EL
MUNDO
N0 103 6 OCT 2019
DOS VIÑADORES Y UN DESTINO INESPERADO COMANDO G
LOS MADRILEÑOS DANIEL GÓMEZ (IZQ) Y FERNANDO GARCÍA, ENTRE CANCHOS DE PIEDRA GRANÍTICA Y VIDES DE SU TINTO RUMBO AL NORTE.
COMO DOS ‘DESCONOCIDOS’ LOGRARON 100 PUNTOS PARKER POR SU VINO DE UNA PARCELA PAUPÉRRIMA EN GREDOS (ÁVILA)
AMIGOS Y VINATEROS. Fernando
García (izq, 41 años) y Daniel Gómez (42 años) en su bodega.
18
BODEGA Comando G
DOS VIÑADORES Y UN
DESTINO Su historia es pura épica. De una parcela yerma y escueta rodeada de canchos de granito lograron sacar el jugo del vino más preciado. Parker le otorgó 100 puntos a su Rumbo al Norte 2016. Luego vino la “movida” especulativa en la zona, Gredos, Ávila. Y un incendio del que han sobrevivido. Nada es casualidad. ¿O todo? Por FEDERICO OLDENBURG Fotografías de LUIS DE LAS ALAS
a G que esgrime este singular comando tiene componentes –Gredos/granito/garnacha– que exceden con mucho la idea del chiste generacional que sugiere el nombre de marras. No podía ser de otra manera, porque Comando G es el grito vinícola de un grupo de jóvenes inconformistas que, en plena crisis económica, buscaban alternativas a los vinos maderizados y contundentes que triunfaban entonces, en los primeros años del milenio. De unos chavales que empezaron a hacer vinos casi por reflejo contestatario y acabaron encontrando una joya –o varias– en las viejas garnachas que crecen en los paisajes lunáticos en las alturas de la sierra de Gredos. La gema más valiosa, en términos de mercado, el tinto Rumbo al Norte 2016, bendecido por los anhelados 100 puntos Parker. Pero para que un vino ¡de Ávila! obtuviera la máxima calificación en los informes de The Wine Advocate, los de mayor influencia entre los enómanos del mundo, antes tuvieron que pasar muchas cosas, de modo que lo mejor es narrar la historia desde el comienzo. Como tantas cosas que valen la pena, Comando G nació por obra y gracia de la amistad. En este caso, la que fraguaron dos compañeros del máster de viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid. Allí coinci100 PUNTOS PARKER dieron, en 2005, Fernando GarRumbo al Norte cía (Madrid, 3 de septiembre de 2016, VDT Castilla y León, 199 euros. Vino 1978) y Daniel Gómez Jiménezde Parcela de un Landi (Madrid, 12 de marzo de viñedo en el Valle del 1977). Junto a Marc Isart –que Alto Alberche, resume la mineralimás tarde se apartó de la avendad de las garnachas tura–, García y Jiménez-Lanque crecen en suelos di empezaron a compartir de granito en Gredos.
