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LA CATRINA DE CELAYA FORTALECE LA IDENTIDAD
participan unas 2 mil personas disfrazadas de calacas, salvo la edición de 2016 cuando se invitó a implantar un Récord Guinness y asistieron casi 7 mil personas, aunque al final por vestuario y caracterización validaron a 865.
“Alguna vez me preguntaron que cuál era el motivo por el que realizo cosas como los desfiles de catrinas y todo este tema de las festividades del día de muertos, yo les dije que la razón principal es que me da mucho miedo a que se pierda la memoria ancestral de nuestras tradiciones, de nuestras costumbres”, exaltó.
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Como “La Catrina” visita las comunidades de Celaya para explicar a sus habitantes sobre la tradición de día de muertos y sobre la también llamada “Garbancera”, que fue creada originalmente por el caricaturista mexicano José Guadalupe Posada en el año de 1910 y que surgió como una burla a los indígenas vendedores de garbanzo, que siendo pobres aparentaban ser ricos y menospreciaban sus orígenes y costumbres.
Pero Fuentes también cruza las fronteras, en Estados Unidos tiene un proyecto con los migrantes y en particular en Chicago proyectan realizar un museo de la catrina.
Además, el año pasado visitó Turquía, Grecia y Egipto para abrir espacios, tocar puertas y buscar oportunidades para hablar de la riqueza que tiene México y Celaya.
“Celaya tiene una riqueza, cultura, historia, personajes, actividades artesanales muy importantes que el mundo no conoce a fondo y a detalle, la brecha de la comunicación se ha reducido mucho con la Tecnología, pero cuando se platica de viva voz, cuando lo has vivido y lo compartes es otra la circunstancia”.
Este año visitará Canadá, Quebec, Ottawa, Montreal, y posible- mente Vancouver, igual a tocar puertas.
“Voy a presentar mi trabajo y voy con un respaldo importante porque ya tengo una invitación formal para ir a Europa, voy a dar 3 conferencias en España y 3 conferencias en Francia en julio, del 15 al 30 de julio, voy acompañando a la Troba Celayense, vamos en esa gira y espero que a parte de posicionar a Celaya como el epicentro de toda esta actividad cultural sea abrir las puertas para las generaciones que vienen detrás de nosotros”, externó.
“Este año junto con el desfile de catrinas número 13 estamos proyectado hacer una ofrenda monumental de día de muertos, que esperamos institucionalizar para demostrar que los celayenses somos unidos y que las cosas difíciles que hemos pasado nos han fortalecido, vamos a invitar a toda la gente a que traiga su veladora y la foto de su muerto, es una ofrenda monumental que estaremos poniendo tal vez en la explanada de San Francisco o Calzada Independencia”
“Todo ello irá junto a tapetes de aserrín donde vamos a invitar para que participen universidades, el comercio, gente de los sectores de arte y deporte, y esperamos tener una segunda edición de ‘Lectura de calaveras literarias’ que se hizo con gran éxito el año pasado en la Casa del Diezmo, con la asistencia de plumas muy importantes”.
Fuentes también fundó la Asociación Civil Cemedanza: “Centro Mexicano para la investigación y el desarrollo de la Danza”.
Desde ahí se impulsan 5 proyectos: el primero es el desarrollo del “Encuentro estatal de danza” que este 2023 tendrá su edición número 20.
Otro de los proyectos son las catrinas que ya este año cumple 13 años con el Desfile.
El tercero es el grupo “Mejor Mujer” que juntó con otras 50 mujeres para promover y trabajar y reeducar por una cultura diferente del feminismo.
“Vamos a las comunidades con este propósito de esta conciencia de una crianza distinta en las mujeres, yo me contacto con los delegados de las comunidades y les pido reunir a las mujeres y presentarles esta visión diferente de la cultura del feminismo".
Otro de los proyectos se llama ‘Toma mi mano’ y tiene que ver con el trabajo de personas con discapacidad y personas de la tercera edad.
“Estamos trabajando sobre la conciencia porque como sociedad nos hace falta aprender a tratar a las personas con discapacidad y a nuestros adultos mayores”.
Y el último proyecto se llama “Vamos a pedir posada”, tiene mucho vínculo con las cosas que ya no se hacen, hay muchos jóvenes que no saben lo que fue una posada”.
Los celayenses, expuso, deben valorar el lugar en que nacieron y la historia y valor que les rodea.
“Nosotros tenemos cosas muy importantes con nuestros ancestros otomíes, con nuestros ancestros chichimecas, en Celaya parte de ese camino desde la ruta de la plata hasta todo lo que significa el camino real que comunica desde Celaya-Comonfort-San Miguel de Allende. Por supuesto que tenemos mucho que ofrecer, tenemos momias en Celaya. Tenemos todos elementos que nos enaltecen en el plano cultural”.
¿Qué le falta a Celaya para tener este arraigo y esta fuerza en su identidad?, así contestó, La
Catrina de Guanajuato: “Yo creo que los celayenses estamos muy fortalecidos y muy orgullosos de ser celayenses, creo que nos falta información, difusión, promoción. A los que hacemos educación, cultura o arte nos falta ir a la raíz y realmente formar una corriente didáctica que pueda informarle al celayense lo valioso que tiene en sus raíces”.
