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El Saturn Records Diseño del espacio exterior Sun Ra nunca deseó residir en el planeta Tierra. Lo hizo porque un ente superior le ordenó permanecer aquí para ayudar a la humanidad. Un auxilio que él canalizó a través de su música y su sello El Saturn Records. Autor: Eduardo Bravo El músico norteamericano Sun Ra sostuvo durante toda su vida que había sido enviado a la Tierra desde el espacio exterior para salvar a la humanidad y llevar la armonía al mundo. Un hecho que da algunas pistas sobre la original forma de entender la vida del que sería uno de los músicos de jazz más revolucionarios de la segunda mitad del siglo XX. Aunque para el gran público siempre será recordado por sus llamativas vestimentas y extraños tocados de estilo egipcio, Sun Ra fue inspirador del free-jazz, pionero en el uso de pianos eléctricos, sintetizadores y moogs, líder de una numerosa Arkestra –la única del mundo que incluía un sastre entre sus com-
ponentes–, responsable de una vasta filosofía mística, creador del Afro-futurismo y un inteligente y visionario empresario. En una época en la que los músicos eran víctimas de los abusos de las compañías y las posibilidades de la autogestión que ofrece internet algo solo concebible en una novela de ciencia ficción, Sun Ra fue capaz de establecer una fórmula que le permitiría controlar su carrera musical y hacerla discurrir por unos caminos que le habrían estado vedados en una gran discográfica. Tal vez fueran los poderes telepáticos que los miembros de su Arkestra afirmaban que tenía, o una capacidad de clarividencia
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para anticipar el futuro, pero lo cierto es que allá por el año 1955, Sun Ra, consciente de las ventajas de la autogestión, decidió fundar El Saturn Records, su propio sello musical a través del cual realizar y comercializar sus propias grabaciones. Sólo en momentos puntuales aceptaría asociarse a discográficas como RCA para mejorar la distribución de unos discos que en principio sólo se vendían en las actuaciones del grupo. Este hecho, sin embargo, no tendría cabida en una publicación dedicada al diseño de no ser porque, para hacer efectivo ese control total sobre su obra, Sun Ra, junto a algunos colaboradores de la Arkestra como
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Claude Dangerfield, tuvo que encargarse también del diseño y realización de las cubiertas de sus discos, sus etiquetas y todo el material relacionado con la promoción, como carteles, anuncios y tarjetas de visita. Las portadas, de inspiración cósmica y repletas de dibujos con referencias futuristas, eran realizadas utilizando técnicas artesanales, como la serigrafía o la impresión mediante sellos de linóleo y plomo. Unos procesos que requerían un constante trabajo manual como la separación de tintas en diferentes acetatos, o colorear las portadas una a una cuando los presupuestos no permitían más que la impresión del dibujo base.
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Al igual de lo que sucedía con su música, el público de la época nunca valoró excesivamente esas portadas de aspecto tosco, primitivista y aparentemente poco elaboradas, especialmente cuando las comparaban con las de otros sellos de jazz, que habían hecho del diseño exquisito, firmado por autores como Reid Miles, Jim Flora, Paul Bacon, Alex Steinweiss y David Stone Martin, su seña de identidad. Sin embargo, medio siglo después de la primera aparición de esos trabajos, las portadas originales de El Saturn Records no solo se han convertido en codiciadas piezas de coleccionista por las que se han pagado
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precios astronómicos, sino que han trascendido el ámbito del aficionado anónimo para llamar la atención de las instituciones relacionadas con el Arte y la Cultura. Un interés que se ha materializado en la exposición y consiguiente catálogo Pathways to unkown worlds. El Saturn and Chicago’s AfroFuturist Underground 1954-1968, una muestra que ha girado por diferentes centros culturales y universidades de Estados Unidos en la que se muestra gran parte de la labor como grafista de Sun Ra, al que no nos queda más que reconocer su talento y su capacidad de anticiparse varias décadas a lo que ya es el futuro. l