L
19
BODEGA Comando G “vinos e inquietudes”, según recuerda el primero de ellos, que entonces trabajaba como sumiller en la enoteca Lavinia de Madrid. Aunque no tardaría en saltar al sector bodeguero, primero en la Compañía Vinícola de Telmo Rodríguez, que le obligaba a viajar permanentemente a Rioja, y luego como enólogo en Bodegas Marañones, un nuevo proyecto en San Martín de Valdeiglesias, la subzona montañosa de la D.O. Vinos de Madrid, asentada en las estribaciones de la sierra de Gredos. Daniel Jiménez-Landi estaba 1. TIERRA trabajando en esta serranía, en ADENTRO. Parcela Méntrida. “Mi familia tuvo viñedo de viñedo en desde el siglo XVII, y aunque yo Navarrevisca, en el Valle de me crié en la ciudad, desde niño Alto Alberche supe que ese patrimonio se había (Ávila) de donde procede la ido perdiendo. Solo nos quedaba uva con la que se una pequeña viña que cuidábaelabora Rumbo mos los fines de semana, hasta Al Norte. que mi abuelo, Antonio, Premio 2. PRUEBA Y Nacional de Historia 1997 a títuERROR. Damajualo póstumo, quiso destinar los benas con elaboraciones de vinos neficios de su obra a adquirir viñeexperimentales en do en Méntrida”, recuerda Landi. la bodega de “Esa decisión me impulsó a ser Comando G en Cadalso de los viñador, a pesar de haber estudiaVidrios (Madrid). do Filosofía. El proyecto familiar de Bodegas Jiménez-Landi lo em3. DEVASTACIÓN Daniel Jiménezpecé con mis primos en 2004 – Landi (izq.) y prosigue el viticultor– y en los Fernando García años siguientes alcanzamos cierto en uno de los viñedos afectados prestigio, produciendo hasta por el incendio del 120.000 botellas anuales. Pero pasado verano, una confrontación con mi pricerca de Cadalso de los Vidrios. mo José por las distintas formas de entender el vino me llevó a 4. TESORO abandonar el proyecto, en 2012”. Botellero con
1
2
3
4
reservas de vino en
la bodega de RIQUEZA COMPARTIDA. Antes Comando G. de la ruptura de los Jiménez-Landi, el germen de Comando G ya había brotado. “Nos juntábamos a beber vinos como La Memé de Gramenon y Château Rayas, tintos frescos del Valle del Ródano, de carácter mineral, y nos preguntábamos por qué no se podía hacer algo así en Gredos”, recuerda García. Hablando con los viticultores mayores, preguntando aquí y allá, andando y desandando el monte, en 2009 llegaron a un viñedo perdido en el Alto Alberche (Navarrevisca, Ávila), en el que las viñas asoman entre colosales rocas de granito. El paisaje, de una belleza casi desoladora, les dejó anonadados. El propietario les desaconsejó recuperar las viejas cepas de allí porque “por su orientación norte tarda mucho en madurar...”. Pero, erre que erre, hicieron una prueba y obtuvieron un vino magnífico. Cuando regresaron a Navarrevisca para adquirir el viñedo de donde hoy obtienen la materia prima para elaborar el tinto Rumbo al Norte, el de los 100 puntos Parker, la única condición que impusieron al antiguo propietario fue que incrementara el precio de la pequeña parcela, de apenas 0,3 hectáreas de extensión. “El precio que él pretendía cobrarnos nos resultaba indigno”, reconoce Daniel Jiménez- Landi. Esta postura, que lleva a Comando G a hacer partícipes de su éxito al resto de los viticultores de la comarca, es una constante en su trayectoria. Para testificarlo se antoja oportuno el testimonio de Ricardo Moreno, presidente de la Cooperativa Agrícola Cristo del Humilladero, asentada en Cadalso de los Vidrios, villa de la serranía donde también se aloja la bodega de Jiménez Landi y García. En 2015, cuando Moreno vio que estos jóvenes triunfaban con sus garna20
Los 100 puntos Parker es un honor reservado a una elite y una responsabilidad para los catadores que han tomado el testigo del gurú estadounidense Robert Parker Jr. A Luis Gutiérrez (catador español responsable de los informes de España, además de Chile, Argentina y Uruguay) no le ha temblado la pituitaria al conceder el soñado cien a un vino de Ávila (el de Comando G), como antes lo hizo con uno de la D.O. Bierzo (La Faraona 2014, de los Descendientes de J. Palacios). Los otros tres vinos españoles con 100 puntos Parker son: Las Beatas 2015 (D.O.Ca. Rioja, Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez), L’Ermita 2013 (D.O.Q. Priorat, Álvaro Palacios) y Castillo de Ygay Blanco 1986 (D.O.Ca. Rioja, Marqués de Murrieta). LOS OS ÚLTIM S CIENE R E K R A P
