PREGUNTAS ENTRE ACADÉMICOS |
Educación de la sexualidad para el amor En su vista a Chile, el papa Francisco nos llamó a preguntarnos qué haría Cristo en nuestro lugar. ¿Cómo proyectamos esta pregunta a toda la sociedad en la promoción del cuidado y respeto a la dignidad de las personas?1
ilustraciONES CatAlina Fuentes
Uno de los legados del papa Francisco se encuentra en Laudato si’: la noción del “cuidado de la casa común”. Esta bella metáfora que inspiró su visita a la universidad, fue la base de las políticas que ha impulsado nuestra casa de estudios para proponer el cuidado y respeto a la dignidad de las personas en todo ámbito, incluido el de la sexualidad, tema central del curso de la pastoral que dicté.
Roberto
González rgonzale@uc.cl Profesor titular de la Escuela de Psicología de la UC. Presidente del Consejo de Prevención y Apoyo a Víctimas y Violencia Sexual UC.
La comunidad es fundamental en la construcción de la “casa común” y a partir de allí somos capaces de conformar nuestra identidad social, puesto que nos lleva a proteger y resguardar el bienestar de todos quienes pertenecen a ella. Por esto, el llamado a cuidar el medio ambiente y nuestra comunidad, entre otros aspectos expresados en la encíclica, nos interpela a pensar y actuar conscientes de que nuestro actuar puede afectar la vida de otros.
Para avanzar en el desarrollo de una cultura de respeto a la dignidad de todos los miembros de la comunidad, hemos diseñado en la universidad una política y un conjunto de iniciativas orientadas a la prevención y acompañamiento de víctimas de violencia sexual, quienes desde el dolor buscan apoyo, comprensión y reparación. Debemos generar nuestro mayor esfuerzo para promover en todo ámbito los principios del cuidado de su dignidad humana y reflexionar acerca de la importancia de crear instancias de reflexión en el ámbito familiar, educacional, laboral y lo público en general. Poner en el centro de nuestra preocupación el respeto irrestricto a esa dignidad debe ser un imperativo moral que nos lleve, como sociedad, a buscar mecanismos adecuados para prevenir, cuidar y acoger a las víctimas de violencia sexual. El desarrollo de una cultura de cuidado y respeto a la dignidad solo será posible en la medida que comprendamos el significado que reviste el “cuidado de la casa común”, que el papa Francisco nos ha invitado a poner en el centro de nuestro actuar.
Hemos sido testigos del profundo perjuicio causado por personas consagradas a la vida religiosa quienes, desde una posición de poder, dañaron la dignidad de mujeres, niños y jóvenes, producto de abusos sexuales, y también a la Iglesia católica.
1. Pregunta elaborada por María Angélica del Valle, profesora de la Facultad de Química de la UC.
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