pseudonima 146:004/pseudonima
9/9/10
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Crónicas de pseudo/nimma
http://pseudonimma.blogspot.com
Encuestas con error de bulto No creo mucho en la eficacia de las encuestas sectoriales. Tiene uno siempre la sensación de que se invierten ingentes recursos en hacer entrevistas, tabular datos, publicar los resultados, y al final siempre nos queda la percepción de que estos no tienen mucho que ver con la realidad. Anda en marcha ahora una para realizar un estudio sobre el Sector de Servicios de Diseño en España, de la mano de la Federación para la Utilización del Diseño como Herramienta Política con la Innovación de por Medio (www.federaciondiseno.net). Se responde de manera anónima a través de un formulario web, y con ello queda en manos de quien desee torticeramente manipular los resultados: bastaría con dedicar una tarde a rellenarla una y otra vez para decidir por todos cuánto facturan las empresas de diseño, si crecen o encogen, si exportan o no. Se me ocurren ahora mismo unos cuantos a quiénes puede interesar esa manipulación, visto el poco esfuerzo que requiere. Pero más allá, lo que quiero cuestionar es la muestra y el método. No hay que ser sociólogo para ello. Supongamos que por cada estudio de más de veinte personas, hay cincuenta de menos de diez (algo que puede que no esté alejado de la realidad). Como quiera que incomprensiblemente la encuesta no la contestan los estudios, sino individualmente los que en ellos trabajan, se concede mayor valor a los grandes estudios aunque sean pocos, porque de ellos saldrá, proporcionalmente, mayor número de respuestas. A partir de ahí, resultarán unos datos en los que el sector no aparecerá lo atomizado que está en la realidad. Quizá sea eso lo que se pretende.
que una gran cantidad de participantes entusiastas puedan realizar el trabajo de un pequeño grupo de profesionales experimentados”. Empecemos a familiarizarnos con este nuevo concepto, que en el diseño se concreta en determinadas webs que sin arriegar nada ofrecen a las empresas la posibilidad de convocar “batallas creativas”, así lo llaman, para que una multitud de diseñadores se despellejen por conseguir ganar y ser el único que cobre algo (generalmente poco). Frente a los tradicionales concursos abiertos, ni siquiera tienen la ventaja de la notoriedad, pues los ganadores no salen en la foto del periódico local con el concejal de turno. La empresa u organismo convocante decide el importe a pagar, e incluso tiene la potestad de declarar desierto el premio y no pagar a nadie. Acerquémonos a la realidad de alguna de estas páginas. El ayuntamiento de Monterroso obtuvo el logo para el 500 aniversario de la feria local por la suculenta cantidad de 200 euros, pudiendo elegir entre 57 propuestas. Más entretenido puede resultar ver las fichas de los participantes. Por poner un ejemplo, en el caso de Animasierra, que no sé si es nombre o apodo, desde el 17 de julio ha participado con 161 diseños en 68 “batallas”... ha ganado una. Quiere decir que si el premio hubiese sido de 1.610 euros (no lo creo, lo normal es entre 100 y 250 euros) ha recibido 10 euros por cada diseño trabajado. Quiero aprovechar la oportunidad de escribir aquí para felicitarle.
Espotilibros: leer o tener... Crowdsourcing Dice la Wikipedia que “la importancia del crowdsourcing radica en la posibilidad de
Hoy he soñado que me aparecía un libro en el spotify. Sí, andaba buscando algo y de repente... ¡Zas! ahí estaba. Al descargarlo y empezar a leerlo, en la página de créditos ponía:
visual 6
“Leer un libro no es exactamente lo mismo que tener un libro. Los editores, después de tantos recursos invertidos en vano, nos hemos dado cuenta al fin. Este no podrás compartirlo, y tendrás que leerlo en el aparato en el que lo descargaste. Es posible que cada quince o veinte páginas te aparezca un e-faldón (lo que viene siendo un banner, mayormente) con publicidad. Para evitarlo puedes contratar la versión Premium, con la que además no necesitarás estar conectado a la red para disfrutarlo. Si te gusta el libro puedes añadirlo a tu biblioteca de favoritos que compartes con otros lectores, y puedes recomendarlo en las redes sociales con solo pinchar un botón”. En mi sueño, me di cuenta de que no tendría que volver a pisar el lado oscuro para buscar libros, como me sucedió con la música hace una par de años, toda una eternidad. He despertado. He volado al ordenador y he hecho una búsqueda de “libro” en el programa. Nada. No hay. Pero ya que estaba ahí, he desayunado con Oye el libro, de Mártires del Compás. Que tampoco está mal...
“Oye, mira lo que te digo, Con lo que tú me haces, Yo voy a escribir un libro, Con palabritas de hambre Y de sueño perdido. Y el que va leyendo el suelo Tiene que esperar a que llueva Y haga un charquito de agua Pa ver su carita buena Si del corazón a la cabeza, Hubiera una escalera, Hubiera un ascensor Tú serías mi amor, Mi única idea”.