¿A qué sabe el Parmigiano Reggiano más longevo del mundo?
Abrimos una pieza de 23 años de curación y el resultado ha sido magistral. Emoción y sorpresa al catar una pieza tan vieja en tan buenas condiciones.
¡Una maravilla de queso! 23 años y aún con esa potencia. Buen trabajo de conservación también en Ardai. Corteza impecable. Muy gruesa y dura. Limpia y sin grietas. Un espectáculo. Color de la pasta amarillo ámbar. Preciosa. Desequilibrado en nariz, pero en boca redondo y espectacular. Sal, acidez, picante y con notas a trufa, sotobosque, regaliz y vainilla. Mucha vainilla. Final largo y limpio. Textura sin nada de humedad. Un milagro que esté así con 23 años.
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