chas se presentó en busca de propuestas de colaboración, con el fin de vislumbrar un mejor futuro para el pueblo. “Al día siguiente ya estábamos trabajando juntos sin haber firmado un solo papel”, asegura. Hoy, los 120 cooperativistas de Cadalso exportan al mundo 60.000 botellas de vinos bien valorados, como Laderas del Tiétar, Agrícola de Cadalso y Granito de Cadalso. “Y estamos trabajando nueve etiquetas más”, se enorgullece Moreno, novelista en sus ratos libres. SUEÑOS EN LIBERTAD. Continuando con la narración de la historia, el viñedo de Navarrevisca fue el primero de los tesoros que descubrió el tándem Landi-García, encaramándose a 1.200 metros en Gredos: en el Valle del Tiétar, más cerca del pueblo donde establecerían la bodega, encontraron pronto su querencia en la parcela de Las Umbrías, con media hectárea de viñedo sobre suelos graníticos en las proximidades de Las Rozas de Puerto Real, dentro de los términos de Comunidad de Madrid. Luego encontrarían más gemas en La Tumba del Rey Moro, 0,7 ha de viñedo en el Valle del Alberche (Ávila), siempre sobre suelos graníticos, y otro pequeño, de apenas, 0,3, ha, en La Breña, sobre suelo
UNA CURIOSA CONEXIÓN La Fender Telecaster 1973 que empuña Dani Jiménez-Landi –amén de viñador, el madrileño tiene condiciones de guitarhero– tiene una peculiar historia. “Me encapriché en una tienda de instrumentos en Nueva York en un viaje de trabajo pero estaba fuera de mi presupuesto. Años después, el importador de nuestros vinos en Estados Unidos, Eric Solomon, me preguntó si la había probado. Y en su siguiente visita a Gredos, coincidiendo con el décimo aniversario de Comando G, me la trajo de regalo”, revela Landi, que contrapone el sonido “tenso, acerado y filoso” de la Telecaster con las notas “más cálidas, profundas y envolventes” de su otra guitarra, una Gibson Les Paul. “Es el mismo contraste que encuentro entre los vinos de granito y de pizarra”, asegura.
pizarroso, “que marca un fuerte contraste, porque ofrece vinos más profundos y contundentes, aunque siempre con la misma variedad tinta, la garnacha”. A la par que iban cayendo estas maravillas en la cesta de los dos jóvenes viticultores, las cosas seguían cambiando en su entorno. Como ya narró el propio Jiménez-Landi, en 2012, su historia al frente del proyecto familiar en Méntrida había concluido. A estas alturas tampoco les acompañaba ya Marc Isart, el tercero de los socios iniciales.“Pero con las ganas que teníamos y el futuro que habíamos vislumbrado, no nos quedaba más remedio que tirar para adelante”, reconoce García. “Lo bueno es que lo hicimos sin grandes inversiones ni tener que asumir compromisos”, asegura su compañero. “Apenas con lo que teníamos en los bolsillos en ese momento o con los 2.000 o 3.000 euros que nos podía dejar algún familiar. Eso te permite trabajar sin tener miedo al fracaso. Y te otorga lo más deseado: una gran libertad”, se congratula Landi. Corría el año 2012 y ya estaban en faena. Comando G ya era más que un proyecto paralelo a los trabajos habituales de sus componentes. “Se había convertido en el sueño de nuestras vidas”, reconoce García.
Y supieron gestionarlo con buen tino. Uno de los aciertos fue la estructuración de la gama, que pronto comenzó a transformarse, pero sus mentores supieron racionalizar, acorde a la incorporación de nuevas parcelas (hasta sumar 21 hectáreas de viñedo en propiedad, de las cerca de 50 que gestionan actualmente), la demanda del mercado y el paulatino crecimiento de la producción: de las 5.000 botellas que elaboraban cuando alquilaron la bodega en Cadalso, ese mismo año, han saltado a las 70.000 que estiman podrán elaborar tras la vendimia de este 2019. “Aunque no todos los años son iguales –advierte Landi–, en 2017 solo pudimos producir 45.000 botellas”. En cualquier caso, el grueso de esta producción corresponde a La Bruja de Rozas –“vino de pueblo”, elaborado a partir de viñas de garnacha del entorno de Las Rozas de Puerto Real (Madrid), cultivadas por viticultores externos– y al “vino de paraje” Rozas 1ºCru, de concepto borgoñón, procedente del