 años… Sin embargo, habría un solo argumento válido en su apego por esos monumentos, que, entre otras cosas, desconocen en profundidad, en cuanto a su origen o valor en la memoria de su propia cultura. Este tiene que ver con lo inexcusable que resulta para un pueblo, perder la noción de su pasado. Tan grave como olvidar la procedencia de cada ser… Sin embargo, cuando lo exigen airadamente, olvidan que sus héroes, en mausoleos de bronce y piedra tallada, son testimonio de esa misma extinción de todo cuanto amaron y heredaron los pueblos originarios. Sus héroes y sus doctrinas heredadas, condenaron a millones de indígenas y esclavos africanos al secuestro, a la muerte, al maltrato, a la pobreza; causantes de que hoy deambulen, por las calles, derrotados y hambrientos. Sus arrogantes líderes de antaño son ese conquistador, ese militar, ese expresidente o personaje público que se congració al extremo con la peor cúpula de poder, lo que le valió una representación (De malísima calidad y gusto, además.) Pero al final, la memoria de los pueblos es superior a cualquier material imperecedero, porque los pueblos pueden perderlo todo, les puede ser robada su tierra, sus costumbres, su lengua y sus creencias, pero no su alma y esa misma es la que seguirá destruyendo un patrimonio, que es de ustedes, pero no nuestro. Hasta que reconozcan por razón o por fuerza, que, si bien es cierto, la historia la han escrito ustedes, los vencedores, pero no nos corresponde al 80% de los colombianos, ni creerla, ni defenderla.
Agosto 30. 2021.