“Celaya por ejemplo tiene algo muy importante que son sus barrios y es muy poca la gente que conoce lo que se hace, la trascendencia, la historia y el contexto que tienen los barrios de Celaya, falta que los que hacemos la cultura, los que hacemos educación, llevemos el conocimiento, es una gran responsabilidad. Celaya es una tierra generosa, es una tierra que debe ser sinónimo de orgullo y responsabilidad para representarla”.
“Mi mensaje sería para todos los pobladores de Celaya y decirles sin que suene trivial, todos y cada uno somos Celaya, nos hace falta no sólo unirnos sino reunirnos, ese re-unirnos implica la conciencia, pero también el gusto por juntarnos, no hay algo que sea más grande para impulsar un lugar, un proyecto o un plan que la suma de voluntades”.
Al final, enfatizó, todos los que constituyen la comunidad deben sentirse orgullosos del lugar donde nacieron o donde radican.
“Yo creo que sí voy con eso de que el corazón más dulce lo tiene Celaya, somos el corazón de este país geográficamente y metafóricamente hablando, no tenemos otra cosa más valiosa como celayenses que mostrar el gran corazón que tenemos para abrir puertas y muchas oportunidades”.
“Todos somos Celaya, nuestra familia es Celaya, nuestra escuela es Celaya, nuestras actividades que salimos a hacer es Celaya, somos un referente importante en industria, cultura, tradiciones, en educación, en historia, y el orgullo y la dignidad y el respeto por el lugar de donde somos es lo que nos va a dar la identidad, lo que nos va a dar el arraigo es el gran orgullo, la gran dignidad que tenemos de representar a Celaya”.
El Instituto Tecnológico de Roque celebró sus 97 años de formar jóvenes profesionales del ramo agropecuario, y lo hizo con magnos eventos con los que se prepara rumbo al centenario de la institución.
Un 15 de mayo de 1926 iniciaron las clases de esta institución y para recordarlo, los festejos incluyeron el LXV Evento Nacional Deportivo, la XXI Jornada de Sistemas y Computación, el X Congreso Nacional y VII Simposio Internacional de Investigación en Ciencia y Tecnología Agropecuaria, así como diversos eventos deportivos, talleres, conferencias, exposiciones, show de talentos, feria de residencias y reunión de egresados.
El Instituto Tecnológico de Roque nació con el nombre de Escuela Central Agrícola de Guanajuato, dependiente entonces de la Secretaría de Agricultura y Fomento.
Fue posible gracias a que en 1925 el Gobierno de México al mando del general Plutarco Elías Calles, adquirió la Hacienda de Roque, con una superficie de mil 248 hectáreas por un valor de 289 mil 914 pesos y 66 centavos.
El último propietario había sido Don Miguel Peón y Fajardo, quien ante el notario Don Nicolás Tortolero vendió la hacienda en 1924 a la Caja de Préstamos para
Tecnol Gico De Roque A 3 A Os De Su Centenario
obras de irrigación y fomento de la Agricultura S.A.
El gobierno de Elías Calles le compró la propiedad a la Caja de Préstamos y originalmente asignó la totalidad de las hectáreas a esta escuela.
Según relata Jesús Rodríguez Cisneros en el libro “Historia Adentro Hacienda de Roque”, Gonzalo Robles Fernández fue el primer titular de la Dirección de Escuelas Centrales y de Cooperación y Crédito Agrícola, dependencia que el 15 de mayo de 1926 inauguró la Escuela Central Agrícola de Guanajuato que conservó este nombre hasta 1933.
La creación de esta escuela tiene el antecedente histórico de la Revolución Mexicana, movimiento que contrae una deuda con los hombres del campo, de abrir escuelas para sus hijos.
Este derecho que les da la Revolución a los hijos de campesinos de ir a la escuela, viene aparejado con la obligación de regresar a sus mismas comunidades, para defender la tierra y hacerla producir; con ello el Estado Mexicano legitima el Programa Educativo de la Revolución Mexicana, de llevar el alfabeto y la técnica al hombre del campo, para hacerlo producir, aplicando los conocimientos que da la escuela.
Inicia las clases con unos cincuenta niños y adolescentes, hijos de campesinos de la región que estaban de acuerdo con los Gobiernos de la Revolución.
Estos alumnos llegaron a la escuela por los meses de marzo, abril y mayo acompañados de sus familiares; venían vestidos la mayoría con huarache, pantalón de manta y sombrero de palma; las edades fluctuaban entre los 9 y 17 años.
A estos primeros estudiantes la escuela tenía que convencerlos, pero más exactamente a sus padres, para que sus hijos se quedaran por dos o tres años en la Escuela de Roque.
Los estudios eran de Escuela Rudimentaria Elemental y Primaria Superior. En los primeros años el programa plantea aprender a leer, escribir y contar. También incluye prácticas agrícolas sencillas y en los grados quinto y sexto se trabaja formalmente con actividades agrícolas y en los talleres.