mismo pueblo, pero con una selección de uva más exhaustiva. El resto de la gama de Comando G son “vinos de parcela”, de producción muy limitada, procedentes de parcelas que no superan una hectárea de extensión: Las Umbrías (Valle del Tiétar), La Tumba del Rey Moro, Rumbo al Norte, La Breña (Valle del Alto Alberche), además de El Tamboril, una parcela algo mayor (1,2 ha), también en el Alto Alberche, que da lugar a tres vinos, un blanco, un tinto y un blanco criado sobre velo que aún no ha llegado a comercializarse. Por fin, esta larga colección de vinos singulares concluye con El Reventón y Las Iruelas, también tintos de parcela procedentes de Cebreros y El Tiemblo que hasta la fecha han salido al mercado firmados solo por Daniel Gómez Jiménez-Landi Viticultor. No lo tiene sencillo el consumidor a la hora de encuadrar la producción de Comando G con las indicaciones de origen geográficas establecidas, ya que algunos de sus vinos pertenecen a la D.O. Vinos de Madrid, mientras que otros, como el célebre 100 puntos Parker, Rumbo al Norte, a los V.T. Castilla y León. “Aunque nosotros preferimos hablar de la sierra de
Gredos como un ámbito geográfico común que engloba unas características naturales comunes y unos vinos similares. En ese sentido, creemos en el concepto de las Denominaciones de Origen vinícolas, pero no cuando incluyen áreas geográficas tan distintas como pueden ser San Martín de Valdeiglesias y Aranjuez, ambas en Madrid”, explica Jiménez-Landi. Por fin, seguramente el acierto en el modelo de negocio, la buena aceptación que han tenido sus vinos en mercados tan cruciales como el estadounidense y la fidelidad de los buenos clientes han resultado también claves para que en poco más de una década Comando G haya pasado de ser un sueño a un proyecto vinícola consolidado. La receta parece sencilla. “Vendemos todos nuestros vinos a cerca de 50 importadores y tiendas repartidas en el mundo, que reservan sus cupos y pagan el 30% por adelantado cuando les anunciamos la añada que vamos a embotellar al año siguiente. Tienen un mes para confirmar su pedido”, detalla García. Con este sistema, la bodega coloca cerca del 25% de su producción en el mercado nacional, un 20% en Estados Unidos y reparte el resto entre muchos países. EFECTO LLAMADA. Son muchos los que se quedan con las ganas de probar sus vinos de producción minoritaria. Es el caso del célebre Rumbo al Norte, que la añada bendecida por los 100 puntos Parker (2016), prácticamente duplicó su precio –de 125 a 199 euros– antes de agotarse en un pis pas. La 2018, que se acaba de vender “en avanzada” a los distribuidores, tiene visos de correr la misma suerte. “Tampoco nos hace mucha gracia que los precios se disparen y se especule con nuestros vinos, aclara Landi; nos mantenemos ajenos a ello, pero cuando se entera la gente del pueblo pretende cobrarnos cuatro veces más, por los mismos servicios...”. Otra consecuencia del éxito es el efecto llamada: “Ahora llegan inversores y grupos bodegueros nacionales y extranjeros preguntando por viñas viejas y los ÁVILA precios se han disparado hasta 60.000 euros la hectárea”, concluye el filósofo devenido viñaNavarrevisca Cadalso de dor. Lo que no saben los recién los Vidrios llegados es que no se trata solo de comprar. En Gredos hay que comprender la ecuación entre las tres G. Y, sobre todo, hay que saber soñar. Paralelamente a todos estos vinos, Comando G elabora también otras marcas bien conocidas entre los aficionados españoles –El Hombre Bala, La Mujer Cañón y Reina de los Deseos–, en un proyecto paralelo, aunque en la misma zona de Gredos, para el distribuidor Vila Viniteca. Este año, la mala noticia fue el incendio que asoló Cadalso, Cenicientos y Las Rozas de Puerto Real, comprometiendo seriamente la producción de esos vinos. “Llegó a las lindes de las viñas con las que elaboramos esos vinos –explica García–; nos hemos pegado el susto de nuestra vida y hemos tenido que cambiar los protocolos durante la vendimia para revertir las consecuencias del incendio, porque aunque las vides no están afectadas, el paisaje del entorno es desolador”. www.comandog.es Avda. Constitución, 23. Cadalso de los Vidrios (Madrid). Vídeo en Orbyt y fueradeserie.com
21