A este nivel de la Primaria Superior se enseñan sistemas de cultivos con maquinaria, economía práctica, industrias conexas, procesar alimentos, principios de agrimensura, así como hidráulica y veterinaria. Complementan este plan de estudios las actividades deportivas, que consisten, en correr a caballo, domar potros y mulas.
En los años de 1933-34 aumenta la inscripción en un 50 por ciento, por primera vez llegan las mujeres al internado de la escuela, se inicia una nueva política educativa: se sustituyen las Escuelas Centrales Agrícolas y se convierten en Centrales Regionales.
A las Centrales Regionales Campesinas se les considera como las primeras escuelas Normales Rurales, de donde egresaron los primeros Maestros Rurales.
“A partir de octubre de 1932, la Escuela Central Agrícola, por decreto presidencial, pasó a depender de la Secretaría de Educación Pública bajo la denominación de Escuela Regional Campesina, cuya vocación era formar técnicos agrícolas y maestros rurales”.
“En estas escuelas se mantenía vivo el espíritu de la revolución en el campo, alentando la solución de problemas rurales como la dotación de tierras, introducción y manejo de nuevos cultivos, aprovechamiento racional de los recursos naturales, y mejoramiento de la explotación ganadera e industrias derivadas; se mantuvo con esa naturaleza pedagógica pasando por diferentes denominaciones”, expresó el Secretario General del Tecnológico de Roque, el Ingeniero Rubén Paredes Uribe.
Explicó que de 1941 a 1959 se le denominó Escuela Práctica de Agricultura, y de 1959 a 1969 Normal Rural Licenciado Gabriel Ramos Millán.
Cuando Roque adquiere el carácter de Normal Rural tiene una corta vida de diez años y seis generaciones de maestros normalistas rurales.
En 1969 evolucionó a Escuela Nacional de Maestros para la Capacitación del Trabajo Agropecuario (ENaMaCTA) que funcionó hasta 1978 con este esquema.
Esta transformación de la escuela hace que el Maestro Normalista pase a ser el Profesor de nivel medio básico de educación tecnológica agropecuaria, en un principio con tres especialidades como son: Agricultura, Ganadería, Manejo y Mantenimiento de Equipo e Instalaciones Rurales, más tarde se incorporan las de Industrias Agropecuarias en 1974 y Fruticultura en 1978.
La ENaMaCTA en su gestación pertenece a la Dirección General de Enseñanzas Tecnológicas.
En 1971 se crea la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA) a la cual es asignada la ENaMACTA y en poco cambió a Instituto Superior de Educación Tecnológica Agropecuaria (ISETA).
El ISETA tuvo 16 años de vida (1978-1994) logra producir tres generaciones Licenciados en Pedagogía, de 304 egresados.
Cabe mencionar que de 1984 a 1986 la escuela de Roque permaneció cerrada por problemas políticos y estudiantiles.
El ISETA albergó diversos programas de cursos cortos, así como de manera especial al Programa de Educación No Formal (PENFO), la mayoría del personal responsable para la atención de estos programas, llegó a la escuela con otra “disciplina” laboral, hecho que provocó alteraciones en las relaciones de trabajo en el personal de la escuela.
A partir de 1986 la escuela reinicia con el programa de cursos ordinarios de Maestría en Ciencias del Desarrollo Rural, que es coordinado por el también naciente Centro de Investigación de Graduados Agropecuarios (CIGA).
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Al entrar la década de los años noventa el ISETA se consolida con otros programas más, como lo son el de Maestría en Semillas; un programa de Especialización en Docencia Tecnológica Agropecuaria con nueve generaciones, con más de 100 egresados, así como dos Licenciaturas, una en Administración y posteriormente la otra en Informática.
Estos últimos dos programas se ofrecieron también en la Modalidad Semiescolarizada para adultos.
Todos estos programas ya con una perspectiva definida son heredados por el ISETA al Instituto Tecnológico Agropecuario No. 33 (ITA 33) que operó de 1994 a 2005.
Desde el 2005 con la Reforma Educativa de Educación Superior, se incorpora a una sola Dirección General Nacional para todos los Institutos Tecnológicos, la Dirección General de Educación Superior Tecnológica (DGEST), y por decreto a partir del 23 de julio de 2014 se crea el Tecnológico Nacional de México del cual hoy forma parte.
A 97 años de distancia, ahora dedicada a la educación superior, conserva cuatro secciones de edificaciones con su estructura original y sobre todo el casco de la ex hacienda o casa principal.
Paredes Uribe destacó que actualmente ofertan los programas de Ingenierías en: Agronomía, Innovación Agrícola Sustentable, Hidrológica, Industrias Alimentarias, Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y Gestión Empresarial.
Agregó que cuenta con maestrías en Ciencias en Biotecnología Agroalimentaria, y en Producción y Tecnología de Semillas; así como el doctorado en Ciencias en Producción Agroalimentaria.
“A casi 100 años de su creación, la institución sigue y seguirá vigente con su vocación agropecuaria”, enfatizó.